miércoles, 12 de septiembre de 2012

ENSEÑANZAS DE DON QUIJOTE


ENSEÑANZAS DE DON QUIJOTE

POR ©GIUSEPPE ISGRÓ C.


De la primera salida de Don Quijote, se deducen sabias enseñanzas para la vida.
Tomada la decisión de dar inicio a su carrera de caballero andante, Don Quijote pone en ejecución su propósito, en forma inmediata.
Esta es una lección de sabiduría perenne. Engloba: Decisión, rápida ejecución y claros propósitos. Es decir, Don Quijote se proponía educar al ser humano y arreglar el mundo.
Luego, y he aquí otro secreto quijotesco: El silencio sobre todo cuanto cada quien se propone ejecutar, para evitar que fuerzas antagónicas interactúen.
Don Quijote: -“Sin decir nada a persona alguna de cuanto había planificado ….., salió sobre Rocinante”.
Estaba “rebosante de alegría al ver con cuanta facilidad había dado inicio a su noble deseo”.
Don Quijote verifica lo fácil que es ejecutar lo pensado, y, el ánimo contento que acompaña a la acción.
Pero, acto seguido, “en cuanto –Don Quijote- se vio en el campo abierto, le sobrevino un terrible pensamiento, que por poco le hace desistir de la ya iniciada empresa”.
Es propio del carácter humano, al ponerse en acción, el titubear, y a ver los obstáculos, reales unos, imaginarios otros, que se le anteponen en el camino.
Don Quijote percibe, “que conforme a la ley de la Caballería no podía ni debía entablar batalla…” antes de haber sido armado caballero. Es la competencia en el propio arte, o ciencia, y la preparación que le antecede.
Cervantes señala: -“pero, más que la razón pudo en él su fervor trascendente. Se propuso hacerse armar caballero por el primero con quien se topase, a emulación de muchos otros que así lo hicieron”. Es el maestro –o múltiples instructores- que la vida pone en el camino de cada quien para ir forjando su carácter.
El hidalgo encuentra la solución a las situaciones que se van presentando como pruebas existenciales.
Cervantes, vuelve a decir: -“Con esto se aquietó y prosiguió su viaje sin llevar otro rumbo que aquel que su caballo quisiese, teniendo por cierto que en esto consistía la fuerza emotiva de las aventuras”.
Es el “sincronismo cósmico” de la vida, regido por la ley de afinidad, que va conduciendo a cada quien al lugar correcto, en el momento oportuno, pora hacer la cosa propicia.
Don Quijote, además, está consciente de la importancia del rol que decidió ejecutar. Cervantes, también tiene conciencia de la trascendencia de su obra.
Luego, Don Quijote se pone en camino a la salida del sol. Aquí reside otra gran lección quijotesca: Empezar la jornada muy temprano. Como dice el dicho: -“Quien madruga coge agua clara y Dios le ayuda”.
Adelante.

domingo, 9 de septiembre de 2012

LA PLUMA DE ORO





LA PLUMA DE ORO

Por ©Giuseppe Isgró C.


El poeta estaba soñando; en el viaje onírico se encontraba en un país lejano, y por él desconocido. Veía a lo lejos, en el piso de arriba, a su hijo mayor, sentado en una silla playera, con un libro en las manos, leyendo, pensativo, o meditando.
Sube a saludarlo, pero ya no estaba en ese lugar, frente al piso en que vivía, que parecía ser una terraza de uso común. Al instante el hijo sale a recibirle, y le pide que le espere unos minutos, y se va con pasos rápidos, abstraído por algún pensamiento, o idea.

ALLAN KARDEC
El poeta no entendió lo que le pasaba, y bajó a nivel de la calle, para recorrer la ciudad. Comenzó a andar, y de pronto se ve volando por las vías de aquella urbe. 
 RUMI
Le parecía encontrarse en un lugar que se asemejaba a la avenida Bolívar de Puerto La Cruz, pero se daba cuenta de que no era esa la ciudad, sino una inglesa.
CERVANTES
Mientras “volaba”, percibía que era señal evidente de estar en desdoblamiento, o proyección espiritual; es la sensación característica que uno experimenta cuando sueña. Empero, al soñar, nuestro Espíritu se emancipa del cuerpo y se desplaza a la velocidad del pensamiento a cualquier lugar a donde deba ir, o quiera hacerlo. Interactúa con los integrantes de la dimensión espiritual, o con los encarnados desdoblados, o con ambos al mismo tiempo. Realiza tareas increíbles, y muchas veces, cuando la persona concluye su ciclo de vida, se sorprende de que durante el sueño llevara a cabo una ingente tarea que encuentra ya concluida, sin saberlo.
PLATÓN
Igualmente, durante el sueño realiza estudios sobre los temas de su interés, se interrelaciona con lectores de obras diversas, de doctrinas varias, y cuando despierta se encuentra con ideas, en su mente, que no sabe de donde las tomó. Pero, son reales, porque las tiene claras en su pensamiento.
 XENÓCTRATES
Muchas veces, -en las mayorías de los casos-, estas ideas son fruto de sus recorridos o andanzas espirituales durante el sueño: es lo que se conoce como percepción intuitiva. Pueden ser de índole diversa: clarividente, cuando son fruto de sus andanzas espirituales, o porque un ente espiritual se las presenta en imágenes semi-materiales, sin desdoblamiento. Telepáticas, cuando lee contenidos mentales en el archivo espiritual de otros seres, encarnados o desencarnados, en una de las vertientes, y cuando un ente espiritual le transfiere contenidos mentales a un encarnado, se trata de inspiración. Este tipo se transferencia puede ser realizada, también, de un Espíritu encarnado a otro, o viceversa. Retro-cognitivas, cuando las lee en el archivo espiritual de seres diversos, en ambas dimensiones, o en el propio, en el alma, y se refieren a sucesos pasados, o de encarnaciones anteriores. Premonitorias, cuando se relacionan con proyecciones en tiempo presente y futuro, mediante las cuales el Espíritu percibe tendencias y deduce probables consecuencias o sucesos inmediatos, o en lapsos cercanos. Hay cosas que son inminentes que ocurran y desde la dimensión espiritual, durante el sueño, o en breves abstracciones, se perciben, y se transfieren a la conciencia objetiva como premoniciones. Muchas de ellas se cumplen certeramente; otras, dejan de hacerlo. Podría decirse que van parejas, al 50% unas y otras: Las que se cumplen y las que dejan de hacerlo. Hay técnicas para corregir el efecto negativo de los sueños. En muchos casos pareciera ser esa la razón de que se tengan premoniciones; en otros casos, pese a todas las medidas de previsión, nada impide que el suceso premonitorio ocurra tal como se soñara. Empero, hay pruebas certezas de que ciertas técnicas de auto-protección funcionan. Una de ellas es la de relajarse, y visualizar el lugar, el vehículo en que se viaja, a la persona o personas involucradas, o a sí mismo, en una envoltura de luz, blanca o luminosa, y conectarse con el Creador Universal, en pedido de protección, guía, asistencia e iluminación. En esos casos, puede ocurrir el evento, pero sin consecuencias algunas. También, entes espirituales, encarnados o no, podrían inspirar informaciones de carácter premonitorios, con el fin de advertir a los seres afines de inminentes peligros, o de grandes oportunidades. Existe una perfecta interrelación entre los integrantes de ambas dimensiones, mucho más de lo que cualquier persona se puede imaginar.

HOMERO
Es un mundo fantástico el espiritual, y vivimos en constante interrelación, segundo a segundo, entre ambas dimensiones, las cuales conforman una sola ecología mental-. Y dada la velocidad a que se desplaza el Espíritu, aún estando encarnado, en esas breves abstracciones en que a diario incurre, mantiene comunicaciones con seres espirituales, permanentemente, sin percibirlo. Aunque, cada día, el número de personas que adquiere conciencia de esta realidad, se va incrementando. 
 JOSE MARTI
Quien mejor que nadie, en la antigüedad, percibió este fenómeno, fue Homero. Quienes lo han hecho en grado inigualable, en los tiempos modernos, en el siglo XIX, fueron: Allan Kardec y León Denís; éste último vivió, también, a caballo del siglo XX.  Alexis Carrel, -una de las mentes más brillantes del siglo XX-, percibió esta realidad intuitiva e inspirativa con una lucidez sorprendente. Paúl Brunton, es otro de los que han tenido un pensamiento lúcido, al respecto. 
HESIODO
Empero, millones de personas, suelen tener este tipo de experiencia, todas las noches, todos los días, a cada rato, y sin embargo, se precisa prestarle más atención; y leer más sobre el tema. El avestruz, sin embargo, no necesita hacerlo, ya que al esconder su cabeza dentro de un hueco, en la tierra, se ahorra el esfuerzo de tener que escudriñar e interpretar lo que le rodea. Aunque en el mundo animal, vegetal y mineral, la capacidad perceptiva de la realidad se desenvuelve con naturalidad, sin interferencias, y tanto la intuición como la inspiración fluyen y cumplen su función de despertar la conciencia inherente, en cada caso o situación. Cabe una pregunta: Acaso, a usted no le interesa entender el mundo en que vivimos?
Para quien esto escribe ha sido revelador un aforismo de Louis Pauwels, en el que expresa: -“No debería tenerse un pensamiento cerrado en un universo abierto”. Lo creamos o no, todo está, aún, por descubrirse. Y hay quien cree, con cierta ingenuidad, que todo está encerrado en el respectivo libro de su corriente de pensamiento.
Y, también, cuántos no creen ofender a sus respectivos maestros si se atrevieran a revisar muchas de las matrices de pensamientos que sustentan, en sus doctrinas, en gran parte obsoletas, ya que, la adquisición de nuevos estados de conciencia es constante y dejan en claro las nuevas realidades emergentes, en cada época.
Nuevos y más elevados niveles de comprensión se van alcanzando en los cuatro reinos naturales, que permiten ver cosas nuevas que antes eran ajenas al propio campo de atención.
AMALIA DOMINGO SOLER
Mientras se desplazaba, espiritualmente, durante ese agradable sueño, de regreso al cuerpo, sentía que en cualquier lugar a donde iba, se encontraba en casa. Pensaba que algún día todo el planeta será nuestra casa, de verdad, verdad. Si los humanos emuláramos el ejemplo de los entes de la dimensión espiritual, o del espíritu encarnado, cuando durante el sueño actúa en esa dimensión, desdoblado, por la elasticidad del alma, o periespíritu, habría más auténtica fraternidad entre los seres del planeta tierra. Nadie es extranjero en ninguna parte, y el Espíritu lo sabe.
PLUTARCO
Sin embargo, hay quienes han venido de otros mundos como “ángeles caídos”, por estorbar al progreso en aquellas moradas en que dejaron de aprobar los cursos de rigor. Allí, la inmensa mayoría avanzó a niveles superiores, quedando otros rezagados, y por la acción de la ley de afinidad han sido traídos a mundos de análogo nivel, al suyo, o de inferior grado evolutivo. En aquellos lejanos mundos representaban un obstáculo al progreso; aquí aprenden cosas nuevas, y, al mismo tiempo enseñan las que de aquellos remotos mundos rememoran en sus conciencias, sin saber de donde las traen.
 ARISTÓTELES
Y todas estas cosas las vivimos todos los días, y los niños, con percepción más clara nos hablan de ellas, y nosotros las atribuimos a la fantasía infantil.
Si no fuera así, de donde salieron en la antigüedad tantos poetas que se adelantaron a su tiempo, civilizaciones primitivas sobre las que emergieron otras nuevas, de más elevado nivel evolutivo, y, también, de costumbres más sofisticadas. Los hijos no se parecían a los padres; eran de más hermosa estampa, y de inteligencia más vivaz. Trajeron una ciencia más avanzada, concibieron un arte más depurado,  desarrollaron una mejor arquitectura, crearon herramientas e instrumentos inherentes a todas las actividades humanas, de mayor efectividad. Expresaron conocimientos sorprendentes que en la tierra asombraban y siguen haciéndolo.
Cuántos idiomas provienen de otros mundos? Y los rasgos físicos de los nuevos grupos étnicos emergentes, de donde se derivan, si antes no existían? La ciencia ha designado con el término PHILIAS, el arrastre de una vida a otra, de las aptitudes, rasgos físicos, fobias, traumas, y la capacidad de hacer o de dejar de hacer. Son las fuentes imperceptibles de las nuevas ciencias e inventos, de las espiritualidades que han ido emergiendo, y de los respectivos maestros y discípulos, también. Aquellos emergen cuando éstos se encuentran con capacidad de comprenderles.
Las enseñanzas de los vedas, de las leyes de Manú, el Corpus Hermeticum, la sabiduría de Homero y de Platón, y de tantos seres adelantados para su tiempo, de qué mundo nos han llegado? Los matemáticos de excepcional genio perceptivo de nuevas aplicaciones, y los músicos que las armonías de las esferas nos han traído, de qué planetas nos las trajeron. Por ejemplo, de Mozart, hay quien dice que nos trajo su lira de Júpiter. Y aquellos constructores de las tres grandes Pirámides, y de la Esfinge, que se estima que tienen más de trece mil años de haber sido construidas. Paúl Brunton sostiene, con justa razón, además, de que esas maravillas de la arquitectura y de la escultura, fueron realizadas antes de que las aguas se retiraran del Sahara. De acuerdo con los datos aportados por Platón, eso tendría una antigüedad superior a 8.000 años anteriores a nuestra era. Hay quienes vislumbran, entre ellos quien esto escribe, que la antigüedad de esos monumentos egipcios se ubica entre 40.000 y 80.000 años-. No sería más realista denominar a esas construcciones, Atlantes? De dónde obtuvieron esos conocimientos, que aún hoy, resultan sorprendentes? Quién podía haberles enseñados en el planeta tierra, en la humanidad primitiva que existía entonces? Que los hayan traído de Neptuno, de Júpiter, de Saturno, de Urano, o de Sirio, algunos adelantados, o de moradas más cercanas, o más lejanas, que más da: Son aportes de un universo interrelacionado, y solidarizado.
Hay, no obstante, personas que por haber nacido, en un ciclo de vida, en determinados países, se sienten seres superiores. Y, qué sentirán cuando les toque nacer en aquellos pueblos que ahora menosprecian? Querrán ir, por sentirse con derecho de hacerlo, a aquella nación en que tan bien se sintieron, y experimentarán lo mismo que a otros, antes, hicieron. Y comprenderán, que ellos, en aquel ropaje no son seres inferiores. Y aquellos otros, que antes fueron menospreciados en determinados lugares, ahora, cuando son oriundos de las naciones que antes les vejaron, al llegar a ese terruño los antiguos pobladores con su ropaje nuevo, les reconocerán como sus iguales, y así va naciendo la fraternidad, por la sabiduría de las leyes cósmicas que, en el nacer y vuelta a renacer, cada quien va aprendiendo la lección que precisa.
Podría alguien preguntarse: Habrá habido en otros mundos una obra igual a la del Quijote? Será que de alguno de esos lejanos mundos nos trajo Cervantes las noticias del Hidalgo y su Escudero, y las inmortales enseñanzas que entretienen y educan? Habrán sido esas enseñanzas, que suponemos de imaginarias andanzas, verdaderas filosofías que en otros mundos se desarrollaron, ya que Don Quijote expresa ideales muy adelantados para su tiempo, y que al nuestro, guían, y a los futuros tiempos de los tiempos, seguirán guiando. De qué mundo nos proviene la inspiración quijotesca que reivindica la bondad humana y llama la atención en la intervención de la divina justicia en los actos de los hombres? La bondad se expresa en la capacidad de dar sin esperar retribución alguna. No se trata, únicamente, de dar dinero; hay otras cosas igualmente valiosas, o más: el amor, un elogio justo y oportuno, un servicio desinteresado, una idea, una sonrisa iluminada, una palabra de aliento, el perdón, una expresión de amistad, escuchar con atención, un acto de tolerancia, el silencio, la gratitud, expresando sinceras gracias: Gracias por tu servicio, por tu compañía, por tu visita, por tu amistad, o, gracias por llamar. Un pequeño toque en el hombro, tiene efectos mágicos, e incontables ejemplos más.  
Cervantes es un observador de mirada límpida, y comprensión profunda, en sus Novelas Ejemplares, al presentar casos en que la justicia divina equilibra circunstancias adversas en determinados seres, como se evidencia, claramente, en “La fuerza de la sangre”. En otros personajes, como en “Las dos doncellas”, sale a relucir la integridad moral, la honradez, y otros valores, en cuyas descripciones el castellano denota manejarse en los mismos niveles perceptivos de Platón, o de Homero. Cuando contemplamos los lejanos tiempos, desde la perspectiva de la Meta-Historia, al estilo de Plutarco, y analizamos la vida y el pensamiento de diferentes personajes, en el espacio y en el tiempo, percibimos, claramente, interrelaciones sorprendentes.
Es a Xenócrates, discípulo de Platón, a quién el maestro solía referirse como de tardío entendimiento, que precisaba ser espoleado, al contrario que Aristóteles, que debía aplicársele el freno, a quien, Espeusipo, al retirarse, le confiará las riendas de la Academia  platónica.
Xenócrates, dirigirá la máxima institución filosófica de la edad de oro griega, veinticinco años. Es en esa vida anterior de incesante estudio que se fogueó el genio del inmortal Cervantes.
Imaginemos por un momento a Xenócrates, durante veinticinco años impartiendo clases en la Academia platónica. Cuánto no aprendería?
En esa comparación, en el instante en que Don Quijote suele responder a todas las preguntas que se le formulan, que, en el decir de la sobrina, ese hombre es capaz de satisfacer con inagotable sabiduría cualquier requerimiento, ya que demostraba saberlo todo, con buen dominio de los argumentos, cuando encontramos el paralelismo con Xenócrates. Esa misma situación de encontrarse frente a un grupo de discípulos, en la Academia, que les formulan preguntas de todas las clases y tipos, y que Xenócrates responde con igual dominio del tema, es en la que identificamos a ambos personajes. Cervantes, al desarrollar los coloquios de Don Quijote, y responder a las múltiples preguntas que se les hacen, se remonta a su archivo espiritual, en el alma, y van fluyendo las sabias respuestas, y los mensajes inherentes, de profunda sabiduría. No solamente es la sobrina que se asombra de tanta ingeniosidad, sido incontables generaciones de los subsiguientes siglos, han experimentado análogo asombroy emocionante aprendizaje.
Veamos sólo algunos títulos de los ensayos perdidos de Xenócrates, para darnos una idea de la magnificencia de su ingenio: -De la sabiduría; De la equidad; Del infinito; De la riqueza; De la prudencia; De la economía; De la templanza; De la fuerza de la ley; Del ente; Del hado; De las pasiones; De las Vidas; De lo útil; De las contingencias; De la justicia; De la amistad; De la virtud; Del valor; Del Espíritu; De la ciencia; De las soluciones; De la filosofía; De la oratoria; De los principios pitagóricos; De las cosas,  y un largo  etcétera, relativos a los valores universales. Son los mismos temas que solía tratar el  maestro: Platón.
Xenócrates, era, además, de una veracidad reconocida por todos, a tal punto de ser el único a quien, en Atenas, se le permitía dar testimonio sin juramento previo. También de vida frugal y austera, así como de una moralidad ejemplar, de gran paralelismo con Cervantes, como se deduce de incontables actos ejecutados por el ilustre íbero y que refleja en muchos de sus personajes, inclusive, en el Coloquio de los perros. 
Y luego, en el tiempo, en un nuevo ciclo de vida Xenócrates sería Plutarco.
 Cabría preguntarse: Quién fue Platón, en sus siguientes existencias? Recordemos: Hay grandes genios que van siempre juntos, en el mismo siglo, o muy cerca uno del otro. Y cuando vemos a Aristóteles en el ropaje de Apolonio de Tiana, quien sería Platón? Un pensamiento de análoga fuerza moralizadora, lo presentan, en Roma, únicamente Cicerón y Séneca. Ambos calzan los puntos de Platón. Son las dos mentes más brillantes de su época. Y ambos, inclusive, por el margen entre la desencarnación del primero, y el nacimiento del segundo, podrían ser la reencarnación del inmortal ateniense. Un notable paralelismo que no debe escapar a la mirada penetrante del observador, es la de que Platón trató de asesorar a Dionisio, para la creación de la República perfecta que anhelaba, en la Siracusa de la Magna Grecia, Aristóteles, fue el principal maestro de Alejandro Magno, y Séneca,  instructor de Nerón. Una de las tareas principales de los filósofos es la de preparar a los futuros estadistas y gobernantes, para forjar su visión geopolítica, la de Legislador, y la de Pedagogo, ya que, directa o indirectamente, los Gobernantes son los educadores de sus respectivos pueblos, y los líderes temporales cuyo modelo siguen incontables personas. He ahí su gran responsabilidad, y a la vez su misión esencial. Pero, los maestros no son responsables de los actos de sus discípulos, y éstos tienen el mérito de sus triunfos; empero, sus Espíritus permanecen agradecidos hacia sus maestros y guías. Es, sin duda, una labor de grupo, planificada desde la dimensión espiritual antes de reencarnar, y que contempla largos períodos en la trayectoria del planeta: es decir: los líderes, los maestros y los cooperadores y discípulos, son los mismos que se suceden en el tiempo, una y otra vez, para realizar los propósitos cósmicos, a nivel mundial, en cada planeta de turno, y en incontables otros, a nivel universal.
Se van entrelazando los destinos. Y, qué decir de Marco Aurelio y de Cómodo? El padre fue maestro de su hijo, con quien compartió el poder. La disparidad de caracteres entre uno y otro es inherente a la personalidad de cada quien, y sin duda los maestros ejercen un influjo positivo, que a largo tiempo, tiene sus efectos trascendentales, o moderadores y benéficos. Quién puede saber hasta que grado influyó Aristóteles en Alejandro Magno para forjar su visión de Estadista? Al conquistar, lo hacía para difundir la cultura helénica y fomentar el cruce étnico, al obligar a sus soldados a casarse con las mujeres de los pueblos conquistados, en vez de tomarlas como esclavas. Sin duda, el Gran Macedonio es uno de los Espíritus más civilizadores que han venido al planeta tierra, y lo observamos en algunos de sus diferentes roles, como Pisistrato, en cuya labor civilizadora  ejecutara las leyes codificadas por Solón y comenzara a forjar el esplendor griego; el emperador Juliano; Mahoma; Saladino, un ser de excepcional sabiduría y generosidad; y Solimán El Magnifico, a quien Cervantes anteponía como el mejor ejemplo de líder forjado por sí mismo. Aunque si nos atuviéramos a algunos elementos reveladores contenidos en la obra Te perdono, de Amalia Domingo Soler, deberíamos llegar a algunas conclusiones que han pasado desapercibidas a muchos de sus lectores. En aquel extraordinario libro que explica a la perfección el mecanismo de la reencarnación y la ley del karma, observamos que el Espíritu de Iris, reencarnado, en diversas existencias reconoce a Antulio en algunos personajes cuyos roles, en esas vidas, era el de conductor de ejércitos al estilo del de Alejandro Magno, a título comparativo, sin que por esto se deduzca que el uno sea la reencarnación del otro. Sino que, se evidencia como en las vidas sucesivas de un Espíritu, los roles se van sucediendo según las misiones que les son inherentes, y un filósofo puede transformarse en un conquistador.
Podemos, siquiera imaginar qué labor civilizadora, realizará el Espíritu de Alejandro, en futuras reencarnaciones? Sin duda alguna, el Espíritu de Alejandro Magno es de un nivel de progreso muy elevado, y sus facetas de filósofo profundo, de investigador de la ciencia sagrada, de hombre que rescatara grandes tesoros de la sabiduría antigua. Por ejemplo, según Alberto Magno, la Tabla Esmeraldina, (Tabula Zaradi), atribuida a Hermes Trismegisto, y esculpida con antelación al diluvio, con clara evidencia a sus orígenes atlantes, fue encontrada por Alejandro Magno. Recordemos que este hombre fue discípulo de Aristóteles, que es una de las mentes más universales que han vivido en el planeta tierra.
Y, no solamente Alejandro Magno; muchos de sus hombres de confianza, como el caso del general Tolomeo I Soter, que luego fuera Abderramán III y Lorenzo El Magnífico, fueron coadyuvadores en la misión de forjar grandes civilizaciones. Este último, por ejemplo, transformó a Córdoba, -conocida como la lumbre de occidente-, en la capital cultural del mundo. Y, como Ptolomeo I Soter, fundó el Museo y la Biblioteca de Alejandría, y como Lorenzo El Magnífico, emuló la obra de ambos, en la Florencia del Renacimiento. Aquí, encontramos a su lado al filósofo Platón, en el rol de Marsilio Ficino y a Giovanni Pico della Mirandola, genio de análoga magnitud que el de Moisés Maimónides. También, El Magnífico fue capaz de ver, en el joven Miguel Ángel, de apenas catorce  años, al futuro genio de la escultura, cuyo Espíritu es el mismo de Fidias, y, es probable que, también, el de Praxíteles, -hay que analizarlo más a fondo: son genios paralelos-, y posteriormente el de Augusto Rodin.
Hay quien compara a El Magnífico con Pericles, en sus múltiples facetas, entre ellos Irving Stone, el autor de la extraordinaria biografía de Miguel Ángel, intitulada “El Tormento y el Éxtasis”. El genio de Irving Stone como biógrafo, por su dominio de la historia y la penetración psicológica de los personajes, es comparable al de Emil Ludwig, aunque éste es más sintético, pero igualmente profundo. Quién de los dos podría ser la reencarnación de Vasari? Un tema de estudio de la Meta-Historia, bajo cuya nueva acepción difundimos su mensaje.
Muchos otros grandes hombres han tenido sus instructores fundamentales, que, sembrando sus semillas ideológicas en sus discípulos, se aseguran de hacerlas realidad, en algún grado, cuando llevan a cabo sus funciones de liderazgo. Tal es el caso de Simón Bolívar, en quien influyeran, notablemente, Simón Rodríguez, el Sócrates venezolano, y el Marqués de Ustariz, a quien Francisco de Miranda conoció personalmente, y elogiara. No poca cosa, tratándose de Miranda, un hombre de tal dimensión que, en el siglo XVIII, y en todo el orbe, no había diez hombres que se le equipararan, por su estatura mental. 
Podemos deducir lo que fue Xenócrates, de quien existen pocas referencias, -aparte de la Diógenes Laercio-, de lo que fue Plutarco.
Volvemos a encontrar al maestro y al discípulo en Plotino y en Porfirio. Platón, el primero, Xenócrates, el segundo. Y, luego, en el Renacimiento, encontramos nuevamente a los tres: Platón, Aristóteles y Xenócrates, en Marsilio Ficino, en Leonardo Da Vinci y en Cervantes. Son eternos compañeros en un viaje muy extenso en el espacio y en el tiempo. Empero, si miráramos con mayor profundidad, encontraríamos muchos otros personajes que se les interrelacionan. Más adelante, en el siglo XVIII, los tres vuelven a aparecer: Emanuel Kant?, Emanuel Svedemborg y Alejandro Cagliostro. Y, comienza la Meta-Historia a apasionar a todos quienes anhelan comprender las edades pasadas y deducir las que están por venir. Si los mismos maestros, una y otra vez, son los que han creados las repetidas edades de oro pasadas, en cada nueva época en que vuelvan, emergerán, nuevamente, análogas edades. Esto, por cuanto junto con los maestros e ilustres genios, vienen los seres que integran la familia de la tierra, capaces de secundar la obra del progreso que florece una y otra vez, en determinadas épocas. Cada vez que emerge un grupo de estos genios, millones de personas vienen a ejecutar lo que los maestros de la patria indican, que seguirá vigente por muchas generaciones, cuando le sucedan los de menor nivel. Esa es la causa y la razón de las decadencias de las grandes civilizaciones. Después de una época floreciente, los maestros y los discípulos emigran a otra región, pon un largo tiempo, donde florecerá un nuevo esplendor, y, también lo harán, civilizaciones más avanzadas. En cambio, donde hubo esplendor pasado, con los nuevos espíritus que reencarnan, que no están a la misma altura en niveles de conciencia, ocurre lo mismo que en aquellas grandes mansiones, que dejadas al arbitrio de sus sirvientes, sin la dirección y cuidado de sus dueños, en poco tiempo pasarían a ser, poco más o menos, que viviendas de servicio, en comparación.

LEONARDO DA VINCI
Mientras el poeta regresaba a la morada del cuerpo, del viaje onírico, venía pensando en escribir una serie de cuentos e intitularlos “LA PLUMA DE ORO”. Miraba en sus manos y tenía una pluma dorada, y sopesaba si aquel título de “pluma de oro” sería uno bueno, o adecuado, con el que escribir un libro de cuentos, o de aforismos, o de meditaciones cortas, o de crítica literaria, científica o de otro tipo, o ensayos filosóficos, o místicos, o espirituales, o de meta-historia.
Aquel viajero onírico se despertó, durante la noche, y se dio media vuelta pretendiendo seguir durmiendo, cuando escuchó uno de esos ruidos que nadie sabe qué son, ni de dónde provienen, pero que le sacó del sueño en que ya de nuevo había entrado.
Como venía con las ideas frescas del sueño anterior, y tenía un ensayo a medio escribir, con el título “La voluntad de Dios”, desde antes de acostarse, y algunas ideas nuevas como esa de: -“Y queriendo con la voluntad de Dios no habrá nada que jamás quede sin concluir”, y cosas por el estilo, el viajero onírico se determinó a levantarse, se sentó al ordenador y escribió: -“La pluma de oro”; anotó su nombre y lo demás es algo ya conocido por quien esto hubiese leído.
Si el título de LA PLUMA DE ORO es bueno o no decida el lector, o la lectora, ya que hay cosas que surgen con naturalidad, y por la fuerza del hábito, al repetirlas, o releerlas, es cuando nos damos cuenta de sus bondades, o de lo contrario, y los papeles escritos corren el riesgo de ser echados en el cesto de las cosas desechables.
ALEXIS CARREL
Si hay alguien que subestime lo que resulta de su propio ingenio, es la misma persona que los produce. Casos hay múltiples, que si no hubiese sido por los actos bondadosos de quienes fueron los depositarios de tantos valiosos manuscritos, nosotros no habríamos leído ni la Eneida, de Virgilio, ni las obras de Franz Kafka, ni tantas otras que sus autores estimaron indignas, o dignas del fuego, pero que hoy cautivan a la humanidad, como clásicos inmortales.
EMANUEL SWEDEMBORG
Es cierto, es el nivel de exigencia de sus autores, que son inclementes consigo mismos, razón por la cual sus obras jamás les dejan totalmente satisfechos. Pero, la humanidad que habrá que aprender de ellos, por siglos encontrarán en muchos de esos manuscritos, elevadas y sabias enseñanzas que marcarán el norte de incontables vidas.
Es preciso que cada quien valorice sus obras, como lo hiciera Cervantes con su Quijote, sus Novelas Ejemplares y Entremeses, y con su Galatea, de la primera y de la segunda parte, a la que, tan a menudo, se refería y que, lamentablemente, perdida yace, o el genial castellano jamás la escribió. Es preciso, no obstante, que mientras las obras de ingenio se ejecutan, se vayan puliendo con asiduidad, ya que solo transcienden aquellas en las que media un gran trabajo y constante perfección.

II

Se preguntaba el poeta qué sentido tenía el simbolismo de la pluma de oro, en el sueño, y la razón por la cual mientras regresaba para la reincorporación en la materia, se estaba forjando el propósito de escribir algunos cuentos o ensayos, con ese título. Buscando la respuesta se les ocurrieron algunas ideas que analizaremos, seguidamente.
La primera parte de este ensayo, fue concluida a las 12 en punto de la noche, como si se tratara de un trabajo en Logia, en cuya hora simbólica concluye toda faena. Al terminarlo, quien esto escribe, y sin tener idea de la hora, toma dos libros de su biblioteca, que durante algunos meses no había tocado.
Cuando ve la hora, y dado que a las doce en punto, suele acostarse, con férrea disciplina, por eso de que hay que ir a dormir en el mismo día en que uno se levanta, solo tiene tiempo de ojear uno de ellos, “Los Fundamentos del Espiritismo”, de Jon Aizpúrua, y lo abre al azar y lee: -“Con razón, LEÓN DENIS, pluma de oro del Espiritismo, proclamó que la Doctrina Kardeciana reuniría y fundiría en una síntesis grandiosa todas las formas del pensamiento y de la ciencia”. Demás está decir que Jon Aizpúrua, que ya descollaba como conferenciante internacional a los dieciocho años, al lado de su maestro David Grossvater, es hoy por hoy uno de los intelectuales más descollantes, a caballo de los siglos XX y XXI, y una de las figuras más prominentes de la Doctrina Universal. Modelo, o paradigma, que solamente algunas de las siguientes generaciones calibrarán en su exacta dimensión. Alguien de semejante trayectoria, e igualmente paradigma adelantado a su tiempo, en Venezuela, lo es Arturo Uslar Pietri.
León Denis, pluma de oro del Espiritismo, la Doctrina Universal, la que mejor habla a la inteligencia humana, a la que, más tarde o más temprano, todos tendrán que recurrir para encontrar las respuestas a las grandes inquietudes de la mente humana. Contiene, a no dudarlo, la percepción más amplia sobre la vida y el universo, y la respuesta, virtualmente a todas las preguntas que una persona se puede formular, en términos relativos, cual no lo hace ninguna otra ciencia, filosofía, doctrina o disciplina del pensamiento, de ahí se deriva su carácter de Doctrina Universal, como la mejor representación de la Verdad Universal.  
ARTURO USLAR PIETRI
En la primera parte de este trabajo habíamos mencionado, ya, a León Denis, como una de las mentes más descollantes a caballo del siglo XIX y XX. La cultura universal de Denis, el estudio profundo de las obras fundamentales y principales exponentes de las disciplinas científicas, filosóficas, y, también, de corte Espírita, y Metapsíquica, el conocimiento de Oriente y de Occidente, en sus principales exponentes, y obras, además de su profunda percepción intuitiva e inspiración, como él reconoce, de esta última, le dan a su obra un tinte especial que la hacen de lectura obligatoria para todo ser humano que quiera ampliar su visión existencial. Su libro El Problema del Ser y del Destino, es un monumento incomparable, que hay que tenerlo permanentemente en la mesa de noche, y leerlo innumerables veces durante el curso de la existencia, ya que, en una sola vida, no se agota su contenido. Decía León Denis, en la obra citada: -“Yo mismo, puedo asegurarlo, he sido favorecido por las enseñanzas de los guías espirituales, cuyos consejos y asistencia no me han faltado nunca en el transcurso de más de treinta años”-.
VICTOR HUGO
Ya, esa aparente coincidencia, o casualidad, iba dando respuesta a la pregunta sobre el simbolismo de pluma de oro. Podría decirse que significa: Pluma inspirada. Ese es el carácter que numerosas generaciones de la antigüedad clásica le reconocían a Homero, el de aeda inspirado. También lo del trípode de oro, que encontraron unos pescadores, que le atribuían ser de Helena, quien lo arrojara al mar en su viaje de regreso a Troya. Acaso Helena de Troya era, también, pitonisa, y no lo sabemos? Ya que el trípode de oro, además de ser el asiento en que, se dice, o supone, se sentaba la Pitia, en sus funciones de sensitiva, o de instrumento del oráculo délfico, tenía otra acepción, o función, equivalente a la de Cestita Espirita, que los Espíritus sugirieron de usar, en el siglo XIX para hacer más fluidas las comunicaciones escritas entre la dimensión espiritual y la humana. En una de sus tres puntas se le colocaba un lápiz, se apoyaban las manos por uno de sus lados base, y la cestita comenzaba a escribir cosas que asombraban a quienes, acto seguido las leían. Quién escribía con tan profunda sabiduría. “La Sobra del Sepulcro” fue el nombre con que se le anunció el Espíritu comunicante a Víctor Hugo, en una especie de arenga, o de escarmiento, al genio poético del insigne hombre, que aspirara, un día, que París fuese renombrada con su nombre, según se dice. Al margen de esas puerilidades que no creemos dignas del genio del gran poeta, ni que sea cierto que él las haya expresado ni aspirado a ello, Víctor Hugo, que se consideraba, a sí mismo, como la reencarnación de Esquilo, calza los puntos, en su monumental obra, de Homero, -y a ese nivel lo ubicamos, sin que, necesariamente, deba ser su reencarnación, y esa no es la idea con que les comparamos, en este caso-. Cuando Víctor Hugo describe la batalla de Waterloo, entre Napoleón y Wellington, y la manera como analiza la misma, los incontables viajes que efectúa al sitio mismo para encontrar la razón por la que el genial corso pierde una batalla virtualmente ya ganada, en ese relato admirable, uno siente que es Homero, o un genio equiparable quien habla. Era como si Víctor Hugo, mientras describía los sucesos de aquella contienda, estuviese allí, viéndola espiritualmente. Tal es el realismo que es capaz de imprimirle al relato. Con que convicción habla, con cuanta claridad explica las cosas, y con que precisión llega a conclusiones que constituyen respuestas certeras a las inquietudes planteadas. Es la visión perceptiva intuitiva, o inspirada, en sus múltiples vertientes o variantes. Cuantas páginas de sublime sabiduría se le deben a Víctor Hugo, cuya inspiración obtuvo por su conexión con la dimensión espiritual. Recordemos que Víctor Hugo es uno de los grandes representantes de la Doctrina Espírita, al igual que muchos otros de su tiempo, y del nuestro.
Con su obra de aeda inspirado, y cultor del arte en elevado grado, Homero fue el artífice de la edad de oro griega, y fuente inigualable, a la que, aún, se puede recurrir, y debería hacerse, para alimentar el Espíritu. Todos pueden descubrir en aquellas facetas homéricas, que permanecen pendiente de escudriñar, el manjar de un perenne banquete, cuyos comensales, todavía no han descubierto, en su totalidad.
En qué forma se usaría, por las pitonisas, el trípode de oro, o de otro metal, en los Oráculos de Delfos y en el de Dodona, que era el más antiguo? Quizá fuera, que, colocado sobre las letras del alfabeto, con una de sus puntas, y apoyadas las manos de la pitonisa en su lado base, iba indicando una a una las letras, y conformaba el mensaje que respondía a las preguntas que, constantemente, de todas partes, se les formulaba, buscando guía y asesoría, para tomar importantes decisiones. Algo similar a lo que hoy se hace con el I Ching, la Radiestesia, y algunas ciencias mánticas. Empero, recordemos que los antiguos eran grandes expertos en el manejo del sonambulismo, de la comunicación parlante, y de otras facultades espirituales, que con el tiempo, quedarían relegadas únicamente a un grupo selecto de iniciados en los grandes misterios: eleusinos, órficos, mayores y menos egipcios, pitagóricos, entre otros.
Sin duda, a través de la inspiración, por medio del trípode, y de otras facultades espirituales de la Pitia, o pitonisa, se obtenía la guía de la dimensión espiritual. Todos los pueblos de la antigüedad fueron grandes expertos en la comunicación entre ambos mundos. Conocimiento que durante largo tiempo quedó erradicado del uso de las grandes masas, por su incesante abuso, y que, en el siglo XIX, masivamente, reapareciera ese antiguo arte, en forma simultánea en el orbe entero, a partir de aquellas experiencias de las hermanas Fox, en 1848, en Hydesville, que acapararon la atención mundial, y que diera nacimiento, con la subsiguiente Codificación Kardeciana,  a una de las doctrinas más sublimes que han surgido en el planeta tierra: EL ESPIRITISMO, en cuyas fuentes, quien esto escribe, por propia iniciativa, leyendo El Libro de los Espíritus, de Allan Kardec, accedió, a los catorce años. Y, luego, vendrían las demás obras del maestro de Lyon, las de León Denis, las de Amalia Domingo Soler, las de Joaquin Trincado, e incontables otras de todas las corrientes de pensamiento, entre ellas las de Alexis Carrel. Aquel joven que con gran afán leía aquellos libros, y su emoción era tal que les hablaba de las mismas, a todos sus amigos y éstos les miraban con ojos extrañados. El joven se preguntaba: -Por qué un mayor número de personas no lee estos libros maravillosos? Con el correr del tiempo, y habiendo leído incontables libros, en su biblioteca de más de catorce mil volúmenes, de todos los temas y corrientes de pensamiento, con conocimiento de causa, ya hombre maduro, sigue pensando exactamente lo mismo, que El Libro de los Espíritu, es una obra maravillosa e incomparable. Eso mismo piensa de la de Denis, que en días pasados se había propuesto de releer, en su totalidad, y hacer algunos comentarios. El sueño de antenoche, le ratificó, sin proponérselo, el carácter de pluma inspirada de León Denis, al ser calificado como “pluma de oro”, por la crítica especializada, a nivel mundial, además de profundo cultor en el arte, o temática integral, y, además, orador de inigualables kilates, digno de emulación por parte de quienes aspiran a emprender, y realizar, elevados vuelos a nivel intelectual, o espiritual.
IBN ARABI
Un momento oportuno para saludar con el pensamiento, a León Denis, y a todos los ilustres personajes nombrados en este ensayo, e incontables otros, por su gran aporte, e inagotable amor a la humanidad.
Adelante.
CONCEPCION ARENAL

EL ENCUENTRO EN LA VICTORIA



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UN ENCUENTRO EN LA VICTORIA

Autor: ©Giuseppe Isgró C.

Del libro: La Victoria

Capítulo I

Me encontraba un día, en una fuente de aguas tranquilas, cristalinas, cuando se me acercó un Venerable hombre, vestido a la antigua usanza, con bata blanca, larga, pelo y barba que alguna vez fueron de color pelirrojo y un báculo en la mano derecha.

Concentró sus ojos en los míos; su mirada era profunda, serena y apacible.

Con voz suave y afectiva, me dijo:

-“Hola, hijo, como estás”-.

–Bien, -le contesté-; y, ¿usted?

–Por aquí andamos; -fue su respuesta-, mientras me sonreía.

-¿Dónde estamos?, -le pregunté al Venerable hombre-.

-Este sitio es conocido como La Victoria; -me contestó-. –¿Qué haces por estos lados?

-Salí esta mañana, temprano, con el coche, a dar un paseo; luego, al llegar a esta zona, me paré a contemplar la belleza de los araguaneyes y decidí caminar un poco y la verdad que, absorto en mis reflexiones, caminé por lo menos durante dos horas, hasta llegar aquí. Desconocía este hermoso lugar. Y, usted, -¿vive por aquí cerca? -le pregunté-.

Un poco más arriba, en esa colina boscosa. Hace algunos años, -relata el Venerable hombre- decidí retirarme de la agitada vida ejecutiva en que me desenvolvía profesionalmente, como abogado, en la ciudad de Quebec, Canadá, aunque he viajado por diversos países asesorando a incontables líderes. Construí la casa, en esta zona tropical, con la idea de pasar aquí los meses de invierno. Me dedico al estudio de la vida, a la meditación y a cultivar mi jardín y de vez en cuando, a escribir mis reflexiones, las cuales, algún día, habrán de ser publicadas para esparcir un poco la luz que he podido vislumbrar en mis estudios metafísicos-espirituales.

-¿Quieres tomar un café? –Me preguntó el Venerable hombre-. Lo he traído de Caripe El Guácharo; es de los más exquisitos que he probado.

-Sí, con gusto se lo acepto; -le contesté-.

Nos fuimos caminando por un sendero rodeado de árboles cargados de mangos, aguacates, naranjas y una hilera de cayenas de diversos colores. A lo lejos, el ruido de la brisa se oía apaciblemente. Todo era quietud, armonía y paz. Pero, sobre todo, lo que más me impresionaba era la apacibilidad y el sosiego del Venerable hombre de La Victoria. Emanaba de él un flujo de fuerza que, en su presencia, me sentía con un poder y una seguridad nunca antes experimentados. Fuerzas bienhechoras se iban apoderando de mí y aquella paz y relax que buscaba en la mañana, al salir a dar un paseo, sin percatarme de ello, las estaba experimentando ya.

Después de unos quince minutos de caminar, llegamos a la casa del Venerable hombre. Su aspecto exterior humilde estaba lejos de dejar entrever lo que segundos después habría de asombrarme con lo que encontré en el interior.

Al entrar, en la casa, una joven de unos veinte años saludó al Venerable hombre.

-¡Hola, abuelo!, ¿cómo estás?

–Bien, hija, -contestó el Venerable hombre-. -Prepara un poco de café, Lucía, mientras conversamos un poco, adentro.

-Por cierto, te presento a Santiago, quien ha llegado paseando hasta La Victoria.

Después de la presentación, entramos en la biblioteca del Venerable hombre. Un salón grande, lleno de estantes de libros por todas partes, lo cual hacía inimaginable dicho cuadro desde el exterior. Algunos cuadros al óleo de morichales y de personajes históricos, presentaban un ambiente acogedor. En un rincón se encontraban diversos retratos de Tagore, Gandhi, Cicerón, Séneca, Ibn Arabi y un dibujo de Don Quijote y Sancho Panza. En un pequeño cuadro, podía leerse: -“Lo que Alá quiera. Nada se le asemeja”-.

-Le felicito por este inmenso tesoro que usted tiene aquí, -le dije al Venerable hombre-. -¿Cuáles son los temas de su interés?

A lo cual, me contestó: -Como usted puede ver, Santiago, -y me invitó a recorrer los estantes- aquí hay libros de variados temas: clásicos de todos los países y épocas, desde los Vedas, los Upanishads, el Mahabaratha, los libros de Confucio, El Tao te King, de Lao Tse, el Poema de Gilgamesh, el Código de Amurabí, autores griegos, como Homero y Hesiodo. Se encuentran las obras completas de Euclides, Platón, Aristóteles, Teofrasto, Demetrio de Falereo, de los Presocráticos, Epicteto, Plutarco, etcétera; de los latinos, autores como Séneca, Cicerón, -que son mis preferidos-, Julio César, Tito Livio, Dionisio de Halicarnaso, Marco Aurelio, así como libros de Psicología, Gerencia, Sufismo, Yoga, ensayos, filosofía, parapsicología, hermetismo, El Quijote, libros de economía, filosofía, etcétera, en fin, un poco de todo lo que es preciso conocer para poder entender el significado de la vida: de dónde venimos, por qué estamos aquí y hacía dónde vamos, sin lo cual, la vida no tendría sentido, sobre todo por el gran afán a que está sometido el ser humano en la agitada vida moderna.

Nos sentamos en sendas butacas y nos entretuvimos conversando de temas diversos. Al poco rato, entró Lucía con dos tazas de oloroso café y unos biscochos, que degustamos con agrado en una amena e interesante conversación. Al fondo, podía oírse una suave música de Beethoven.

Pasamos cerca de una hora conversando de sobre la Atlántida, Egipto, los griegos, de Homero, de los sufíes, del budismo zen, los poderes del espíritu, meditación, etcétera, después de lo cual, le hice una pregunta directa.

-Seguramente, usted ha desarrollado alguna técnica de meditación y algún método de resolución de situaciones, en la vida, que me quisiera explicar, ya que, según observo, para tener usted una serenidad tan acentuada y una fortaleza física a la edad que imagino que usted debe tener, -cerca de noventa años- es porque ha encontrado en su larga experiencia algún secreto que quizás quisiera compartir conmigo.

Santiago, -me dijo el Venerable hombre, si vuelves a visitarme otro día, quizá te cuente algo que te pueda servir. Empero, antes de que te vayas, te haré entrega de unos apuntes que hace ya muchos años, en una época en que yo andaba a la búsqueda de sosiego y tratando de encontrarle sentido a la vida, un Venerable hombre que, en una edad similar a la mía, a su vez me entregara y cuya práctica asidua me permitió domar la mente, encarrilar mi vida y poner bajo control los hilos del destino. Son veintidós manuscritos, y una meditación diaria, –continuó diciendo el Venerable hombre, que si bien son ya un poco antiguos, podrás copiarlos de nuevo y si pones en práctica las técnicas que contienen, darás a tu vida un esplendor que habrá de sorprenderte agradablemente.

-Una vez que los hayas probado con total y absoluta satisfacción de tu parte, -me dijo, ponlos en limpio, en forma de libro y publícalo para que su mensaje llegue a mayor número de personas. Hacía tiempo que esperaba a alguien a quien confiarle este legado y creo que hoy, al llegar aquí, en la forma en que lo has hecho, tus pasos han sido dirigidos por Aquel que todo lo sabe y puede, por la Ley Cósmica, y en cuyos planes universales, todos somos sus instrumentos.

Me despedí del Venerable hombre y de su adorable nieta, sintiendo dentro de mí fuerzas desconocidas hasta entonces que preanunciaban grandes cambios en mi vida.

En los días siguientes, aparté una hora diaria, antes de dormirme, y leí y releí, todos los manuscritos, de la siguiente manera: En primer lugar copié la Meditación diaria en un cuaderno, el cual leí durante veintidós noches y mañanas seguidas, tal como lo indicaban las instrucciones de la misma.

Una nota al pie de página mencionaba que si yo la transcribía en un cuaderno, el hecho de hacerlo, grabaría en mi ordenador mental las instrucciones y me sería más fácil desarrollar, en mi personalidad, las cualidades y condiciones que formaban parte de los objetivos implícitos en la misma.

De los veintidós manuscritos, cada lunes, a las once en punto de la noche, copiaba uno en el cuaderno, y durante el resto de la semana, a la misma hora, lo leía y meditaba, siguiendo las fáciles y efectivas técnicas e indicaciones al inicio del mismo.

Cuatro semanas después de leer durante veintidós días seguidos, en la noche y en la mañana, la meditación diaria, comenzaron a manifestarse en mi vida una serie de cambios positivos que me dejaban asombrado a mi mismo, pero, también, los miembros de mi familia y a mis amistades; sobre todo mi semblante comenzó a ser más apacible; volví a sonreír desde el interior; mi estado anímico era de contento; me sentía más seguro de mi mismo; comencé a confiar más en la gente, en la vida y a vislumbrar el sentido de mi misión en la vida –percibía cosas que antes me pasaban desapercibidas, a pesar de haber estado siempre allí. Sentía fluir en mí una nueva corriente vivificadora de prosperidad, de felicidad, de alegría de vivir. Mi entusiasmo y amor por la vida y por mi familia, por mi trabajo y por las personas, crecía día a día. En aproximadamente dos meses había logrado muchas de las cosas en las cuales había soñado desde hacía años. Había dado un paso sorprendente en el camino de la autorrealización.

Efectivamente, pude comprobar que me fue relativamente muy fácil desarrollar las aptitudes y actitudes a nivel físico, mental, emocional, espiritual y en diversos aspectos de mi vida, como el financiero, que comenzó a mejorar casi inmediatamente, así como, surgieron nuevas oportunidades que comencé a aprovechar, casi sin esfuerzo de mi parte.

Transcurría el año de 1967 y mi vida había encontrado un sendero que habría de conducirme a cooperar en forma más efectiva en el plan divino que el Supremo Hacedor, en algún momento, había diseñado para mí.

Tres meses después volví a aquel lugar donde había encontrado al Venerable hombre de La Victoria y allí estaba la fuente que él dijo llamarse La Victoria; empero, cuando traté de encontrar el camino para llegar a la casa donde amablemente me ofreció un delicioso café, preparado por su nieta Lucía, no logré encontrarlo, pese a haber recorrido durante un par de horas por los alrededores. Pregunté a varias personas para ver si podían indicarme como llegar a la casa del Venerable hombre y cual fue mi sorpresa, nadie lo conocía.

Empero, después de tanto buscar, volví a encontrar la casa donde vivía el Venerable hombre de La Victoria, pero se encontraba abandonada. Su aspecto indicaba que debía encontrarse en ese estado un lapso mayor del que mediaba con el encuentro de aquel ser extraordinario. Es sorprendente como los inmuebles solos acusan el paso del tiempo en mayor grado que los que son habitados. Si no fuera por los manuscritos pensaría que el encuentro no fue más que un simple sueño. -¿O se trata, acaso de un sueño combinado con un fenómeno de aporte? Personalmente, no lo creo. El encuentro fue muy vívido y real. El aromático café servido por Lucía estaba exquisito. Durante varios años volví al lugar varias veces, la casa seguía sola. La última vez que volví, no la pude ubicar y sin tener tiempo suficiente para seguir buscándola, me fui. Ahora, vivo muy lejos de aquella zona, en otro continente; han transcurrido muchos años y después de tanto tiempo es poco probable que vuelva allí; pero, los manuscritos y la meditación diaria obran en mi poder, me han transformado y han enriquecido mi vida.

Durante más de treinta y cinco años he puesto en práctica las diversas variantes de los ejercicios, afirmaciones y meditaciones que contienen los manuscritos y la meditación diaria y cada vez que los pongo en práctica, experimentos los mismos beneficios. Ahora, ellos se encuentran en el libro que usted tiene en sus manos; espero que les sean tan útiles como los han sido para mí.

Su contenido es eminentemente práctico; no hay teorías superfluas. Si lleva a cabo los ejercicios que contienen, es probable que, gradualmente, se vaya efectuando la transmutación alquímica de su ser sintonizándose con los elevados resultados existenciales, los cuales, por añadidura, al ser creados a nivel mental, se van manifestando en su propia vida, oportunamente.

Sobre todo, con estos ejercicios, me percaté, cuando el Venerable hombre me entregó los manuscritos, de que se dispone de un método para domar la mente y ejercer un pleno dominio sobre la vida en general y, por ende, sobre el destino y controlar, cuando eventualmente se presenten, todas las situaciones, manteniendo un perfecto equilibrio físico, mental, emocional, espiritual y financiero.

El Venerable hombre de La Victoria me comentaba que todo se puede lograr en la vida si se siembra la respectiva semilla por medio de correctas decisiones acordes con la propia y elevada auto-estima y dignidad personal, desarrollando el convencimiento de que sí se puede hacer, por medio de las afirmaciones, las visualizaciones y meditaciones, la experimentación de un estado emocional acorde al momento de ser logrados los respectivos resultados y la practica del desapego, es decir, dejar encargada a la mente psiconsciente del logro, y además, se espera el tiempo necesario haciendo, mientras tanto, todo lo que se requiere, según el caso o los objetivos por alcanzar.

Estas técnicas funcionan, me decía una y otra vez el Venerable hombre de La Victoria; luego, agregaba: -las he probado por más de cincuenta años y quien, a su vez me las entregó, habría hecho otro tanto, aseverando que eran efectivas, si yo seguía fielmente las instrucciones y las ponía en práctica con expectativas positivas.

Desde que en 1967, el Venerable hombre me hiciera entrega de los manuscritos, han transcurrido un poco más de de treinta y cinco años, durante los cuales yo también he puesto en práctica las diversas variantes de los ejercicios, afirmaciones y meditaciones que contienen, y cada vez que me ejercito con ellos, experimento los mismos beneficios. Ahora, ellos se encuentran en el libro que usted tiene en sus manos; espero que les sean tan útiles como los han sido para todos los que hemos aplicado las enseñanzas del Venerable hombre de La Victoria.

Él me repetía constantemente: -“¡Tú puedes si crees que puedes hacerlo! ¡Hazlo y tendrás el poder!

Recuerdo que ese día el Venerable hombre me dijo: -ejercer el poder con que la naturaleza de las cosas ha dotado a cada ser, cultivando los dones inherentes y aprendiendo todo lo que se pueda de sí y del vasto universo del que se forma parte, es una manera efectiva de ser cada día más feliz. Luego, cuando me despedí de él, expresó: -“¡Que cada día brille más y mejor tu luz interior!”.- Adelante.

Capítulo 2

Meditación diaria

Es lunes en la noche, son las once en punto.

Me dispongo a copiar textualmente, en el cuaderno que he dispuesto para ello, el manuscrito identificado con el título:

Meditación diaria

Dice así:

Afirme, en la mañana y en la noche, antes de dormir, durante veintidós días; luego, cada vez que lo desee, esta poderosa fórmula de programación mental positiva y descubra cómo, con facilidad, van ocurriendo cosas maravillosas en su vida:

MEDITACIÓN DIARIA

Afirma, en la mañana y en la noche, antes de dormir, durante veintidós días; luego, cada vez que lo desees, esta poderosa fórmula de programación mental positiva y descubre cómo, con facilidad, van ocurriendo cosas maravillosas en tu vida. Al encender la luz en la mente se ilumina la propia existencia y todo en derredor vibra al unísono y con el mismo sentimiento de felicidad y bienestar, interrelacionándose por la ley de afinidad.

1. -Entro en el nivel de mi mente psiconsciente, en el centro de control de mi piloto mental automático, donde todo va bien, siempre, contando de tres a uno: Tres, dos, uno.

Ø Ahora, estoy ya en el nivel de mi mente psiconsciente, en el centro de control de mi piloto mental automático, donde todo va bien, siempre.

Ø Voy a permanecer en el nivel de mi mente psiconsciente, en el centro de control de mi piloto mental automático, donde todo va bien, siempre, durante quince minutos y voy a programar los siguientes efectos positivos, los cuales perduran, cada vez mejor, hasta que vuelva a realizar este acceso y programación mental:

Ø Todo va bien, siempre, en todos los aspectos de mi vida, cada día mejor. (Tres veces). –Imagínalo-.

Ø Todo va bien en mi trabajo; cada día logro mejores niveles de efectividad, prosperidad, riqueza, abundancia y bienestar. (Imagínalo).

2. Formo una unidad cósmica perfecta con el Creador Universal, -ELOÍ. (Diez veces, con los ojos cerrados). Hoy se expresa en mí la Perfección universal de la Vida, del amor, de la luz, de la sabiduría, del perdón, de la percepción de la verdad, de la aceptación de la realidad, de la justicia, de la igualdad, de la compensación, de la fortaleza, de la templanza, de la belleza, del equilibrio, de la armonía, de la salud, de la prosperidad, de la riqueza, de la abundancia, del servicio y de la provisión en todos los aspectos de mi vida.

3. -Cada día, en todas formas y condiciones, mi cuerpo y mi mente funcionan mejor y mejor. La consciencia de mi conexión permanente e indisoluble con el Creador Universal, -ELOÍ-, restablece y mantiene en mí, diariamente, durante las veinticuatro horas del día, un perfecto estado de salud a nivel físico, mental, emocional y espiritual. Gracias, Creador Universal, por darme un cuerpo perfecto, saludable, lleno de energía. Aquí y ahora, me siento en perfecto equilibrio de salud, a nivel físico, mental, emocional y espiritual.

4. Afronto y resuelvo bien toda situación que me compete, siempre.

5. Todo tiene solución, en todas las situaciones de mi vida.

6. El Creador Universal, -ELOÍ-, es en mí, cada día mejor, en todos los aspectos de mi vida, fuente de amor, luz, sabiduría, éxito, riqueza, prosperidad, abundancia y armonía.

7. Permito que las leyes universales de la Vida, del amor, de la luz, de la sabiduría, del perdón, de la percepción de la verdad, de la aceptación de la realidad, de la justicia, de la igualdad, de la compensación, de la fortaleza, de la templanza, de la belleza, del equilibrio, de la armonía, de la salud, de la prosperidad, de la riqueza, de la abundancia, del servicio y de la provisión actúen bien en el plan de mi vida.

8. Tengo prosperidad y poder. Cada día enriquezco mejor mi vida a través del servicio efectivo, del amor y de la práctica de todas las virtudes.

9. Mi dignidad personal me lleva a realizar las cosas que me competen con la máxima perfección posible.

10. Cada día, en todas formas y condiciones, en todos los aspectos de mi vida, estoy mejor y mejor a nivel físico, mental, emocional, espiritual y financiero.

11. Actúo con templanza, serenidad, autodominio y perfecto equilibrio en todo. Conservo plena autonomía y control sobre todas mis facultades físicas, mentales, emocionales, intelectuales y espirituales. Hecho está. (Visualizar un escudo protector de luz que te envuelve y protege; -una pirámide-).

12. Tengo fortaleza, valor, confianza y fe suficiente para triunfar y alcanzar todas mis metas, de acuerdo con la voluntad del Creador Universal, -ELOÍ-, y en armonía con sus planes cósmicos. Soy inmune e invulnerable a las influencias y sugestiones del medio ambiente y de cualquier persona a nivel físico, mental, emocional y espiritual, en las dimensiones objetivas y subjetivas y en cualesquiera otras en que sea requerido.

13. El orden universal de la Vida, del amor, de la luz, de la sabiduría, del perdón, de la percepción de la verdad, de la aceptación de la realidad, de la justicia, de la igualdad, de la compensación, de la fortaleza, de la templanza, de la belleza, del equilibrio, de la armonía, de la salud, de la prosperidad, de la riqueza, de la abundancia, del servicio y de la provisión se establece en mi vida, en todos mis asuntos y en las personas interrelacionadas, aquí y ahora. Hecho está.

14. Asumo la responsabilidad de mis actos y cumplo bien todos mis compromisos, siempre oportunamente, de acuerdo con el orden cósmico.

15. El Creador Universal, -ELOÍ-, nos da abundancia y armonía en el eterno presente. Vivo en abundancia y en armonía perfectas, aquí, ahora y siempre.

16. El Creador Universal, -ELOÍ-, se está ocupando de todo, en todos los aspectos de mi vida, y se expresa en mí conciencia intuitiva por medio de los sentimientos en correspondencia con los valores universales.

17. Gracias, Creador Universal, -ELOÍ-, por esta vida maravillosa. Que Tu Inteligencia Infinita, Amor, Sabiduría, Justicia, Luz, y Poder Creador guíen, adecuadamente, todas mis decisiones y acciones, ahora y siempre. Gracias, Eloí, por este día maravilloso.

18. El Creador Universal, -ELOÍ-, nos proteja, aquí y en cualquier lugar, ahora y siempre. (Tres veces).

19. Siempre espero lo mejor, de acuerdo con la voluntad del Creador Universal, -ELOÍ-, y la Ley Cósmica, en armonía con todos.

20. Gracias, Creador Universal; todo va bien en todos los aspectos de mi vida, a nivel físico, mental, emocional y espiritual. Gracias, Eloí, todo va bien en mis practicas espirituales y en mi relación Contigo; Tú y yo formamos una unidad perfecta, armónica, aquí y ahora, en el eterno presente. Yo soy Tú, Tú eres yo. Te amo.

21. Voy a realizar –obtener o resolver- (mencionar), antes del: (fecha), de acuerdo al orden divino y en armonía con todos. (Si se trata de varios objetivos, anótelos y haga la afirmación y visualización con cada uno de ellos. Imagínelo concluido satisfactoriamente sin imponer canal alguno de manifestación.)

22. Tengo serenidad y calma imperturbable. Soy impasible frente a todo y a todos. No tengo temor a nada, a nadie ni de nadie en ningún nivel físico, mental, emocional, espiritual y financiero. Dentro de mí vibra la seguridad total. Tengo completa confianza en la vida y en mi propia capacidad de resolver situaciones y alcanzar los resultados satisfactorios que preciso, en cada caso, siempre.

A continuación anoté la fecha: Lunes 12 de agosto de 1967. Luego, tal como me lo indicó el Venerable hombre, anoté la fecha que correspondía veintidós días después: 03 de septiembre de 1967.

Acto seguido, me senté cómodamente, tomé tres respiraciones profundas y realicé la meditación.

Luego, cada noche, durante veintidós días, a las once en punto, me iba a mi cuarto, daba indicaciones de no ser interrumpido durante veinte minutos y realizaba la meditación del día, la cual, siempre complementaba con la lectura breve de uno de los libros de cabecera que siempre suelo tener en mi mesa de noche.

Iba notando, día a día como emergía de mi interior una nueva y desconocida fortaleza, seguridad, estado de ánimo contento, actitud más decidida, optimismo frente a la vida y a las situaciones; comencé a llevarme mejor en las relaciones con las demás personas, a ser más comedido en todo y sobre todo comenzaba a tener conciencia de cosas que antes me solían pasar desapercibidas.

Cabe destacar que, en el punto número veintiuno de la meditación, había anotado siete objetivos que desde hacía tiempo quería realizar y para mi sorpresa, treinta días después de haber terminado de efectuar la meditación del manuscrito número veintidós comencé a observar como, en forma aparentemente casual se iban manifestando la resultados de cada uno de ellos hasta que, algunos meses después, antes de la fechas previstas, los había realizado todos, menos dos, por lo cual, me senté y volví a anotar, en una hoja de mi cuaderno, otros diez objetivos, encabezados por los dos pendientes de la lista anterior, les puse la fecha tope a cada uno, antes de la cual debían ser logrados, para seguir visualizando, su logro, periódicamente.

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miércoles, 12 de septiembre de 2012

ENSEÑANZAS DE DON QUIJOTE


ENSEÑANZAS DE DON QUIJOTE

POR ©GIUSEPPE ISGRÓ C.


De la primera salida de Don Quijote, se deducen sabias enseñanzas para la vida.
Tomada la decisión de dar inicio a su carrera de caballero andante, Don Quijote pone en ejecución su propósito, en forma inmediata.
Esta es una lección de sabiduría perenne. Engloba: Decisión, rápida ejecución y claros propósitos. Es decir, Don Quijote se proponía educar al ser humano y arreglar el mundo.
Luego, y he aquí otro secreto quijotesco: El silencio sobre todo cuanto cada quien se propone ejecutar, para evitar que fuerzas antagónicas interactúen.
Don Quijote: -“Sin decir nada a persona alguna de cuanto había planificado ….., salió sobre Rocinante”.
Estaba “rebosante de alegría al ver con cuanta facilidad había dado inicio a su noble deseo”.
Don Quijote verifica lo fácil que es ejecutar lo pensado, y, el ánimo contento que acompaña a la acción.
Pero, acto seguido, “en cuanto –Don Quijote- se vio en el campo abierto, le sobrevino un terrible pensamiento, que por poco le hace desistir de la ya iniciada empresa”.
Es propio del carácter humano, al ponerse en acción, el titubear, y a ver los obstáculos, reales unos, imaginarios otros, que se le anteponen en el camino.
Don Quijote percibe, “que conforme a la ley de la Caballería no podía ni debía entablar batalla…” antes de haber sido armado caballero. Es la competencia en el propio arte, o ciencia, y la preparación que le antecede.
Cervantes señala: -“pero, más que la razón pudo en él su fervor trascendente. Se propuso hacerse armar caballero por el primero con quien se topase, a emulación de muchos otros que así lo hicieron”. Es el maestro –o múltiples instructores- que la vida pone en el camino de cada quien para ir forjando su carácter.
El hidalgo encuentra la solución a las situaciones que se van presentando como pruebas existenciales.
Cervantes, vuelve a decir: -“Con esto se aquietó y prosiguió su viaje sin llevar otro rumbo que aquel que su caballo quisiese, teniendo por cierto que en esto consistía la fuerza emotiva de las aventuras”.
Es el “sincronismo cósmico” de la vida, regido por la ley de afinidad, que va conduciendo a cada quien al lugar correcto, en el momento oportuno, pora hacer la cosa propicia.
Don Quijote, además, está consciente de la importancia del rol que decidió ejecutar. Cervantes, también tiene conciencia de la trascendencia de su obra.
Luego, Don Quijote se pone en camino a la salida del sol. Aquí reside otra gran lección quijotesca: Empezar la jornada muy temprano. Como dice el dicho: -“Quien madruga coge agua clara y Dios le ayuda”.
Adelante.

domingo, 9 de septiembre de 2012

LA PLUMA DE ORO





LA PLUMA DE ORO

Por ©Giuseppe Isgró C.


El poeta estaba soñando; en el viaje onírico se encontraba en un país lejano, y por él desconocido. Veía a lo lejos, en el piso de arriba, a su hijo mayor, sentado en una silla playera, con un libro en las manos, leyendo, pensativo, o meditando.
Sube a saludarlo, pero ya no estaba en ese lugar, frente al piso en que vivía, que parecía ser una terraza de uso común. Al instante el hijo sale a recibirle, y le pide que le espere unos minutos, y se va con pasos rápidos, abstraído por algún pensamiento, o idea.

ALLAN KARDEC
El poeta no entendió lo que le pasaba, y bajó a nivel de la calle, para recorrer la ciudad. Comenzó a andar, y de pronto se ve volando por las vías de aquella urbe. 
 RUMI
Le parecía encontrarse en un lugar que se asemejaba a la avenida Bolívar de Puerto La Cruz, pero se daba cuenta de que no era esa la ciudad, sino una inglesa.
CERVANTES
Mientras “volaba”, percibía que era señal evidente de estar en desdoblamiento, o proyección espiritual; es la sensación característica que uno experimenta cuando sueña. Empero, al soñar, nuestro Espíritu se emancipa del cuerpo y se desplaza a la velocidad del pensamiento a cualquier lugar a donde deba ir, o quiera hacerlo. Interactúa con los integrantes de la dimensión espiritual, o con los encarnados desdoblados, o con ambos al mismo tiempo. Realiza tareas increíbles, y muchas veces, cuando la persona concluye su ciclo de vida, se sorprende de que durante el sueño llevara a cabo una ingente tarea que encuentra ya concluida, sin saberlo.
PLATÓN
Igualmente, durante el sueño realiza estudios sobre los temas de su interés, se interrelaciona con lectores de obras diversas, de doctrinas varias, y cuando despierta se encuentra con ideas, en su mente, que no sabe de donde las tomó. Pero, son reales, porque las tiene claras en su pensamiento.
 XENÓCTRATES
Muchas veces, -en las mayorías de los casos-, estas ideas son fruto de sus recorridos o andanzas espirituales durante el sueño: es lo que se conoce como percepción intuitiva. Pueden ser de índole diversa: clarividente, cuando son fruto de sus andanzas espirituales, o porque un ente espiritual se las presenta en imágenes semi-materiales, sin desdoblamiento. Telepáticas, cuando lee contenidos mentales en el archivo espiritual de otros seres, encarnados o desencarnados, en una de las vertientes, y cuando un ente espiritual le transfiere contenidos mentales a un encarnado, se trata de inspiración. Este tipo se transferencia puede ser realizada, también, de un Espíritu encarnado a otro, o viceversa. Retro-cognitivas, cuando las lee en el archivo espiritual de seres diversos, en ambas dimensiones, o en el propio, en el alma, y se refieren a sucesos pasados, o de encarnaciones anteriores. Premonitorias, cuando se relacionan con proyecciones en tiempo presente y futuro, mediante las cuales el Espíritu percibe tendencias y deduce probables consecuencias o sucesos inmediatos, o en lapsos cercanos. Hay cosas que son inminentes que ocurran y desde la dimensión espiritual, durante el sueño, o en breves abstracciones, se perciben, y se transfieren a la conciencia objetiva como premoniciones. Muchas de ellas se cumplen certeramente; otras, dejan de hacerlo. Podría decirse que van parejas, al 50% unas y otras: Las que se cumplen y las que dejan de hacerlo. Hay técnicas para corregir el efecto negativo de los sueños. En muchos casos pareciera ser esa la razón de que se tengan premoniciones; en otros casos, pese a todas las medidas de previsión, nada impide que el suceso premonitorio ocurra tal como se soñara. Empero, hay pruebas certezas de que ciertas técnicas de auto-protección funcionan. Una de ellas es la de relajarse, y visualizar el lugar, el vehículo en que se viaja, a la persona o personas involucradas, o a sí mismo, en una envoltura de luz, blanca o luminosa, y conectarse con el Creador Universal, en pedido de protección, guía, asistencia e iluminación. En esos casos, puede ocurrir el evento, pero sin consecuencias algunas. También, entes espirituales, encarnados o no, podrían inspirar informaciones de carácter premonitorios, con el fin de advertir a los seres afines de inminentes peligros, o de grandes oportunidades. Existe una perfecta interrelación entre los integrantes de ambas dimensiones, mucho más de lo que cualquier persona se puede imaginar.

HOMERO
Es un mundo fantástico el espiritual, y vivimos en constante interrelación, segundo a segundo, entre ambas dimensiones, las cuales conforman una sola ecología mental-. Y dada la velocidad a que se desplaza el Espíritu, aún estando encarnado, en esas breves abstracciones en que a diario incurre, mantiene comunicaciones con seres espirituales, permanentemente, sin percibirlo. Aunque, cada día, el número de personas que adquiere conciencia de esta realidad, se va incrementando. 
 JOSE MARTI
Quien mejor que nadie, en la antigüedad, percibió este fenómeno, fue Homero. Quienes lo han hecho en grado inigualable, en los tiempos modernos, en el siglo XIX, fueron: Allan Kardec y León Denís; éste último vivió, también, a caballo del siglo XX.  Alexis Carrel, -una de las mentes más brillantes del siglo XX-, percibió esta realidad intuitiva e inspirativa con una lucidez sorprendente. Paúl Brunton, es otro de los que han tenido un pensamiento lúcido, al respecto. 
HESIODO
Empero, millones de personas, suelen tener este tipo de experiencia, todas las noches, todos los días, a cada rato, y sin embargo, se precisa prestarle más atención; y leer más sobre el tema. El avestruz, sin embargo, no necesita hacerlo, ya que al esconder su cabeza dentro de un hueco, en la tierra, se ahorra el esfuerzo de tener que escudriñar e interpretar lo que le rodea. Aunque en el mundo animal, vegetal y mineral, la capacidad perceptiva de la realidad se desenvuelve con naturalidad, sin interferencias, y tanto la intuición como la inspiración fluyen y cumplen su función de despertar la conciencia inherente, en cada caso o situación. Cabe una pregunta: Acaso, a usted no le interesa entender el mundo en que vivimos?
Para quien esto escribe ha sido revelador un aforismo de Louis Pauwels, en el que expresa: -“No debería tenerse un pensamiento cerrado en un universo abierto”. Lo creamos o no, todo está, aún, por descubrirse. Y hay quien cree, con cierta ingenuidad, que todo está encerrado en el respectivo libro de su corriente de pensamiento.
Y, también, cuántos no creen ofender a sus respectivos maestros si se atrevieran a revisar muchas de las matrices de pensamientos que sustentan, en sus doctrinas, en gran parte obsoletas, ya que, la adquisición de nuevos estados de conciencia es constante y dejan en claro las nuevas realidades emergentes, en cada época.
Nuevos y más elevados niveles de comprensión se van alcanzando en los cuatro reinos naturales, que permiten ver cosas nuevas que antes eran ajenas al propio campo de atención.
AMALIA DOMINGO SOLER
Mientras se desplazaba, espiritualmente, durante ese agradable sueño, de regreso al cuerpo, sentía que en cualquier lugar a donde iba, se encontraba en casa. Pensaba que algún día todo el planeta será nuestra casa, de verdad, verdad. Si los humanos emuláramos el ejemplo de los entes de la dimensión espiritual, o del espíritu encarnado, cuando durante el sueño actúa en esa dimensión, desdoblado, por la elasticidad del alma, o periespíritu, habría más auténtica fraternidad entre los seres del planeta tierra. Nadie es extranjero en ninguna parte, y el Espíritu lo sabe.
PLUTARCO
Sin embargo, hay quienes han venido de otros mundos como “ángeles caídos”, por estorbar al progreso en aquellas moradas en que dejaron de aprobar los cursos de rigor. Allí, la inmensa mayoría avanzó a niveles superiores, quedando otros rezagados, y por la acción de la ley de afinidad han sido traídos a mundos de análogo nivel, al suyo, o de inferior grado evolutivo. En aquellos lejanos mundos representaban un obstáculo al progreso; aquí aprenden cosas nuevas, y, al mismo tiempo enseñan las que de aquellos remotos mundos rememoran en sus conciencias, sin saber de donde las traen.
 ARISTÓTELES
Y todas estas cosas las vivimos todos los días, y los niños, con percepción más clara nos hablan de ellas, y nosotros las atribuimos a la fantasía infantil.
Si no fuera así, de donde salieron en la antigüedad tantos poetas que se adelantaron a su tiempo, civilizaciones primitivas sobre las que emergieron otras nuevas, de más elevado nivel evolutivo, y, también, de costumbres más sofisticadas. Los hijos no se parecían a los padres; eran de más hermosa estampa, y de inteligencia más vivaz. Trajeron una ciencia más avanzada, concibieron un arte más depurado,  desarrollaron una mejor arquitectura, crearon herramientas e instrumentos inherentes a todas las actividades humanas, de mayor efectividad. Expresaron conocimientos sorprendentes que en la tierra asombraban y siguen haciéndolo.
Cuántos idiomas provienen de otros mundos? Y los rasgos físicos de los nuevos grupos étnicos emergentes, de donde se derivan, si antes no existían? La ciencia ha designado con el término PHILIAS, el arrastre de una vida a otra, de las aptitudes, rasgos físicos, fobias, traumas, y la capacidad de hacer o de dejar de hacer. Son las fuentes imperceptibles de las nuevas ciencias e inventos, de las espiritualidades que han ido emergiendo, y de los respectivos maestros y discípulos, también. Aquellos emergen cuando éstos se encuentran con capacidad de comprenderles.
Las enseñanzas de los vedas, de las leyes de Manú, el Corpus Hermeticum, la sabiduría de Homero y de Platón, y de tantos seres adelantados para su tiempo, de qué mundo nos han llegado? Los matemáticos de excepcional genio perceptivo de nuevas aplicaciones, y los músicos que las armonías de las esferas nos han traído, de qué planetas nos las trajeron. Por ejemplo, de Mozart, hay quien dice que nos trajo su lira de Júpiter. Y aquellos constructores de las tres grandes Pirámides, y de la Esfinge, que se estima que tienen más de trece mil años de haber sido construidas. Paúl Brunton sostiene, con justa razón, además, de que esas maravillas de la arquitectura y de la escultura, fueron realizadas antes de que las aguas se retiraran del Sahara. De acuerdo con los datos aportados por Platón, eso tendría una antigüedad superior a 8.000 años anteriores a nuestra era. Hay quienes vislumbran, entre ellos quien esto escribe, que la antigüedad de esos monumentos egipcios se ubica entre 40.000 y 80.000 años-. No sería más realista denominar a esas construcciones, Atlantes? De dónde obtuvieron esos conocimientos, que aún hoy, resultan sorprendentes? Quién podía haberles enseñados en el planeta tierra, en la humanidad primitiva que existía entonces? Que los hayan traído de Neptuno, de Júpiter, de Saturno, de Urano, o de Sirio, algunos adelantados, o de moradas más cercanas, o más lejanas, que más da: Son aportes de un universo interrelacionado, y solidarizado.
Hay, no obstante, personas que por haber nacido, en un ciclo de vida, en determinados países, se sienten seres superiores. Y, qué sentirán cuando les toque nacer en aquellos pueblos que ahora menosprecian? Querrán ir, por sentirse con derecho de hacerlo, a aquella nación en que tan bien se sintieron, y experimentarán lo mismo que a otros, antes, hicieron. Y comprenderán, que ellos, en aquel ropaje no son seres inferiores. Y aquellos otros, que antes fueron menospreciados en determinados lugares, ahora, cuando son oriundos de las naciones que antes les vejaron, al llegar a ese terruño los antiguos pobladores con su ropaje nuevo, les reconocerán como sus iguales, y así va naciendo la fraternidad, por la sabiduría de las leyes cósmicas que, en el nacer y vuelta a renacer, cada quien va aprendiendo la lección que precisa.
Podría alguien preguntarse: Habrá habido en otros mundos una obra igual a la del Quijote? Será que de alguno de esos lejanos mundos nos trajo Cervantes las noticias del Hidalgo y su Escudero, y las inmortales enseñanzas que entretienen y educan? Habrán sido esas enseñanzas, que suponemos de imaginarias andanzas, verdaderas filosofías que en otros mundos se desarrollaron, ya que Don Quijote expresa ideales muy adelantados para su tiempo, y que al nuestro, guían, y a los futuros tiempos de los tiempos, seguirán guiando. De qué mundo nos proviene la inspiración quijotesca que reivindica la bondad humana y llama la atención en la intervención de la divina justicia en los actos de los hombres? La bondad se expresa en la capacidad de dar sin esperar retribución alguna. No se trata, únicamente, de dar dinero; hay otras cosas igualmente valiosas, o más: el amor, un elogio justo y oportuno, un servicio desinteresado, una idea, una sonrisa iluminada, una palabra de aliento, el perdón, una expresión de amistad, escuchar con atención, un acto de tolerancia, el silencio, la gratitud, expresando sinceras gracias: Gracias por tu servicio, por tu compañía, por tu visita, por tu amistad, o, gracias por llamar. Un pequeño toque en el hombro, tiene efectos mágicos, e incontables ejemplos más.  
Cervantes es un observador de mirada límpida, y comprensión profunda, en sus Novelas Ejemplares, al presentar casos en que la justicia divina equilibra circunstancias adversas en determinados seres, como se evidencia, claramente, en “La fuerza de la sangre”. En otros personajes, como en “Las dos doncellas”, sale a relucir la integridad moral, la honradez, y otros valores, en cuyas descripciones el castellano denota manejarse en los mismos niveles perceptivos de Platón, o de Homero. Cuando contemplamos los lejanos tiempos, desde la perspectiva de la Meta-Historia, al estilo de Plutarco, y analizamos la vida y el pensamiento de diferentes personajes, en el espacio y en el tiempo, percibimos, claramente, interrelaciones sorprendentes.
Es a Xenócrates, discípulo de Platón, a quién el maestro solía referirse como de tardío entendimiento, que precisaba ser espoleado, al contrario que Aristóteles, que debía aplicársele el freno, a quien, Espeusipo, al retirarse, le confiará las riendas de la Academia  platónica.
Xenócrates, dirigirá la máxima institución filosófica de la edad de oro griega, veinticinco años. Es en esa vida anterior de incesante estudio que se fogueó el genio del inmortal Cervantes.
Imaginemos por un momento a Xenócrates, durante veinticinco años impartiendo clases en la Academia platónica. Cuánto no aprendería?
En esa comparación, en el instante en que Don Quijote suele responder a todas las preguntas que se le formulan, que, en el decir de la sobrina, ese hombre es capaz de satisfacer con inagotable sabiduría cualquier requerimiento, ya que demostraba saberlo todo, con buen dominio de los argumentos, cuando encontramos el paralelismo con Xenócrates. Esa misma situación de encontrarse frente a un grupo de discípulos, en la Academia, que les formulan preguntas de todas las clases y tipos, y que Xenócrates responde con igual dominio del tema, es en la que identificamos a ambos personajes. Cervantes, al desarrollar los coloquios de Don Quijote, y responder a las múltiples preguntas que se les hacen, se remonta a su archivo espiritual, en el alma, y van fluyendo las sabias respuestas, y los mensajes inherentes, de profunda sabiduría. No solamente es la sobrina que se asombra de tanta ingeniosidad, sido incontables generaciones de los subsiguientes siglos, han experimentado análogo asombroy emocionante aprendizaje.
Veamos sólo algunos títulos de los ensayos perdidos de Xenócrates, para darnos una idea de la magnificencia de su ingenio: -De la sabiduría; De la equidad; Del infinito; De la riqueza; De la prudencia; De la economía; De la templanza; De la fuerza de la ley; Del ente; Del hado; De las pasiones; De las Vidas; De lo útil; De las contingencias; De la justicia; De la amistad; De la virtud; Del valor; Del Espíritu; De la ciencia; De las soluciones; De la filosofía; De la oratoria; De los principios pitagóricos; De las cosas,  y un largo  etcétera, relativos a los valores universales. Son los mismos temas que solía tratar el  maestro: Platón.
Xenócrates, era, además, de una veracidad reconocida por todos, a tal punto de ser el único a quien, en Atenas, se le permitía dar testimonio sin juramento previo. También de vida frugal y austera, así como de una moralidad ejemplar, de gran paralelismo con Cervantes, como se deduce de incontables actos ejecutados por el ilustre íbero y que refleja en muchos de sus personajes, inclusive, en el Coloquio de los perros. 
Y luego, en el tiempo, en un nuevo ciclo de vida Xenócrates sería Plutarco.
 Cabría preguntarse: Quién fue Platón, en sus siguientes existencias? Recordemos: Hay grandes genios que van siempre juntos, en el mismo siglo, o muy cerca uno del otro. Y cuando vemos a Aristóteles en el ropaje de Apolonio de Tiana, quien sería Platón? Un pensamiento de análoga fuerza moralizadora, lo presentan, en Roma, únicamente Cicerón y Séneca. Ambos calzan los puntos de Platón. Son las dos mentes más brillantes de su época. Y ambos, inclusive, por el margen entre la desencarnación del primero, y el nacimiento del segundo, podrían ser la reencarnación del inmortal ateniense. Un notable paralelismo que no debe escapar a la mirada penetrante del observador, es la de que Platón trató de asesorar a Dionisio, para la creación de la República perfecta que anhelaba, en la Siracusa de la Magna Grecia, Aristóteles, fue el principal maestro de Alejandro Magno, y Séneca,  instructor de Nerón. Una de las tareas principales de los filósofos es la de preparar a los futuros estadistas y gobernantes, para forjar su visión geopolítica, la de Legislador, y la de Pedagogo, ya que, directa o indirectamente, los Gobernantes son los educadores de sus respectivos pueblos, y los líderes temporales cuyo modelo siguen incontables personas. He ahí su gran responsabilidad, y a la vez su misión esencial. Pero, los maestros no son responsables de los actos de sus discípulos, y éstos tienen el mérito de sus triunfos; empero, sus Espíritus permanecen agradecidos hacia sus maestros y guías. Es, sin duda, una labor de grupo, planificada desde la dimensión espiritual antes de reencarnar, y que contempla largos períodos en la trayectoria del planeta: es decir: los líderes, los maestros y los cooperadores y discípulos, son los mismos que se suceden en el tiempo, una y otra vez, para realizar los propósitos cósmicos, a nivel mundial, en cada planeta de turno, y en incontables otros, a nivel universal.
Se van entrelazando los destinos. Y, qué decir de Marco Aurelio y de Cómodo? El padre fue maestro de su hijo, con quien compartió el poder. La disparidad de caracteres entre uno y otro es inherente a la personalidad de cada quien, y sin duda los maestros ejercen un influjo positivo, que a largo tiempo, tiene sus efectos trascendentales, o moderadores y benéficos. Quién puede saber hasta que grado influyó Aristóteles en Alejandro Magno para forjar su visión de Estadista? Al conquistar, lo hacía para difundir la cultura helénica y fomentar el cruce étnico, al obligar a sus soldados a casarse con las mujeres de los pueblos conquistados, en vez de tomarlas como esclavas. Sin duda, el Gran Macedonio es uno de los Espíritus más civilizadores que han venido al planeta tierra, y lo observamos en algunos de sus diferentes roles, como Pisistrato, en cuya labor civilizadora  ejecutara las leyes codificadas por Solón y comenzara a forjar el esplendor griego; el emperador Juliano; Mahoma; Saladino, un ser de excepcional sabiduría y generosidad; y Solimán El Magnifico, a quien Cervantes anteponía como el mejor ejemplo de líder forjado por sí mismo. Aunque si nos atuviéramos a algunos elementos reveladores contenidos en la obra Te perdono, de Amalia Domingo Soler, deberíamos llegar a algunas conclusiones que han pasado desapercibidas a muchos de sus lectores. En aquel extraordinario libro que explica a la perfección el mecanismo de la reencarnación y la ley del karma, observamos que el Espíritu de Iris, reencarnado, en diversas existencias reconoce a Antulio en algunos personajes cuyos roles, en esas vidas, era el de conductor de ejércitos al estilo del de Alejandro Magno, a título comparativo, sin que por esto se deduzca que el uno sea la reencarnación del otro. Sino que, se evidencia como en las vidas sucesivas de un Espíritu, los roles se van sucediendo según las misiones que les son inherentes, y un filósofo puede transformarse en un conquistador.
Podemos, siquiera imaginar qué labor civilizadora, realizará el Espíritu de Alejandro, en futuras reencarnaciones? Sin duda alguna, el Espíritu de Alejandro Magno es de un nivel de progreso muy elevado, y sus facetas de filósofo profundo, de investigador de la ciencia sagrada, de hombre que rescatara grandes tesoros de la sabiduría antigua. Por ejemplo, según Alberto Magno, la Tabla Esmeraldina, (Tabula Zaradi), atribuida a Hermes Trismegisto, y esculpida con antelación al diluvio, con clara evidencia a sus orígenes atlantes, fue encontrada por Alejandro Magno. Recordemos que este hombre fue discípulo de Aristóteles, que es una de las mentes más universales que han vivido en el planeta tierra.
Y, no solamente Alejandro Magno; muchos de sus hombres de confianza, como el caso del general Tolomeo I Soter, que luego fuera Abderramán III y Lorenzo El Magnífico, fueron coadyuvadores en la misión de forjar grandes civilizaciones. Este último, por ejemplo, transformó a Córdoba, -conocida como la lumbre de occidente-, en la capital cultural del mundo. Y, como Ptolomeo I Soter, fundó el Museo y la Biblioteca de Alejandría, y como Lorenzo El Magnífico, emuló la obra de ambos, en la Florencia del Renacimiento. Aquí, encontramos a su lado al filósofo Platón, en el rol de Marsilio Ficino y a Giovanni Pico della Mirandola, genio de análoga magnitud que el de Moisés Maimónides. También, El Magnífico fue capaz de ver, en el joven Miguel Ángel, de apenas catorce  años, al futuro genio de la escultura, cuyo Espíritu es el mismo de Fidias, y, es probable que, también, el de Praxíteles, -hay que analizarlo más a fondo: son genios paralelos-, y posteriormente el de Augusto Rodin.
Hay quien compara a El Magnífico con Pericles, en sus múltiples facetas, entre ellos Irving Stone, el autor de la extraordinaria biografía de Miguel Ángel, intitulada “El Tormento y el Éxtasis”. El genio de Irving Stone como biógrafo, por su dominio de la historia y la penetración psicológica de los personajes, es comparable al de Emil Ludwig, aunque éste es más sintético, pero igualmente profundo. Quién de los dos podría ser la reencarnación de Vasari? Un tema de estudio de la Meta-Historia, bajo cuya nueva acepción difundimos su mensaje.
Muchos otros grandes hombres han tenido sus instructores fundamentales, que, sembrando sus semillas ideológicas en sus discípulos, se aseguran de hacerlas realidad, en algún grado, cuando llevan a cabo sus funciones de liderazgo. Tal es el caso de Simón Bolívar, en quien influyeran, notablemente, Simón Rodríguez, el Sócrates venezolano, y el Marqués de Ustariz, a quien Francisco de Miranda conoció personalmente, y elogiara. No poca cosa, tratándose de Miranda, un hombre de tal dimensión que, en el siglo XVIII, y en todo el orbe, no había diez hombres que se le equipararan, por su estatura mental. 
Podemos deducir lo que fue Xenócrates, de quien existen pocas referencias, -aparte de la Diógenes Laercio-, de lo que fue Plutarco.
Volvemos a encontrar al maestro y al discípulo en Plotino y en Porfirio. Platón, el primero, Xenócrates, el segundo. Y, luego, en el Renacimiento, encontramos nuevamente a los tres: Platón, Aristóteles y Xenócrates, en Marsilio Ficino, en Leonardo Da Vinci y en Cervantes. Son eternos compañeros en un viaje muy extenso en el espacio y en el tiempo. Empero, si miráramos con mayor profundidad, encontraríamos muchos otros personajes que se les interrelacionan. Más adelante, en el siglo XVIII, los tres vuelven a aparecer: Emanuel Kant?, Emanuel Svedemborg y Alejandro Cagliostro. Y, comienza la Meta-Historia a apasionar a todos quienes anhelan comprender las edades pasadas y deducir las que están por venir. Si los mismos maestros, una y otra vez, son los que han creados las repetidas edades de oro pasadas, en cada nueva época en que vuelvan, emergerán, nuevamente, análogas edades. Esto, por cuanto junto con los maestros e ilustres genios, vienen los seres que integran la familia de la tierra, capaces de secundar la obra del progreso que florece una y otra vez, en determinadas épocas. Cada vez que emerge un grupo de estos genios, millones de personas vienen a ejecutar lo que los maestros de la patria indican, que seguirá vigente por muchas generaciones, cuando le sucedan los de menor nivel. Esa es la causa y la razón de las decadencias de las grandes civilizaciones. Después de una época floreciente, los maestros y los discípulos emigran a otra región, pon un largo tiempo, donde florecerá un nuevo esplendor, y, también lo harán, civilizaciones más avanzadas. En cambio, donde hubo esplendor pasado, con los nuevos espíritus que reencarnan, que no están a la misma altura en niveles de conciencia, ocurre lo mismo que en aquellas grandes mansiones, que dejadas al arbitrio de sus sirvientes, sin la dirección y cuidado de sus dueños, en poco tiempo pasarían a ser, poco más o menos, que viviendas de servicio, en comparación.

LEONARDO DA VINCI
Mientras el poeta regresaba a la morada del cuerpo, del viaje onírico, venía pensando en escribir una serie de cuentos e intitularlos “LA PLUMA DE ORO”. Miraba en sus manos y tenía una pluma dorada, y sopesaba si aquel título de “pluma de oro” sería uno bueno, o adecuado, con el que escribir un libro de cuentos, o de aforismos, o de meditaciones cortas, o de crítica literaria, científica o de otro tipo, o ensayos filosóficos, o místicos, o espirituales, o de meta-historia.
Aquel viajero onírico se despertó, durante la noche, y se dio media vuelta pretendiendo seguir durmiendo, cuando escuchó uno de esos ruidos que nadie sabe qué son, ni de dónde provienen, pero que le sacó del sueño en que ya de nuevo había entrado.
Como venía con las ideas frescas del sueño anterior, y tenía un ensayo a medio escribir, con el título “La voluntad de Dios”, desde antes de acostarse, y algunas ideas nuevas como esa de: -“Y queriendo con la voluntad de Dios no habrá nada que jamás quede sin concluir”, y cosas por el estilo, el viajero onírico se determinó a levantarse, se sentó al ordenador y escribió: -“La pluma de oro”; anotó su nombre y lo demás es algo ya conocido por quien esto hubiese leído.
Si el título de LA PLUMA DE ORO es bueno o no decida el lector, o la lectora, ya que hay cosas que surgen con naturalidad, y por la fuerza del hábito, al repetirlas, o releerlas, es cuando nos damos cuenta de sus bondades, o de lo contrario, y los papeles escritos corren el riesgo de ser echados en el cesto de las cosas desechables.
ALEXIS CARREL
Si hay alguien que subestime lo que resulta de su propio ingenio, es la misma persona que los produce. Casos hay múltiples, que si no hubiese sido por los actos bondadosos de quienes fueron los depositarios de tantos valiosos manuscritos, nosotros no habríamos leído ni la Eneida, de Virgilio, ni las obras de Franz Kafka, ni tantas otras que sus autores estimaron indignas, o dignas del fuego, pero que hoy cautivan a la humanidad, como clásicos inmortales.
EMANUEL SWEDEMBORG
Es cierto, es el nivel de exigencia de sus autores, que son inclementes consigo mismos, razón por la cual sus obras jamás les dejan totalmente satisfechos. Pero, la humanidad que habrá que aprender de ellos, por siglos encontrarán en muchos de esos manuscritos, elevadas y sabias enseñanzas que marcarán el norte de incontables vidas.
Es preciso que cada quien valorice sus obras, como lo hiciera Cervantes con su Quijote, sus Novelas Ejemplares y Entremeses, y con su Galatea, de la primera y de la segunda parte, a la que, tan a menudo, se refería y que, lamentablemente, perdida yace, o el genial castellano jamás la escribió. Es preciso, no obstante, que mientras las obras de ingenio se ejecutan, se vayan puliendo con asiduidad, ya que solo transcienden aquellas en las que media un gran trabajo y constante perfección.

II

Se preguntaba el poeta qué sentido tenía el simbolismo de la pluma de oro, en el sueño, y la razón por la cual mientras regresaba para la reincorporación en la materia, se estaba forjando el propósito de escribir algunos cuentos o ensayos, con ese título. Buscando la respuesta se les ocurrieron algunas ideas que analizaremos, seguidamente.
La primera parte de este ensayo, fue concluida a las 12 en punto de la noche, como si se tratara de un trabajo en Logia, en cuya hora simbólica concluye toda faena. Al terminarlo, quien esto escribe, y sin tener idea de la hora, toma dos libros de su biblioteca, que durante algunos meses no había tocado.
Cuando ve la hora, y dado que a las doce en punto, suele acostarse, con férrea disciplina, por eso de que hay que ir a dormir en el mismo día en que uno se levanta, solo tiene tiempo de ojear uno de ellos, “Los Fundamentos del Espiritismo”, de Jon Aizpúrua, y lo abre al azar y lee: -“Con razón, LEÓN DENIS, pluma de oro del Espiritismo, proclamó que la Doctrina Kardeciana reuniría y fundiría en una síntesis grandiosa todas las formas del pensamiento y de la ciencia”. Demás está decir que Jon Aizpúrua, que ya descollaba como conferenciante internacional a los dieciocho años, al lado de su maestro David Grossvater, es hoy por hoy uno de los intelectuales más descollantes, a caballo de los siglos XX y XXI, y una de las figuras más prominentes de la Doctrina Universal. Modelo, o paradigma, que solamente algunas de las siguientes generaciones calibrarán en su exacta dimensión. Alguien de semejante trayectoria, e igualmente paradigma adelantado a su tiempo, en Venezuela, lo es Arturo Uslar Pietri.
León Denis, pluma de oro del Espiritismo, la Doctrina Universal, la que mejor habla a la inteligencia humana, a la que, más tarde o más temprano, todos tendrán que recurrir para encontrar las respuestas a las grandes inquietudes de la mente humana. Contiene, a no dudarlo, la percepción más amplia sobre la vida y el universo, y la respuesta, virtualmente a todas las preguntas que una persona se puede formular, en términos relativos, cual no lo hace ninguna otra ciencia, filosofía, doctrina o disciplina del pensamiento, de ahí se deriva su carácter de Doctrina Universal, como la mejor representación de la Verdad Universal.  
ARTURO USLAR PIETRI
En la primera parte de este trabajo habíamos mencionado, ya, a León Denis, como una de las mentes más descollantes a caballo del siglo XIX y XX. La cultura universal de Denis, el estudio profundo de las obras fundamentales y principales exponentes de las disciplinas científicas, filosóficas, y, también, de corte Espírita, y Metapsíquica, el conocimiento de Oriente y de Occidente, en sus principales exponentes, y obras, además de su profunda percepción intuitiva e inspiración, como él reconoce, de esta última, le dan a su obra un tinte especial que la hacen de lectura obligatoria para todo ser humano que quiera ampliar su visión existencial. Su libro El Problema del Ser y del Destino, es un monumento incomparable, que hay que tenerlo permanentemente en la mesa de noche, y leerlo innumerables veces durante el curso de la existencia, ya que, en una sola vida, no se agota su contenido. Decía León Denis, en la obra citada: -“Yo mismo, puedo asegurarlo, he sido favorecido por las enseñanzas de los guías espirituales, cuyos consejos y asistencia no me han faltado nunca en el transcurso de más de treinta años”-.
VICTOR HUGO
Ya, esa aparente coincidencia, o casualidad, iba dando respuesta a la pregunta sobre el simbolismo de pluma de oro. Podría decirse que significa: Pluma inspirada. Ese es el carácter que numerosas generaciones de la antigüedad clásica le reconocían a Homero, el de aeda inspirado. También lo del trípode de oro, que encontraron unos pescadores, que le atribuían ser de Helena, quien lo arrojara al mar en su viaje de regreso a Troya. Acaso Helena de Troya era, también, pitonisa, y no lo sabemos? Ya que el trípode de oro, además de ser el asiento en que, se dice, o supone, se sentaba la Pitia, en sus funciones de sensitiva, o de instrumento del oráculo délfico, tenía otra acepción, o función, equivalente a la de Cestita Espirita, que los Espíritus sugirieron de usar, en el siglo XIX para hacer más fluidas las comunicaciones escritas entre la dimensión espiritual y la humana. En una de sus tres puntas se le colocaba un lápiz, se apoyaban las manos por uno de sus lados base, y la cestita comenzaba a escribir cosas que asombraban a quienes, acto seguido las leían. Quién escribía con tan profunda sabiduría. “La Sobra del Sepulcro” fue el nombre con que se le anunció el Espíritu comunicante a Víctor Hugo, en una especie de arenga, o de escarmiento, al genio poético del insigne hombre, que aspirara, un día, que París fuese renombrada con su nombre, según se dice. Al margen de esas puerilidades que no creemos dignas del genio del gran poeta, ni que sea cierto que él las haya expresado ni aspirado a ello, Víctor Hugo, que se consideraba, a sí mismo, como la reencarnación de Esquilo, calza los puntos, en su monumental obra, de Homero, -y a ese nivel lo ubicamos, sin que, necesariamente, deba ser su reencarnación, y esa no es la idea con que les comparamos, en este caso-. Cuando Víctor Hugo describe la batalla de Waterloo, entre Napoleón y Wellington, y la manera como analiza la misma, los incontables viajes que efectúa al sitio mismo para encontrar la razón por la que el genial corso pierde una batalla virtualmente ya ganada, en ese relato admirable, uno siente que es Homero, o un genio equiparable quien habla. Era como si Víctor Hugo, mientras describía los sucesos de aquella contienda, estuviese allí, viéndola espiritualmente. Tal es el realismo que es capaz de imprimirle al relato. Con que convicción habla, con cuanta claridad explica las cosas, y con que precisión llega a conclusiones que constituyen respuestas certeras a las inquietudes planteadas. Es la visión perceptiva intuitiva, o inspirada, en sus múltiples vertientes o variantes. Cuantas páginas de sublime sabiduría se le deben a Víctor Hugo, cuya inspiración obtuvo por su conexión con la dimensión espiritual. Recordemos que Víctor Hugo es uno de los grandes representantes de la Doctrina Espírita, al igual que muchos otros de su tiempo, y del nuestro.
Con su obra de aeda inspirado, y cultor del arte en elevado grado, Homero fue el artífice de la edad de oro griega, y fuente inigualable, a la que, aún, se puede recurrir, y debería hacerse, para alimentar el Espíritu. Todos pueden descubrir en aquellas facetas homéricas, que permanecen pendiente de escudriñar, el manjar de un perenne banquete, cuyos comensales, todavía no han descubierto, en su totalidad.
En qué forma se usaría, por las pitonisas, el trípode de oro, o de otro metal, en los Oráculos de Delfos y en el de Dodona, que era el más antiguo? Quizá fuera, que, colocado sobre las letras del alfabeto, con una de sus puntas, y apoyadas las manos de la pitonisa en su lado base, iba indicando una a una las letras, y conformaba el mensaje que respondía a las preguntas que, constantemente, de todas partes, se les formulaba, buscando guía y asesoría, para tomar importantes decisiones. Algo similar a lo que hoy se hace con el I Ching, la Radiestesia, y algunas ciencias mánticas. Empero, recordemos que los antiguos eran grandes expertos en el manejo del sonambulismo, de la comunicación parlante, y de otras facultades espirituales, que con el tiempo, quedarían relegadas únicamente a un grupo selecto de iniciados en los grandes misterios: eleusinos, órficos, mayores y menos egipcios, pitagóricos, entre otros.
Sin duda, a través de la inspiración, por medio del trípode, y de otras facultades espirituales de la Pitia, o pitonisa, se obtenía la guía de la dimensión espiritual. Todos los pueblos de la antigüedad fueron grandes expertos en la comunicación entre ambos mundos. Conocimiento que durante largo tiempo quedó erradicado del uso de las grandes masas, por su incesante abuso, y que, en el siglo XIX, masivamente, reapareciera ese antiguo arte, en forma simultánea en el orbe entero, a partir de aquellas experiencias de las hermanas Fox, en 1848, en Hydesville, que acapararon la atención mundial, y que diera nacimiento, con la subsiguiente Codificación Kardeciana,  a una de las doctrinas más sublimes que han surgido en el planeta tierra: EL ESPIRITISMO, en cuyas fuentes, quien esto escribe, por propia iniciativa, leyendo El Libro de los Espíritus, de Allan Kardec, accedió, a los catorce años. Y, luego, vendrían las demás obras del maestro de Lyon, las de León Denis, las de Amalia Domingo Soler, las de Joaquin Trincado, e incontables otras de todas las corrientes de pensamiento, entre ellas las de Alexis Carrel. Aquel joven que con gran afán leía aquellos libros, y su emoción era tal que les hablaba de las mismas, a todos sus amigos y éstos les miraban con ojos extrañados. El joven se preguntaba: -Por qué un mayor número de personas no lee estos libros maravillosos? Con el correr del tiempo, y habiendo leído incontables libros, en su biblioteca de más de catorce mil volúmenes, de todos los temas y corrientes de pensamiento, con conocimiento de causa, ya hombre maduro, sigue pensando exactamente lo mismo, que El Libro de los Espíritu, es una obra maravillosa e incomparable. Eso mismo piensa de la de Denis, que en días pasados se había propuesto de releer, en su totalidad, y hacer algunos comentarios. El sueño de antenoche, le ratificó, sin proponérselo, el carácter de pluma inspirada de León Denis, al ser calificado como “pluma de oro”, por la crítica especializada, a nivel mundial, además de profundo cultor en el arte, o temática integral, y, además, orador de inigualables kilates, digno de emulación por parte de quienes aspiran a emprender, y realizar, elevados vuelos a nivel intelectual, o espiritual.
IBN ARABI
Un momento oportuno para saludar con el pensamiento, a León Denis, y a todos los ilustres personajes nombrados en este ensayo, e incontables otros, por su gran aporte, e inagotable amor a la humanidad.
Adelante.
CONCEPCION ARENAL