sábado, 6 de julio de 2019

EL SALARIO JUSTO Y EL HOMBRE NOBLE


EL SALARIO JUSTO Y EL HOMBRE NOBLE

Giuseppe Isgró C.
19-02-2019.


Escudero, -dijo Hidalgo:
El hombre noble es equilibrado y tranquilo, este era, en esencia, el mensaje de Confucio, y de quienes han alcanzado un determinado grado de conciencia.
Por otra parte: Hay personas que saben demasiado, o creen ellas, a las cuales es imposible prestarle servicios, ya que, generalmente no lo precisan, o no desean pagar lo que valen, por la razón que fuere. Este tipo de prospectos es preciso descartarlos como clientes, salvo raras excepciones que no rompen la regla.
Al final, Escudero, -siempre terminan pagando el precio, pero mucho más elevado, pero sin disfrutar de los beneficios que implican el servicio de profesionales cualificados, que si bien son costosos, resultan más económicos por su excelencia y resultados satisfactorios y óptimos, que determinan que se paguen por sí solos.
La propia dignidad precisa, Escudero, que los servicios prestados reciban el salario justo y perfecto.
El hombre noble, siempre retribuye los servicios recibidos en lo que valen, por su sentido de la justicia y la conciencia de la medida de todas las cosas.
Quienes aún deben alcanzar en el estado de conciencia de la nobleza un grado más elevado en las infinitas estaciones de la vida, precisan potenciar el sentido de la medida en todas las cosas, es decir, la justicia. Nobleza y Justicia van juntas una de otra, en cada pensamiento, sentimiento, palabras y actos.


UN CONTRATO CON LA VIDA, ESCUDERO:





UN CONTRATO CON LA VIDA, ESCUDERO:


©GIUSEPPE ISGRÓ C.



Escudero, desde la más temprana edad, es importante realizar un contrato con la vida, dando consentimiento consciente de los que nosotros anhelamos y de lo que, a cambio, estamos dispuestos de dar.
Este es un contrato análogo al que hemos realizado antes de nacer, en la dimensión espiritual. Allí se contempla todo lo que, en el nuevo ciclo de vida deseamos realizar. La experiencia que precisamos adquirir. Las deudas que tenemos pendientes de pagar, para liberarnos. Pagarla por cualquier camino factible, pero pagarlas. No hay libertad si existen deudas, de cualquier tipo, pendiente de pago, ya que somos esclavos de las propias obligaciones. Existen muchas acciones coactivas que obligan al pago de las obligaciones pendientes, y aunque nos resistamos a ello, tarde o tempranos debemos satisfacer los pagos pendientes. No existen escapatorias posibles, sino las de pagar. O pagas, o sigue siendo esclavo de tus obligaciones incumplidas, además del demérito de la morosidad. No existe dignidad sin pago de las obligaciones, salvo muy justificadas excepciones que autorizan una prórroga justificada.
Pagar lo que se debe, es el objetivo prioritario que se debe anteponer en el contrato de vida, para liberarse. Ser, o estar libre de obligaciones de deudas, de deudas, porque existen otro tipo de obligaciones que, también hay que cumplir, no es poca cosa. Es cuando se comienza a gozar de la propia autonomía personal.
Luego, es importante incluir todos los objetivos a corto, mediano y largo plazo que se anhelan obtener en la vida. Escríbalos todos. Luego jerarquízalos en su respectivo orden prioritario. Comienza a realizarlos, uno a la vez, por su orden de prioridad.
Ahora que le has dicho a la vida lo que quieres, y que, por supuesto, la misma vida te ayudará a alcanzarlos de múltiples e impensadas maneras, si persiste tenazmente en tu claro propósito, debes decirle, también, con que estás dispuesto a contribuir, como servicio compensatorio con la vida, con la sociedad y con todas las humanidades del universo, empezando, por supuesto, con esta de la que, ahora, formamos parte.
Escribe todo lo que deseas dar a cambio de lo que quieres en la vida, y que lo que des, sea mayor de lo que anhelas recibir. Esa es la clave de la riqueza integral. Dar más de lo que se recibe; gastar menos de lo que se gana. Invertir la diferencia, principalmente en educación, preparándose para tareas mejores, para objetivos más exigentes. Todo se puede logar si nos preparamos a tiempo, y con antelación. Prepárate para ser líder y seguidor a la vez, ya que formamos parte de una inmensa cadena universal de servicios y somos instrumentos de la voluntad divina en la Gran Obra de expansión universal.
Si les decimos a la vida con lo que deseamos contribuir, ellas nos utilizará donde crea que es más conveniente para cada quien, presentándonos los problemas que nos tocará resolver para adquirir el dominio de nuestras aptitudes, actitudes y potencial del poder creador infinito con el que la vida nos ha dotado. Si deseas servir, serás utilizado como instrumento del orden universal, y recibirás el salario cósmico que te permitirá pagar todos tus compromisos, oportunamente.
Si no deseas servir, no servirás para nada, ya que dejarás de ser tomado en cuenta, excepto por la Divinidad, que siempre te arenga en tu conciencia, con el aguijón y las espuelas divinas, que jamás dejan de lograr su propósito, de que la persona que desea disfrutar del ocio a destiempo, aun respetando su libre albedrío, siempre recibirá el espolón divino que le ayudará a ponerse en camino, cuando deba hacerlo.
Quien no contribuye al bien común, con qué desecho desea participar en la repartición de los beneficios? Sin embargo, Escudero, nosotros no somos jueces de nadie; el único juez es el Ser Universal, y la propia conciencia, en cada ser de los cuatro reinos naturales. Es preciso que respetemos lo que cada quien lleva a cabo, o deja de realizar, ya que eso forma parte de su aprendizaje personal. Centremos la atención en lo que, realmente, sea de nuestra competencia. Si respetamos, Escudero, mereceremos el respeto ajeno, por la autoridad moral inherente.
Dar y recibir, por el servicio, por el trabajo productivo, por el estudio creador que ilumina el Espíritu, dándole la visión clara de las cosas, adquiriendo la conciencia del qué, del cómo, del cuándo, del quién, del cuánto, del dónde y del porqué de todas las cosas esenciales.
El contrato de vida, con la vida, te pondrá al servicio del mejor empresario cósmico: la Divinidad, quien siempre paga el salario cósmico justo y perfecto, pero exige, también, en forma espontánea, el servicio justo y perfecto de acuerdo a las propias fuerzas, visón, conocimientos y experiencias, y voluntad de dar cada días más y mejor contribución al bien común, que es, también, tu propio bien.
Seguiremos conversando al respecto, Escudero. Comienza hoy mismo a elaborar tu contrato con la vida, conscientemente. Adelante.

De Dios, de esperanza



De Dios, de esperanza

Nikos Kazantzakis


“Hemos visto el círculo superior de la espiral de poderes.
Hemos llamado Dios a ese círculo. Le hubiésemos podido dar cualquier otro nombre: Abismo, Misterio, Oscuridad Absoluta, Luz absoluta, Materia, Espíritu, Esperanza Última, Silencio.“


lunes, 1 de julio de 2019

UN NARANJO, DA NARANJAS, ESCUDERO


UN NARANJO, DA NARANJAS, ESCUDERO


©Giuseppe Isgró C.


Un naranjo, da naranjas, Escudero; acaso no lo sabías?
En cualquier lugar del mundo en que lo siembres, o plantes, siempre dará naranjas. Puedes elegir una u otra variedad, o un lugar fértil más adecuado, pero, el fruto que cosecharás, mientras cultive, o cuides la planta, siempre será el resultado de tu elección. Si usas las mismas semillas, a donde vayas, sin importar cuantas veces cambies de lugar, siempre cosecharás naranjas, si siembras semillas de naranjos, y cultivas las plantas después de germinar. Porque, ni no siembras, ni cultivas naranjos, ni eso cosecharás.
Moraleja, Escudero: Lo importante, no es el lugar, cualquier lugar es bueno si ya te encuentras en él, ya que por algo la vida, o tú mismo has elegido estar en él, de alguna manera que, quizás, tú mismo ignores. Lo importante, Escudero, son los frutos que anhelas cosechar, conocimiento que debes poseer, ineludiblemente. Ello te permitirá elegir las semillas adecuadas y centrarte en lo que quieras cosechar, pagando el precio, en tiempo, dedicación y estudio de la mejor manera de obtener los resultados óptimos a que se aspira. Si desconoces lo que quieres, o necesitas, deberás buscar asesoramiento para descifrar lo que precisas, y en cuanto tiempo, y a tiempo. Como decían los chinos: cavando el pozo antes de tener sed. En este caso, sembrando las semillas antes de tener hambre, o ganas de comer el fruto que anhelas o necesitas para una vida saludable y feliz.
Hoy es un buen día para meditar sobre ello y anotar el fruto de tus reflexiones, como objetivos a corto, mediano y largo plazo. Escribe lo que anhelas, y te sorprenderás, al saber lo que quieres, como la misma vida te irá presentando las ocasiones para que, aportando el trabajo pertinente, o el servicio, o la siembra y el cultivo adecuados, obtenga la satisfacción de tus anhelos.
La vida no da nada gratis, y menos lo que tú, Escudero, no tengas claro lo que necesitas, o desea, por cuanto, la misma vida respeta tu libre elección: si no eliges nada, no te dará nada; si eliges naranjas, y siembras naranjos, te dará naranjas. Sea lo que fuera que elijas, siembres o cultive, y pagas el precio en tiempo, dedicación, recursos necesarios, paciencia, entre otros elementos esencias, siempre cosecharás lo que anhelas.
Leonardo Da Vinci concibió el helicoptero, o el avión, dibujando, construyendo diversos modelos, estudiando el vuelo de los pájaros; Emanuel Svedenborg, varios siglos después, tenía en mente la misma idea, y seguía dibujando aviones, o imaginando modelos; a principio del siglo XX los hermanos Wright, Wilbur y Orville, implementaron el mecanismo correcto para realizar el primer vuelo.Quien de los dos hermanos calzaba el perfil de Leonardo y Svedemborg, que después de casi 500 años coronó la realización de una idea imaginada por un genial joven de Florencia? Qué cuántos misterios encierra esto, Escudero? No veo misterio alguno. Solamente observo la tenacidad de un Espíritu, en el espacio y tiempo: Tales, Aristóteles, Empedocles de Agrigento, Apolonio de Tiana, Leonardo Da Vinci, Svedenborg, y uno de los dos hermanos Wright, en apariencia simple mecánico de bicicletas. Cuántas ideas concebidas por cada uno de ellos, en una vida previa, se realizaron muchas vidas posteriores, y cómo la misma idea persistió, con tenacidad, en cada una de esas fértiles mentes hasta que el objetivo se alcanzó, y perfeccionó?
La meta-historia, Escudero, tiene muchos secretos que descifrar, aún.
Causa y efecto; siembra y recogida; acción y reacción. Pensamientos y sentimientos: ley de atracción y repulsión. Palabras y acciones: karma y Vipaka. Temas excelentes para meditar, Escudero.


EL ENCUENTRO EN LA VICTORIA



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UN ENCUENTRO EN LA VICTORIA

Autor: ©Giuseppe Isgró C.

Del libro: La Victoria

Capítulo I

Me encontraba un día, en una fuente de aguas tranquilas, cristalinas, cuando se me acercó un Venerable hombre, vestido a la antigua usanza, con bata blanca, larga, pelo y barba que alguna vez fueron de color pelirrojo y un báculo en la mano derecha.

Concentró sus ojos en los míos; su mirada era profunda, serena y apacible.

Con voz suave y afectiva, me dijo:

-“Hola, hijo, como estás”-.

–Bien, -le contesté-; y, ¿usted?

–Por aquí andamos; -fue su respuesta-, mientras me sonreía.

-¿Dónde estamos?, -le pregunté al Venerable hombre-.

-Este sitio es conocido como La Victoria; -me contestó-. –¿Qué haces por estos lados?

-Salí esta mañana, temprano, con el coche, a dar un paseo; luego, al llegar a esta zona, me paré a contemplar la belleza de los araguaneyes y decidí caminar un poco y la verdad que, absorto en mis reflexiones, caminé por lo menos durante dos horas, hasta llegar aquí. Desconocía este hermoso lugar. Y, usted, -¿vive por aquí cerca? -le pregunté-.

Un poco más arriba, en esa colina boscosa. Hace algunos años, -relata el Venerable hombre- decidí retirarme de la agitada vida ejecutiva en que me desenvolvía profesionalmente, como abogado, en la ciudad de Quebec, Canadá, aunque he viajado por diversos países asesorando a incontables líderes. Construí la casa, en esta zona tropical, con la idea de pasar aquí los meses de invierno. Me dedico al estudio de la vida, a la meditación y a cultivar mi jardín y de vez en cuando, a escribir mis reflexiones, las cuales, algún día, habrán de ser publicadas para esparcir un poco la luz que he podido vislumbrar en mis estudios metafísicos-espirituales.

-¿Quieres tomar un café? –Me preguntó el Venerable hombre-. Lo he traído de Caripe El Guácharo; es de los más exquisitos que he probado.

-Sí, con gusto se lo acepto; -le contesté-.

Nos fuimos caminando por un sendero rodeado de árboles cargados de mangos, aguacates, naranjas y una hilera de cayenas de diversos colores. A lo lejos, el ruido de la brisa se oía apaciblemente. Todo era quietud, armonía y paz. Pero, sobre todo, lo que más me impresionaba era la apacibilidad y el sosiego del Venerable hombre de La Victoria. Emanaba de él un flujo de fuerza que, en su presencia, me sentía con un poder y una seguridad nunca antes experimentados. Fuerzas bienhechoras se iban apoderando de mí y aquella paz y relax que buscaba en la mañana, al salir a dar un paseo, sin percatarme de ello, las estaba experimentando ya.

Después de unos quince minutos de caminar, llegamos a la casa del Venerable hombre. Su aspecto exterior humilde estaba lejos de dejar entrever lo que segundos después habría de asombrarme con lo que encontré en el interior.

Al entrar, en la casa, una joven de unos veinte años saludó al Venerable hombre.

-¡Hola, abuelo!, ¿cómo estás?

–Bien, hija, -contestó el Venerable hombre-. -Prepara un poco de café, Lucía, mientras conversamos un poco, adentro.

-Por cierto, te presento a Santiago, quien ha llegado paseando hasta La Victoria.

Después de la presentación, entramos en la biblioteca del Venerable hombre. Un salón grande, lleno de estantes de libros por todas partes, lo cual hacía inimaginable dicho cuadro desde el exterior. Algunos cuadros al óleo de morichales y de personajes históricos, presentaban un ambiente acogedor. En un rincón se encontraban diversos retratos de Tagore, Gandhi, Cicerón, Séneca, Ibn Arabi y un dibujo de Don Quijote y Sancho Panza. En un pequeño cuadro, podía leerse: -“Lo que Alá quiera. Nada se le asemeja”-.

-Le felicito por este inmenso tesoro que usted tiene aquí, -le dije al Venerable hombre-. -¿Cuáles son los temas de su interés?

A lo cual, me contestó: -Como usted puede ver, Santiago, -y me invitó a recorrer los estantes- aquí hay libros de variados temas: clásicos de todos los países y épocas, desde los Vedas, los Upanishads, el Mahabaratha, los libros de Confucio, El Tao te King, de Lao Tse, el Poema de Gilgamesh, el Código de Amurabí, autores griegos, como Homero y Hesiodo. Se encuentran las obras completas de Euclides, Platón, Aristóteles, Teofrasto, Demetrio de Falereo, de los Presocráticos, Epicteto, Plutarco, etcétera; de los latinos, autores como Séneca, Cicerón, -que son mis preferidos-, Julio César, Tito Livio, Dionisio de Halicarnaso, Marco Aurelio, así como libros de Psicología, Gerencia, Sufismo, Yoga, ensayos, filosofía, parapsicología, hermetismo, El Quijote, libros de economía, filosofía, etcétera, en fin, un poco de todo lo que es preciso conocer para poder entender el significado de la vida: de dónde venimos, por qué estamos aquí y hacía dónde vamos, sin lo cual, la vida no tendría sentido, sobre todo por el gran afán a que está sometido el ser humano en la agitada vida moderna.

Nos sentamos en sendas butacas y nos entretuvimos conversando de temas diversos. Al poco rato, entró Lucía con dos tazas de oloroso café y unos biscochos, que degustamos con agrado en una amena e interesante conversación. Al fondo, podía oírse una suave música de Beethoven.

Pasamos cerca de una hora conversando de sobre la Atlántida, Egipto, los griegos, de Homero, de los sufíes, del budismo zen, los poderes del espíritu, meditación, etcétera, después de lo cual, le hice una pregunta directa.

-Seguramente, usted ha desarrollado alguna técnica de meditación y algún método de resolución de situaciones, en la vida, que me quisiera explicar, ya que, según observo, para tener usted una serenidad tan acentuada y una fortaleza física a la edad que imagino que usted debe tener, -cerca de noventa años- es porque ha encontrado en su larga experiencia algún secreto que quizás quisiera compartir conmigo.

Santiago, -me dijo el Venerable hombre, si vuelves a visitarme otro día, quizá te cuente algo que te pueda servir. Empero, antes de que te vayas, te haré entrega de unos apuntes que hace ya muchos años, en una época en que yo andaba a la búsqueda de sosiego y tratando de encontrarle sentido a la vida, un Venerable hombre que, en una edad similar a la mía, a su vez me entregara y cuya práctica asidua me permitió domar la mente, encarrilar mi vida y poner bajo control los hilos del destino. Son veintidós manuscritos, y una meditación diaria, –continuó diciendo el Venerable hombre, que si bien son ya un poco antiguos, podrás copiarlos de nuevo y si pones en práctica las técnicas que contienen, darás a tu vida un esplendor que habrá de sorprenderte agradablemente.

-Una vez que los hayas probado con total y absoluta satisfacción de tu parte, -me dijo, ponlos en limpio, en forma de libro y publícalo para que su mensaje llegue a mayor número de personas. Hacía tiempo que esperaba a alguien a quien confiarle este legado y creo que hoy, al llegar aquí, en la forma en que lo has hecho, tus pasos han sido dirigidos por Aquel que todo lo sabe y puede, por la Ley Cósmica, y en cuyos planes universales, todos somos sus instrumentos.

Me despedí del Venerable hombre y de su adorable nieta, sintiendo dentro de mí fuerzas desconocidas hasta entonces que preanunciaban grandes cambios en mi vida.

En los días siguientes, aparté una hora diaria, antes de dormirme, y leí y releí, todos los manuscritos, de la siguiente manera: En primer lugar copié la Meditación diaria en un cuaderno, el cual leí durante veintidós noches y mañanas seguidas, tal como lo indicaban las instrucciones de la misma.

Una nota al pie de página mencionaba que si yo la transcribía en un cuaderno, el hecho de hacerlo, grabaría en mi ordenador mental las instrucciones y me sería más fácil desarrollar, en mi personalidad, las cualidades y condiciones que formaban parte de los objetivos implícitos en la misma.

De los veintidós manuscritos, cada lunes, a las once en punto de la noche, copiaba uno en el cuaderno, y durante el resto de la semana, a la misma hora, lo leía y meditaba, siguiendo las fáciles y efectivas técnicas e indicaciones al inicio del mismo.

Cuatro semanas después de leer durante veintidós días seguidos, en la noche y en la mañana, la meditación diaria, comenzaron a manifestarse en mi vida una serie de cambios positivos que me dejaban asombrado a mi mismo, pero, también, los miembros de mi familia y a mis amistades; sobre todo mi semblante comenzó a ser más apacible; volví a sonreír desde el interior; mi estado anímico era de contento; me sentía más seguro de mi mismo; comencé a confiar más en la gente, en la vida y a vislumbrar el sentido de mi misión en la vida –percibía cosas que antes me pasaban desapercibidas, a pesar de haber estado siempre allí. Sentía fluir en mí una nueva corriente vivificadora de prosperidad, de felicidad, de alegría de vivir. Mi entusiasmo y amor por la vida y por mi familia, por mi trabajo y por las personas, crecía día a día. En aproximadamente dos meses había logrado muchas de las cosas en las cuales había soñado desde hacía años. Había dado un paso sorprendente en el camino de la autorrealización.

Efectivamente, pude comprobar que me fue relativamente muy fácil desarrollar las aptitudes y actitudes a nivel físico, mental, emocional, espiritual y en diversos aspectos de mi vida, como el financiero, que comenzó a mejorar casi inmediatamente, así como, surgieron nuevas oportunidades que comencé a aprovechar, casi sin esfuerzo de mi parte.

Transcurría el año de 1967 y mi vida había encontrado un sendero que habría de conducirme a cooperar en forma más efectiva en el plan divino que el Supremo Hacedor, en algún momento, había diseñado para mí.

Tres meses después volví a aquel lugar donde había encontrado al Venerable hombre de La Victoria y allí estaba la fuente que él dijo llamarse La Victoria; empero, cuando traté de encontrar el camino para llegar a la casa donde amablemente me ofreció un delicioso café, preparado por su nieta Lucía, no logré encontrarlo, pese a haber recorrido durante un par de horas por los alrededores. Pregunté a varias personas para ver si podían indicarme como llegar a la casa del Venerable hombre y cual fue mi sorpresa, nadie lo conocía.

Empero, después de tanto buscar, volví a encontrar la casa donde vivía el Venerable hombre de La Victoria, pero se encontraba abandonada. Su aspecto indicaba que debía encontrarse en ese estado un lapso mayor del que mediaba con el encuentro de aquel ser extraordinario. Es sorprendente como los inmuebles solos acusan el paso del tiempo en mayor grado que los que son habitados. Si no fuera por los manuscritos pensaría que el encuentro no fue más que un simple sueño. -¿O se trata, acaso de un sueño combinado con un fenómeno de aporte? Personalmente, no lo creo. El encuentro fue muy vívido y real. El aromático café servido por Lucía estaba exquisito. Durante varios años volví al lugar varias veces, la casa seguía sola. La última vez que volví, no la pude ubicar y sin tener tiempo suficiente para seguir buscándola, me fui. Ahora, vivo muy lejos de aquella zona, en otro continente; han transcurrido muchos años y después de tanto tiempo es poco probable que vuelva allí; pero, los manuscritos y la meditación diaria obran en mi poder, me han transformado y han enriquecido mi vida.

Durante más de treinta y cinco años he puesto en práctica las diversas variantes de los ejercicios, afirmaciones y meditaciones que contienen los manuscritos y la meditación diaria y cada vez que los pongo en práctica, experimentos los mismos beneficios. Ahora, ellos se encuentran en el libro que usted tiene en sus manos; espero que les sean tan útiles como los han sido para mí.

Su contenido es eminentemente práctico; no hay teorías superfluas. Si lleva a cabo los ejercicios que contienen, es probable que, gradualmente, se vaya efectuando la transmutación alquímica de su ser sintonizándose con los elevados resultados existenciales, los cuales, por añadidura, al ser creados a nivel mental, se van manifestando en su propia vida, oportunamente.

Sobre todo, con estos ejercicios, me percaté, cuando el Venerable hombre me entregó los manuscritos, de que se dispone de un método para domar la mente y ejercer un pleno dominio sobre la vida en general y, por ende, sobre el destino y controlar, cuando eventualmente se presenten, todas las situaciones, manteniendo un perfecto equilibrio físico, mental, emocional, espiritual y financiero.

El Venerable hombre de La Victoria me comentaba que todo se puede lograr en la vida si se siembra la respectiva semilla por medio de correctas decisiones acordes con la propia y elevada auto-estima y dignidad personal, desarrollando el convencimiento de que sí se puede hacer, por medio de las afirmaciones, las visualizaciones y meditaciones, la experimentación de un estado emocional acorde al momento de ser logrados los respectivos resultados y la practica del desapego, es decir, dejar encargada a la mente psiconsciente del logro, y además, se espera el tiempo necesario haciendo, mientras tanto, todo lo que se requiere, según el caso o los objetivos por alcanzar.

Estas técnicas funcionan, me decía una y otra vez el Venerable hombre de La Victoria; luego, agregaba: -las he probado por más de cincuenta años y quien, a su vez me las entregó, habría hecho otro tanto, aseverando que eran efectivas, si yo seguía fielmente las instrucciones y las ponía en práctica con expectativas positivas.

Desde que en 1967, el Venerable hombre me hiciera entrega de los manuscritos, han transcurrido un poco más de de treinta y cinco años, durante los cuales yo también he puesto en práctica las diversas variantes de los ejercicios, afirmaciones y meditaciones que contienen, y cada vez que me ejercito con ellos, experimento los mismos beneficios. Ahora, ellos se encuentran en el libro que usted tiene en sus manos; espero que les sean tan útiles como los han sido para todos los que hemos aplicado las enseñanzas del Venerable hombre de La Victoria.

Él me repetía constantemente: -“¡Tú puedes si crees que puedes hacerlo! ¡Hazlo y tendrás el poder!

Recuerdo que ese día el Venerable hombre me dijo: -ejercer el poder con que la naturaleza de las cosas ha dotado a cada ser, cultivando los dones inherentes y aprendiendo todo lo que se pueda de sí y del vasto universo del que se forma parte, es una manera efectiva de ser cada día más feliz. Luego, cuando me despedí de él, expresó: -“¡Que cada día brille más y mejor tu luz interior!”.- Adelante.

Capítulo 2

Meditación diaria

Es lunes en la noche, son las once en punto.

Me dispongo a copiar textualmente, en el cuaderno que he dispuesto para ello, el manuscrito identificado con el título:

Meditación diaria

Dice así:

Afirme, en la mañana y en la noche, antes de dormir, durante veintidós días; luego, cada vez que lo desee, esta poderosa fórmula de programación mental positiva y descubra cómo, con facilidad, van ocurriendo cosas maravillosas en su vida:

MEDITACIÓN DIARIA

Afirma, en la mañana y en la noche, antes de dormir, durante veintidós días; luego, cada vez que lo desees, esta poderosa fórmula de programación mental positiva y descubre cómo, con facilidad, van ocurriendo cosas maravillosas en tu vida. Al encender la luz en la mente se ilumina la propia existencia y todo en derredor vibra al unísono y con el mismo sentimiento de felicidad y bienestar, interrelacionándose por la ley de afinidad.

1. -Entro en el nivel de mi mente psiconsciente, en el centro de control de mi piloto mental automático, donde todo va bien, siempre, contando de tres a uno: Tres, dos, uno.

Ø Ahora, estoy ya en el nivel de mi mente psiconsciente, en el centro de control de mi piloto mental automático, donde todo va bien, siempre.

Ø Voy a permanecer en el nivel de mi mente psiconsciente, en el centro de control de mi piloto mental automático, donde todo va bien, siempre, durante quince minutos y voy a programar los siguientes efectos positivos, los cuales perduran, cada vez mejor, hasta que vuelva a realizar este acceso y programación mental:

Ø Todo va bien, siempre, en todos los aspectos de mi vida, cada día mejor. (Tres veces). –Imagínalo-.

Ø Todo va bien en mi trabajo; cada día logro mejores niveles de efectividad, prosperidad, riqueza, abundancia y bienestar. (Imagínalo).

2. Formo una unidad cósmica perfecta con el Creador Universal, -ELOÍ. (Diez veces, con los ojos cerrados). Hoy se expresa en mí la Perfección universal de la Vida, del amor, de la luz, de la sabiduría, del perdón, de la percepción de la verdad, de la aceptación de la realidad, de la justicia, de la igualdad, de la compensación, de la fortaleza, de la templanza, de la belleza, del equilibrio, de la armonía, de la salud, de la prosperidad, de la riqueza, de la abundancia, del servicio y de la provisión en todos los aspectos de mi vida.

3. -Cada día, en todas formas y condiciones, mi cuerpo y mi mente funcionan mejor y mejor. La consciencia de mi conexión permanente e indisoluble con el Creador Universal, -ELOÍ-, restablece y mantiene en mí, diariamente, durante las veinticuatro horas del día, un perfecto estado de salud a nivel físico, mental, emocional y espiritual. Gracias, Creador Universal, por darme un cuerpo perfecto, saludable, lleno de energía. Aquí y ahora, me siento en perfecto equilibrio de salud, a nivel físico, mental, emocional y espiritual.

4. Afronto y resuelvo bien toda situación que me compete, siempre.

5. Todo tiene solución, en todas las situaciones de mi vida.

6. El Creador Universal, -ELOÍ-, es en mí, cada día mejor, en todos los aspectos de mi vida, fuente de amor, luz, sabiduría, éxito, riqueza, prosperidad, abundancia y armonía.

7. Permito que las leyes universales de la Vida, del amor, de la luz, de la sabiduría, del perdón, de la percepción de la verdad, de la aceptación de la realidad, de la justicia, de la igualdad, de la compensación, de la fortaleza, de la templanza, de la belleza, del equilibrio, de la armonía, de la salud, de la prosperidad, de la riqueza, de la abundancia, del servicio y de la provisión actúen bien en el plan de mi vida.

8. Tengo prosperidad y poder. Cada día enriquezco mejor mi vida a través del servicio efectivo, del amor y de la práctica de todas las virtudes.

9. Mi dignidad personal me lleva a realizar las cosas que me competen con la máxima perfección posible.

10. Cada día, en todas formas y condiciones, en todos los aspectos de mi vida, estoy mejor y mejor a nivel físico, mental, emocional, espiritual y financiero.

11. Actúo con templanza, serenidad, autodominio y perfecto equilibrio en todo. Conservo plena autonomía y control sobre todas mis facultades físicas, mentales, emocionales, intelectuales y espirituales. Hecho está. (Visualizar un escudo protector de luz que te envuelve y protege; -una pirámide-).

12. Tengo fortaleza, valor, confianza y fe suficiente para triunfar y alcanzar todas mis metas, de acuerdo con la voluntad del Creador Universal, -ELOÍ-, y en armonía con sus planes cósmicos. Soy inmune e invulnerable a las influencias y sugestiones del medio ambiente y de cualquier persona a nivel físico, mental, emocional y espiritual, en las dimensiones objetivas y subjetivas y en cualesquiera otras en que sea requerido.

13. El orden universal de la Vida, del amor, de la luz, de la sabiduría, del perdón, de la percepción de la verdad, de la aceptación de la realidad, de la justicia, de la igualdad, de la compensación, de la fortaleza, de la templanza, de la belleza, del equilibrio, de la armonía, de la salud, de la prosperidad, de la riqueza, de la abundancia, del servicio y de la provisión se establece en mi vida, en todos mis asuntos y en las personas interrelacionadas, aquí y ahora. Hecho está.

14. Asumo la responsabilidad de mis actos y cumplo bien todos mis compromisos, siempre oportunamente, de acuerdo con el orden cósmico.

15. El Creador Universal, -ELOÍ-, nos da abundancia y armonía en el eterno presente. Vivo en abundancia y en armonía perfectas, aquí, ahora y siempre.

16. El Creador Universal, -ELOÍ-, se está ocupando de todo, en todos los aspectos de mi vida, y se expresa en mí conciencia intuitiva por medio de los sentimientos en correspondencia con los valores universales.

17. Gracias, Creador Universal, -ELOÍ-, por esta vida maravillosa. Que Tu Inteligencia Infinita, Amor, Sabiduría, Justicia, Luz, y Poder Creador guíen, adecuadamente, todas mis decisiones y acciones, ahora y siempre. Gracias, Eloí, por este día maravilloso.

18. El Creador Universal, -ELOÍ-, nos proteja, aquí y en cualquier lugar, ahora y siempre. (Tres veces).

19. Siempre espero lo mejor, de acuerdo con la voluntad del Creador Universal, -ELOÍ-, y la Ley Cósmica, en armonía con todos.

20. Gracias, Creador Universal; todo va bien en todos los aspectos de mi vida, a nivel físico, mental, emocional y espiritual. Gracias, Eloí, todo va bien en mis practicas espirituales y en mi relación Contigo; Tú y yo formamos una unidad perfecta, armónica, aquí y ahora, en el eterno presente. Yo soy Tú, Tú eres yo. Te amo.

21. Voy a realizar –obtener o resolver- (mencionar), antes del: (fecha), de acuerdo al orden divino y en armonía con todos. (Si se trata de varios objetivos, anótelos y haga la afirmación y visualización con cada uno de ellos. Imagínelo concluido satisfactoriamente sin imponer canal alguno de manifestación.)

22. Tengo serenidad y calma imperturbable. Soy impasible frente a todo y a todos. No tengo temor a nada, a nadie ni de nadie en ningún nivel físico, mental, emocional, espiritual y financiero. Dentro de mí vibra la seguridad total. Tengo completa confianza en la vida y en mi propia capacidad de resolver situaciones y alcanzar los resultados satisfactorios que preciso, en cada caso, siempre.

A continuación anoté la fecha: Lunes 12 de agosto de 1967. Luego, tal como me lo indicó el Venerable hombre, anoté la fecha que correspondía veintidós días después: 03 de septiembre de 1967.

Acto seguido, me senté cómodamente, tomé tres respiraciones profundas y realicé la meditación.

Luego, cada noche, durante veintidós días, a las once en punto, me iba a mi cuarto, daba indicaciones de no ser interrumpido durante veinte minutos y realizaba la meditación del día, la cual, siempre complementaba con la lectura breve de uno de los libros de cabecera que siempre suelo tener en mi mesa de noche.

Iba notando, día a día como emergía de mi interior una nueva y desconocida fortaleza, seguridad, estado de ánimo contento, actitud más decidida, optimismo frente a la vida y a las situaciones; comencé a llevarme mejor en las relaciones con las demás personas, a ser más comedido en todo y sobre todo comenzaba a tener conciencia de cosas que antes me solían pasar desapercibidas.

Cabe destacar que, en el punto número veintiuno de la meditación, había anotado siete objetivos que desde hacía tiempo quería realizar y para mi sorpresa, treinta días después de haber terminado de efectuar la meditación del manuscrito número veintidós comencé a observar como, en forma aparentemente casual se iban manifestando la resultados de cada uno de ellos hasta que, algunos meses después, antes de la fechas previstas, los había realizado todos, menos dos, por lo cual, me senté y volví a anotar, en una hoja de mi cuaderno, otros diez objetivos, encabezados por los dos pendientes de la lista anterior, les puse la fecha tope a cada uno, antes de la cual debían ser logrados, para seguir visualizando, su logro, periódicamente.

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sábado, 6 de julio de 2019

EL SALARIO JUSTO Y EL HOMBRE NOBLE


EL SALARIO JUSTO Y EL HOMBRE NOBLE

Giuseppe Isgró C.
19-02-2019.


Escudero, -dijo Hidalgo:
El hombre noble es equilibrado y tranquilo, este era, en esencia, el mensaje de Confucio, y de quienes han alcanzado un determinado grado de conciencia.
Por otra parte: Hay personas que saben demasiado, o creen ellas, a las cuales es imposible prestarle servicios, ya que, generalmente no lo precisan, o no desean pagar lo que valen, por la razón que fuere. Este tipo de prospectos es preciso descartarlos como clientes, salvo raras excepciones que no rompen la regla.
Al final, Escudero, -siempre terminan pagando el precio, pero mucho más elevado, pero sin disfrutar de los beneficios que implican el servicio de profesionales cualificados, que si bien son costosos, resultan más económicos por su excelencia y resultados satisfactorios y óptimos, que determinan que se paguen por sí solos.
La propia dignidad precisa, Escudero, que los servicios prestados reciban el salario justo y perfecto.
El hombre noble, siempre retribuye los servicios recibidos en lo que valen, por su sentido de la justicia y la conciencia de la medida de todas las cosas.
Quienes aún deben alcanzar en el estado de conciencia de la nobleza un grado más elevado en las infinitas estaciones de la vida, precisan potenciar el sentido de la medida en todas las cosas, es decir, la justicia. Nobleza y Justicia van juntas una de otra, en cada pensamiento, sentimiento, palabras y actos.


UN CONTRATO CON LA VIDA, ESCUDERO:





UN CONTRATO CON LA VIDA, ESCUDERO:


©GIUSEPPE ISGRÓ C.



Escudero, desde la más temprana edad, es importante realizar un contrato con la vida, dando consentimiento consciente de los que nosotros anhelamos y de lo que, a cambio, estamos dispuestos de dar.
Este es un contrato análogo al que hemos realizado antes de nacer, en la dimensión espiritual. Allí se contempla todo lo que, en el nuevo ciclo de vida deseamos realizar. La experiencia que precisamos adquirir. Las deudas que tenemos pendientes de pagar, para liberarnos. Pagarla por cualquier camino factible, pero pagarlas. No hay libertad si existen deudas, de cualquier tipo, pendiente de pago, ya que somos esclavos de las propias obligaciones. Existen muchas acciones coactivas que obligan al pago de las obligaciones pendientes, y aunque nos resistamos a ello, tarde o tempranos debemos satisfacer los pagos pendientes. No existen escapatorias posibles, sino las de pagar. O pagas, o sigue siendo esclavo de tus obligaciones incumplidas, además del demérito de la morosidad. No existe dignidad sin pago de las obligaciones, salvo muy justificadas excepciones que autorizan una prórroga justificada.
Pagar lo que se debe, es el objetivo prioritario que se debe anteponer en el contrato de vida, para liberarse. Ser, o estar libre de obligaciones de deudas, de deudas, porque existen otro tipo de obligaciones que, también hay que cumplir, no es poca cosa. Es cuando se comienza a gozar de la propia autonomía personal.
Luego, es importante incluir todos los objetivos a corto, mediano y largo plazo que se anhelan obtener en la vida. Escríbalos todos. Luego jerarquízalos en su respectivo orden prioritario. Comienza a realizarlos, uno a la vez, por su orden de prioridad.
Ahora que le has dicho a la vida lo que quieres, y que, por supuesto, la misma vida te ayudará a alcanzarlos de múltiples e impensadas maneras, si persiste tenazmente en tu claro propósito, debes decirle, también, con que estás dispuesto a contribuir, como servicio compensatorio con la vida, con la sociedad y con todas las humanidades del universo, empezando, por supuesto, con esta de la que, ahora, formamos parte.
Escribe todo lo que deseas dar a cambio de lo que quieres en la vida, y que lo que des, sea mayor de lo que anhelas recibir. Esa es la clave de la riqueza integral. Dar más de lo que se recibe; gastar menos de lo que se gana. Invertir la diferencia, principalmente en educación, preparándose para tareas mejores, para objetivos más exigentes. Todo se puede logar si nos preparamos a tiempo, y con antelación. Prepárate para ser líder y seguidor a la vez, ya que formamos parte de una inmensa cadena universal de servicios y somos instrumentos de la voluntad divina en la Gran Obra de expansión universal.
Si les decimos a la vida con lo que deseamos contribuir, ellas nos utilizará donde crea que es más conveniente para cada quien, presentándonos los problemas que nos tocará resolver para adquirir el dominio de nuestras aptitudes, actitudes y potencial del poder creador infinito con el que la vida nos ha dotado. Si deseas servir, serás utilizado como instrumento del orden universal, y recibirás el salario cósmico que te permitirá pagar todos tus compromisos, oportunamente.
Si no deseas servir, no servirás para nada, ya que dejarás de ser tomado en cuenta, excepto por la Divinidad, que siempre te arenga en tu conciencia, con el aguijón y las espuelas divinas, que jamás dejan de lograr su propósito, de que la persona que desea disfrutar del ocio a destiempo, aun respetando su libre albedrío, siempre recibirá el espolón divino que le ayudará a ponerse en camino, cuando deba hacerlo.
Quien no contribuye al bien común, con qué desecho desea participar en la repartición de los beneficios? Sin embargo, Escudero, nosotros no somos jueces de nadie; el único juez es el Ser Universal, y la propia conciencia, en cada ser de los cuatro reinos naturales. Es preciso que respetemos lo que cada quien lleva a cabo, o deja de realizar, ya que eso forma parte de su aprendizaje personal. Centremos la atención en lo que, realmente, sea de nuestra competencia. Si respetamos, Escudero, mereceremos el respeto ajeno, por la autoridad moral inherente.
Dar y recibir, por el servicio, por el trabajo productivo, por el estudio creador que ilumina el Espíritu, dándole la visión clara de las cosas, adquiriendo la conciencia del qué, del cómo, del cuándo, del quién, del cuánto, del dónde y del porqué de todas las cosas esenciales.
El contrato de vida, con la vida, te pondrá al servicio del mejor empresario cósmico: la Divinidad, quien siempre paga el salario cósmico justo y perfecto, pero exige, también, en forma espontánea, el servicio justo y perfecto de acuerdo a las propias fuerzas, visón, conocimientos y experiencias, y voluntad de dar cada días más y mejor contribución al bien común, que es, también, tu propio bien.
Seguiremos conversando al respecto, Escudero. Comienza hoy mismo a elaborar tu contrato con la vida, conscientemente. Adelante.

De Dios, de esperanza



De Dios, de esperanza

Nikos Kazantzakis


“Hemos visto el círculo superior de la espiral de poderes.
Hemos llamado Dios a ese círculo. Le hubiésemos podido dar cualquier otro nombre: Abismo, Misterio, Oscuridad Absoluta, Luz absoluta, Materia, Espíritu, Esperanza Última, Silencio.“


lunes, 1 de julio de 2019

UN NARANJO, DA NARANJAS, ESCUDERO


UN NARANJO, DA NARANJAS, ESCUDERO


©Giuseppe Isgró C.


Un naranjo, da naranjas, Escudero; acaso no lo sabías?
En cualquier lugar del mundo en que lo siembres, o plantes, siempre dará naranjas. Puedes elegir una u otra variedad, o un lugar fértil más adecuado, pero, el fruto que cosecharás, mientras cultive, o cuides la planta, siempre será el resultado de tu elección. Si usas las mismas semillas, a donde vayas, sin importar cuantas veces cambies de lugar, siempre cosecharás naranjas, si siembras semillas de naranjos, y cultivas las plantas después de germinar. Porque, ni no siembras, ni cultivas naranjos, ni eso cosecharás.
Moraleja, Escudero: Lo importante, no es el lugar, cualquier lugar es bueno si ya te encuentras en él, ya que por algo la vida, o tú mismo has elegido estar en él, de alguna manera que, quizás, tú mismo ignores. Lo importante, Escudero, son los frutos que anhelas cosechar, conocimiento que debes poseer, ineludiblemente. Ello te permitirá elegir las semillas adecuadas y centrarte en lo que quieras cosechar, pagando el precio, en tiempo, dedicación y estudio de la mejor manera de obtener los resultados óptimos a que se aspira. Si desconoces lo que quieres, o necesitas, deberás buscar asesoramiento para descifrar lo que precisas, y en cuanto tiempo, y a tiempo. Como decían los chinos: cavando el pozo antes de tener sed. En este caso, sembrando las semillas antes de tener hambre, o ganas de comer el fruto que anhelas o necesitas para una vida saludable y feliz.
Hoy es un buen día para meditar sobre ello y anotar el fruto de tus reflexiones, como objetivos a corto, mediano y largo plazo. Escribe lo que anhelas, y te sorprenderás, al saber lo que quieres, como la misma vida te irá presentando las ocasiones para que, aportando el trabajo pertinente, o el servicio, o la siembra y el cultivo adecuados, obtenga la satisfacción de tus anhelos.
La vida no da nada gratis, y menos lo que tú, Escudero, no tengas claro lo que necesitas, o desea, por cuanto, la misma vida respeta tu libre elección: si no eliges nada, no te dará nada; si eliges naranjas, y siembras naranjos, te dará naranjas. Sea lo que fuera que elijas, siembres o cultive, y pagas el precio en tiempo, dedicación, recursos necesarios, paciencia, entre otros elementos esencias, siempre cosecharás lo que anhelas.
Leonardo Da Vinci concibió el helicoptero, o el avión, dibujando, construyendo diversos modelos, estudiando el vuelo de los pájaros; Emanuel Svedenborg, varios siglos después, tenía en mente la misma idea, y seguía dibujando aviones, o imaginando modelos; a principio del siglo XX los hermanos Wright, Wilbur y Orville, implementaron el mecanismo correcto para realizar el primer vuelo.Quien de los dos hermanos calzaba el perfil de Leonardo y Svedemborg, que después de casi 500 años coronó la realización de una idea imaginada por un genial joven de Florencia? Qué cuántos misterios encierra esto, Escudero? No veo misterio alguno. Solamente observo la tenacidad de un Espíritu, en el espacio y tiempo: Tales, Aristóteles, Empedocles de Agrigento, Apolonio de Tiana, Leonardo Da Vinci, Svedenborg, y uno de los dos hermanos Wright, en apariencia simple mecánico de bicicletas. Cuántas ideas concebidas por cada uno de ellos, en una vida previa, se realizaron muchas vidas posteriores, y cómo la misma idea persistió, con tenacidad, en cada una de esas fértiles mentes hasta que el objetivo se alcanzó, y perfeccionó?
La meta-historia, Escudero, tiene muchos secretos que descifrar, aún.
Causa y efecto; siembra y recogida; acción y reacción. Pensamientos y sentimientos: ley de atracción y repulsión. Palabras y acciones: karma y Vipaka. Temas excelentes para meditar, Escudero.