sábado, 28 de enero de 2012

ALLAN KARDEC: EL GENIO DEL HUMANISTA HIPOLITE LEÓN DENIZARD RIVAIL












EL GENIO DEL HUMANISTA
HIPOLITE LEÓN DENIZARD RIVAIL

Por ©Giuseppe Isgró C.

En el que se recogen diversas crónicas escritas en épocas diferentes y con un solo fin.


E l acercamiento a la obra kardeciana, del autor, fue en temprana edad. Aquel joven, de quince años, aún sin cumplir, se apasionó con la lectura del clásico: El libro de los Espíritus, y demás títulos de Allan Kardec. Sobre todo le cautivó el profundo conocimiento de las leyes de la vida y el contenido ético-moral de la doctrina. El codificador espirita, fue un filósofo y un pedagogo de visión clara. Sus obras han dado luz y sentido de vida a millones de personas en el mundo entero, durante generaciones. Pese al largo tiempo transcurrido, desde 1857, mantienen plena vigencia. Precisa que, en su conjunto, se tomen como base para desarrollar la perspectiva universal de la vida, en forma certera y coherente con la realidad.
Con Allan Kardec se inicia, realmente, el Espiritismo científico, filosófico, ético-moral, es decir, el estudio de las leyes, principios y características que rigen los fenómenos psico-espirituales hasta entonces observados. Kardec sintetizó, en un cuerpo de doctrina uniforme, homogéneo, las enseñanzas recibidas en sus estudios espiritas, para que, a la vez que sirvieran para su propio aprendizaje, lo fueran, también, de instrucción general para la humanidad.
Como puede observar cualquier estudiante de la obra de Kardec, está sintetizada en ella una enseñanza profunda, comprensible, que habla y satisface a la inteligencia, relativa al conocimiento integral del ser humano, del universo, de la vida en la tierra y de las leyes que rigen las interrelaciones universo-ser humano, e integrantes de los cuatro reinos naturales, así como de la misión y objetivo de la existencia inherente a cada uno. Como se verá más adelante, en este trabajo, esa era la misión de Allan Kardec, para lo cual, al hacer un análisis de toda su vida, se percibe que se había preparado, sin percatarse de ello, para llevarla a cabo exitosamente.
Este hombre insigne nació en Lyon, Francia, el 03 de octubre de 1804, en el seno de una familia de juristas. Su nombre verdadero era Hipolite León Denizard Rivail.
Para comprender mejor la interesante vida y obra de este gran humanista, la dividiremos en dos partes: la primera, denominada: EL HOMBRE: 1804 – 1854. La segunda: EL INVESTIGADOR Y PRIMER EXPONENTE RELEVANTE DEL ESPIRITISMO CIENTÍFICO, FILOSÓFICO Y ÉTICO-MORAL: 1854- 1869.
La primera etapa en la vida de Kardec culminó exactamente a los 50 años. La sólida preparación en varias disciplinas científicas y su vasta experiencia en el campo de la enseñanza, y, además, como autor de más de 20 obras de pedagogía, constituyen un aporte especial cuando a partir de 1854 se dedica al estudio y divulgación del Espiritismo científico, filosófico y ético-moral.
En efecto, el joven Hipolite Rivail cursó estudios hasta 1818 en la escuela de Yverdun, Suiza, bajo la dirección del famoso pedagogo Juan Pestalozzi, -discípulo espiritual de Juan Jacobo Rousseau, el autor del clásico: El Emilio o la Educación y precursor de la pedagogía moderna. En repetidas ocasiones, el brillante joven Rivail, suplió al maestro, en clases, impartiendo lecciones a los alumnos menos adelantados. Esta labor formativa es importante, por cuanto sienta las bases de la futura carrera de Rivail, cuyos beneficios recibirá, directamente, la Doctrina, a la cual se consagrará en cuerpo, alma y Espíritu, años más tarde. Podría decirse que Pestalozzi, a su vez, fue el padre espiritual de Rivail, en su rol de pedagogo, cuya trascendencia alcanzará niveles sin precedentes en la historia de la humanidad. Pestalozzi le estimuló un profundo amor hacia la pedagogía y a canalizar su innata vocación hacia esta hermosa disciplina.
Complementó sus estudios con bachillerato en letras y ciencias, y después cursó estudios de medicina, la cual no llegó a ejercer. En las ediciones francesas de El Libro de los Espíritus, hasta 1954, figura la condición de Doctor en Medicina, de Hipolite León Denizard Rivail. Su afición por la pedagogía le llevó al estudio de varias disciplinas científicas, como la física, la química, las matemáticas y otras. Dominaba, a la perfección, el inglés, el holandés y el alemán. Tradujo de esta última lengua, algunos clásicos al francés. Fue un intelectual de visión universal, con un Espíritu sereno, lúcido, racional, metódico y tenaz. Ya para 1824, Rivail se encuentra en París, fecha en la que publica, a la edad de 20 años, su primer libro: -“Curso teórico y práctico de Aritmética”.
En 1832, Hipolite Rivail contrae matrimonio con Amelie-Gabrielle Boudet, quien supo ver, en él, “al pensador erudito y profundo”. También ella era pedagoga de profesión. Aportó, a Kardec, tanto en el ámbito familiar, como en su vida pública, una efectiva colaboración.
La enseñanza constituye la gran vocación de Rivail; consagró todo su tiempo libre a la preparación de textos de enseñanza que serán adoptados por liceos, institutos y universidades de Francia. Da, gratuitamente, en su casa, cursos de física, química, aritmética, astronomía y biología.
Entre otras obras, publicó, también, el “Plan propuesto para el mejoramiento de la educación pública”, bajo cuya firma agregó: -“Discípulo de Pestalozzi”; -“Grammaire Normales de Exámenes”, -cuyo contenido contempla soluciones razonadas de todas las cuestiones sobre la gramática francesa, propuesta en los exámenes de la Sorbona y otras academias de Francia. –“Curso para cálculos de memoria”: 3.000 ejercicios y problemas graduados; -“Cuestionario gramatical, literario y filosófico”, en colaboración con Levy-Alvarès; así como otras obras que no es el caso de citar aquí. Sus actividades de pedagogo y escritor, le permiten adquirir una sólida cultura, realizando una efectiva síntesis del saber universal. Henri Sausse, refiriéndose a Rivail, expresa: -“Sus escritos fueron justamente apreciados, y su nombre era conocido y respetado, mucho antes de que alcanzase la fama como Allan Kardec”.
Como preparación previa a su rol de codificador de la Doctrina, podemos destacar su extensa actividad, durante 35 años, en el campo del magnetismo animal y del sonambulismo artificial, cuya amplia gama de fenómenos conocía a fondo.
Allan Kardec, en el prefacio de una de sus obras, expresó: -“El universo es un vasto taller; unos demuelen, otros construyen: cada cual talla una piedra para el nuevo edificio, del cual, únicamente, el Gran Arquitecto del Universo posee el plan definitivo y cuyo conjunto no se comprenderá sino cuando sus formas comenzarán a diseñarse por encima de la superficie del suelo”.
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Se nace: qué había antes? Se vive: cuál es el fin de la existencia humana? -Por qué se está aquí? -Hacia dónde se va? Luego, al llegar al término del ciclo de vida, surge otra inquietud: -qué hay más allá? De estas y otras preguntas de análoga importancia, da respuesta la obra kardeciana, y, en general, la Doctrina de la Verdad Universal. Las lectoras, lectores y estudiantes, de las obras de Kardec, hoy en día, son más de lo que podría suponerse, y, su número, cada día, va aumentando a pasos agigantados. Podría decirse, con seguridad, de que hoy, al igual que en la fecha de su publicación, en 1857, El Libro de los Espíritus, sigue siendo la obra más importante, en su género, a nivel mundial, que plantea y aporta las respuestas claves sobre las, prácticamente, totalidad de inquietudes del ser humano en torno al objetivo existencial. Mientras más a fondo se estudia dicho libro, más se percata la persona de que el genio de Kardec, en su profundidad pedagógica, contempló las preguntas esenciales y universales, que han despertado, durante milenios, y seguirán haciéndolo en el porvenir, el interés del ser humano por conocerse a sí mismo, y conocer, al mismo tiempo, al Creador Universal, el universo en que vive, en constante expansión, los valores existenciales, principios cósmicos y leyes espirituales que rigen a todos en el Todo.
A partir de ahora, nuestra era será reconocida como la del Espíritu. El siglo XXI da inicio a una nueva fase del desarrollo interno del ser humano, de todo su potencial psico-espiritual, ético-moral, filosófico-práctico, que permite optimizar la comprensión del Universo. Los alcances perceptivos se extenderán hasta conocer, o verificar, científicamente hablando, la existencia de vida en otros planetas y su comunicación con ella. En la Doctrina existen pruebas fehacientes de esa realidad de pluralidad de mundos habitados y constituye uno de los fundamentos esenciales de la enseñaza Espirita. Las pruebas de múltiples vertientes están al alcance de todos aquellos que quieran verlas y sean capaces de asumirlas y comprenderlas; y que se encuentren, al mismo tiempo, exentos del interés de inhibir la expansión del conocimiento como ocurriera durante la edad media y en la época de la inquisición. Si no existiese esa factibilidad de la pluralidad de mundos habitados, -a qué vienen, entonces, todos esos viajes espaciales? El común de las personas ignora la inmensidad del cosmos más allá de esas noches de incontables estrellas luminosas. Con una comprensión de lo que ocurre en ese entorno cósmico, y con la perspectiva universal de la vida que ello aportaría, muchas cosas cambiarían en el ámbito existencial, en el planeta tierra.
A nivel micro-cósmico, es decir, del ser humano, -pequeño gran universo-, recordando, también, a los demás integrantes de los cuatro reinos naturales, con su potencial ilimitado, sus facultades espirituales, y la optimización de sus sentidos cósmicos, conformados por los valores universales, cuyo desenvolvimiento, con conocimiento de causa, revelan los alcances y posibilidades que constituyen metas y objetivos a lograr.
Las modernas “regresiones”, permiten el conocimiento de existencias pasadas, y por ende, la supervivencia del Espíritu y su continuidad en nuevos ciclos de vida. Las manifestaciones espirituales, fruto de facultades psíquicas altamente desarrolladas, así como el profundo mensaje ético-espiritual-filosófico que se ha observado en los últimos años en la India, -al igual que ya aconteciera en milenios anteriores, en este continente-, señalan nuevos senderos por recorrer.
Otro acontecimiento, del que ya se sentó jurisprudencia, es el hecho, en el cual, un Tribunal de Justicia, de Brasil, aceptó como prueba, o elemento de juicio válido para absolver a una persona, el testimonio del Espíritu de la víctima, dado a través del famoso sensitivo brasilero, Francisco Cándido Xavier. En la comunicación indicaba la inocencia del acusado, y, al mismo tiempo, al culpable, quien reconoció los hechos imputados.
Existen importantes estudios sobre el Derecho Penal Espirita, y el anterior suceso histórico abre un panorama inmenso en el Derecho Penal mundial, permitiendo vislumbrar lo que traerá el futuro. En Brasil, aproximadamente, el 33% de su población, o más, sigue estudios Espiritas, cuyo pilar fundamental, es la totalidad de las obras de Allan Kardec. Empero, la cantidad de autores de corte Espirita, y de otras corrientes de pensamiento afines, es de significativa importancia, tanto por su extensión como por su calidad.
Grandes científicos, poetas, filósofos, intelectuales, literatos, y millones de personas de todos los grupos étnicos y niveles sociales, en el mundo, se han ocupado de la Doctrina. Se suelen destacar los ilustres nombres de quienes nutren sus filas, entre ellos: Victor Hugo, William Krook, Cesare Lombroso, Ernesto Bozzano, Camilo Flamarión, Federico Myers, Alfredo Russel Wallace, León Denis, Oliver Lodge, Arturo Conan Doyle, e incontables más. Ellos han estudiado la Doctrina en sus todas vertientes: científica, filosófica y ético-moral. Su huella es factible verla en muchas de sus obras.
Hacia la mitad del siglo XIX, el fenómeno de las mesas parlantes era la última moda, en Francia, -y en otros países-. De estos últimos, mencionamos, únicamente, el caso de las hermanas Fox, y el del Dr. Larkin, en Estados Unidos. La gente se divertía, en la gran sociedad francesa, comunicándose con los Espíritus. Preguntamos: Era sólo diversión lo que buscaban? -O, había, en la mayoría, un anhelo de conocer mejor el destino humano después de la desencarnación? -O, acaso, las lectoras, y lectores, se encuentran libres de este tipo de interés? Cuándo desencarna un ser querido, la mayoría de las personas, -no experimentan el anhelo de volver a comunicarse con él? Esa es la razón por la que las personas con inquietudes normales, cada día se acercan a la Doctrina, para profundizar su estudio. Es la única que puede aportar respuestas contundentes y serias sobre la inmensa gama de las inquietudes humanas.
En los círculos franceses, formados de gente de óptimo nivel intelectual, se habían recibido miles de comunicaciones, gran número de ellas con excelente contenido moralizante. Empero, faltaba alguien que pudiese sintetizar ese cúmulo de enseñanza, y que, además, estudiase el fenómeno y dedujera las consecuencias inherentes. Esa labor de exigentes esfuerzos, y alcances gigantescos, fue confiada a Hipolite León Denizard Rivail, quien luego, para desvincular el desarrollo de la Doctrina de su propia persona, e imprimirle independencia, adoptó el pseudónimo de Allan Kardec. Este era el nombre de Rivail, en una existencia pasada, según su guía espiritual, quien le había conocido entonces, en la Galia, en la época de los Druidas. Se sabe, también, que Rivail, en otra de sus vidas anteriores, fue Jetro, el suegro de Moisés, a quien se le atribuye ser el más antiguo exponente del principio de la Gerencia por excepción. Esto aconteció cuando, viendo el excesivo trabajo que Moisés desempeñaba, juzgando los casos del pueblo judío, le sugirió de elegir jueces de decenas, de cincuentena y de centenas, quienes juzgarían todos los casos que se presentaran. Los jueces de centenas remitirían los casos insolutos, a los de cincuentena, éstos a los de decenas, y aquellos, excepcionales, que los últimos no pudiesen resolver, serían los únicos que se le remitirían a Moisés. Esto nos da una idea del calibre espiritual del Espíritu de Rivail, que ya poseía en el siglo XVI antes de nuestra era.
La sólida formación científica, filosófica, pedagógica y humanística de Allan Kardec, unida a su gran capacidad de trabajo y de síntesis, objetividad y seriedad a toda prueba, le hacían la persona idónea para entregarle esa enorme cantidad de material acumulado, -más de 50 cuadernos-, para que fuese utilizado en la realización de una síntesis coherente. El trabajo le pareció inmenso a Kardec; empero, fue alentado por sus guías espirituales, quienes le indicaron que esa era su misión, para la cual se había preparado sin saberlo. Fue advertido de que sería secundado en la tarea, pero, que debía ser fuerte y constante, para implantar la Doctrina; con paciencia, su misión triunfaría, como en efectos, así aconteció.
Esto sucedía en el año 1854, en Francia, lo cual marca el comienzo de la etapa de investigador y primer exponente relevante de la Doctrina. Kardec estaba consciente de la importancia de la labor que emprendía, y entrevió, en dichos fenómenos, la clave de la incógnita del pasado y del porvenir de la humanidad, de la solución que él había buscado durante toda su vida. Se percataba, a la vez, de que iba a generar una importante transformación en las ideas, y en las creencias, prometiéndose, por ello, “obrar con circunspección y no ligeramente; ser positivista y no idealista”, para evitar desilusiones. Buscó, en todas sus investigaciones, la solución de los objetivos que le interesaban desde el punto de vista de la ciencia, de la filosofía, de la psicología y de la naturaleza del mundo invisible.
Kardec, en cada sesión, llevaba una serie de preguntas preparadas, y metódicamente ordenadas, que recibieron contestación “precisa, profunda y lógica”. Estas cuestiones son las mismas que, desarrolladas gradualmente, fueron la base de “El Libro de los Espíritus”. Posteriormente, publicaría las demás obras de su autoría: Instrucción Práctica para la Comunicación Espiritista; El libro de los médiums; El Evangelio según el Espiritismo; Cielo e Infierno; El Génesis; y, el libro síntesis: -Qué es el Espiritismo?
En enero de 1858, salió a luz pública el primer número de la Revue Espirite, que aún se edita, en Francia; y el mismo año, funda la Sociedad Parisina de Estudios Espiritas. Allan Kardec, elaboró una Constitución, con exposición de motivos, sobre el Espiritismo y su futura dirección. El 31 de marzo de 1869, el Codificador de la Doctrina, culmina, exitosamente, su misión. Las obras que escribió se tradujeron a todos los idiomas. Sus discípulos, que se cuentan por millones, en el mundo entero, crecen, cada día más. La Doctrina Espirita, con sus múltiples exponentes, es fuente fundamental de la Doctrina Universal, de necesario estudio para ampliar, certeramente, la propia visión de la vida y del universo. Es mucho más interesante de lo que, generalmente, se cree. Quien busca, con anhelo sincero y afán de saber, encuentra.


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El genio de Kardec, entra en escena cuando comienza a aplicar la Doctrina contenida en El Libro de los Espíritus para resolver las grandes incógnitas de la historia y percibir una perspectiva universal de la vida en la pluralidad de mundos habitados, arrojando luces sobre la realidad histórica del Planeta; por ejemplo, cuando percibe, antes que nadie, que la raza adámica es parte de una inmigración espiritual llegada de otros planetas, más adelantada que la familia originaria de la Tierra; cuando analiza la tesis de los “ángeles caídos” y percibe que son aquellos grupos de Espíritus refractarios al progreso que, una vez celebrado el juicio de mayoría, en cada mundo, son apartados y conducidos a aquellas moradas más acordes con su respectivo grado evolutivo, donde, de retrógradas pasan a ser maestros, o por lo menos, desenvolverse en ambientes más afines a sus tendencias.
Es en el libro Génesis, -publicado en 1868- donde se revela el Kardec genial en un nivel superior al ya reflejado en El Libro de los Espíritus. Aquí, comienza a percibir una realidad universal antes que ningún otro pensador en la historia y fue adecuando la Doctrina a esas inquietudes, -más las respectivas intuiciones fruto de su genio y las inspiraciones inherentes de genios análogos –desde la dimensión espiritual- co-participes en las obras; comienza a aplicarlas para ir esclareciendo los grandes enigmas de la humanidad.
Kardec, es el pionero en la enseñanza de una realidad universal que abre nuevos horizontes para la humanidad reflejando su verdadero destino, en el Planeta.
Es el primero en hablar, en El Libro de los Espíritus, sobre la Reencarnación, conocida desde la más remota antigüedad y lo hace 18 años antes de Helena P. Blavasky. En el siglo XX se han comprobado, científicamente, más de cinco mil casos de reencarnación, otorgándole un carácter irrefutable universalmente; el tema, está generando un interés creciente.
Constituye, Kardec, un paradigma vigente en la senda evolutiva de la sabiduría, superándose a sí mismo en el libro Génesis más allá de El Libro de los Espíritus. En éste, sube a la cima de la montaña de de la Doctrina Universal; en aquel, observa desde esa posición privilegiada y aplica la percepción intuitiva y la inspiración creadora de las cuales es objeto, para resolver cuestiones fundamentales de la vida y la historia en el Planeta, abriendo nuevos caminos de progreso.
Millones de personas se encuentran avocadas al estudio de las enseñanzas espirituales, axiológicas y/o ético-moral, filosóficas y metafísicas, que sólo la Doctrina Universal puede ofrecer en igual grado de luminosidad, gracias a sus obras maestras y de quienes, emulando su ejemplo, han continuado la Gran Conversación a través de los tiempos.
Así como en el Quijote, cada nueva generación ve algo más que la que le precedió, ocurrirá lo mismo con el Libro de los Espíritus –y demás obras de Kardec-; observará cosas nuevas de acuerdo a las inquietudes de los tiempos y a la respectiva conciencia perceptiva. Pero, por encima de todo, servirá para que cada quien efectúe la conexión con los planos superiores y con la fuente suprema, el Ser Universal, en una meditación constante sobre Él y los valores cósmicos, optimizando la percepción intuitiva y la realización creadora en el estudio de las ciencias y las filosofías, así como la practica de todas las virtudes.

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El 18 de abril de 1857, se publicó, en Francia, El Libro de los Espíritus, de Allan Kardec, con el cual se daba inicio a una nueva era en los caminos del progreso humano.
Sin duda, es un libro valiente, tomando en cuenta la época en que se publicó. Sigue siendo fundamental. Allan Kardec, pseudónimo de Hipolite León Denizard Rivail, hombre de profunda cultura clásica, científica, filosófica, histórica, metafísica, etcétera, además de insigne pedagogo, sintetizó, -en una obra cuya lectura y estudio ha transformado la vida de millones de personas en el mundo entero-, una Doctrina que habla al entendimiento, ilumina el Espíritu y abre unos horizontes que le dan verdadero sentido a la vida humana, despejando las incógnitas existenciales, aclarando el destino de la humanidad en el planeta tierra, -escuela de sabiduría en diferentes grados-, señala el camino que, en los próximos milenios, habrá de recorrer en el inmenso pensum evolutivo que aún depara el progreso potencial del planeta.
Fue seleccionado Kardec, para su obra misionera-codificadora de la Doctrina, por su profunda capacidad de síntesis y vastos conocimientos, para interpretar, discernir y coordinar los mensajes contenidos en miles de comunicaciones espirituales recibidas por centenares de sensitivos en el mundo entero, pasmándose, en todas, el mismo mensaje, elevada enseñanza e idéntica doctrina: el conocimiento profundo de la vida y de las leyes cósmicas que rigen todas las manifestaciones universales, interrelaciones con el ser humano y su misión.
Obra admirable que, traducida a los principales idiomas, alcanzó, rápidamente, 18 ediciones en vida de Kardec, y 50, en las cinco décadas siguientes; conserva plena vigencia pese al tiempo transcurrido y dentro de dos mil o más años será estudiada aun tal como se hace hoy con la Odisea, el Mahabarata, los Vedas, el I Ching, el Tao Te Ching, etcétera, estudio fundamental, -expresión de la sabiduría-, por medio del cual, cada quien se imbuye del verdadero sentido existencial, conociendo el destino humano en sus variadas facetas.
Kardec, -auténtico profeta de una era de luz espiritual y ejemplo digno de emulación por su capacidad de trabajo, estudio y cumplimiento de una exigente misión-, condensó en su obra un alimento básico para las inteligencias ávidas del más sublime conocimiento espiritual.
Este clásico, aporta –para las mentes que desean optimizar su visión-, la iluminación del propio Espíritu, señalando derroteros que constituyen la meta esencial de la vida humana, proporciona paz, serenidad, sosiego y auténtica felicidad, a medida que, transcurriendo su lectura y estudio, va descubriendo la verdadera esencia de la vida humana, su finalidad y misión cósmica del ser humano, potenciando a la vez, el Espíritu y la voluntad, afirmando los ideales y rectificando la conducta en el sendero del bien, de la justicia, del amor, la verdadera fraternidad y la evolución universal.
Va conociendo, cada quien, sus verdaderas facultades psico-espirituales, la forma de desarrollarlas y usarlas de acuerdo a los designios del Creador, estrechando la unión entre los entes que conforman la ecología psico-espiritual, a cuya sintonía elevada, constituyese en sensible y armónico canal de la Providencia Universal para plasmar la luz espiritual, el mensaje del amor cósmico y el aliento fraterno para superar exitosamente todas las pruebas existenciales, saldar las cuentas kármicas y alcanzar el punto de equilibrio cósmico, a partir de lo cual, cada quien conquista la auto-independencia y la auto-liberación para cooperar libremente, de acuerdo con la propia suma existencial, en los planes del Gran Arquitecto del Universo, dentro del infinito Taller cósmico.
Así lo expresó Kardec: -“El universo es un vasto taller: unos demuelen, otros reconstruyen; cada cual talla una piedra para el nuevo edificio, del cual únicamente el Gran Arquitecto del Universo posee el plan definitivo, y cuyo conjunto no se comprenderá sino cuando sus formas comenzarán a diseñarse por encima de la superficie del suelo”-.
La Doctrina, desde su codificación, en 1857, ha aglutinado en sus filas a las mentes más brillantes en todos los ámbitos del saber humano, a nivel mundial.
La lucidez mental, la seguridad personal y el poder psico-espiritual que se van desarrollando al acrecentar la visión cósmica, al profundizar en el mensaje contenido en la obra kardeciana, introduce en el auténtico camino evolutivo del ser, a cuyos inicios se encuentra, pero que, desde ya vislumbra las infinitas metas que en ilimitados ciclos de vida, en una carrera universal y eterna, -siempre en ascenso en forma de espiral-, ha de conquistar, cada vez en un mejor nivel de auto-expresión, evolución y grado de conciencia cósmica.
Una sola existencia es sólo un peldaño en los grados de la sabiduría universal. La obra de Kardec, abre la puerta correcta, en el momento oportuno y para quien, en forma gradual, experimente la necesidad de un alimento espiritual de tal valor. Su asimilación es de gran provecho para obtener esa visión certera de las cosas esenciales, en cada momento de la vida.
Se podrá poseer El Libro de los Espíritus, tenerlo en las manos, o por años en la biblioteca, pero, solamente un día, cuando cada quien esté preparado, -o preparada-, espontáneamente se manifiesta la iluminación, se adquiere conciencia de tal obra, con un claro impulso para leerla, revelándosele el mensaje que contiene y anhela el Espíritu humano.
Entonces, la existencia humana adquiere el verdadero sentido de acuerdo a los planes cósmicos y cada quien se ubica, de manera más efectiva, en el sendero de la propia autorrealización, asumiendo la tarea que, de acuerdo con los tiempos, le compete en el quehacer universal.
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El libro de los Espíritus trasciende cualquier otra obra en cuanto a los alcances de las respuestas que contiene en torno a Dios, a los valores universales, a las leyes divinas, a la educación moral de la humanidad, a la comprensión de las desigualdades entre los seres humanos, a la pluralidad de existencias y la ley de reencarnación y principios inherentes; la pluralidad de mundos habitados, ampliando la perspectiva universal de la vida, la respuesta a los grandes enigmas de la historia, y una inmensa cantidad de aspectos esenciales, en más de un millar de preguntas planteadas por uno de los pedagogos más lúcidos del siglo XIX, en Francia, como lo fue el profesor Hipolite León Denizard Rivail.
La obra kardeciana contribuyó a fundamentar una nueva era que plasmaba en mayor grado los ideales de los humanistas del siglo XIV, y de los grandes pensadores del Renacimiento.
Esa concepción humanista de volver la mirada a los orígenes, a la cultura clásica, a la ciencia y a la filosofía de la edad de oro griega, Allan Kardec la realiza con una amplitud incomparable, volviendo la atención a temas virtualmente olvidados no solamente durante la edad media, sino hasta la mitad del siglo XIX, como son: la Reencarnación, la interrelación de la dimensión espiritual con la física, aportando un conocimiento preciso de las facultades espirituales del Ser humano como ningún otro pensador lo hizo jamás en tiempo pasado. EL LIBRO DE LOS MEDIUMS, es la mejor obra de todos los tiempos, hasta ahora, en torno a las facultades espirituales del ser humano y su óptimo desarrollo.
El Libro de los Espíritus, junto con la Odisea, que contribuyó a forjar la edad de oro griega, y el Quijote, en el cual el genio inmortal de Cervantes plasmó una enseñanza para todos los tiempos, es la obra fundamental para la educación esencial del ser humano, en la preparación de la nueva edad de oro.
Pensadores del calibre de Kardec, al igual que Platón, en sus enfoques, seguirán vigentes, en líneas generales, en sus geniales concepciones de la verdad universal.
Conozcamos El libro de los Espíritus tan a fondo como un erudito lo hace con la temática de su disciplina. Seamos conocedores profundos de la obra del maestro, pero, también, de todas las obras que conforman el acervo cultural de la humanidad. Paralelamente, irán surgiendo, en la propia mente, las ideas intuitivas y las inspiraciones que aporten el conocimiento esencial de acuerdo con la inquietud de los tiempos.
La proyección de la lectura de EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS, iluminará los horizontes humanos, encaminándola hacia la nueva edad de oro en gestación. Esta labor podrá ser realizada, con efectividad, mediante pequeños círculos sistemáticos de lecturas, en progresión geométrica. Será en beneficio de cada ser que habita el planeta tierra- El mensaje de la verdad universal, que contiene, es bien acogido por todos con gran beneplácito. El Libro de Los Espíritus, es, con certeza, una de las percepciones más lúcidas del pensamiento universal. Adelante.

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LA SABIDURÍA DE EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS,
DE ALLAN KARDEC

I. (1) Quién es Dios?
-“Dios es la suprema inteligencia, la causa primera de todas las cosas”-.
COMENTARIO EXEGÉTICO GIC: En la primera edición de El Libro de los Espíritus la pregunta se formula tal como la hemos traducido desde la edición italiana, es decir: Quién es Dios?, en vez de: Qué es Dios, como se modificó en la segunda edición francesa y en todas las versiones a partir de entonces. Cuál de las dos formas es más acertada? Estimamos que ambos enfoques de preguntas son correctos, empero, la respuesta: -“Dios es la suprema inteligencia, la causa primera de todas las cosas”-, correspondería mejor a lo que es Dios. Ahora bien: “la suprema inteligencia” es un atributo que alguien posee; quién es ese alguien? Ese alguien es Dios. Entonces la respuesta a la pregunta: Quién es Dios?, debería ser: Dios, es el Ser Universal que posee la suprema inteligencia, y constituye, al mismo tiempo, la causa primera de todas las cosas-.
Como suprema inteligencia ha contemplado todas las variantes habidas y por haber en el eterno presente, sin límites de ninguna naturaleza.
Como causa primera de todas las cosas, constituye la fuente de donde emanan a la Conciencia, en un momento dado, todos los Espíritus de todos los seres en los tres reinos de la naturaleza, con individualidad claramente demarcada y con unos atributos que se corresponden, en forma análoga, a los atributos divinos poseídos por el mismo Ser Universal. En este caso tendríamos Seres individuales y un Ser Universal, formando una Unidad perfecta e indisoluble. Fueron creados esos seres individuales o siempre han estado en la fuente, y en un dado momento han emergido a la conciencia? Esto derivado de que la vida no se crea ni se destruye, simplemente existe. Emana a la Conciencia, en cada uno de los cuatro reinos naturales con una misión específica y en calidad de ejecutores de la Voluntad del Ser Universal; Él constituye el anhelo de ser, mientras que los seres individuales, -en los cuatro reinos- constituyen los ejecutores de dicha voluntad en todos los planos existenciales, en el eterno ahora.
La Conciencia de un Espíritu como ser individual, en los cuatro reinos naturales, nos aportaría la explicación de la creación de las formas materiales de la vida en todos los planos de expresión, así como de la creación de los mundos, su desarrollo y extinción, en incontables ciclos, los cuales, gradualmente, iremos analizando, buscando la percepción intuitiva más que percepción objetiva o razonamiento intelectual, lógicamente limitado. Es preciso centrar la atención en este enfoque para ir expandiendo la conciencia al respecto y la gradual percepción o darse cuenta de la realidad, siempre en expansión ilimitada.
La Unicidad de Dios: Hay un solo Ser Universal, o Creador. Pese a su emanación a la conciencia individual desde el Ser Universal, los seres individuales siguen conformando la Unidad con el Ser Universal, cuya emanación individualizada les faculta con el libre albedrío, les dota de los mismos atributos del Ser Universal, los cuales se corresponden con los valores universales. Además, cada ser individual esta dotado de una conciencia que constituye una réplica idéntica a la del Creador, por medio de la cual los seres individuales y el Ser Universal se comunican entre sí.
Cuáles son esos atributos divinos que los seres poseen en forma análoga a los del Ser Universal, en los cuatro reinos de la naturaleza, es decir: el humano, el animal, el vegetal y el mineral?
Cuáles son los nombres divinos del Ser Universal, que analizándolos o meditando sobre ellos, constantemente, permitan percibirle y conocerle?
Evidentemente, conociendo los atributos divinos en su totalidad o en parte, gradualmente, cada quien puede adquirir conciencia de ÉL, de acuerdo al propio nivel evolutivo.
II. (2) Qué debe entenderse por infinito?
-“Lo que no tiene ni principio, ni fin; lo ignoto. Todo lo que es desconocido es infinito”-.
COMENTARIO EXEGÉTICO GIC: En el sufismo, se le asignan las siguientes dos características a Dios, -el Ser Universal: La primera, denominada "Qidám", es decir: -“Él es lo anterior a lo anterior. Él no se hizo. Él siempre fue“-. La segunda, con el término "Baqá'", que significa: -“Él es el después del después, Eterno; Él siempre será“-.
Dios, -el Ser Universal-, constituye uno de los mejores ejemplos de la características del término “infinito”, por su carácter atemporal y eterno, como lo expresa el “Quidam”: -”Él no se hizo”; simplemente era, es y será en el eterno presente.
La primera vertiente del término “infinito” se relaciona con el tiempo: por su condición de eterno presente el tiempo es eterno, por lo cual, constituye el segundo mejor ejemplo de “infinito”.
En la segunda, Dios es, también, infinito en la perfección y en el potencial de sus atributos. En el potencial, por cuanto, si bien Su perfección lo es en grado infinito, en lo relativo a Su capacidad creadora, desde el momento en que siguen emanando de Él nuevos seres a la conciencia individual, en los cuatro reinos naturales, la misma se encuentra, aún, en grado de potencialidad, infinita, sí, pero potencial, es decir, seguirá en Su rol Creador eternamente. Esta característica de potencialidad de su capacidad creadora dejaría de ser potencial si ya todos los seres que existirán, en el eterno presente, existieran ya, es decir, que no van a emanar más nuevos seres a la conciencia individual, a partir del Ser Universal. En este caso, todos los seres, en los cuatro reinos naturales, existirían desde siempre, junto al Creador Universal. Pero, su capacidad creadora de nuevas expresiones de vida tiene un potencial infinito aún en el caso de que, el Espíritu individualizado en el Alma Universal, y dentro de una unidad de ella, sea, como de hecho es, el Espíritu Universal del Creador. Con este enfoque, realmente, no habría creación de nuevos seres, ya que quien se encarna en “la unidad” del Alma Universal, en una expresión individualizada, -SER INDIVIDUAL- es el mismo Creador Universal, -sin dejar de ser Él, ni separarse de Él-, a partir de cuyo estado inicial empieza un proceso evolutivo potencialmente infinito y eterno. Pero, en cualesquiera de las formas que se quiera ver, siempre constituye un carácter potencial, en grado infinito, de su capacidad creadora. (Ver comentario exegético de la pregunta Nº 81).
Un tercer enfoque del término “infinito” se relaciona con el espacio. El espacio cósmico es infinito, caso contrario, -qué habría más allá del límite? Si hubiese un límite dejaría de ser infinito.
Dentro de la respuesta dada por los Espíritus al maestro Allan Kardec, se expresa: -“lo ignoto. Todo lo que es desconocido es infinito”-.
Esta parte de la respuesta, realmente, tiene dos vertientes: la primera, de carácter infinito; la segunda, expresa un límite o condición finita. Es decir, en realidad lo ignoto, lo que se ignora, es infinitamente ilimitado; no tiene fin, eternamente encontraremos un más allá. Empero, en lo referente a: -“Todo lo que es desconocido es infinito”-, puede señalarse que en la suma de todo, en el Todo o en un área determinada, no en su número, sino en su potencial o posibilidades, lo desconocido es infinito, pero, en términos relativos, no todo lo desconocido es infinito. Por ejemplo: si a todas las galaxias existentes, aunque su número sea desconocido para nosotros, les agregáramos una más, dejarían de ser infinitas y así ocurrirá con todas las cosas en cuanto se refiera a su cantidad, cualidades y características. Pero, en cuanto al potencial y variantes de sus manifestaciones y aplicaciones, en todos los ámbitos, conservará su carácter infinito e ilimitado. Sin embargo, encontrándose el Universo en constante expansión, lo que aún siendo limitado, en un momento dado, se encuentra en constante crecimiento, lo cual ratifica que todo potencial es de carácter infinito.
III. (3) Podría decirse que Dios sea el Infinito?
-“Sería una definición incompleta por la limitación del lenguaje humano, insuficiente para expresar las cosas que son superiores a vuestra inteligencia”-.
Dios es infinito en sus perfecciones; empero, el infinito es una abstracción. Decir, por lo tanto, que Dios sea el infinito, sería tomar el atributo por el sujeto, y definir una cosa ignota por medio de otra igualmente desconocida.
IV. (4) En qué puede tenerse la prueba de la existencia de Dios?
-“En un axioma que aplicáis a vuestras ciencias: No existe efecto sin causa. Buscad la causa de todo lo que no sea obra del ser humano y vuestra razón os responderá”-.
Para creer en Dios, es suficiente observar las obras de la Creación. El universo existe; por lo cual tiene una causa. Dudar de la existencia de Dios, sería como negar que cada efecto tenga una causa, y afirmar que la nada haya podido producir alguna cosa.
V. (6) El sentimiento íntimo que tenemos en nosotros mismos de la existencia de Dios, -no podría ser una consecuencia de la educación, y el producto de ideas adquiridas?
-“Si esto fuese así, -cómo tuvieron este sentimiento, también, las gentes primitivas?
Si el sentimiento de la existencia de un Ser Supremo fuese el producto de la instrucción, no sería universal, y no se encontraría, como las nociones de las ciencias, mas que en los individuos y en los pueblos cultos.
VI. (8) Qué se debe pensar de la opinión que atribuye la primera formación de lo creado a una combinación fortuita de la materia, es decir, de la casualidad?
-“Otra absurdidad! Cuál ser humano de buen sentido puede considerar la casualidad como un ser inteligente? Y, después, la casualidad, qué es? Nada”-.
La armonía, que regula las fuerzas del universo, demuestra combinaciones y principios determinados, y por lo tanto una potencia inteligente. Atribuir la primera formación a la casualidad, sería un absurdo, por cuanto en ella está ausente la visión y no puede producir los efectos inteligentes. Una casualidad inteligente dejaría de ser una casualidad.
VII. (10) Puede el ser humano comprender la naturaleza íntima de Dios?
-“No: necesitaría un sentido que le falta, desarrollar, aún”-.
VIII. (14) Dios es un ser distinto, o es, según la opinión de algunos, el conjunto de todas las fuerzas y de todas las inteligencias reunidas del universo.
-“Si así fuese, no existiría Dios, por cuanto Él sería el efecto y no la causa. Él no puede ser al mismo tiempo una cosa y la otra. De la existencia de Dios no podéis dudar; y esto es lo esencial. Hacedme caso y no vayáis más allá. No os perdáis en un laberinto, del cual no podríais encontrar la salida, lo cual no os haría mejores, quizá os rendiría un poco más orgullosos, por cuanto creeríais de saber, mientras que, en realidad, no sabríais nada. Poned aparte todos vuestros sistemas. Vosotros tenéis muchas cosas que os tocan más de cerca, comenzando por vosotros mismos; estudiad vuestras imperfecciones con el fin de liberaros, y esto resultará más proficuo que el querer penetrar lo impenetrable.
IX. (25) El Espíritu es independiente de la materia, o es en cambio una propiedad de esa, como los colores son una propiedad de la luz, y el sonido una propiedad del aire?
-“El uno es distinto de la otra; empero, es necesaria la unión de ambos para dar una inteligencia a la materia”-.
Es, quizá, igualmente necesaria esta unión también para la manifestación del Espíritu?
-“Es necesaria para vosotros, ya que no estáis organizados para percibir el Espíritu libre de la materia: las limitaciones de vuestros sentidos no lo permite”-.
X. (48) Podemos conocer la época de la aparición del ser humano y la de los demás seres vivientes sobre la tierra?
-“No; todos vuestros cálculos son quimeras”-.
XI. (54) Si la especie humana no procede de un solo origen, -deben los seres humanos continuar a considerarse como hermanos?
-“Todos los seres humanos son hermanos en Dios, por cuanto están animados por el Espíritu y tienden al mismo fin. Vosotros queréis tomar, siempre, las palabras literalmente”-.
XII. (58) Los mundos más lejanos del sol, -están, quizás, privados de luz y de calor, por cuanto el gran astro no tiene para ellos sino la apariencia de una estrella?
-“Creéis, vosotros, que no existen otras fuentes de luz y de calor fuera del sol? No contáis para nada la electricidad que en ciertos mundos tiene una función miles de veces más importante que sobre la tierra? Del resto, -quién os dice que todos los seres sean de vuestra misma forma y con órganos conformados como los vuestros?”-.
Las condiciones de existencia de los seres que habitan los variados mundos, deben ser apropiados al medio, en el cual son llamados a vivir. Si no hubiésemos jamás visto peces, no podríamos comprender que existan seres capaces de vivir en el agua. Lo mismo ocurre en los otros mundos, los cuales sin duda tienen elementos que nos son ignotos. -No vemos, nosotros, sobre la tierra las largas noches de los polos iluminadas por la electricidad de las auroras polares? Cuál es la imposibilidad de que, en algunos mundos, la electricidad sea más abundante que en la tierra, y tenga una acción general cuyos efectos aún nos sean incomprensibles? En consecuencia, aquellos mundos pueden llevar en sí mismos las fuentes de calor y de luz necesarias a sus habitantes.
XIII. (62) Cuál es la causa eficiente de la animalización de la materia?
-“Su unión con el principio vital”-.
XIV. (74) Se puede establecer un límite entre el instinto y la inteligencia, es decir, precisar donde termina el uno y comienza la otra?
-“No, por cuanto, frecuentemente se confunden; pero, en cambio, se pueden distinguir los actos que pertenecen al instinto de aquellos que pertenecen a la inteligencia”-.
XV. (81) Los Espíritus se forman espontáneamente, o proceden los unos de los otros?
-“Dios los crea, como todas las criaturas, con su voluntad; pero, repito, su origen es un misterio”-.
COMENTARIO EXEGÉTICO GIC: Cómo emanan los seres, del Ser Universal?

En primer lugar, el Ser Universal estaría formado por dos partes esenciales:
a) El Espíritu Universal, único, ENERGÍA comparable, si pudiésemos verle con la visión espiritual, a un FUEGO CÓSMICO en constante movimiento, o, a una luz como un fuego dorado, color equivalente al de la miel de abeja pura.
b) El Alma Universal: Podríamos definirle como el vehículo o cuerpo universal, del cual emana cada Espíritu a la conciencia individual, en los cuatro reinos naturales, de la siguiente manera:
• Cada vez que el Ser Universal desea otorgar vida individual a un nuevo ser, en los cuatro reinos naturales, el Espíritu del Ser Universal se une a esa alma individual que se encuentra inserta en el Alma Universal, -equivalente a una célula creadora- adquiriendo, a partir de ese momento, vida individual, eterna e inmortal, con todos los atributos divinos del Ser Universal, por cuanto es el mismo Creador Universal encarnado en esa alma individual e individualizado, sin separarse de la Totalidad del Ser Universal, siendo UNO con Él, indisoluble, Él –mismo- diferenciado en una UNIDAD del Alma Universal. Es el equivalente a la ENCARNACIÓN DIVINA, en todo el sentido de la palabra. Y cada Espíritu constituye una encarnación de la Divinidad en un alma individual que será su vehículo eterno individualizado y diferenciado, con libre albedrío y autonomía, sujeto a los parámetros de las leyes divinas, valores universales o atributos divinos.
• Es un proceso de ENCARNACIÓN DIVINA continúo y eterno, en forma gradual, de acuerdo a las necesidades de la Creación y la expansión universal.
• Esa alma individual en la cual se ha encarnado el Espíritu Universal, individualizándose, es como una célula creadora en el cuerpo humano, comparable a un espermatozoide etérico o espiritual, después de cuya unión de Dios con esa célula, emana a la conciencia individual el NUEVO SER individualizado.
• El lugar del cual emana a la vida individualizada, esa alma individual, por la encarnación de la Divinidad como Espíritu personalizado, constituirá el espacio cósmico de cada ser en el Ser Universal, con el cual estará indefectiblemente unido con un hilo fluídico elástico, análogo al hilo de plata, fluídico y elástico, que constituye el alma,-peri-Espíritu-, que une el Espíritu con el Cuerpo.
• Gran número de doctrinas y personajes lúcidos de diferentes épocas han expresado, en algún grado, y en diversas formas, esta verdad, sin entrar en detalles, lo que, en síntesis, se refleja en lo antes expuesto; empero, la reseña que antecede permite formarse una idea clara de cómo se lleva a cabo el proceso con exactitud.
• Quedaría una pregunta digna de meditación: El proceso de emanación a la conciencia individual, de acuerdo a la reseña que antecede, se realiza paralelamente y en forma diferencial, en cada uno de los seres de los cuatro reinos naturales, o en un solo ser individualizado a partir del cual va evolucionando, a nivel espiritual, -no físicamente- pasando de una especie a otra, de un reino a otro, por etapas, hasta ocupar el nivel humano?
• Nuestra percepción personal indica un solo e idéntico proceso de la encarnación de la Divinidad en un ser individual diferenciado.
• Cada reino natural posee Espíritu, alma y cuerpo, en un proceso idéntico.
• Aquí caben dos preguntas: 1) En los mundos muy avanzados, existen minerales, plantas y animales? 2) Sus Espíritus son los mismos que formaron parte de aquellos mundos primitivos e intermedios por los cuales pasaron las humanidades muy evolucionadas?
• Si estas preguntas tienen respuestas afirmativas, es decir, que: los Espíritus de los minerales, de los vegetales y de los animales que conforman los mundos muy evolucionados y que acompañan a las humanidades que los pueblan, han evolucionado paralelamente, y les han acompañados en el proceso evolutivo, hasta esta etapa superior, conservando su respectivo rango de mineral, vegetal o animal, entonces, la respuesta correcta a la pregunta formulada sobre el proceso de la encarnación de la Divinidad a nivel del alma individualizada, sería la de que, la Divinidad, siendo la misma, se encarna en cada reino natural individualizando el Espíritu respectivo y diferenciado de cada especie.
• Si el Espíritu humano debiese pasar por los procesos de transformación evolutiva, a nivel espiritual, por todas las variantes minerales, vegetales y animales, sería un proceso demasiado largo. Por lo menos, a nivel del planeta tierra, y de los mundos superiores en progreso al de nuestro planeta, el ser humano, desde su primera existencia, en la tierra, siempre ha sido humano. Esto se deduce claramente de la respuesta que obtiene, Allan Kardec, a la pregunta Nº 172 de El Libro de los Espíritus. Este tema, apasionante de por sí, amerita mayores análisis y meditaciones para dejarlo zanjado.
XVI. (85) Cuál de los dos mundos, el espiritual o el corpóreo, es el principal en el orden de las cosas?
-“El mundo espiritual; porque ha preexistido, y sobrevive a todo”-.
XVII. (92) Los Espíritus tienen el don de la ubicuidad? En otros términos: -puede el mismo Espíritu dividirse y estar en varios lugares a un mismo tiempo?
–“No; pero, cada Espíritu es un centro, que irradia en varias partes, por lo cual pareciera que se encuentre en varios lugares al mismo tiempo. Ved, el sol es uno, pero irradia todo alrededor y envía sus rayos muy lejos, sin dividirse en varias partes”-.
Irradian todos los Espíritus con la misma potencia?
-“Es evidente que no, por cuanto ésta depende del grado de su respectiva pureza”-.
Cada Espíritu es una unidad indivisible; pero puede extender su pensamiento en más direcciones al mismo tiempo. En esto solo consiste la facultad de la ubicuidad atribuida a ls Espíritus. De esta manera es un cuerpo luminoso que envía lejos sus rayos y puede ser visto desde todos los puntos del horizonte; así un ser humano. Que, sin cambiar de sitio y sin dividirse, puede transmitir órdenes, señales y movimientos en diversos lugares.
XVIII. (110) CLASE TERCERA: Espíritus prudentes. – Elevadísimas cualidades morales forman el carácter distintivo de estos Espíritus. Sin tener conocimientos del todo ilimitados, se encuentran dotados de una capacidad intelectual que le permite formarse un sano juicio sobre los seres y las cosas.
XIX. (114) Los Espíritus son por su naturaleza buenos o malos, o, en cambio, se van mejorando por su propia voluntad?
-“Son los mismos Espíritus que se mejoran por sí mismos, y, mejorándose, pasan de un orden al otro”-.
XX. (383) Cuál utilidad aporta al Espíritu su paso por el estadio de la infancia?
-“Por cuanto se encarna con el objetivo de perfeccionarse, en aquella edad el Espíritu es perceptible a las impresiones que recibe y que pueden estimular su progreso, y a este progreso deben contribuir quienes están encargados de su educación”-.
XXI. (403) Por qué no recordamos todos los sueños?
-“Lo que vosotros llamáis sueño es el reposo del cuerpo, por cuanto el Espíritu es siempre activo. En tal estado, él recupera su libertad, y se interrelaciona con sus seres queridos, sean éstos de la dimensión física o de la espiritual; empero, por cuanto el cuerpo es materia pesada o densa, le cuesta mantener las impresiones percibidas por el Espíritu por vías extra-sensoriales”-.
XXII. (404) Qué valor tiene la interpretación de los sueños?
-“Ninguna, como la entienden los pretendidos adivinos, por cuanto es absurdo creer que la realización de un acontecimiento pueda depender de un sueño, o bien, es absurdo creer que el soñar una determinada cosa anuncie su realización. Los sueños son verdaderos en cuanto representan imágenes reales para el Espíritu; pero, éstas, normalmente, no tienen ninguna relación con las vivencias de la vida corpórea, y son, como lo hemos dicho, reminiscencia de un pasado más o menos próximo. Sólo algunas veces, por vía excepcional, pueden ser un presagio del futuro, o la visión de lo que acontece en otro lugar, donde el Espíritu se proyecta”-.
XXIII. (405) Frecuentemente vemos en sueño cosas que parecen presentimientos, pero después no suceden. -Cómo explicarlo?
-“Ellas pueden verificarse para el Espíritu, si bien no para el cuerpo; por cuanto aquel va a encontrar las cosas y las personas en su nivel. Del resto, es preciso recordar que, durante el sueño, el Espíritu está siempre más o menos ligado a la materia, por lo cual no se libera jamás completamente de las ideas terrenas, por lo cual las preocupaciones de la vigilia puede dar a lo que se ve lo que se desea o teme. Esto, pero, no es más que un efecto de la imaginación, por cuanto, cuando la persona e vivamente preocupada por una idea, ella refiere a ella todo lo que ve”-.
XXIV. (421) Los letárgicos y los catalépticos generalmente ven y oyen todo cuanto acontece a su alrededor, pero no lo pueden manifestar: -lo hacen con los ojos y con los oídos del cuerpo?
-“No: con el Espíritu. Éste tiene conciencia de sí; pero no puede comunicarse”-.
-Por qué no puede comunicarse?
-“Porque el cuerpo se le opone. Tal estado particular de los órganos os da la prueba que en el ser humano existe, además del cuerpo, otra fuerza, la cual actúa mientras el cuerpo se encuentra inerte”-.
XXV. (435) -Puede el Espíritu ver los demás Espíritus?
Puede, pero depende del grado y de la naturaleza de su lucidez. Alguna vez él no se da cuenta con quien ha de tratar, y los toma por seres corpóreos. Esto sucede especialmente a quienes no conocen el Espiritismo, por cuanto no comprendiendo la esencia de los Espíritus, se asombran* y los creen corporalmente vivos”-.
De igual manera acontece después de la desencarnación en aquellos que se creen todavía encarnados: no se dan cuenta de algún cambio en torno a sí, creen los Espíritus vestidos de cuerpos similares a los nuestros y confunden la percepción del propio cuerpo por un cuerpo real.
XXVI. (491) -Cuál es la misión del Espíritu protector?
-“La de un Padre hacia sus propios hijos: guiar su protegido en la buena vía y ayudarle con consejos; consolarlos en las aflicciones, y alentar su coraje en las pruebas de la vida”.
XXVII. (508) Los Espíritus virtuosos que han dejado la dimensión física, -pueden, siempre, proteger a sus seres queridos, que, aún, permanecen en ella?
-“Su poder es más o menos limitado, y no siempre la condición en la cual se encuentran le dejan en plena libertad de actuar”-.
XXVIII. (517) Existen Espíritus que se dedican a proteger a toda una familia?
-“Existen Espíritus que protegen a los miembros de una misma familia, para que vivan juntos unidos por el afecto; empero, no los hay protectores del orgullo de los grupos étnicos”-.
XXIX. (527) Tomemos otro ejemplo: una persona que debe desencarnar fulminada, se refugia debajo de un árbol; el rayo le envía a mejor vida. -Han tenido alguna participación los Espíritus tanto en provocar el rayo como en orientarlo en dirección de la persona en particular?
-“Nos encontramos en un caso similar al anterior. El rayo se manifestó sobre aquel árbol y en aquel momento, por cuanto las leyes de la naturaleza así lo determinaron, y no porque aquella persona se encontraba debajo del árbol. Empero, la persona fue inspirada a proceder de aquel modo y refugiarse debajo del árbol sobre el cual debía caer el rayo. El árbol, de todas maneras, habría estado afectado tanto si la persona se refugiaba como si hubiese dejado de hacerlo, debajo de él”-.
XXX. (535) De las propias condiciones venturosas de vida, -es a nuestro Espíritu protector a quién debemos expresar gratitud?
-“Agradeced, primeramente, al Creador Universal, sin cuya voluntad, -por la Ley Cósmica-, no ocurre nada; después a los buenos Espíritus, quienes han sido los instrumentos”-.
-Qué ocurriría si dejáramos de expresarles nuestra gratitud?
-“Lo que les ocurre a los ingratos”-.
Sin embargo, -existen algunos que aún sin orar ni expresar gratitud, son exitosos en todo?
-“Sí, pero hay que esperar hasta el final; toda fortuna obtenida sin méritos, suele tener un costo inherente; cuanto más se haya recibido, tanto más hay que pagar”-.
XXXI. (538) Los Espíritus que presiden los fenómenos de la naturaleza, forman una clase especial? Constituyen una categoría particular de seres, o son Espíritus que estuvieron encarnados como nosotros?
-“Que fueron y que serán”-.
Pertenecen a los órdenes superiores o a los inferiores de la jerarquía espirita?
-“Según que su oficio sea más o menos inteligente. Los unos dirigen, los otros ejecutan; quien ejecuta las cosas materiales es siempre de orden inferior; así ocurre entre los Espíritus como entre los seres humanos”-.
XXXII. (548) Un Espíritu que asistiese a una batalla como simple espectador, -puede percibir la separación del Espíritu del cuerpo, en los caídos? Y, -cómo se le desenvolvería, bajo su mirada, este fenómeno?
-“Pocas desencarnaciones ocurren en forma instantánea. En la mayoría de los casos, el Espíritu, cuyo cuerpo ha sido afectado mortalmente, aún no ha adquirido conciencia de ello. Tan pronto lo perciba, se acerca al cuerpo, que permanece inerte, siendo la vida toda del Espíritu, es sólo a él mismo que se habla, y se dirige”-.
XXXIII. (664) Es de alguna utilidad orar por los Espíritus que han desencarnado y por aquellos que se presume que sufren? Si la respuesta es afirmativa, -cómo pueden nuestras oraciones ayudarles y abreviarles sus estados de afectación espiritual?
-“La oración no puede tener el efecto de cambiar los designios de Dios; pero, el Espíritu, por quien uno ora, recibe el estímulo de la demostración de afecto que se le da, por cuanto el ser que debe transmutar su estado de conciencia, es siempre grato de recibir el apoyo de quienes buscan su bien. Por otra parte, con la oración, el Espíritu es estimulado al arrepentimiento y al deseo de hacer lo que sea preciso para ser felices. En este sentido, pueden ser abreviadas las consecuencias, si de su parte hay el apoyo de su buena voluntad. El deseo de mejorarse, estimulado por la oración, llama a su lado Espíritus mejores, que van a iluminarle, a consolarle, y a darle esperanza. Jesús oraba por las ovejas descarriadas, mostrándoos, de esta manera, que seríais responsables, si vosotros no orarais por quienes lo requieran”-.
XXXIV. (694) Cómo juzgar las prácticas que impiden la reproducción para satisfacer la sensualidad?
-“Demuestran el predominio del cuerpo sobre el Espíritu y cuanto el ser humano se encuentra subordinado a la materia”-.
XXXV. (697) La indisolubilidad absoluta del matrimonio se encuentra en la ley natural o, únicamente, en la ley humana?
-“Es una ley humana contraria, en elevado grado, a la natural; pero, los seres humanos pueden cambiar sus propias leyes: solamente las de la naturaleza son inmutables”-.





EL ENCUENTRO EN LA VICTORIA



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UN ENCUENTRO EN LA VICTORIA

Autor: ©Giuseppe Isgró C.

Del libro: La Victoria

Capítulo I

Me encontraba un día, en una fuente de aguas tranquilas, cristalinas, cuando se me acercó un Venerable hombre, vestido a la antigua usanza, con bata blanca, larga, pelo y barba que alguna vez fueron de color pelirrojo y un báculo en la mano derecha.

Concentró sus ojos en los míos; su mirada era profunda, serena y apacible.

Con voz suave y afectiva, me dijo:

-“Hola, hijo, como estás”-.

–Bien, -le contesté-; y, ¿usted?

–Por aquí andamos; -fue su respuesta-, mientras me sonreía.

-¿Dónde estamos?, -le pregunté al Venerable hombre-.

-Este sitio es conocido como La Victoria; -me contestó-. –¿Qué haces por estos lados?

-Salí esta mañana, temprano, con el coche, a dar un paseo; luego, al llegar a esta zona, me paré a contemplar la belleza de los araguaneyes y decidí caminar un poco y la verdad que, absorto en mis reflexiones, caminé por lo menos durante dos horas, hasta llegar aquí. Desconocía este hermoso lugar. Y, usted, -¿vive por aquí cerca? -le pregunté-.

Un poco más arriba, en esa colina boscosa. Hace algunos años, -relata el Venerable hombre- decidí retirarme de la agitada vida ejecutiva en que me desenvolvía profesionalmente, como abogado, en la ciudad de Quebec, Canadá, aunque he viajado por diversos países asesorando a incontables líderes. Construí la casa, en esta zona tropical, con la idea de pasar aquí los meses de invierno. Me dedico al estudio de la vida, a la meditación y a cultivar mi jardín y de vez en cuando, a escribir mis reflexiones, las cuales, algún día, habrán de ser publicadas para esparcir un poco la luz que he podido vislumbrar en mis estudios metafísicos-espirituales.

-¿Quieres tomar un café? –Me preguntó el Venerable hombre-. Lo he traído de Caripe El Guácharo; es de los más exquisitos que he probado.

-Sí, con gusto se lo acepto; -le contesté-.

Nos fuimos caminando por un sendero rodeado de árboles cargados de mangos, aguacates, naranjas y una hilera de cayenas de diversos colores. A lo lejos, el ruido de la brisa se oía apaciblemente. Todo era quietud, armonía y paz. Pero, sobre todo, lo que más me impresionaba era la apacibilidad y el sosiego del Venerable hombre de La Victoria. Emanaba de él un flujo de fuerza que, en su presencia, me sentía con un poder y una seguridad nunca antes experimentados. Fuerzas bienhechoras se iban apoderando de mí y aquella paz y relax que buscaba en la mañana, al salir a dar un paseo, sin percatarme de ello, las estaba experimentando ya.

Después de unos quince minutos de caminar, llegamos a la casa del Venerable hombre. Su aspecto exterior humilde estaba lejos de dejar entrever lo que segundos después habría de asombrarme con lo que encontré en el interior.

Al entrar, en la casa, una joven de unos veinte años saludó al Venerable hombre.

-¡Hola, abuelo!, ¿cómo estás?

–Bien, hija, -contestó el Venerable hombre-. -Prepara un poco de café, Lucía, mientras conversamos un poco, adentro.

-Por cierto, te presento a Santiago, quien ha llegado paseando hasta La Victoria.

Después de la presentación, entramos en la biblioteca del Venerable hombre. Un salón grande, lleno de estantes de libros por todas partes, lo cual hacía inimaginable dicho cuadro desde el exterior. Algunos cuadros al óleo de morichales y de personajes históricos, presentaban un ambiente acogedor. En un rincón se encontraban diversos retratos de Tagore, Gandhi, Cicerón, Séneca, Ibn Arabi y un dibujo de Don Quijote y Sancho Panza. En un pequeño cuadro, podía leerse: -“Lo que Alá quiera. Nada se le asemeja”-.

-Le felicito por este inmenso tesoro que usted tiene aquí, -le dije al Venerable hombre-. -¿Cuáles son los temas de su interés?

A lo cual, me contestó: -Como usted puede ver, Santiago, -y me invitó a recorrer los estantes- aquí hay libros de variados temas: clásicos de todos los países y épocas, desde los Vedas, los Upanishads, el Mahabaratha, los libros de Confucio, El Tao te King, de Lao Tse, el Poema de Gilgamesh, el Código de Amurabí, autores griegos, como Homero y Hesiodo. Se encuentran las obras completas de Euclides, Platón, Aristóteles, Teofrasto, Demetrio de Falereo, de los Presocráticos, Epicteto, Plutarco, etcétera; de los latinos, autores como Séneca, Cicerón, -que son mis preferidos-, Julio César, Tito Livio, Dionisio de Halicarnaso, Marco Aurelio, así como libros de Psicología, Gerencia, Sufismo, Yoga, ensayos, filosofía, parapsicología, hermetismo, El Quijote, libros de economía, filosofía, etcétera, en fin, un poco de todo lo que es preciso conocer para poder entender el significado de la vida: de dónde venimos, por qué estamos aquí y hacía dónde vamos, sin lo cual, la vida no tendría sentido, sobre todo por el gran afán a que está sometido el ser humano en la agitada vida moderna.

Nos sentamos en sendas butacas y nos entretuvimos conversando de temas diversos. Al poco rato, entró Lucía con dos tazas de oloroso café y unos biscochos, que degustamos con agrado en una amena e interesante conversación. Al fondo, podía oírse una suave música de Beethoven.

Pasamos cerca de una hora conversando de sobre la Atlántida, Egipto, los griegos, de Homero, de los sufíes, del budismo zen, los poderes del espíritu, meditación, etcétera, después de lo cual, le hice una pregunta directa.

-Seguramente, usted ha desarrollado alguna técnica de meditación y algún método de resolución de situaciones, en la vida, que me quisiera explicar, ya que, según observo, para tener usted una serenidad tan acentuada y una fortaleza física a la edad que imagino que usted debe tener, -cerca de noventa años- es porque ha encontrado en su larga experiencia algún secreto que quizás quisiera compartir conmigo.

Santiago, -me dijo el Venerable hombre, si vuelves a visitarme otro día, quizá te cuente algo que te pueda servir. Empero, antes de que te vayas, te haré entrega de unos apuntes que hace ya muchos años, en una época en que yo andaba a la búsqueda de sosiego y tratando de encontrarle sentido a la vida, un Venerable hombre que, en una edad similar a la mía, a su vez me entregara y cuya práctica asidua me permitió domar la mente, encarrilar mi vida y poner bajo control los hilos del destino. Son veintidós manuscritos, y una meditación diaria, –continuó diciendo el Venerable hombre, que si bien son ya un poco antiguos, podrás copiarlos de nuevo y si pones en práctica las técnicas que contienen, darás a tu vida un esplendor que habrá de sorprenderte agradablemente.

-Una vez que los hayas probado con total y absoluta satisfacción de tu parte, -me dijo, ponlos en limpio, en forma de libro y publícalo para que su mensaje llegue a mayor número de personas. Hacía tiempo que esperaba a alguien a quien confiarle este legado y creo que hoy, al llegar aquí, en la forma en que lo has hecho, tus pasos han sido dirigidos por Aquel que todo lo sabe y puede, por la Ley Cósmica, y en cuyos planes universales, todos somos sus instrumentos.

Me despedí del Venerable hombre y de su adorable nieta, sintiendo dentro de mí fuerzas desconocidas hasta entonces que preanunciaban grandes cambios en mi vida.

En los días siguientes, aparté una hora diaria, antes de dormirme, y leí y releí, todos los manuscritos, de la siguiente manera: En primer lugar copié la Meditación diaria en un cuaderno, el cual leí durante veintidós noches y mañanas seguidas, tal como lo indicaban las instrucciones de la misma.

Una nota al pie de página mencionaba que si yo la transcribía en un cuaderno, el hecho de hacerlo, grabaría en mi ordenador mental las instrucciones y me sería más fácil desarrollar, en mi personalidad, las cualidades y condiciones que formaban parte de los objetivos implícitos en la misma.

De los veintidós manuscritos, cada lunes, a las once en punto de la noche, copiaba uno en el cuaderno, y durante el resto de la semana, a la misma hora, lo leía y meditaba, siguiendo las fáciles y efectivas técnicas e indicaciones al inicio del mismo.

Cuatro semanas después de leer durante veintidós días seguidos, en la noche y en la mañana, la meditación diaria, comenzaron a manifestarse en mi vida una serie de cambios positivos que me dejaban asombrado a mi mismo, pero, también, los miembros de mi familia y a mis amistades; sobre todo mi semblante comenzó a ser más apacible; volví a sonreír desde el interior; mi estado anímico era de contento; me sentía más seguro de mi mismo; comencé a confiar más en la gente, en la vida y a vislumbrar el sentido de mi misión en la vida –percibía cosas que antes me pasaban desapercibidas, a pesar de haber estado siempre allí. Sentía fluir en mí una nueva corriente vivificadora de prosperidad, de felicidad, de alegría de vivir. Mi entusiasmo y amor por la vida y por mi familia, por mi trabajo y por las personas, crecía día a día. En aproximadamente dos meses había logrado muchas de las cosas en las cuales había soñado desde hacía años. Había dado un paso sorprendente en el camino de la autorrealización.

Efectivamente, pude comprobar que me fue relativamente muy fácil desarrollar las aptitudes y actitudes a nivel físico, mental, emocional, espiritual y en diversos aspectos de mi vida, como el financiero, que comenzó a mejorar casi inmediatamente, así como, surgieron nuevas oportunidades que comencé a aprovechar, casi sin esfuerzo de mi parte.

Transcurría el año de 1967 y mi vida había encontrado un sendero que habría de conducirme a cooperar en forma más efectiva en el plan divino que el Supremo Hacedor, en algún momento, había diseñado para mí.

Tres meses después volví a aquel lugar donde había encontrado al Venerable hombre de La Victoria y allí estaba la fuente que él dijo llamarse La Victoria; empero, cuando traté de encontrar el camino para llegar a la casa donde amablemente me ofreció un delicioso café, preparado por su nieta Lucía, no logré encontrarlo, pese a haber recorrido durante un par de horas por los alrededores. Pregunté a varias personas para ver si podían indicarme como llegar a la casa del Venerable hombre y cual fue mi sorpresa, nadie lo conocía.

Empero, después de tanto buscar, volví a encontrar la casa donde vivía el Venerable hombre de La Victoria, pero se encontraba abandonada. Su aspecto indicaba que debía encontrarse en ese estado un lapso mayor del que mediaba con el encuentro de aquel ser extraordinario. Es sorprendente como los inmuebles solos acusan el paso del tiempo en mayor grado que los que son habitados. Si no fuera por los manuscritos pensaría que el encuentro no fue más que un simple sueño. -¿O se trata, acaso de un sueño combinado con un fenómeno de aporte? Personalmente, no lo creo. El encuentro fue muy vívido y real. El aromático café servido por Lucía estaba exquisito. Durante varios años volví al lugar varias veces, la casa seguía sola. La última vez que volví, no la pude ubicar y sin tener tiempo suficiente para seguir buscándola, me fui. Ahora, vivo muy lejos de aquella zona, en otro continente; han transcurrido muchos años y después de tanto tiempo es poco probable que vuelva allí; pero, los manuscritos y la meditación diaria obran en mi poder, me han transformado y han enriquecido mi vida.

Durante más de treinta y cinco años he puesto en práctica las diversas variantes de los ejercicios, afirmaciones y meditaciones que contienen los manuscritos y la meditación diaria y cada vez que los pongo en práctica, experimentos los mismos beneficios. Ahora, ellos se encuentran en el libro que usted tiene en sus manos; espero que les sean tan útiles como los han sido para mí.

Su contenido es eminentemente práctico; no hay teorías superfluas. Si lleva a cabo los ejercicios que contienen, es probable que, gradualmente, se vaya efectuando la transmutación alquímica de su ser sintonizándose con los elevados resultados existenciales, los cuales, por añadidura, al ser creados a nivel mental, se van manifestando en su propia vida, oportunamente.

Sobre todo, con estos ejercicios, me percaté, cuando el Venerable hombre me entregó los manuscritos, de que se dispone de un método para domar la mente y ejercer un pleno dominio sobre la vida en general y, por ende, sobre el destino y controlar, cuando eventualmente se presenten, todas las situaciones, manteniendo un perfecto equilibrio físico, mental, emocional, espiritual y financiero.

El Venerable hombre de La Victoria me comentaba que todo se puede lograr en la vida si se siembra la respectiva semilla por medio de correctas decisiones acordes con la propia y elevada auto-estima y dignidad personal, desarrollando el convencimiento de que sí se puede hacer, por medio de las afirmaciones, las visualizaciones y meditaciones, la experimentación de un estado emocional acorde al momento de ser logrados los respectivos resultados y la practica del desapego, es decir, dejar encargada a la mente psiconsciente del logro, y además, se espera el tiempo necesario haciendo, mientras tanto, todo lo que se requiere, según el caso o los objetivos por alcanzar.

Estas técnicas funcionan, me decía una y otra vez el Venerable hombre de La Victoria; luego, agregaba: -las he probado por más de cincuenta años y quien, a su vez me las entregó, habría hecho otro tanto, aseverando que eran efectivas, si yo seguía fielmente las instrucciones y las ponía en práctica con expectativas positivas.

Desde que en 1967, el Venerable hombre me hiciera entrega de los manuscritos, han transcurrido un poco más de de treinta y cinco años, durante los cuales yo también he puesto en práctica las diversas variantes de los ejercicios, afirmaciones y meditaciones que contienen, y cada vez que me ejercito con ellos, experimento los mismos beneficios. Ahora, ellos se encuentran en el libro que usted tiene en sus manos; espero que les sean tan útiles como los han sido para todos los que hemos aplicado las enseñanzas del Venerable hombre de La Victoria.

Él me repetía constantemente: -“¡Tú puedes si crees que puedes hacerlo! ¡Hazlo y tendrás el poder!

Recuerdo que ese día el Venerable hombre me dijo: -ejercer el poder con que la naturaleza de las cosas ha dotado a cada ser, cultivando los dones inherentes y aprendiendo todo lo que se pueda de sí y del vasto universo del que se forma parte, es una manera efectiva de ser cada día más feliz. Luego, cuando me despedí de él, expresó: -“¡Que cada día brille más y mejor tu luz interior!”.- Adelante.

Capítulo 2

Meditación diaria

Es lunes en la noche, son las once en punto.

Me dispongo a copiar textualmente, en el cuaderno que he dispuesto para ello, el manuscrito identificado con el título:

Meditación diaria

Dice así:

Afirme, en la mañana y en la noche, antes de dormir, durante veintidós días; luego, cada vez que lo desee, esta poderosa fórmula de programación mental positiva y descubra cómo, con facilidad, van ocurriendo cosas maravillosas en su vida:

MEDITACIÓN DIARIA

Afirma, en la mañana y en la noche, antes de dormir, durante veintidós días; luego, cada vez que lo desees, esta poderosa fórmula de programación mental positiva y descubre cómo, con facilidad, van ocurriendo cosas maravillosas en tu vida. Al encender la luz en la mente se ilumina la propia existencia y todo en derredor vibra al unísono y con el mismo sentimiento de felicidad y bienestar, interrelacionándose por la ley de afinidad.

1. -Entro en el nivel de mi mente psiconsciente, en el centro de control de mi piloto mental automático, donde todo va bien, siempre, contando de tres a uno: Tres, dos, uno.

Ø Ahora, estoy ya en el nivel de mi mente psiconsciente, en el centro de control de mi piloto mental automático, donde todo va bien, siempre.

Ø Voy a permanecer en el nivel de mi mente psiconsciente, en el centro de control de mi piloto mental automático, donde todo va bien, siempre, durante quince minutos y voy a programar los siguientes efectos positivos, los cuales perduran, cada vez mejor, hasta que vuelva a realizar este acceso y programación mental:

Ø Todo va bien, siempre, en todos los aspectos de mi vida, cada día mejor. (Tres veces). –Imagínalo-.

Ø Todo va bien en mi trabajo; cada día logro mejores niveles de efectividad, prosperidad, riqueza, abundancia y bienestar. (Imagínalo).

2. Formo una unidad cósmica perfecta con el Creador Universal, -ELOÍ. (Diez veces, con los ojos cerrados). Hoy se expresa en mí la Perfección universal de la Vida, del amor, de la luz, de la sabiduría, del perdón, de la percepción de la verdad, de la aceptación de la realidad, de la justicia, de la igualdad, de la compensación, de la fortaleza, de la templanza, de la belleza, del equilibrio, de la armonía, de la salud, de la prosperidad, de la riqueza, de la abundancia, del servicio y de la provisión en todos los aspectos de mi vida.

3. -Cada día, en todas formas y condiciones, mi cuerpo y mi mente funcionan mejor y mejor. La consciencia de mi conexión permanente e indisoluble con el Creador Universal, -ELOÍ-, restablece y mantiene en mí, diariamente, durante las veinticuatro horas del día, un perfecto estado de salud a nivel físico, mental, emocional y espiritual. Gracias, Creador Universal, por darme un cuerpo perfecto, saludable, lleno de energía. Aquí y ahora, me siento en perfecto equilibrio de salud, a nivel físico, mental, emocional y espiritual.

4. Afronto y resuelvo bien toda situación que me compete, siempre.

5. Todo tiene solución, en todas las situaciones de mi vida.

6. El Creador Universal, -ELOÍ-, es en mí, cada día mejor, en todos los aspectos de mi vida, fuente de amor, luz, sabiduría, éxito, riqueza, prosperidad, abundancia y armonía.

7. Permito que las leyes universales de la Vida, del amor, de la luz, de la sabiduría, del perdón, de la percepción de la verdad, de la aceptación de la realidad, de la justicia, de la igualdad, de la compensación, de la fortaleza, de la templanza, de la belleza, del equilibrio, de la armonía, de la salud, de la prosperidad, de la riqueza, de la abundancia, del servicio y de la provisión actúen bien en el plan de mi vida.

8. Tengo prosperidad y poder. Cada día enriquezco mejor mi vida a través del servicio efectivo, del amor y de la práctica de todas las virtudes.

9. Mi dignidad personal me lleva a realizar las cosas que me competen con la máxima perfección posible.

10. Cada día, en todas formas y condiciones, en todos los aspectos de mi vida, estoy mejor y mejor a nivel físico, mental, emocional, espiritual y financiero.

11. Actúo con templanza, serenidad, autodominio y perfecto equilibrio en todo. Conservo plena autonomía y control sobre todas mis facultades físicas, mentales, emocionales, intelectuales y espirituales. Hecho está. (Visualizar un escudo protector de luz que te envuelve y protege; -una pirámide-).

12. Tengo fortaleza, valor, confianza y fe suficiente para triunfar y alcanzar todas mis metas, de acuerdo con la voluntad del Creador Universal, -ELOÍ-, y en armonía con sus planes cósmicos. Soy inmune e invulnerable a las influencias y sugestiones del medio ambiente y de cualquier persona a nivel físico, mental, emocional y espiritual, en las dimensiones objetivas y subjetivas y en cualesquiera otras en que sea requerido.

13. El orden universal de la Vida, del amor, de la luz, de la sabiduría, del perdón, de la percepción de la verdad, de la aceptación de la realidad, de la justicia, de la igualdad, de la compensación, de la fortaleza, de la templanza, de la belleza, del equilibrio, de la armonía, de la salud, de la prosperidad, de la riqueza, de la abundancia, del servicio y de la provisión se establece en mi vida, en todos mis asuntos y en las personas interrelacionadas, aquí y ahora. Hecho está.

14. Asumo la responsabilidad de mis actos y cumplo bien todos mis compromisos, siempre oportunamente, de acuerdo con el orden cósmico.

15. El Creador Universal, -ELOÍ-, nos da abundancia y armonía en el eterno presente. Vivo en abundancia y en armonía perfectas, aquí, ahora y siempre.

16. El Creador Universal, -ELOÍ-, se está ocupando de todo, en todos los aspectos de mi vida, y se expresa en mí conciencia intuitiva por medio de los sentimientos en correspondencia con los valores universales.

17. Gracias, Creador Universal, -ELOÍ-, por esta vida maravillosa. Que Tu Inteligencia Infinita, Amor, Sabiduría, Justicia, Luz, y Poder Creador guíen, adecuadamente, todas mis decisiones y acciones, ahora y siempre. Gracias, Eloí, por este día maravilloso.

18. El Creador Universal, -ELOÍ-, nos proteja, aquí y en cualquier lugar, ahora y siempre. (Tres veces).

19. Siempre espero lo mejor, de acuerdo con la voluntad del Creador Universal, -ELOÍ-, y la Ley Cósmica, en armonía con todos.

20. Gracias, Creador Universal; todo va bien en todos los aspectos de mi vida, a nivel físico, mental, emocional y espiritual. Gracias, Eloí, todo va bien en mis practicas espirituales y en mi relación Contigo; Tú y yo formamos una unidad perfecta, armónica, aquí y ahora, en el eterno presente. Yo soy Tú, Tú eres yo. Te amo.

21. Voy a realizar –obtener o resolver- (mencionar), antes del: (fecha), de acuerdo al orden divino y en armonía con todos. (Si se trata de varios objetivos, anótelos y haga la afirmación y visualización con cada uno de ellos. Imagínelo concluido satisfactoriamente sin imponer canal alguno de manifestación.)

22. Tengo serenidad y calma imperturbable. Soy impasible frente a todo y a todos. No tengo temor a nada, a nadie ni de nadie en ningún nivel físico, mental, emocional, espiritual y financiero. Dentro de mí vibra la seguridad total. Tengo completa confianza en la vida y en mi propia capacidad de resolver situaciones y alcanzar los resultados satisfactorios que preciso, en cada caso, siempre.

A continuación anoté la fecha: Lunes 12 de agosto de 1967. Luego, tal como me lo indicó el Venerable hombre, anoté la fecha que correspondía veintidós días después: 03 de septiembre de 1967.

Acto seguido, me senté cómodamente, tomé tres respiraciones profundas y realicé la meditación.

Luego, cada noche, durante veintidós días, a las once en punto, me iba a mi cuarto, daba indicaciones de no ser interrumpido durante veinte minutos y realizaba la meditación del día, la cual, siempre complementaba con la lectura breve de uno de los libros de cabecera que siempre suelo tener en mi mesa de noche.

Iba notando, día a día como emergía de mi interior una nueva y desconocida fortaleza, seguridad, estado de ánimo contento, actitud más decidida, optimismo frente a la vida y a las situaciones; comencé a llevarme mejor en las relaciones con las demás personas, a ser más comedido en todo y sobre todo comenzaba a tener conciencia de cosas que antes me solían pasar desapercibidas.

Cabe destacar que, en el punto número veintiuno de la meditación, había anotado siete objetivos que desde hacía tiempo quería realizar y para mi sorpresa, treinta días después de haber terminado de efectuar la meditación del manuscrito número veintidós comencé a observar como, en forma aparentemente casual se iban manifestando la resultados de cada uno de ellos hasta que, algunos meses después, antes de la fechas previstas, los había realizado todos, menos dos, por lo cual, me senté y volví a anotar, en una hoja de mi cuaderno, otros diez objetivos, encabezados por los dos pendientes de la lista anterior, les puse la fecha tope a cada uno, antes de la cual debían ser logrados, para seguir visualizando, su logro, periódicamente.

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sábado, 28 de enero de 2012

ALLAN KARDEC: EL GENIO DEL HUMANISTA HIPOLITE LEÓN DENIZARD RIVAIL












EL GENIO DEL HUMANISTA
HIPOLITE LEÓN DENIZARD RIVAIL

Por ©Giuseppe Isgró C.

En el que se recogen diversas crónicas escritas en épocas diferentes y con un solo fin.


E l acercamiento a la obra kardeciana, del autor, fue en temprana edad. Aquel joven, de quince años, aún sin cumplir, se apasionó con la lectura del clásico: El libro de los Espíritus, y demás títulos de Allan Kardec. Sobre todo le cautivó el profundo conocimiento de las leyes de la vida y el contenido ético-moral de la doctrina. El codificador espirita, fue un filósofo y un pedagogo de visión clara. Sus obras han dado luz y sentido de vida a millones de personas en el mundo entero, durante generaciones. Pese al largo tiempo transcurrido, desde 1857, mantienen plena vigencia. Precisa que, en su conjunto, se tomen como base para desarrollar la perspectiva universal de la vida, en forma certera y coherente con la realidad.
Con Allan Kardec se inicia, realmente, el Espiritismo científico, filosófico, ético-moral, es decir, el estudio de las leyes, principios y características que rigen los fenómenos psico-espirituales hasta entonces observados. Kardec sintetizó, en un cuerpo de doctrina uniforme, homogéneo, las enseñanzas recibidas en sus estudios espiritas, para que, a la vez que sirvieran para su propio aprendizaje, lo fueran, también, de instrucción general para la humanidad.
Como puede observar cualquier estudiante de la obra de Kardec, está sintetizada en ella una enseñanza profunda, comprensible, que habla y satisface a la inteligencia, relativa al conocimiento integral del ser humano, del universo, de la vida en la tierra y de las leyes que rigen las interrelaciones universo-ser humano, e integrantes de los cuatro reinos naturales, así como de la misión y objetivo de la existencia inherente a cada uno. Como se verá más adelante, en este trabajo, esa era la misión de Allan Kardec, para lo cual, al hacer un análisis de toda su vida, se percibe que se había preparado, sin percatarse de ello, para llevarla a cabo exitosamente.
Este hombre insigne nació en Lyon, Francia, el 03 de octubre de 1804, en el seno de una familia de juristas. Su nombre verdadero era Hipolite León Denizard Rivail.
Para comprender mejor la interesante vida y obra de este gran humanista, la dividiremos en dos partes: la primera, denominada: EL HOMBRE: 1804 – 1854. La segunda: EL INVESTIGADOR Y PRIMER EXPONENTE RELEVANTE DEL ESPIRITISMO CIENTÍFICO, FILOSÓFICO Y ÉTICO-MORAL: 1854- 1869.
La primera etapa en la vida de Kardec culminó exactamente a los 50 años. La sólida preparación en varias disciplinas científicas y su vasta experiencia en el campo de la enseñanza, y, además, como autor de más de 20 obras de pedagogía, constituyen un aporte especial cuando a partir de 1854 se dedica al estudio y divulgación del Espiritismo científico, filosófico y ético-moral.
En efecto, el joven Hipolite Rivail cursó estudios hasta 1818 en la escuela de Yverdun, Suiza, bajo la dirección del famoso pedagogo Juan Pestalozzi, -discípulo espiritual de Juan Jacobo Rousseau, el autor del clásico: El Emilio o la Educación y precursor de la pedagogía moderna. En repetidas ocasiones, el brillante joven Rivail, suplió al maestro, en clases, impartiendo lecciones a los alumnos menos adelantados. Esta labor formativa es importante, por cuanto sienta las bases de la futura carrera de Rivail, cuyos beneficios recibirá, directamente, la Doctrina, a la cual se consagrará en cuerpo, alma y Espíritu, años más tarde. Podría decirse que Pestalozzi, a su vez, fue el padre espiritual de Rivail, en su rol de pedagogo, cuya trascendencia alcanzará niveles sin precedentes en la historia de la humanidad. Pestalozzi le estimuló un profundo amor hacia la pedagogía y a canalizar su innata vocación hacia esta hermosa disciplina.
Complementó sus estudios con bachillerato en letras y ciencias, y después cursó estudios de medicina, la cual no llegó a ejercer. En las ediciones francesas de El Libro de los Espíritus, hasta 1954, figura la condición de Doctor en Medicina, de Hipolite León Denizard Rivail. Su afición por la pedagogía le llevó al estudio de varias disciplinas científicas, como la física, la química, las matemáticas y otras. Dominaba, a la perfección, el inglés, el holandés y el alemán. Tradujo de esta última lengua, algunos clásicos al francés. Fue un intelectual de visión universal, con un Espíritu sereno, lúcido, racional, metódico y tenaz. Ya para 1824, Rivail se encuentra en París, fecha en la que publica, a la edad de 20 años, su primer libro: -“Curso teórico y práctico de Aritmética”.
En 1832, Hipolite Rivail contrae matrimonio con Amelie-Gabrielle Boudet, quien supo ver, en él, “al pensador erudito y profundo”. También ella era pedagoga de profesión. Aportó, a Kardec, tanto en el ámbito familiar, como en su vida pública, una efectiva colaboración.
La enseñanza constituye la gran vocación de Rivail; consagró todo su tiempo libre a la preparación de textos de enseñanza que serán adoptados por liceos, institutos y universidades de Francia. Da, gratuitamente, en su casa, cursos de física, química, aritmética, astronomía y biología.
Entre otras obras, publicó, también, el “Plan propuesto para el mejoramiento de la educación pública”, bajo cuya firma agregó: -“Discípulo de Pestalozzi”; -“Grammaire Normales de Exámenes”, -cuyo contenido contempla soluciones razonadas de todas las cuestiones sobre la gramática francesa, propuesta en los exámenes de la Sorbona y otras academias de Francia. –“Curso para cálculos de memoria”: 3.000 ejercicios y problemas graduados; -“Cuestionario gramatical, literario y filosófico”, en colaboración con Levy-Alvarès; así como otras obras que no es el caso de citar aquí. Sus actividades de pedagogo y escritor, le permiten adquirir una sólida cultura, realizando una efectiva síntesis del saber universal. Henri Sausse, refiriéndose a Rivail, expresa: -“Sus escritos fueron justamente apreciados, y su nombre era conocido y respetado, mucho antes de que alcanzase la fama como Allan Kardec”.
Como preparación previa a su rol de codificador de la Doctrina, podemos destacar su extensa actividad, durante 35 años, en el campo del magnetismo animal y del sonambulismo artificial, cuya amplia gama de fenómenos conocía a fondo.
Allan Kardec, en el prefacio de una de sus obras, expresó: -“El universo es un vasto taller; unos demuelen, otros construyen: cada cual talla una piedra para el nuevo edificio, del cual, únicamente, el Gran Arquitecto del Universo posee el plan definitivo y cuyo conjunto no se comprenderá sino cuando sus formas comenzarán a diseñarse por encima de la superficie del suelo”.
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Se nace: qué había antes? Se vive: cuál es el fin de la existencia humana? -Por qué se está aquí? -Hacia dónde se va? Luego, al llegar al término del ciclo de vida, surge otra inquietud: -qué hay más allá? De estas y otras preguntas de análoga importancia, da respuesta la obra kardeciana, y, en general, la Doctrina de la Verdad Universal. Las lectoras, lectores y estudiantes, de las obras de Kardec, hoy en día, son más de lo que podría suponerse, y, su número, cada día, va aumentando a pasos agigantados. Podría decirse, con seguridad, de que hoy, al igual que en la fecha de su publicación, en 1857, El Libro de los Espíritus, sigue siendo la obra más importante, en su género, a nivel mundial, que plantea y aporta las respuestas claves sobre las, prácticamente, totalidad de inquietudes del ser humano en torno al objetivo existencial. Mientras más a fondo se estudia dicho libro, más se percata la persona de que el genio de Kardec, en su profundidad pedagógica, contempló las preguntas esenciales y universales, que han despertado, durante milenios, y seguirán haciéndolo en el porvenir, el interés del ser humano por conocerse a sí mismo, y conocer, al mismo tiempo, al Creador Universal, el universo en que vive, en constante expansión, los valores existenciales, principios cósmicos y leyes espirituales que rigen a todos en el Todo.
A partir de ahora, nuestra era será reconocida como la del Espíritu. El siglo XXI da inicio a una nueva fase del desarrollo interno del ser humano, de todo su potencial psico-espiritual, ético-moral, filosófico-práctico, que permite optimizar la comprensión del Universo. Los alcances perceptivos se extenderán hasta conocer, o verificar, científicamente hablando, la existencia de vida en otros planetas y su comunicación con ella. En la Doctrina existen pruebas fehacientes de esa realidad de pluralidad de mundos habitados y constituye uno de los fundamentos esenciales de la enseñaza Espirita. Las pruebas de múltiples vertientes están al alcance de todos aquellos que quieran verlas y sean capaces de asumirlas y comprenderlas; y que se encuentren, al mismo tiempo, exentos del interés de inhibir la expansión del conocimiento como ocurriera durante la edad media y en la época de la inquisición. Si no existiese esa factibilidad de la pluralidad de mundos habitados, -a qué vienen, entonces, todos esos viajes espaciales? El común de las personas ignora la inmensidad del cosmos más allá de esas noches de incontables estrellas luminosas. Con una comprensión de lo que ocurre en ese entorno cósmico, y con la perspectiva universal de la vida que ello aportaría, muchas cosas cambiarían en el ámbito existencial, en el planeta tierra.
A nivel micro-cósmico, es decir, del ser humano, -pequeño gran universo-, recordando, también, a los demás integrantes de los cuatro reinos naturales, con su potencial ilimitado, sus facultades espirituales, y la optimización de sus sentidos cósmicos, conformados por los valores universales, cuyo desenvolvimiento, con conocimiento de causa, revelan los alcances y posibilidades que constituyen metas y objetivos a lograr.
Las modernas “regresiones”, permiten el conocimiento de existencias pasadas, y por ende, la supervivencia del Espíritu y su continuidad en nuevos ciclos de vida. Las manifestaciones espirituales, fruto de facultades psíquicas altamente desarrolladas, así como el profundo mensaje ético-espiritual-filosófico que se ha observado en los últimos años en la India, -al igual que ya aconteciera en milenios anteriores, en este continente-, señalan nuevos senderos por recorrer.
Otro acontecimiento, del que ya se sentó jurisprudencia, es el hecho, en el cual, un Tribunal de Justicia, de Brasil, aceptó como prueba, o elemento de juicio válido para absolver a una persona, el testimonio del Espíritu de la víctima, dado a través del famoso sensitivo brasilero, Francisco Cándido Xavier. En la comunicación indicaba la inocencia del acusado, y, al mismo tiempo, al culpable, quien reconoció los hechos imputados.
Existen importantes estudios sobre el Derecho Penal Espirita, y el anterior suceso histórico abre un panorama inmenso en el Derecho Penal mundial, permitiendo vislumbrar lo que traerá el futuro. En Brasil, aproximadamente, el 33% de su población, o más, sigue estudios Espiritas, cuyo pilar fundamental, es la totalidad de las obras de Allan Kardec. Empero, la cantidad de autores de corte Espirita, y de otras corrientes de pensamiento afines, es de significativa importancia, tanto por su extensión como por su calidad.
Grandes científicos, poetas, filósofos, intelectuales, literatos, y millones de personas de todos los grupos étnicos y niveles sociales, en el mundo, se han ocupado de la Doctrina. Se suelen destacar los ilustres nombres de quienes nutren sus filas, entre ellos: Victor Hugo, William Krook, Cesare Lombroso, Ernesto Bozzano, Camilo Flamarión, Federico Myers, Alfredo Russel Wallace, León Denis, Oliver Lodge, Arturo Conan Doyle, e incontables más. Ellos han estudiado la Doctrina en sus todas vertientes: científica, filosófica y ético-moral. Su huella es factible verla en muchas de sus obras.
Hacia la mitad del siglo XIX, el fenómeno de las mesas parlantes era la última moda, en Francia, -y en otros países-. De estos últimos, mencionamos, únicamente, el caso de las hermanas Fox, y el del Dr. Larkin, en Estados Unidos. La gente se divertía, en la gran sociedad francesa, comunicándose con los Espíritus. Preguntamos: Era sólo diversión lo que buscaban? -O, había, en la mayoría, un anhelo de conocer mejor el destino humano después de la desencarnación? -O, acaso, las lectoras, y lectores, se encuentran libres de este tipo de interés? Cuándo desencarna un ser querido, la mayoría de las personas, -no experimentan el anhelo de volver a comunicarse con él? Esa es la razón por la que las personas con inquietudes normales, cada día se acercan a la Doctrina, para profundizar su estudio. Es la única que puede aportar respuestas contundentes y serias sobre la inmensa gama de las inquietudes humanas.
En los círculos franceses, formados de gente de óptimo nivel intelectual, se habían recibido miles de comunicaciones, gran número de ellas con excelente contenido moralizante. Empero, faltaba alguien que pudiese sintetizar ese cúmulo de enseñanza, y que, además, estudiase el fenómeno y dedujera las consecuencias inherentes. Esa labor de exigentes esfuerzos, y alcances gigantescos, fue confiada a Hipolite León Denizard Rivail, quien luego, para desvincular el desarrollo de la Doctrina de su propia persona, e imprimirle independencia, adoptó el pseudónimo de Allan Kardec. Este era el nombre de Rivail, en una existencia pasada, según su guía espiritual, quien le había conocido entonces, en la Galia, en la época de los Druidas. Se sabe, también, que Rivail, en otra de sus vidas anteriores, fue Jetro, el suegro de Moisés, a quien se le atribuye ser el más antiguo exponente del principio de la Gerencia por excepción. Esto aconteció cuando, viendo el excesivo trabajo que Moisés desempeñaba, juzgando los casos del pueblo judío, le sugirió de elegir jueces de decenas, de cincuentena y de centenas, quienes juzgarían todos los casos que se presentaran. Los jueces de centenas remitirían los casos insolutos, a los de cincuentena, éstos a los de decenas, y aquellos, excepcionales, que los últimos no pudiesen resolver, serían los únicos que se le remitirían a Moisés. Esto nos da una idea del calibre espiritual del Espíritu de Rivail, que ya poseía en el siglo XVI antes de nuestra era.
La sólida formación científica, filosófica, pedagógica y humanística de Allan Kardec, unida a su gran capacidad de trabajo y de síntesis, objetividad y seriedad a toda prueba, le hacían la persona idónea para entregarle esa enorme cantidad de material acumulado, -más de 50 cuadernos-, para que fuese utilizado en la realización de una síntesis coherente. El trabajo le pareció inmenso a Kardec; empero, fue alentado por sus guías espirituales, quienes le indicaron que esa era su misión, para la cual se había preparado sin saberlo. Fue advertido de que sería secundado en la tarea, pero, que debía ser fuerte y constante, para implantar la Doctrina; con paciencia, su misión triunfaría, como en efectos, así aconteció.
Esto sucedía en el año 1854, en Francia, lo cual marca el comienzo de la etapa de investigador y primer exponente relevante de la Doctrina. Kardec estaba consciente de la importancia de la labor que emprendía, y entrevió, en dichos fenómenos, la clave de la incógnita del pasado y del porvenir de la humanidad, de la solución que él había buscado durante toda su vida. Se percataba, a la vez, de que iba a generar una importante transformación en las ideas, y en las creencias, prometiéndose, por ello, “obrar con circunspección y no ligeramente; ser positivista y no idealista”, para evitar desilusiones. Buscó, en todas sus investigaciones, la solución de los objetivos que le interesaban desde el punto de vista de la ciencia, de la filosofía, de la psicología y de la naturaleza del mundo invisible.
Kardec, en cada sesión, llevaba una serie de preguntas preparadas, y metódicamente ordenadas, que recibieron contestación “precisa, profunda y lógica”. Estas cuestiones son las mismas que, desarrolladas gradualmente, fueron la base de “El Libro de los Espíritus”. Posteriormente, publicaría las demás obras de su autoría: Instrucción Práctica para la Comunicación Espiritista; El libro de los médiums; El Evangelio según el Espiritismo; Cielo e Infierno; El Génesis; y, el libro síntesis: -Qué es el Espiritismo?
En enero de 1858, salió a luz pública el primer número de la Revue Espirite, que aún se edita, en Francia; y el mismo año, funda la Sociedad Parisina de Estudios Espiritas. Allan Kardec, elaboró una Constitución, con exposición de motivos, sobre el Espiritismo y su futura dirección. El 31 de marzo de 1869, el Codificador de la Doctrina, culmina, exitosamente, su misión. Las obras que escribió se tradujeron a todos los idiomas. Sus discípulos, que se cuentan por millones, en el mundo entero, crecen, cada día más. La Doctrina Espirita, con sus múltiples exponentes, es fuente fundamental de la Doctrina Universal, de necesario estudio para ampliar, certeramente, la propia visión de la vida y del universo. Es mucho más interesante de lo que, generalmente, se cree. Quien busca, con anhelo sincero y afán de saber, encuentra.


***

El genio de Kardec, entra en escena cuando comienza a aplicar la Doctrina contenida en El Libro de los Espíritus para resolver las grandes incógnitas de la historia y percibir una perspectiva universal de la vida en la pluralidad de mundos habitados, arrojando luces sobre la realidad histórica del Planeta; por ejemplo, cuando percibe, antes que nadie, que la raza adámica es parte de una inmigración espiritual llegada de otros planetas, más adelantada que la familia originaria de la Tierra; cuando analiza la tesis de los “ángeles caídos” y percibe que son aquellos grupos de Espíritus refractarios al progreso que, una vez celebrado el juicio de mayoría, en cada mundo, son apartados y conducidos a aquellas moradas más acordes con su respectivo grado evolutivo, donde, de retrógradas pasan a ser maestros, o por lo menos, desenvolverse en ambientes más afines a sus tendencias.
Es en el libro Génesis, -publicado en 1868- donde se revela el Kardec genial en un nivel superior al ya reflejado en El Libro de los Espíritus. Aquí, comienza a percibir una realidad universal antes que ningún otro pensador en la historia y fue adecuando la Doctrina a esas inquietudes, -más las respectivas intuiciones fruto de su genio y las inspiraciones inherentes de genios análogos –desde la dimensión espiritual- co-participes en las obras; comienza a aplicarlas para ir esclareciendo los grandes enigmas de la humanidad.
Kardec, es el pionero en la enseñanza de una realidad universal que abre nuevos horizontes para la humanidad reflejando su verdadero destino, en el Planeta.
Es el primero en hablar, en El Libro de los Espíritus, sobre la Reencarnación, conocida desde la más remota antigüedad y lo hace 18 años antes de Helena P. Blavasky. En el siglo XX se han comprobado, científicamente, más de cinco mil casos de reencarnación, otorgándole un carácter irrefutable universalmente; el tema, está generando un interés creciente.
Constituye, Kardec, un paradigma vigente en la senda evolutiva de la sabiduría, superándose a sí mismo en el libro Génesis más allá de El Libro de los Espíritus. En éste, sube a la cima de la montaña de de la Doctrina Universal; en aquel, observa desde esa posición privilegiada y aplica la percepción intuitiva y la inspiración creadora de las cuales es objeto, para resolver cuestiones fundamentales de la vida y la historia en el Planeta, abriendo nuevos caminos de progreso.
Millones de personas se encuentran avocadas al estudio de las enseñanzas espirituales, axiológicas y/o ético-moral, filosóficas y metafísicas, que sólo la Doctrina Universal puede ofrecer en igual grado de luminosidad, gracias a sus obras maestras y de quienes, emulando su ejemplo, han continuado la Gran Conversación a través de los tiempos.
Así como en el Quijote, cada nueva generación ve algo más que la que le precedió, ocurrirá lo mismo con el Libro de los Espíritus –y demás obras de Kardec-; observará cosas nuevas de acuerdo a las inquietudes de los tiempos y a la respectiva conciencia perceptiva. Pero, por encima de todo, servirá para que cada quien efectúe la conexión con los planos superiores y con la fuente suprema, el Ser Universal, en una meditación constante sobre Él y los valores cósmicos, optimizando la percepción intuitiva y la realización creadora en el estudio de las ciencias y las filosofías, así como la practica de todas las virtudes.

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El 18 de abril de 1857, se publicó, en Francia, El Libro de los Espíritus, de Allan Kardec, con el cual se daba inicio a una nueva era en los caminos del progreso humano.
Sin duda, es un libro valiente, tomando en cuenta la época en que se publicó. Sigue siendo fundamental. Allan Kardec, pseudónimo de Hipolite León Denizard Rivail, hombre de profunda cultura clásica, científica, filosófica, histórica, metafísica, etcétera, además de insigne pedagogo, sintetizó, -en una obra cuya lectura y estudio ha transformado la vida de millones de personas en el mundo entero-, una Doctrina que habla al entendimiento, ilumina el Espíritu y abre unos horizontes que le dan verdadero sentido a la vida humana, despejando las incógnitas existenciales, aclarando el destino de la humanidad en el planeta tierra, -escuela de sabiduría en diferentes grados-, señala el camino que, en los próximos milenios, habrá de recorrer en el inmenso pensum evolutivo que aún depara el progreso potencial del planeta.
Fue seleccionado Kardec, para su obra misionera-codificadora de la Doctrina, por su profunda capacidad de síntesis y vastos conocimientos, para interpretar, discernir y coordinar los mensajes contenidos en miles de comunicaciones espirituales recibidas por centenares de sensitivos en el mundo entero, pasmándose, en todas, el mismo mensaje, elevada enseñanza e idéntica doctrina: el conocimiento profundo de la vida y de las leyes cósmicas que rigen todas las manifestaciones universales, interrelaciones con el ser humano y su misión.
Obra admirable que, traducida a los principales idiomas, alcanzó, rápidamente, 18 ediciones en vida de Kardec, y 50, en las cinco décadas siguientes; conserva plena vigencia pese al tiempo transcurrido y dentro de dos mil o más años será estudiada aun tal como se hace hoy con la Odisea, el Mahabarata, los Vedas, el I Ching, el Tao Te Ching, etcétera, estudio fundamental, -expresión de la sabiduría-, por medio del cual, cada quien se imbuye del verdadero sentido existencial, conociendo el destino humano en sus variadas facetas.
Kardec, -auténtico profeta de una era de luz espiritual y ejemplo digno de emulación por su capacidad de trabajo, estudio y cumplimiento de una exigente misión-, condensó en su obra un alimento básico para las inteligencias ávidas del más sublime conocimiento espiritual.
Este clásico, aporta –para las mentes que desean optimizar su visión-, la iluminación del propio Espíritu, señalando derroteros que constituyen la meta esencial de la vida humana, proporciona paz, serenidad, sosiego y auténtica felicidad, a medida que, transcurriendo su lectura y estudio, va descubriendo la verdadera esencia de la vida humana, su finalidad y misión cósmica del ser humano, potenciando a la vez, el Espíritu y la voluntad, afirmando los ideales y rectificando la conducta en el sendero del bien, de la justicia, del amor, la verdadera fraternidad y la evolución universal.
Va conociendo, cada quien, sus verdaderas facultades psico-espirituales, la forma de desarrollarlas y usarlas de acuerdo a los designios del Creador, estrechando la unión entre los entes que conforman la ecología psico-espiritual, a cuya sintonía elevada, constituyese en sensible y armónico canal de la Providencia Universal para plasmar la luz espiritual, el mensaje del amor cósmico y el aliento fraterno para superar exitosamente todas las pruebas existenciales, saldar las cuentas kármicas y alcanzar el punto de equilibrio cósmico, a partir de lo cual, cada quien conquista la auto-independencia y la auto-liberación para cooperar libremente, de acuerdo con la propia suma existencial, en los planes del Gran Arquitecto del Universo, dentro del infinito Taller cósmico.
Así lo expresó Kardec: -“El universo es un vasto taller: unos demuelen, otros reconstruyen; cada cual talla una piedra para el nuevo edificio, del cual únicamente el Gran Arquitecto del Universo posee el plan definitivo, y cuyo conjunto no se comprenderá sino cuando sus formas comenzarán a diseñarse por encima de la superficie del suelo”-.
La Doctrina, desde su codificación, en 1857, ha aglutinado en sus filas a las mentes más brillantes en todos los ámbitos del saber humano, a nivel mundial.
La lucidez mental, la seguridad personal y el poder psico-espiritual que se van desarrollando al acrecentar la visión cósmica, al profundizar en el mensaje contenido en la obra kardeciana, introduce en el auténtico camino evolutivo del ser, a cuyos inicios se encuentra, pero que, desde ya vislumbra las infinitas metas que en ilimitados ciclos de vida, en una carrera universal y eterna, -siempre en ascenso en forma de espiral-, ha de conquistar, cada vez en un mejor nivel de auto-expresión, evolución y grado de conciencia cósmica.
Una sola existencia es sólo un peldaño en los grados de la sabiduría universal. La obra de Kardec, abre la puerta correcta, en el momento oportuno y para quien, en forma gradual, experimente la necesidad de un alimento espiritual de tal valor. Su asimilación es de gran provecho para obtener esa visión certera de las cosas esenciales, en cada momento de la vida.
Se podrá poseer El Libro de los Espíritus, tenerlo en las manos, o por años en la biblioteca, pero, solamente un día, cuando cada quien esté preparado, -o preparada-, espontáneamente se manifiesta la iluminación, se adquiere conciencia de tal obra, con un claro impulso para leerla, revelándosele el mensaje que contiene y anhela el Espíritu humano.
Entonces, la existencia humana adquiere el verdadero sentido de acuerdo a los planes cósmicos y cada quien se ubica, de manera más efectiva, en el sendero de la propia autorrealización, asumiendo la tarea que, de acuerdo con los tiempos, le compete en el quehacer universal.
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El libro de los Espíritus trasciende cualquier otra obra en cuanto a los alcances de las respuestas que contiene en torno a Dios, a los valores universales, a las leyes divinas, a la educación moral de la humanidad, a la comprensión de las desigualdades entre los seres humanos, a la pluralidad de existencias y la ley de reencarnación y principios inherentes; la pluralidad de mundos habitados, ampliando la perspectiva universal de la vida, la respuesta a los grandes enigmas de la historia, y una inmensa cantidad de aspectos esenciales, en más de un millar de preguntas planteadas por uno de los pedagogos más lúcidos del siglo XIX, en Francia, como lo fue el profesor Hipolite León Denizard Rivail.
La obra kardeciana contribuyó a fundamentar una nueva era que plasmaba en mayor grado los ideales de los humanistas del siglo XIV, y de los grandes pensadores del Renacimiento.
Esa concepción humanista de volver la mirada a los orígenes, a la cultura clásica, a la ciencia y a la filosofía de la edad de oro griega, Allan Kardec la realiza con una amplitud incomparable, volviendo la atención a temas virtualmente olvidados no solamente durante la edad media, sino hasta la mitad del siglo XIX, como son: la Reencarnación, la interrelación de la dimensión espiritual con la física, aportando un conocimiento preciso de las facultades espirituales del Ser humano como ningún otro pensador lo hizo jamás en tiempo pasado. EL LIBRO DE LOS MEDIUMS, es la mejor obra de todos los tiempos, hasta ahora, en torno a las facultades espirituales del ser humano y su óptimo desarrollo.
El Libro de los Espíritus, junto con la Odisea, que contribuyó a forjar la edad de oro griega, y el Quijote, en el cual el genio inmortal de Cervantes plasmó una enseñanza para todos los tiempos, es la obra fundamental para la educación esencial del ser humano, en la preparación de la nueva edad de oro.
Pensadores del calibre de Kardec, al igual que Platón, en sus enfoques, seguirán vigentes, en líneas generales, en sus geniales concepciones de la verdad universal.
Conozcamos El libro de los Espíritus tan a fondo como un erudito lo hace con la temática de su disciplina. Seamos conocedores profundos de la obra del maestro, pero, también, de todas las obras que conforman el acervo cultural de la humanidad. Paralelamente, irán surgiendo, en la propia mente, las ideas intuitivas y las inspiraciones que aporten el conocimiento esencial de acuerdo con la inquietud de los tiempos.
La proyección de la lectura de EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS, iluminará los horizontes humanos, encaminándola hacia la nueva edad de oro en gestación. Esta labor podrá ser realizada, con efectividad, mediante pequeños círculos sistemáticos de lecturas, en progresión geométrica. Será en beneficio de cada ser que habita el planeta tierra- El mensaje de la verdad universal, que contiene, es bien acogido por todos con gran beneplácito. El Libro de Los Espíritus, es, con certeza, una de las percepciones más lúcidas del pensamiento universal. Adelante.

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LA SABIDURÍA DE EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS,
DE ALLAN KARDEC

I. (1) Quién es Dios?
-“Dios es la suprema inteligencia, la causa primera de todas las cosas”-.
COMENTARIO EXEGÉTICO GIC: En la primera edición de El Libro de los Espíritus la pregunta se formula tal como la hemos traducido desde la edición italiana, es decir: Quién es Dios?, en vez de: Qué es Dios, como se modificó en la segunda edición francesa y en todas las versiones a partir de entonces. Cuál de las dos formas es más acertada? Estimamos que ambos enfoques de preguntas son correctos, empero, la respuesta: -“Dios es la suprema inteligencia, la causa primera de todas las cosas”-, correspondería mejor a lo que es Dios. Ahora bien: “la suprema inteligencia” es un atributo que alguien posee; quién es ese alguien? Ese alguien es Dios. Entonces la respuesta a la pregunta: Quién es Dios?, debería ser: Dios, es el Ser Universal que posee la suprema inteligencia, y constituye, al mismo tiempo, la causa primera de todas las cosas-.
Como suprema inteligencia ha contemplado todas las variantes habidas y por haber en el eterno presente, sin límites de ninguna naturaleza.
Como causa primera de todas las cosas, constituye la fuente de donde emanan a la Conciencia, en un momento dado, todos los Espíritus de todos los seres en los tres reinos de la naturaleza, con individualidad claramente demarcada y con unos atributos que se corresponden, en forma análoga, a los atributos divinos poseídos por el mismo Ser Universal. En este caso tendríamos Seres individuales y un Ser Universal, formando una Unidad perfecta e indisoluble. Fueron creados esos seres individuales o siempre han estado en la fuente, y en un dado momento han emergido a la conciencia? Esto derivado de que la vida no se crea ni se destruye, simplemente existe. Emana a la Conciencia, en cada uno de los cuatro reinos naturales con una misión específica y en calidad de ejecutores de la Voluntad del Ser Universal; Él constituye el anhelo de ser, mientras que los seres individuales, -en los cuatro reinos- constituyen los ejecutores de dicha voluntad en todos los planos existenciales, en el eterno ahora.
La Conciencia de un Espíritu como ser individual, en los cuatro reinos naturales, nos aportaría la explicación de la creación de las formas materiales de la vida en todos los planos de expresión, así como de la creación de los mundos, su desarrollo y extinción, en incontables ciclos, los cuales, gradualmente, iremos analizando, buscando la percepción intuitiva más que percepción objetiva o razonamiento intelectual, lógicamente limitado. Es preciso centrar la atención en este enfoque para ir expandiendo la conciencia al respecto y la gradual percepción o darse cuenta de la realidad, siempre en expansión ilimitada.
La Unicidad de Dios: Hay un solo Ser Universal, o Creador. Pese a su emanación a la conciencia individual desde el Ser Universal, los seres individuales siguen conformando la Unidad con el Ser Universal, cuya emanación individualizada les faculta con el libre albedrío, les dota de los mismos atributos del Ser Universal, los cuales se corresponden con los valores universales. Además, cada ser individual esta dotado de una conciencia que constituye una réplica idéntica a la del Creador, por medio de la cual los seres individuales y el Ser Universal se comunican entre sí.
Cuáles son esos atributos divinos que los seres poseen en forma análoga a los del Ser Universal, en los cuatro reinos de la naturaleza, es decir: el humano, el animal, el vegetal y el mineral?
Cuáles son los nombres divinos del Ser Universal, que analizándolos o meditando sobre ellos, constantemente, permitan percibirle y conocerle?
Evidentemente, conociendo los atributos divinos en su totalidad o en parte, gradualmente, cada quien puede adquirir conciencia de ÉL, de acuerdo al propio nivel evolutivo.
II. (2) Qué debe entenderse por infinito?
-“Lo que no tiene ni principio, ni fin; lo ignoto. Todo lo que es desconocido es infinito”-.
COMENTARIO EXEGÉTICO GIC: En el sufismo, se le asignan las siguientes dos características a Dios, -el Ser Universal: La primera, denominada "Qidám", es decir: -“Él es lo anterior a lo anterior. Él no se hizo. Él siempre fue“-. La segunda, con el término "Baqá'", que significa: -“Él es el después del después, Eterno; Él siempre será“-.
Dios, -el Ser Universal-, constituye uno de los mejores ejemplos de la características del término “infinito”, por su carácter atemporal y eterno, como lo expresa el “Quidam”: -”Él no se hizo”; simplemente era, es y será en el eterno presente.
La primera vertiente del término “infinito” se relaciona con el tiempo: por su condición de eterno presente el tiempo es eterno, por lo cual, constituye el segundo mejor ejemplo de “infinito”.
En la segunda, Dios es, también, infinito en la perfección y en el potencial de sus atributos. En el potencial, por cuanto, si bien Su perfección lo es en grado infinito, en lo relativo a Su capacidad creadora, desde el momento en que siguen emanando de Él nuevos seres a la conciencia individual, en los cuatro reinos naturales, la misma se encuentra, aún, en grado de potencialidad, infinita, sí, pero potencial, es decir, seguirá en Su rol Creador eternamente. Esta característica de potencialidad de su capacidad creadora dejaría de ser potencial si ya todos los seres que existirán, en el eterno presente, existieran ya, es decir, que no van a emanar más nuevos seres a la conciencia individual, a partir del Ser Universal. En este caso, todos los seres, en los cuatro reinos naturales, existirían desde siempre, junto al Creador Universal. Pero, su capacidad creadora de nuevas expresiones de vida tiene un potencial infinito aún en el caso de que, el Espíritu individualizado en el Alma Universal, y dentro de una unidad de ella, sea, como de hecho es, el Espíritu Universal del Creador. Con este enfoque, realmente, no habría creación de nuevos seres, ya que quien se encarna en “la unidad” del Alma Universal, en una expresión individualizada, -SER INDIVIDUAL- es el mismo Creador Universal, -sin dejar de ser Él, ni separarse de Él-, a partir de cuyo estado inicial empieza un proceso evolutivo potencialmente infinito y eterno. Pero, en cualesquiera de las formas que se quiera ver, siempre constituye un carácter potencial, en grado infinito, de su capacidad creadora. (Ver comentario exegético de la pregunta Nº 81).
Un tercer enfoque del término “infinito” se relaciona con el espacio. El espacio cósmico es infinito, caso contrario, -qué habría más allá del límite? Si hubiese un límite dejaría de ser infinito.
Dentro de la respuesta dada por los Espíritus al maestro Allan Kardec, se expresa: -“lo ignoto. Todo lo que es desconocido es infinito”-.
Esta parte de la respuesta, realmente, tiene dos vertientes: la primera, de carácter infinito; la segunda, expresa un límite o condición finita. Es decir, en realidad lo ignoto, lo que se ignora, es infinitamente ilimitado; no tiene fin, eternamente encontraremos un más allá. Empero, en lo referente a: -“Todo lo que es desconocido es infinito”-, puede señalarse que en la suma de todo, en el Todo o en un área determinada, no en su número, sino en su potencial o posibilidades, lo desconocido es infinito, pero, en términos relativos, no todo lo desconocido es infinito. Por ejemplo: si a todas las galaxias existentes, aunque su número sea desconocido para nosotros, les agregáramos una más, dejarían de ser infinitas y así ocurrirá con todas las cosas en cuanto se refiera a su cantidad, cualidades y características. Pero, en cuanto al potencial y variantes de sus manifestaciones y aplicaciones, en todos los ámbitos, conservará su carácter infinito e ilimitado. Sin embargo, encontrándose el Universo en constante expansión, lo que aún siendo limitado, en un momento dado, se encuentra en constante crecimiento, lo cual ratifica que todo potencial es de carácter infinito.
III. (3) Podría decirse que Dios sea el Infinito?
-“Sería una definición incompleta por la limitación del lenguaje humano, insuficiente para expresar las cosas que son superiores a vuestra inteligencia”-.
Dios es infinito en sus perfecciones; empero, el infinito es una abstracción. Decir, por lo tanto, que Dios sea el infinito, sería tomar el atributo por el sujeto, y definir una cosa ignota por medio de otra igualmente desconocida.
IV. (4) En qué puede tenerse la prueba de la existencia de Dios?
-“En un axioma que aplicáis a vuestras ciencias: No existe efecto sin causa. Buscad la causa de todo lo que no sea obra del ser humano y vuestra razón os responderá”-.
Para creer en Dios, es suficiente observar las obras de la Creación. El universo existe; por lo cual tiene una causa. Dudar de la existencia de Dios, sería como negar que cada efecto tenga una causa, y afirmar que la nada haya podido producir alguna cosa.
V. (6) El sentimiento íntimo que tenemos en nosotros mismos de la existencia de Dios, -no podría ser una consecuencia de la educación, y el producto de ideas adquiridas?
-“Si esto fuese así, -cómo tuvieron este sentimiento, también, las gentes primitivas?
Si el sentimiento de la existencia de un Ser Supremo fuese el producto de la instrucción, no sería universal, y no se encontraría, como las nociones de las ciencias, mas que en los individuos y en los pueblos cultos.
VI. (8) Qué se debe pensar de la opinión que atribuye la primera formación de lo creado a una combinación fortuita de la materia, es decir, de la casualidad?
-“Otra absurdidad! Cuál ser humano de buen sentido puede considerar la casualidad como un ser inteligente? Y, después, la casualidad, qué es? Nada”-.
La armonía, que regula las fuerzas del universo, demuestra combinaciones y principios determinados, y por lo tanto una potencia inteligente. Atribuir la primera formación a la casualidad, sería un absurdo, por cuanto en ella está ausente la visión y no puede producir los efectos inteligentes. Una casualidad inteligente dejaría de ser una casualidad.
VII. (10) Puede el ser humano comprender la naturaleza íntima de Dios?
-“No: necesitaría un sentido que le falta, desarrollar, aún”-.
VIII. (14) Dios es un ser distinto, o es, según la opinión de algunos, el conjunto de todas las fuerzas y de todas las inteligencias reunidas del universo.
-“Si así fuese, no existiría Dios, por cuanto Él sería el efecto y no la causa. Él no puede ser al mismo tiempo una cosa y la otra. De la existencia de Dios no podéis dudar; y esto es lo esencial. Hacedme caso y no vayáis más allá. No os perdáis en un laberinto, del cual no podríais encontrar la salida, lo cual no os haría mejores, quizá os rendiría un poco más orgullosos, por cuanto creeríais de saber, mientras que, en realidad, no sabríais nada. Poned aparte todos vuestros sistemas. Vosotros tenéis muchas cosas que os tocan más de cerca, comenzando por vosotros mismos; estudiad vuestras imperfecciones con el fin de liberaros, y esto resultará más proficuo que el querer penetrar lo impenetrable.
IX. (25) El Espíritu es independiente de la materia, o es en cambio una propiedad de esa, como los colores son una propiedad de la luz, y el sonido una propiedad del aire?
-“El uno es distinto de la otra; empero, es necesaria la unión de ambos para dar una inteligencia a la materia”-.
Es, quizá, igualmente necesaria esta unión también para la manifestación del Espíritu?
-“Es necesaria para vosotros, ya que no estáis organizados para percibir el Espíritu libre de la materia: las limitaciones de vuestros sentidos no lo permite”-.
X. (48) Podemos conocer la época de la aparición del ser humano y la de los demás seres vivientes sobre la tierra?
-“No; todos vuestros cálculos son quimeras”-.
XI. (54) Si la especie humana no procede de un solo origen, -deben los seres humanos continuar a considerarse como hermanos?
-“Todos los seres humanos son hermanos en Dios, por cuanto están animados por el Espíritu y tienden al mismo fin. Vosotros queréis tomar, siempre, las palabras literalmente”-.
XII. (58) Los mundos más lejanos del sol, -están, quizás, privados de luz y de calor, por cuanto el gran astro no tiene para ellos sino la apariencia de una estrella?
-“Creéis, vosotros, que no existen otras fuentes de luz y de calor fuera del sol? No contáis para nada la electricidad que en ciertos mundos tiene una función miles de veces más importante que sobre la tierra? Del resto, -quién os dice que todos los seres sean de vuestra misma forma y con órganos conformados como los vuestros?”-.
Las condiciones de existencia de los seres que habitan los variados mundos, deben ser apropiados al medio, en el cual son llamados a vivir. Si no hubiésemos jamás visto peces, no podríamos comprender que existan seres capaces de vivir en el agua. Lo mismo ocurre en los otros mundos, los cuales sin duda tienen elementos que nos son ignotos. -No vemos, nosotros, sobre la tierra las largas noches de los polos iluminadas por la electricidad de las auroras polares? Cuál es la imposibilidad de que, en algunos mundos, la electricidad sea más abundante que en la tierra, y tenga una acción general cuyos efectos aún nos sean incomprensibles? En consecuencia, aquellos mundos pueden llevar en sí mismos las fuentes de calor y de luz necesarias a sus habitantes.
XIII. (62) Cuál es la causa eficiente de la animalización de la materia?
-“Su unión con el principio vital”-.
XIV. (74) Se puede establecer un límite entre el instinto y la inteligencia, es decir, precisar donde termina el uno y comienza la otra?
-“No, por cuanto, frecuentemente se confunden; pero, en cambio, se pueden distinguir los actos que pertenecen al instinto de aquellos que pertenecen a la inteligencia”-.
XV. (81) Los Espíritus se forman espontáneamente, o proceden los unos de los otros?
-“Dios los crea, como todas las criaturas, con su voluntad; pero, repito, su origen es un misterio”-.
COMENTARIO EXEGÉTICO GIC: Cómo emanan los seres, del Ser Universal?

En primer lugar, el Ser Universal estaría formado por dos partes esenciales:
a) El Espíritu Universal, único, ENERGÍA comparable, si pudiésemos verle con la visión espiritual, a un FUEGO CÓSMICO en constante movimiento, o, a una luz como un fuego dorado, color equivalente al de la miel de abeja pura.
b) El Alma Universal: Podríamos definirle como el vehículo o cuerpo universal, del cual emana cada Espíritu a la conciencia individual, en los cuatro reinos naturales, de la siguiente manera:
• Cada vez que el Ser Universal desea otorgar vida individual a un nuevo ser, en los cuatro reinos naturales, el Espíritu del Ser Universal se une a esa alma individual que se encuentra inserta en el Alma Universal, -equivalente a una célula creadora- adquiriendo, a partir de ese momento, vida individual, eterna e inmortal, con todos los atributos divinos del Ser Universal, por cuanto es el mismo Creador Universal encarnado en esa alma individual e individualizado, sin separarse de la Totalidad del Ser Universal, siendo UNO con Él, indisoluble, Él –mismo- diferenciado en una UNIDAD del Alma Universal. Es el equivalente a la ENCARNACIÓN DIVINA, en todo el sentido de la palabra. Y cada Espíritu constituye una encarnación de la Divinidad en un alma individual que será su vehículo eterno individualizado y diferenciado, con libre albedrío y autonomía, sujeto a los parámetros de las leyes divinas, valores universales o atributos divinos.
• Es un proceso de ENCARNACIÓN DIVINA continúo y eterno, en forma gradual, de acuerdo a las necesidades de la Creación y la expansión universal.
• Esa alma individual en la cual se ha encarnado el Espíritu Universal, individualizándose, es como una célula creadora en el cuerpo humano, comparable a un espermatozoide etérico o espiritual, después de cuya unión de Dios con esa célula, emana a la conciencia individual el NUEVO SER individualizado.
• El lugar del cual emana a la vida individualizada, esa alma individual, por la encarnación de la Divinidad como Espíritu personalizado, constituirá el espacio cósmico de cada ser en el Ser Universal, con el cual estará indefectiblemente unido con un hilo fluídico elástico, análogo al hilo de plata, fluídico y elástico, que constituye el alma,-peri-Espíritu-, que une el Espíritu con el Cuerpo.
• Gran número de doctrinas y personajes lúcidos de diferentes épocas han expresado, en algún grado, y en diversas formas, esta verdad, sin entrar en detalles, lo que, en síntesis, se refleja en lo antes expuesto; empero, la reseña que antecede permite formarse una idea clara de cómo se lleva a cabo el proceso con exactitud.
• Quedaría una pregunta digna de meditación: El proceso de emanación a la conciencia individual, de acuerdo a la reseña que antecede, se realiza paralelamente y en forma diferencial, en cada uno de los seres de los cuatro reinos naturales, o en un solo ser individualizado a partir del cual va evolucionando, a nivel espiritual, -no físicamente- pasando de una especie a otra, de un reino a otro, por etapas, hasta ocupar el nivel humano?
• Nuestra percepción personal indica un solo e idéntico proceso de la encarnación de la Divinidad en un ser individual diferenciado.
• Cada reino natural posee Espíritu, alma y cuerpo, en un proceso idéntico.
• Aquí caben dos preguntas: 1) En los mundos muy avanzados, existen minerales, plantas y animales? 2) Sus Espíritus son los mismos que formaron parte de aquellos mundos primitivos e intermedios por los cuales pasaron las humanidades muy evolucionadas?
• Si estas preguntas tienen respuestas afirmativas, es decir, que: los Espíritus de los minerales, de los vegetales y de los animales que conforman los mundos muy evolucionados y que acompañan a las humanidades que los pueblan, han evolucionado paralelamente, y les han acompañados en el proceso evolutivo, hasta esta etapa superior, conservando su respectivo rango de mineral, vegetal o animal, entonces, la respuesta correcta a la pregunta formulada sobre el proceso de la encarnación de la Divinidad a nivel del alma individualizada, sería la de que, la Divinidad, siendo la misma, se encarna en cada reino natural individualizando el Espíritu respectivo y diferenciado de cada especie.
• Si el Espíritu humano debiese pasar por los procesos de transformación evolutiva, a nivel espiritual, por todas las variantes minerales, vegetales y animales, sería un proceso demasiado largo. Por lo menos, a nivel del planeta tierra, y de los mundos superiores en progreso al de nuestro planeta, el ser humano, desde su primera existencia, en la tierra, siempre ha sido humano. Esto se deduce claramente de la respuesta que obtiene, Allan Kardec, a la pregunta Nº 172 de El Libro de los Espíritus. Este tema, apasionante de por sí, amerita mayores análisis y meditaciones para dejarlo zanjado.
XVI. (85) Cuál de los dos mundos, el espiritual o el corpóreo, es el principal en el orden de las cosas?
-“El mundo espiritual; porque ha preexistido, y sobrevive a todo”-.
XVII. (92) Los Espíritus tienen el don de la ubicuidad? En otros términos: -puede el mismo Espíritu dividirse y estar en varios lugares a un mismo tiempo?
–“No; pero, cada Espíritu es un centro, que irradia en varias partes, por lo cual pareciera que se encuentre en varios lugares al mismo tiempo. Ved, el sol es uno, pero irradia todo alrededor y envía sus rayos muy lejos, sin dividirse en varias partes”-.
Irradian todos los Espíritus con la misma potencia?
-“Es evidente que no, por cuanto ésta depende del grado de su respectiva pureza”-.
Cada Espíritu es una unidad indivisible; pero puede extender su pensamiento en más direcciones al mismo tiempo. En esto solo consiste la facultad de la ubicuidad atribuida a ls Espíritus. De esta manera es un cuerpo luminoso que envía lejos sus rayos y puede ser visto desde todos los puntos del horizonte; así un ser humano. Que, sin cambiar de sitio y sin dividirse, puede transmitir órdenes, señales y movimientos en diversos lugares.
XVIII. (110) CLASE TERCERA: Espíritus prudentes. – Elevadísimas cualidades morales forman el carácter distintivo de estos Espíritus. Sin tener conocimientos del todo ilimitados, se encuentran dotados de una capacidad intelectual que le permite formarse un sano juicio sobre los seres y las cosas.
XIX. (114) Los Espíritus son por su naturaleza buenos o malos, o, en cambio, se van mejorando por su propia voluntad?
-“Son los mismos Espíritus que se mejoran por sí mismos, y, mejorándose, pasan de un orden al otro”-.
XX. (383) Cuál utilidad aporta al Espíritu su paso por el estadio de la infancia?
-“Por cuanto se encarna con el objetivo de perfeccionarse, en aquella edad el Espíritu es perceptible a las impresiones que recibe y que pueden estimular su progreso, y a este progreso deben contribuir quienes están encargados de su educación”-.
XXI. (403) Por qué no recordamos todos los sueños?
-“Lo que vosotros llamáis sueño es el reposo del cuerpo, por cuanto el Espíritu es siempre activo. En tal estado, él recupera su libertad, y se interrelaciona con sus seres queridos, sean éstos de la dimensión física o de la espiritual; empero, por cuanto el cuerpo es materia pesada o densa, le cuesta mantener las impresiones percibidas por el Espíritu por vías extra-sensoriales”-.
XXII. (404) Qué valor tiene la interpretación de los sueños?
-“Ninguna, como la entienden los pretendidos adivinos, por cuanto es absurdo creer que la realización de un acontecimiento pueda depender de un sueño, o bien, es absurdo creer que el soñar una determinada cosa anuncie su realización. Los sueños son verdaderos en cuanto representan imágenes reales para el Espíritu; pero, éstas, normalmente, no tienen ninguna relación con las vivencias de la vida corpórea, y son, como lo hemos dicho, reminiscencia de un pasado más o menos próximo. Sólo algunas veces, por vía excepcional, pueden ser un presagio del futuro, o la visión de lo que acontece en otro lugar, donde el Espíritu se proyecta”-.
XXIII. (405) Frecuentemente vemos en sueño cosas que parecen presentimientos, pero después no suceden. -Cómo explicarlo?
-“Ellas pueden verificarse para el Espíritu, si bien no para el cuerpo; por cuanto aquel va a encontrar las cosas y las personas en su nivel. Del resto, es preciso recordar que, durante el sueño, el Espíritu está siempre más o menos ligado a la materia, por lo cual no se libera jamás completamente de las ideas terrenas, por lo cual las preocupaciones de la vigilia puede dar a lo que se ve lo que se desea o teme. Esto, pero, no es más que un efecto de la imaginación, por cuanto, cuando la persona e vivamente preocupada por una idea, ella refiere a ella todo lo que ve”-.
XXIV. (421) Los letárgicos y los catalépticos generalmente ven y oyen todo cuanto acontece a su alrededor, pero no lo pueden manifestar: -lo hacen con los ojos y con los oídos del cuerpo?
-“No: con el Espíritu. Éste tiene conciencia de sí; pero no puede comunicarse”-.
-Por qué no puede comunicarse?
-“Porque el cuerpo se le opone. Tal estado particular de los órganos os da la prueba que en el ser humano existe, además del cuerpo, otra fuerza, la cual actúa mientras el cuerpo se encuentra inerte”-.
XXV. (435) -Puede el Espíritu ver los demás Espíritus?
Puede, pero depende del grado y de la naturaleza de su lucidez. Alguna vez él no se da cuenta con quien ha de tratar, y los toma por seres corpóreos. Esto sucede especialmente a quienes no conocen el Espiritismo, por cuanto no comprendiendo la esencia de los Espíritus, se asombran* y los creen corporalmente vivos”-.
De igual manera acontece después de la desencarnación en aquellos que se creen todavía encarnados: no se dan cuenta de algún cambio en torno a sí, creen los Espíritus vestidos de cuerpos similares a los nuestros y confunden la percepción del propio cuerpo por un cuerpo real.
XXVI. (491) -Cuál es la misión del Espíritu protector?
-“La de un Padre hacia sus propios hijos: guiar su protegido en la buena vía y ayudarle con consejos; consolarlos en las aflicciones, y alentar su coraje en las pruebas de la vida”.
XXVII. (508) Los Espíritus virtuosos que han dejado la dimensión física, -pueden, siempre, proteger a sus seres queridos, que, aún, permanecen en ella?
-“Su poder es más o menos limitado, y no siempre la condición en la cual se encuentran le dejan en plena libertad de actuar”-.
XXVIII. (517) Existen Espíritus que se dedican a proteger a toda una familia?
-“Existen Espíritus que protegen a los miembros de una misma familia, para que vivan juntos unidos por el afecto; empero, no los hay protectores del orgullo de los grupos étnicos”-.
XXIX. (527) Tomemos otro ejemplo: una persona que debe desencarnar fulminada, se refugia debajo de un árbol; el rayo le envía a mejor vida. -Han tenido alguna participación los Espíritus tanto en provocar el rayo como en orientarlo en dirección de la persona en particular?
-“Nos encontramos en un caso similar al anterior. El rayo se manifestó sobre aquel árbol y en aquel momento, por cuanto las leyes de la naturaleza así lo determinaron, y no porque aquella persona se encontraba debajo del árbol. Empero, la persona fue inspirada a proceder de aquel modo y refugiarse debajo del árbol sobre el cual debía caer el rayo. El árbol, de todas maneras, habría estado afectado tanto si la persona se refugiaba como si hubiese dejado de hacerlo, debajo de él”-.
XXX. (535) De las propias condiciones venturosas de vida, -es a nuestro Espíritu protector a quién debemos expresar gratitud?
-“Agradeced, primeramente, al Creador Universal, sin cuya voluntad, -por la Ley Cósmica-, no ocurre nada; después a los buenos Espíritus, quienes han sido los instrumentos”-.
-Qué ocurriría si dejáramos de expresarles nuestra gratitud?
-“Lo que les ocurre a los ingratos”-.
Sin embargo, -existen algunos que aún sin orar ni expresar gratitud, son exitosos en todo?
-“Sí, pero hay que esperar hasta el final; toda fortuna obtenida sin méritos, suele tener un costo inherente; cuanto más se haya recibido, tanto más hay que pagar”-.
XXXI. (538) Los Espíritus que presiden los fenómenos de la naturaleza, forman una clase especial? Constituyen una categoría particular de seres, o son Espíritus que estuvieron encarnados como nosotros?
-“Que fueron y que serán”-.
Pertenecen a los órdenes superiores o a los inferiores de la jerarquía espirita?
-“Según que su oficio sea más o menos inteligente. Los unos dirigen, los otros ejecutan; quien ejecuta las cosas materiales es siempre de orden inferior; así ocurre entre los Espíritus como entre los seres humanos”-.
XXXII. (548) Un Espíritu que asistiese a una batalla como simple espectador, -puede percibir la separación del Espíritu del cuerpo, en los caídos? Y, -cómo se le desenvolvería, bajo su mirada, este fenómeno?
-“Pocas desencarnaciones ocurren en forma instantánea. En la mayoría de los casos, el Espíritu, cuyo cuerpo ha sido afectado mortalmente, aún no ha adquirido conciencia de ello. Tan pronto lo perciba, se acerca al cuerpo, que permanece inerte, siendo la vida toda del Espíritu, es sólo a él mismo que se habla, y se dirige”-.
XXXIII. (664) Es de alguna utilidad orar por los Espíritus que han desencarnado y por aquellos que se presume que sufren? Si la respuesta es afirmativa, -cómo pueden nuestras oraciones ayudarles y abreviarles sus estados de afectación espiritual?
-“La oración no puede tener el efecto de cambiar los designios de Dios; pero, el Espíritu, por quien uno ora, recibe el estímulo de la demostración de afecto que se le da, por cuanto el ser que debe transmutar su estado de conciencia, es siempre grato de recibir el apoyo de quienes buscan su bien. Por otra parte, con la oración, el Espíritu es estimulado al arrepentimiento y al deseo de hacer lo que sea preciso para ser felices. En este sentido, pueden ser abreviadas las consecuencias, si de su parte hay el apoyo de su buena voluntad. El deseo de mejorarse, estimulado por la oración, llama a su lado Espíritus mejores, que van a iluminarle, a consolarle, y a darle esperanza. Jesús oraba por las ovejas descarriadas, mostrándoos, de esta manera, que seríais responsables, si vosotros no orarais por quienes lo requieran”-.
XXXIV. (694) Cómo juzgar las prácticas que impiden la reproducción para satisfacer la sensualidad?
-“Demuestran el predominio del cuerpo sobre el Espíritu y cuanto el ser humano se encuentra subordinado a la materia”-.
XXXV. (697) La indisolubilidad absoluta del matrimonio se encuentra en la ley natural o, únicamente, en la ley humana?
-“Es una ley humana contraria, en elevado grado, a la natural; pero, los seres humanos pueden cambiar sus propias leyes: solamente las de la naturaleza son inmutables”-.