sábado, 12 de enero de 2013

EL PODER DE LA PAZ





SOLILOQUIO 
SOBRE EL PODER DE LA PAZ


© Por Giuseppe Isgró C.

-Para que haya paz en el mundo es preciso, antes, que cada persona la cultive en su interior.

-En toda paz,  hasta quienes, aparentemente,  pierden, resultan  ganadores.-
Giuseppe Isgró C.



El camino del medio es la Paz. El que ostenta el poder no tiene porque demostrarlo, por cuanto, hacerlo, es signo de su carencia auténtica. El poder verdadero es el que cumple su objetivo sin ser notado apenas, más que por los resultados, que constituyen la única evaluación del Líder.
Estimo que la violencia jamás ha sido, ni lo será, el mejor camino para lograr la paz. La declaración de una guerra, en la cual podría involucrarse a un gran número de naciones, es preciso evitarla mediante un consejo mundial de naciones donde en forma global se analice cada caso para tomar medidas –prudentes y sabias- con una estrategia adecuada, coherente y efectiva,  que conduzca  al camino verdadero de la paz, buscando las causas en las raíces profundas que, los líderes de talla mundial, saben ver más allá de la realidad aparente, que constituyen los grupos de intereses enfrentados.
La paz del planeta debe ser asegurada y, tanto ahora como en el futuro, ella debería dejar de depender de un solo hombre,  aunque tenga sus propias razones y haya asumido –unilateralmente- el liderazgo del mundo y exista un minúsculo entorno que le aplaudan como si en vez de ir a la guerra se tratara de una fiesta o competición olímpica.
Opino que debe rehacerse el contrato social dónde se reajusten los poderes delegados al Estado, asegurándose que, jamás podrá irse a una guerra sin antes haber llevado a cabo un plebiscito nacional o mundial, donde los ciudadanos tengan la oportunidad de votar por la paz y que su voto sea obedecido fielmente.
Ya lo decía Salomón, en el siglo IX –a.n.e.-: -“No te pongas en camino con el hombre osado, por cuanto podría perderte con él”.-
Muchas naciones y sus poblaciones, -inocentes en su mayoría-, se encuentran amenazados por el simple hecho de que, el verdadero enemigo muchas veces no da la cara. Si analizamos la historia, cada vez que una nación atacó bélicamente a otra, a los pocos días una manifestación de la naturaleza caía como una plaga sobre ella como una evidente demostración de que se recibe lo mismo que se da, y que, por encima del que se cree todopoderoso se encuentra el que ostenta el poder verdadero, es  decir, el regidor de la justicia divina que imparte  a cada quien según su merecimiento. Se cosecha lo mismo que se siembra.
Sin duda el siglo XXI  comenzó con un signo evidente: la notable decadencia  de algunas naciones y el afloramiento de un nuevo orden mundial, que, gradualmente, debe ser reajustado mediante el ya mencionado nuevo contrato social.
Es preciso reflexionar, -meditar en la quietud interior- sobre cual es la vía mejor para la paz.
Pienso que es tiempo oportuno de que las naciones dejen de ser objeto de manipulación por otras de mayores influencias y poder, por cuanto el planeta es uno sólo y la humanidad, también. Hay que respetar la autonomía de los países y exigir, además, que se respete la propia dignidad.
Hay que forjar la paz. Se podría agregar que los  líderes   mundiales  cuando recurren a la violencia para resolver situaciones precisan desarrollar su habilidad de lograr los resultados idóneos por medios pacíficos, pero efectivos. El que se altera, el que amenaza, el que manipula, el que arremete con violencia no es el líder verdadero; detrás del poder aparente reside el genuino, el que mueve los hilos de los acontecimientos. Las aguas vuelven por el cauce de la paz.  Hay que meditar por la paz mundial –visualizándola- y porque el Gran Ser Supremo ilumine las mentes de todos los bandos, a los unos por cuanto sembrando el terror no van a lograr sino cargarse con un karma que los alejará indefinidamente de los logros que  pudieran anhelar, ya que el terror se le anidará en la propia alma hasta pagar la última gota de sangre y sufrimiento que han provocado. Y a los otros, por cuanto, metiéndole más leña al fuego, no es la mejor manera de extinguirlo, sino, quitándole o echándole agua u otro elemento según la clase de combustible.
Opino que el siglo XXI podría ser el escenario ideal para  concebir y llevar a cabo el nuevo contrato social, en el cual es preciso establecer una cláusula que evite que una eventual guerra pueda ser decidida por un solo individuo, ni por muchos jefes de Estados, sino por la humanidad, mediante referéndum o plebiscitos; generalmente, la gente de los bandos en conflicto no quiere la guerra; el excelente paradigma comienza a serlo la U.E.,  cuyos tratados iniciales por  vías pacíficas, después de la segunda guerra mundial, constituyeron un medio para lograr los objetivos comunes por el camino de la paz, lo cual hace posible pensar en la Unión Mundial en un tiempo cercano.

**
La paz no sólo es posible sino necesaria e indispensable. Para gozarla es preciso haber actuado con justicia y equidad en todos los actos de la vida.

Estar en armonía con mi conciencia constituye el mayor tesoro. Sentir que el balance refleja equilibrio, orden y libertad, es un bien inestimable y da fortaleza de ánimo y serenidad inalterable en el espíritu secundada por la justicia divina que me respalda si actúo de acuerdo con sus directrices.
Empero, cuando requiero reestablecer la paz interior preciso ver donde he fallado, a quien tengo que reparar situaciones o a quien debo pedir perdón o disculpas, etcétera, de manera de quedar en libertad de conciencia y en paz, efectuando las compensaciones correspondientes y oportunas.
Cumplir con el propio deber de hijos, padres, hermanos, ciudadanos, estudiantes, amigos, cónyuges, etc., es el único camino de la paz.
Debo conocer a fondo mis deberes y derechos, de manera que, en ambos casos, cumpliendo los primeros y ejerciendo los segundos, dentro de los justos límites, pueda mantener el equilibrio de la paz, ya que, controlar que los demás respeten mis derechos también es un camino hacia la paz.
Tengo, al igual que todas las personas, el derecho cósmico para ser feliz, vivir una vida digna, tener un trabajo mediante el cual pueda servir a la humanidad y me permita cultivar los talentos y dones con que la vida me ha dotado,  auto-expresando mi potencial humano y divino, alcanzando la plenitud humana y espiritual, en un ambiente de abundancia, prosperidad,  riqueza integral, amor y armonía.
Cada día hay mayor paz en mi vida y en el planeta. Al cultivar mi paz interior irradio hacia el mundo mis efluvios de luz que, por efectos de resonancia mórfica, fortalecen los lazos de fraternidad, tolerancia, respeto, amor y prudencia en las interrelaciones y en el cuido del propio hogar privado y común: el planeta.

***

Observo que entre los líderes mundiales, un gran número refleja prudencia en la toma de decisiones para el sostenimiento de la paz mundial; otros, precisan fortalecer sus convicciones.
Todo líder con funciones competentes está obligado a velar por la paz mundial o, de su respectivo país, por todos los canales regulares a su alcance, y para eso, en el respectivo contrato social, se le delegan las funciones inherentes; empero, el anhelo colectivo de paz es preciso que sea respetado.
Estimo que el deseo de paz  es unánime en todos los países del mundo. Parafraseando a un profundo pensador, Ralph Waldo Emerson, podría decirse que existen cuarenta millones de razones para la paz, pero ninguna excusa para no agotar todos los medios pacíficos posibles, salvo que el tiempo, y las circunstancias, requieran otros pasos que vayan más allá del poder de negociación inherente por los canales competentes.
Me parece que tiene sentido el espíritu del Tao cuando vislumbra que, quien demuestra el poder que ostenta quizá es porque en realidad se da cuenta de que éste es un bien compartido –no de exclusiva inherencia de una sola persona, sobre todo cuando el bienestar común debe guiar las decisiones en la elección de los mejores cursos de acciones-.
Los ciudadanos del mundo entero,  así como un gran número de líderes mundiales tienen conciencia clara de las acciones inherentes a la paz. Dale Carnegie decía, en su famoso libro “Cómo ganar amigos”, que “una gota de miel caza más moscas que un barril de hiel”. El camino de la paz cosecha siempre mejores frutos que otro diferente.
Sé que millones de personas, en todo el Planeta, diariamente, dan sus respectivos aportes mediante sus meditaciones, pidiendo al Creador Universal por la paz mundial y por las iluminación de los líderes en la toma perfecta de sus decisiones y de la ejecución efectiva de las mismas, en el desempeño del rol que se le ha confiado.
Mientras la humanidad lleve a cabo un nuevo pacto social mediante el cual se represente en forma más efectiva aún el anhelo del bien común, la meditación, y la oración, -aparte de mi propia expresión del deseo de paz y llevar a cabo acciones de buena voluntad pertinentes a la misma-, que es lo que cabe hacer a los ciudadanos del mundo-, en el fuero interno y en la propia mente, visualizo, cada día, un mundo en paz y en perfecta armonía. El amor a la paz todo lo puede.
Los líderes del futuro han de encontrar los canales institucionales suficientes para evitar que un sólo hombre pueda erigirse en dictador de un país o, que pueda decidir acciones contrarias a la paz, salvo la respectiva defensa colectiva, en el momento oportuno y con efectividad.
Algunas veces he reflexionado sobre el momento en que cada líder deja sus funciones respectivas, cuando en la quietud de su ser, y en la tranquilidad de su conciencia,  al rememorar los beneficios que aportó a la paz mundial, como percibirá las bendiciones de la humanidad –o de sus respectivos pueblos- y su nombre se llenará de gloria, aún cuando el cumplimiento del deber sea compensación suficiente; mientras que, “las lagrimas de los inocentes lloverán sobre las cabezas de quienes la hayan provocado”.  Me parece que, si el que decide una guerra tuviese conciencia de las terribles noches de tormento que le esperan cuando terminen sus funciones de poder y solitario nadie se acuerde de él, salvo los afectados que se constituyen en acreedores de los resultados de sus acciones, cuyas compensaciones, en la balanza divina, tiene que compensar inexorablemente, por cuanto, la justicia cósmica, -la del Creador Universal- paga y cobra, justamente, lógicamente, se abstendría; es un costo excesivamente elevado que, a conciencia, nadie lo asumiría.
La siguiente meditación me gusta llevarla a cabo en la quietud de mi hogar, con la cual, doy mi aporte de energía positiva para el sostenimiento de la paz y la iluminación del planeta. La paz empieza en la mente. Todo es posible si creo que puedo contribuir.
Tengo, al igual que todos, una misión en este mundo: en cada etapa la voy descubriendo interrogando mi ser  interior.
Trabajo, a mi manera,  para unificar el planeta en una sola familia; medito, periódicamente, por la paz del mundo.
Siento que formo una unidad con el cosmos y con el Creador Universal.
Estudio la obra de los sabios de todos los tiempos y países y transmito una síntesis del saber que logro asimilar en cada ciclo existencial.
 Formo una unidad con el Creador Universal; siento, cada día más y mejor mi conexión divina; permito que aflore en mi faz  la luz radiante del espíritu unido al Creador Universal, como canal de sabiduría y amor, con dedicado servicio y efectiva solución de los casos sometidos a mi consideración y competencia.
Sigo siempre adelante.

·                                 Meditación por la paz del mundo, los días jueves, entre las 22 y 24 horas, o cada vez que yo lo deseo.
·                                 Me he unido a esta cooperación por la paz y comparto el flujo de poder fruto de la suma magnético-espiritual conformada por quienes participan en ella.
·                                 Visualizo, el Planeta Tierra, envuelto en un círculo de luz luminosa o blanca, -transparente-;  luego:

Afirmo:
El Planeta Tierra es del Creador Universal, y de todos nosotros. 
El Creador Universal le protege, le guía y conduce por senderos de prosperidad, bienestar,   justicia y Paz;  le ilumina y le envuelve en un círculo de luz divina,  a él y a nosotros;  nos protege,  y nos lleva con éxito y felicidad  a cumplir  nuestro destino.
El orden divino y la armonía cósmica se establecen en el Planeta Tierra, y en nosotros,   aquí y ahora.  Hecho está; así es; así será.
Creador Universal, en Tus manos confiamos   el Planeta Tierra, y nuestras    vidas. Sea el Planeta Tierra, y nosotros, como Tú quieras, cuanto Tú deseas, de acuerdo a Tus Divinos Planes Cósmicos.
Seamos, el Planeta Tierra, y nosotros, conducidos por el  Camino  de la sabiduría, la prudencia, la comprensión, el progreso, la armonía y el orden divino, la  confianza y fe en un futuro mejor, el respeto mutuo, elevada y vigorosa auto-estima,  con Paz y ánimo contento, aquí y ahora.
Creador Universal, toda condición que en tu Justicia Divina lo requiera, en el Planeta Tierra, y en nosotros, transmútala –por la ley cósmica- en su condición positiva, instantáneamente, aquí y ahora. Hecho está. Seamos, el Planeta Tierra, y nosotros, tal como está decretado en Tus Divinos Designios. ¡Hoy!  Cada día mejor. Hecho está.
Gracias, Creador Universal, por haber escuchado nuestro pedido.

miércoles, 9 de enero de 2013

CAMINO SUFÍ: Abulabás Ben Alarif de Almería



CAMINO SUFÍ

 ©Giuseppe Isgró C.



Abulabás Ben Alarif de Almería, es uno de los místicos más singulares de Andalucía. Vivió en el siglo XI. En él se inspiró Ibn Arabí, otro de los grandes exponentes del sufismo, para desarrollar su extensa obra.

En el Mahasin Al Machalis, Ben Alarif desarrolla los temas de “las moradas del camino místico”, que él sintetiza en: 1) La gnosis o intuición extática de Dios; 2) La voluntad; 3) El ascetismo o la abstinencia; 4)  La confianza o el abandono en Dios; 5) La paciencia; 6) La tristeza y el temor; 7) La esperanza; 8) La gratitud; 9) El amor; y. 10) El deseo.

Posteriormente, agrega otras dos: 11) La penitencia; y, 12) La familiaridad con Dios.

En el desarrollo de estas moradas, Ben Alarif retoma el hilo conductor del argumento que iniciara, tres siglos antes, el maestro sufí Dzulnún el Misrí.

Desarrollaremos cada uno de los temas relativos a estas moradas, en capítulos apartes. Empero, aquí es importante destacar lo siguiente:

1.  Ben Alarif, sostiene que él escribió el Mahasin Al-Machalis, no para los que aspiran a la perfección mística, ni para los que, aún, caminan por la senda de los perfectos, sino, exclusivamente, “para los que llegaron a la meta de la unión y gozan de la intuición o gnosis”.

2.  El enfoque anterior tiene diferentes connotaciones, entre las cuales podemos señalar: a) De acuerdo con Ben Alarif, existen seres que ya han alcanzado la meta de la unión y gozan de la intuición o gnosis de Dios. Esta percepción es inobjetable, y además, correcta. Ha sido corroborada por incontables maestros sufíes y por buscadores de diferentes corrientes de pensamiento, a lo largo de la historia. b) Él distingue tres estadios en el camino sufí, diferenciando entre: 1) El aspirante; 2) El que camina por la senda de los perfectos; y, 3) El que alcanzó la meta de la unión y goza de la intuición o gnosis de Dios. Estas tres vertientes ameritan que se medite en ellas y reseñar las reflexiones en otro ensayo.

3.  De las doce moradas antes expuestas, Ben Alarif considera que la de la intuición o gnosis, y el amor, constituyen las únicas que sintetizan todas las demás, ya enunciadas. Empero, los valores universales, o atributos, que han dejado de reseñarse allí, también los sintetiza el amor, expresando, por intuición, o, por inspiración, la sabiduría, o gnosis, que les es inherente, de manera integral.

4.  Lo expuesto en el parágrafo anterior explica porque el amor es la ley matriz del universo, la cual contiene todos los valores universales.

5.  El amor, evidentemente, expresa la suma total del poder creador y la sabiduría, -o gnosis-, de la verdad de los valores universales.

6.  Mientras el Ser Universal, los contiene en sí, como fuente cósmica, desarrollados en todas sus vertientes y variantes, en grados infinitos; el Ser Individual, que es una expresión de Dios, individualizada en cada uno de los seres de los cuatro reinos naturales, posee, tanto el poder creador, como la gnosis, en grado potencialmente infinito, que siempre deberá desarrollar en el eterno presente.

7.  Quienes alcanzan la conciencia de la unión perfecta e indisoluble con el Ser Universal, canalizan en grado perfecto, tanto el poder creador como la sabiduría de los valores universales.

8.  Ese grado perfecto de expresión viene dado por las necesidades que el Ser experimenta, en todos los ámbitos existenciales. La conciencia de la unión, trascendiendo el propio ego, permite que fluyan tanto el poder creador como el grado de gnosis suficientes, en cada etapa del eterno camino.

9.  La excelencia de la conciencia perceptiva de la unión con Dios permite darse cuenta de que ya se posee, dentro de sí, todo lo que se anhela, tanto en poder como en gnosis. Empero, percibe, también, la necesidad de expresar ese poder creador y gnosis, en obras que coadyuven en la Creación Universal, de acuerdo a los planes trazados por el Gran Arquitecto, de conformidad a la cuota de cooperación asumida a nivel individual, en un momento dado.

10.           La auto-expresión encierra, en si misma, su propia autorrealización y auto-gratificación. Conforma el salario cósmico, que constituye la compensación integral, al recorrer cada etapa de “las moradas” y por cada uno de los objetivos existenciales realizados, en el eterno ahora. La ley de afinidad, irá reubicando, a cada quien, a partir de la conciencia de la unión con Dios, por la ley cósmica, y de manera particular por las leyes de justicia, igualdad y compensación, en el lugar, y en la tarea, que en el tiempo perfecto, le corresponde realizar, aquí y ahora.

11.           En cada fase del camino sufí, se es, al mismo tiempo: 1) Un aspirante a la espiritualidad sufí; 2) Un caminante en la vía de la perfección; y. 3) Un ser consciente, en determinado grado, de la unión con Dios, siendo una parte indivisa de Él, capaz de percibirle intuitivamente, y de recibir la gnosis por inspiración del mismo Dios, mediante el lenguaje de los sentimientos de los valores universales, siempre oportunamente, y de acuerdo a los propios estados de conciencias y necesidades. Se canaliza, simultáneamente, y en el mismo grado, la expresión del poder creador de Dios, en los cuatro reinos naturales, de potencialidad ilimitada, que le es inherente.

12.           Con el poder y el conocimiento en conexión con la fuente, de acuerdo a los parámetros reseñados, y otros que cada quien percibirá intuitivamente, se dispone del bagaje necesario para realizar la cuota que nos corresponde en la Gran Obra. Es preciso asumir el reto, y persistir hasta alcanzar las metas sucesivas, una a la vez, después de haber dado el primer paso.

Adelante.



domingo, 6 de enero de 2013

LA PROGRAMACIÓN DE LA PROSPERIDAD



LA PROGRAMACIÓN
DE LA PROSPERIDAD

Por: ©Giuseppe Isgró C.

      Cuando Pitaco, uno de los siete sabios, terminó su período al frente del gobierno, hacia el año 575 a.n.e., la ciudad de Mitilene le obsequió un terreno –conocido como Campo Pitaqueo- del cual seccionó una pequeña parte restituyendo el resto por considerar que  aquella le bastaba para cubrir sus necesidades y que la otra era una carga innecesaria; por lo cual acuñó una frase que expresaba: -"aquella parte era mayor que el todo”.

La sabiduría de Pitaco, de evitar la carga innecesaria para atender una riqueza superior a la esencial, es una guía valiosa de seguir a la hora de programar la propia riqueza. Constituye una anticipación del famoso principio que destaca que el 20% de las actividades genera el 80% de los resultados, variante de la ley de Pareto que, aplicada, permite evitar el 80% de las actividades que sólo producen un 20% de resultados.

En la planificación de la propia prosperidad, es necesario deshacerse del 20% de riqueza que absorbe el 80% del propio esfuerzo.

El programa debe contemplar la culminación de una carrera técnica o universitaria, con los respectivos post grados  y doctorados, o cursos de especialización que permitan a cada persona ser competente con la máxima efectividad en el área de su desempeño.


Acto seguido, o durante su formación, es preciso seleccionar el trabajo que, como misión de vida, en base a la propia vocación y visión del entorno, sirva para labrar una vida prospera, digna y feliz para la persona en particular y todos los miembros de su familia.

Esa carrera vital incluye ciertos objetivos, como son la adquisición de: una casa acorde a las propias aspiraciones; otra con fines vacacionales o fines de semana; la adquisición de un negocio o la instalación de un despacho profesional acorde con el tipo de carrera elegida; uno o varios vehículos, para si y para la cónyuge, y eventualmente para los hijos; ropa adecuada; protección mediante seguros; ahorros e inversiones para garantizar los estudios de los hijos y  el bienestar en edad más avanzada; la pertenencia a algún club, logia, academia, o institución de vocación de servicios sociales o políticos, etcétera, cuya programación debe efectuarse de acuerdo a un estricto orden prioritario.

Además, es preciso incluir un programa de crecimiento personal continuo o desarrollo profesional, asistiendo periódicamente a conferencias, charlas o cursos.


La práctica de algún hobby debe complementar el citado plan; además un programa sistemático de viajes para conocer el propio país y aquellos lugares históricos o turísticos que más atraen a cada quien.

El plan de la prosperidad comenzado en edad temprana o en cualquier otra en que se tome la decisión de hacerlo, en forma inmediata canaliza la propia energía creativa a su logro, evitando el despilfarro de esfuerzos, energía y recursos, tomando, cada persona, las riendas de la vida en las propias manos.

Es preciso, también, tener presente el plan cósmico que la vida tiene reservado a cada persona, bajo cuya guía divina es oportuno someterse, por cuanto, armonizando con el esquema que cada persona trae, se optimizan los resultados.

La sabiduría divina va guiando gradualmente a toda persona  a su verdadero destino como misión de vida en cuyo cumplimiento es preciso asumir las propias responsabilidades en cada oportunidad y regir la propia vida de acuerdo a la visión de los valores universales que, en la vida diaria se traduce por la práctica de todas las virtudes, además de las fundamentales de prudencia, justicia, fortaleza y templanza, constituyendo, cada valor un ideal al cual se canalizará la propia energía creativa para que, en su desarrollo o perfección se vaya alcanzando la evolución cósmica y un más elevado y creciente estado de conciencia.

Resérvate un tiempo suficiente para retirarte en un lugar tranquilo, libre de todas interferencias, en el cual, puedas plantearte los aspectos esenciales de tu verdadera misión de vida y paralelamente efectuar un programa de objetivos a corto, mediano y largo plazo.


En primer lugar, da las gracias por toda la riqueza que ya posees, anotando cada uno de sus elementos: vida, salud, familia, trabajo, amigos, clientes, vivir en un país como en el que vives; la riqueza que Dios tiene reservada para ti, todo el progreso y conocimientos acumulados a través de las edades; la confianza y prestigio del cual gozas en tu entorno; la suma existencial y experiencia que has ido acumulando en todos tus anteriores ciclos de vida y en el actual, etcétera, para darte cuenta, de que, tienes mayores riquezas de lo que piensas y más abundancia de lo que imaginas, las cuales están a tu disposición para realizar la obra a ti encomendada en el quehacer cósmico. Afirma: -Gracias, Creador Universal, por la riqueza que Tienes reservada para mí; la acepto-.

Además, ten presente que, el planeta Tierra ha sido constituido por el orden cósmico con la finalidad de suplir, gradualmente, a las necesidades humanas durante toda su trayectoria pre-destinada y siendo una escuela de vida, tanto el programa como los recursos para su desarrollo y culminación están a la disposición de todos, si se asume el compromiso de cumplir la propia misión de vida. Por lo cual, todo lo que requieres y precisarás ya ha sido dispuesto por el Gran Ordenador Cósmico. Todo fue previsto. Nada hay que temer. Confía. Presta tu concurso, cooperando positivamente.

Ten presente que, al recordar las cosas que se poseen, dando las gracias por ellas, se atraen más de las que se tienen y requieren.

Entra en armonía con el Gran Ser Supremo elevando tu pensamiento hasta Él y solicítale guía, asistencia e iluminación. Ofrézcale tu servicio para te utilice donde Él lo crea más conveniente -de acuerdo con tu plan de vida, suma existencial y karma personal- en una cooperación en beneficio de la humanidad. Acepta cooperar con el universo y con la humanidad del planeta tierra. ¿Sabe lo que significa? ¡Que siempre tendrás trabajo y suficiente provisión divina!

Es preciso incrementar la capacidad de dar con la visión de los valores universales y mientras más des, en igual grado recibes.

La ley cósmica es tan sabia que, aún cuando tú creas que no tienes para dar, ella te provee con antelación lo suficiente para hacerlo. La intención abre la puerta por la cual entra la nueva provisión, pero,  es preciso  que circule el flujo anterior, saliendo al exterior, para efectuar la renovación correspondiente.

Esto permite visualizar que, para que entre la nueva provisión, es preciso dar la que se tiene, es decir, “vaciarse” para “volver a llenarse”, de acuerdo a la ley cósmica, la cual expresa: -Toda fuerza vaciante al retrotraerse, atrae las cosas nuevas que se requieren como provisión divina-.

Tener los canales abiertos permite que continuamente fluya la provisión divina, en la cadena cósmica, de arriba hacia ti y de ti hacia abajo; de adentro hacia afuera y de afuera hacia adentro.


 CONFORMA TU PLAN ANUAL:

Retroalimenta los resultados de los últimos doce meses. ¿Cuántas de tus metas lograste?  ¿Fueron suficientemente ambiciosas y exigentes? Las que quedaron pendientes deben encabezar la lista de los próximos doce meses.

Ahora, anota todas las cosas que deseas o requieres efectuar en tu vida personal, trabajo, inversiones, entretenimientos, etcétera, y jerarquícelas en su respectivo orden de prioridad o importancia.

Enuncia cada objetivo con el infinitivo del verbo que corresponda, por ejemplo: comprar una casa nueva en; adquirir un coche nuevo marca “x”; instalar una empresa propia (especificar la índole) antes de;  etcétera, realizándolos uno a la vez.

Tú sabes ya lo que quieres. Tomas lo que quieras y paga el respectivo precio, en tiempo, dedicación, esfuerzo, estudio o dinero.

Escribe el costo de todo lo que debes realizar en los próximos doce meses, detallando tu presupuesto sin dejar nada fuera.

Es preciso conocer con exactitud cuales son las necesidades reales del respectivo período de doce meses.  ¿Cuál es el total?

Esa es la cantidad que es preciso ganar en los próximos doce meses.

Hay que emplearse en grado suficiente para lograrlo. Afortunadamente, existe un mecanismo cósmico motivador capaz de generar el poder suficiente para lograr la satisfacción de todas aquellas necesidades genuinas que se afrontan. Es decir, cada necesidad genera el poder creador suficiente para conducir a la persona a  su satisfacción.

Mientras más grande sea la necesidad, mayor es el poder creador que se manifiesta para lograr los resultados.  Esa es la ley. Úsala con confianza.


El poder se expresa sólo si hay necesidad insatisfecha.

¿Qué hay que hacer entonces? Divide el total en 12 meses, para ver qué cantidad mensual requiere ganar, para cubrir tu presupuesto, más la respectiva cuota de los objetivos a mediano y largo plazo, si la hubiere.

Analiza cuál fue el promedio de tus ingresos en los últimos tres años.  Si eres propietario de tu propia empresa, es posible que ellos se incrementen, en los próximos doce meses, automáticamente, por efecto de la inflación, hablando en valores globales-relativos, como consecuencia natural.

Además, es preciso plantearse la manera de incrementar dichos ingresos mediante nuevos enfoques en bienes y servicios o nuevos mercados, lo cual es muy factible lograrlo.

¿Qué hacer en el caso de los empleados? Valuar la posibilidad de incremento en el salario, viendo, dentro de la misma empresa, qué actividades extra puedes desempeñar, pasando, por ejemplo, al departamento de venta, que es donde más se gana, etcétera.

Familiarízate con el fabuloso mundo de las ventas si aún no lo has hecho.

Allí está la oportunidad de mejorar tu nivel de vida.  Pero, las ventas implican servicio; buen servicio; es un trabajo digno para tomarlo en serio, en el cual es preciso prepararse  y dedicarse a fondo para alcanzar los mejores resultados.

¿Cuál es tu vocación? ¿Cuáles son tus puntos fuertes, habilidades y conocimientos, etcétera?

Haz una lista y selecciona un área en la cual te sientes a gusto vendiendo bienes y servicios. Hay una vasta gama de productos, los cuales es posible venderlos desde tu propio hogar, por ejemplo: Seguros, bienes raíces, vehículos, libros, zapatos, ropa, relojes, ordenadores, equipos de sonido, etcétera.


La regla de oro, es: especializarse en productos costosos para clientela exigente y con alto poder adquisitivo. Pero, hay oportunidades en todos los niveles y el progreso sólido  es gradual pero constante.

Ya sabes lo que quieres. El segundo paso, es planear como lograrlo.

La mente psiconsciente, de gran sabiduría y versatilidad  en proporcionar respuestas correctas, en la quietud de la meditación interior, lo hace, simplemente, anteponiéndole tres veces la pregunta respectiva. Luego se espera la idea creativa que puede venir enseguida o en las horas o días siguientes.

Hay que explorar todas las posibilidades empleando la propia creatividad y conciencia positiva aprovechando al máximo todos los recursos y situaciones para optimizar resultados.

Hay que plantearse: -“¿Qué es lo que se puede hacer para lograrlo?”- -¿Qué es lo que debe hacerse para lograrlo?”- Establece la estrategia, y la táctica, para optimizar los resultados factibles, en un nivel cada vez más elevado, y adecuados al potencial personal y del entorno.

Determinado lo que hay que hacer, lo único que queda es ponerse en camino dando el primer paso.

Es preciso emprender la acción con fe en los resultados. Si siembras la semilla y llevas a cabo el trabajo de regarla y cuidarla, cosecharás los frutos respectivos, por cuanto, el mismo proceso creativo a cargo de la naturaleza se hará cargo de todo.

Pero, después de sembrar la semilla, hay que tener confianza en que germinará y fructificará, esperando con paciencia el tiempo suficiente de acuerdo a la naturaleza de los resultados, los cuales, siempre requieren un determinado lapso para dar sus frutos respectivos.

Siembra las semillas de tus sueños y empléate a fondo con fe, trabajo asiduo, persistencia, estudio constante y conciencia de positiva prosperidad  para sacarle el mejor provecho a la vida.

El poder de la decisión, la fe, mucho amor y el silencio, con acción constante, todo lo pueden.


**


PROGRAMAR METAS MÁS ELEVAS

Recuerda, tú eres una persona acostumbrada a sacar las cosas adelante, por lo cual, haz planes ambiciosos; trázate metas más elevadas  a nivel personal, profesional o empresarial, acordes con tu verdadero potencial.

Determinar los resultados que anhelas, en un mejor nivel; planear cómo y, en cuánto tiempo vas a lograrlos, y, luego, trabajar con constancia, efectividad y total honradez, para su logro, ése es el camino para prosperar cada día más y mejor, y, alcanzar el nivel deseado de bienestar para ti y tu familia, así como  para mejorar la patria, que espera, de sus hijos, logros aún más importantes y la dedicación y el empeño de hacer de la nación un mejor lugar para vivir del que se recibió y del cual, tanto la actual como las futuras generaciones puedan sentirse satisfechas por el deber cumplido.

Aprovecha tu caudal de recursos, energía, voluntad, creatividad y determinación de triunfar a la consecución del objetivo previamente establecido por escrito, aplicando la  ley del aislamiento cósmico, es decir, centrando la atención únicamente en aquéllas acciones  y elementos  acordes con tu propósito y objetivos.

Trabaja en silencio, dejando de hablar de lo que esperas alcanzar; evita la generación de fuerzas antagónicas, y de esta manera, permite controlar  las eventuales interferencias.

Estudia la mejor manera de alcanzar resultados, perfeccionando métodos de trabajo, aplicando los avances de la gerencia moderna y la clásica administración científica.


Selecciona los segmentos de mercado de alto poder adquisitivo que atenderás y los productos o servicios que llenen sus necesidades insatisfechas. Explota las ventajas competitivas de tu empresa o fortalezas profesionales que poseas, etcétera.

Asume compromisos más importantes, -dentro de tu propia capacidad y potencial de realización,- y cúmplelos.

Administra tus recursos con prudencia y sabiduría.

Fórjate cada vez metas más elevadas, siempre por escrito, en todas las áreas de tu vida: trabajo, personal y familiar, auto-desarrollo, e incluye objetivos motivadores o reforzadores del éxito, los cuales constituyen premios que te asignas por cada logro que obtengas, etcétera.

Tú puedes hacer más y mejores cosas de las que imaginas. ¿Qué esperas de la vida? Eso es lo que obtienes. La vida te da cualquier cosa que tú le pidas.

 Si lo que pides es mucho o poco, da igual, la vida te lo concede; pero, el trabajo, que es, prácticamente, el mismo, también debes hacerlo. Es mejor que ofrezcas mucho, y des lo mejor de ti, para recibir, equitativamente, la oportunidad, cuya mejor sintonía puedes lograrla por medio de la fijación de metas más elevadas.

Eres lo que fueron tus objetivos del pasado. Serás lo que son tus metas y los resultados inherentes que planeas, ahora, a corto, mediano y largo plazo, en el eterno presente.

Persevera, confía y actúa; la tenacidad franquea todas las puertas y abre el camino que conduce, cada día, a más grandes e importantes realizaciones, a la prosperidad y riqueza integral.

Programa tu ordenador psiconsciente con metas más elevadas y la naturaleza creadora que yace en tu genio interior se hace cargo de hacerlas  realidad.


 Afirma, en la noche antes de dormir o en la mañana, al levantarte:


1.           Acepto la  provisión cósmica de hoy, en todas las áreas de mi vida, en todos los niveles físicos, anímicos, mentales, energéticos, afectivos, espirituales, y en cualesquiera otras dimensiones u esferas mentales adecuadas en que sea necesario y lo requieran, la cual recibo oportunamente, en el aquí y ahora. Doy las gracias por la provisión divina de hoy.
2.           Acepto la sabiduría y la prudencia  necesaria y suficiente para el día de hoy para atender, resolver y realizar todas las cosas u objetivos que son prioridades para esta jornada, en todos los niveles y esferas de acción, realidades y necesidades. Hecho está. Doy las gracias por la sabiduría y prudencia de hoy.
3.           Acepto el amor como fuente de poder supremo que alimenta mi capacidad de dar más y mejor afecto, comprensión, aprecio, amistad, servicio efectivo y generoso y recibir en igual grado la respectiva reciprocidad de acuerdo a la ley de compensación cósmica. Doy las gracias por el amor divino de hoy.
4.           Acepto la luz que ilumina mi espíritu, aclara mi mente y resplandece en todos mis caminos, hoy, para ver con claridad las prioridades que debo atender y la mejor manera de hacerlo, en el momento oportuno, con la prestancia necesaria y la potencia suficiente para lograr los resultados óptimos requeridos. Doy las gracias por la luz divina de hoy.
5.           Acepto la vida perfecta que hay en mí, hoy, en el eterno presente, con pleno equilibro en todos sus grados y formas de manifestación. Doy gracias por la vida perfecta en mí, aquí y ahora, en el eterno presente, con pleno equilibrio en todas fases, niveles y grados de manifestaciones.
6.           Acepto el poder creador que hay en mí alimentado por el poder creador que hoy me proporciona la potencia suficiente para crear o realizar  los resultados y soluciones adecuados para este día y sembrar las semillas suficientes para cosechar los frutos adecuados y suficientes, siempre, en el eterno presente. Doy gracias por el poder creador en mí.
7.           Acepto la fortaleza para afrontar con objetividad, realismo, confianza y determinación de triunfar todas las cosas y objetivos de este día. Doy gracias por la fortaleza perfecta que hay en mí.
8.           Acepto la justicia universal para, con equidad, compensar mi vida pagando la cuota diaria de lo que debo a la vida, al planeta tierra, al universo, a Dios, a las leyes cósmicas, a la humanidad del planeta Tierra y de otros mundos donde haya vivido o me corresponde vivir, con todas las personas con quien tenga deudas kármicas y a la vez recibir la cuota de compensación que me es debida de cualesquiera fuentes y en cualquier nivel, esfera o lugar del universo y la recibo aquí y ahora, oportunamente. Doy gracias por la justicia universal que actúa en mí.
9.           Acepto la compensación que recíprocamente corresponda en cada caso, oportunamente. Doy gracias por la compensación oportuna que recibo hoy, y por la que aporto, oportunamente, para vivir en perfecto equilibrio.
10.        Acepto el perdón de Dios y de todos los seres o expresiones de vida de quienes, por cualesquiera motivos o causa, requiero ser perdonado, aquí y ahora. Acepto perdonar a todos los seres o expresiones de vida, por cualesquiera motivos o causa, debo perdonar o precisan ser perdonados por mí; dejando a salvo las respectivas compensaciones que correspondan de acuerdo a la ley divina, las cuales acepto pagar en lo que corresponda para saldar mis deudas kármicas y cobrar lo que corresponda, de acuerdo a la ley de compensación para tener la suficiente provisión para a mi vez cumplir con mis obligaciones y compensar lo que debo. Acepto que la vida compense mi balanza de pago de la manera correcta y armoniosa que, en cada caso y en el total de la suma existencial, corresponda  aquí y ahora y acepto dejarme guiar por la sabiduría divina, y por todas las leyes universales, de aquí en adelante, para mantener un perfecto equilibrio en mi vida, libre de deudas kármicas. Doy gracias por el perdón divino y por el perdón de todos los seres y expresiones de vida de quienes corresponda recibirlo, u otorgarlo, oportunamente.
11.        Acepto la belleza en todos sus niveles de manifestación, en mi vida, acciones y obras y desarrollo hoy todo lo que es preciso para cultivar la belleza correspondiente al día de hoy. Doy gracias por la belleza perfecta expresada en mí, ahora.
12.        Acepto la bondad, la generosidad, el afecto, la amistad, el aprecio, el estímulo, el aliento y cualesquiera otras manifestaciones de apoyo de la fuente universal, espiritual, personal o de cualquier parte de donde provenga y doy gracias por ello.
13.        Acepto el trabajo perfecto de este día y doy gracias por el trabajo perfecto de hoy.
14.        Acepto el resultado positivo de mis inversiones hoy y doy gracias por ello.
15.        Acepto los pensamientos de prosperidad, abundancia y riqueza integral hoy y doy gracias por la prosperidad, la abundancia y riqueza integral en el eterno presente, ahora.
16.        Acepto el país en el que vivo hoy, tal como es, a su gente, tal como es y todas las situaciones que vivo, tales como son y contribuyo, hoy, a mejorar todo lo que puedo, empezando por mejorarme a mi mismo; acepto darle  lo mejor de mí y acepto recibir todo lo que puede darme. Acepto pagar todo lo que le debo y cobrarle todo lo que me debe, para que exista una perfecta compensación entre este país y yo y liberarme de deudas kármicas respecto a él y yo liberarlo de deudas kármicas respecto a mí, todo en perfecta concordancias con las leyes cósmicas, en cada caso particular. Doy gracias al país en que vivo.
17.        Acepto efectuar el estudio que corresponde al día de hoy y enseñar lo que es preciso, donde sea necesario. Acepto escribir la parte que corresponda a mi programa, para hoy y hacerlo en la forma más perfecta posible. Doy gracias por ello.
18.        Acepto la tolerancia universal y humana para el día de hoy, en los límites justos y adecuados en cada caso; acepto ser tolerante con todos, en igual grado. Doy gracias por la tolerancia perfecta.
19.        Acepto todas las cosas que poseo, tales como son y acepto darle el mejor uso posible para optimizar su aprovechamiento tanto para la humanidad como para mi familia y para mí. Doy gracias por todas las cosas que poseo.
20.        Acepto la familia de la cual formo parte, tal como es y acepto darle lo mejor de mí y recibir lo mejor que ella está dispuesta a ofrecerme. Doy gracias por la familia que poseo.
21.        Acepto el trabajo que la vida tiene para mí, hoy. Doy gracias por el trabajo perfecto que la vida tiene hoy para mí.
22.        Acepto la felicidad, alegría y dicha que la vida me ofrece hoy. Doy gracias por la felicidad, alegría y dicha de hoy.
23.        Me acepto tal como soy; acepto realizar los cambios que debo llevar a cabo para perfeccionarme de acuerdo al ideal cósmico y a los valores universales y virtudes inherentes. Doy gracias por ser quien soy, como soy, y como me manifiesto en el eterno presente, cada día mejor.
24.        Acepto trabajar por el bien de la humanidad. hoy, en el lugar, en la tarea y en los objetivos universales que el Creador tiene previsto, para mí, en sus planes cósmicos. Doy gracias por la oportunidad de servicio a la humanidad, hoy.
25.        Acepto acrecentar, cada día más y mejor mis reservas económicas y de cualquier otra índole precisada. Cada día la riqueza integral, la abundancia y la prosperidad fluyen en mí y las utilizo con sabiduría y prudencia, fortaleza, templanza, justicia y equidad.  Doy gracias, al Creador, por el incremento de mi riqueza integral, hoy. Hecho está.



EL ENCUENTRO EN LA VICTORIA



http://enbuscadelavictoria.blogspot.com/

UN ENCUENTRO EN LA VICTORIA

Autor: ©Giuseppe Isgró C.

Del libro: La Victoria

Capítulo I

Me encontraba un día, en una fuente de aguas tranquilas, cristalinas, cuando se me acercó un Venerable hombre, vestido a la antigua usanza, con bata blanca, larga, pelo y barba que alguna vez fueron de color pelirrojo y un báculo en la mano derecha.

Concentró sus ojos en los míos; su mirada era profunda, serena y apacible.

Con voz suave y afectiva, me dijo:

-“Hola, hijo, como estás”-.

–Bien, -le contesté-; y, ¿usted?

–Por aquí andamos; -fue su respuesta-, mientras me sonreía.

-¿Dónde estamos?, -le pregunté al Venerable hombre-.

-Este sitio es conocido como La Victoria; -me contestó-. –¿Qué haces por estos lados?

-Salí esta mañana, temprano, con el coche, a dar un paseo; luego, al llegar a esta zona, me paré a contemplar la belleza de los araguaneyes y decidí caminar un poco y la verdad que, absorto en mis reflexiones, caminé por lo menos durante dos horas, hasta llegar aquí. Desconocía este hermoso lugar. Y, usted, -¿vive por aquí cerca? -le pregunté-.

Un poco más arriba, en esa colina boscosa. Hace algunos años, -relata el Venerable hombre- decidí retirarme de la agitada vida ejecutiva en que me desenvolvía profesionalmente, como abogado, en la ciudad de Quebec, Canadá, aunque he viajado por diversos países asesorando a incontables líderes. Construí la casa, en esta zona tropical, con la idea de pasar aquí los meses de invierno. Me dedico al estudio de la vida, a la meditación y a cultivar mi jardín y de vez en cuando, a escribir mis reflexiones, las cuales, algún día, habrán de ser publicadas para esparcir un poco la luz que he podido vislumbrar en mis estudios metafísicos-espirituales.

-¿Quieres tomar un café? –Me preguntó el Venerable hombre-. Lo he traído de Caripe El Guácharo; es de los más exquisitos que he probado.

-Sí, con gusto se lo acepto; -le contesté-.

Nos fuimos caminando por un sendero rodeado de árboles cargados de mangos, aguacates, naranjas y una hilera de cayenas de diversos colores. A lo lejos, el ruido de la brisa se oía apaciblemente. Todo era quietud, armonía y paz. Pero, sobre todo, lo que más me impresionaba era la apacibilidad y el sosiego del Venerable hombre de La Victoria. Emanaba de él un flujo de fuerza que, en su presencia, me sentía con un poder y una seguridad nunca antes experimentados. Fuerzas bienhechoras se iban apoderando de mí y aquella paz y relax que buscaba en la mañana, al salir a dar un paseo, sin percatarme de ello, las estaba experimentando ya.

Después de unos quince minutos de caminar, llegamos a la casa del Venerable hombre. Su aspecto exterior humilde estaba lejos de dejar entrever lo que segundos después habría de asombrarme con lo que encontré en el interior.

Al entrar, en la casa, una joven de unos veinte años saludó al Venerable hombre.

-¡Hola, abuelo!, ¿cómo estás?

–Bien, hija, -contestó el Venerable hombre-. -Prepara un poco de café, Lucía, mientras conversamos un poco, adentro.

-Por cierto, te presento a Santiago, quien ha llegado paseando hasta La Victoria.

Después de la presentación, entramos en la biblioteca del Venerable hombre. Un salón grande, lleno de estantes de libros por todas partes, lo cual hacía inimaginable dicho cuadro desde el exterior. Algunos cuadros al óleo de morichales y de personajes históricos, presentaban un ambiente acogedor. En un rincón se encontraban diversos retratos de Tagore, Gandhi, Cicerón, Séneca, Ibn Arabi y un dibujo de Don Quijote y Sancho Panza. En un pequeño cuadro, podía leerse: -“Lo que Alá quiera. Nada se le asemeja”-.

-Le felicito por este inmenso tesoro que usted tiene aquí, -le dije al Venerable hombre-. -¿Cuáles son los temas de su interés?

A lo cual, me contestó: -Como usted puede ver, Santiago, -y me invitó a recorrer los estantes- aquí hay libros de variados temas: clásicos de todos los países y épocas, desde los Vedas, los Upanishads, el Mahabaratha, los libros de Confucio, El Tao te King, de Lao Tse, el Poema de Gilgamesh, el Código de Amurabí, autores griegos, como Homero y Hesiodo. Se encuentran las obras completas de Euclides, Platón, Aristóteles, Teofrasto, Demetrio de Falereo, de los Presocráticos, Epicteto, Plutarco, etcétera; de los latinos, autores como Séneca, Cicerón, -que son mis preferidos-, Julio César, Tito Livio, Dionisio de Halicarnaso, Marco Aurelio, así como libros de Psicología, Gerencia, Sufismo, Yoga, ensayos, filosofía, parapsicología, hermetismo, El Quijote, libros de economía, filosofía, etcétera, en fin, un poco de todo lo que es preciso conocer para poder entender el significado de la vida: de dónde venimos, por qué estamos aquí y hacía dónde vamos, sin lo cual, la vida no tendría sentido, sobre todo por el gran afán a que está sometido el ser humano en la agitada vida moderna.

Nos sentamos en sendas butacas y nos entretuvimos conversando de temas diversos. Al poco rato, entró Lucía con dos tazas de oloroso café y unos biscochos, que degustamos con agrado en una amena e interesante conversación. Al fondo, podía oírse una suave música de Beethoven.

Pasamos cerca de una hora conversando de sobre la Atlántida, Egipto, los griegos, de Homero, de los sufíes, del budismo zen, los poderes del espíritu, meditación, etcétera, después de lo cual, le hice una pregunta directa.

-Seguramente, usted ha desarrollado alguna técnica de meditación y algún método de resolución de situaciones, en la vida, que me quisiera explicar, ya que, según observo, para tener usted una serenidad tan acentuada y una fortaleza física a la edad que imagino que usted debe tener, -cerca de noventa años- es porque ha encontrado en su larga experiencia algún secreto que quizás quisiera compartir conmigo.

Santiago, -me dijo el Venerable hombre, si vuelves a visitarme otro día, quizá te cuente algo que te pueda servir. Empero, antes de que te vayas, te haré entrega de unos apuntes que hace ya muchos años, en una época en que yo andaba a la búsqueda de sosiego y tratando de encontrarle sentido a la vida, un Venerable hombre que, en una edad similar a la mía, a su vez me entregara y cuya práctica asidua me permitió domar la mente, encarrilar mi vida y poner bajo control los hilos del destino. Son veintidós manuscritos, y una meditación diaria, –continuó diciendo el Venerable hombre, que si bien son ya un poco antiguos, podrás copiarlos de nuevo y si pones en práctica las técnicas que contienen, darás a tu vida un esplendor que habrá de sorprenderte agradablemente.

-Una vez que los hayas probado con total y absoluta satisfacción de tu parte, -me dijo, ponlos en limpio, en forma de libro y publícalo para que su mensaje llegue a mayor número de personas. Hacía tiempo que esperaba a alguien a quien confiarle este legado y creo que hoy, al llegar aquí, en la forma en que lo has hecho, tus pasos han sido dirigidos por Aquel que todo lo sabe y puede, por la Ley Cósmica, y en cuyos planes universales, todos somos sus instrumentos.

Me despedí del Venerable hombre y de su adorable nieta, sintiendo dentro de mí fuerzas desconocidas hasta entonces que preanunciaban grandes cambios en mi vida.

En los días siguientes, aparté una hora diaria, antes de dormirme, y leí y releí, todos los manuscritos, de la siguiente manera: En primer lugar copié la Meditación diaria en un cuaderno, el cual leí durante veintidós noches y mañanas seguidas, tal como lo indicaban las instrucciones de la misma.

Una nota al pie de página mencionaba que si yo la transcribía en un cuaderno, el hecho de hacerlo, grabaría en mi ordenador mental las instrucciones y me sería más fácil desarrollar, en mi personalidad, las cualidades y condiciones que formaban parte de los objetivos implícitos en la misma.

De los veintidós manuscritos, cada lunes, a las once en punto de la noche, copiaba uno en el cuaderno, y durante el resto de la semana, a la misma hora, lo leía y meditaba, siguiendo las fáciles y efectivas técnicas e indicaciones al inicio del mismo.

Cuatro semanas después de leer durante veintidós días seguidos, en la noche y en la mañana, la meditación diaria, comenzaron a manifestarse en mi vida una serie de cambios positivos que me dejaban asombrado a mi mismo, pero, también, los miembros de mi familia y a mis amistades; sobre todo mi semblante comenzó a ser más apacible; volví a sonreír desde el interior; mi estado anímico era de contento; me sentía más seguro de mi mismo; comencé a confiar más en la gente, en la vida y a vislumbrar el sentido de mi misión en la vida –percibía cosas que antes me pasaban desapercibidas, a pesar de haber estado siempre allí. Sentía fluir en mí una nueva corriente vivificadora de prosperidad, de felicidad, de alegría de vivir. Mi entusiasmo y amor por la vida y por mi familia, por mi trabajo y por las personas, crecía día a día. En aproximadamente dos meses había logrado muchas de las cosas en las cuales había soñado desde hacía años. Había dado un paso sorprendente en el camino de la autorrealización.

Efectivamente, pude comprobar que me fue relativamente muy fácil desarrollar las aptitudes y actitudes a nivel físico, mental, emocional, espiritual y en diversos aspectos de mi vida, como el financiero, que comenzó a mejorar casi inmediatamente, así como, surgieron nuevas oportunidades que comencé a aprovechar, casi sin esfuerzo de mi parte.

Transcurría el año de 1967 y mi vida había encontrado un sendero que habría de conducirme a cooperar en forma más efectiva en el plan divino que el Supremo Hacedor, en algún momento, había diseñado para mí.

Tres meses después volví a aquel lugar donde había encontrado al Venerable hombre de La Victoria y allí estaba la fuente que él dijo llamarse La Victoria; empero, cuando traté de encontrar el camino para llegar a la casa donde amablemente me ofreció un delicioso café, preparado por su nieta Lucía, no logré encontrarlo, pese a haber recorrido durante un par de horas por los alrededores. Pregunté a varias personas para ver si podían indicarme como llegar a la casa del Venerable hombre y cual fue mi sorpresa, nadie lo conocía.

Empero, después de tanto buscar, volví a encontrar la casa donde vivía el Venerable hombre de La Victoria, pero se encontraba abandonada. Su aspecto indicaba que debía encontrarse en ese estado un lapso mayor del que mediaba con el encuentro de aquel ser extraordinario. Es sorprendente como los inmuebles solos acusan el paso del tiempo en mayor grado que los que son habitados. Si no fuera por los manuscritos pensaría que el encuentro no fue más que un simple sueño. -¿O se trata, acaso de un sueño combinado con un fenómeno de aporte? Personalmente, no lo creo. El encuentro fue muy vívido y real. El aromático café servido por Lucía estaba exquisito. Durante varios años volví al lugar varias veces, la casa seguía sola. La última vez que volví, no la pude ubicar y sin tener tiempo suficiente para seguir buscándola, me fui. Ahora, vivo muy lejos de aquella zona, en otro continente; han transcurrido muchos años y después de tanto tiempo es poco probable que vuelva allí; pero, los manuscritos y la meditación diaria obran en mi poder, me han transformado y han enriquecido mi vida.

Durante más de treinta y cinco años he puesto en práctica las diversas variantes de los ejercicios, afirmaciones y meditaciones que contienen los manuscritos y la meditación diaria y cada vez que los pongo en práctica, experimentos los mismos beneficios. Ahora, ellos se encuentran en el libro que usted tiene en sus manos; espero que les sean tan útiles como los han sido para mí.

Su contenido es eminentemente práctico; no hay teorías superfluas. Si lleva a cabo los ejercicios que contienen, es probable que, gradualmente, se vaya efectuando la transmutación alquímica de su ser sintonizándose con los elevados resultados existenciales, los cuales, por añadidura, al ser creados a nivel mental, se van manifestando en su propia vida, oportunamente.

Sobre todo, con estos ejercicios, me percaté, cuando el Venerable hombre me entregó los manuscritos, de que se dispone de un método para domar la mente y ejercer un pleno dominio sobre la vida en general y, por ende, sobre el destino y controlar, cuando eventualmente se presenten, todas las situaciones, manteniendo un perfecto equilibrio físico, mental, emocional, espiritual y financiero.

El Venerable hombre de La Victoria me comentaba que todo se puede lograr en la vida si se siembra la respectiva semilla por medio de correctas decisiones acordes con la propia y elevada auto-estima y dignidad personal, desarrollando el convencimiento de que sí se puede hacer, por medio de las afirmaciones, las visualizaciones y meditaciones, la experimentación de un estado emocional acorde al momento de ser logrados los respectivos resultados y la practica del desapego, es decir, dejar encargada a la mente psiconsciente del logro, y además, se espera el tiempo necesario haciendo, mientras tanto, todo lo que se requiere, según el caso o los objetivos por alcanzar.

Estas técnicas funcionan, me decía una y otra vez el Venerable hombre de La Victoria; luego, agregaba: -las he probado por más de cincuenta años y quien, a su vez me las entregó, habría hecho otro tanto, aseverando que eran efectivas, si yo seguía fielmente las instrucciones y las ponía en práctica con expectativas positivas.

Desde que en 1967, el Venerable hombre me hiciera entrega de los manuscritos, han transcurrido un poco más de de treinta y cinco años, durante los cuales yo también he puesto en práctica las diversas variantes de los ejercicios, afirmaciones y meditaciones que contienen, y cada vez que me ejercito con ellos, experimento los mismos beneficios. Ahora, ellos se encuentran en el libro que usted tiene en sus manos; espero que les sean tan útiles como los han sido para todos los que hemos aplicado las enseñanzas del Venerable hombre de La Victoria.

Él me repetía constantemente: -“¡Tú puedes si crees que puedes hacerlo! ¡Hazlo y tendrás el poder!

Recuerdo que ese día el Venerable hombre me dijo: -ejercer el poder con que la naturaleza de las cosas ha dotado a cada ser, cultivando los dones inherentes y aprendiendo todo lo que se pueda de sí y del vasto universo del que se forma parte, es una manera efectiva de ser cada día más feliz. Luego, cuando me despedí de él, expresó: -“¡Que cada día brille más y mejor tu luz interior!”.- Adelante.

Capítulo 2

Meditación diaria

Es lunes en la noche, son las once en punto.

Me dispongo a copiar textualmente, en el cuaderno que he dispuesto para ello, el manuscrito identificado con el título:

Meditación diaria

Dice así:

Afirme, en la mañana y en la noche, antes de dormir, durante veintidós días; luego, cada vez que lo desee, esta poderosa fórmula de programación mental positiva y descubra cómo, con facilidad, van ocurriendo cosas maravillosas en su vida:

MEDITACIÓN DIARIA

Afirma, en la mañana y en la noche, antes de dormir, durante veintidós días; luego, cada vez que lo desees, esta poderosa fórmula de programación mental positiva y descubre cómo, con facilidad, van ocurriendo cosas maravillosas en tu vida. Al encender la luz en la mente se ilumina la propia existencia y todo en derredor vibra al unísono y con el mismo sentimiento de felicidad y bienestar, interrelacionándose por la ley de afinidad.

1. -Entro en el nivel de mi mente psiconsciente, en el centro de control de mi piloto mental automático, donde todo va bien, siempre, contando de tres a uno: Tres, dos, uno.

Ø Ahora, estoy ya en el nivel de mi mente psiconsciente, en el centro de control de mi piloto mental automático, donde todo va bien, siempre.

Ø Voy a permanecer en el nivel de mi mente psiconsciente, en el centro de control de mi piloto mental automático, donde todo va bien, siempre, durante quince minutos y voy a programar los siguientes efectos positivos, los cuales perduran, cada vez mejor, hasta que vuelva a realizar este acceso y programación mental:

Ø Todo va bien, siempre, en todos los aspectos de mi vida, cada día mejor. (Tres veces). –Imagínalo-.

Ø Todo va bien en mi trabajo; cada día logro mejores niveles de efectividad, prosperidad, riqueza, abundancia y bienestar. (Imagínalo).

2. Formo una unidad cósmica perfecta con el Creador Universal, -ELOÍ. (Diez veces, con los ojos cerrados). Hoy se expresa en mí la Perfección universal de la Vida, del amor, de la luz, de la sabiduría, del perdón, de la percepción de la verdad, de la aceptación de la realidad, de la justicia, de la igualdad, de la compensación, de la fortaleza, de la templanza, de la belleza, del equilibrio, de la armonía, de la salud, de la prosperidad, de la riqueza, de la abundancia, del servicio y de la provisión en todos los aspectos de mi vida.

3. -Cada día, en todas formas y condiciones, mi cuerpo y mi mente funcionan mejor y mejor. La consciencia de mi conexión permanente e indisoluble con el Creador Universal, -ELOÍ-, restablece y mantiene en mí, diariamente, durante las veinticuatro horas del día, un perfecto estado de salud a nivel físico, mental, emocional y espiritual. Gracias, Creador Universal, por darme un cuerpo perfecto, saludable, lleno de energía. Aquí y ahora, me siento en perfecto equilibrio de salud, a nivel físico, mental, emocional y espiritual.

4. Afronto y resuelvo bien toda situación que me compete, siempre.

5. Todo tiene solución, en todas las situaciones de mi vida.

6. El Creador Universal, -ELOÍ-, es en mí, cada día mejor, en todos los aspectos de mi vida, fuente de amor, luz, sabiduría, éxito, riqueza, prosperidad, abundancia y armonía.

7. Permito que las leyes universales de la Vida, del amor, de la luz, de la sabiduría, del perdón, de la percepción de la verdad, de la aceptación de la realidad, de la justicia, de la igualdad, de la compensación, de la fortaleza, de la templanza, de la belleza, del equilibrio, de la armonía, de la salud, de la prosperidad, de la riqueza, de la abundancia, del servicio y de la provisión actúen bien en el plan de mi vida.

8. Tengo prosperidad y poder. Cada día enriquezco mejor mi vida a través del servicio efectivo, del amor y de la práctica de todas las virtudes.

9. Mi dignidad personal me lleva a realizar las cosas que me competen con la máxima perfección posible.

10. Cada día, en todas formas y condiciones, en todos los aspectos de mi vida, estoy mejor y mejor a nivel físico, mental, emocional, espiritual y financiero.

11. Actúo con templanza, serenidad, autodominio y perfecto equilibrio en todo. Conservo plena autonomía y control sobre todas mis facultades físicas, mentales, emocionales, intelectuales y espirituales. Hecho está. (Visualizar un escudo protector de luz que te envuelve y protege; -una pirámide-).

12. Tengo fortaleza, valor, confianza y fe suficiente para triunfar y alcanzar todas mis metas, de acuerdo con la voluntad del Creador Universal, -ELOÍ-, y en armonía con sus planes cósmicos. Soy inmune e invulnerable a las influencias y sugestiones del medio ambiente y de cualquier persona a nivel físico, mental, emocional y espiritual, en las dimensiones objetivas y subjetivas y en cualesquiera otras en que sea requerido.

13. El orden universal de la Vida, del amor, de la luz, de la sabiduría, del perdón, de la percepción de la verdad, de la aceptación de la realidad, de la justicia, de la igualdad, de la compensación, de la fortaleza, de la templanza, de la belleza, del equilibrio, de la armonía, de la salud, de la prosperidad, de la riqueza, de la abundancia, del servicio y de la provisión se establece en mi vida, en todos mis asuntos y en las personas interrelacionadas, aquí y ahora. Hecho está.

14. Asumo la responsabilidad de mis actos y cumplo bien todos mis compromisos, siempre oportunamente, de acuerdo con el orden cósmico.

15. El Creador Universal, -ELOÍ-, nos da abundancia y armonía en el eterno presente. Vivo en abundancia y en armonía perfectas, aquí, ahora y siempre.

16. El Creador Universal, -ELOÍ-, se está ocupando de todo, en todos los aspectos de mi vida, y se expresa en mí conciencia intuitiva por medio de los sentimientos en correspondencia con los valores universales.

17. Gracias, Creador Universal, -ELOÍ-, por esta vida maravillosa. Que Tu Inteligencia Infinita, Amor, Sabiduría, Justicia, Luz, y Poder Creador guíen, adecuadamente, todas mis decisiones y acciones, ahora y siempre. Gracias, Eloí, por este día maravilloso.

18. El Creador Universal, -ELOÍ-, nos proteja, aquí y en cualquier lugar, ahora y siempre. (Tres veces).

19. Siempre espero lo mejor, de acuerdo con la voluntad del Creador Universal, -ELOÍ-, y la Ley Cósmica, en armonía con todos.

20. Gracias, Creador Universal; todo va bien en todos los aspectos de mi vida, a nivel físico, mental, emocional y espiritual. Gracias, Eloí, todo va bien en mis practicas espirituales y en mi relación Contigo; Tú y yo formamos una unidad perfecta, armónica, aquí y ahora, en el eterno presente. Yo soy Tú, Tú eres yo. Te amo.

21. Voy a realizar –obtener o resolver- (mencionar), antes del: (fecha), de acuerdo al orden divino y en armonía con todos. (Si se trata de varios objetivos, anótelos y haga la afirmación y visualización con cada uno de ellos. Imagínelo concluido satisfactoriamente sin imponer canal alguno de manifestación.)

22. Tengo serenidad y calma imperturbable. Soy impasible frente a todo y a todos. No tengo temor a nada, a nadie ni de nadie en ningún nivel físico, mental, emocional, espiritual y financiero. Dentro de mí vibra la seguridad total. Tengo completa confianza en la vida y en mi propia capacidad de resolver situaciones y alcanzar los resultados satisfactorios que preciso, en cada caso, siempre.

A continuación anoté la fecha: Lunes 12 de agosto de 1967. Luego, tal como me lo indicó el Venerable hombre, anoté la fecha que correspondía veintidós días después: 03 de septiembre de 1967.

Acto seguido, me senté cómodamente, tomé tres respiraciones profundas y realicé la meditación.

Luego, cada noche, durante veintidós días, a las once en punto, me iba a mi cuarto, daba indicaciones de no ser interrumpido durante veinte minutos y realizaba la meditación del día, la cual, siempre complementaba con la lectura breve de uno de los libros de cabecera que siempre suelo tener en mi mesa de noche.

Iba notando, día a día como emergía de mi interior una nueva y desconocida fortaleza, seguridad, estado de ánimo contento, actitud más decidida, optimismo frente a la vida y a las situaciones; comencé a llevarme mejor en las relaciones con las demás personas, a ser más comedido en todo y sobre todo comenzaba a tener conciencia de cosas que antes me solían pasar desapercibidas.

Cabe destacar que, en el punto número veintiuno de la meditación, había anotado siete objetivos que desde hacía tiempo quería realizar y para mi sorpresa, treinta días después de haber terminado de efectuar la meditación del manuscrito número veintidós comencé a observar como, en forma aparentemente casual se iban manifestando la resultados de cada uno de ellos hasta que, algunos meses después, antes de la fechas previstas, los había realizado todos, menos dos, por lo cual, me senté y volví a anotar, en una hoja de mi cuaderno, otros diez objetivos, encabezados por los dos pendientes de la lista anterior, les puse la fecha tope a cada uno, antes de la cual debían ser logrados, para seguir visualizando, su logro, periódicamente.

http://enbuscadelavictoria.blogspot.com/

sábado, 12 de enero de 2013

EL PODER DE LA PAZ





SOLILOQUIO 
SOBRE EL PODER DE LA PAZ


© Por Giuseppe Isgró C.

-Para que haya paz en el mundo es preciso, antes, que cada persona la cultive en su interior.

-En toda paz,  hasta quienes, aparentemente,  pierden, resultan  ganadores.-
Giuseppe Isgró C.



El camino del medio es la Paz. El que ostenta el poder no tiene porque demostrarlo, por cuanto, hacerlo, es signo de su carencia auténtica. El poder verdadero es el que cumple su objetivo sin ser notado apenas, más que por los resultados, que constituyen la única evaluación del Líder.
Estimo que la violencia jamás ha sido, ni lo será, el mejor camino para lograr la paz. La declaración de una guerra, en la cual podría involucrarse a un gran número de naciones, es preciso evitarla mediante un consejo mundial de naciones donde en forma global se analice cada caso para tomar medidas –prudentes y sabias- con una estrategia adecuada, coherente y efectiva,  que conduzca  al camino verdadero de la paz, buscando las causas en las raíces profundas que, los líderes de talla mundial, saben ver más allá de la realidad aparente, que constituyen los grupos de intereses enfrentados.
La paz del planeta debe ser asegurada y, tanto ahora como en el futuro, ella debería dejar de depender de un solo hombre,  aunque tenga sus propias razones y haya asumido –unilateralmente- el liderazgo del mundo y exista un minúsculo entorno que le aplaudan como si en vez de ir a la guerra se tratara de una fiesta o competición olímpica.
Opino que debe rehacerse el contrato social dónde se reajusten los poderes delegados al Estado, asegurándose que, jamás podrá irse a una guerra sin antes haber llevado a cabo un plebiscito nacional o mundial, donde los ciudadanos tengan la oportunidad de votar por la paz y que su voto sea obedecido fielmente.
Ya lo decía Salomón, en el siglo IX –a.n.e.-: -“No te pongas en camino con el hombre osado, por cuanto podría perderte con él”.-
Muchas naciones y sus poblaciones, -inocentes en su mayoría-, se encuentran amenazados por el simple hecho de que, el verdadero enemigo muchas veces no da la cara. Si analizamos la historia, cada vez que una nación atacó bélicamente a otra, a los pocos días una manifestación de la naturaleza caía como una plaga sobre ella como una evidente demostración de que se recibe lo mismo que se da, y que, por encima del que se cree todopoderoso se encuentra el que ostenta el poder verdadero, es  decir, el regidor de la justicia divina que imparte  a cada quien según su merecimiento. Se cosecha lo mismo que se siembra.
Sin duda el siglo XXI  comenzó con un signo evidente: la notable decadencia  de algunas naciones y el afloramiento de un nuevo orden mundial, que, gradualmente, debe ser reajustado mediante el ya mencionado nuevo contrato social.
Es preciso reflexionar, -meditar en la quietud interior- sobre cual es la vía mejor para la paz.
Pienso que es tiempo oportuno de que las naciones dejen de ser objeto de manipulación por otras de mayores influencias y poder, por cuanto el planeta es uno sólo y la humanidad, también. Hay que respetar la autonomía de los países y exigir, además, que se respete la propia dignidad.
Hay que forjar la paz. Se podría agregar que los  líderes   mundiales  cuando recurren a la violencia para resolver situaciones precisan desarrollar su habilidad de lograr los resultados idóneos por medios pacíficos, pero efectivos. El que se altera, el que amenaza, el que manipula, el que arremete con violencia no es el líder verdadero; detrás del poder aparente reside el genuino, el que mueve los hilos de los acontecimientos. Las aguas vuelven por el cauce de la paz.  Hay que meditar por la paz mundial –visualizándola- y porque el Gran Ser Supremo ilumine las mentes de todos los bandos, a los unos por cuanto sembrando el terror no van a lograr sino cargarse con un karma que los alejará indefinidamente de los logros que  pudieran anhelar, ya que el terror se le anidará en la propia alma hasta pagar la última gota de sangre y sufrimiento que han provocado. Y a los otros, por cuanto, metiéndole más leña al fuego, no es la mejor manera de extinguirlo, sino, quitándole o echándole agua u otro elemento según la clase de combustible.
Opino que el siglo XXI podría ser el escenario ideal para  concebir y llevar a cabo el nuevo contrato social, en el cual es preciso establecer una cláusula que evite que una eventual guerra pueda ser decidida por un solo individuo, ni por muchos jefes de Estados, sino por la humanidad, mediante referéndum o plebiscitos; generalmente, la gente de los bandos en conflicto no quiere la guerra; el excelente paradigma comienza a serlo la U.E.,  cuyos tratados iniciales por  vías pacíficas, después de la segunda guerra mundial, constituyeron un medio para lograr los objetivos comunes por el camino de la paz, lo cual hace posible pensar en la Unión Mundial en un tiempo cercano.

**
La paz no sólo es posible sino necesaria e indispensable. Para gozarla es preciso haber actuado con justicia y equidad en todos los actos de la vida.

Estar en armonía con mi conciencia constituye el mayor tesoro. Sentir que el balance refleja equilibrio, orden y libertad, es un bien inestimable y da fortaleza de ánimo y serenidad inalterable en el espíritu secundada por la justicia divina que me respalda si actúo de acuerdo con sus directrices.
Empero, cuando requiero reestablecer la paz interior preciso ver donde he fallado, a quien tengo que reparar situaciones o a quien debo pedir perdón o disculpas, etcétera, de manera de quedar en libertad de conciencia y en paz, efectuando las compensaciones correspondientes y oportunas.
Cumplir con el propio deber de hijos, padres, hermanos, ciudadanos, estudiantes, amigos, cónyuges, etc., es el único camino de la paz.
Debo conocer a fondo mis deberes y derechos, de manera que, en ambos casos, cumpliendo los primeros y ejerciendo los segundos, dentro de los justos límites, pueda mantener el equilibrio de la paz, ya que, controlar que los demás respeten mis derechos también es un camino hacia la paz.
Tengo, al igual que todas las personas, el derecho cósmico para ser feliz, vivir una vida digna, tener un trabajo mediante el cual pueda servir a la humanidad y me permita cultivar los talentos y dones con que la vida me ha dotado,  auto-expresando mi potencial humano y divino, alcanzando la plenitud humana y espiritual, en un ambiente de abundancia, prosperidad,  riqueza integral, amor y armonía.
Cada día hay mayor paz en mi vida y en el planeta. Al cultivar mi paz interior irradio hacia el mundo mis efluvios de luz que, por efectos de resonancia mórfica, fortalecen los lazos de fraternidad, tolerancia, respeto, amor y prudencia en las interrelaciones y en el cuido del propio hogar privado y común: el planeta.

***

Observo que entre los líderes mundiales, un gran número refleja prudencia en la toma de decisiones para el sostenimiento de la paz mundial; otros, precisan fortalecer sus convicciones.
Todo líder con funciones competentes está obligado a velar por la paz mundial o, de su respectivo país, por todos los canales regulares a su alcance, y para eso, en el respectivo contrato social, se le delegan las funciones inherentes; empero, el anhelo colectivo de paz es preciso que sea respetado.
Estimo que el deseo de paz  es unánime en todos los países del mundo. Parafraseando a un profundo pensador, Ralph Waldo Emerson, podría decirse que existen cuarenta millones de razones para la paz, pero ninguna excusa para no agotar todos los medios pacíficos posibles, salvo que el tiempo, y las circunstancias, requieran otros pasos que vayan más allá del poder de negociación inherente por los canales competentes.
Me parece que tiene sentido el espíritu del Tao cuando vislumbra que, quien demuestra el poder que ostenta quizá es porque en realidad se da cuenta de que éste es un bien compartido –no de exclusiva inherencia de una sola persona, sobre todo cuando el bienestar común debe guiar las decisiones en la elección de los mejores cursos de acciones-.
Los ciudadanos del mundo entero,  así como un gran número de líderes mundiales tienen conciencia clara de las acciones inherentes a la paz. Dale Carnegie decía, en su famoso libro “Cómo ganar amigos”, que “una gota de miel caza más moscas que un barril de hiel”. El camino de la paz cosecha siempre mejores frutos que otro diferente.
Sé que millones de personas, en todo el Planeta, diariamente, dan sus respectivos aportes mediante sus meditaciones, pidiendo al Creador Universal por la paz mundial y por las iluminación de los líderes en la toma perfecta de sus decisiones y de la ejecución efectiva de las mismas, en el desempeño del rol que se le ha confiado.
Mientras la humanidad lleve a cabo un nuevo pacto social mediante el cual se represente en forma más efectiva aún el anhelo del bien común, la meditación, y la oración, -aparte de mi propia expresión del deseo de paz y llevar a cabo acciones de buena voluntad pertinentes a la misma-, que es lo que cabe hacer a los ciudadanos del mundo-, en el fuero interno y en la propia mente, visualizo, cada día, un mundo en paz y en perfecta armonía. El amor a la paz todo lo puede.
Los líderes del futuro han de encontrar los canales institucionales suficientes para evitar que un sólo hombre pueda erigirse en dictador de un país o, que pueda decidir acciones contrarias a la paz, salvo la respectiva defensa colectiva, en el momento oportuno y con efectividad.
Algunas veces he reflexionado sobre el momento en que cada líder deja sus funciones respectivas, cuando en la quietud de su ser, y en la tranquilidad de su conciencia,  al rememorar los beneficios que aportó a la paz mundial, como percibirá las bendiciones de la humanidad –o de sus respectivos pueblos- y su nombre se llenará de gloria, aún cuando el cumplimiento del deber sea compensación suficiente; mientras que, “las lagrimas de los inocentes lloverán sobre las cabezas de quienes la hayan provocado”.  Me parece que, si el que decide una guerra tuviese conciencia de las terribles noches de tormento que le esperan cuando terminen sus funciones de poder y solitario nadie se acuerde de él, salvo los afectados que se constituyen en acreedores de los resultados de sus acciones, cuyas compensaciones, en la balanza divina, tiene que compensar inexorablemente, por cuanto, la justicia cósmica, -la del Creador Universal- paga y cobra, justamente, lógicamente, se abstendría; es un costo excesivamente elevado que, a conciencia, nadie lo asumiría.
La siguiente meditación me gusta llevarla a cabo en la quietud de mi hogar, con la cual, doy mi aporte de energía positiva para el sostenimiento de la paz y la iluminación del planeta. La paz empieza en la mente. Todo es posible si creo que puedo contribuir.
Tengo, al igual que todos, una misión en este mundo: en cada etapa la voy descubriendo interrogando mi ser  interior.
Trabajo, a mi manera,  para unificar el planeta en una sola familia; medito, periódicamente, por la paz del mundo.
Siento que formo una unidad con el cosmos y con el Creador Universal.
Estudio la obra de los sabios de todos los tiempos y países y transmito una síntesis del saber que logro asimilar en cada ciclo existencial.
 Formo una unidad con el Creador Universal; siento, cada día más y mejor mi conexión divina; permito que aflore en mi faz  la luz radiante del espíritu unido al Creador Universal, como canal de sabiduría y amor, con dedicado servicio y efectiva solución de los casos sometidos a mi consideración y competencia.
Sigo siempre adelante.

·                                 Meditación por la paz del mundo, los días jueves, entre las 22 y 24 horas, o cada vez que yo lo deseo.
·                                 Me he unido a esta cooperación por la paz y comparto el flujo de poder fruto de la suma magnético-espiritual conformada por quienes participan en ella.
·                                 Visualizo, el Planeta Tierra, envuelto en un círculo de luz luminosa o blanca, -transparente-;  luego:

Afirmo:
El Planeta Tierra es del Creador Universal, y de todos nosotros. 
El Creador Universal le protege, le guía y conduce por senderos de prosperidad, bienestar,   justicia y Paz;  le ilumina y le envuelve en un círculo de luz divina,  a él y a nosotros;  nos protege,  y nos lleva con éxito y felicidad  a cumplir  nuestro destino.
El orden divino y la armonía cósmica se establecen en el Planeta Tierra, y en nosotros,   aquí y ahora.  Hecho está; así es; así será.
Creador Universal, en Tus manos confiamos   el Planeta Tierra, y nuestras    vidas. Sea el Planeta Tierra, y nosotros, como Tú quieras, cuanto Tú deseas, de acuerdo a Tus Divinos Planes Cósmicos.
Seamos, el Planeta Tierra, y nosotros, conducidos por el  Camino  de la sabiduría, la prudencia, la comprensión, el progreso, la armonía y el orden divino, la  confianza y fe en un futuro mejor, el respeto mutuo, elevada y vigorosa auto-estima,  con Paz y ánimo contento, aquí y ahora.
Creador Universal, toda condición que en tu Justicia Divina lo requiera, en el Planeta Tierra, y en nosotros, transmútala –por la ley cósmica- en su condición positiva, instantáneamente, aquí y ahora. Hecho está. Seamos, el Planeta Tierra, y nosotros, tal como está decretado en Tus Divinos Designios. ¡Hoy!  Cada día mejor. Hecho está.
Gracias, Creador Universal, por haber escuchado nuestro pedido.

miércoles, 9 de enero de 2013

CAMINO SUFÍ: Abulabás Ben Alarif de Almería



CAMINO SUFÍ

 ©Giuseppe Isgró C.



Abulabás Ben Alarif de Almería, es uno de los místicos más singulares de Andalucía. Vivió en el siglo XI. En él se inspiró Ibn Arabí, otro de los grandes exponentes del sufismo, para desarrollar su extensa obra.

En el Mahasin Al Machalis, Ben Alarif desarrolla los temas de “las moradas del camino místico”, que él sintetiza en: 1) La gnosis o intuición extática de Dios; 2) La voluntad; 3) El ascetismo o la abstinencia; 4)  La confianza o el abandono en Dios; 5) La paciencia; 6) La tristeza y el temor; 7) La esperanza; 8) La gratitud; 9) El amor; y. 10) El deseo.

Posteriormente, agrega otras dos: 11) La penitencia; y, 12) La familiaridad con Dios.

En el desarrollo de estas moradas, Ben Alarif retoma el hilo conductor del argumento que iniciara, tres siglos antes, el maestro sufí Dzulnún el Misrí.

Desarrollaremos cada uno de los temas relativos a estas moradas, en capítulos apartes. Empero, aquí es importante destacar lo siguiente:

1.  Ben Alarif, sostiene que él escribió el Mahasin Al-Machalis, no para los que aspiran a la perfección mística, ni para los que, aún, caminan por la senda de los perfectos, sino, exclusivamente, “para los que llegaron a la meta de la unión y gozan de la intuición o gnosis”.

2.  El enfoque anterior tiene diferentes connotaciones, entre las cuales podemos señalar: a) De acuerdo con Ben Alarif, existen seres que ya han alcanzado la meta de la unión y gozan de la intuición o gnosis de Dios. Esta percepción es inobjetable, y además, correcta. Ha sido corroborada por incontables maestros sufíes y por buscadores de diferentes corrientes de pensamiento, a lo largo de la historia. b) Él distingue tres estadios en el camino sufí, diferenciando entre: 1) El aspirante; 2) El que camina por la senda de los perfectos; y, 3) El que alcanzó la meta de la unión y goza de la intuición o gnosis de Dios. Estas tres vertientes ameritan que se medite en ellas y reseñar las reflexiones en otro ensayo.

3.  De las doce moradas antes expuestas, Ben Alarif considera que la de la intuición o gnosis, y el amor, constituyen las únicas que sintetizan todas las demás, ya enunciadas. Empero, los valores universales, o atributos, que han dejado de reseñarse allí, también los sintetiza el amor, expresando, por intuición, o, por inspiración, la sabiduría, o gnosis, que les es inherente, de manera integral.

4.  Lo expuesto en el parágrafo anterior explica porque el amor es la ley matriz del universo, la cual contiene todos los valores universales.

5.  El amor, evidentemente, expresa la suma total del poder creador y la sabiduría, -o gnosis-, de la verdad de los valores universales.

6.  Mientras el Ser Universal, los contiene en sí, como fuente cósmica, desarrollados en todas sus vertientes y variantes, en grados infinitos; el Ser Individual, que es una expresión de Dios, individualizada en cada uno de los seres de los cuatro reinos naturales, posee, tanto el poder creador, como la gnosis, en grado potencialmente infinito, que siempre deberá desarrollar en el eterno presente.

7.  Quienes alcanzan la conciencia de la unión perfecta e indisoluble con el Ser Universal, canalizan en grado perfecto, tanto el poder creador como la sabiduría de los valores universales.

8.  Ese grado perfecto de expresión viene dado por las necesidades que el Ser experimenta, en todos los ámbitos existenciales. La conciencia de la unión, trascendiendo el propio ego, permite que fluyan tanto el poder creador como el grado de gnosis suficientes, en cada etapa del eterno camino.

9.  La excelencia de la conciencia perceptiva de la unión con Dios permite darse cuenta de que ya se posee, dentro de sí, todo lo que se anhela, tanto en poder como en gnosis. Empero, percibe, también, la necesidad de expresar ese poder creador y gnosis, en obras que coadyuven en la Creación Universal, de acuerdo a los planes trazados por el Gran Arquitecto, de conformidad a la cuota de cooperación asumida a nivel individual, en un momento dado.

10.           La auto-expresión encierra, en si misma, su propia autorrealización y auto-gratificación. Conforma el salario cósmico, que constituye la compensación integral, al recorrer cada etapa de “las moradas” y por cada uno de los objetivos existenciales realizados, en el eterno ahora. La ley de afinidad, irá reubicando, a cada quien, a partir de la conciencia de la unión con Dios, por la ley cósmica, y de manera particular por las leyes de justicia, igualdad y compensación, en el lugar, y en la tarea, que en el tiempo perfecto, le corresponde realizar, aquí y ahora.

11.           En cada fase del camino sufí, se es, al mismo tiempo: 1) Un aspirante a la espiritualidad sufí; 2) Un caminante en la vía de la perfección; y. 3) Un ser consciente, en determinado grado, de la unión con Dios, siendo una parte indivisa de Él, capaz de percibirle intuitivamente, y de recibir la gnosis por inspiración del mismo Dios, mediante el lenguaje de los sentimientos de los valores universales, siempre oportunamente, y de acuerdo a los propios estados de conciencias y necesidades. Se canaliza, simultáneamente, y en el mismo grado, la expresión del poder creador de Dios, en los cuatro reinos naturales, de potencialidad ilimitada, que le es inherente.

12.           Con el poder y el conocimiento en conexión con la fuente, de acuerdo a los parámetros reseñados, y otros que cada quien percibirá intuitivamente, se dispone del bagaje necesario para realizar la cuota que nos corresponde en la Gran Obra. Es preciso asumir el reto, y persistir hasta alcanzar las metas sucesivas, una a la vez, después de haber dado el primer paso.

Adelante.



domingo, 6 de enero de 2013

LA PROGRAMACIÓN DE LA PROSPERIDAD



LA PROGRAMACIÓN
DE LA PROSPERIDAD

Por: ©Giuseppe Isgró C.

      Cuando Pitaco, uno de los siete sabios, terminó su período al frente del gobierno, hacia el año 575 a.n.e., la ciudad de Mitilene le obsequió un terreno –conocido como Campo Pitaqueo- del cual seccionó una pequeña parte restituyendo el resto por considerar que  aquella le bastaba para cubrir sus necesidades y que la otra era una carga innecesaria; por lo cual acuñó una frase que expresaba: -"aquella parte era mayor que el todo”.

La sabiduría de Pitaco, de evitar la carga innecesaria para atender una riqueza superior a la esencial, es una guía valiosa de seguir a la hora de programar la propia riqueza. Constituye una anticipación del famoso principio que destaca que el 20% de las actividades genera el 80% de los resultados, variante de la ley de Pareto que, aplicada, permite evitar el 80% de las actividades que sólo producen un 20% de resultados.

En la planificación de la propia prosperidad, es necesario deshacerse del 20% de riqueza que absorbe el 80% del propio esfuerzo.

El programa debe contemplar la culminación de una carrera técnica o universitaria, con los respectivos post grados  y doctorados, o cursos de especialización que permitan a cada persona ser competente con la máxima efectividad en el área de su desempeño.


Acto seguido, o durante su formación, es preciso seleccionar el trabajo que, como misión de vida, en base a la propia vocación y visión del entorno, sirva para labrar una vida prospera, digna y feliz para la persona en particular y todos los miembros de su familia.

Esa carrera vital incluye ciertos objetivos, como son la adquisición de: una casa acorde a las propias aspiraciones; otra con fines vacacionales o fines de semana; la adquisición de un negocio o la instalación de un despacho profesional acorde con el tipo de carrera elegida; uno o varios vehículos, para si y para la cónyuge, y eventualmente para los hijos; ropa adecuada; protección mediante seguros; ahorros e inversiones para garantizar los estudios de los hijos y  el bienestar en edad más avanzada; la pertenencia a algún club, logia, academia, o institución de vocación de servicios sociales o políticos, etcétera, cuya programación debe efectuarse de acuerdo a un estricto orden prioritario.

Además, es preciso incluir un programa de crecimiento personal continuo o desarrollo profesional, asistiendo periódicamente a conferencias, charlas o cursos.


La práctica de algún hobby debe complementar el citado plan; además un programa sistemático de viajes para conocer el propio país y aquellos lugares históricos o turísticos que más atraen a cada quien.

El plan de la prosperidad comenzado en edad temprana o en cualquier otra en que se tome la decisión de hacerlo, en forma inmediata canaliza la propia energía creativa a su logro, evitando el despilfarro de esfuerzos, energía y recursos, tomando, cada persona, las riendas de la vida en las propias manos.

Es preciso, también, tener presente el plan cósmico que la vida tiene reservado a cada persona, bajo cuya guía divina es oportuno someterse, por cuanto, armonizando con el esquema que cada persona trae, se optimizan los resultados.

La sabiduría divina va guiando gradualmente a toda persona  a su verdadero destino como misión de vida en cuyo cumplimiento es preciso asumir las propias responsabilidades en cada oportunidad y regir la propia vida de acuerdo a la visión de los valores universales que, en la vida diaria se traduce por la práctica de todas las virtudes, además de las fundamentales de prudencia, justicia, fortaleza y templanza, constituyendo, cada valor un ideal al cual se canalizará la propia energía creativa para que, en su desarrollo o perfección se vaya alcanzando la evolución cósmica y un más elevado y creciente estado de conciencia.

Resérvate un tiempo suficiente para retirarte en un lugar tranquilo, libre de todas interferencias, en el cual, puedas plantearte los aspectos esenciales de tu verdadera misión de vida y paralelamente efectuar un programa de objetivos a corto, mediano y largo plazo.


En primer lugar, da las gracias por toda la riqueza que ya posees, anotando cada uno de sus elementos: vida, salud, familia, trabajo, amigos, clientes, vivir en un país como en el que vives; la riqueza que Dios tiene reservada para ti, todo el progreso y conocimientos acumulados a través de las edades; la confianza y prestigio del cual gozas en tu entorno; la suma existencial y experiencia que has ido acumulando en todos tus anteriores ciclos de vida y en el actual, etcétera, para darte cuenta, de que, tienes mayores riquezas de lo que piensas y más abundancia de lo que imaginas, las cuales están a tu disposición para realizar la obra a ti encomendada en el quehacer cósmico. Afirma: -Gracias, Creador Universal, por la riqueza que Tienes reservada para mí; la acepto-.

Además, ten presente que, el planeta Tierra ha sido constituido por el orden cósmico con la finalidad de suplir, gradualmente, a las necesidades humanas durante toda su trayectoria pre-destinada y siendo una escuela de vida, tanto el programa como los recursos para su desarrollo y culminación están a la disposición de todos, si se asume el compromiso de cumplir la propia misión de vida. Por lo cual, todo lo que requieres y precisarás ya ha sido dispuesto por el Gran Ordenador Cósmico. Todo fue previsto. Nada hay que temer. Confía. Presta tu concurso, cooperando positivamente.

Ten presente que, al recordar las cosas que se poseen, dando las gracias por ellas, se atraen más de las que se tienen y requieren.

Entra en armonía con el Gran Ser Supremo elevando tu pensamiento hasta Él y solicítale guía, asistencia e iluminación. Ofrézcale tu servicio para te utilice donde Él lo crea más conveniente -de acuerdo con tu plan de vida, suma existencial y karma personal- en una cooperación en beneficio de la humanidad. Acepta cooperar con el universo y con la humanidad del planeta tierra. ¿Sabe lo que significa? ¡Que siempre tendrás trabajo y suficiente provisión divina!

Es preciso incrementar la capacidad de dar con la visión de los valores universales y mientras más des, en igual grado recibes.

La ley cósmica es tan sabia que, aún cuando tú creas que no tienes para dar, ella te provee con antelación lo suficiente para hacerlo. La intención abre la puerta por la cual entra la nueva provisión, pero,  es preciso  que circule el flujo anterior, saliendo al exterior, para efectuar la renovación correspondiente.

Esto permite visualizar que, para que entre la nueva provisión, es preciso dar la que se tiene, es decir, “vaciarse” para “volver a llenarse”, de acuerdo a la ley cósmica, la cual expresa: -Toda fuerza vaciante al retrotraerse, atrae las cosas nuevas que se requieren como provisión divina-.

Tener los canales abiertos permite que continuamente fluya la provisión divina, en la cadena cósmica, de arriba hacia ti y de ti hacia abajo; de adentro hacia afuera y de afuera hacia adentro.


 CONFORMA TU PLAN ANUAL:

Retroalimenta los resultados de los últimos doce meses. ¿Cuántas de tus metas lograste?  ¿Fueron suficientemente ambiciosas y exigentes? Las que quedaron pendientes deben encabezar la lista de los próximos doce meses.

Ahora, anota todas las cosas que deseas o requieres efectuar en tu vida personal, trabajo, inversiones, entretenimientos, etcétera, y jerarquícelas en su respectivo orden de prioridad o importancia.

Enuncia cada objetivo con el infinitivo del verbo que corresponda, por ejemplo: comprar una casa nueva en; adquirir un coche nuevo marca “x”; instalar una empresa propia (especificar la índole) antes de;  etcétera, realizándolos uno a la vez.

Tú sabes ya lo que quieres. Tomas lo que quieras y paga el respectivo precio, en tiempo, dedicación, esfuerzo, estudio o dinero.

Escribe el costo de todo lo que debes realizar en los próximos doce meses, detallando tu presupuesto sin dejar nada fuera.

Es preciso conocer con exactitud cuales son las necesidades reales del respectivo período de doce meses.  ¿Cuál es el total?

Esa es la cantidad que es preciso ganar en los próximos doce meses.

Hay que emplearse en grado suficiente para lograrlo. Afortunadamente, existe un mecanismo cósmico motivador capaz de generar el poder suficiente para lograr la satisfacción de todas aquellas necesidades genuinas que se afrontan. Es decir, cada necesidad genera el poder creador suficiente para conducir a la persona a  su satisfacción.

Mientras más grande sea la necesidad, mayor es el poder creador que se manifiesta para lograr los resultados.  Esa es la ley. Úsala con confianza.


El poder se expresa sólo si hay necesidad insatisfecha.

¿Qué hay que hacer entonces? Divide el total en 12 meses, para ver qué cantidad mensual requiere ganar, para cubrir tu presupuesto, más la respectiva cuota de los objetivos a mediano y largo plazo, si la hubiere.

Analiza cuál fue el promedio de tus ingresos en los últimos tres años.  Si eres propietario de tu propia empresa, es posible que ellos se incrementen, en los próximos doce meses, automáticamente, por efecto de la inflación, hablando en valores globales-relativos, como consecuencia natural.

Además, es preciso plantearse la manera de incrementar dichos ingresos mediante nuevos enfoques en bienes y servicios o nuevos mercados, lo cual es muy factible lograrlo.

¿Qué hacer en el caso de los empleados? Valuar la posibilidad de incremento en el salario, viendo, dentro de la misma empresa, qué actividades extra puedes desempeñar, pasando, por ejemplo, al departamento de venta, que es donde más se gana, etcétera.

Familiarízate con el fabuloso mundo de las ventas si aún no lo has hecho.

Allí está la oportunidad de mejorar tu nivel de vida.  Pero, las ventas implican servicio; buen servicio; es un trabajo digno para tomarlo en serio, en el cual es preciso prepararse  y dedicarse a fondo para alcanzar los mejores resultados.

¿Cuál es tu vocación? ¿Cuáles son tus puntos fuertes, habilidades y conocimientos, etcétera?

Haz una lista y selecciona un área en la cual te sientes a gusto vendiendo bienes y servicios. Hay una vasta gama de productos, los cuales es posible venderlos desde tu propio hogar, por ejemplo: Seguros, bienes raíces, vehículos, libros, zapatos, ropa, relojes, ordenadores, equipos de sonido, etcétera.


La regla de oro, es: especializarse en productos costosos para clientela exigente y con alto poder adquisitivo. Pero, hay oportunidades en todos los niveles y el progreso sólido  es gradual pero constante.

Ya sabes lo que quieres. El segundo paso, es planear como lograrlo.

La mente psiconsciente, de gran sabiduría y versatilidad  en proporcionar respuestas correctas, en la quietud de la meditación interior, lo hace, simplemente, anteponiéndole tres veces la pregunta respectiva. Luego se espera la idea creativa que puede venir enseguida o en las horas o días siguientes.

Hay que explorar todas las posibilidades empleando la propia creatividad y conciencia positiva aprovechando al máximo todos los recursos y situaciones para optimizar resultados.

Hay que plantearse: -“¿Qué es lo que se puede hacer para lograrlo?”- -¿Qué es lo que debe hacerse para lograrlo?”- Establece la estrategia, y la táctica, para optimizar los resultados factibles, en un nivel cada vez más elevado, y adecuados al potencial personal y del entorno.

Determinado lo que hay que hacer, lo único que queda es ponerse en camino dando el primer paso.

Es preciso emprender la acción con fe en los resultados. Si siembras la semilla y llevas a cabo el trabajo de regarla y cuidarla, cosecharás los frutos respectivos, por cuanto, el mismo proceso creativo a cargo de la naturaleza se hará cargo de todo.

Pero, después de sembrar la semilla, hay que tener confianza en que germinará y fructificará, esperando con paciencia el tiempo suficiente de acuerdo a la naturaleza de los resultados, los cuales, siempre requieren un determinado lapso para dar sus frutos respectivos.

Siembra las semillas de tus sueños y empléate a fondo con fe, trabajo asiduo, persistencia, estudio constante y conciencia de positiva prosperidad  para sacarle el mejor provecho a la vida.

El poder de la decisión, la fe, mucho amor y el silencio, con acción constante, todo lo pueden.


**


PROGRAMAR METAS MÁS ELEVAS

Recuerda, tú eres una persona acostumbrada a sacar las cosas adelante, por lo cual, haz planes ambiciosos; trázate metas más elevadas  a nivel personal, profesional o empresarial, acordes con tu verdadero potencial.

Determinar los resultados que anhelas, en un mejor nivel; planear cómo y, en cuánto tiempo vas a lograrlos, y, luego, trabajar con constancia, efectividad y total honradez, para su logro, ése es el camino para prosperar cada día más y mejor, y, alcanzar el nivel deseado de bienestar para ti y tu familia, así como  para mejorar la patria, que espera, de sus hijos, logros aún más importantes y la dedicación y el empeño de hacer de la nación un mejor lugar para vivir del que se recibió y del cual, tanto la actual como las futuras generaciones puedan sentirse satisfechas por el deber cumplido.

Aprovecha tu caudal de recursos, energía, voluntad, creatividad y determinación de triunfar a la consecución del objetivo previamente establecido por escrito, aplicando la  ley del aislamiento cósmico, es decir, centrando la atención únicamente en aquéllas acciones  y elementos  acordes con tu propósito y objetivos.

Trabaja en silencio, dejando de hablar de lo que esperas alcanzar; evita la generación de fuerzas antagónicas, y de esta manera, permite controlar  las eventuales interferencias.

Estudia la mejor manera de alcanzar resultados, perfeccionando métodos de trabajo, aplicando los avances de la gerencia moderna y la clásica administración científica.


Selecciona los segmentos de mercado de alto poder adquisitivo que atenderás y los productos o servicios que llenen sus necesidades insatisfechas. Explota las ventajas competitivas de tu empresa o fortalezas profesionales que poseas, etcétera.

Asume compromisos más importantes, -dentro de tu propia capacidad y potencial de realización,- y cúmplelos.

Administra tus recursos con prudencia y sabiduría.

Fórjate cada vez metas más elevadas, siempre por escrito, en todas las áreas de tu vida: trabajo, personal y familiar, auto-desarrollo, e incluye objetivos motivadores o reforzadores del éxito, los cuales constituyen premios que te asignas por cada logro que obtengas, etcétera.

Tú puedes hacer más y mejores cosas de las que imaginas. ¿Qué esperas de la vida? Eso es lo que obtienes. La vida te da cualquier cosa que tú le pidas.

 Si lo que pides es mucho o poco, da igual, la vida te lo concede; pero, el trabajo, que es, prácticamente, el mismo, también debes hacerlo. Es mejor que ofrezcas mucho, y des lo mejor de ti, para recibir, equitativamente, la oportunidad, cuya mejor sintonía puedes lograrla por medio de la fijación de metas más elevadas.

Eres lo que fueron tus objetivos del pasado. Serás lo que son tus metas y los resultados inherentes que planeas, ahora, a corto, mediano y largo plazo, en el eterno presente.

Persevera, confía y actúa; la tenacidad franquea todas las puertas y abre el camino que conduce, cada día, a más grandes e importantes realizaciones, a la prosperidad y riqueza integral.

Programa tu ordenador psiconsciente con metas más elevadas y la naturaleza creadora que yace en tu genio interior se hace cargo de hacerlas  realidad.


 Afirma, en la noche antes de dormir o en la mañana, al levantarte:


1.           Acepto la  provisión cósmica de hoy, en todas las áreas de mi vida, en todos los niveles físicos, anímicos, mentales, energéticos, afectivos, espirituales, y en cualesquiera otras dimensiones u esferas mentales adecuadas en que sea necesario y lo requieran, la cual recibo oportunamente, en el aquí y ahora. Doy las gracias por la provisión divina de hoy.
2.           Acepto la sabiduría y la prudencia  necesaria y suficiente para el día de hoy para atender, resolver y realizar todas las cosas u objetivos que son prioridades para esta jornada, en todos los niveles y esferas de acción, realidades y necesidades. Hecho está. Doy las gracias por la sabiduría y prudencia de hoy.
3.           Acepto el amor como fuente de poder supremo que alimenta mi capacidad de dar más y mejor afecto, comprensión, aprecio, amistad, servicio efectivo y generoso y recibir en igual grado la respectiva reciprocidad de acuerdo a la ley de compensación cósmica. Doy las gracias por el amor divino de hoy.
4.           Acepto la luz que ilumina mi espíritu, aclara mi mente y resplandece en todos mis caminos, hoy, para ver con claridad las prioridades que debo atender y la mejor manera de hacerlo, en el momento oportuno, con la prestancia necesaria y la potencia suficiente para lograr los resultados óptimos requeridos. Doy las gracias por la luz divina de hoy.
5.           Acepto la vida perfecta que hay en mí, hoy, en el eterno presente, con pleno equilibro en todos sus grados y formas de manifestación. Doy gracias por la vida perfecta en mí, aquí y ahora, en el eterno presente, con pleno equilibrio en todas fases, niveles y grados de manifestaciones.
6.           Acepto el poder creador que hay en mí alimentado por el poder creador que hoy me proporciona la potencia suficiente para crear o realizar  los resultados y soluciones adecuados para este día y sembrar las semillas suficientes para cosechar los frutos adecuados y suficientes, siempre, en el eterno presente. Doy gracias por el poder creador en mí.
7.           Acepto la fortaleza para afrontar con objetividad, realismo, confianza y determinación de triunfar todas las cosas y objetivos de este día. Doy gracias por la fortaleza perfecta que hay en mí.
8.           Acepto la justicia universal para, con equidad, compensar mi vida pagando la cuota diaria de lo que debo a la vida, al planeta tierra, al universo, a Dios, a las leyes cósmicas, a la humanidad del planeta Tierra y de otros mundos donde haya vivido o me corresponde vivir, con todas las personas con quien tenga deudas kármicas y a la vez recibir la cuota de compensación que me es debida de cualesquiera fuentes y en cualquier nivel, esfera o lugar del universo y la recibo aquí y ahora, oportunamente. Doy gracias por la justicia universal que actúa en mí.
9.           Acepto la compensación que recíprocamente corresponda en cada caso, oportunamente. Doy gracias por la compensación oportuna que recibo hoy, y por la que aporto, oportunamente, para vivir en perfecto equilibrio.
10.        Acepto el perdón de Dios y de todos los seres o expresiones de vida de quienes, por cualesquiera motivos o causa, requiero ser perdonado, aquí y ahora. Acepto perdonar a todos los seres o expresiones de vida, por cualesquiera motivos o causa, debo perdonar o precisan ser perdonados por mí; dejando a salvo las respectivas compensaciones que correspondan de acuerdo a la ley divina, las cuales acepto pagar en lo que corresponda para saldar mis deudas kármicas y cobrar lo que corresponda, de acuerdo a la ley de compensación para tener la suficiente provisión para a mi vez cumplir con mis obligaciones y compensar lo que debo. Acepto que la vida compense mi balanza de pago de la manera correcta y armoniosa que, en cada caso y en el total de la suma existencial, corresponda  aquí y ahora y acepto dejarme guiar por la sabiduría divina, y por todas las leyes universales, de aquí en adelante, para mantener un perfecto equilibrio en mi vida, libre de deudas kármicas. Doy gracias por el perdón divino y por el perdón de todos los seres y expresiones de vida de quienes corresponda recibirlo, u otorgarlo, oportunamente.
11.        Acepto la belleza en todos sus niveles de manifestación, en mi vida, acciones y obras y desarrollo hoy todo lo que es preciso para cultivar la belleza correspondiente al día de hoy. Doy gracias por la belleza perfecta expresada en mí, ahora.
12.        Acepto la bondad, la generosidad, el afecto, la amistad, el aprecio, el estímulo, el aliento y cualesquiera otras manifestaciones de apoyo de la fuente universal, espiritual, personal o de cualquier parte de donde provenga y doy gracias por ello.
13.        Acepto el trabajo perfecto de este día y doy gracias por el trabajo perfecto de hoy.
14.        Acepto el resultado positivo de mis inversiones hoy y doy gracias por ello.
15.        Acepto los pensamientos de prosperidad, abundancia y riqueza integral hoy y doy gracias por la prosperidad, la abundancia y riqueza integral en el eterno presente, ahora.
16.        Acepto el país en el que vivo hoy, tal como es, a su gente, tal como es y todas las situaciones que vivo, tales como son y contribuyo, hoy, a mejorar todo lo que puedo, empezando por mejorarme a mi mismo; acepto darle  lo mejor de mí y acepto recibir todo lo que puede darme. Acepto pagar todo lo que le debo y cobrarle todo lo que me debe, para que exista una perfecta compensación entre este país y yo y liberarme de deudas kármicas respecto a él y yo liberarlo de deudas kármicas respecto a mí, todo en perfecta concordancias con las leyes cósmicas, en cada caso particular. Doy gracias al país en que vivo.
17.        Acepto efectuar el estudio que corresponde al día de hoy y enseñar lo que es preciso, donde sea necesario. Acepto escribir la parte que corresponda a mi programa, para hoy y hacerlo en la forma más perfecta posible. Doy gracias por ello.
18.        Acepto la tolerancia universal y humana para el día de hoy, en los límites justos y adecuados en cada caso; acepto ser tolerante con todos, en igual grado. Doy gracias por la tolerancia perfecta.
19.        Acepto todas las cosas que poseo, tales como son y acepto darle el mejor uso posible para optimizar su aprovechamiento tanto para la humanidad como para mi familia y para mí. Doy gracias por todas las cosas que poseo.
20.        Acepto la familia de la cual formo parte, tal como es y acepto darle lo mejor de mí y recibir lo mejor que ella está dispuesta a ofrecerme. Doy gracias por la familia que poseo.
21.        Acepto el trabajo que la vida tiene para mí, hoy. Doy gracias por el trabajo perfecto que la vida tiene hoy para mí.
22.        Acepto la felicidad, alegría y dicha que la vida me ofrece hoy. Doy gracias por la felicidad, alegría y dicha de hoy.
23.        Me acepto tal como soy; acepto realizar los cambios que debo llevar a cabo para perfeccionarme de acuerdo al ideal cósmico y a los valores universales y virtudes inherentes. Doy gracias por ser quien soy, como soy, y como me manifiesto en el eterno presente, cada día mejor.
24.        Acepto trabajar por el bien de la humanidad. hoy, en el lugar, en la tarea y en los objetivos universales que el Creador tiene previsto, para mí, en sus planes cósmicos. Doy gracias por la oportunidad de servicio a la humanidad, hoy.
25.        Acepto acrecentar, cada día más y mejor mis reservas económicas y de cualquier otra índole precisada. Cada día la riqueza integral, la abundancia y la prosperidad fluyen en mí y las utilizo con sabiduría y prudencia, fortaleza, templanza, justicia y equidad.  Doy gracias, al Creador, por el incremento de mi riqueza integral, hoy. Hecho está.