sábado, 8 de diciembre de 2012

ESBOZOS SUTILES: ESTUDIO, AMOR Y TRABAJO



ESBOZOS SUTILES: 
ESTUDIO, AMOR Y TRABAJO

 Giuseppe Isgró C.
Ensayo de juventud: 23-09-1969



Cuando en su realización los ideales concluyen un ciclo, el ser    busca orientarse de acuerdo con las inquietudes de los tiempos.

La inteligencia, buscando la solución en las situaciones que la vida diaria le va presentando, proyecta su luz, iluminando la senda. Cada persona, por la integridad del carácter, fortalecido mediante la práctica de las virtudes que le sostienen, bajo la égida de los valores universales, como el amor, la justicia, la fortaleza, la templanza y la belleza, entre otros, encuentra el sentido de la existencia.

La realización activa de las sutiles cualidades de algunos seres de férrea voluntad y visión de águila, determinan el cauce en la orientación humana. Todo culmina según se espera. La etapa transitoria pasa; la nueva nace.

Los hercúleos brazos del hombre del campo extraen de la madre tierra sus preciadas esencias. Son los proveedores de la sutil energía que reanima el cuerpo en el diario trajín. La inquieta mente del hombre de la ciudad, lanzado en activa carrera en contra del tiempo, efectúa una acción afanada, realizando la obra de los siglos en un esfuerzo supremo por superarse en las luchas por la vida y culminar exitosamente el proceso continuo de evolución en sus distintas etapas.

La dinámica juventud que inicia su carrera en la existencia, completa la trilogía de una sociedad insatisfecha e inclinada a una renovación de los ideales. Esos ideales caracterizan cada época en la historia. El libre florecimiento de ellos permite el avance de los pueblos y de la civilización. La no renovación al culminar la etapa de manifestación, produce los trastornos sociales y el estancamiento humano, cuya corrección es necesaria y dará inicio a una nueva época, imprimiéndole el sentido direccional más conveniente.

El rico y el pobre, el sabio y el ignorante, todos penden de la sutil esencia que se llama vida. Esa vida tiene leyes y el ser humano ha de cumplirlas si efectuar quiere su evolución, disfrutando del bienestar y de la visión amplia que ella proporciona. Todos debieran mostrarse confiados en las pruebas que la vida pudiera deparar. Si alguna vez la duda tuviera acceso en su ánimo y se encontraren obstáculos, resultará estimulante recordar a Confucio, especialmente cuando dice: -“No hay que vanagloriarse de nunca caer, sino de levantarse cada vez que se cae”-. Entonces se inicia la acción con más fuerza y ahínco y ese mundo inmenso que parecía indomable con sus situaciones por resolver, se domina, pudiendo salir victorioso/a en los embates sostenidos.

Es del conocimiento de todos, que es poco probable que exista quien de una u otra manera se encuentre libre de situaciones por resolver. Tenía razón Aristóteles, cuando dijo: -“Si cada uno de los seres humanos acumulara sus circunstancias y entre todos formaran una enorme montaña para luego dividirla entre toda la humanidad, en partes iguales, cada quien regresaría a su casa con la propia”-.

La observación de lo anterior permite valorar a cada quien por su auténtico valor, determinando que nadie tenga porque sentirse más, o menos, que ningún otro ser humano. Por otra parte, si todos somos participes de la influencia de las condiciones socio-económicas y humanas, -¿por qué en un solo querer unánime no habríamos de contribuir a la eliminación de las causas que las producen y de esta manera disfrutar más de los beneficios y de los atractivos de la vida?

El hombre trabaja por un porvenir cada vez mejor, aunque éste se presente algunas veces luminoso, y otras precise aclararse. El ser humano, imbuido de la sutil inspiración de la vida, penetra en el infinito y va encontrando luces que iluminan su camino.

Los grandes hombres –y las grandes mujeres-, con el aporte dado y por dar, definen en cada época, o etapa, el progreso de la humanidad. Todos contribuyen, y experimentan según que grado de evolución hayan conquistado. Actúan por una vida mejor, un mayor bienestar y una cultura más amplia.

Es una aspiración necesaria: Los valores humanos se deben cultivar cual preciada flor que desvela al jardinero. La humanidad ha de conquistar su bienestar y su evolución. Quizá sean orientadores efectivos los ideales de estudio, amor y trabajo.

Adelante.


LA SABIDURÍA DE BENJAMÍN FRANKLIN



LA SABIDURÍA
DE BENJAMÍN FRANKLIN

©GIUSEPPE ISGRÓ C.


En el año 2008, quien escribe tuvo un sueño durante el cual se encontraba en una biblioteca, donde tomó al azar un libro cuyo título era: “El hombre de bien vivir”. Buscó el nombre del autor del mismo y leyó: Benjamin Franklin.
En los años juveniles, una biografía de este gran hombre tuvo una influencia positiva en su formación y un estímulo para remontar el vuelo hacia la realización de los propios objetivos. Después accedió a la Autobiografía de Franklin, que sin duda es un clásico americano de primer orden y lectura obligada de todo humanista.
Posteriormente, en la bibliografía profesional relativas a marketing y venta, muchos autores citan diversas enseñanzas de Franklin, entre ellos Frank Bettger, de manera especial los trece principios que aplicó en su desarrollo personal. Los cuales son:
1.   “Templanza: No comas hasta el hastío, nunca bebas hasta la exaltación.
2.   Silencio: Sólo habla lo que pueda beneficiar a otros o a ti mismo, evita las conversaciones insignificantes.
3.   Orden: Que todas tus cosas tengan su sitio, que todos tus asuntos tengan su momento.
4.   Determinación: Resuélvete a realizar lo que deberías hacer, realiza sin fallas lo que resolviste.
5.   Frugalidad: Sólo gasta en lo que traiga un bien para otros o para ti; Ej.: no desperdicies nada.
6.   Diligencia: No pierdas tiempo, ocúpate siempre en algo útil, corta todas las acciones innecesarias.
7.   Sinceridad: No uses engaños que puedan lastimar, piensa inocente y justamente, y, si hablas, habla en concordancia.
8.   Justicia: No lastimes a nadie con injurias u omitiendo entregar los beneficios que son tu deber.
9.   Moderación: Evita los extremos; abstente de injurias por resentimiento tanto como creas que las merecen.
10. Limpieza: No toleres la falta de limpieza en el cuerpo, vestido o habitación.
11. Tranquilidad: No te molestes por nimiedades o por circunstancias comunes o inevitables.
12. Castidad: Frecuenta raramente el placer sexual, sólo hazlo por salud o descendencia, nunca por hastío, debilidad o para injuriar la paz o reputación propia o de otra persona.
13. Humildad: Imita a Jesús y a Sócrates”.
Pero, desconocía que, además de la Autobiografía citada y el “Almanaque Ricardiano” y sus diversos trabajos científicos, entre ellos el relativo al “pararrayos”, hubiese escrito una obra con el título que observara en el sueño.
Cual no sería nuestra sorpresa, al colocar en Internet el nombre del libro, y el del autor, aparece en pantalla “El hombre de bien vivir”, de Benjamin Franklin, el cual leí con agrado y mayor provecho.
Presentamos a nuestros lectores la síntesis de algunos aforismos que estamos seguros serán del agrado de todos:
1.   -“Acostarse temprano y levantarse bien de mañana proporciona salud, fortuna y sabiduría”-.
2.  Acostarse temprano es indicio de un día bien empleado, y al llegar la noche, el cuerpo y la mente están predispuestos al merecido descanso. Es la forma propicia para recuperar las fuerzas y amanecer con la vitalidad suficiente para emprender la faena del nuevo día rebosante de energía y lucidez mental.
3.  –“Tened voluntad y perseverancia y veréis maravillas”-.
4.  –“Contra el trabajo y la paciencia no hay imposibles y con golpecitos repetidos se corta una robusta encina”-.
5.  El trabajo lleva tras sí las comodidades, la abundancia y la consideración”-.
6.  –“Además del amor al trabajo es necesario, también, tener constancia, resolución y cuidado; es necesario ver los negocios con ojos propios, y no descansar demasiado en los ajenos”-.
7.  –“Guardad vuestra tienda y vuestra tienda os guardará”-.
8.  –“El que quiera prosperar en los negocios hágalos por sí mismo”-.
9.  –“El saber es para el hombre estudioso; la riqueza para el vigilante; el poder para los valientes y la “gloria”  para los virtuosos”-.
10.               –“Si queréis ser ricos, no aprendáis solamente a saber como se gana, sino también como se ahorra”-.
11.                –“Un poco repetido varias veces hace un mucho”-.
12.               –“Cuando el pozo está seco se conoce lo que vale el agua”-.
13.               “La vanidad de los adornos es “preciso desterrarla”-.
14.               –“Es más fácil reprimir el primer capricho que satisfacer todos los que después son sus consecuencias”-.
15.               –“Los grandes navíos pueden engolfarse; pero los barquichuelos no deben alejarse de la costa”-.
16.               –“El orgullo que come vanidad cena desprecio”-.
17.               –“Un hombre que ha nacido libre jamás debe avergonzarse ni temer hablar a su semejante, ni mirarle a la cara”-.
18.               –“Difícil es que un saco vacío se mantenga derecho”-.
19.               –“El sol de la mañana no dura todo el día”-.
20.             –“Acostaros sin cenar antes que amanecer con deudas”-.
21.               –“Ganad lo que podáis y guardad vuestra ganancia: he aquí el verdadero secreto de convertir vuestro plomo en oro”-.
22.             –“En la escuela de la experiencia las lecciones cuestan caras; pero solamente en ella se corrigen los insensatos”-.
23.             –“Se puede dar un buen consejo, pero no el buen juicio”-.
24.             –“El que no admite consejo no puede ser socorrido”-.
25.             –“Si no queréis escuchar la razón, ella no dejará de darse a conocer”-.
26.             –“Solamente el primer paso es lo que cuesta”-.
27.             –“La sabiduría que me atribuían, apenas en décima parte me era propia, pues la había recogido rebuscando en el campo de la experiencia de todos los siglos y de todas las naciones”.
Adelante.



EL PODER DE ELEGIR



EL PODER DE ELEGIR

AUTOR: ©GIUSEPPE ISGRÓ C.


-Siente el poder para elegir dentro de ti y úsalo acertadamente
de acuerdo al esquema cósmico y a tu propia realidad-.
Giuseppe Isgró Cattafi 


Posees un gran poder dentro de ti: es el poder de elección y la libertad de pedir a la vida lo que requieres para su realización.

Ejerciendo el poder de la elección del cual estás investido por el Supremo Hacedor, tomas, en las propias manos, las riendas de tu vida y le imprimes el rumbo deseado.

Eres el resultado de tus elecciones del pasado. Serás lo que eliges ser en el presente.

Del esfuerzo y entusiasmo que despliegues en su consecución, dependen los resultados que obtienes.

Una vez efectuada la elección, todo tu mundo se desarrolla a su alrededor, como un eje que busca su punto de equilibrio en el universo de tu vida.

Imantas hacia ti los elementos necesarios que han de conformar tu realidad y el éxito equivalente al nivel, calidad e índole de tu elección y pedido a la vida.

La Ley Cósmica, dice: -Según eliges, pide y das, recibes-.

En el acto de elegir existe un poder creativo que se plasma al formular el pedido, como un decreto, de lo que tú aspiras realizar; mientras que al dar, -una forma de pagar el precio, se abre la puerta por la cual, al mismo tiempo, se recibe el salario cósmico y la compensación equivalente.

Abre el camino adecuado. Recorre una sola ruta a la vez. Al final, siempre está tu meta esperándote.

Edmund Burke, dijo: -“Un camino de mil kilómetros comienza dando el primer paso”-. A su vez, Alexis Carrel, -profundo pensador francés, del siglo XX-, acertadamente refirió: -“El porvenir pertenece a los que lo consagran todo por un ideal”-.

Cada paso que das, dalo únicamente en dirección de tu meta.

Con cada elección pagas un costo de oportunidad. Por cuanto, al decidirte por un objetivo, estás dejando de lado otros entre los cuales también podías elegir.

Desarrolla tus habilidades para decidir acertadamente, eligiendo cursos de acciones que mejor aporten el mayor grado de certidumbre en cuanto a los resultados apetecidos y al más bajo costo de oportunidad.


CÓMO ELEGIR CON EFECTIVIDAD


Al percibir un requerimiento de cambio que aporte un avance más allá de la posición actual, en tu vida, empieza el proceso de la toma de decisión, el cual concluye con la elección del mejor curso de acción que lo satisfaga y su puesta en práctica.

Elegir, constituye, siempre, la selección de la mejor alternativa, como etapa fundamental del proceso decisorio.

La vida presenta tres clases de situaciones claramente identificadas, las cuales es necesario determinar para hacer más efectiva la elección.

En primer lugar se enfrentan situaciones en condiciones de certeza, donde tanto el curso de acción como el resultado, son conocidos. Los cursos de acciones pueden ser numerosos, pero cada uno sólo puede proporcionar un resultado. El secreto consiste en seleccionar el curso de acción que maximice el resultado.

En segundo lugar, la elección toca tomarla en condiciones de riesgo, donde cada curso de acción presenta varios resultados probables con factibilidad relativa. La clave consiste en tener presente el valor esperado en la toma de decisión, haciéndose cargo probable, en caso de efectos negativos, si sus consecuencias son controlables.

Las preguntas claves que es preciso formularse, son:

1. -Si adopto esta decisión, ¿qué es lo mejor que puede pasar?-
2. -¿Me satisface?-
3. -Y, ¿qué es lo peor que puede ocurrir?-
4. –¿Puedo controlarlo?-

Si lo mejor que puede pasar te satisface, y lo peor, estaría bajo tu control, entonces, toma la decisión.

Elige siempre el curso de acción que maximice o minimice el valor esperado del resultado, por ejemplo: el mejor logro o el menor riesgo, o ambos, simultáneamente.
Le siguen las decisiones en condiciones de incertidumbre, las cuales, en lo posible, se recomienda evitar. En este caso, cada curso de acción ofrece múltiples resultados inciertos, disponiéndose de escasa y poco confiable información, para hacer proyecciones futuras certeras.

Estas decisiones deben ser adoptadas solamente cuando se haya estructurado una sólida base económica, o de otra índole, que permita asumir las eventuales consecuencias sin producir desequilibrios graves e incontrolables.


EL PROCESO PARA ELEGIR


Optimiza tus habilidades para tomar decisiones efectivas, acertadamente, aplicando los siguientes pasos:

1. DEFINIR EL OBJETIVO QUE DEBE SER
ALCANZADO

Tan pronto percibas la necesidad de cambio, identifica, -definiéndolo y enunciándolo por escrito- el objetivo que, resolviendo la situación, restablezca el equilibrio original, o que, una vez realizado, implique un avance más allá de donde, ahora, te encuentras.

Los resultados ideales que deben ser alcanzados, al ser comparados con la situación actual, determinan la diferencia que constituye el objetivo de la elección.

2. ANALIZAR, Y DISTRIBUIR, EL OBJETIVO, EN
ETAPAS CON CLARO ORDEN PRIORITARIO

Analiza las posibles causas que originan la insatisfacción y qué resultados reestablecerían el equilibrio o generarían el cambio deseado. Usa las preguntas:

• -¿Qué debo lograr?
• -¿Cómo?
• -¿Dónde?
• ¿Cuándo?
• -¿En cuántas etapas puedo dividir la realización del objetivo?
• -¿Qué prioridad asignaré a cada una?
• -¿Por qué?


3. BUSCAR ALTERNATIVAS O PROBABLES
SOLUCIONES

En esta fase, se exploran todos los cursos de acciones que constituyen alternativas o probables soluciones, evitando críticas, para facilitar el proceso creativo.

4. EVALUAR LAS ALTERNATIVAS Y SELECCIONAR
LA MEJOR

Después de evaluar todas las alternativas posibles se selecciona la que mejor optimice, o minimice, los resultados esperados de la elección.

5. EJECUCIÓN

Tomada la decisión, con voluntad férrea y plena confianza en la obtención de los resultados, se emprende la acción correspondiente, hasta alcanzarlos. La Ley cósmica de la atracción, expresa: -Una mente decidida, con acción constante, siempre imanta resultados-.

6. CONTROL

Se controlan los resultados para retroalimentar cualquier eventual desviación, reiniciando el proceso decisorio, el cual culmina con una nueva elección.

PSICO-PROGRAMACIÓN:

Afirma, antes de tomar una decisión:

Entro en el nivel de mi mente psiconsciente idóneo para tomar acertadas decisiones y resolver cualquier situación con efectividad. (Tres veces).
Ahora me encuentro, ya, en el nivel de mi mente psiconsciente idóneo para tomar acertadas decisiones y resolver cualquier situación con efectividad. (Una vez).
Voy a permanecer en el nivel de mi mente psiconsciente idóneo para tomar acertadas decisiones y resolver cualquier situación con efectividad durante treinta y cinco minutos para analizar el caso: (mencionarlo) y decidir la solución más conveniente en armonía con todos. Antes de quince minutos, a partir de este momento, tendré la percepción correcta de lo que debo hacer. Hecho está. Conservo pleno autodominio, el control de todas mis facultades físicas, mentales, emocionales y espirituales y de todas las circunstancias y una perfecta calma imperturbable, impasibilidad, serenidad y un estado de tranquila relajación a nivel físico, mental, emocional y espiritual y total claridad en las ideas. Hecho está; así es; así sea.
Tan pronto como tengas escritas las mejores alternativas u opciones entre las cuales te es preciso elegir, en el nivel de la mente psiconsciente en el que ya te encuentras –o si ha transcurrido un lapso mayor de los treinta y cinco minutos, vuelve a efectuar la psico-programación- pregunta tres veces a tu mente psiconsciente: -¿Cuál decisión debo tomar? Espera la respuesta durante cinco minutos.
Puedes preguntar a la mente psiconsciente:
I. -¿Debo tomar esta decisión? –Menciona la respectiva alternativa- (Tres veces). Espera la respuesta durante cinco minutos.
II. Cómo resultará si elijo esta opción? –Menciónala- (Tres veces). Espera la respuesta durante cinco minutos.
III. –Qué otra alternativa debo considerar? (Tres veces). Espera la respuesta durante cinco minutos.
IV. Repite el proceso con cada una de las alternativas en estudio.

Automáticamente, al cumplirse los treinta y cinco minutos se saldrá del estado de interiorización; empero, los estados de lucidez, calma, fortaleza, confianza y serenidad se conservarán aún después de volver a las condiciones normales. Con el tiempo y práctica, se puede hacer la psico-programación por un lapso mayor.

PLAN DE ACTUACIÓN:

o Entro en mi nivel idóneo para resolver situaciones, en mi mente psiconsciente (Tres Veces) 

o Ahora, ya estoy en mi nivel idóneo para resolver situaciones, en mi mente psiconsciente. (Tres veces). 

o Permanezco en este nivel idóneo para resolver situaciones, en mi mente psiconsciente, quince minutos, (o más), durante los cuales voy a analizar esta situación y encontrar la solución perfecta. Hecho está. 

o El caso que deseo resolver y voy a resolver, es: Describir: 

o Ahora, pregunto a mi mente psiconsciente: 

¿Cuál es la mejor manera de resolver este caso?: (Describir). 

Deseo la respuesta correcta que debo aplicar, antes de seis minutos; quiero percibirla claramente por el mejor medio perceptivo de mis facultades espirituales, la cual recordaré, comprenderé y aplicaré con efectividad, tan pronto la perciba. 

Hecho está.



EL PODER EFECTIVO DE LA DECISIÓN

En general, en mayor o menor grado, todos saben decidir; conocen el método científico de resoluciones de situaciones, el proceso creativo de toma de decisiones y cumplen perfectamente todos los pasos hasta llegar a lo más importante: la acción.

Es en la acción donde se requiere desarrollar en alto grado habilidades para plasmar en la realidad lo pensado y decidido.

Empezar, dar el primer paso, ponerse en camino, después de decidir, ése es el gran secreto. Pero, una vez iniciada la acción, con la visión clara del tiempo factible para alcanzar el respectivo logro, es preciso persistir, con confianza plena y desapego de los resultados y continuar dando todos los pasos restantes que sean necesarios, hasta alcanzar la meta. Simplemente, haz la cosa y tendrás el poder para hacerlo; esa es la clave.

El poder de la decisión crea resultados. La mente decidida adopta el propósito de alcanzar determinados logros y funge de convención mental que le sintoniza con los elementos coadyuvadores a su consecución.

La decisión de lograr algo implica la oferta de un servicio, producto, idea o beneficio, que debe ser dado a cambio y toda oferta genera, automáticamente, su demanda. En el mismo momento en que se toma la decisión, en alguna parte, todas las personas que coadyuvarán están tomando, simultáneamente, las respectivas decisiones complementarias. En la metafísica de la decisión, si se observa desde la perspectiva o dimensión adecuada, se percibe que, en el mismo instante en que un arquitecto diseña un chalet, sin darse cuenta, por vía psico-sensorial. –o intuitiva-, percibe las necesidades insatisfechas de un determinado consumidor y crea el ambiente con el cual, ese futuro consumidor, en ese momento, está soñando con uno análogo. Cuando el constructor decide construirlo, en el mismo instante, una persona, está decidiendo comprarlo. El resto es un proceso que se desenvuelve de manera tan natural que todo parece casualidad.

Lo importante es tomar la decisión ya que implica una oferta de comprar o vender, dar o recibir, hacer o dejar de hacer, etcétera, y el mecanismo de la vida sabe que puede contar con esa oferta o demanda y, la persona, sin darse cuenta, pone en movimiento una de las leyes más poderosas de la creación.

La decisión tiene fuerza de atracción y repulsión. Atrae a los elementos coadyuvantes y repele los antagónicos por medio de la ley del aislamiento cósmico.

Una vez decidido el propósito fundamental de la vida, seleccionados los objetivos a corto, mediano y largo plazo, determinada la carrera en la cual se quiere cada quien realizar, auto-expresando el genio que se anida en el interior, hay que mantenerse firme en la determinación de alcanzar las metas anheladas, en el intervalo que media entre la siembra de la semilla y la cosecha de los resultados.

Esa paciencia firme, serenidad inalterable, confianza absoluta, expectativa profética, voluntad de acero, nervios relajados y desapego de los resultados proporcionan el autodominio suficiente para imantar los resultados y de persistir firme en el propósito sin variar de rumbo hasta alcanzar lo que se ha propuesto.

Una y mil veces hay que abordar la acción y con el trabajo suficiente y el estudio necesario, con la creatividad adecuada y los métodos propicios, todo se logra, oportunamente.

El ser humano está dotado para realizar cualquier cosa que conciba en su mente siempre y cuando la aborde una a la vez.

Si concebiste la idea, planificaste el proyecto, y asumiste el reto, manteniéndote firme y actuando constantemente alcanzarás el resultado previsto, en el tiempo debido.

Pero, cuando más cerca estés de alcanzar tu meta es cuando más firme requieres estar, por cuanto, es allí donde la prueba de la vida verifica tu temple y selecciona los mejores –o más efectivos cooperadores- para seguir adelante, en cada actividad, área, etcétera. Por esta razón, la antigua sabiduría recomienda que jamás debe abandonarse la realización de un proyecto en el momento en que las situaciones se muestran en su aspecto menos favorable,

Es preciso dar ese paso que separa la decisión de la acción. Ten confianza: en ti y en la vida; ésta secunda todo esfuerzo sincero.

Tienes el poder en tus manos, úsalo. Mantente firme y alcanza, una a una, todas tus metas. Visualiza el resultado satisfactorio en tu mente. Afirma lo positivo. Di, una o mil veces, o cuantas sea necesario: -voy a lograrlo-.

Sólo la decisión activa el mecanismo cósmico del logro; actúa como si… ya lo hubieses alcanzado. Da por hecho su consecución exitosa con serena convicción, tenacidad y desapego.

Adelante.

jueves, 6 de diciembre de 2012

ENCONTRAR EL GENIO INTERIOR



ENCONTRAR EL GENIO INTERIOR
POR ©GIUSEPPE ISGRÓ C.

-“Siendo iluminado ha sido liberado al punto …y, por eso mismo, ha recibido la luz”-.
Clemente de Alejandría

-“Un genio no es más que alguien que ha tomado control de su propia mente, dirigiéndola hacia objetivos que él, o ella, ha elegido, sin permitir que influencias externas le desanimen o desvíen de su propósito”-.
Napoleón Hill


     El pensador español, Joaquín Trincado, comparaba a la persona con un diamante, quien en su estado bruto deja de reflejar su verdadera naturaleza, pero que, al pulimentar su capa exterior, descubre su cuantioso valor.
Lo mismo ocurre con el ser humano y con los integrantes de los cuatro reinos naturales. En el comienzo de su carrera cósmica fue dotado por el Creador de todas las potencialidades universales posibles, por eso se le denomina microcosmos –o universo en miniatura-, en comparación con el macrocosmos o gran universo.
Es decir, el ser humano alberga en sí mismo una síntesis del universo todo, a nivel físico, anímico y espiritual, pero, dicho potencial se encuentra en estado latente, constituyendo una unidad de la potencia universal, -todo el poder del cosmos-, pero, debe aprender a usar el potente ordenador bio-psico-espiritual que lo genera, para auto-valerse frente a las múltiples oportunidades de auto-expresión en la eterna y continuada vida.
Ese es el objetivo en la infinita carrera del ser: encontrar el genio que se anida en su interior y, al hacerlo, gradualmente, va extrayendo la luz espiritual, reflejo de su gran valor y, a la vez, -dada su condición de haber sido creado a imagen y semejanza de la naturaleza de Dios-, se expresa a través de él, -usándolo como canal divino-, el genio del Supremo Hacedor.
Toda la potencia universal está sintetizada dentro del ser humano, pero su uso va paralelo al desarrollo de los valores cósmicos por medio de la evolución o adquisición de nuevos estados de conciencia.
Mientras más desarrolla su sentido moral, -integrado por la escala de valores universales: amor, justicia, afinidad y orden, igualdad y compensación, libertad, fortaleza, templanza,  armonía y belleza, bondad y benevolencia, sabiduría y prudencia, etcétera-, en la misma medida va descubriendo la potencia cósmica de su genio interior, es decir, el poder se le va confiando a quien es capaz de usarlo positiva y debidamente.
La forma a través de la cual se lleva a cabo la búsqueda de ese genio interior para usufructuar y compartir sus inmensos beneficios es a través de las denominadas pruebas de la vida, es decir, las situaciones que diariamente se presentan para resolverlas.
Son ellas las que van conduciendo a cada ser al desarrollo integral de su personalidad, -espíritu o inteligencia-; cada prueba es un tanteo; cada tanteo,  con resultado positivo, es un paso adicional para encontrar, y exteriorizar, en mayor grado, el propio genio interior, siendo cada nivel de auto-expresión, -como muy bien supo expresarlo Ralph Waldo Emerson-, el reflejo de lo universal; esto debido a que, siendo cada ser un canal de la Inteligencia Infinita, la expresión exteriorizada es de la misma naturaleza cósmica, representativa –en ese rango- del Todo; y, en el mismo grado en que sea genuina manifestación de lo universal, refleja, igualmente, su condición de eternidad; tal como es el caso de los valores que se canalizan por medio de los sentimientos, en todos los seres; dichos valores son universales y eternos.


La carrera del ser humano, representada por el estudio y experimentación constante, frente a las múltiples incógnitas que diariamente enfrenta y debe desentrañar, permite profundizar en el grado de exteriorización del genio creador universal.

**
El genio creador se anida en todos los seres. Se expresa para resolver  todas las situaciones o, para alcanzar resultados anhelados de los cuales se tenga  conciencia y se antepongan como objetivos.
Aún en la reprobación –que de múltiples formas se manifiesta cuando se incurre en falta- el genio pedagógico universal del Gran Ser Supremo se hace tangible, hablando por boca de la persona idónea para fungir de canal de enseñanza adecuada a cada caso.

Cierta experiencia con un pájaro aturdido, quien al encontrarse en la mano del que lo sostenía –ya despierto- ejerció su derecho a la libertad, exteriorizando de manera impresionante su genio interior, como diciendo: -“suéltame”-. En su expresión y movimiento, al buscar resolver una situación vital, dicho pájaro no se sintió en absoluto inferior al hombre que lo sostenía, al contrario, su indignación muy palpable y evidente, ejerciendo su derecho de libertad –valor universal- y en su ejercicio demostró y llevó a cabo un acto de potente voluntad para lograr su objetivo, lo cual, en este caso no estaba realmente en riesgo ya que se buscaba su auxilio. Pero, el ejemplo señala como todos los seres, al enfrentar, para resolver-, las situaciones diarias, van encontrando un genio interior, -reflejo del universal- al tomarle el pulso a cada situación.
Esa toma del pulso de las cosas es una forma sencilla, pero efectiva, de encontrar el genio interior.
En el acto de dominar una situación es cuando se encuentra el propio genio interior; es la comunión con el Yo superior –el maestro interno y su guía divina-. Pero, en el proceso puede encontrarse la cooperación de seres afines –genios espirituales, maestros cósmicos a cuyo cargo está la dirección de ciertos niveles evolutivos, etcétera, que orientan las pruebas de la vida-, pero la solución es tarea de cada persona; empero, al existir la decisión firme de resolver, de lograr determinados objetivos, se encuentra la cooperación cósmica en donde menos se piensa o espera.

Las antiguas iniciaciones  -y algunas modernas- permiten descubrir al recipiendario, la luz, simbólica al inicio, pero, en la medida en que asciende en los niveles de cada grado, descubre la luz “real” que denota su condición de iniciado (a); demostrando con sus actos que hay en su personalidad “un algo” que transforma al individuo de su condición de “piedra bruta” en otra labrada, cúbica, que le permite encajar a la perfección en la construcción de la Gran Obra Universal o templo exterior erigido a la Gloria del Gran Arquitecto del Universo.
A medida que avanza en su tarea, el ser humano, va efectuando, paralelamente, una iniciación espiritual que permite descubrir una auténtica luz –reflejo del genio interior que encuentra gradualmente- lo cual le facilita la labor de descubrir que, por encima de la construcción física de la Gran Obra, cuyos materiales e instrumentos conoce, sabe como manejarlos y hacer la obra; pero, ahora se da cuenta de la existencia de algo más; esa conciencia adicional de la realidad -los planes del Gran Arquitecto del Universo- refleja el encuentro con su genio interior tomándole el pulso a la cosa o al arte, en cada misión asumida, a partir de lo cual, la gran carrera cósmica del ser se comienza a llevar a cabo con una conciencia de lo universal, bajo la guía y potencia del propio genio interior, en perfecta armonía con los designios supremos.
Cada generación de maestros y maestras, –en todas las artes, ciencias o técnicas- al llegar a cierto grado de dominio, respectivamente, experimenta la iniciación espiritual mediante la cual se efectúa el encuentro con su genio interior, quien, al auto-expresarse, canaliza las potencia del genio universal en su respectivo grado o rama, en forma intuitiva -manifestación de la conciencia cósmica-, a partir de cuyo momento la huella del genio yace presente, cada vez que sea requerida su manifestación creativa, síntesis de lo universal.
Mediante esa comunicación del propio genio reencontrado con el genio universal se expresa la sabiduría suprema como pedagogo cósmico, con lo cual se conserva, y perpetúa, el acervo acumulativo de todas las épocas y mundos, -manifestado en el eterno presente a través de los canales debidamente preparados para cada caso-, por lo cual nada se pierde, todo se conserva y expresa para educar a las nuevas generaciones.
Cuando el genio interior es encontrado, en ese mismo grado se manifiesta el genio universal.
Allan Kardec,  decía: -“El verdadero sabio debe, pues, aislar hasta cierto punto el alma del cuerpo, para ver con los ojos del espíritu”. En otra parte agregaba: -“Y conoceremos por nosotros mismos la esencia de las cosas”-.
Tómale el pulso a las situaciones –cada día- y descubre más y mejor el genio interior que en ti se anida para llevar a cabo tu misión cósmica, en el eterno presente. Adelante.


Psico-programación en el nivel del  genio interior.


Entro en el nivel de mi genio interior; estoy ya en el nivel de mi genio interior. Voy a permanecer en este nivel durante: (señala el tiempo). Tengo lucidez mental, auto-control y dominio del medio ambiente y de la labor que desempeño. Las ideas creativas que preciso vienen a mi mente con facilidad; fluyen libremente en mi pantalla mental, las percibo y aprecio adecuadamente, eligiendo las mas adecuadas y efectivas. Puedo realizar el trabajo del día de hoy relajadamente, sin cansarme, prestando la máxima atención a todos los detalles y resolviendo, oportunamente, todas las cosas que me conciernen. En este nivel de mi genio interior puedo labrar la prosperidad de este día con facilidad y cosecho la riqueza y abundancia correspondientes. Doy el mejor servicio posible en cada una de mis actuaciones y cada día logro una mayor perfección en todo cuanto hago. Hecho está.    Así es; así sea.

Ahora, quiero percibir, antes de 30 segundos, la mejor manera de realizar: (señalar); percibo bien y con facilidad todo lo que preciso saber, aquí y ahora.       

                                 

EL PODER DE LA PACIENCIA



EL PODER DE LA PACIENCIA

POR  ©GIUSEPPE ISGRO C.

 La paciencia, como virtud genial, implica previsión de metas y su distribución en espacio y en el tiempo, con pleno dominio del “know how”, para hacer más efectivo tu logro.
La persona, en la vida, comienza por conocer cuales son los instrumentos que habrá de utilizar en su tarea.
Luego, aprende a utilizarlos y, por último, como hacer la obra que le está encomendada.
Más allá de la obra física realizada, llega a comprender que aún hay más.
Adquiere la conciencia de que su obra complementa la realización de un plan diseñado por el Gran Arquitecto del Universo, bajo cuyos designios, en concordancia con la evolución cósmica, adquiere la sabiduría que la paciente búsqueda y autorrealización le permiten.
La acción individual de cada persona constituye una activa cooperación con el plan rector universal.
En todo momento, es conveniente mantener la calma y la paciencia, organizando los esfuerzos en base a estrictas prioridades, continuando, pacientemente, la acción en pos de la meta con expectativa positiva.
Oportunamente, cuando las propias prioridades coinciden con las del engranaje cósmico, y se sincronice con el mismo, desaparece cualquier eventual bloqueo y todo marchará fluidamente.
La humanidad está embarcada en la nave espacial llamada tierra, de cuyo programa de objetivos colectivos se forma parte, con sus responsabilidades inherentes.
Si se restringe el plan de vida a la propia misión cósmica, se tendrá siempre lo necesario para seguir adelante con éxito.
La paciencia es, en toda persona, -y expresión de vida-, la manifestación tangible de la propia comprensión de las leyes que rigen el cosmos.
Cada uno de los propios talentos puede ser mejorado con esfuerzos pacientes y constantes.
William James hizo una valiosa sugerencia al respecto, cuando dijo: -“….Que ningún joven esté ansioso acerca del resultado final de su educación. Cualquiera que sea la línea de su especialidad, si se mantiene fielmente ocupado cada hora del día laborable, puede dejar, sin riesgo alguno, que el resultado aparezca por sí mismo. Puede contar, con perfecta certeza, que se despertará una bonita mañana para encontrarse a sí mismo como uno de los hombres más competentes de su generación, en cualquier campo que pueda haber escogido”-.
El que persevera, con paciencia, atacando los obstáculos uno a uno, resuelve positivamente todas las situaciones, alcanzando sus metas con efectividad.
Un antiguo aforismo expresa: -“Hasta su hora aguanta el que es paciente, más después se le dará contento. Hasta su hora contiene sus palabras,  y entonces, muchos labios proclaman su inteligencia”.-
La paciencia es una expresión de la voluntad y dominando en el ánimo controla, externamente, todas las cosas.
Adelante.

            El Roble más antiguo del mundo



DIOS, POR ALLAN KARDEC



DIOS
De: EL LIBRO GÉNESIS

POR ALLAN KARDEC
Versión castellana por Giuseppe Isgró Cattafi.


EXISTENCIA DE DIOS

1. Por cuanto Dios es la causa primera de todas las cosas, el punto de partida de todo, la base sobre la cual se apoya el edificio de la creación, este es el punto que va considerado antes de cualquier otro.
2. Es elemental, en principio, que se juzgue una causa por sus efectos, aun cuando la causa no es visible. Si un pájaro mientras vuela es objeto de un proyectil, se estima que lo ha sido por un hábil tirador hábil, aún cuando no sea posible verlo. Por lo cual, no siempre es necesario ver algo para saber que existe. en cada caso, se llega al conocimiento de las causas observando los efectos.
3. Otro Principio, de igual manera elemental, se ha convertido en un axioma por la fuerza de su verdad, el cual es: CADA EFECTO INTELIGENTE, DEBE TENER UNA CAUSA INTELIGENTE. Si se preguntara quien es el constructor de un determinado mecanismo ingenioso, -¿qué se pensaría de alguien que responda que ha sido hecho por sí mismo? Cuando se observa una obra maestra del arte o de la industria, se dice que debe ser el producto de un hombre de genio, ya que su concepción ha debido realizarla otra inteligencia, juzgando, al mismo tiempo, que ha debido hacerla un hombre, por cuanto se sabe que no es superior a la capacidad humana. A nadie se le ocurrirá de afirmar que salió de la mente de un idiota o de un ignorante, y menos aún que es el resultado del trabajo de un animal o el producto de la casualidad.
4. En todas partes, la presencia del hombre se reconoce por sus obras. La existencia de los hombres antidiluvianos no está probada únicamente por los restos fósiles, sino, también, y con certeza mucho mayor, por la presencia, en los terrenos de una cierta época, de objetos trabajados  por seres humanos. Un fragmento de vaso, una piedra tallada, una arma y un ladrillo son suficientes para testimoniar su presencia. De la rusticidad o de la perfección del trabajo se podrá juzgar el grado de la inteligencia y del desarrollo de quienes lo han realizado Si, por lo tanto, encontrándoos en un pueblo habitado exclusivamente por salvajes, descubráis una estatua digna de Fidias, no dudarías en decir que, dado que los salvajes no han podido realizarla, debe ser la obra de una inteligencia superior a la de los indígenas.
5. Ahora bien, si miramos alrededor y se observan las obras de la naturaleza, la previsión, la sabiduría y la armonía que presiden a todas estas obras, se reconoce que no hay ninguna que no supere el grado más alto de la inteligencia humana. Por cuanto, el hombre no ha podido producirlas, ellas son el producto de una inteligencia superior a la humanidad, a menos que se quiera afirmar que existen efectos sin causas.
6. A esto, algunos contraponen el siguiente razonamiento:
-“Las obras de la naturaleza son el producto de fuerzas materiales que actúan mecánicamente, según las leyes de atracción y de repulsión; las moléculas de los cuerpos inertes se agregan y se disgregan por la acción de tales leyes. Las plantas nacen, crecen y se multiplican siempre del mismo modo, cada una en su propia especie, en virtud de las mismas leyes. Cada ejemplar es similar de aquel del cual nació. El crecimiento, la floración, la fructificación y la coloración se encuentran subordinadas a causas materiales, como el calor, la electricidad, la luz, la humedad, etcétera. Lo mismo ocurre, también, para los animales.  Los astros se forman a causa de la atracción molecular y se mueven perpetuamente en sus órbitas por efecto de la gravitación. Esta regularidad mecánica de las fuerzas naturales no hace, por lo tanto, pensar a una inteligencia libre. El hombre mueve el brazo cundo quiere y como quiere, pero quien lo movería de la misma manera desde el nacimiento hasta la desencarnación  sería un autómata: ahora, las fuerzas orgánicas de la naturaleza son puramente automáticas”-
Todo esto es verdad; empero,  estas fuerzas son efectos que deben tener una causa y nadie pretende que ellas constituyan la Divinidad. Son materiales y mecánicas. No son inteligentes en sí mismas, y también esto es verdad; pero, son puestas en acción, distribuidas, adaptadas a las necesidades de todas las cosas gracias a una inteligencia que no es la de los hombres. El útil acomodo de estas fuerzas es un efecto inteligente que denota una causa inteligente.  ¿Qué sería aquel péndulo si una inteligencia no hubiera combinado, calculado, distribuido el empleo de tal fuerza para hacerlo mover con precisión? Dado que la inteligencia no se encuentra en el mecanismo del péndulo, y por cuanto no se le ve, -¿sería, por lo tanto racional concluir que no existe? Es suficiente valuar los efectos.
La existencia del reloj prueba la existencia del relojero; la ingeniosidad del mecanismo demuestra la inteligencia y la ciencia del relojero. Cuando un péndulo os da, en un momento dado, la información que precisáis, -¿os ha llegado a la mente, acaso, la idea: he aquí un péndulo inteligente?
Lo mismo es válido para el mecanismo del universo. Dios no se muestra, pero se afirma por medio de sus obras.
7. La existencia de Dios es, por lo tanto, un hecho adquirido, no solamente por medio de la revelación, sino por medio de las evidencias materiales de los hechos. Los pueblos salvajes no han recibido revelación alguna, empero, creen, todos indistintamente, a la existencia de una potencia sobrehumana; ven cosas superiores al poder humano, y concluyen que provienen de un ser superior a la humanidad. -¿No son, quizá, más lógicos de cuantos pretenden que se han hecho por sí solos?
DE LA NATURALEZA DIVINA:
8. Al ser humano no le es dado sondear la naturaleza íntima de Dios. Para comprender a Dios ocurre, aún, el sentido que se adquiere, solamente, con la completa purificación del Espíritu. Empero, si el ser humano no puede penetrar la esencia, dado que su existencia es dada como premisa, puede, por lo tanto, a través el razonamiento, llegar al conocimiento de sus atributos necesarios; ya que, viendo que no puede no ser sin dejar de ser Dios, concluye en que debe ser.
Sin el conocimiento de los atributos de Dios, sería imposible comprender la obra de la creación: es el punto de partida de todos los grupos espirituales, y, debido a que no se han revuelto a ellos como se hace con el faro que índica el camino, muchos de estos grupos han cometidos errores en sus concepciones. Aquellos que no han atribuido a Dios la omnipotencia han imaginado numerosos dioses; los que no le han atribuido la suprema bondad han plasmado un dios celoso, colérico, parcial y vengador.
9. Dios es la suprema y soberana inteligencia. La inteligencia del hombre es limitada, por cuanto no puede ni hacer ni comprender todo lo que existe; la de Dios, que abraza el infinito, debe ser infinita. Si la supusiese limitada sobre un punto cualquiera, se podría concebir, todavía, un ser más inteligente, capaz de comprender y de hacer lo que el otro no podría hacer, y así, sucesivamente, hasta el infinito.
10.         Dios es eterno, es decir, no tiene principio ni tendrá fin. Si hubiese tenido un principio, habría salido de la nada; ahora, la nada no existe y no puede producir nada; o bien, habría sido creado por otro ser preexistente, y entonces, sería este último quien sería Dios. Si se le atribuyese un principio o un fin, se podría, por lo tanto, concebir un ser existente ante de Él, o que contribuiría a que existiese después de Él, y así sucesivamente hasta el infinito.
11.         Dios Es inmutable. Si estuviese sujeto a cambios, las leyes que rigen el universo no tendrían estabilidad alguna.
12.         Dios es inmaterial:  su naturaleza difiere de todo lo que nosotros llamamos materia; de otro modo no sería inmutable, por cuanto estaría sujeto a transformaciones de la materia.
Dios no tiene una forma que nosotros podamos valuar con los sentidos; de otro modo sería materia. Nosotros decimos: la mano de Dios, el ojo de Dios, la boca de Dios, porque el ser humano, no conociendo más que a si mismo, se toma como término de comparación de todo cuanto no comprende. Las imagines que representan Dios como un anciano de larga barba, envuelto en un manto, son ridículas; tienen el defecto de disminuir el Ser Supremo reduciéndolos a las dimensiones mezquinas de la humanidad; de aquí a que se les atribuyan las pasiones de la humanidad, que hacen de Él un Dios colérico y celoso, no hay más que un paso.
13.         Dios es omnipotente: Si no poseyera la potencia suprema, se podría concebir un ser más poderoso todavía, y así sucesivamente hasta cuando se encontrase el ser que ningún otro podría superar en potencia: y sería este último Dios.
14.         Dios es supremamente justo y bueno: La sabiduría providencial de las leyes divinas se revela en las más pequeñas cosas al igual que en las grandes: esta sabiduría no permite dudar ni de su justicia ni de su bondad.
El infinito de una cualidad excluye la posibilidad de la existencia de una cualidad contraria que la disminuiría o la anularía. Un ser infinitamente bueno no puede tener la mínima partícula de maldad, y el ser infinitamente malvado no puede tener la mínima partícula de bondad: de igual manera que un objeto no podría ser absolutamente negro si tuviese una pequeña mezcla de blanco, ni absolutamente blanco si tuviese una pequeña mezcla de negro.
Dios no podría ser, por lo tanto, bueno y malvado al mismo tiempo, por cuanto, en tal caso, no poseyendo en grado supremo ni la una ni la otra de estas cualidades, no sería Dios; todas las cosas serían abandonadas al capricho, y nada sería estable. Dios no podría ser, por lo tanto, que infinitamente bueno o, al contrario, infinitamente malvado. Ahora, dado que sus obras son testimonios de su sabiduría, de su bondad y de su precisión, es preciso concluir que, no pudiendo ser al mismo tiempo bueno y malvado sin dejar de ser Dios, debe ser infinitamente bueno.
La bondad suprema comporta la suprema justicia; por cuanto si Él actúa injustamente o con parcialidad en una sola circunstancia, en relación con una sola de sus criaturas, no sería supremamente justo, y de consecuencia no sería supremamente bueno.
15.         Dios es infinitamente perfecto. Es imposible concebir a Dios sin el infinito de las perfecciones, sin lo cual no sería Dios, por cuanto se podría siempre concebir un ser que poseyera lo que le faltaría a Él. Para que ningún ser pueda superarlo, es necesario que Él sea infinito en todo.
Los atributos de Dios, siendo infinitos, no pueden ser aumentados ni disminuidos, de otra manera no serían infinitos y Dios no sería perfecto. Si se le quitara la más pequeña partícula de uno solo de sus atributos, no sería más Dios, ya que podría existir un ser más perfecto.
16.         Dios es único. La unicidad de Dios es la consecuencia del infinito absoluto de las perfecciones. Otro Dios podría existir solamente con la condición de ser igualmente infinito en cada cosa; por cuanto si entre los dos hubiese la mínima diferencia, uno sería inferior al otro, y subordinado a su potencia, por lo cual no sería Dios. Si entre los dos hubiese una igualdad absoluta habría, desde la eternidad, un solo pensamiento, una sola voluntad, una sola potencia; y así integrados en su identidad, en realidad los dos serían un solo Dios. Si tuviesen cada uno atributos especiales, y uno haría lo que el otro no hace, entonces ya no habría entre ellos una igualdad perfecta, por cuanto ni el uno ni el otro tendrían la autoridad suprema.
17.         La ignorancia del principio del infinito de las perfecciones de Dios ha generado el politeísmo, que es el culto di todos los pueblos primitivos; ellos han atribuido la divinidad a todas las potencias que parecían superiores a la humanidad; posteriormente, la razón los ha llevado a confundir en una sola estas potencias diversas. Después, a medida que los seres humanos han comprendido la esencia de los atributos divinos, han quitado de sus símbolos las creencias que constituían la negación.
18.         Resumiendo, Dios no puede ser Dios sino con la condición de no ser superado en nada por otro ser; ya que, entonces, el ser que lo superase en una cosa cualquiera, sea aún por muy poco, sería el verdadero Dios; en consecuencia, Él debe ser infinito en cada cosa.
En este modo, constatada la existencia de Dios a través de sus obras, se llega, por medio de la simple deducción lógica, a determinar los atributos que le caracterizan.
19.         Dios, es, por lo tanto, la suprema y soberana inteligencia; es único, eterno, inmutable, inmaterial, omnipotente, supremamente justo y bueno, infinito en todas sus perfecciones; y no puede ser otro.
Esta es la base sobre la cual se apoya el edificio universal; es el faro cuyos rayos se extienden sobre todo el universo, y es el único que puede cuidar al ser humano en la búsqueda de la verdad; siguiéndolo no equivocará jamás la vía, y si tan frecuentemente se deja desviar de su ruta, esto ocurre porque no ha seguido la ruta que le había sido indicada.
Este es, también, el criterio infalible de todas las doctrinas filosóficas y espirituales, el ser humano, para juzgarlas, dispone de una medida rigurosamente exacta, constituida por los atributos de Dios; y se puede afirmar con certeza  que todas las teorías, los dogmas, las fe, los principios, las practicas que son en contradicción con uno solo de estos atributos de manera de debilitarlo o de anularlo, no podrían estar en la realidad.
En la filosofía, en la psicología, en la moral, en la espiritualidad, no puede ser verdad lo que se separa, aunque sea de poco, de las cualidades esenciales de la Divinidad. La espiritualidad perfecta aquella en la cual ni un solo artículo de fe estuviese en contrasto con estas cualidades, en las cuales los fundamentos podrían asumir las pruebas de este control, sin recibir daño.

EL ENCUENTRO EN LA VICTORIA



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UN ENCUENTRO EN LA VICTORIA

Autor: ©Giuseppe Isgró C.

Del libro: La Victoria

Capítulo I

Me encontraba un día, en una fuente de aguas tranquilas, cristalinas, cuando se me acercó un Venerable hombre, vestido a la antigua usanza, con bata blanca, larga, pelo y barba que alguna vez fueron de color pelirrojo y un báculo en la mano derecha.

Concentró sus ojos en los míos; su mirada era profunda, serena y apacible.

Con voz suave y afectiva, me dijo:

-“Hola, hijo, como estás”-.

–Bien, -le contesté-; y, ¿usted?

–Por aquí andamos; -fue su respuesta-, mientras me sonreía.

-¿Dónde estamos?, -le pregunté al Venerable hombre-.

-Este sitio es conocido como La Victoria; -me contestó-. –¿Qué haces por estos lados?

-Salí esta mañana, temprano, con el coche, a dar un paseo; luego, al llegar a esta zona, me paré a contemplar la belleza de los araguaneyes y decidí caminar un poco y la verdad que, absorto en mis reflexiones, caminé por lo menos durante dos horas, hasta llegar aquí. Desconocía este hermoso lugar. Y, usted, -¿vive por aquí cerca? -le pregunté-.

Un poco más arriba, en esa colina boscosa. Hace algunos años, -relata el Venerable hombre- decidí retirarme de la agitada vida ejecutiva en que me desenvolvía profesionalmente, como abogado, en la ciudad de Quebec, Canadá, aunque he viajado por diversos países asesorando a incontables líderes. Construí la casa, en esta zona tropical, con la idea de pasar aquí los meses de invierno. Me dedico al estudio de la vida, a la meditación y a cultivar mi jardín y de vez en cuando, a escribir mis reflexiones, las cuales, algún día, habrán de ser publicadas para esparcir un poco la luz que he podido vislumbrar en mis estudios metafísicos-espirituales.

-¿Quieres tomar un café? –Me preguntó el Venerable hombre-. Lo he traído de Caripe El Guácharo; es de los más exquisitos que he probado.

-Sí, con gusto se lo acepto; -le contesté-.

Nos fuimos caminando por un sendero rodeado de árboles cargados de mangos, aguacates, naranjas y una hilera de cayenas de diversos colores. A lo lejos, el ruido de la brisa se oía apaciblemente. Todo era quietud, armonía y paz. Pero, sobre todo, lo que más me impresionaba era la apacibilidad y el sosiego del Venerable hombre de La Victoria. Emanaba de él un flujo de fuerza que, en su presencia, me sentía con un poder y una seguridad nunca antes experimentados. Fuerzas bienhechoras se iban apoderando de mí y aquella paz y relax que buscaba en la mañana, al salir a dar un paseo, sin percatarme de ello, las estaba experimentando ya.

Después de unos quince minutos de caminar, llegamos a la casa del Venerable hombre. Su aspecto exterior humilde estaba lejos de dejar entrever lo que segundos después habría de asombrarme con lo que encontré en el interior.

Al entrar, en la casa, una joven de unos veinte años saludó al Venerable hombre.

-¡Hola, abuelo!, ¿cómo estás?

–Bien, hija, -contestó el Venerable hombre-. -Prepara un poco de café, Lucía, mientras conversamos un poco, adentro.

-Por cierto, te presento a Santiago, quien ha llegado paseando hasta La Victoria.

Después de la presentación, entramos en la biblioteca del Venerable hombre. Un salón grande, lleno de estantes de libros por todas partes, lo cual hacía inimaginable dicho cuadro desde el exterior. Algunos cuadros al óleo de morichales y de personajes históricos, presentaban un ambiente acogedor. En un rincón se encontraban diversos retratos de Tagore, Gandhi, Cicerón, Séneca, Ibn Arabi y un dibujo de Don Quijote y Sancho Panza. En un pequeño cuadro, podía leerse: -“Lo que Alá quiera. Nada se le asemeja”-.

-Le felicito por este inmenso tesoro que usted tiene aquí, -le dije al Venerable hombre-. -¿Cuáles son los temas de su interés?

A lo cual, me contestó: -Como usted puede ver, Santiago, -y me invitó a recorrer los estantes- aquí hay libros de variados temas: clásicos de todos los países y épocas, desde los Vedas, los Upanishads, el Mahabaratha, los libros de Confucio, El Tao te King, de Lao Tse, el Poema de Gilgamesh, el Código de Amurabí, autores griegos, como Homero y Hesiodo. Se encuentran las obras completas de Euclides, Platón, Aristóteles, Teofrasto, Demetrio de Falereo, de los Presocráticos, Epicteto, Plutarco, etcétera; de los latinos, autores como Séneca, Cicerón, -que son mis preferidos-, Julio César, Tito Livio, Dionisio de Halicarnaso, Marco Aurelio, así como libros de Psicología, Gerencia, Sufismo, Yoga, ensayos, filosofía, parapsicología, hermetismo, El Quijote, libros de economía, filosofía, etcétera, en fin, un poco de todo lo que es preciso conocer para poder entender el significado de la vida: de dónde venimos, por qué estamos aquí y hacía dónde vamos, sin lo cual, la vida no tendría sentido, sobre todo por el gran afán a que está sometido el ser humano en la agitada vida moderna.

Nos sentamos en sendas butacas y nos entretuvimos conversando de temas diversos. Al poco rato, entró Lucía con dos tazas de oloroso café y unos biscochos, que degustamos con agrado en una amena e interesante conversación. Al fondo, podía oírse una suave música de Beethoven.

Pasamos cerca de una hora conversando de sobre la Atlántida, Egipto, los griegos, de Homero, de los sufíes, del budismo zen, los poderes del espíritu, meditación, etcétera, después de lo cual, le hice una pregunta directa.

-Seguramente, usted ha desarrollado alguna técnica de meditación y algún método de resolución de situaciones, en la vida, que me quisiera explicar, ya que, según observo, para tener usted una serenidad tan acentuada y una fortaleza física a la edad que imagino que usted debe tener, -cerca de noventa años- es porque ha encontrado en su larga experiencia algún secreto que quizás quisiera compartir conmigo.

Santiago, -me dijo el Venerable hombre, si vuelves a visitarme otro día, quizá te cuente algo que te pueda servir. Empero, antes de que te vayas, te haré entrega de unos apuntes que hace ya muchos años, en una época en que yo andaba a la búsqueda de sosiego y tratando de encontrarle sentido a la vida, un Venerable hombre que, en una edad similar a la mía, a su vez me entregara y cuya práctica asidua me permitió domar la mente, encarrilar mi vida y poner bajo control los hilos del destino. Son veintidós manuscritos, y una meditación diaria, –continuó diciendo el Venerable hombre, que si bien son ya un poco antiguos, podrás copiarlos de nuevo y si pones en práctica las técnicas que contienen, darás a tu vida un esplendor que habrá de sorprenderte agradablemente.

-Una vez que los hayas probado con total y absoluta satisfacción de tu parte, -me dijo, ponlos en limpio, en forma de libro y publícalo para que su mensaje llegue a mayor número de personas. Hacía tiempo que esperaba a alguien a quien confiarle este legado y creo que hoy, al llegar aquí, en la forma en que lo has hecho, tus pasos han sido dirigidos por Aquel que todo lo sabe y puede, por la Ley Cósmica, y en cuyos planes universales, todos somos sus instrumentos.

Me despedí del Venerable hombre y de su adorable nieta, sintiendo dentro de mí fuerzas desconocidas hasta entonces que preanunciaban grandes cambios en mi vida.

En los días siguientes, aparté una hora diaria, antes de dormirme, y leí y releí, todos los manuscritos, de la siguiente manera: En primer lugar copié la Meditación diaria en un cuaderno, el cual leí durante veintidós noches y mañanas seguidas, tal como lo indicaban las instrucciones de la misma.

Una nota al pie de página mencionaba que si yo la transcribía en un cuaderno, el hecho de hacerlo, grabaría en mi ordenador mental las instrucciones y me sería más fácil desarrollar, en mi personalidad, las cualidades y condiciones que formaban parte de los objetivos implícitos en la misma.

De los veintidós manuscritos, cada lunes, a las once en punto de la noche, copiaba uno en el cuaderno, y durante el resto de la semana, a la misma hora, lo leía y meditaba, siguiendo las fáciles y efectivas técnicas e indicaciones al inicio del mismo.

Cuatro semanas después de leer durante veintidós días seguidos, en la noche y en la mañana, la meditación diaria, comenzaron a manifestarse en mi vida una serie de cambios positivos que me dejaban asombrado a mi mismo, pero, también, los miembros de mi familia y a mis amistades; sobre todo mi semblante comenzó a ser más apacible; volví a sonreír desde el interior; mi estado anímico era de contento; me sentía más seguro de mi mismo; comencé a confiar más en la gente, en la vida y a vislumbrar el sentido de mi misión en la vida –percibía cosas que antes me pasaban desapercibidas, a pesar de haber estado siempre allí. Sentía fluir en mí una nueva corriente vivificadora de prosperidad, de felicidad, de alegría de vivir. Mi entusiasmo y amor por la vida y por mi familia, por mi trabajo y por las personas, crecía día a día. En aproximadamente dos meses había logrado muchas de las cosas en las cuales había soñado desde hacía años. Había dado un paso sorprendente en el camino de la autorrealización.

Efectivamente, pude comprobar que me fue relativamente muy fácil desarrollar las aptitudes y actitudes a nivel físico, mental, emocional, espiritual y en diversos aspectos de mi vida, como el financiero, que comenzó a mejorar casi inmediatamente, así como, surgieron nuevas oportunidades que comencé a aprovechar, casi sin esfuerzo de mi parte.

Transcurría el año de 1967 y mi vida había encontrado un sendero que habría de conducirme a cooperar en forma más efectiva en el plan divino que el Supremo Hacedor, en algún momento, había diseñado para mí.

Tres meses después volví a aquel lugar donde había encontrado al Venerable hombre de La Victoria y allí estaba la fuente que él dijo llamarse La Victoria; empero, cuando traté de encontrar el camino para llegar a la casa donde amablemente me ofreció un delicioso café, preparado por su nieta Lucía, no logré encontrarlo, pese a haber recorrido durante un par de horas por los alrededores. Pregunté a varias personas para ver si podían indicarme como llegar a la casa del Venerable hombre y cual fue mi sorpresa, nadie lo conocía.

Empero, después de tanto buscar, volví a encontrar la casa donde vivía el Venerable hombre de La Victoria, pero se encontraba abandonada. Su aspecto indicaba que debía encontrarse en ese estado un lapso mayor del que mediaba con el encuentro de aquel ser extraordinario. Es sorprendente como los inmuebles solos acusan el paso del tiempo en mayor grado que los que son habitados. Si no fuera por los manuscritos pensaría que el encuentro no fue más que un simple sueño. -¿O se trata, acaso de un sueño combinado con un fenómeno de aporte? Personalmente, no lo creo. El encuentro fue muy vívido y real. El aromático café servido por Lucía estaba exquisito. Durante varios años volví al lugar varias veces, la casa seguía sola. La última vez que volví, no la pude ubicar y sin tener tiempo suficiente para seguir buscándola, me fui. Ahora, vivo muy lejos de aquella zona, en otro continente; han transcurrido muchos años y después de tanto tiempo es poco probable que vuelva allí; pero, los manuscritos y la meditación diaria obran en mi poder, me han transformado y han enriquecido mi vida.

Durante más de treinta y cinco años he puesto en práctica las diversas variantes de los ejercicios, afirmaciones y meditaciones que contienen los manuscritos y la meditación diaria y cada vez que los pongo en práctica, experimentos los mismos beneficios. Ahora, ellos se encuentran en el libro que usted tiene en sus manos; espero que les sean tan útiles como los han sido para mí.

Su contenido es eminentemente práctico; no hay teorías superfluas. Si lleva a cabo los ejercicios que contienen, es probable que, gradualmente, se vaya efectuando la transmutación alquímica de su ser sintonizándose con los elevados resultados existenciales, los cuales, por añadidura, al ser creados a nivel mental, se van manifestando en su propia vida, oportunamente.

Sobre todo, con estos ejercicios, me percaté, cuando el Venerable hombre me entregó los manuscritos, de que se dispone de un método para domar la mente y ejercer un pleno dominio sobre la vida en general y, por ende, sobre el destino y controlar, cuando eventualmente se presenten, todas las situaciones, manteniendo un perfecto equilibrio físico, mental, emocional, espiritual y financiero.

El Venerable hombre de La Victoria me comentaba que todo se puede lograr en la vida si se siembra la respectiva semilla por medio de correctas decisiones acordes con la propia y elevada auto-estima y dignidad personal, desarrollando el convencimiento de que sí se puede hacer, por medio de las afirmaciones, las visualizaciones y meditaciones, la experimentación de un estado emocional acorde al momento de ser logrados los respectivos resultados y la practica del desapego, es decir, dejar encargada a la mente psiconsciente del logro, y además, se espera el tiempo necesario haciendo, mientras tanto, todo lo que se requiere, según el caso o los objetivos por alcanzar.

Estas técnicas funcionan, me decía una y otra vez el Venerable hombre de La Victoria; luego, agregaba: -las he probado por más de cincuenta años y quien, a su vez me las entregó, habría hecho otro tanto, aseverando que eran efectivas, si yo seguía fielmente las instrucciones y las ponía en práctica con expectativas positivas.

Desde que en 1967, el Venerable hombre me hiciera entrega de los manuscritos, han transcurrido un poco más de de treinta y cinco años, durante los cuales yo también he puesto en práctica las diversas variantes de los ejercicios, afirmaciones y meditaciones que contienen, y cada vez que me ejercito con ellos, experimento los mismos beneficios. Ahora, ellos se encuentran en el libro que usted tiene en sus manos; espero que les sean tan útiles como los han sido para todos los que hemos aplicado las enseñanzas del Venerable hombre de La Victoria.

Él me repetía constantemente: -“¡Tú puedes si crees que puedes hacerlo! ¡Hazlo y tendrás el poder!

Recuerdo que ese día el Venerable hombre me dijo: -ejercer el poder con que la naturaleza de las cosas ha dotado a cada ser, cultivando los dones inherentes y aprendiendo todo lo que se pueda de sí y del vasto universo del que se forma parte, es una manera efectiva de ser cada día más feliz. Luego, cuando me despedí de él, expresó: -“¡Que cada día brille más y mejor tu luz interior!”.- Adelante.

Capítulo 2

Meditación diaria

Es lunes en la noche, son las once en punto.

Me dispongo a copiar textualmente, en el cuaderno que he dispuesto para ello, el manuscrito identificado con el título:

Meditación diaria

Dice así:

Afirme, en la mañana y en la noche, antes de dormir, durante veintidós días; luego, cada vez que lo desee, esta poderosa fórmula de programación mental positiva y descubra cómo, con facilidad, van ocurriendo cosas maravillosas en su vida:

MEDITACIÓN DIARIA

Afirma, en la mañana y en la noche, antes de dormir, durante veintidós días; luego, cada vez que lo desees, esta poderosa fórmula de programación mental positiva y descubre cómo, con facilidad, van ocurriendo cosas maravillosas en tu vida. Al encender la luz en la mente se ilumina la propia existencia y todo en derredor vibra al unísono y con el mismo sentimiento de felicidad y bienestar, interrelacionándose por la ley de afinidad.

1. -Entro en el nivel de mi mente psiconsciente, en el centro de control de mi piloto mental automático, donde todo va bien, siempre, contando de tres a uno: Tres, dos, uno.

Ø Ahora, estoy ya en el nivel de mi mente psiconsciente, en el centro de control de mi piloto mental automático, donde todo va bien, siempre.

Ø Voy a permanecer en el nivel de mi mente psiconsciente, en el centro de control de mi piloto mental automático, donde todo va bien, siempre, durante quince minutos y voy a programar los siguientes efectos positivos, los cuales perduran, cada vez mejor, hasta que vuelva a realizar este acceso y programación mental:

Ø Todo va bien, siempre, en todos los aspectos de mi vida, cada día mejor. (Tres veces). –Imagínalo-.

Ø Todo va bien en mi trabajo; cada día logro mejores niveles de efectividad, prosperidad, riqueza, abundancia y bienestar. (Imagínalo).

2. Formo una unidad cósmica perfecta con el Creador Universal, -ELOÍ. (Diez veces, con los ojos cerrados). Hoy se expresa en mí la Perfección universal de la Vida, del amor, de la luz, de la sabiduría, del perdón, de la percepción de la verdad, de la aceptación de la realidad, de la justicia, de la igualdad, de la compensación, de la fortaleza, de la templanza, de la belleza, del equilibrio, de la armonía, de la salud, de la prosperidad, de la riqueza, de la abundancia, del servicio y de la provisión en todos los aspectos de mi vida.

3. -Cada día, en todas formas y condiciones, mi cuerpo y mi mente funcionan mejor y mejor. La consciencia de mi conexión permanente e indisoluble con el Creador Universal, -ELOÍ-, restablece y mantiene en mí, diariamente, durante las veinticuatro horas del día, un perfecto estado de salud a nivel físico, mental, emocional y espiritual. Gracias, Creador Universal, por darme un cuerpo perfecto, saludable, lleno de energía. Aquí y ahora, me siento en perfecto equilibrio de salud, a nivel físico, mental, emocional y espiritual.

4. Afronto y resuelvo bien toda situación que me compete, siempre.

5. Todo tiene solución, en todas las situaciones de mi vida.

6. El Creador Universal, -ELOÍ-, es en mí, cada día mejor, en todos los aspectos de mi vida, fuente de amor, luz, sabiduría, éxito, riqueza, prosperidad, abundancia y armonía.

7. Permito que las leyes universales de la Vida, del amor, de la luz, de la sabiduría, del perdón, de la percepción de la verdad, de la aceptación de la realidad, de la justicia, de la igualdad, de la compensación, de la fortaleza, de la templanza, de la belleza, del equilibrio, de la armonía, de la salud, de la prosperidad, de la riqueza, de la abundancia, del servicio y de la provisión actúen bien en el plan de mi vida.

8. Tengo prosperidad y poder. Cada día enriquezco mejor mi vida a través del servicio efectivo, del amor y de la práctica de todas las virtudes.

9. Mi dignidad personal me lleva a realizar las cosas que me competen con la máxima perfección posible.

10. Cada día, en todas formas y condiciones, en todos los aspectos de mi vida, estoy mejor y mejor a nivel físico, mental, emocional, espiritual y financiero.

11. Actúo con templanza, serenidad, autodominio y perfecto equilibrio en todo. Conservo plena autonomía y control sobre todas mis facultades físicas, mentales, emocionales, intelectuales y espirituales. Hecho está. (Visualizar un escudo protector de luz que te envuelve y protege; -una pirámide-).

12. Tengo fortaleza, valor, confianza y fe suficiente para triunfar y alcanzar todas mis metas, de acuerdo con la voluntad del Creador Universal, -ELOÍ-, y en armonía con sus planes cósmicos. Soy inmune e invulnerable a las influencias y sugestiones del medio ambiente y de cualquier persona a nivel físico, mental, emocional y espiritual, en las dimensiones objetivas y subjetivas y en cualesquiera otras en que sea requerido.

13. El orden universal de la Vida, del amor, de la luz, de la sabiduría, del perdón, de la percepción de la verdad, de la aceptación de la realidad, de la justicia, de la igualdad, de la compensación, de la fortaleza, de la templanza, de la belleza, del equilibrio, de la armonía, de la salud, de la prosperidad, de la riqueza, de la abundancia, del servicio y de la provisión se establece en mi vida, en todos mis asuntos y en las personas interrelacionadas, aquí y ahora. Hecho está.

14. Asumo la responsabilidad de mis actos y cumplo bien todos mis compromisos, siempre oportunamente, de acuerdo con el orden cósmico.

15. El Creador Universal, -ELOÍ-, nos da abundancia y armonía en el eterno presente. Vivo en abundancia y en armonía perfectas, aquí, ahora y siempre.

16. El Creador Universal, -ELOÍ-, se está ocupando de todo, en todos los aspectos de mi vida, y se expresa en mí conciencia intuitiva por medio de los sentimientos en correspondencia con los valores universales.

17. Gracias, Creador Universal, -ELOÍ-, por esta vida maravillosa. Que Tu Inteligencia Infinita, Amor, Sabiduría, Justicia, Luz, y Poder Creador guíen, adecuadamente, todas mis decisiones y acciones, ahora y siempre. Gracias, Eloí, por este día maravilloso.

18. El Creador Universal, -ELOÍ-, nos proteja, aquí y en cualquier lugar, ahora y siempre. (Tres veces).

19. Siempre espero lo mejor, de acuerdo con la voluntad del Creador Universal, -ELOÍ-, y la Ley Cósmica, en armonía con todos.

20. Gracias, Creador Universal; todo va bien en todos los aspectos de mi vida, a nivel físico, mental, emocional y espiritual. Gracias, Eloí, todo va bien en mis practicas espirituales y en mi relación Contigo; Tú y yo formamos una unidad perfecta, armónica, aquí y ahora, en el eterno presente. Yo soy Tú, Tú eres yo. Te amo.

21. Voy a realizar –obtener o resolver- (mencionar), antes del: (fecha), de acuerdo al orden divino y en armonía con todos. (Si se trata de varios objetivos, anótelos y haga la afirmación y visualización con cada uno de ellos. Imagínelo concluido satisfactoriamente sin imponer canal alguno de manifestación.)

22. Tengo serenidad y calma imperturbable. Soy impasible frente a todo y a todos. No tengo temor a nada, a nadie ni de nadie en ningún nivel físico, mental, emocional, espiritual y financiero. Dentro de mí vibra la seguridad total. Tengo completa confianza en la vida y en mi propia capacidad de resolver situaciones y alcanzar los resultados satisfactorios que preciso, en cada caso, siempre.

A continuación anoté la fecha: Lunes 12 de agosto de 1967. Luego, tal como me lo indicó el Venerable hombre, anoté la fecha que correspondía veintidós días después: 03 de septiembre de 1967.

Acto seguido, me senté cómodamente, tomé tres respiraciones profundas y realicé la meditación.

Luego, cada noche, durante veintidós días, a las once en punto, me iba a mi cuarto, daba indicaciones de no ser interrumpido durante veinte minutos y realizaba la meditación del día, la cual, siempre complementaba con la lectura breve de uno de los libros de cabecera que siempre suelo tener en mi mesa de noche.

Iba notando, día a día como emergía de mi interior una nueva y desconocida fortaleza, seguridad, estado de ánimo contento, actitud más decidida, optimismo frente a la vida y a las situaciones; comencé a llevarme mejor en las relaciones con las demás personas, a ser más comedido en todo y sobre todo comenzaba a tener conciencia de cosas que antes me solían pasar desapercibidas.

Cabe destacar que, en el punto número veintiuno de la meditación, había anotado siete objetivos que desde hacía tiempo quería realizar y para mi sorpresa, treinta días después de haber terminado de efectuar la meditación del manuscrito número veintidós comencé a observar como, en forma aparentemente casual se iban manifestando la resultados de cada uno de ellos hasta que, algunos meses después, antes de la fechas previstas, los había realizado todos, menos dos, por lo cual, me senté y volví a anotar, en una hoja de mi cuaderno, otros diez objetivos, encabezados por los dos pendientes de la lista anterior, les puse la fecha tope a cada uno, antes de la cual debían ser logrados, para seguir visualizando, su logro, periódicamente.

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sábado, 8 de diciembre de 2012

ESBOZOS SUTILES: ESTUDIO, AMOR Y TRABAJO



ESBOZOS SUTILES: 
ESTUDIO, AMOR Y TRABAJO

 Giuseppe Isgró C.
Ensayo de juventud: 23-09-1969



Cuando en su realización los ideales concluyen un ciclo, el ser    busca orientarse de acuerdo con las inquietudes de los tiempos.

La inteligencia, buscando la solución en las situaciones que la vida diaria le va presentando, proyecta su luz, iluminando la senda. Cada persona, por la integridad del carácter, fortalecido mediante la práctica de las virtudes que le sostienen, bajo la égida de los valores universales, como el amor, la justicia, la fortaleza, la templanza y la belleza, entre otros, encuentra el sentido de la existencia.

La realización activa de las sutiles cualidades de algunos seres de férrea voluntad y visión de águila, determinan el cauce en la orientación humana. Todo culmina según se espera. La etapa transitoria pasa; la nueva nace.

Los hercúleos brazos del hombre del campo extraen de la madre tierra sus preciadas esencias. Son los proveedores de la sutil energía que reanima el cuerpo en el diario trajín. La inquieta mente del hombre de la ciudad, lanzado en activa carrera en contra del tiempo, efectúa una acción afanada, realizando la obra de los siglos en un esfuerzo supremo por superarse en las luchas por la vida y culminar exitosamente el proceso continuo de evolución en sus distintas etapas.

La dinámica juventud que inicia su carrera en la existencia, completa la trilogía de una sociedad insatisfecha e inclinada a una renovación de los ideales. Esos ideales caracterizan cada época en la historia. El libre florecimiento de ellos permite el avance de los pueblos y de la civilización. La no renovación al culminar la etapa de manifestación, produce los trastornos sociales y el estancamiento humano, cuya corrección es necesaria y dará inicio a una nueva época, imprimiéndole el sentido direccional más conveniente.

El rico y el pobre, el sabio y el ignorante, todos penden de la sutil esencia que se llama vida. Esa vida tiene leyes y el ser humano ha de cumplirlas si efectuar quiere su evolución, disfrutando del bienestar y de la visión amplia que ella proporciona. Todos debieran mostrarse confiados en las pruebas que la vida pudiera deparar. Si alguna vez la duda tuviera acceso en su ánimo y se encontraren obstáculos, resultará estimulante recordar a Confucio, especialmente cuando dice: -“No hay que vanagloriarse de nunca caer, sino de levantarse cada vez que se cae”-. Entonces se inicia la acción con más fuerza y ahínco y ese mundo inmenso que parecía indomable con sus situaciones por resolver, se domina, pudiendo salir victorioso/a en los embates sostenidos.

Es del conocimiento de todos, que es poco probable que exista quien de una u otra manera se encuentre libre de situaciones por resolver. Tenía razón Aristóteles, cuando dijo: -“Si cada uno de los seres humanos acumulara sus circunstancias y entre todos formaran una enorme montaña para luego dividirla entre toda la humanidad, en partes iguales, cada quien regresaría a su casa con la propia”-.

La observación de lo anterior permite valorar a cada quien por su auténtico valor, determinando que nadie tenga porque sentirse más, o menos, que ningún otro ser humano. Por otra parte, si todos somos participes de la influencia de las condiciones socio-económicas y humanas, -¿por qué en un solo querer unánime no habríamos de contribuir a la eliminación de las causas que las producen y de esta manera disfrutar más de los beneficios y de los atractivos de la vida?

El hombre trabaja por un porvenir cada vez mejor, aunque éste se presente algunas veces luminoso, y otras precise aclararse. El ser humano, imbuido de la sutil inspiración de la vida, penetra en el infinito y va encontrando luces que iluminan su camino.

Los grandes hombres –y las grandes mujeres-, con el aporte dado y por dar, definen en cada época, o etapa, el progreso de la humanidad. Todos contribuyen, y experimentan según que grado de evolución hayan conquistado. Actúan por una vida mejor, un mayor bienestar y una cultura más amplia.

Es una aspiración necesaria: Los valores humanos se deben cultivar cual preciada flor que desvela al jardinero. La humanidad ha de conquistar su bienestar y su evolución. Quizá sean orientadores efectivos los ideales de estudio, amor y trabajo.

Adelante.


LA SABIDURÍA DE BENJAMÍN FRANKLIN



LA SABIDURÍA
DE BENJAMÍN FRANKLIN

©GIUSEPPE ISGRÓ C.


En el año 2008, quien escribe tuvo un sueño durante el cual se encontraba en una biblioteca, donde tomó al azar un libro cuyo título era: “El hombre de bien vivir”. Buscó el nombre del autor del mismo y leyó: Benjamin Franklin.
En los años juveniles, una biografía de este gran hombre tuvo una influencia positiva en su formación y un estímulo para remontar el vuelo hacia la realización de los propios objetivos. Después accedió a la Autobiografía de Franklin, que sin duda es un clásico americano de primer orden y lectura obligada de todo humanista.
Posteriormente, en la bibliografía profesional relativas a marketing y venta, muchos autores citan diversas enseñanzas de Franklin, entre ellos Frank Bettger, de manera especial los trece principios que aplicó en su desarrollo personal. Los cuales son:
1.   “Templanza: No comas hasta el hastío, nunca bebas hasta la exaltación.
2.   Silencio: Sólo habla lo que pueda beneficiar a otros o a ti mismo, evita las conversaciones insignificantes.
3.   Orden: Que todas tus cosas tengan su sitio, que todos tus asuntos tengan su momento.
4.   Determinación: Resuélvete a realizar lo que deberías hacer, realiza sin fallas lo que resolviste.
5.   Frugalidad: Sólo gasta en lo que traiga un bien para otros o para ti; Ej.: no desperdicies nada.
6.   Diligencia: No pierdas tiempo, ocúpate siempre en algo útil, corta todas las acciones innecesarias.
7.   Sinceridad: No uses engaños que puedan lastimar, piensa inocente y justamente, y, si hablas, habla en concordancia.
8.   Justicia: No lastimes a nadie con injurias u omitiendo entregar los beneficios que son tu deber.
9.   Moderación: Evita los extremos; abstente de injurias por resentimiento tanto como creas que las merecen.
10. Limpieza: No toleres la falta de limpieza en el cuerpo, vestido o habitación.
11. Tranquilidad: No te molestes por nimiedades o por circunstancias comunes o inevitables.
12. Castidad: Frecuenta raramente el placer sexual, sólo hazlo por salud o descendencia, nunca por hastío, debilidad o para injuriar la paz o reputación propia o de otra persona.
13. Humildad: Imita a Jesús y a Sócrates”.
Pero, desconocía que, además de la Autobiografía citada y el “Almanaque Ricardiano” y sus diversos trabajos científicos, entre ellos el relativo al “pararrayos”, hubiese escrito una obra con el título que observara en el sueño.
Cual no sería nuestra sorpresa, al colocar en Internet el nombre del libro, y el del autor, aparece en pantalla “El hombre de bien vivir”, de Benjamin Franklin, el cual leí con agrado y mayor provecho.
Presentamos a nuestros lectores la síntesis de algunos aforismos que estamos seguros serán del agrado de todos:
1.   -“Acostarse temprano y levantarse bien de mañana proporciona salud, fortuna y sabiduría”-.
2.  Acostarse temprano es indicio de un día bien empleado, y al llegar la noche, el cuerpo y la mente están predispuestos al merecido descanso. Es la forma propicia para recuperar las fuerzas y amanecer con la vitalidad suficiente para emprender la faena del nuevo día rebosante de energía y lucidez mental.
3.  –“Tened voluntad y perseverancia y veréis maravillas”-.
4.  –“Contra el trabajo y la paciencia no hay imposibles y con golpecitos repetidos se corta una robusta encina”-.
5.  El trabajo lleva tras sí las comodidades, la abundancia y la consideración”-.
6.  –“Además del amor al trabajo es necesario, también, tener constancia, resolución y cuidado; es necesario ver los negocios con ojos propios, y no descansar demasiado en los ajenos”-.
7.  –“Guardad vuestra tienda y vuestra tienda os guardará”-.
8.  –“El que quiera prosperar en los negocios hágalos por sí mismo”-.
9.  –“El saber es para el hombre estudioso; la riqueza para el vigilante; el poder para los valientes y la “gloria”  para los virtuosos”-.
10.               –“Si queréis ser ricos, no aprendáis solamente a saber como se gana, sino también como se ahorra”-.
11.                –“Un poco repetido varias veces hace un mucho”-.
12.               –“Cuando el pozo está seco se conoce lo que vale el agua”-.
13.               “La vanidad de los adornos es “preciso desterrarla”-.
14.               –“Es más fácil reprimir el primer capricho que satisfacer todos los que después son sus consecuencias”-.
15.               –“Los grandes navíos pueden engolfarse; pero los barquichuelos no deben alejarse de la costa”-.
16.               –“El orgullo que come vanidad cena desprecio”-.
17.               –“Un hombre que ha nacido libre jamás debe avergonzarse ni temer hablar a su semejante, ni mirarle a la cara”-.
18.               –“Difícil es que un saco vacío se mantenga derecho”-.
19.               –“El sol de la mañana no dura todo el día”-.
20.             –“Acostaros sin cenar antes que amanecer con deudas”-.
21.               –“Ganad lo que podáis y guardad vuestra ganancia: he aquí el verdadero secreto de convertir vuestro plomo en oro”-.
22.             –“En la escuela de la experiencia las lecciones cuestan caras; pero solamente en ella se corrigen los insensatos”-.
23.             –“Se puede dar un buen consejo, pero no el buen juicio”-.
24.             –“El que no admite consejo no puede ser socorrido”-.
25.             –“Si no queréis escuchar la razón, ella no dejará de darse a conocer”-.
26.             –“Solamente el primer paso es lo que cuesta”-.
27.             –“La sabiduría que me atribuían, apenas en décima parte me era propia, pues la había recogido rebuscando en el campo de la experiencia de todos los siglos y de todas las naciones”.
Adelante.



EL PODER DE ELEGIR



EL PODER DE ELEGIR

AUTOR: ©GIUSEPPE ISGRÓ C.


-Siente el poder para elegir dentro de ti y úsalo acertadamente
de acuerdo al esquema cósmico y a tu propia realidad-.
Giuseppe Isgró Cattafi 


Posees un gran poder dentro de ti: es el poder de elección y la libertad de pedir a la vida lo que requieres para su realización.

Ejerciendo el poder de la elección del cual estás investido por el Supremo Hacedor, tomas, en las propias manos, las riendas de tu vida y le imprimes el rumbo deseado.

Eres el resultado de tus elecciones del pasado. Serás lo que eliges ser en el presente.

Del esfuerzo y entusiasmo que despliegues en su consecución, dependen los resultados que obtienes.

Una vez efectuada la elección, todo tu mundo se desarrolla a su alrededor, como un eje que busca su punto de equilibrio en el universo de tu vida.

Imantas hacia ti los elementos necesarios que han de conformar tu realidad y el éxito equivalente al nivel, calidad e índole de tu elección y pedido a la vida.

La Ley Cósmica, dice: -Según eliges, pide y das, recibes-.

En el acto de elegir existe un poder creativo que se plasma al formular el pedido, como un decreto, de lo que tú aspiras realizar; mientras que al dar, -una forma de pagar el precio, se abre la puerta por la cual, al mismo tiempo, se recibe el salario cósmico y la compensación equivalente.

Abre el camino adecuado. Recorre una sola ruta a la vez. Al final, siempre está tu meta esperándote.

Edmund Burke, dijo: -“Un camino de mil kilómetros comienza dando el primer paso”-. A su vez, Alexis Carrel, -profundo pensador francés, del siglo XX-, acertadamente refirió: -“El porvenir pertenece a los que lo consagran todo por un ideal”-.

Cada paso que das, dalo únicamente en dirección de tu meta.

Con cada elección pagas un costo de oportunidad. Por cuanto, al decidirte por un objetivo, estás dejando de lado otros entre los cuales también podías elegir.

Desarrolla tus habilidades para decidir acertadamente, eligiendo cursos de acciones que mejor aporten el mayor grado de certidumbre en cuanto a los resultados apetecidos y al más bajo costo de oportunidad.


CÓMO ELEGIR CON EFECTIVIDAD


Al percibir un requerimiento de cambio que aporte un avance más allá de la posición actual, en tu vida, empieza el proceso de la toma de decisión, el cual concluye con la elección del mejor curso de acción que lo satisfaga y su puesta en práctica.

Elegir, constituye, siempre, la selección de la mejor alternativa, como etapa fundamental del proceso decisorio.

La vida presenta tres clases de situaciones claramente identificadas, las cuales es necesario determinar para hacer más efectiva la elección.

En primer lugar se enfrentan situaciones en condiciones de certeza, donde tanto el curso de acción como el resultado, son conocidos. Los cursos de acciones pueden ser numerosos, pero cada uno sólo puede proporcionar un resultado. El secreto consiste en seleccionar el curso de acción que maximice el resultado.

En segundo lugar, la elección toca tomarla en condiciones de riesgo, donde cada curso de acción presenta varios resultados probables con factibilidad relativa. La clave consiste en tener presente el valor esperado en la toma de decisión, haciéndose cargo probable, en caso de efectos negativos, si sus consecuencias son controlables.

Las preguntas claves que es preciso formularse, son:

1. -Si adopto esta decisión, ¿qué es lo mejor que puede pasar?-
2. -¿Me satisface?-
3. -Y, ¿qué es lo peor que puede ocurrir?-
4. –¿Puedo controlarlo?-

Si lo mejor que puede pasar te satisface, y lo peor, estaría bajo tu control, entonces, toma la decisión.

Elige siempre el curso de acción que maximice o minimice el valor esperado del resultado, por ejemplo: el mejor logro o el menor riesgo, o ambos, simultáneamente.
Le siguen las decisiones en condiciones de incertidumbre, las cuales, en lo posible, se recomienda evitar. En este caso, cada curso de acción ofrece múltiples resultados inciertos, disponiéndose de escasa y poco confiable información, para hacer proyecciones futuras certeras.

Estas decisiones deben ser adoptadas solamente cuando se haya estructurado una sólida base económica, o de otra índole, que permita asumir las eventuales consecuencias sin producir desequilibrios graves e incontrolables.


EL PROCESO PARA ELEGIR


Optimiza tus habilidades para tomar decisiones efectivas, acertadamente, aplicando los siguientes pasos:

1. DEFINIR EL OBJETIVO QUE DEBE SER
ALCANZADO

Tan pronto percibas la necesidad de cambio, identifica, -definiéndolo y enunciándolo por escrito- el objetivo que, resolviendo la situación, restablezca el equilibrio original, o que, una vez realizado, implique un avance más allá de donde, ahora, te encuentras.

Los resultados ideales que deben ser alcanzados, al ser comparados con la situación actual, determinan la diferencia que constituye el objetivo de la elección.

2. ANALIZAR, Y DISTRIBUIR, EL OBJETIVO, EN
ETAPAS CON CLARO ORDEN PRIORITARIO

Analiza las posibles causas que originan la insatisfacción y qué resultados reestablecerían el equilibrio o generarían el cambio deseado. Usa las preguntas:

• -¿Qué debo lograr?
• -¿Cómo?
• -¿Dónde?
• ¿Cuándo?
• -¿En cuántas etapas puedo dividir la realización del objetivo?
• -¿Qué prioridad asignaré a cada una?
• -¿Por qué?


3. BUSCAR ALTERNATIVAS O PROBABLES
SOLUCIONES

En esta fase, se exploran todos los cursos de acciones que constituyen alternativas o probables soluciones, evitando críticas, para facilitar el proceso creativo.

4. EVALUAR LAS ALTERNATIVAS Y SELECCIONAR
LA MEJOR

Después de evaluar todas las alternativas posibles se selecciona la que mejor optimice, o minimice, los resultados esperados de la elección.

5. EJECUCIÓN

Tomada la decisión, con voluntad férrea y plena confianza en la obtención de los resultados, se emprende la acción correspondiente, hasta alcanzarlos. La Ley cósmica de la atracción, expresa: -Una mente decidida, con acción constante, siempre imanta resultados-.

6. CONTROL

Se controlan los resultados para retroalimentar cualquier eventual desviación, reiniciando el proceso decisorio, el cual culmina con una nueva elección.

PSICO-PROGRAMACIÓN:

Afirma, antes de tomar una decisión:

Entro en el nivel de mi mente psiconsciente idóneo para tomar acertadas decisiones y resolver cualquier situación con efectividad. (Tres veces).
Ahora me encuentro, ya, en el nivel de mi mente psiconsciente idóneo para tomar acertadas decisiones y resolver cualquier situación con efectividad. (Una vez).
Voy a permanecer en el nivel de mi mente psiconsciente idóneo para tomar acertadas decisiones y resolver cualquier situación con efectividad durante treinta y cinco minutos para analizar el caso: (mencionarlo) y decidir la solución más conveniente en armonía con todos. Antes de quince minutos, a partir de este momento, tendré la percepción correcta de lo que debo hacer. Hecho está. Conservo pleno autodominio, el control de todas mis facultades físicas, mentales, emocionales y espirituales y de todas las circunstancias y una perfecta calma imperturbable, impasibilidad, serenidad y un estado de tranquila relajación a nivel físico, mental, emocional y espiritual y total claridad en las ideas. Hecho está; así es; así sea.
Tan pronto como tengas escritas las mejores alternativas u opciones entre las cuales te es preciso elegir, en el nivel de la mente psiconsciente en el que ya te encuentras –o si ha transcurrido un lapso mayor de los treinta y cinco minutos, vuelve a efectuar la psico-programación- pregunta tres veces a tu mente psiconsciente: -¿Cuál decisión debo tomar? Espera la respuesta durante cinco minutos.
Puedes preguntar a la mente psiconsciente:
I. -¿Debo tomar esta decisión? –Menciona la respectiva alternativa- (Tres veces). Espera la respuesta durante cinco minutos.
II. Cómo resultará si elijo esta opción? –Menciónala- (Tres veces). Espera la respuesta durante cinco minutos.
III. –Qué otra alternativa debo considerar? (Tres veces). Espera la respuesta durante cinco minutos.
IV. Repite el proceso con cada una de las alternativas en estudio.

Automáticamente, al cumplirse los treinta y cinco minutos se saldrá del estado de interiorización; empero, los estados de lucidez, calma, fortaleza, confianza y serenidad se conservarán aún después de volver a las condiciones normales. Con el tiempo y práctica, se puede hacer la psico-programación por un lapso mayor.

PLAN DE ACTUACIÓN:

o Entro en mi nivel idóneo para resolver situaciones, en mi mente psiconsciente (Tres Veces) 

o Ahora, ya estoy en mi nivel idóneo para resolver situaciones, en mi mente psiconsciente. (Tres veces). 

o Permanezco en este nivel idóneo para resolver situaciones, en mi mente psiconsciente, quince minutos, (o más), durante los cuales voy a analizar esta situación y encontrar la solución perfecta. Hecho está. 

o El caso que deseo resolver y voy a resolver, es: Describir: 

o Ahora, pregunto a mi mente psiconsciente: 

¿Cuál es la mejor manera de resolver este caso?: (Describir). 

Deseo la respuesta correcta que debo aplicar, antes de seis minutos; quiero percibirla claramente por el mejor medio perceptivo de mis facultades espirituales, la cual recordaré, comprenderé y aplicaré con efectividad, tan pronto la perciba. 

Hecho está.



EL PODER EFECTIVO DE LA DECISIÓN

En general, en mayor o menor grado, todos saben decidir; conocen el método científico de resoluciones de situaciones, el proceso creativo de toma de decisiones y cumplen perfectamente todos los pasos hasta llegar a lo más importante: la acción.

Es en la acción donde se requiere desarrollar en alto grado habilidades para plasmar en la realidad lo pensado y decidido.

Empezar, dar el primer paso, ponerse en camino, después de decidir, ése es el gran secreto. Pero, una vez iniciada la acción, con la visión clara del tiempo factible para alcanzar el respectivo logro, es preciso persistir, con confianza plena y desapego de los resultados y continuar dando todos los pasos restantes que sean necesarios, hasta alcanzar la meta. Simplemente, haz la cosa y tendrás el poder para hacerlo; esa es la clave.

El poder de la decisión crea resultados. La mente decidida adopta el propósito de alcanzar determinados logros y funge de convención mental que le sintoniza con los elementos coadyuvadores a su consecución.

La decisión de lograr algo implica la oferta de un servicio, producto, idea o beneficio, que debe ser dado a cambio y toda oferta genera, automáticamente, su demanda. En el mismo momento en que se toma la decisión, en alguna parte, todas las personas que coadyuvarán están tomando, simultáneamente, las respectivas decisiones complementarias. En la metafísica de la decisión, si se observa desde la perspectiva o dimensión adecuada, se percibe que, en el mismo instante en que un arquitecto diseña un chalet, sin darse cuenta, por vía psico-sensorial. –o intuitiva-, percibe las necesidades insatisfechas de un determinado consumidor y crea el ambiente con el cual, ese futuro consumidor, en ese momento, está soñando con uno análogo. Cuando el constructor decide construirlo, en el mismo instante, una persona, está decidiendo comprarlo. El resto es un proceso que se desenvuelve de manera tan natural que todo parece casualidad.

Lo importante es tomar la decisión ya que implica una oferta de comprar o vender, dar o recibir, hacer o dejar de hacer, etcétera, y el mecanismo de la vida sabe que puede contar con esa oferta o demanda y, la persona, sin darse cuenta, pone en movimiento una de las leyes más poderosas de la creación.

La decisión tiene fuerza de atracción y repulsión. Atrae a los elementos coadyuvantes y repele los antagónicos por medio de la ley del aislamiento cósmico.

Una vez decidido el propósito fundamental de la vida, seleccionados los objetivos a corto, mediano y largo plazo, determinada la carrera en la cual se quiere cada quien realizar, auto-expresando el genio que se anida en el interior, hay que mantenerse firme en la determinación de alcanzar las metas anheladas, en el intervalo que media entre la siembra de la semilla y la cosecha de los resultados.

Esa paciencia firme, serenidad inalterable, confianza absoluta, expectativa profética, voluntad de acero, nervios relajados y desapego de los resultados proporcionan el autodominio suficiente para imantar los resultados y de persistir firme en el propósito sin variar de rumbo hasta alcanzar lo que se ha propuesto.

Una y mil veces hay que abordar la acción y con el trabajo suficiente y el estudio necesario, con la creatividad adecuada y los métodos propicios, todo se logra, oportunamente.

El ser humano está dotado para realizar cualquier cosa que conciba en su mente siempre y cuando la aborde una a la vez.

Si concebiste la idea, planificaste el proyecto, y asumiste el reto, manteniéndote firme y actuando constantemente alcanzarás el resultado previsto, en el tiempo debido.

Pero, cuando más cerca estés de alcanzar tu meta es cuando más firme requieres estar, por cuanto, es allí donde la prueba de la vida verifica tu temple y selecciona los mejores –o más efectivos cooperadores- para seguir adelante, en cada actividad, área, etcétera. Por esta razón, la antigua sabiduría recomienda que jamás debe abandonarse la realización de un proyecto en el momento en que las situaciones se muestran en su aspecto menos favorable,

Es preciso dar ese paso que separa la decisión de la acción. Ten confianza: en ti y en la vida; ésta secunda todo esfuerzo sincero.

Tienes el poder en tus manos, úsalo. Mantente firme y alcanza, una a una, todas tus metas. Visualiza el resultado satisfactorio en tu mente. Afirma lo positivo. Di, una o mil veces, o cuantas sea necesario: -voy a lograrlo-.

Sólo la decisión activa el mecanismo cósmico del logro; actúa como si… ya lo hubieses alcanzado. Da por hecho su consecución exitosa con serena convicción, tenacidad y desapego.

Adelante.

jueves, 6 de diciembre de 2012

ENCONTRAR EL GENIO INTERIOR



ENCONTRAR EL GENIO INTERIOR
POR ©GIUSEPPE ISGRÓ C.

-“Siendo iluminado ha sido liberado al punto …y, por eso mismo, ha recibido la luz”-.
Clemente de Alejandría

-“Un genio no es más que alguien que ha tomado control de su propia mente, dirigiéndola hacia objetivos que él, o ella, ha elegido, sin permitir que influencias externas le desanimen o desvíen de su propósito”-.
Napoleón Hill


     El pensador español, Joaquín Trincado, comparaba a la persona con un diamante, quien en su estado bruto deja de reflejar su verdadera naturaleza, pero que, al pulimentar su capa exterior, descubre su cuantioso valor.
Lo mismo ocurre con el ser humano y con los integrantes de los cuatro reinos naturales. En el comienzo de su carrera cósmica fue dotado por el Creador de todas las potencialidades universales posibles, por eso se le denomina microcosmos –o universo en miniatura-, en comparación con el macrocosmos o gran universo.
Es decir, el ser humano alberga en sí mismo una síntesis del universo todo, a nivel físico, anímico y espiritual, pero, dicho potencial se encuentra en estado latente, constituyendo una unidad de la potencia universal, -todo el poder del cosmos-, pero, debe aprender a usar el potente ordenador bio-psico-espiritual que lo genera, para auto-valerse frente a las múltiples oportunidades de auto-expresión en la eterna y continuada vida.
Ese es el objetivo en la infinita carrera del ser: encontrar el genio que se anida en su interior y, al hacerlo, gradualmente, va extrayendo la luz espiritual, reflejo de su gran valor y, a la vez, -dada su condición de haber sido creado a imagen y semejanza de la naturaleza de Dios-, se expresa a través de él, -usándolo como canal divino-, el genio del Supremo Hacedor.
Toda la potencia universal está sintetizada dentro del ser humano, pero su uso va paralelo al desarrollo de los valores cósmicos por medio de la evolución o adquisición de nuevos estados de conciencia.
Mientras más desarrolla su sentido moral, -integrado por la escala de valores universales: amor, justicia, afinidad y orden, igualdad y compensación, libertad, fortaleza, templanza,  armonía y belleza, bondad y benevolencia, sabiduría y prudencia, etcétera-, en la misma medida va descubriendo la potencia cósmica de su genio interior, es decir, el poder se le va confiando a quien es capaz de usarlo positiva y debidamente.
La forma a través de la cual se lleva a cabo la búsqueda de ese genio interior para usufructuar y compartir sus inmensos beneficios es a través de las denominadas pruebas de la vida, es decir, las situaciones que diariamente se presentan para resolverlas.
Son ellas las que van conduciendo a cada ser al desarrollo integral de su personalidad, -espíritu o inteligencia-; cada prueba es un tanteo; cada tanteo,  con resultado positivo, es un paso adicional para encontrar, y exteriorizar, en mayor grado, el propio genio interior, siendo cada nivel de auto-expresión, -como muy bien supo expresarlo Ralph Waldo Emerson-, el reflejo de lo universal; esto debido a que, siendo cada ser un canal de la Inteligencia Infinita, la expresión exteriorizada es de la misma naturaleza cósmica, representativa –en ese rango- del Todo; y, en el mismo grado en que sea genuina manifestación de lo universal, refleja, igualmente, su condición de eternidad; tal como es el caso de los valores que se canalizan por medio de los sentimientos, en todos los seres; dichos valores son universales y eternos.


La carrera del ser humano, representada por el estudio y experimentación constante, frente a las múltiples incógnitas que diariamente enfrenta y debe desentrañar, permite profundizar en el grado de exteriorización del genio creador universal.

**
El genio creador se anida en todos los seres. Se expresa para resolver  todas las situaciones o, para alcanzar resultados anhelados de los cuales se tenga  conciencia y se antepongan como objetivos.
Aún en la reprobación –que de múltiples formas se manifiesta cuando se incurre en falta- el genio pedagógico universal del Gran Ser Supremo se hace tangible, hablando por boca de la persona idónea para fungir de canal de enseñanza adecuada a cada caso.

Cierta experiencia con un pájaro aturdido, quien al encontrarse en la mano del que lo sostenía –ya despierto- ejerció su derecho a la libertad, exteriorizando de manera impresionante su genio interior, como diciendo: -“suéltame”-. En su expresión y movimiento, al buscar resolver una situación vital, dicho pájaro no se sintió en absoluto inferior al hombre que lo sostenía, al contrario, su indignación muy palpable y evidente, ejerciendo su derecho de libertad –valor universal- y en su ejercicio demostró y llevó a cabo un acto de potente voluntad para lograr su objetivo, lo cual, en este caso no estaba realmente en riesgo ya que se buscaba su auxilio. Pero, el ejemplo señala como todos los seres, al enfrentar, para resolver-, las situaciones diarias, van encontrando un genio interior, -reflejo del universal- al tomarle el pulso a cada situación.
Esa toma del pulso de las cosas es una forma sencilla, pero efectiva, de encontrar el genio interior.
En el acto de dominar una situación es cuando se encuentra el propio genio interior; es la comunión con el Yo superior –el maestro interno y su guía divina-. Pero, en el proceso puede encontrarse la cooperación de seres afines –genios espirituales, maestros cósmicos a cuyo cargo está la dirección de ciertos niveles evolutivos, etcétera, que orientan las pruebas de la vida-, pero la solución es tarea de cada persona; empero, al existir la decisión firme de resolver, de lograr determinados objetivos, se encuentra la cooperación cósmica en donde menos se piensa o espera.

Las antiguas iniciaciones  -y algunas modernas- permiten descubrir al recipiendario, la luz, simbólica al inicio, pero, en la medida en que asciende en los niveles de cada grado, descubre la luz “real” que denota su condición de iniciado (a); demostrando con sus actos que hay en su personalidad “un algo” que transforma al individuo de su condición de “piedra bruta” en otra labrada, cúbica, que le permite encajar a la perfección en la construcción de la Gran Obra Universal o templo exterior erigido a la Gloria del Gran Arquitecto del Universo.
A medida que avanza en su tarea, el ser humano, va efectuando, paralelamente, una iniciación espiritual que permite descubrir una auténtica luz –reflejo del genio interior que encuentra gradualmente- lo cual le facilita la labor de descubrir que, por encima de la construcción física de la Gran Obra, cuyos materiales e instrumentos conoce, sabe como manejarlos y hacer la obra; pero, ahora se da cuenta de la existencia de algo más; esa conciencia adicional de la realidad -los planes del Gran Arquitecto del Universo- refleja el encuentro con su genio interior tomándole el pulso a la cosa o al arte, en cada misión asumida, a partir de lo cual, la gran carrera cósmica del ser se comienza a llevar a cabo con una conciencia de lo universal, bajo la guía y potencia del propio genio interior, en perfecta armonía con los designios supremos.
Cada generación de maestros y maestras, –en todas las artes, ciencias o técnicas- al llegar a cierto grado de dominio, respectivamente, experimenta la iniciación espiritual mediante la cual se efectúa el encuentro con su genio interior, quien, al auto-expresarse, canaliza las potencia del genio universal en su respectivo grado o rama, en forma intuitiva -manifestación de la conciencia cósmica-, a partir de cuyo momento la huella del genio yace presente, cada vez que sea requerida su manifestación creativa, síntesis de lo universal.
Mediante esa comunicación del propio genio reencontrado con el genio universal se expresa la sabiduría suprema como pedagogo cósmico, con lo cual se conserva, y perpetúa, el acervo acumulativo de todas las épocas y mundos, -manifestado en el eterno presente a través de los canales debidamente preparados para cada caso-, por lo cual nada se pierde, todo se conserva y expresa para educar a las nuevas generaciones.
Cuando el genio interior es encontrado, en ese mismo grado se manifiesta el genio universal.
Allan Kardec,  decía: -“El verdadero sabio debe, pues, aislar hasta cierto punto el alma del cuerpo, para ver con los ojos del espíritu”. En otra parte agregaba: -“Y conoceremos por nosotros mismos la esencia de las cosas”-.
Tómale el pulso a las situaciones –cada día- y descubre más y mejor el genio interior que en ti se anida para llevar a cabo tu misión cósmica, en el eterno presente. Adelante.


Psico-programación en el nivel del  genio interior.


Entro en el nivel de mi genio interior; estoy ya en el nivel de mi genio interior. Voy a permanecer en este nivel durante: (señala el tiempo). Tengo lucidez mental, auto-control y dominio del medio ambiente y de la labor que desempeño. Las ideas creativas que preciso vienen a mi mente con facilidad; fluyen libremente en mi pantalla mental, las percibo y aprecio adecuadamente, eligiendo las mas adecuadas y efectivas. Puedo realizar el trabajo del día de hoy relajadamente, sin cansarme, prestando la máxima atención a todos los detalles y resolviendo, oportunamente, todas las cosas que me conciernen. En este nivel de mi genio interior puedo labrar la prosperidad de este día con facilidad y cosecho la riqueza y abundancia correspondientes. Doy el mejor servicio posible en cada una de mis actuaciones y cada día logro una mayor perfección en todo cuanto hago. Hecho está.    Así es; así sea.

Ahora, quiero percibir, antes de 30 segundos, la mejor manera de realizar: (señalar); percibo bien y con facilidad todo lo que preciso saber, aquí y ahora.       

                                 

EL PODER DE LA PACIENCIA



EL PODER DE LA PACIENCIA

POR  ©GIUSEPPE ISGRO C.

 La paciencia, como virtud genial, implica previsión de metas y su distribución en espacio y en el tiempo, con pleno dominio del “know how”, para hacer más efectivo tu logro.
La persona, en la vida, comienza por conocer cuales son los instrumentos que habrá de utilizar en su tarea.
Luego, aprende a utilizarlos y, por último, como hacer la obra que le está encomendada.
Más allá de la obra física realizada, llega a comprender que aún hay más.
Adquiere la conciencia de que su obra complementa la realización de un plan diseñado por el Gran Arquitecto del Universo, bajo cuyos designios, en concordancia con la evolución cósmica, adquiere la sabiduría que la paciente búsqueda y autorrealización le permiten.
La acción individual de cada persona constituye una activa cooperación con el plan rector universal.
En todo momento, es conveniente mantener la calma y la paciencia, organizando los esfuerzos en base a estrictas prioridades, continuando, pacientemente, la acción en pos de la meta con expectativa positiva.
Oportunamente, cuando las propias prioridades coinciden con las del engranaje cósmico, y se sincronice con el mismo, desaparece cualquier eventual bloqueo y todo marchará fluidamente.
La humanidad está embarcada en la nave espacial llamada tierra, de cuyo programa de objetivos colectivos se forma parte, con sus responsabilidades inherentes.
Si se restringe el plan de vida a la propia misión cósmica, se tendrá siempre lo necesario para seguir adelante con éxito.
La paciencia es, en toda persona, -y expresión de vida-, la manifestación tangible de la propia comprensión de las leyes que rigen el cosmos.
Cada uno de los propios talentos puede ser mejorado con esfuerzos pacientes y constantes.
William James hizo una valiosa sugerencia al respecto, cuando dijo: -“….Que ningún joven esté ansioso acerca del resultado final de su educación. Cualquiera que sea la línea de su especialidad, si se mantiene fielmente ocupado cada hora del día laborable, puede dejar, sin riesgo alguno, que el resultado aparezca por sí mismo. Puede contar, con perfecta certeza, que se despertará una bonita mañana para encontrarse a sí mismo como uno de los hombres más competentes de su generación, en cualquier campo que pueda haber escogido”-.
El que persevera, con paciencia, atacando los obstáculos uno a uno, resuelve positivamente todas las situaciones, alcanzando sus metas con efectividad.
Un antiguo aforismo expresa: -“Hasta su hora aguanta el que es paciente, más después se le dará contento. Hasta su hora contiene sus palabras,  y entonces, muchos labios proclaman su inteligencia”.-
La paciencia es una expresión de la voluntad y dominando en el ánimo controla, externamente, todas las cosas.
Adelante.

            El Roble más antiguo del mundo



DIOS, POR ALLAN KARDEC



DIOS
De: EL LIBRO GÉNESIS

POR ALLAN KARDEC
Versión castellana por Giuseppe Isgró Cattafi.


EXISTENCIA DE DIOS

1. Por cuanto Dios es la causa primera de todas las cosas, el punto de partida de todo, la base sobre la cual se apoya el edificio de la creación, este es el punto que va considerado antes de cualquier otro.
2. Es elemental, en principio, que se juzgue una causa por sus efectos, aun cuando la causa no es visible. Si un pájaro mientras vuela es objeto de un proyectil, se estima que lo ha sido por un hábil tirador hábil, aún cuando no sea posible verlo. Por lo cual, no siempre es necesario ver algo para saber que existe. en cada caso, se llega al conocimiento de las causas observando los efectos.
3. Otro Principio, de igual manera elemental, se ha convertido en un axioma por la fuerza de su verdad, el cual es: CADA EFECTO INTELIGENTE, DEBE TENER UNA CAUSA INTELIGENTE. Si se preguntara quien es el constructor de un determinado mecanismo ingenioso, -¿qué se pensaría de alguien que responda que ha sido hecho por sí mismo? Cuando se observa una obra maestra del arte o de la industria, se dice que debe ser el producto de un hombre de genio, ya que su concepción ha debido realizarla otra inteligencia, juzgando, al mismo tiempo, que ha debido hacerla un hombre, por cuanto se sabe que no es superior a la capacidad humana. A nadie se le ocurrirá de afirmar que salió de la mente de un idiota o de un ignorante, y menos aún que es el resultado del trabajo de un animal o el producto de la casualidad.
4. En todas partes, la presencia del hombre se reconoce por sus obras. La existencia de los hombres antidiluvianos no está probada únicamente por los restos fósiles, sino, también, y con certeza mucho mayor, por la presencia, en los terrenos de una cierta época, de objetos trabajados  por seres humanos. Un fragmento de vaso, una piedra tallada, una arma y un ladrillo son suficientes para testimoniar su presencia. De la rusticidad o de la perfección del trabajo se podrá juzgar el grado de la inteligencia y del desarrollo de quienes lo han realizado Si, por lo tanto, encontrándoos en un pueblo habitado exclusivamente por salvajes, descubráis una estatua digna de Fidias, no dudarías en decir que, dado que los salvajes no han podido realizarla, debe ser la obra de una inteligencia superior a la de los indígenas.
5. Ahora bien, si miramos alrededor y se observan las obras de la naturaleza, la previsión, la sabiduría y la armonía que presiden a todas estas obras, se reconoce que no hay ninguna que no supere el grado más alto de la inteligencia humana. Por cuanto, el hombre no ha podido producirlas, ellas son el producto de una inteligencia superior a la humanidad, a menos que se quiera afirmar que existen efectos sin causas.
6. A esto, algunos contraponen el siguiente razonamiento:
-“Las obras de la naturaleza son el producto de fuerzas materiales que actúan mecánicamente, según las leyes de atracción y de repulsión; las moléculas de los cuerpos inertes se agregan y se disgregan por la acción de tales leyes. Las plantas nacen, crecen y se multiplican siempre del mismo modo, cada una en su propia especie, en virtud de las mismas leyes. Cada ejemplar es similar de aquel del cual nació. El crecimiento, la floración, la fructificación y la coloración se encuentran subordinadas a causas materiales, como el calor, la electricidad, la luz, la humedad, etcétera. Lo mismo ocurre, también, para los animales.  Los astros se forman a causa de la atracción molecular y se mueven perpetuamente en sus órbitas por efecto de la gravitación. Esta regularidad mecánica de las fuerzas naturales no hace, por lo tanto, pensar a una inteligencia libre. El hombre mueve el brazo cundo quiere y como quiere, pero quien lo movería de la misma manera desde el nacimiento hasta la desencarnación  sería un autómata: ahora, las fuerzas orgánicas de la naturaleza son puramente automáticas”-
Todo esto es verdad; empero,  estas fuerzas son efectos que deben tener una causa y nadie pretende que ellas constituyan la Divinidad. Son materiales y mecánicas. No son inteligentes en sí mismas, y también esto es verdad; pero, son puestas en acción, distribuidas, adaptadas a las necesidades de todas las cosas gracias a una inteligencia que no es la de los hombres. El útil acomodo de estas fuerzas es un efecto inteligente que denota una causa inteligente.  ¿Qué sería aquel péndulo si una inteligencia no hubiera combinado, calculado, distribuido el empleo de tal fuerza para hacerlo mover con precisión? Dado que la inteligencia no se encuentra en el mecanismo del péndulo, y por cuanto no se le ve, -¿sería, por lo tanto racional concluir que no existe? Es suficiente valuar los efectos.
La existencia del reloj prueba la existencia del relojero; la ingeniosidad del mecanismo demuestra la inteligencia y la ciencia del relojero. Cuando un péndulo os da, en un momento dado, la información que precisáis, -¿os ha llegado a la mente, acaso, la idea: he aquí un péndulo inteligente?
Lo mismo es válido para el mecanismo del universo. Dios no se muestra, pero se afirma por medio de sus obras.
7. La existencia de Dios es, por lo tanto, un hecho adquirido, no solamente por medio de la revelación, sino por medio de las evidencias materiales de los hechos. Los pueblos salvajes no han recibido revelación alguna, empero, creen, todos indistintamente, a la existencia de una potencia sobrehumana; ven cosas superiores al poder humano, y concluyen que provienen de un ser superior a la humanidad. -¿No son, quizá, más lógicos de cuantos pretenden que se han hecho por sí solos?
DE LA NATURALEZA DIVINA:
8. Al ser humano no le es dado sondear la naturaleza íntima de Dios. Para comprender a Dios ocurre, aún, el sentido que se adquiere, solamente, con la completa purificación del Espíritu. Empero, si el ser humano no puede penetrar la esencia, dado que su existencia es dada como premisa, puede, por lo tanto, a través el razonamiento, llegar al conocimiento de sus atributos necesarios; ya que, viendo que no puede no ser sin dejar de ser Dios, concluye en que debe ser.
Sin el conocimiento de los atributos de Dios, sería imposible comprender la obra de la creación: es el punto de partida de todos los grupos espirituales, y, debido a que no se han revuelto a ellos como se hace con el faro que índica el camino, muchos de estos grupos han cometidos errores en sus concepciones. Aquellos que no han atribuido a Dios la omnipotencia han imaginado numerosos dioses; los que no le han atribuido la suprema bondad han plasmado un dios celoso, colérico, parcial y vengador.
9. Dios es la suprema y soberana inteligencia. La inteligencia del hombre es limitada, por cuanto no puede ni hacer ni comprender todo lo que existe; la de Dios, que abraza el infinito, debe ser infinita. Si la supusiese limitada sobre un punto cualquiera, se podría concebir, todavía, un ser más inteligente, capaz de comprender y de hacer lo que el otro no podría hacer, y así, sucesivamente, hasta el infinito.
10.         Dios es eterno, es decir, no tiene principio ni tendrá fin. Si hubiese tenido un principio, habría salido de la nada; ahora, la nada no existe y no puede producir nada; o bien, habría sido creado por otro ser preexistente, y entonces, sería este último quien sería Dios. Si se le atribuyese un principio o un fin, se podría, por lo tanto, concebir un ser existente ante de Él, o que contribuiría a que existiese después de Él, y así sucesivamente hasta el infinito.
11.         Dios Es inmutable. Si estuviese sujeto a cambios, las leyes que rigen el universo no tendrían estabilidad alguna.
12.         Dios es inmaterial:  su naturaleza difiere de todo lo que nosotros llamamos materia; de otro modo no sería inmutable, por cuanto estaría sujeto a transformaciones de la materia.
Dios no tiene una forma que nosotros podamos valuar con los sentidos; de otro modo sería materia. Nosotros decimos: la mano de Dios, el ojo de Dios, la boca de Dios, porque el ser humano, no conociendo más que a si mismo, se toma como término de comparación de todo cuanto no comprende. Las imagines que representan Dios como un anciano de larga barba, envuelto en un manto, son ridículas; tienen el defecto de disminuir el Ser Supremo reduciéndolos a las dimensiones mezquinas de la humanidad; de aquí a que se les atribuyan las pasiones de la humanidad, que hacen de Él un Dios colérico y celoso, no hay más que un paso.
13.         Dios es omnipotente: Si no poseyera la potencia suprema, se podría concebir un ser más poderoso todavía, y así sucesivamente hasta cuando se encontrase el ser que ningún otro podría superar en potencia: y sería este último Dios.
14.         Dios es supremamente justo y bueno: La sabiduría providencial de las leyes divinas se revela en las más pequeñas cosas al igual que en las grandes: esta sabiduría no permite dudar ni de su justicia ni de su bondad.
El infinito de una cualidad excluye la posibilidad de la existencia de una cualidad contraria que la disminuiría o la anularía. Un ser infinitamente bueno no puede tener la mínima partícula de maldad, y el ser infinitamente malvado no puede tener la mínima partícula de bondad: de igual manera que un objeto no podría ser absolutamente negro si tuviese una pequeña mezcla de blanco, ni absolutamente blanco si tuviese una pequeña mezcla de negro.
Dios no podría ser, por lo tanto, bueno y malvado al mismo tiempo, por cuanto, en tal caso, no poseyendo en grado supremo ni la una ni la otra de estas cualidades, no sería Dios; todas las cosas serían abandonadas al capricho, y nada sería estable. Dios no podría ser, por lo tanto, que infinitamente bueno o, al contrario, infinitamente malvado. Ahora, dado que sus obras son testimonios de su sabiduría, de su bondad y de su precisión, es preciso concluir que, no pudiendo ser al mismo tiempo bueno y malvado sin dejar de ser Dios, debe ser infinitamente bueno.
La bondad suprema comporta la suprema justicia; por cuanto si Él actúa injustamente o con parcialidad en una sola circunstancia, en relación con una sola de sus criaturas, no sería supremamente justo, y de consecuencia no sería supremamente bueno.
15.         Dios es infinitamente perfecto. Es imposible concebir a Dios sin el infinito de las perfecciones, sin lo cual no sería Dios, por cuanto se podría siempre concebir un ser que poseyera lo que le faltaría a Él. Para que ningún ser pueda superarlo, es necesario que Él sea infinito en todo.
Los atributos de Dios, siendo infinitos, no pueden ser aumentados ni disminuidos, de otra manera no serían infinitos y Dios no sería perfecto. Si se le quitara la más pequeña partícula de uno solo de sus atributos, no sería más Dios, ya que podría existir un ser más perfecto.
16.         Dios es único. La unicidad de Dios es la consecuencia del infinito absoluto de las perfecciones. Otro Dios podría existir solamente con la condición de ser igualmente infinito en cada cosa; por cuanto si entre los dos hubiese la mínima diferencia, uno sería inferior al otro, y subordinado a su potencia, por lo cual no sería Dios. Si entre los dos hubiese una igualdad absoluta habría, desde la eternidad, un solo pensamiento, una sola voluntad, una sola potencia; y así integrados en su identidad, en realidad los dos serían un solo Dios. Si tuviesen cada uno atributos especiales, y uno haría lo que el otro no hace, entonces ya no habría entre ellos una igualdad perfecta, por cuanto ni el uno ni el otro tendrían la autoridad suprema.
17.         La ignorancia del principio del infinito de las perfecciones de Dios ha generado el politeísmo, que es el culto di todos los pueblos primitivos; ellos han atribuido la divinidad a todas las potencias que parecían superiores a la humanidad; posteriormente, la razón los ha llevado a confundir en una sola estas potencias diversas. Después, a medida que los seres humanos han comprendido la esencia de los atributos divinos, han quitado de sus símbolos las creencias que constituían la negación.
18.         Resumiendo, Dios no puede ser Dios sino con la condición de no ser superado en nada por otro ser; ya que, entonces, el ser que lo superase en una cosa cualquiera, sea aún por muy poco, sería el verdadero Dios; en consecuencia, Él debe ser infinito en cada cosa.
En este modo, constatada la existencia de Dios a través de sus obras, se llega, por medio de la simple deducción lógica, a determinar los atributos que le caracterizan.
19.         Dios, es, por lo tanto, la suprema y soberana inteligencia; es único, eterno, inmutable, inmaterial, omnipotente, supremamente justo y bueno, infinito en todas sus perfecciones; y no puede ser otro.
Esta es la base sobre la cual se apoya el edificio universal; es el faro cuyos rayos se extienden sobre todo el universo, y es el único que puede cuidar al ser humano en la búsqueda de la verdad; siguiéndolo no equivocará jamás la vía, y si tan frecuentemente se deja desviar de su ruta, esto ocurre porque no ha seguido la ruta que le había sido indicada.
Este es, también, el criterio infalible de todas las doctrinas filosóficas y espirituales, el ser humano, para juzgarlas, dispone de una medida rigurosamente exacta, constituida por los atributos de Dios; y se puede afirmar con certeza  que todas las teorías, los dogmas, las fe, los principios, las practicas que son en contradicción con uno solo de estos atributos de manera de debilitarlo o de anularlo, no podrían estar en la realidad.
En la filosofía, en la psicología, en la moral, en la espiritualidad, no puede ser verdad lo que se separa, aunque sea de poco, de las cualidades esenciales de la Divinidad. La espiritualidad perfecta aquella en la cual ni un solo artículo de fe estuviese en contrasto con estas cualidades, en las cuales los fundamentos podrían asumir las pruebas de este control, sin recibir daño.