sábado, 23 de junio de 2012

EL LIBRO DE LAS FACULTADES ESPIRITUALES VIII



EL LIBRO DE LAS FACULTADES VIII
Autor: ALLAN KARDEC
Versión castellana: Giuseppe Isgró C.

Capítulo VIII

TEORÍA
DE LAS MANIFESTACIONES FÍSICAS

Movimientos y elevaciones; Golpes; Aumento y disminución del peso de los cuerpos.

1. Habiendo sido demostrada la existencia de los Espíritus por el razonamiento y por los hechos, así como la posibilidad de su actuación sobre la materia, se trata ahora de conocer como se desenvuelve su acción y como logran ellos mover las mesas y los demás cuerpos inertes.
Un pensamiento se presenta naturalmente a la mente, y es el mismo que también nosotros hemos tenido; pero este pensamiento habiendo sido combatido por los Espíritus que nos han dado una explicación completamente diferente de aquella que nosotros nos esperábamos, se puede considerar este hecho como prueba cierta de que su teoría era diversa de nuestra opinión. Ahora, este primer pensamiento cada quien pudo haberlo tenido como nosotros; en cuanto a la teoría de los Espíritus, no creemos que ella haya sido percibida por mente alguna. Se reconocerá sin esfuerzo cuanto ella es superior a la nuestra, aunque menos simple, por cuanto nos da la solución de una cantidad de otros hechos que no encontraban una explicación satisfactoria.
2. Desde el momento que se conoce la naturaleza de los Espíritus, su forma humana, las propiedades semi-materiales del peri-espíritu, o alma, la acción mecánica que él puede tener sobre la materia (por cuanto en los hechos de apariciones se han visto algunas manos fluídicas y también tangibles, adueñarse de objetos y transportarlos, era cosa natural creer que el Espíritu se sirviese simplemente de sus manos para hacer girar la mesa, y que la elevase en el espacio por la fuerza de los brazos. Pero entonces, qué necesidad habría de tener un sensitivo? El Espíritu no puede actuar por sí solo? En efectos, el sensitivo apoya, con frecuencia, las manos en sentido contrario al movimiento, o también no las apoya para nada, y por lo tanto no puede evidentemente secundar al Espíritu con una acción muscular cualquiera. Nosotros dejaremos, antes de todo, hablar a los Espíritus que hemos, a este fin, interrogado.
3. Las siguientes respuestas nos fueron dadas por el Espíritu de Luís; ellas fueron, después, conformadas por muchas otras.
       I. El fluido universal es una emanación de la Divinidad?
-“No”-
     II. Es una creación de la Divinidad?
–“Todo es creado, excepto Dios”-.
  III. El fluido universal es, al mismo tiempo, el elemento universal?
-“Sí, él es el principio elemental de cada cosa”-.
    IV. Tiene relación con el fluido eléctrico, del cual conocemos los efectos?
-“Es su elemento”-.
       V. Cuál es el estado en el que el fluido universal se nos presenta en su más grande simplicidad?
-“Para encontrarlo en su absoluta simplicidad, convendría remontar hasta a los Espíritus puros; en vuestro mundo él está más o menos modificado para formar la materia compacta que os rodea; todavía vosotros podéis decir, que el estado el cual mayormente se aproxima a esta simplicidad es el del fluido que vosotros llamáis fluido magnético animal”.
    VI.Ha sido dicho que el fluido universal es la fuente de la vida; es quizá, también, la fuente de la inteligencia?
-“No; este fluido anima únicamente la materia”-.
 VII. Por  cuanto es este el fluido que compone el periespíritu, o alma, no parece que él se encuentre en un especie de condensación que lo aproxima hasta a un cierto punto a la materia propiamente dicha?
-“Hasta a un cierto punto es como vosotros decís, por cuanto él no tiene todas las propiedades; él está más o menos condensado según los mundos”-.
VIII. Cómo puede un Espíritu realizar el movimiento de un cuerpo sólido?
-“Él combina una parte del fluido universal con el fluido que emana del sensitivo apropiado a este efecto”-.
    IX.–“Los Espíritus elevan la mesa con la ayuda de sus propios miembros de alguna manera materializados?
-“En esta respuesta no encontraréis, todavía, lo que vosotros deseáis. Por cuanto una mesa se mueve debajo de vuestras manos, el Espíritu evocado va a obtener del fluido universal cuanto precisa para animar esta mesa de una vida ficticia. La mesa así preparada es atraída por el Espíritu, que la hace mover bajo la influencia de su propio fluido, impulsado por su voluntad. Dado que la masa que quiere poner en movimiento es muy pesada para él, llama en ayuda a otros Espíritus que se encuentran en sus mismas condiciones. En razón de su etérea naturaleza, el Espíritu propiamente dicho no puede actuar sobre la materia. Este ligamen, que constituye el que vosotros denomináis periespíritu, o alma, os da la clave de todos los fenómenos espiritas materiales. Yo creo de haberme explicado bastante claramente para hacerme comprender”-.
Observación: Llamamos la atención sobre esta primera fase: En esta respuesta no encontraréis, todavía, la que deseáis. –El Espíritu había perfectamente comprendido, que todas las cuestiones precedentes no eran hechas, sino con el fin de llegar a esta, y hace alusión a nuestro pensamiento que esperaba, en efectos, otra respuesta, es decir, la confirmación de nuestra idea, acerca de la manera con la cual el Espíritu hace mover la mesa.
   X.   Los Espíritus que él llama en su ayuda le son, quizá, inferiores? Están ellos a sus ordenes?
-“Igual, casi siempre; con frecuencia se presentan espontáneamente”.
    XI. Son, todos los Espíritus, aptos para producir fenómenos de este género?
-“Los Espíritus que producen esta especie de efectos son siempre espíritus inferiores, los cuales no son, todavía, enteramente liberados de toda influencia material”.
 XII. Comprendemos que los Espíritus superiores no se ocupan de las cosas que están por debajo de ellos; pero nosotros preguntamos si ellos, que están desmaterializados, tendrían la potencia para hacerlo, si tuviesen la voluntad”.
-“Ellos tienen la fuerza moral como los demás tienen la fuerza física; cuando tienen la necesidad de esta fuerza, se sirven de aquellos que la poseen. No se os ha dicho, acaso, que ellos se sirven de los espíritus inferiores como vosotros lo hacéis con los cargadores?

Observaciones: Se dijo que la densidad del periespíritu, si de esta manera podemos expresarnos, varía según el estado de los mundos; parece, más bien, que varíe en el mismo mundo, según los individuos. El estado de los Espíritus moralmente avanzados  es más sutil y se acerca al de los Espíritus elevados; el estado de los espíritus inferiores, por el contrario, se acerca a la materia, lo que determina que estos espíritus de bajo nivel conserven tan largamente las ilusiones de la vida terrestre. Ellos piensan y actúan como si estuviesen, todavía, vivos; tienen los mismos deseos y, se podría decir, casi la misma sensualidad. Esta densidad del periespíritu dándole más afinidad con la materia, rinde a los Espíritus inferiores, por el contrario, más propicios para las manifestaciones físicas. Por la misma razón un hombre de intelecto, está acostumbrado a los trabajos de la inteligencia, pero su cuerpo no se encuentra entrenado para elevar cargas pesadas, como si lo está el de un obrero. Su materia es menos compacta, los órganos menos resistentes; él tiene menor cantidad de fluido nervioso. El periespíritu, siendo para el Espíritu lo que es el cuerpo para el ser humano, y estando su densidad en forma proporcional a la inferioridad del espíritu, ella subroga en él la fuerza muscular, es decir, que le da sobre los fluidos necesarios a las manifestaciones, una potencia mayor de la que poseen aquellos cuya naturaleza es más etérea. Si un Espíritu elevado desea producir tales efectos, él hace lo que, entre nosotros, se estila: utilizan a un Espíritu adecuado a tal finalidad.
XIII.   Si nosotros hemos comprendido bien lo que habéis dicho, el principio vital reside en el fluido universal; el Espíritu elabora con este fluido la envoltura semi-material que constituye su peroiespíritu, y es por medio de este fluido que él actúa sobre la materia inerte. Es así?
-“Sí; es decir, que anima la materia con una especie de vida ficticia: la materia se anima de la vida animal. La mesa que se mueve debajo de vuestras manos vive como el animal; obedece por si misma al ser inteligente. No es que este último la empuje como lo haría el hombre con un peso; no es que la mesa cuando se eleva, sea elevada por el Espíritu por la fuerza de los brazos, sino que es la mesa animada que obedece al impulso dado por el Espíritu”.
XIV. Cuál es el rol del sensitivo en este fenómeno?
-“Lo he dicho ya. El fluido propio del sensitivo se combina con el fluido universal acumulado por el Espíritu; es necesaria la unión de estos dos fluidos, es decir, del Espíritu animalizado con el fluido universal, para imprimirle la vida a la mesa. Pero, notad bien, esta vida no es más que momentánea: ella se termina con la acción, y con frecuencia antes aún de que termine la acción; es decir, tan pronto como la cantidad de fluido no es más suficiente para animarla”-.
   XV. Puede el Espíritu actuar sin el concurso de un sensitivo?
-“Él puede actuar sin saberlo el sensitivo; es decir, que muchas personas sirven de auxiliares a los Espíritus, para determinados fenómenos, sin siquiera imaginarlo. El Espíritu absorbe de ellas, como de una fuente, el fluido animalizado del cual tiene necesidad; de esta manera el concurso de un sensitivo cual lo entendéis vosotros no es siempre necesario, lo que tiene lugar, sobre todo en los fenómenos espontáneos”-.
XVI. La mesa animada actúa con inteligencia? Piensa?
-“Ella no piensa más que el bastón, con el cual hacéis un signo inteligente, pero la vitalidad de la cual está animado le permite de obedecer al impulso de una inteligencia. Sepáis bien que la mesa que se mueve no se convierte en espíritu y de que ella no tiene, de por sí, ni pensamiento ni voluntad”-.
Observación: En el lenguaje común, hay una expresión análoga: así de una rueda que gira con velocidad, se dice que está animada por un movimiento rápido”-.
XVII.   Cuál es la causa preponderante en la producción de este fenómeno? El Espíritu o el fluido?
-“El Espíritu es la causa, el fluido es el instrumento; las dos son necesarios”-.
XVIII. Cuál es la parte reservada, en este caso, al sensitivo?
-“Ser un instrumento de los Espíritus y secundarles en el impulso dado al fluido”-.
-La acción de la voluntad es siempre indispensable?
-“Ella se agrega a la potencia, pero no siempre es necesaria, por cuanto el movimiento puede tener lugar en contra y pese a esta voluntad, y esta es una prueba, de que existe una causa independiente del sensitivo”-.
Observación: El contacto de las manos no es siempre necesario para hacer mover un objeto. Lo es, más frecuentemente para dar el primer impulso; pero, una vez que el objeto esté animado, puede obedecer a la voluntad sin contacto material; esto depende tanto de la potencia del sensitivo, como de la naturaleza de los Espíritus. Un primer contacto no es siempre indispensable; se tiene la prueba de ello en los movimientos y desplazamiento espontáneos, que no se piensa de provocar.
XIX. Por qué no pueden todos producir el mismo efecto, y por qué todos los sensitivos no tienen la misma potencia?
-“Esto depende de la organización y de la mayor o menor facilidad con la cual puede operarse la combinación de los fluidos; y después, el espíritu del sensitivo simpatiza más o menos con los espíritus extraños, que encuentran en él la potencia fluídica necesaria. Esta potencia se asemeja a la de los magnetizadores, que es más o menos grande. Bajo este aspecto hay individuos que son completamente refractarios; en otros, en cambio, la combinación se efectúa únicamente por el esfuerzo de la voluntad; finalmente, en algunos otros, tiene lugar de manera tan natural, y fácilmente, que ni siquiera se percatan de ello, y sirven, sin saberlo, de instrumento, tal como lo hemos dicho ya”. (Ver, seguidamente, el capítulo sobre Las Manifestaciones físicas espontáneas).
Observaciones: -El magnetismo es, sin lugar a duda, el principio de estos fenómeno, pero no como generalmente se cree; la prueba está en que hay magnetizadores muy potentes quienes no harían mover una mesa, mientras, en cambio, se encuentran otros individuos que no pueden magnetizar, inclusive niños, a quienes les basta apoyar los dedos sobre una mesa muy pesada para hacerla mover; por lo cual, si la potencia sensible no está en relación de la potencia magnética, es porque existe otra causa.
XX.   Las personas denominadas eléctricas pueden ser consideradas como sensitivos?
-“Estas personas toman en sí mismas el fluido necesario para la producción del fenómeno, y pueden actuar sin el concurso de los espíritus. No son sensitivos en el verdadero sentido de la palabra; pero no es improbable que estén asistidos por un espíritu, quien aprovecharía, de esta manera, sus naturales disposiciones”.
Observaciones: Estos individuos tienen alguna analogía con los sonámbulos, quienes pueden actuar tanto con el concurso de un espíritu extraño, como sin él. (Ver en el capítulo de los sensitivos, el artículo relativo a los sensitivos sonámbulos).
XXI.   El Espíritu que actúa sobre los cuerpos sólidos para moverlos, se encuentra en la substancia del cuerpo, o bien fuera de la misma?
-“Lo uno y lo otro; nosotros hemos dicho que la materia no es un obstáculo para los espíritus; ellos penetran todo; una porción del periespíritu se identifica, por así decirlo, con el objeto que él penetra”.
XXII. Cuál medio emplea el Espíritu para golpear? Se sirve de un objeto material?
-“No, al igual que no se sirve de sus brazos para elevar una mesa. Conocéis bien que él no tiene ningún martillo a su disposición. Su martillo es el fluido combinado, puesto en acción por su voluntad, para mover o golpear. Cuando él mueve, la luz refleja los movimientos; cuando él golpea, el aire conduce el sonido”.
XXIII. Esto se concibe cuando él golpea sobre un cuerpo duro; pero cómo él puede producir ruidos o sonidos articulados en el vacío del aire?
Desde el momento que actúa sobre la materia, puede hacerlo, igualmente, sobre el aire que sobre una mesa. En cuanto a los sonidos articulados, él puede imitarlos, al igual que todos los demás ruidos”.
XXIV.   Vosotros decís que el espíritu no se sirve de sus manos para mover la mesa; todavía, se vieron, en ciertas manifestaciones visuales, aparecer manos cuyos dedos se agitaban sobre un piano, moviendo las teclas, y hacían entender determinados sonidos. No se podría creer que, en este caso, el movimiento de las teclas fuese producido por la presión de los dedos? Esta presión no es directa y real, cuando se hace sentir sobre nosotros mismos, dado que estas manos dejan sus improntas sobre nuestra piel?
-“Vosotros no podéis entender la naturaleza de los espíritus y su manera de actuar, sino con el medio de las comparaciones que os aportan una idea incompleta, y es un error el de querer asimilar sus procesos a los vuestros. Sus procesos deber ser en relacionado de acuerdo con su naturaleza. No se os ha dicho ya que el fluido del periespíritu penetra la materia y se identifica con ella, animándola de una vida ficticia? Ahora bien, cuando el Espíritu apoya los dedos sobre las teclas, él los apoyo realmente, y también las hace mover; pero no es con la fuerza muscular que él presiona las teclas: él anima la tecla al igual que lo hace con la mesa, y la tecla que obedece a su voluntad se mueve y hace vibrar la cuerda. Más bien, aquí ocurre una cosa que para vosotros resulta poco fácil comprender, y es que ciertos Espíritus son de tal manera pocos avanzados, y de tal manera materializados, comparándolos con los Espíritus elevados, que tienen todavía las ilusiones de la vida terrenal, y creen de actuar como cuando tenían su cuerpo; ellos no se rinden mayor cuenta de la verdadera causa de los efectos que producen, de lo que un campesino lo haga de la teoría de los sonidos que él pronuncia. Preguntadle como hacen para tocar el piano: ellos os dirán que golpean arriba con sus propios dedos, porque creen que golpean; el efecto se produce instintivamente cerca de ellos sin saber el cómo, y todavía por efecto de su voluntad. La misma cosa ocurre cuando hacen entender determinadas palabras”.
Observaciones: Resulta, de estas explicaciones, que los Espíritus pueden producir todos los efectos que nosotros producimos, pero con medios apropiados a su naturaleza; ciertas formas que les son inherentes, tienen la función de los músculos que nos son, a nosotros, necesarias para actuar; de la misma manera que el gesto suple, en el mudo, la palabra que le falta.
XXV.   Entre los fenómenos que se citan como prueba de la acción de una potencia oculta, hay algunos evidentemente contrarios a todas las leyes conocidas le la naturaleza; no sería, entonces, permitido dudar?
-“El ser humano está bien lejos de conocer todas las leyes de la naturaleza; si las conociese todas, sería un Espíritu superior. Cada día, por lo tanto, ella da demostraciones a aquellos que, creyendo de saber todo, pretenden de imponer ciertos límites a la naturaleza; y con todo esto, no obstante, no se corrigen de su orgullo. Desvelando, sin pausa, nuevos misterios, Dios advierte al ser humano de que no debe fiarse de sus propias luces, ya que llegará el día en el cual la ciencia del más sabio será confundida. No tenéis, vosotros, cada día, ejemplos de cuerpos animados de un movimiento capaz de vencer la fuerza de gravitación? La bala de cañón, lanzada en el aire, no sobrepasa, momentáneamente, esta fuerza? Pobres humanos, que creéis de ser muy sabios, y cuya tonta vanidad es humillada a cada instante, sabed, por lo tanto, que sois, aún, muy pequeños”.
4. Estas explicaciones son claras, categóricas y sin ambigüedad; y este punto resulta culminante, es decir, que el fluido universal, en el cual reside el principio de la vida, es el agente principal de las manifestaciones, y que este agente recibe su impulso del Espíritu, tanto si éste está encarnado, como si libre, en la dimensión espiritual. Este fluido condensado constituye el periespíritu, o envoltura semi-material del Espíritu, -denominada, también, alma-. En el estado de encarnación, el periespíritu está encuentra unido a la materia del cuerpo; en el estado de desencarnado, él está libre. Cuando el Espíritu está encarnado, la substancia del periespíritu es más o menos ligada, más o menos adherente, si de esta manera podemos expresarnos. En algunos individuos, existe, de alguna manera, emanación de este fluido, como dotación de su organismo, y es esto lo que, propiamente hablando, constituye a los sensitivos de efectos físicos. La emisión del fluido animalizado puede ser más o menos abundante y su combinación más o menos fácil.; esta es la razón por la cual los sensitivos son más o menos potentes. Ella no es permanente, y esto explica la intermitencia de la potencia.
5. Citamos una comparación. Por cuanto se tiene la voluntad de actuar materialmente sobre un punto cualquiera colocado a distancia, es el pensamiento que lo desea; pero el pensamiento solo no irá a golpear este punto; necesita un intermediario que él dirigirá, un bastón, un proyectil, una corriente de aire, etcétera. Observad, por otra parte, que el pensamiento no actúa sobre el bastón, ya que, si este no es tocado, no se moverá de por sí. El pensamiento, que no es otra cosa sino el Espíritu encarnado en nosotros, está unido al cuerpo por medio del periespíritu; ahora él, como no puede actuar sobre el cuerpo sin periespíritu , de la misma manera no puede accionar sobre el bastón sin el cuerpo; él actúa sobre el periespíritu porque es la substancia con la cual tiene mayor afinidad; el periespíritu actúa sobre los músculos, los músculos agarran el bastón, y el bastón golpea donde lo estableció el pensamiento.
Cuando el Espíritu no está encarnado, precisa de un medio auxiliar, y éste cooperador es el fluido del cual él rinde el objeto susceptible de seguir el impulso de su voluntad.
6. De esta manera, aun cuando un objeto es puesto en movimiento, elevado o dejado en el aire, no es ya el Espíritu que lo afecta, que lo empuja y lo eleva, como nosotros haríamos con la mano; él lo satura, es decir, con su fluido combinado con el del sensitivo, y el objeto así momentáneamente vivificado, actúa como haría un ser viviente, con la diferencia que, no teniendo voluntad propia, él sigue el impulso y la voluntad del Espíritu.
Por cuanto el fluido vital, empujado, de alguna manera por el Espíritu, da una vida ficticia y momentánea a los cuerpos inertes, y desde el momento en que el periespíritu  no es otra cosa que este mismo fluido vital, se deriva de ello que el Espíritu, cuando está encarnado, da él mismo la vida a su cuerpo por medio del periespíritu; él permanece unido hasta tanto lo permita el organismo; cuando él se retira, el organismo cesa su ciclo de vida física.
Ahora, si en cambio de una mesa se esculpe el leño en forma de estatua, y se actúa, después, sobre la misma, al igual que se hace sobre la mesa, se tendrá una estatua que se moverá, que golpeará, que responderá con sus movimientos y con sus golpes; se tendrá, en una palabra, una estatua momentáneamente animada de una vida artificial. Lo que se dijo de las mesas parlantes, se podría decir igualmente de las estatuas parlantes.  Esta teoría arroja una luz clarificante en una cantidad de fenómenos que hasta ahora habían quedado insolutos.
7. Los incrédulos por partido tomado oponen que el hecho de la elevación de las mesas sin punto de apoyo es imposible ya que es contrario a la ley de gravitación. Nosotros les respondemos, en primer lugar, que su negación no es una prueba; en segundo lugar, que si el hecho existe, por cuanto es contrario aparezca a todas las leyes conocidas, probaría una sola cosa, es decir, que el mismo reposa sobre una ley desconocida, y que los negadores no pueden tener la pretensión de conocer todas las leyes de la naturaleza. Nosotros damos la explicación de esta ley, pero esta no es una razón suficiente para que  sea por ellos aceptada, precisamente porque ella es aportada por los Espíritus que han dejado su envoltura terrestre, en vez de serlo por Espíritus que tienen, aún, dicha envoltura, y que se sientan en la Academia. De modo que, si el Espíritu de Arago viviente hubiese dado esta ley, ellos la habrían aceptado con los ojos cerrados; pero, dada por el Espíritu de Arago desencarnado, se transforma en una utopía, y por qué esto? Porque creen que Arago habiendo desencarnado, todo terminó en ese hecho. No pretendemos de disuadirles; todavía, pudiendo esta objeción inhibir a alguna persona, buscaremos de responderle, ubicándonos desde su propio punto de vista, es decir, haciendo abstracción por un instante de la teoría de la animación ficticia.
8. Cuando se hace el vacío debajo de la campana de la maquina neumática, esta campana se adhiere con una tal fuerza, que es imposible elevarla, por causa del peso de la columna de aire que le gravita arriba. Se le deje, apenas, entrar el aire, y la campana se elevará con la más grande facilidad, porque el aire que hay abajo hace de contrapeso al aire que hay arriba; abandonada pero a sí misma, quedará sobre el plato, en virtud de la ley de gravitación. Supongamos, ahora, que el aire de abajo sea comprimido, que tenga una densidad más grande que el de arriba, la campana  será elevada a pesar de la gravitación. Si la corriente de aire es rápida y violenta, ella podrá ser sustentada en el espacio sin algún apoyo visible, a la manera de las muñecas que se hacen voltear sobre un surtidor de agua.
Por qué, por lo tanto, el fluido universal, que es el elemento de cada materia, no debería tener, cuando es acumulado alrededor de la mesa, la propiedad de disminuir o de aumentar el peso específico relativo, como el aire lo hace para la campana de la maquina neumática, como el gas hidrógeno hace en los balones, sin que se derogue por esto a la ley de gravitación? Conocéis, vosotros, todas las propiedades y toda la potencia de este fluido? No! Y bien, no neguéis, entonces, un hecho, por el solo motivo de no poder explicarlo.
9. Regresamos ahora a la teoría del movimiento de las mesas. Si con el medio indicado el Espíritu puede elevar una mesa, él podrá, también, elevar otras cosas: una silla, por ejemplo. Si puede elevar una silla, podrá, también, con una fuerza suficiente, elevar al mismo tiempo una persona que se le encuentre sentada arriba. He aquí, por lo tanto, la explicación de este fenómeno, que el sensitivo Home ha realizado cien veces sobre él y otros individuos; él lo renovó durante un viaje a Londres, y para probar que los espectadores no eran víctimas de una alucinación óptica, él hizo un signo con el lápiz arriba el techo, y hubo, también, quien pasó debajo de él.
Nadie ignora que el señor Home es un sensitivo de efectos físicos potente; él era, en este caso, la causa eficiente y el objeto.
10.         Hemos, ahora, hablado del aumento posible del peso; esto es, de hecho, un fenómeno que alguna vez se produce y no es más excepcional de cuanto lo sea la prodigiosa resistencia de la campana debajo de la presión de la columna atmosférica. Bajo la influencia de determinados sensitivos, se vieron objetos bastante ligeros ofrecer la misma resistencia, después, todo de una vez, ceder al más pequeño esfuerzo. En la experiencia antes mencionada, la campana no pesa, en realidad, ni más ni menos por sí misma, pero ella parece más pesada por efecto de la causa exterior que actúa sobre ella. La misma cosa se verifica, probablemente, en nuestro caso. La mesa tiene, siempre, el mismo peso intrínseco, por cuanto su masa no aumentó, sino que, una fuerza extraña se opone a su movimiento, y esta causa puede residir en los fluidos que la penetran, al igual que está en el aire la causa que aumenta o disminuye el peso aparente de la campana.
Realizad la experiencia de la campana neumática delante a un ignorante, quien no comprenda como es el aire, que él no ve, producir el efecto en cuestión, y no será difícil persuadirle de la intervención del diablo.
Podría suponerse, quizá, que este fluido siendo imponderable, su acumulación no puede aumentar el peso de un objeto. Estamos de acuerdo; pero, si nos hemos servido de la palabra acumulación, ha sido por comparación , y no por asimilación absoluta con el aire. Es imponderable, aceptado; todavía, nada lo prueba: su naturaleza íntima nos es desconocida, y nosostros estamos muy lejos de percibir todas sus propiedades.  Antes de que se hubiese experimentado el peso del aire, no se sospechaban los efectos de este mismo peso. La electricidad está, también, colocada entre los fluidos imponderables; todavía un cvuerpo puede ser retenido por una corriente eléctrica, y ofrecer una gran resistencia a quien quisiese elevarlo: él, por lo tanto, se ha convertido en más pesado, No es justo pensar que no exista un apoyo, porque este no se ve. El Espíritu puede, por lo tanto, tener algunas palancas que nos son desconocidas; la naturaleza nos prueba todos los días  que su potencia no se para frente el testimonio de nuestros sentidos.
Solamente admitiendo una causa similar, es posible explicar el fenómeno singular, del cual se vieron muchos ejemplos, de una joven persona débil y delicada que elevaba con dos dedos, sin esfuerzos y como una pluma, a un hombre fuerte y robusto, unidamente a la silla sobre la cual se encontraba sentado. Esto prueba una causa extraña a la persona misma, son las intermitencias de las facultades.



martes, 19 de junio de 2012

LOUIS PAUWELS: LA VISIÓN DE LOUIS PAUWELS


LA VISIÓN DE LOUIS PAUWELS

POR ©GIUSEPPE ISGRÓ C.


Louis Pauwels es uno de los dos autores del libro El Retorno de los Brujos. El otro es Jacques Bergier.
Pero aquí, la obra de Pauwels a la que nos referimos, es: El admirable Blumroch o el almuerzo del superhombre.
En ella, los dos hombres que intercambian ideas, son: Pauwels y un personaje imaginario. Pero, salta a la vista de que Pauwels rememora esas incontables reuniones con Bergier, mientras escribieron El Retorno de los Brujos.  
Blumroch dice: -“Para hacernos ricos hemos de crear obras filantrópicas. Se ha dado cuenta de que todos los filántropos son acaudalados?”
En otra parte, se preguntaba: -“Quien puede decir que la inteligencia suprema no sea capaz del más profundo amor?”
Hay una idea que se maneja en el diálogo que refleja una realidad histórica: La de que la verdad jamás triunfa en forma inmediata, pero termina haciéndolo.
Se deduce, de una idea comentada: Que toda obra cuando ya se ha empezado su ejecución produce un fenómeno de inercia que tiende a cooperar a que su conclusión exitosa se lleve a cabo.
Para esto existe una condición sine qua non: No abandonar a mitad de camino ningún proyecto, pese a todas las adversidades reales o imaginarias.
En consecuencia, todo trabajo creador mantiene el Espíritu siempre alegre.
Algunos aforismos extractados, expresan:
1. -“Nosotros hemos sido seleccionado para el  éxito”-.
2.  –“Es preciso dejar de tener un pensamiento cerrado en un mundo abierto”.
3. –“La comunicación con el infinito: Se hace urgente restablecer esa línea”-.
4.  –“El progreso se dirige hacia nuestra propia transformación”.
5. –“Es evidente que la conciencia desempeña un papel especial en el universo. El campo gravitacional de un planeta varía con el grado de conciencia de sus habitantes”-.
6. –“Cuando se haga la luz sobre las funciones excepcionales del Espíritu, se aclararán más sus funciones ordinarias”.-
7. De André Bretón: -“Acaso no puede aplicarse también el sueño a la resolución de las cuestiones fundamentales de la vida?”.
Se puede programar un sueño para obtener información, virtualmente, sobre cualquier cosa, incluyendo Dios, por supuesto.
8.       –“Se inicia una nueva era de introversión tanto para los individuos como para la colectividad planetaria. Vamos a sumergirnos de nuevo en nuestras profundidades y nuestros misterios intemporales”-.
9.       –“Creo que el hombre posee un segundo sistema genético: su Espíritu”.
10.    –“Presiento que Dios cuenta con nosotros”-.
11.    –“Solamente hay una moral: vencer todos los obstáculos que nos impidan superarnos”-.
12.    –“Un aprendiz acaba por convertirse en maestro”-.
13.    –“Qué podría lograrse con un pensamiento fijo de una hora? Resolvería la mayor parte de nuestros enigmas”-.
14.    –“Siempre más preguntas que respuestas y siempre más ávido de saber! He aquí un destino divino”.
15.    –“Ahora le voy a hablar de la vida emocionante del superhombre: Será feliz. El tiempo vuelve a ser bueno como siempre lo ha sido”-.
Evidentemente, esta obra es un monumento al  pensamiento universal percibido por Louis Pauwels, y un homenaje indirecto a Jacques Bergier. Sin duda, son dos de las cien mentes más brillantes del siglo XX.
Adelante.





EL ENCUENTRO EN LA VICTORIA



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UN ENCUENTRO EN LA VICTORIA

Autor: ©Giuseppe Isgró C.

Del libro: La Victoria

Capítulo I

Me encontraba un día, en una fuente de aguas tranquilas, cristalinas, cuando se me acercó un Venerable hombre, vestido a la antigua usanza, con bata blanca, larga, pelo y barba que alguna vez fueron de color pelirrojo y un báculo en la mano derecha.

Concentró sus ojos en los míos; su mirada era profunda, serena y apacible.

Con voz suave y afectiva, me dijo:

-“Hola, hijo, como estás”-.

–Bien, -le contesté-; y, ¿usted?

–Por aquí andamos; -fue su respuesta-, mientras me sonreía.

-¿Dónde estamos?, -le pregunté al Venerable hombre-.

-Este sitio es conocido como La Victoria; -me contestó-. –¿Qué haces por estos lados?

-Salí esta mañana, temprano, con el coche, a dar un paseo; luego, al llegar a esta zona, me paré a contemplar la belleza de los araguaneyes y decidí caminar un poco y la verdad que, absorto en mis reflexiones, caminé por lo menos durante dos horas, hasta llegar aquí. Desconocía este hermoso lugar. Y, usted, -¿vive por aquí cerca? -le pregunté-.

Un poco más arriba, en esa colina boscosa. Hace algunos años, -relata el Venerable hombre- decidí retirarme de la agitada vida ejecutiva en que me desenvolvía profesionalmente, como abogado, en la ciudad de Quebec, Canadá, aunque he viajado por diversos países asesorando a incontables líderes. Construí la casa, en esta zona tropical, con la idea de pasar aquí los meses de invierno. Me dedico al estudio de la vida, a la meditación y a cultivar mi jardín y de vez en cuando, a escribir mis reflexiones, las cuales, algún día, habrán de ser publicadas para esparcir un poco la luz que he podido vislumbrar en mis estudios metafísicos-espirituales.

-¿Quieres tomar un café? –Me preguntó el Venerable hombre-. Lo he traído de Caripe El Guácharo; es de los más exquisitos que he probado.

-Sí, con gusto se lo acepto; -le contesté-.

Nos fuimos caminando por un sendero rodeado de árboles cargados de mangos, aguacates, naranjas y una hilera de cayenas de diversos colores. A lo lejos, el ruido de la brisa se oía apaciblemente. Todo era quietud, armonía y paz. Pero, sobre todo, lo que más me impresionaba era la apacibilidad y el sosiego del Venerable hombre de La Victoria. Emanaba de él un flujo de fuerza que, en su presencia, me sentía con un poder y una seguridad nunca antes experimentados. Fuerzas bienhechoras se iban apoderando de mí y aquella paz y relax que buscaba en la mañana, al salir a dar un paseo, sin percatarme de ello, las estaba experimentando ya.

Después de unos quince minutos de caminar, llegamos a la casa del Venerable hombre. Su aspecto exterior humilde estaba lejos de dejar entrever lo que segundos después habría de asombrarme con lo que encontré en el interior.

Al entrar, en la casa, una joven de unos veinte años saludó al Venerable hombre.

-¡Hola, abuelo!, ¿cómo estás?

–Bien, hija, -contestó el Venerable hombre-. -Prepara un poco de café, Lucía, mientras conversamos un poco, adentro.

-Por cierto, te presento a Santiago, quien ha llegado paseando hasta La Victoria.

Después de la presentación, entramos en la biblioteca del Venerable hombre. Un salón grande, lleno de estantes de libros por todas partes, lo cual hacía inimaginable dicho cuadro desde el exterior. Algunos cuadros al óleo de morichales y de personajes históricos, presentaban un ambiente acogedor. En un rincón se encontraban diversos retratos de Tagore, Gandhi, Cicerón, Séneca, Ibn Arabi y un dibujo de Don Quijote y Sancho Panza. En un pequeño cuadro, podía leerse: -“Lo que Alá quiera. Nada se le asemeja”-.

-Le felicito por este inmenso tesoro que usted tiene aquí, -le dije al Venerable hombre-. -¿Cuáles son los temas de su interés?

A lo cual, me contestó: -Como usted puede ver, Santiago, -y me invitó a recorrer los estantes- aquí hay libros de variados temas: clásicos de todos los países y épocas, desde los Vedas, los Upanishads, el Mahabaratha, los libros de Confucio, El Tao te King, de Lao Tse, el Poema de Gilgamesh, el Código de Amurabí, autores griegos, como Homero y Hesiodo. Se encuentran las obras completas de Euclides, Platón, Aristóteles, Teofrasto, Demetrio de Falereo, de los Presocráticos, Epicteto, Plutarco, etcétera; de los latinos, autores como Séneca, Cicerón, -que son mis preferidos-, Julio César, Tito Livio, Dionisio de Halicarnaso, Marco Aurelio, así como libros de Psicología, Gerencia, Sufismo, Yoga, ensayos, filosofía, parapsicología, hermetismo, El Quijote, libros de economía, filosofía, etcétera, en fin, un poco de todo lo que es preciso conocer para poder entender el significado de la vida: de dónde venimos, por qué estamos aquí y hacía dónde vamos, sin lo cual, la vida no tendría sentido, sobre todo por el gran afán a que está sometido el ser humano en la agitada vida moderna.

Nos sentamos en sendas butacas y nos entretuvimos conversando de temas diversos. Al poco rato, entró Lucía con dos tazas de oloroso café y unos biscochos, que degustamos con agrado en una amena e interesante conversación. Al fondo, podía oírse una suave música de Beethoven.

Pasamos cerca de una hora conversando de sobre la Atlántida, Egipto, los griegos, de Homero, de los sufíes, del budismo zen, los poderes del espíritu, meditación, etcétera, después de lo cual, le hice una pregunta directa.

-Seguramente, usted ha desarrollado alguna técnica de meditación y algún método de resolución de situaciones, en la vida, que me quisiera explicar, ya que, según observo, para tener usted una serenidad tan acentuada y una fortaleza física a la edad que imagino que usted debe tener, -cerca de noventa años- es porque ha encontrado en su larga experiencia algún secreto que quizás quisiera compartir conmigo.

Santiago, -me dijo el Venerable hombre, si vuelves a visitarme otro día, quizá te cuente algo que te pueda servir. Empero, antes de que te vayas, te haré entrega de unos apuntes que hace ya muchos años, en una época en que yo andaba a la búsqueda de sosiego y tratando de encontrarle sentido a la vida, un Venerable hombre que, en una edad similar a la mía, a su vez me entregara y cuya práctica asidua me permitió domar la mente, encarrilar mi vida y poner bajo control los hilos del destino. Son veintidós manuscritos, y una meditación diaria, –continuó diciendo el Venerable hombre, que si bien son ya un poco antiguos, podrás copiarlos de nuevo y si pones en práctica las técnicas que contienen, darás a tu vida un esplendor que habrá de sorprenderte agradablemente.

-Una vez que los hayas probado con total y absoluta satisfacción de tu parte, -me dijo, ponlos en limpio, en forma de libro y publícalo para que su mensaje llegue a mayor número de personas. Hacía tiempo que esperaba a alguien a quien confiarle este legado y creo que hoy, al llegar aquí, en la forma en que lo has hecho, tus pasos han sido dirigidos por Aquel que todo lo sabe y puede, por la Ley Cósmica, y en cuyos planes universales, todos somos sus instrumentos.

Me despedí del Venerable hombre y de su adorable nieta, sintiendo dentro de mí fuerzas desconocidas hasta entonces que preanunciaban grandes cambios en mi vida.

En los días siguientes, aparté una hora diaria, antes de dormirme, y leí y releí, todos los manuscritos, de la siguiente manera: En primer lugar copié la Meditación diaria en un cuaderno, el cual leí durante veintidós noches y mañanas seguidas, tal como lo indicaban las instrucciones de la misma.

Una nota al pie de página mencionaba que si yo la transcribía en un cuaderno, el hecho de hacerlo, grabaría en mi ordenador mental las instrucciones y me sería más fácil desarrollar, en mi personalidad, las cualidades y condiciones que formaban parte de los objetivos implícitos en la misma.

De los veintidós manuscritos, cada lunes, a las once en punto de la noche, copiaba uno en el cuaderno, y durante el resto de la semana, a la misma hora, lo leía y meditaba, siguiendo las fáciles y efectivas técnicas e indicaciones al inicio del mismo.

Cuatro semanas después de leer durante veintidós días seguidos, en la noche y en la mañana, la meditación diaria, comenzaron a manifestarse en mi vida una serie de cambios positivos que me dejaban asombrado a mi mismo, pero, también, los miembros de mi familia y a mis amistades; sobre todo mi semblante comenzó a ser más apacible; volví a sonreír desde el interior; mi estado anímico era de contento; me sentía más seguro de mi mismo; comencé a confiar más en la gente, en la vida y a vislumbrar el sentido de mi misión en la vida –percibía cosas que antes me pasaban desapercibidas, a pesar de haber estado siempre allí. Sentía fluir en mí una nueva corriente vivificadora de prosperidad, de felicidad, de alegría de vivir. Mi entusiasmo y amor por la vida y por mi familia, por mi trabajo y por las personas, crecía día a día. En aproximadamente dos meses había logrado muchas de las cosas en las cuales había soñado desde hacía años. Había dado un paso sorprendente en el camino de la autorrealización.

Efectivamente, pude comprobar que me fue relativamente muy fácil desarrollar las aptitudes y actitudes a nivel físico, mental, emocional, espiritual y en diversos aspectos de mi vida, como el financiero, que comenzó a mejorar casi inmediatamente, así como, surgieron nuevas oportunidades que comencé a aprovechar, casi sin esfuerzo de mi parte.

Transcurría el año de 1967 y mi vida había encontrado un sendero que habría de conducirme a cooperar en forma más efectiva en el plan divino que el Supremo Hacedor, en algún momento, había diseñado para mí.

Tres meses después volví a aquel lugar donde había encontrado al Venerable hombre de La Victoria y allí estaba la fuente que él dijo llamarse La Victoria; empero, cuando traté de encontrar el camino para llegar a la casa donde amablemente me ofreció un delicioso café, preparado por su nieta Lucía, no logré encontrarlo, pese a haber recorrido durante un par de horas por los alrededores. Pregunté a varias personas para ver si podían indicarme como llegar a la casa del Venerable hombre y cual fue mi sorpresa, nadie lo conocía.

Empero, después de tanto buscar, volví a encontrar la casa donde vivía el Venerable hombre de La Victoria, pero se encontraba abandonada. Su aspecto indicaba que debía encontrarse en ese estado un lapso mayor del que mediaba con el encuentro de aquel ser extraordinario. Es sorprendente como los inmuebles solos acusan el paso del tiempo en mayor grado que los que son habitados. Si no fuera por los manuscritos pensaría que el encuentro no fue más que un simple sueño. -¿O se trata, acaso de un sueño combinado con un fenómeno de aporte? Personalmente, no lo creo. El encuentro fue muy vívido y real. El aromático café servido por Lucía estaba exquisito. Durante varios años volví al lugar varias veces, la casa seguía sola. La última vez que volví, no la pude ubicar y sin tener tiempo suficiente para seguir buscándola, me fui. Ahora, vivo muy lejos de aquella zona, en otro continente; han transcurrido muchos años y después de tanto tiempo es poco probable que vuelva allí; pero, los manuscritos y la meditación diaria obran en mi poder, me han transformado y han enriquecido mi vida.

Durante más de treinta y cinco años he puesto en práctica las diversas variantes de los ejercicios, afirmaciones y meditaciones que contienen los manuscritos y la meditación diaria y cada vez que los pongo en práctica, experimentos los mismos beneficios. Ahora, ellos se encuentran en el libro que usted tiene en sus manos; espero que les sean tan útiles como los han sido para mí.

Su contenido es eminentemente práctico; no hay teorías superfluas. Si lleva a cabo los ejercicios que contienen, es probable que, gradualmente, se vaya efectuando la transmutación alquímica de su ser sintonizándose con los elevados resultados existenciales, los cuales, por añadidura, al ser creados a nivel mental, se van manifestando en su propia vida, oportunamente.

Sobre todo, con estos ejercicios, me percaté, cuando el Venerable hombre me entregó los manuscritos, de que se dispone de un método para domar la mente y ejercer un pleno dominio sobre la vida en general y, por ende, sobre el destino y controlar, cuando eventualmente se presenten, todas las situaciones, manteniendo un perfecto equilibrio físico, mental, emocional, espiritual y financiero.

El Venerable hombre de La Victoria me comentaba que todo se puede lograr en la vida si se siembra la respectiva semilla por medio de correctas decisiones acordes con la propia y elevada auto-estima y dignidad personal, desarrollando el convencimiento de que sí se puede hacer, por medio de las afirmaciones, las visualizaciones y meditaciones, la experimentación de un estado emocional acorde al momento de ser logrados los respectivos resultados y la practica del desapego, es decir, dejar encargada a la mente psiconsciente del logro, y además, se espera el tiempo necesario haciendo, mientras tanto, todo lo que se requiere, según el caso o los objetivos por alcanzar.

Estas técnicas funcionan, me decía una y otra vez el Venerable hombre de La Victoria; luego, agregaba: -las he probado por más de cincuenta años y quien, a su vez me las entregó, habría hecho otro tanto, aseverando que eran efectivas, si yo seguía fielmente las instrucciones y las ponía en práctica con expectativas positivas.

Desde que en 1967, el Venerable hombre me hiciera entrega de los manuscritos, han transcurrido un poco más de de treinta y cinco años, durante los cuales yo también he puesto en práctica las diversas variantes de los ejercicios, afirmaciones y meditaciones que contienen, y cada vez que me ejercito con ellos, experimento los mismos beneficios. Ahora, ellos se encuentran en el libro que usted tiene en sus manos; espero que les sean tan útiles como los han sido para todos los que hemos aplicado las enseñanzas del Venerable hombre de La Victoria.

Él me repetía constantemente: -“¡Tú puedes si crees que puedes hacerlo! ¡Hazlo y tendrás el poder!

Recuerdo que ese día el Venerable hombre me dijo: -ejercer el poder con que la naturaleza de las cosas ha dotado a cada ser, cultivando los dones inherentes y aprendiendo todo lo que se pueda de sí y del vasto universo del que se forma parte, es una manera efectiva de ser cada día más feliz. Luego, cuando me despedí de él, expresó: -“¡Que cada día brille más y mejor tu luz interior!”.- Adelante.

Capítulo 2

Meditación diaria

Es lunes en la noche, son las once en punto.

Me dispongo a copiar textualmente, en el cuaderno que he dispuesto para ello, el manuscrito identificado con el título:

Meditación diaria

Dice así:

Afirme, en la mañana y en la noche, antes de dormir, durante veintidós días; luego, cada vez que lo desee, esta poderosa fórmula de programación mental positiva y descubra cómo, con facilidad, van ocurriendo cosas maravillosas en su vida:

MEDITACIÓN DIARIA

Afirma, en la mañana y en la noche, antes de dormir, durante veintidós días; luego, cada vez que lo desees, esta poderosa fórmula de programación mental positiva y descubre cómo, con facilidad, van ocurriendo cosas maravillosas en tu vida. Al encender la luz en la mente se ilumina la propia existencia y todo en derredor vibra al unísono y con el mismo sentimiento de felicidad y bienestar, interrelacionándose por la ley de afinidad.

1. -Entro en el nivel de mi mente psiconsciente, en el centro de control de mi piloto mental automático, donde todo va bien, siempre, contando de tres a uno: Tres, dos, uno.

Ø Ahora, estoy ya en el nivel de mi mente psiconsciente, en el centro de control de mi piloto mental automático, donde todo va bien, siempre.

Ø Voy a permanecer en el nivel de mi mente psiconsciente, en el centro de control de mi piloto mental automático, donde todo va bien, siempre, durante quince minutos y voy a programar los siguientes efectos positivos, los cuales perduran, cada vez mejor, hasta que vuelva a realizar este acceso y programación mental:

Ø Todo va bien, siempre, en todos los aspectos de mi vida, cada día mejor. (Tres veces). –Imagínalo-.

Ø Todo va bien en mi trabajo; cada día logro mejores niveles de efectividad, prosperidad, riqueza, abundancia y bienestar. (Imagínalo).

2. Formo una unidad cósmica perfecta con el Creador Universal, -ELOÍ. (Diez veces, con los ojos cerrados). Hoy se expresa en mí la Perfección universal de la Vida, del amor, de la luz, de la sabiduría, del perdón, de la percepción de la verdad, de la aceptación de la realidad, de la justicia, de la igualdad, de la compensación, de la fortaleza, de la templanza, de la belleza, del equilibrio, de la armonía, de la salud, de la prosperidad, de la riqueza, de la abundancia, del servicio y de la provisión en todos los aspectos de mi vida.

3. -Cada día, en todas formas y condiciones, mi cuerpo y mi mente funcionan mejor y mejor. La consciencia de mi conexión permanente e indisoluble con el Creador Universal, -ELOÍ-, restablece y mantiene en mí, diariamente, durante las veinticuatro horas del día, un perfecto estado de salud a nivel físico, mental, emocional y espiritual. Gracias, Creador Universal, por darme un cuerpo perfecto, saludable, lleno de energía. Aquí y ahora, me siento en perfecto equilibrio de salud, a nivel físico, mental, emocional y espiritual.

4. Afronto y resuelvo bien toda situación que me compete, siempre.

5. Todo tiene solución, en todas las situaciones de mi vida.

6. El Creador Universal, -ELOÍ-, es en mí, cada día mejor, en todos los aspectos de mi vida, fuente de amor, luz, sabiduría, éxito, riqueza, prosperidad, abundancia y armonía.

7. Permito que las leyes universales de la Vida, del amor, de la luz, de la sabiduría, del perdón, de la percepción de la verdad, de la aceptación de la realidad, de la justicia, de la igualdad, de la compensación, de la fortaleza, de la templanza, de la belleza, del equilibrio, de la armonía, de la salud, de la prosperidad, de la riqueza, de la abundancia, del servicio y de la provisión actúen bien en el plan de mi vida.

8. Tengo prosperidad y poder. Cada día enriquezco mejor mi vida a través del servicio efectivo, del amor y de la práctica de todas las virtudes.

9. Mi dignidad personal me lleva a realizar las cosas que me competen con la máxima perfección posible.

10. Cada día, en todas formas y condiciones, en todos los aspectos de mi vida, estoy mejor y mejor a nivel físico, mental, emocional, espiritual y financiero.

11. Actúo con templanza, serenidad, autodominio y perfecto equilibrio en todo. Conservo plena autonomía y control sobre todas mis facultades físicas, mentales, emocionales, intelectuales y espirituales. Hecho está. (Visualizar un escudo protector de luz que te envuelve y protege; -una pirámide-).

12. Tengo fortaleza, valor, confianza y fe suficiente para triunfar y alcanzar todas mis metas, de acuerdo con la voluntad del Creador Universal, -ELOÍ-, y en armonía con sus planes cósmicos. Soy inmune e invulnerable a las influencias y sugestiones del medio ambiente y de cualquier persona a nivel físico, mental, emocional y espiritual, en las dimensiones objetivas y subjetivas y en cualesquiera otras en que sea requerido.

13. El orden universal de la Vida, del amor, de la luz, de la sabiduría, del perdón, de la percepción de la verdad, de la aceptación de la realidad, de la justicia, de la igualdad, de la compensación, de la fortaleza, de la templanza, de la belleza, del equilibrio, de la armonía, de la salud, de la prosperidad, de la riqueza, de la abundancia, del servicio y de la provisión se establece en mi vida, en todos mis asuntos y en las personas interrelacionadas, aquí y ahora. Hecho está.

14. Asumo la responsabilidad de mis actos y cumplo bien todos mis compromisos, siempre oportunamente, de acuerdo con el orden cósmico.

15. El Creador Universal, -ELOÍ-, nos da abundancia y armonía en el eterno presente. Vivo en abundancia y en armonía perfectas, aquí, ahora y siempre.

16. El Creador Universal, -ELOÍ-, se está ocupando de todo, en todos los aspectos de mi vida, y se expresa en mí conciencia intuitiva por medio de los sentimientos en correspondencia con los valores universales.

17. Gracias, Creador Universal, -ELOÍ-, por esta vida maravillosa. Que Tu Inteligencia Infinita, Amor, Sabiduría, Justicia, Luz, y Poder Creador guíen, adecuadamente, todas mis decisiones y acciones, ahora y siempre. Gracias, Eloí, por este día maravilloso.

18. El Creador Universal, -ELOÍ-, nos proteja, aquí y en cualquier lugar, ahora y siempre. (Tres veces).

19. Siempre espero lo mejor, de acuerdo con la voluntad del Creador Universal, -ELOÍ-, y la Ley Cósmica, en armonía con todos.

20. Gracias, Creador Universal; todo va bien en todos los aspectos de mi vida, a nivel físico, mental, emocional y espiritual. Gracias, Eloí, todo va bien en mis practicas espirituales y en mi relación Contigo; Tú y yo formamos una unidad perfecta, armónica, aquí y ahora, en el eterno presente. Yo soy Tú, Tú eres yo. Te amo.

21. Voy a realizar –obtener o resolver- (mencionar), antes del: (fecha), de acuerdo al orden divino y en armonía con todos. (Si se trata de varios objetivos, anótelos y haga la afirmación y visualización con cada uno de ellos. Imagínelo concluido satisfactoriamente sin imponer canal alguno de manifestación.)

22. Tengo serenidad y calma imperturbable. Soy impasible frente a todo y a todos. No tengo temor a nada, a nadie ni de nadie en ningún nivel físico, mental, emocional, espiritual y financiero. Dentro de mí vibra la seguridad total. Tengo completa confianza en la vida y en mi propia capacidad de resolver situaciones y alcanzar los resultados satisfactorios que preciso, en cada caso, siempre.

A continuación anoté la fecha: Lunes 12 de agosto de 1967. Luego, tal como me lo indicó el Venerable hombre, anoté la fecha que correspondía veintidós días después: 03 de septiembre de 1967.

Acto seguido, me senté cómodamente, tomé tres respiraciones profundas y realicé la meditación.

Luego, cada noche, durante veintidós días, a las once en punto, me iba a mi cuarto, daba indicaciones de no ser interrumpido durante veinte minutos y realizaba la meditación del día, la cual, siempre complementaba con la lectura breve de uno de los libros de cabecera que siempre suelo tener en mi mesa de noche.

Iba notando, día a día como emergía de mi interior una nueva y desconocida fortaleza, seguridad, estado de ánimo contento, actitud más decidida, optimismo frente a la vida y a las situaciones; comencé a llevarme mejor en las relaciones con las demás personas, a ser más comedido en todo y sobre todo comenzaba a tener conciencia de cosas que antes me solían pasar desapercibidas.

Cabe destacar que, en el punto número veintiuno de la meditación, había anotado siete objetivos que desde hacía tiempo quería realizar y para mi sorpresa, treinta días después de haber terminado de efectuar la meditación del manuscrito número veintidós comencé a observar como, en forma aparentemente casual se iban manifestando la resultados de cada uno de ellos hasta que, algunos meses después, antes de la fechas previstas, los había realizado todos, menos dos, por lo cual, me senté y volví a anotar, en una hoja de mi cuaderno, otros diez objetivos, encabezados por los dos pendientes de la lista anterior, les puse la fecha tope a cada uno, antes de la cual debían ser logrados, para seguir visualizando, su logro, periódicamente.

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sábado, 23 de junio de 2012

EL LIBRO DE LAS FACULTADES ESPIRITUALES VIII



EL LIBRO DE LAS FACULTADES VIII
Autor: ALLAN KARDEC
Versión castellana: Giuseppe Isgró C.

Capítulo VIII

TEORÍA
DE LAS MANIFESTACIONES FÍSICAS

Movimientos y elevaciones; Golpes; Aumento y disminución del peso de los cuerpos.

1. Habiendo sido demostrada la existencia de los Espíritus por el razonamiento y por los hechos, así como la posibilidad de su actuación sobre la materia, se trata ahora de conocer como se desenvuelve su acción y como logran ellos mover las mesas y los demás cuerpos inertes.
Un pensamiento se presenta naturalmente a la mente, y es el mismo que también nosotros hemos tenido; pero este pensamiento habiendo sido combatido por los Espíritus que nos han dado una explicación completamente diferente de aquella que nosotros nos esperábamos, se puede considerar este hecho como prueba cierta de que su teoría era diversa de nuestra opinión. Ahora, este primer pensamiento cada quien pudo haberlo tenido como nosotros; en cuanto a la teoría de los Espíritus, no creemos que ella haya sido percibida por mente alguna. Se reconocerá sin esfuerzo cuanto ella es superior a la nuestra, aunque menos simple, por cuanto nos da la solución de una cantidad de otros hechos que no encontraban una explicación satisfactoria.
2. Desde el momento que se conoce la naturaleza de los Espíritus, su forma humana, las propiedades semi-materiales del peri-espíritu, o alma, la acción mecánica que él puede tener sobre la materia (por cuanto en los hechos de apariciones se han visto algunas manos fluídicas y también tangibles, adueñarse de objetos y transportarlos, era cosa natural creer que el Espíritu se sirviese simplemente de sus manos para hacer girar la mesa, y que la elevase en el espacio por la fuerza de los brazos. Pero entonces, qué necesidad habría de tener un sensitivo? El Espíritu no puede actuar por sí solo? En efectos, el sensitivo apoya, con frecuencia, las manos en sentido contrario al movimiento, o también no las apoya para nada, y por lo tanto no puede evidentemente secundar al Espíritu con una acción muscular cualquiera. Nosotros dejaremos, antes de todo, hablar a los Espíritus que hemos, a este fin, interrogado.
3. Las siguientes respuestas nos fueron dadas por el Espíritu de Luís; ellas fueron, después, conformadas por muchas otras.
       I. El fluido universal es una emanación de la Divinidad?
-“No”-
     II. Es una creación de la Divinidad?
–“Todo es creado, excepto Dios”-.
  III. El fluido universal es, al mismo tiempo, el elemento universal?
-“Sí, él es el principio elemental de cada cosa”-.
    IV. Tiene relación con el fluido eléctrico, del cual conocemos los efectos?
-“Es su elemento”-.
       V. Cuál es el estado en el que el fluido universal se nos presenta en su más grande simplicidad?
-“Para encontrarlo en su absoluta simplicidad, convendría remontar hasta a los Espíritus puros; en vuestro mundo él está más o menos modificado para formar la materia compacta que os rodea; todavía vosotros podéis decir, que el estado el cual mayormente se aproxima a esta simplicidad es el del fluido que vosotros llamáis fluido magnético animal”.
    VI.Ha sido dicho que el fluido universal es la fuente de la vida; es quizá, también, la fuente de la inteligencia?
-“No; este fluido anima únicamente la materia”-.
 VII. Por  cuanto es este el fluido que compone el periespíritu, o alma, no parece que él se encuentre en un especie de condensación que lo aproxima hasta a un cierto punto a la materia propiamente dicha?
-“Hasta a un cierto punto es como vosotros decís, por cuanto él no tiene todas las propiedades; él está más o menos condensado según los mundos”-.
VIII. Cómo puede un Espíritu realizar el movimiento de un cuerpo sólido?
-“Él combina una parte del fluido universal con el fluido que emana del sensitivo apropiado a este efecto”-.
    IX.–“Los Espíritus elevan la mesa con la ayuda de sus propios miembros de alguna manera materializados?
-“En esta respuesta no encontraréis, todavía, lo que vosotros deseáis. Por cuanto una mesa se mueve debajo de vuestras manos, el Espíritu evocado va a obtener del fluido universal cuanto precisa para animar esta mesa de una vida ficticia. La mesa así preparada es atraída por el Espíritu, que la hace mover bajo la influencia de su propio fluido, impulsado por su voluntad. Dado que la masa que quiere poner en movimiento es muy pesada para él, llama en ayuda a otros Espíritus que se encuentran en sus mismas condiciones. En razón de su etérea naturaleza, el Espíritu propiamente dicho no puede actuar sobre la materia. Este ligamen, que constituye el que vosotros denomináis periespíritu, o alma, os da la clave de todos los fenómenos espiritas materiales. Yo creo de haberme explicado bastante claramente para hacerme comprender”-.
Observación: Llamamos la atención sobre esta primera fase: En esta respuesta no encontraréis, todavía, la que deseáis. –El Espíritu había perfectamente comprendido, que todas las cuestiones precedentes no eran hechas, sino con el fin de llegar a esta, y hace alusión a nuestro pensamiento que esperaba, en efectos, otra respuesta, es decir, la confirmación de nuestra idea, acerca de la manera con la cual el Espíritu hace mover la mesa.
   X.   Los Espíritus que él llama en su ayuda le son, quizá, inferiores? Están ellos a sus ordenes?
-“Igual, casi siempre; con frecuencia se presentan espontáneamente”.
    XI. Son, todos los Espíritus, aptos para producir fenómenos de este género?
-“Los Espíritus que producen esta especie de efectos son siempre espíritus inferiores, los cuales no son, todavía, enteramente liberados de toda influencia material”.
 XII. Comprendemos que los Espíritus superiores no se ocupan de las cosas que están por debajo de ellos; pero nosotros preguntamos si ellos, que están desmaterializados, tendrían la potencia para hacerlo, si tuviesen la voluntad”.
-“Ellos tienen la fuerza moral como los demás tienen la fuerza física; cuando tienen la necesidad de esta fuerza, se sirven de aquellos que la poseen. No se os ha dicho, acaso, que ellos se sirven de los espíritus inferiores como vosotros lo hacéis con los cargadores?

Observaciones: Se dijo que la densidad del periespíritu, si de esta manera podemos expresarnos, varía según el estado de los mundos; parece, más bien, que varíe en el mismo mundo, según los individuos. El estado de los Espíritus moralmente avanzados  es más sutil y se acerca al de los Espíritus elevados; el estado de los espíritus inferiores, por el contrario, se acerca a la materia, lo que determina que estos espíritus de bajo nivel conserven tan largamente las ilusiones de la vida terrestre. Ellos piensan y actúan como si estuviesen, todavía, vivos; tienen los mismos deseos y, se podría decir, casi la misma sensualidad. Esta densidad del periespíritu dándole más afinidad con la materia, rinde a los Espíritus inferiores, por el contrario, más propicios para las manifestaciones físicas. Por la misma razón un hombre de intelecto, está acostumbrado a los trabajos de la inteligencia, pero su cuerpo no se encuentra entrenado para elevar cargas pesadas, como si lo está el de un obrero. Su materia es menos compacta, los órganos menos resistentes; él tiene menor cantidad de fluido nervioso. El periespíritu, siendo para el Espíritu lo que es el cuerpo para el ser humano, y estando su densidad en forma proporcional a la inferioridad del espíritu, ella subroga en él la fuerza muscular, es decir, que le da sobre los fluidos necesarios a las manifestaciones, una potencia mayor de la que poseen aquellos cuya naturaleza es más etérea. Si un Espíritu elevado desea producir tales efectos, él hace lo que, entre nosotros, se estila: utilizan a un Espíritu adecuado a tal finalidad.
XIII.   Si nosotros hemos comprendido bien lo que habéis dicho, el principio vital reside en el fluido universal; el Espíritu elabora con este fluido la envoltura semi-material que constituye su peroiespíritu, y es por medio de este fluido que él actúa sobre la materia inerte. Es así?
-“Sí; es decir, que anima la materia con una especie de vida ficticia: la materia se anima de la vida animal. La mesa que se mueve debajo de vuestras manos vive como el animal; obedece por si misma al ser inteligente. No es que este último la empuje como lo haría el hombre con un peso; no es que la mesa cuando se eleva, sea elevada por el Espíritu por la fuerza de los brazos, sino que es la mesa animada que obedece al impulso dado por el Espíritu”.
XIV. Cuál es el rol del sensitivo en este fenómeno?
-“Lo he dicho ya. El fluido propio del sensitivo se combina con el fluido universal acumulado por el Espíritu; es necesaria la unión de estos dos fluidos, es decir, del Espíritu animalizado con el fluido universal, para imprimirle la vida a la mesa. Pero, notad bien, esta vida no es más que momentánea: ella se termina con la acción, y con frecuencia antes aún de que termine la acción; es decir, tan pronto como la cantidad de fluido no es más suficiente para animarla”-.
   XV. Puede el Espíritu actuar sin el concurso de un sensitivo?
-“Él puede actuar sin saberlo el sensitivo; es decir, que muchas personas sirven de auxiliares a los Espíritus, para determinados fenómenos, sin siquiera imaginarlo. El Espíritu absorbe de ellas, como de una fuente, el fluido animalizado del cual tiene necesidad; de esta manera el concurso de un sensitivo cual lo entendéis vosotros no es siempre necesario, lo que tiene lugar, sobre todo en los fenómenos espontáneos”-.
XVI. La mesa animada actúa con inteligencia? Piensa?
-“Ella no piensa más que el bastón, con el cual hacéis un signo inteligente, pero la vitalidad de la cual está animado le permite de obedecer al impulso de una inteligencia. Sepáis bien que la mesa que se mueve no se convierte en espíritu y de que ella no tiene, de por sí, ni pensamiento ni voluntad”-.
Observación: En el lenguaje común, hay una expresión análoga: así de una rueda que gira con velocidad, se dice que está animada por un movimiento rápido”-.
XVII.   Cuál es la causa preponderante en la producción de este fenómeno? El Espíritu o el fluido?
-“El Espíritu es la causa, el fluido es el instrumento; las dos son necesarios”-.
XVIII. Cuál es la parte reservada, en este caso, al sensitivo?
-“Ser un instrumento de los Espíritus y secundarles en el impulso dado al fluido”-.
-La acción de la voluntad es siempre indispensable?
-“Ella se agrega a la potencia, pero no siempre es necesaria, por cuanto el movimiento puede tener lugar en contra y pese a esta voluntad, y esta es una prueba, de que existe una causa independiente del sensitivo”-.
Observación: El contacto de las manos no es siempre necesario para hacer mover un objeto. Lo es, más frecuentemente para dar el primer impulso; pero, una vez que el objeto esté animado, puede obedecer a la voluntad sin contacto material; esto depende tanto de la potencia del sensitivo, como de la naturaleza de los Espíritus. Un primer contacto no es siempre indispensable; se tiene la prueba de ello en los movimientos y desplazamiento espontáneos, que no se piensa de provocar.
XIX. Por qué no pueden todos producir el mismo efecto, y por qué todos los sensitivos no tienen la misma potencia?
-“Esto depende de la organización y de la mayor o menor facilidad con la cual puede operarse la combinación de los fluidos; y después, el espíritu del sensitivo simpatiza más o menos con los espíritus extraños, que encuentran en él la potencia fluídica necesaria. Esta potencia se asemeja a la de los magnetizadores, que es más o menos grande. Bajo este aspecto hay individuos que son completamente refractarios; en otros, en cambio, la combinación se efectúa únicamente por el esfuerzo de la voluntad; finalmente, en algunos otros, tiene lugar de manera tan natural, y fácilmente, que ni siquiera se percatan de ello, y sirven, sin saberlo, de instrumento, tal como lo hemos dicho ya”. (Ver, seguidamente, el capítulo sobre Las Manifestaciones físicas espontáneas).
Observaciones: -El magnetismo es, sin lugar a duda, el principio de estos fenómeno, pero no como generalmente se cree; la prueba está en que hay magnetizadores muy potentes quienes no harían mover una mesa, mientras, en cambio, se encuentran otros individuos que no pueden magnetizar, inclusive niños, a quienes les basta apoyar los dedos sobre una mesa muy pesada para hacerla mover; por lo cual, si la potencia sensible no está en relación de la potencia magnética, es porque existe otra causa.
XX.   Las personas denominadas eléctricas pueden ser consideradas como sensitivos?
-“Estas personas toman en sí mismas el fluido necesario para la producción del fenómeno, y pueden actuar sin el concurso de los espíritus. No son sensitivos en el verdadero sentido de la palabra; pero no es improbable que estén asistidos por un espíritu, quien aprovecharía, de esta manera, sus naturales disposiciones”.
Observaciones: Estos individuos tienen alguna analogía con los sonámbulos, quienes pueden actuar tanto con el concurso de un espíritu extraño, como sin él. (Ver en el capítulo de los sensitivos, el artículo relativo a los sensitivos sonámbulos).
XXI.   El Espíritu que actúa sobre los cuerpos sólidos para moverlos, se encuentra en la substancia del cuerpo, o bien fuera de la misma?
-“Lo uno y lo otro; nosotros hemos dicho que la materia no es un obstáculo para los espíritus; ellos penetran todo; una porción del periespíritu se identifica, por así decirlo, con el objeto que él penetra”.
XXII. Cuál medio emplea el Espíritu para golpear? Se sirve de un objeto material?
-“No, al igual que no se sirve de sus brazos para elevar una mesa. Conocéis bien que él no tiene ningún martillo a su disposición. Su martillo es el fluido combinado, puesto en acción por su voluntad, para mover o golpear. Cuando él mueve, la luz refleja los movimientos; cuando él golpea, el aire conduce el sonido”.
XXIII. Esto se concibe cuando él golpea sobre un cuerpo duro; pero cómo él puede producir ruidos o sonidos articulados en el vacío del aire?
Desde el momento que actúa sobre la materia, puede hacerlo, igualmente, sobre el aire que sobre una mesa. En cuanto a los sonidos articulados, él puede imitarlos, al igual que todos los demás ruidos”.
XXIV.   Vosotros decís que el espíritu no se sirve de sus manos para mover la mesa; todavía, se vieron, en ciertas manifestaciones visuales, aparecer manos cuyos dedos se agitaban sobre un piano, moviendo las teclas, y hacían entender determinados sonidos. No se podría creer que, en este caso, el movimiento de las teclas fuese producido por la presión de los dedos? Esta presión no es directa y real, cuando se hace sentir sobre nosotros mismos, dado que estas manos dejan sus improntas sobre nuestra piel?
-“Vosotros no podéis entender la naturaleza de los espíritus y su manera de actuar, sino con el medio de las comparaciones que os aportan una idea incompleta, y es un error el de querer asimilar sus procesos a los vuestros. Sus procesos deber ser en relacionado de acuerdo con su naturaleza. No se os ha dicho ya que el fluido del periespíritu penetra la materia y se identifica con ella, animándola de una vida ficticia? Ahora bien, cuando el Espíritu apoya los dedos sobre las teclas, él los apoyo realmente, y también las hace mover; pero no es con la fuerza muscular que él presiona las teclas: él anima la tecla al igual que lo hace con la mesa, y la tecla que obedece a su voluntad se mueve y hace vibrar la cuerda. Más bien, aquí ocurre una cosa que para vosotros resulta poco fácil comprender, y es que ciertos Espíritus son de tal manera pocos avanzados, y de tal manera materializados, comparándolos con los Espíritus elevados, que tienen todavía las ilusiones de la vida terrenal, y creen de actuar como cuando tenían su cuerpo; ellos no se rinden mayor cuenta de la verdadera causa de los efectos que producen, de lo que un campesino lo haga de la teoría de los sonidos que él pronuncia. Preguntadle como hacen para tocar el piano: ellos os dirán que golpean arriba con sus propios dedos, porque creen que golpean; el efecto se produce instintivamente cerca de ellos sin saber el cómo, y todavía por efecto de su voluntad. La misma cosa ocurre cuando hacen entender determinadas palabras”.
Observaciones: Resulta, de estas explicaciones, que los Espíritus pueden producir todos los efectos que nosotros producimos, pero con medios apropiados a su naturaleza; ciertas formas que les son inherentes, tienen la función de los músculos que nos son, a nosotros, necesarias para actuar; de la misma manera que el gesto suple, en el mudo, la palabra que le falta.
XXV.   Entre los fenómenos que se citan como prueba de la acción de una potencia oculta, hay algunos evidentemente contrarios a todas las leyes conocidas le la naturaleza; no sería, entonces, permitido dudar?
-“El ser humano está bien lejos de conocer todas las leyes de la naturaleza; si las conociese todas, sería un Espíritu superior. Cada día, por lo tanto, ella da demostraciones a aquellos que, creyendo de saber todo, pretenden de imponer ciertos límites a la naturaleza; y con todo esto, no obstante, no se corrigen de su orgullo. Desvelando, sin pausa, nuevos misterios, Dios advierte al ser humano de que no debe fiarse de sus propias luces, ya que llegará el día en el cual la ciencia del más sabio será confundida. No tenéis, vosotros, cada día, ejemplos de cuerpos animados de un movimiento capaz de vencer la fuerza de gravitación? La bala de cañón, lanzada en el aire, no sobrepasa, momentáneamente, esta fuerza? Pobres humanos, que creéis de ser muy sabios, y cuya tonta vanidad es humillada a cada instante, sabed, por lo tanto, que sois, aún, muy pequeños”.
4. Estas explicaciones son claras, categóricas y sin ambigüedad; y este punto resulta culminante, es decir, que el fluido universal, en el cual reside el principio de la vida, es el agente principal de las manifestaciones, y que este agente recibe su impulso del Espíritu, tanto si éste está encarnado, como si libre, en la dimensión espiritual. Este fluido condensado constituye el periespíritu, o envoltura semi-material del Espíritu, -denominada, también, alma-. En el estado de encarnación, el periespíritu está encuentra unido a la materia del cuerpo; en el estado de desencarnado, él está libre. Cuando el Espíritu está encarnado, la substancia del periespíritu es más o menos ligada, más o menos adherente, si de esta manera podemos expresarnos. En algunos individuos, existe, de alguna manera, emanación de este fluido, como dotación de su organismo, y es esto lo que, propiamente hablando, constituye a los sensitivos de efectos físicos. La emisión del fluido animalizado puede ser más o menos abundante y su combinación más o menos fácil.; esta es la razón por la cual los sensitivos son más o menos potentes. Ella no es permanente, y esto explica la intermitencia de la potencia.
5. Citamos una comparación. Por cuanto se tiene la voluntad de actuar materialmente sobre un punto cualquiera colocado a distancia, es el pensamiento que lo desea; pero el pensamiento solo no irá a golpear este punto; necesita un intermediario que él dirigirá, un bastón, un proyectil, una corriente de aire, etcétera. Observad, por otra parte, que el pensamiento no actúa sobre el bastón, ya que, si este no es tocado, no se moverá de por sí. El pensamiento, que no es otra cosa sino el Espíritu encarnado en nosotros, está unido al cuerpo por medio del periespíritu; ahora él, como no puede actuar sobre el cuerpo sin periespíritu , de la misma manera no puede accionar sobre el bastón sin el cuerpo; él actúa sobre el periespíritu porque es la substancia con la cual tiene mayor afinidad; el periespíritu actúa sobre los músculos, los músculos agarran el bastón, y el bastón golpea donde lo estableció el pensamiento.
Cuando el Espíritu no está encarnado, precisa de un medio auxiliar, y éste cooperador es el fluido del cual él rinde el objeto susceptible de seguir el impulso de su voluntad.
6. De esta manera, aun cuando un objeto es puesto en movimiento, elevado o dejado en el aire, no es ya el Espíritu que lo afecta, que lo empuja y lo eleva, como nosotros haríamos con la mano; él lo satura, es decir, con su fluido combinado con el del sensitivo, y el objeto así momentáneamente vivificado, actúa como haría un ser viviente, con la diferencia que, no teniendo voluntad propia, él sigue el impulso y la voluntad del Espíritu.
Por cuanto el fluido vital, empujado, de alguna manera por el Espíritu, da una vida ficticia y momentánea a los cuerpos inertes, y desde el momento en que el periespíritu  no es otra cosa que este mismo fluido vital, se deriva de ello que el Espíritu, cuando está encarnado, da él mismo la vida a su cuerpo por medio del periespíritu; él permanece unido hasta tanto lo permita el organismo; cuando él se retira, el organismo cesa su ciclo de vida física.
Ahora, si en cambio de una mesa se esculpe el leño en forma de estatua, y se actúa, después, sobre la misma, al igual que se hace sobre la mesa, se tendrá una estatua que se moverá, que golpeará, que responderá con sus movimientos y con sus golpes; se tendrá, en una palabra, una estatua momentáneamente animada de una vida artificial. Lo que se dijo de las mesas parlantes, se podría decir igualmente de las estatuas parlantes.  Esta teoría arroja una luz clarificante en una cantidad de fenómenos que hasta ahora habían quedado insolutos.
7. Los incrédulos por partido tomado oponen que el hecho de la elevación de las mesas sin punto de apoyo es imposible ya que es contrario a la ley de gravitación. Nosotros les respondemos, en primer lugar, que su negación no es una prueba; en segundo lugar, que si el hecho existe, por cuanto es contrario aparezca a todas las leyes conocidas, probaría una sola cosa, es decir, que el mismo reposa sobre una ley desconocida, y que los negadores no pueden tener la pretensión de conocer todas las leyes de la naturaleza. Nosotros damos la explicación de esta ley, pero esta no es una razón suficiente para que  sea por ellos aceptada, precisamente porque ella es aportada por los Espíritus que han dejado su envoltura terrestre, en vez de serlo por Espíritus que tienen, aún, dicha envoltura, y que se sientan en la Academia. De modo que, si el Espíritu de Arago viviente hubiese dado esta ley, ellos la habrían aceptado con los ojos cerrados; pero, dada por el Espíritu de Arago desencarnado, se transforma en una utopía, y por qué esto? Porque creen que Arago habiendo desencarnado, todo terminó en ese hecho. No pretendemos de disuadirles; todavía, pudiendo esta objeción inhibir a alguna persona, buscaremos de responderle, ubicándonos desde su propio punto de vista, es decir, haciendo abstracción por un instante de la teoría de la animación ficticia.
8. Cuando se hace el vacío debajo de la campana de la maquina neumática, esta campana se adhiere con una tal fuerza, que es imposible elevarla, por causa del peso de la columna de aire que le gravita arriba. Se le deje, apenas, entrar el aire, y la campana se elevará con la más grande facilidad, porque el aire que hay abajo hace de contrapeso al aire que hay arriba; abandonada pero a sí misma, quedará sobre el plato, en virtud de la ley de gravitación. Supongamos, ahora, que el aire de abajo sea comprimido, que tenga una densidad más grande que el de arriba, la campana  será elevada a pesar de la gravitación. Si la corriente de aire es rápida y violenta, ella podrá ser sustentada en el espacio sin algún apoyo visible, a la manera de las muñecas que se hacen voltear sobre un surtidor de agua.
Por qué, por lo tanto, el fluido universal, que es el elemento de cada materia, no debería tener, cuando es acumulado alrededor de la mesa, la propiedad de disminuir o de aumentar el peso específico relativo, como el aire lo hace para la campana de la maquina neumática, como el gas hidrógeno hace en los balones, sin que se derogue por esto a la ley de gravitación? Conocéis, vosotros, todas las propiedades y toda la potencia de este fluido? No! Y bien, no neguéis, entonces, un hecho, por el solo motivo de no poder explicarlo.
9. Regresamos ahora a la teoría del movimiento de las mesas. Si con el medio indicado el Espíritu puede elevar una mesa, él podrá, también, elevar otras cosas: una silla, por ejemplo. Si puede elevar una silla, podrá, también, con una fuerza suficiente, elevar al mismo tiempo una persona que se le encuentre sentada arriba. He aquí, por lo tanto, la explicación de este fenómeno, que el sensitivo Home ha realizado cien veces sobre él y otros individuos; él lo renovó durante un viaje a Londres, y para probar que los espectadores no eran víctimas de una alucinación óptica, él hizo un signo con el lápiz arriba el techo, y hubo, también, quien pasó debajo de él.
Nadie ignora que el señor Home es un sensitivo de efectos físicos potente; él era, en este caso, la causa eficiente y el objeto.
10.         Hemos, ahora, hablado del aumento posible del peso; esto es, de hecho, un fenómeno que alguna vez se produce y no es más excepcional de cuanto lo sea la prodigiosa resistencia de la campana debajo de la presión de la columna atmosférica. Bajo la influencia de determinados sensitivos, se vieron objetos bastante ligeros ofrecer la misma resistencia, después, todo de una vez, ceder al más pequeño esfuerzo. En la experiencia antes mencionada, la campana no pesa, en realidad, ni más ni menos por sí misma, pero ella parece más pesada por efecto de la causa exterior que actúa sobre ella. La misma cosa se verifica, probablemente, en nuestro caso. La mesa tiene, siempre, el mismo peso intrínseco, por cuanto su masa no aumentó, sino que, una fuerza extraña se opone a su movimiento, y esta causa puede residir en los fluidos que la penetran, al igual que está en el aire la causa que aumenta o disminuye el peso aparente de la campana.
Realizad la experiencia de la campana neumática delante a un ignorante, quien no comprenda como es el aire, que él no ve, producir el efecto en cuestión, y no será difícil persuadirle de la intervención del diablo.
Podría suponerse, quizá, que este fluido siendo imponderable, su acumulación no puede aumentar el peso de un objeto. Estamos de acuerdo; pero, si nos hemos servido de la palabra acumulación, ha sido por comparación , y no por asimilación absoluta con el aire. Es imponderable, aceptado; todavía, nada lo prueba: su naturaleza íntima nos es desconocida, y nosostros estamos muy lejos de percibir todas sus propiedades.  Antes de que se hubiese experimentado el peso del aire, no se sospechaban los efectos de este mismo peso. La electricidad está, también, colocada entre los fluidos imponderables; todavía un cvuerpo puede ser retenido por una corriente eléctrica, y ofrecer una gran resistencia a quien quisiese elevarlo: él, por lo tanto, se ha convertido en más pesado, No es justo pensar que no exista un apoyo, porque este no se ve. El Espíritu puede, por lo tanto, tener algunas palancas que nos son desconocidas; la naturaleza nos prueba todos los días  que su potencia no se para frente el testimonio de nuestros sentidos.
Solamente admitiendo una causa similar, es posible explicar el fenómeno singular, del cual se vieron muchos ejemplos, de una joven persona débil y delicada que elevaba con dos dedos, sin esfuerzos y como una pluma, a un hombre fuerte y robusto, unidamente a la silla sobre la cual se encontraba sentado. Esto prueba una causa extraña a la persona misma, son las intermitencias de las facultades.



martes, 19 de junio de 2012

LOUIS PAUWELS: LA VISIÓN DE LOUIS PAUWELS


LA VISIÓN DE LOUIS PAUWELS

POR ©GIUSEPPE ISGRÓ C.


Louis Pauwels es uno de los dos autores del libro El Retorno de los Brujos. El otro es Jacques Bergier.
Pero aquí, la obra de Pauwels a la que nos referimos, es: El admirable Blumroch o el almuerzo del superhombre.
En ella, los dos hombres que intercambian ideas, son: Pauwels y un personaje imaginario. Pero, salta a la vista de que Pauwels rememora esas incontables reuniones con Bergier, mientras escribieron El Retorno de los Brujos.  
Blumroch dice: -“Para hacernos ricos hemos de crear obras filantrópicas. Se ha dado cuenta de que todos los filántropos son acaudalados?”
En otra parte, se preguntaba: -“Quien puede decir que la inteligencia suprema no sea capaz del más profundo amor?”
Hay una idea que se maneja en el diálogo que refleja una realidad histórica: La de que la verdad jamás triunfa en forma inmediata, pero termina haciéndolo.
Se deduce, de una idea comentada: Que toda obra cuando ya se ha empezado su ejecución produce un fenómeno de inercia que tiende a cooperar a que su conclusión exitosa se lleve a cabo.
Para esto existe una condición sine qua non: No abandonar a mitad de camino ningún proyecto, pese a todas las adversidades reales o imaginarias.
En consecuencia, todo trabajo creador mantiene el Espíritu siempre alegre.
Algunos aforismos extractados, expresan:
1. -“Nosotros hemos sido seleccionado para el  éxito”-.
2.  –“Es preciso dejar de tener un pensamiento cerrado en un mundo abierto”.
3. –“La comunicación con el infinito: Se hace urgente restablecer esa línea”-.
4.  –“El progreso se dirige hacia nuestra propia transformación”.
5. –“Es evidente que la conciencia desempeña un papel especial en el universo. El campo gravitacional de un planeta varía con el grado de conciencia de sus habitantes”-.
6. –“Cuando se haga la luz sobre las funciones excepcionales del Espíritu, se aclararán más sus funciones ordinarias”.-
7. De André Bretón: -“Acaso no puede aplicarse también el sueño a la resolución de las cuestiones fundamentales de la vida?”.
Se puede programar un sueño para obtener información, virtualmente, sobre cualquier cosa, incluyendo Dios, por supuesto.
8.       –“Se inicia una nueva era de introversión tanto para los individuos como para la colectividad planetaria. Vamos a sumergirnos de nuevo en nuestras profundidades y nuestros misterios intemporales”-.
9.       –“Creo que el hombre posee un segundo sistema genético: su Espíritu”.
10.    –“Presiento que Dios cuenta con nosotros”-.
11.    –“Solamente hay una moral: vencer todos los obstáculos que nos impidan superarnos”-.
12.    –“Un aprendiz acaba por convertirse en maestro”-.
13.    –“Qué podría lograrse con un pensamiento fijo de una hora? Resolvería la mayor parte de nuestros enigmas”-.
14.    –“Siempre más preguntas que respuestas y siempre más ávido de saber! He aquí un destino divino”.
15.    –“Ahora le voy a hablar de la vida emocionante del superhombre: Será feliz. El tiempo vuelve a ser bueno como siempre lo ha sido”-.
Evidentemente, esta obra es un monumento al  pensamiento universal percibido por Louis Pauwels, y un homenaje indirecto a Jacques Bergier. Sin duda, son dos de las cien mentes más brillantes del siglo XX.
Adelante.