viernes, 30 de diciembre de 2011

MAHOMA, PROFETA Y LEGISLADOR














MAHOMA, PROFETA Y LEGISLADOR


Por ©Giuseppe Isgró C.

En el año 570 de nuestra era, nace, en La Meca, uno de los personajes más extraordinarios de la historia: Mahoma, (Mohammad).
El mundo occidental conoce poco, o casi nada, de este controversial hombre. Nacido en una familia distinguida pero de recursos moderados, perteneciente a la tribu Kuraysh.
A los seis años, se hizo cargo de él su abuelo Abd al Mutalib; dos años más tarde, su tío Abu Talib. Este último lo inició en la actividad de caravanero y el comercio. Al cumplir los 25 años entra al servicio de una rica mujer, Kadija, de 40 años de edad, quien le encargó el manejo de todos sus asuntos comerciales, viajando intensamente.
Al poco tiempo, Mahoma contrajo matrimonio con Kadija, y ya, al cumplir los 40 años era un hombre rico., muy respetado, y de enorme influencia en La Meca, y en toda la zona de su actividad.
En sus viajes por Siria, y los confines de la China y de la India, Mahoma entra en contacto con enseñanzas místicas diversas, como el judaísmo, el neoplatonismo y algún tipo de vinculación con corrientes ascéticas de la India, así como con el Taoísmo y el Budismo Zen, deducido esto por el tipo de prácticas meditativas y frecuentes retiros a una cueva en los alrededores de La Meca, donde alcanzó niveles de éxtasis y a tener sus primeras comunicaciones espirituales con el Espíritu Gabriel, quien le comunicó que Alá es el único Dios, y que él, Mahoma, era su profeta; que debía comunicar el mensaje recibido y expandirlo por el mundo.
Al principio, Mahoma tenía enormes dudas respecto a las comunicaciones espirituales recibidas, pero, vista la insistencia del Espíritu Gabriel, tomó en serio la misión. Recibió el respaldo de su esposa Kadija, así como de su tío Abu Talib, el de su amanuense Zaid, y el del rico mercader –su futuro suegro- Abu Bakr, quienes fueron, virtualmente, los primeros discípulos del Profeta.
Pese a tan exiguo respaldo doméstico, es indicio de que algo de especial debía tener la personalidad de Mahoma, para que su mujer, tío, amanuense, entre otros, le respaldasen en tal pretensión. Empero, con la gente de La Meca no pasó lo mismo; fue tildado de loco, despojado de sus bienes y perseguido despiadadamente. La inspiración de un Dios único afectaba el comercio de La Meca, donde se realizaban frecuentes peregrinaciones para la adoración del politeísmo imperante, en esa época.
Afortunadamente, Mahoma, con gran esfuerzo, logro salvarse y resistir tenazmente, con tremenda fe, trasladándose a la ciudad de Medina, donde recibió más benigna acogida. En esta ciudad, escribió la parte espiritual-moral del Corán, -la obra cumbre del Islamismo-. En La Meca, posteriormente, escribiría la aparte jurídica. Usó pergaminos, hojas de palmeras, paletillas de cordero, etcétera, para registrar los dictados del Espíritu Gabriel, sobre el nuevo código moral, espiritual y jurídico. Dichos escritos, en forma de poema, de elegante estilo clásico, fueron amontonándose en un cuarto, los cuales fueron aprendidos de memoria por gran número de fieles. Posteriormente se les hicieron copias y se comenzaron a divulgar.
El Corán consta de 114 suras, o capítulos; cada sura se divide, a su vez, en versículos. En su forma actual, consta de las siguientes partes: 1) Los principios fundamentales del Islam, así como las diversas vertientes que le conforman: a) Fe a Dios, en los Espíritus superiores, en el Corán, en los profetas, en la reencarnación y en el juicio final., en la tierra. b) La oración, la que se acompaña a la ablución, como preparativo y representativa de la pureza del Espíritu. La oración debe ser realizada cinco veces al día: en la mañana, antes de la salida del sol; al mediodía, en la tarde, antes de la puesta del sol y la noche cerrada, y la última, entre el ocaso y la primera guardia nocturna. Algunos realizan una sexta oración voluntaria, entre la primera guardia nocturna y el amanecer. En estos períodos, aparte de la lectura del Corán, se repiten exclamaciones de alabanza, como: Dios es grande; Dios es poderoso; sólo Dios es Dios; etcétera. La oración se realiza en la Mezquita, o en un lugar puro; los ojos deben estar orientados hacia la Qibla, o punto del cielo en dirección de La Meca. La comunicación con Dios debe ser efectuada con humildad; doblar la frente hasta el suelo, es el acto más solemne de adoración a Dios. C) Los actos de solidaridad, que son de dos clases: Las obligatorias, denominadas Zacat, -una especie de diezmo-, que deben ser efectuadas según cánones preestablecidos, en dinero, mercancías, ganado, cereales y frutas; y las voluntarias, denominadas Sadacat, las cuales son realizadas de acuerdo el criterio de cada quien. La regla es dar la décima parte de los propios ingresos para contribuir al bienestar de los que lo requieren. d) El ayuno, debe ser efectuado, cada año, durante los treinta días del mes de Ramadán, desde la salida a la puesta del sol, sin ingerir comida, bebida, absteniéndose de baños, perfumes, relaciones sexuales, y cualesquiera otras satisfacciones de los sentidos, con el objeto de disciplinar el espíritu, y purificar el cuerpo y la mente. E) La peregrinación, debe hacerse por lo menos una vez en la vida, bien sea personalmente, o por delegación; en este caso, su nombre debe ser mencionado en cada una de las oraciones que realiza su sustituto. La peregrinación es obligatoria, únicamente, para las personas pudientes, en buen estado de salud y que puedan soportar los rigores del viaje. Cada creyente inicia este viaje efectuando la siguiente afirmación: -“En nombre de Allah inicio este viaje, confiando en su protección. Creo en Él y pongo en sus manos mis acciones y mi vida”.
2. Los preceptos morales.
3. La exaltación de las maravillas de la Creación.
4. Las referencias históricas relativas a la vida de los profetas y sus mensajes.
5. La descripción de las recompensas reservadas por Allah a los que creen en Él y cumplen los preceptos del Corán.
5. Reseña de la Ley del Islam, en sus partes de vinculación espiritual, y legislativas. El Corán constituye la más importante fuente primaria del Islam. Poco a poco fue creciendo el número de discípulos y seguidores.

-II-

Viendo, Mahoma, que, por la vía pacífica le costaría divulgar su mensaje, se vio obligado a empuñar la espada, en primer lugar para defenderse, y en segundo lugar, para resguardar a los suyos. Empero, pese a la severidad de las contiendas, mientras vivió Mahoma, se observó, en el Islam, una gran generosidad con los vencidos.
En la batalla de Abu Dakr, por ejemplo, Mahoma, después del triunfo, logró alrededor de setenta prisioneros. Después de meditar, tomó la decisión de, en vez de sacrificarlos, libertarlos previo pago de rescate. Sin embargo, quienes no tenían recursos para ello, si eran letrados obtenían su liberación enseñando a diez analfabetos. Los que carecían de rescate y de cualquier otra clase de aporte, fueron libertados. Igual generosidad observaron, los musulmanes, al invadir Jerusalén, donde se respetó la vida de los judíos. Virtualmente, nadie resultó afectado.
Mahoma respetó, siempre, tanto a cristianos como a judíos y a todo aquel que, libremente, se sometían a la nueva fe del Islam. Después de la batalla de Abu Dakr, Mahoma logró el dominio de La Meca.
Corría el año de 624 de nuestra era. Mahoma escribe una Constitución, en la ciudad de Medina, de propia inspiración, constante de cincuenta y dos artículos, 27 de los cuales estaban dirigidos a los judíos, y 25 a los musulmanes. Constituye una segunda fuente primaria. Posteriormente, los casos jurídicos-morales atendidos por Mahoma fueron conformando una especie de jurisprudencia, cuya compilación efectuada por seguidores y fieles que lo escucharon directamente, recibieron la denominación de Sunnah, que constituye la fuente primaria, después del Corán, y, de la antes citada Constitución medinense, para el derecho musulmán.
La Sunnah se transmitió por medio de la Hadiz, -especie de narración , que contiene tanto el nombre de la persona que transmitió la tradición como el relato propiamente dicho.
Entre las fuentes secundarias del Derecho Musulmán, se pueden citar:
a) El Ichmá: consiste en la opinión unánime, que en forma expresa o tácita, sostienen los jurisconsultos de diferentes épocas, sobre los aspectos de la doctrina y de la jurisprudencia que no se contemplan ni en el Corán, ni en la Sunnah y la Constitución medinense.
b) El Quiyás, es una forma de deducción analógica en la interpretación del derecho musulmán.
c) La costumbre, es considerada, hoy, como fuente subsidiaria del derecho musulmán.
d) Muchas veces, es necesario recurrir al dictamen del Mufti, (jurisconsulto), para encontrar lo que la ley manda o prohíbe, sobre un caso determinado.
e) Cuando no existe previsión de la ley, ni es factible la interpretación analógica del caso, se aplica el Ichtihad, es decir, el esfuerzo necesario, -especie de meditación, para intuir la voluntad divina, y discernir lo que, de acuerdo con ella, debe ser la regla jurídica o norma a aplicar.
Todas estas aplicaciones de las fuentes jurídicas del derecho musulmán, dieron origen a dos tipos de escuelas, calificadas de: ortodoxas y heterodoxas.
Las instituciones jurídicas, tanto del derecho público como del privado, ofrecen notable interés para su estudio. La descripción de Mahoma sobre su viaje al séptimo cielo, cuya referencia se encuentra, también, en el Corán, basada en un sueño que tuvo, durante el cual viajó a Jerusalén, vislumbra tres zonas claramente identificadas, como son:
1) El Edén, o Paraíso, donde iban solamente los fieles que habían cumplido los preceptos de Allah.
2) El infierno, el cual era una zona de fuego o Ghenna, donde iban los infieles, distribuidos en una especie de edificio de siete pisos. En cada piso estaba adscrito un sector de la población mundial.
3) La tercera zona era la denominada Al Araf o La División, zona donde no existe ni la paz ni el placer, y en la cual se ubican a los fieles poco fervorosos, tibios, que no merecían estar en el paraíso; especie de purgatorio dantesco, que marcan claros antecedentes en los cuales, seguramente, se inspiró Dante Alighieri, para escribir su Divina Comedia, opinión ésta sustentada por gran número de insignes islamistas.
Esta distribución sería efectuada después del Juicio Final, recogiendo, con esto, Mahoma, un tema muy antiguo, que señala el fin de una etapa, en la tierra, denominada con este nombre, que tiene diversas interpretaciones. Entre las mismas, podría destacarse aquella que le califica como una especie de examen previo a la Nueva Era, en cuyos albores se encuentra nuestro planeta.
Mahoma es un ejemplo de liderazgo efectivo, de visión clara, de tenacidad férrea, de paciencia a prueba de todo, de gran capacidad estratégico-táctica, de seriedad, honradez y sinceridad, de fervor y entusiasmo que encendió el fuego divino en millones de seres que, a través de los siglos, mantiene vigente la guía, y un modus vivendi, que es digno de análisis.
A Mahoma se le critica que permitió la poligamia, y aún más, que él tuvo hasta veintiséis esposas, después de pasar a mejor vida Kadija. Sin embargo, es importante señalar que la poligamia ya existía en la época de Mahoma, pero él la limitó a cuatro esposas, solamente. Empero, en el Corán señala que si la conciencia de cada uno le indica que debía tener una sola, habría de seguir esta inclinación. Esto marcó una tendencia, a través de los siglos, que se ha venido acentuando, hacia la monogamia.
Mahoma instituyó que, quienes tenían hasta cuatro esposas, debían instalarlas en casas separadas, y proveer a su sostenimiento. Eliminó el matrimonio temporal, existente antes de él, con el cual un hombre podía casarse con una mujer por pocos días, meses o años, instituyendo el matrimonio perpetuo, aunque permitió el divorcio. Dignificó a la mujer al permitirle tener propiedades, y venderlas a su mejor conveniencia.
Se reservó para él tener más de cuatro, llegando hasta veintiséis, viviendo, en etapa avanzada de su vida, con nueve esposas. Pero, durante su matrimonio con Kadija mantuvo absoluta fidelidad. Parece ser cierto su acentuado gusto por las mujeres y los perfumes. Empero, había una tercera cosa por la que tenía gran predilección: -“El refrigerio producido por el Dizkr, -el constante recuerdo del nombre de Allah”-.

-III-

El 08 de junio del año 632 de nuestra era, Mahoma cambió de dimensión. Había puesto en movimiento uno de los fenómenos civilizadores de mayor magnitud y trascendencia que se hayan registrado en la historia. No sólo sigue vigente, sino que se encuentra en plena expansión mundial. Sin lugar a dudas, el islamismo constituye una de las espiritualidades directas, y centradas en el Creador Universal, de mayor elevación, e importancia, que hayan existido en el planeta, en general, y de manera particular, en el mundo occidental.
Después de Mahoma, asumió la dirección del Islamismo su suegro Abu Bakr, padre de su esposa Aysa, que se convirtió en el primer califa del imperio Musulmán, el cual, cada día iba en ascenso.
Se debe a Abu Bakr la compilación y ordenamiento de todos los escritos que, por comunicación espiritual, o inspiración, recibiera Mahoma del Espíritu Gabriel. Estos escritos se conservaban en paletillas de cordero, hojas de palmeras, y pergaminos.
Posteriormente, el califa Ulmán reunió las diversas versiones conservadas y distribuidas en diversas regiones, eligiendo las que a su juicio eran las más correctas y auténticas. De este ordenamiento, resultaron las ciento catorce suras, (capítulos); cada una dividida en versículos (aleyas); destruyendo las restantes.
En Derecho internacional, el califa se regía, a discreción, a su mejor criterio, ya que el Corán no había reglamentado al respecto. Después de Abu Bakr, le siguieron, en el mando: 1) En el año 634 de nuestra era, el califa Omar, -a quien se le atribuye la destrucción de la biblioteca de Alejandría, monumento cultural de la antigüedad, ignorándose, exactamente, la totalidad de las obras pérdidas, muchas de ellas sin reposición. Cuenta la tradición que Omar, en su visión de entonces, exclamó: -“Si lo que había allí está contenido en el Corán, no se perdió nada; si no está contenido, tampoco se perdió nada. Karma de magnitud equivalente significa para el espíritu del califa Omar tal acción, la cual deberá compensar en el proceso evolutivo. Empero, la destrucción de ese magno legado de la antigüedad, realmente, tuvo diversos causantes, en épocas varías, y probablemente habrá que revisar más detenidamente esa atribución a Omar, por cuanto uno se reusa a creer que, siendo los árabes quienes contribuyeron a salvar lo poco que nos queda de la cultura clásica, hayan podido realizar un acto de barbarie de esa magnitud. 2) En el año 644, el califa Utmán . 3) En el 656, toma el mando el califa Alí, yerno del profeta. Posteriormente, en el año 660, entra en escena el califa Ommaya, dando inicio a la dinastía Omeya, con la cual la sede del poder central pasa de La Meca a Damasco.
Grandes palacios son construidos con gusto exquisito, entre ellos mezquitas, monumentos, etcétera, dando inicio a la verdadera expansión cultural, artística, filosófica, científica, espiritual, pedagógica y jurídica del Islam. La civilización árabe alcanza un esplendor inigualable. Hasta el advenimiento de Mahoma se le podría considerar como en una fase prehistórica, cuyos rasgos culturales, artísticos, arquitectónicos y espirituales, eran de relativa importancia.
Los musulmanes reciben la influencia helénica, bizantina, orientalista, persa, egipcia, china, romana, al expandirse por Siria, Persia, la actual Turquía, Paquistán, los confines de la China, la India, Grecia, Egipto, confines del imperio Bizantino, algunas regiones del norte de Europa, como Austría, el sur de Italia, Sicilia, y la península ibérica, de manera especial Andalucía, donde, como todos saben, los árabes permanecieron casi 800 años.
Gracias a la asimilación de las obras recopiladas por los musulmanes, en Grecia, y en todas las regiones en que se difundió el islamismo, es como se conservan las valiosas obras de la antigüedad clásica que se conservan. Textos relativos al derecho romano, a la literatura y a la filosofía griega y persa, entre otros, con lo cual parecería compensarse la acción de Omar, relativa a la parte que pudo corresponderle a la eventual destrucción final de lo que quedaba de la biblioteca de Alejandría. Hay una hipótesis digna de posterior verificación que asevera que la gente de Omar retiró los textos de la biblioteca, y se los llevaron, en primeras instancias, para usarlos como comestible, pero que, gradualmente, al percatarse de su valor, salvaron el resto. Por la ley cósmica, en todos los actos, se lleva a cabo un proceso de compensación, en forma adecuada y oportuna.
Este movimiento árabe en expansión, con desarrollo constante en todos los campos y niveles, fue dando importantes aportes, como lo hemos ya mencionado, en arquitectura, arte, poesía, filosofía, música, aritmética, matemática, geometría, medicina, astronomía, literatura, ciencia, química, alquimia, astrología, etcétera.
Con la expansión árabe, se generó una constelación de importantes pensadores, poetas, filósofos y escritores, entre ellos Averroes, Al Hallak, Maslana Rumi, Al Gazzali e Ibn Arabi, entre otros.
Muchos califas musulmanes se apartaron un poco de los lineamientos fundamentados por Mahoma, algunos de los cuales, más que por un interés genuino de imponer el Islam, lo que buscaban era extender sus dominios y su poder político.
De aquí que surge un movimiento importante dentro del mundo musulmán, que es el sufismo, de gran valor filosófico, espiritual, meditativo, ascético, poético, etcétera, que ha generado, en el espacio y en el tiempo, algunas de las más hermosas páginas de sabiduría en la historia.
Mahoma fue contrario a la práctica de un ascetismo rígido, por cuanto buscaba integrar activamente a los fieles a la sociedad de la cual formaban parte.
El movimiento sufista, de influencia y ascendencia islámica, con las mencionadas raíces helénicas, neoplatónicas, hindúes, chinas, etcétera, ya mencionadas, conforma un movimiento universal esotérico, donde, paralelamente a los logros exteriores alcanzados en el mundo musulmán, aquí se buscaba el dominio interior, la intuición, la inspiración y la guía divina, por medio de la práctica ascética, la meditación en Allah y los atributos divinos, el Dzikr, o constante recuerdo del nombre de Allah, la recitación del Corán, la oración, etcétera.
El sufismo, deriva su nombre de cierta túnica de lana, denominada sufis, que utilizaban sus cultores iniciales. Es un movimiento místico-filosófico, que tiene importantes paralelismos con el taoísmo y el zen, lo cual se deriva, probablemente, de los múltiples encuentros, en los cruces de caminos, entre los distintos miembros de estos grupos de espiritualidad, a partir de la misma época de Mahoma. La meditación por el movimiento, por ejemplo, del tai chi, tiene semejanzas con la de los derviches danzantes, instaurada por Mevlana Rumi, que vivió en el siglo XII de nuestra era.
Sin duda alguna, la espiritualidad del Islamismo, y la del sufismo, centrada en forma directa en el Creador Universal, Allah, sin intermediario, es una de las más elevados existentes en el planeta tierra, en toda su historia, y seguirá siendo un modelo ideal por muchos milenios.
Por separado ampliaremos aspectos relativos tanto sobre el islamismo como sobre el sufismo.
Adelante.


lunes, 26 de diciembre de 2011

CAMINO SUFÍ: GNOSIS INTUITIVA DE DIOS Y EL AMOR















CAMINO SUFÍ -1-
Gnosis intuitiva de Dios y el amor

POR ©GIUSEPPE ISGRÓ C.

El camino del amor, contiene todos los caminos. El amor es la síntesis de los valores universales, de los principios y leyes que rigen el universo, y dentro de éste, a todos los seres de los cuatro reinos de la naturaleza.
A dónde conduce el camino del amor? A la fuente universal: a Dios, el Ser Universal.
El amor, en una de las acepciones de Platón, en el Banquete, y en una de sus múltiples vertientes, podría definirse como una necesidad. Si una persona ama a Dios, es porque necesita a Dios. Constituye la necesidad suprema, y por ende, expresa, también, el supremo poder, y la inefable sabiduría, en el grado precisado, en la conciencia del ser individual, por el lenguaje de los sentimientos, utilizando las letras del alfabeto universal: los valores, o atributos divinos.
Conforman las dos grandes vertientes: El poder creador y la sabiduría de los valores universales. La conciencia de la unión perfecta e indisoluble con el Creador Universal, los expresa a ambos, en directa proporción a los estados de conciencias alcanzados, en un momento dado, o al grado de necesidad expresada, en el mismo intervalo.
El camino del amor es personal, individualizado, donde el caminante, el camino y la fuente, constituyen un único ser: Dios, pese a sus múltiples individualizaciones. Empero, el Ser Universal, es, al mismo tiempo, el motor y el guía, de los seres individuales. Es decir, Él se acompaña a sí mismo en el eterno camino que conduce a sí mismo. Es un trabajo, y al mismo tiempo, un acto de amor.
Empero, Dios, como fuente universal contiene todas las vertientes, y variantes, desarrolladas en grados infinitos. Es voluntad y anhelo de ser. El ser individual, expresión indivisa de Dios, constituye el caminante, y el camino, que eternamente expresarán el poder potencialmente infinito, en la creación sin límites que permitirá adquirir la conciencia de la sabiduría de los valores universales, gradualmente. En esa labor, siempre encontrará un más allá, en el eterno ahora. Es el instrumento de la voluntad de Dios.
Abulabás Ben Alarif de Almería, es uno de los místicos más singulares de Andalucía. Vivió en el siglo XI. En él se inspiró Ibn Arabí, otro de los grandes exponentes del sufismo, para desarrollar su extensa obra.
En el Mahasin Al Machalis, Ben Alarif desarrolla los temas de “las moradas del camino místico”, que él sintetiza en: 1) La gnosis o intuición extática de Dios; 2) La voluntad; 3) El ascetismo o la abstinencia; 4) La confianza o el abandono en Dios; 5) La paciencia; 6) La tristeza y el temor; 7) La esperanza; 8) La gratitud; 9) El amor; y. 10) El deseo. Posteriormente, agrega otras dos: 11) La penitencia; y, 12) La familiaridad con Dios.
En el desarrollo de estas moradas, Ben Alarif retoma el hilo conductor del argumento que iniciara, tres siglos antes, el maestro sufí Dzulnún el Misrí.
Desarrollaremos cada uno de los temas relativos a estas moradas, en capítulos apartes. Empero, aquí es importante destacar lo siguiente:
1. Ben Alarif, sostiene que él escribió el Mahasin Al-Machalis, no para los que aspiran a la perfección mística, ni para los que, aún, caminan por la senda de los perfectos, sino, exclusivamente, “para los que llegaron a la meta de la unión y gozan de la intuición o gnosis”.
2. El enfoque anterior tiene diferentes connotaciones, entre las cuales podemos señalar: a) De acuerdo con Ben Alarif, existen seres que ya han alcanzado la meta de la unión y gozan de la intuición o gnosis de Dios. Esta percepción es inobjetable, y además, correcta. Ha sido corroborada por incontables maestros sufíes y por buscadores de diferentes corrientes de pensamiento, a lo largo de la historia. b) Él distingue tres estadios en el camino sufí, diferenciando entre: 1) El aspirante; 2) El que camina por la senda de los perfectos; y, 3) El que alcanzó la meta de la unión y goza de la intuición o gnosis de Dios. Estas tres vertientes ameritan que se medite en ellas y reseñar las reflexiones en otro ensayo.
3. De las doce moradas antes expuestas, Ben Alarif considera que la de la intuición o gnosis, y el amor, constituyen las únicas que sintetizan todas las demás, ya enunciadas. Empero, los valores universales, o atributos, que han dejado de reseñarse allí, también los sintetiza el amor, expresando, por intuición, o, por inspiración, la sabiduría, o gnosis, que les es inherente, de manera integral.
4. Lo expuesto en el parágrafo anterior explica porque el amor es la ley matriz del universo, la cual contiene todos los valores universales.
5. El amor, evidentemente, expresa la suma total del poder creador y la sabiduría, -o gnosis-, de la verdad de los valores universales.
6. Mientras el Ser Universal, los contiene en sí, como fuente cósmica, desarrollados en todas sus vertientes y variantes, en grados infinitos; el Ser Individual, que es una expresión de Dios, individualizada en cada uno de los seres de los cuatro reinos naturales, posee, tanto el poder creador, como la gnosis, en grado potencialmente infinito, que siempre deberá desarrollar en el eterno presente.
7. Quienes alcanzan la conciencia de la unión perfecta e indisoluble con el Ser Universal, canalizan en grado perfecto, tanto el poder creador como la sabiduría de los valores universales.
8. Ese grado perfecto de expresión viene dado por las necesidades que el Ser experimenta, en todos los ámbitos existenciales. La conciencia de la unión, trascendiendo el propio ego, permite que fluyan tanto el poder creador como el grado de gnosis suficientes, en cada etapa del eterno camino.
9. La excelencia de la conciencia perceptiva de la unión con Dios permite darse cuenta de que ya se posee, dentro de sí, todo lo que se anhela, tanto en poder como en gnosis. Empero, percibe, también, la necesidad de expresar ese poder creador y gnosis, en obras que coadyuven en la Creación Universal, de acuerdo a los planes trazados por el Gran Arquitecto, de conformidad a la cuota de cooperación asumida a nivel individual, en un momento dado.
10. La auto-expresión encierra, en si misma, su propia autorrealización y auto-gratificación. Conforma el salario cósmico, que constituye la compensación integral, al recorrer cada etapa de “las moradas” y por cada uno de los objetivos existenciales realizados, en el eterno ahora. La ley de afinidad, irá reubicando, a cada quien, a partir de la conciencia de la unión con Dios, por la ley cósmica, y de manera particular por las leyes de justicia, igualdad y compensación, en el lugar, y en la tarea, que en el tiempo perfecto, le corresponde realizar, aquí y ahora.
11. En cada fase del camino sufí, se es, al mismo tiempo: 1) Un aspirante a la espiritualidad sufí; 2) Un caminante en la vía de la perfección; y. 3) Un ser consciente, en determinado grado, de la unión con Dios, siendo una parte indivisa de Él, capaz de percibirle intuitivamente, y de recibir la gnosis por inspiración del mismo Dios, mediante el lenguaje de los sentimientos de los valores universales, siempre oportunamente, y de acuerdo a los propios estados de conciencias y necesidades. Se canaliza, simultáneamente, y en el mismo grado, la expresión del poder creador de Dios, en los cuatro reinos naturales, de potencialidad ilimitada, que le es inherente.
12. Con el poder y el conocimiento en conexión con la fuente, de acuerdo a los parámetros reseñados, y otros que cada quien percibirá intuitivamente, se dispone del bagaje necesario para realizar la cuota que nos corresponde en la Gran Obra. Es preciso asumir el reto, y persistir hasta alcanzar las metas sucesivas, una a la vez, después de haber dado el primer paso.
Adelante.

EL ENCUENTRO EN LA VICTORIA



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UN ENCUENTRO EN LA VICTORIA

Autor: ©Giuseppe Isgró C.

Del libro: La Victoria

Capítulo I

Me encontraba un día, en una fuente de aguas tranquilas, cristalinas, cuando se me acercó un Venerable hombre, vestido a la antigua usanza, con bata blanca, larga, pelo y barba que alguna vez fueron de color pelirrojo y un báculo en la mano derecha.

Concentró sus ojos en los míos; su mirada era profunda, serena y apacible.

Con voz suave y afectiva, me dijo:

-“Hola, hijo, como estás”-.

–Bien, -le contesté-; y, ¿usted?

–Por aquí andamos; -fue su respuesta-, mientras me sonreía.

-¿Dónde estamos?, -le pregunté al Venerable hombre-.

-Este sitio es conocido como La Victoria; -me contestó-. –¿Qué haces por estos lados?

-Salí esta mañana, temprano, con el coche, a dar un paseo; luego, al llegar a esta zona, me paré a contemplar la belleza de los araguaneyes y decidí caminar un poco y la verdad que, absorto en mis reflexiones, caminé por lo menos durante dos horas, hasta llegar aquí. Desconocía este hermoso lugar. Y, usted, -¿vive por aquí cerca? -le pregunté-.

Un poco más arriba, en esa colina boscosa. Hace algunos años, -relata el Venerable hombre- decidí retirarme de la agitada vida ejecutiva en que me desenvolvía profesionalmente, como abogado, en la ciudad de Quebec, Canadá, aunque he viajado por diversos países asesorando a incontables líderes. Construí la casa, en esta zona tropical, con la idea de pasar aquí los meses de invierno. Me dedico al estudio de la vida, a la meditación y a cultivar mi jardín y de vez en cuando, a escribir mis reflexiones, las cuales, algún día, habrán de ser publicadas para esparcir un poco la luz que he podido vislumbrar en mis estudios metafísicos-espirituales.

-¿Quieres tomar un café? –Me preguntó el Venerable hombre-. Lo he traído de Caripe El Guácharo; es de los más exquisitos que he probado.

-Sí, con gusto se lo acepto; -le contesté-.

Nos fuimos caminando por un sendero rodeado de árboles cargados de mangos, aguacates, naranjas y una hilera de cayenas de diversos colores. A lo lejos, el ruido de la brisa se oía apaciblemente. Todo era quietud, armonía y paz. Pero, sobre todo, lo que más me impresionaba era la apacibilidad y el sosiego del Venerable hombre de La Victoria. Emanaba de él un flujo de fuerza que, en su presencia, me sentía con un poder y una seguridad nunca antes experimentados. Fuerzas bienhechoras se iban apoderando de mí y aquella paz y relax que buscaba en la mañana, al salir a dar un paseo, sin percatarme de ello, las estaba experimentando ya.

Después de unos quince minutos de caminar, llegamos a la casa del Venerable hombre. Su aspecto exterior humilde estaba lejos de dejar entrever lo que segundos después habría de asombrarme con lo que encontré en el interior.

Al entrar, en la casa, una joven de unos veinte años saludó al Venerable hombre.

-¡Hola, abuelo!, ¿cómo estás?

–Bien, hija, -contestó el Venerable hombre-. -Prepara un poco de café, Lucía, mientras conversamos un poco, adentro.

-Por cierto, te presento a Santiago, quien ha llegado paseando hasta La Victoria.

Después de la presentación, entramos en la biblioteca del Venerable hombre. Un salón grande, lleno de estantes de libros por todas partes, lo cual hacía inimaginable dicho cuadro desde el exterior. Algunos cuadros al óleo de morichales y de personajes históricos, presentaban un ambiente acogedor. En un rincón se encontraban diversos retratos de Tagore, Gandhi, Cicerón, Séneca, Ibn Arabi y un dibujo de Don Quijote y Sancho Panza. En un pequeño cuadro, podía leerse: -“Lo que Alá quiera. Nada se le asemeja”-.

-Le felicito por este inmenso tesoro que usted tiene aquí, -le dije al Venerable hombre-. -¿Cuáles son los temas de su interés?

A lo cual, me contestó: -Como usted puede ver, Santiago, -y me invitó a recorrer los estantes- aquí hay libros de variados temas: clásicos de todos los países y épocas, desde los Vedas, los Upanishads, el Mahabaratha, los libros de Confucio, El Tao te King, de Lao Tse, el Poema de Gilgamesh, el Código de Amurabí, autores griegos, como Homero y Hesiodo. Se encuentran las obras completas de Euclides, Platón, Aristóteles, Teofrasto, Demetrio de Falereo, de los Presocráticos, Epicteto, Plutarco, etcétera; de los latinos, autores como Séneca, Cicerón, -que son mis preferidos-, Julio César, Tito Livio, Dionisio de Halicarnaso, Marco Aurelio, así como libros de Psicología, Gerencia, Sufismo, Yoga, ensayos, filosofía, parapsicología, hermetismo, El Quijote, libros de economía, filosofía, etcétera, en fin, un poco de todo lo que es preciso conocer para poder entender el significado de la vida: de dónde venimos, por qué estamos aquí y hacía dónde vamos, sin lo cual, la vida no tendría sentido, sobre todo por el gran afán a que está sometido el ser humano en la agitada vida moderna.

Nos sentamos en sendas butacas y nos entretuvimos conversando de temas diversos. Al poco rato, entró Lucía con dos tazas de oloroso café y unos biscochos, que degustamos con agrado en una amena e interesante conversación. Al fondo, podía oírse una suave música de Beethoven.

Pasamos cerca de una hora conversando de sobre la Atlántida, Egipto, los griegos, de Homero, de los sufíes, del budismo zen, los poderes del espíritu, meditación, etcétera, después de lo cual, le hice una pregunta directa.

-Seguramente, usted ha desarrollado alguna técnica de meditación y algún método de resolución de situaciones, en la vida, que me quisiera explicar, ya que, según observo, para tener usted una serenidad tan acentuada y una fortaleza física a la edad que imagino que usted debe tener, -cerca de noventa años- es porque ha encontrado en su larga experiencia algún secreto que quizás quisiera compartir conmigo.

Santiago, -me dijo el Venerable hombre, si vuelves a visitarme otro día, quizá te cuente algo que te pueda servir. Empero, antes de que te vayas, te haré entrega de unos apuntes que hace ya muchos años, en una época en que yo andaba a la búsqueda de sosiego y tratando de encontrarle sentido a la vida, un Venerable hombre que, en una edad similar a la mía, a su vez me entregara y cuya práctica asidua me permitió domar la mente, encarrilar mi vida y poner bajo control los hilos del destino. Son veintidós manuscritos, y una meditación diaria, –continuó diciendo el Venerable hombre, que si bien son ya un poco antiguos, podrás copiarlos de nuevo y si pones en práctica las técnicas que contienen, darás a tu vida un esplendor que habrá de sorprenderte agradablemente.

-Una vez que los hayas probado con total y absoluta satisfacción de tu parte, -me dijo, ponlos en limpio, en forma de libro y publícalo para que su mensaje llegue a mayor número de personas. Hacía tiempo que esperaba a alguien a quien confiarle este legado y creo que hoy, al llegar aquí, en la forma en que lo has hecho, tus pasos han sido dirigidos por Aquel que todo lo sabe y puede, por la Ley Cósmica, y en cuyos planes universales, todos somos sus instrumentos.

Me despedí del Venerable hombre y de su adorable nieta, sintiendo dentro de mí fuerzas desconocidas hasta entonces que preanunciaban grandes cambios en mi vida.

En los días siguientes, aparté una hora diaria, antes de dormirme, y leí y releí, todos los manuscritos, de la siguiente manera: En primer lugar copié la Meditación diaria en un cuaderno, el cual leí durante veintidós noches y mañanas seguidas, tal como lo indicaban las instrucciones de la misma.

Una nota al pie de página mencionaba que si yo la transcribía en un cuaderno, el hecho de hacerlo, grabaría en mi ordenador mental las instrucciones y me sería más fácil desarrollar, en mi personalidad, las cualidades y condiciones que formaban parte de los objetivos implícitos en la misma.

De los veintidós manuscritos, cada lunes, a las once en punto de la noche, copiaba uno en el cuaderno, y durante el resto de la semana, a la misma hora, lo leía y meditaba, siguiendo las fáciles y efectivas técnicas e indicaciones al inicio del mismo.

Cuatro semanas después de leer durante veintidós días seguidos, en la noche y en la mañana, la meditación diaria, comenzaron a manifestarse en mi vida una serie de cambios positivos que me dejaban asombrado a mi mismo, pero, también, los miembros de mi familia y a mis amistades; sobre todo mi semblante comenzó a ser más apacible; volví a sonreír desde el interior; mi estado anímico era de contento; me sentía más seguro de mi mismo; comencé a confiar más en la gente, en la vida y a vislumbrar el sentido de mi misión en la vida –percibía cosas que antes me pasaban desapercibidas, a pesar de haber estado siempre allí. Sentía fluir en mí una nueva corriente vivificadora de prosperidad, de felicidad, de alegría de vivir. Mi entusiasmo y amor por la vida y por mi familia, por mi trabajo y por las personas, crecía día a día. En aproximadamente dos meses había logrado muchas de las cosas en las cuales había soñado desde hacía años. Había dado un paso sorprendente en el camino de la autorrealización.

Efectivamente, pude comprobar que me fue relativamente muy fácil desarrollar las aptitudes y actitudes a nivel físico, mental, emocional, espiritual y en diversos aspectos de mi vida, como el financiero, que comenzó a mejorar casi inmediatamente, así como, surgieron nuevas oportunidades que comencé a aprovechar, casi sin esfuerzo de mi parte.

Transcurría el año de 1967 y mi vida había encontrado un sendero que habría de conducirme a cooperar en forma más efectiva en el plan divino que el Supremo Hacedor, en algún momento, había diseñado para mí.

Tres meses después volví a aquel lugar donde había encontrado al Venerable hombre de La Victoria y allí estaba la fuente que él dijo llamarse La Victoria; empero, cuando traté de encontrar el camino para llegar a la casa donde amablemente me ofreció un delicioso café, preparado por su nieta Lucía, no logré encontrarlo, pese a haber recorrido durante un par de horas por los alrededores. Pregunté a varias personas para ver si podían indicarme como llegar a la casa del Venerable hombre y cual fue mi sorpresa, nadie lo conocía.

Empero, después de tanto buscar, volví a encontrar la casa donde vivía el Venerable hombre de La Victoria, pero se encontraba abandonada. Su aspecto indicaba que debía encontrarse en ese estado un lapso mayor del que mediaba con el encuentro de aquel ser extraordinario. Es sorprendente como los inmuebles solos acusan el paso del tiempo en mayor grado que los que son habitados. Si no fuera por los manuscritos pensaría que el encuentro no fue más que un simple sueño. -¿O se trata, acaso de un sueño combinado con un fenómeno de aporte? Personalmente, no lo creo. El encuentro fue muy vívido y real. El aromático café servido por Lucía estaba exquisito. Durante varios años volví al lugar varias veces, la casa seguía sola. La última vez que volví, no la pude ubicar y sin tener tiempo suficiente para seguir buscándola, me fui. Ahora, vivo muy lejos de aquella zona, en otro continente; han transcurrido muchos años y después de tanto tiempo es poco probable que vuelva allí; pero, los manuscritos y la meditación diaria obran en mi poder, me han transformado y han enriquecido mi vida.

Durante más de treinta y cinco años he puesto en práctica las diversas variantes de los ejercicios, afirmaciones y meditaciones que contienen los manuscritos y la meditación diaria y cada vez que los pongo en práctica, experimentos los mismos beneficios. Ahora, ellos se encuentran en el libro que usted tiene en sus manos; espero que les sean tan útiles como los han sido para mí.

Su contenido es eminentemente práctico; no hay teorías superfluas. Si lleva a cabo los ejercicios que contienen, es probable que, gradualmente, se vaya efectuando la transmutación alquímica de su ser sintonizándose con los elevados resultados existenciales, los cuales, por añadidura, al ser creados a nivel mental, se van manifestando en su propia vida, oportunamente.

Sobre todo, con estos ejercicios, me percaté, cuando el Venerable hombre me entregó los manuscritos, de que se dispone de un método para domar la mente y ejercer un pleno dominio sobre la vida en general y, por ende, sobre el destino y controlar, cuando eventualmente se presenten, todas las situaciones, manteniendo un perfecto equilibrio físico, mental, emocional, espiritual y financiero.

El Venerable hombre de La Victoria me comentaba que todo se puede lograr en la vida si se siembra la respectiva semilla por medio de correctas decisiones acordes con la propia y elevada auto-estima y dignidad personal, desarrollando el convencimiento de que sí se puede hacer, por medio de las afirmaciones, las visualizaciones y meditaciones, la experimentación de un estado emocional acorde al momento de ser logrados los respectivos resultados y la practica del desapego, es decir, dejar encargada a la mente psiconsciente del logro, y además, se espera el tiempo necesario haciendo, mientras tanto, todo lo que se requiere, según el caso o los objetivos por alcanzar.

Estas técnicas funcionan, me decía una y otra vez el Venerable hombre de La Victoria; luego, agregaba: -las he probado por más de cincuenta años y quien, a su vez me las entregó, habría hecho otro tanto, aseverando que eran efectivas, si yo seguía fielmente las instrucciones y las ponía en práctica con expectativas positivas.

Desde que en 1967, el Venerable hombre me hiciera entrega de los manuscritos, han transcurrido un poco más de de treinta y cinco años, durante los cuales yo también he puesto en práctica las diversas variantes de los ejercicios, afirmaciones y meditaciones que contienen, y cada vez que me ejercito con ellos, experimento los mismos beneficios. Ahora, ellos se encuentran en el libro que usted tiene en sus manos; espero que les sean tan útiles como los han sido para todos los que hemos aplicado las enseñanzas del Venerable hombre de La Victoria.

Él me repetía constantemente: -“¡Tú puedes si crees que puedes hacerlo! ¡Hazlo y tendrás el poder!

Recuerdo que ese día el Venerable hombre me dijo: -ejercer el poder con que la naturaleza de las cosas ha dotado a cada ser, cultivando los dones inherentes y aprendiendo todo lo que se pueda de sí y del vasto universo del que se forma parte, es una manera efectiva de ser cada día más feliz. Luego, cuando me despedí de él, expresó: -“¡Que cada día brille más y mejor tu luz interior!”.- Adelante.

Capítulo 2

Meditación diaria

Es lunes en la noche, son las once en punto.

Me dispongo a copiar textualmente, en el cuaderno que he dispuesto para ello, el manuscrito identificado con el título:

Meditación diaria

Dice así:

Afirme, en la mañana y en la noche, antes de dormir, durante veintidós días; luego, cada vez que lo desee, esta poderosa fórmula de programación mental positiva y descubra cómo, con facilidad, van ocurriendo cosas maravillosas en su vida:

MEDITACIÓN DIARIA

Afirma, en la mañana y en la noche, antes de dormir, durante veintidós días; luego, cada vez que lo desees, esta poderosa fórmula de programación mental positiva y descubre cómo, con facilidad, van ocurriendo cosas maravillosas en tu vida. Al encender la luz en la mente se ilumina la propia existencia y todo en derredor vibra al unísono y con el mismo sentimiento de felicidad y bienestar, interrelacionándose por la ley de afinidad.

1. -Entro en el nivel de mi mente psiconsciente, en el centro de control de mi piloto mental automático, donde todo va bien, siempre, contando de tres a uno: Tres, dos, uno.

Ø Ahora, estoy ya en el nivel de mi mente psiconsciente, en el centro de control de mi piloto mental automático, donde todo va bien, siempre.

Ø Voy a permanecer en el nivel de mi mente psiconsciente, en el centro de control de mi piloto mental automático, donde todo va bien, siempre, durante quince minutos y voy a programar los siguientes efectos positivos, los cuales perduran, cada vez mejor, hasta que vuelva a realizar este acceso y programación mental:

Ø Todo va bien, siempre, en todos los aspectos de mi vida, cada día mejor. (Tres veces). –Imagínalo-.

Ø Todo va bien en mi trabajo; cada día logro mejores niveles de efectividad, prosperidad, riqueza, abundancia y bienestar. (Imagínalo).

2. Formo una unidad cósmica perfecta con el Creador Universal, -ELOÍ. (Diez veces, con los ojos cerrados). Hoy se expresa en mí la Perfección universal de la Vida, del amor, de la luz, de la sabiduría, del perdón, de la percepción de la verdad, de la aceptación de la realidad, de la justicia, de la igualdad, de la compensación, de la fortaleza, de la templanza, de la belleza, del equilibrio, de la armonía, de la salud, de la prosperidad, de la riqueza, de la abundancia, del servicio y de la provisión en todos los aspectos de mi vida.

3. -Cada día, en todas formas y condiciones, mi cuerpo y mi mente funcionan mejor y mejor. La consciencia de mi conexión permanente e indisoluble con el Creador Universal, -ELOÍ-, restablece y mantiene en mí, diariamente, durante las veinticuatro horas del día, un perfecto estado de salud a nivel físico, mental, emocional y espiritual. Gracias, Creador Universal, por darme un cuerpo perfecto, saludable, lleno de energía. Aquí y ahora, me siento en perfecto equilibrio de salud, a nivel físico, mental, emocional y espiritual.

4. Afronto y resuelvo bien toda situación que me compete, siempre.

5. Todo tiene solución, en todas las situaciones de mi vida.

6. El Creador Universal, -ELOÍ-, es en mí, cada día mejor, en todos los aspectos de mi vida, fuente de amor, luz, sabiduría, éxito, riqueza, prosperidad, abundancia y armonía.

7. Permito que las leyes universales de la Vida, del amor, de la luz, de la sabiduría, del perdón, de la percepción de la verdad, de la aceptación de la realidad, de la justicia, de la igualdad, de la compensación, de la fortaleza, de la templanza, de la belleza, del equilibrio, de la armonía, de la salud, de la prosperidad, de la riqueza, de la abundancia, del servicio y de la provisión actúen bien en el plan de mi vida.

8. Tengo prosperidad y poder. Cada día enriquezco mejor mi vida a través del servicio efectivo, del amor y de la práctica de todas las virtudes.

9. Mi dignidad personal me lleva a realizar las cosas que me competen con la máxima perfección posible.

10. Cada día, en todas formas y condiciones, en todos los aspectos de mi vida, estoy mejor y mejor a nivel físico, mental, emocional, espiritual y financiero.

11. Actúo con templanza, serenidad, autodominio y perfecto equilibrio en todo. Conservo plena autonomía y control sobre todas mis facultades físicas, mentales, emocionales, intelectuales y espirituales. Hecho está. (Visualizar un escudo protector de luz que te envuelve y protege; -una pirámide-).

12. Tengo fortaleza, valor, confianza y fe suficiente para triunfar y alcanzar todas mis metas, de acuerdo con la voluntad del Creador Universal, -ELOÍ-, y en armonía con sus planes cósmicos. Soy inmune e invulnerable a las influencias y sugestiones del medio ambiente y de cualquier persona a nivel físico, mental, emocional y espiritual, en las dimensiones objetivas y subjetivas y en cualesquiera otras en que sea requerido.

13. El orden universal de la Vida, del amor, de la luz, de la sabiduría, del perdón, de la percepción de la verdad, de la aceptación de la realidad, de la justicia, de la igualdad, de la compensación, de la fortaleza, de la templanza, de la belleza, del equilibrio, de la armonía, de la salud, de la prosperidad, de la riqueza, de la abundancia, del servicio y de la provisión se establece en mi vida, en todos mis asuntos y en las personas interrelacionadas, aquí y ahora. Hecho está.

14. Asumo la responsabilidad de mis actos y cumplo bien todos mis compromisos, siempre oportunamente, de acuerdo con el orden cósmico.

15. El Creador Universal, -ELOÍ-, nos da abundancia y armonía en el eterno presente. Vivo en abundancia y en armonía perfectas, aquí, ahora y siempre.

16. El Creador Universal, -ELOÍ-, se está ocupando de todo, en todos los aspectos de mi vida, y se expresa en mí conciencia intuitiva por medio de los sentimientos en correspondencia con los valores universales.

17. Gracias, Creador Universal, -ELOÍ-, por esta vida maravillosa. Que Tu Inteligencia Infinita, Amor, Sabiduría, Justicia, Luz, y Poder Creador guíen, adecuadamente, todas mis decisiones y acciones, ahora y siempre. Gracias, Eloí, por este día maravilloso.

18. El Creador Universal, -ELOÍ-, nos proteja, aquí y en cualquier lugar, ahora y siempre. (Tres veces).

19. Siempre espero lo mejor, de acuerdo con la voluntad del Creador Universal, -ELOÍ-, y la Ley Cósmica, en armonía con todos.

20. Gracias, Creador Universal; todo va bien en todos los aspectos de mi vida, a nivel físico, mental, emocional y espiritual. Gracias, Eloí, todo va bien en mis practicas espirituales y en mi relación Contigo; Tú y yo formamos una unidad perfecta, armónica, aquí y ahora, en el eterno presente. Yo soy Tú, Tú eres yo. Te amo.

21. Voy a realizar –obtener o resolver- (mencionar), antes del: (fecha), de acuerdo al orden divino y en armonía con todos. (Si se trata de varios objetivos, anótelos y haga la afirmación y visualización con cada uno de ellos. Imagínelo concluido satisfactoriamente sin imponer canal alguno de manifestación.)

22. Tengo serenidad y calma imperturbable. Soy impasible frente a todo y a todos. No tengo temor a nada, a nadie ni de nadie en ningún nivel físico, mental, emocional, espiritual y financiero. Dentro de mí vibra la seguridad total. Tengo completa confianza en la vida y en mi propia capacidad de resolver situaciones y alcanzar los resultados satisfactorios que preciso, en cada caso, siempre.

A continuación anoté la fecha: Lunes 12 de agosto de 1967. Luego, tal como me lo indicó el Venerable hombre, anoté la fecha que correspondía veintidós días después: 03 de septiembre de 1967.

Acto seguido, me senté cómodamente, tomé tres respiraciones profundas y realicé la meditación.

Luego, cada noche, durante veintidós días, a las once en punto, me iba a mi cuarto, daba indicaciones de no ser interrumpido durante veinte minutos y realizaba la meditación del día, la cual, siempre complementaba con la lectura breve de uno de los libros de cabecera que siempre suelo tener en mi mesa de noche.

Iba notando, día a día como emergía de mi interior una nueva y desconocida fortaleza, seguridad, estado de ánimo contento, actitud más decidida, optimismo frente a la vida y a las situaciones; comencé a llevarme mejor en las relaciones con las demás personas, a ser más comedido en todo y sobre todo comenzaba a tener conciencia de cosas que antes me solían pasar desapercibidas.

Cabe destacar que, en el punto número veintiuno de la meditación, había anotado siete objetivos que desde hacía tiempo quería realizar y para mi sorpresa, treinta días después de haber terminado de efectuar la meditación del manuscrito número veintidós comencé a observar como, en forma aparentemente casual se iban manifestando la resultados de cada uno de ellos hasta que, algunos meses después, antes de la fechas previstas, los había realizado todos, menos dos, por lo cual, me senté y volví a anotar, en una hoja de mi cuaderno, otros diez objetivos, encabezados por los dos pendientes de la lista anterior, les puse la fecha tope a cada uno, antes de la cual debían ser logrados, para seguir visualizando, su logro, periódicamente.

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viernes, 30 de diciembre de 2011

MAHOMA, PROFETA Y LEGISLADOR














MAHOMA, PROFETA Y LEGISLADOR


Por ©Giuseppe Isgró C.

En el año 570 de nuestra era, nace, en La Meca, uno de los personajes más extraordinarios de la historia: Mahoma, (Mohammad).
El mundo occidental conoce poco, o casi nada, de este controversial hombre. Nacido en una familia distinguida pero de recursos moderados, perteneciente a la tribu Kuraysh.
A los seis años, se hizo cargo de él su abuelo Abd al Mutalib; dos años más tarde, su tío Abu Talib. Este último lo inició en la actividad de caravanero y el comercio. Al cumplir los 25 años entra al servicio de una rica mujer, Kadija, de 40 años de edad, quien le encargó el manejo de todos sus asuntos comerciales, viajando intensamente.
Al poco tiempo, Mahoma contrajo matrimonio con Kadija, y ya, al cumplir los 40 años era un hombre rico., muy respetado, y de enorme influencia en La Meca, y en toda la zona de su actividad.
En sus viajes por Siria, y los confines de la China y de la India, Mahoma entra en contacto con enseñanzas místicas diversas, como el judaísmo, el neoplatonismo y algún tipo de vinculación con corrientes ascéticas de la India, así como con el Taoísmo y el Budismo Zen, deducido esto por el tipo de prácticas meditativas y frecuentes retiros a una cueva en los alrededores de La Meca, donde alcanzó niveles de éxtasis y a tener sus primeras comunicaciones espirituales con el Espíritu Gabriel, quien le comunicó que Alá es el único Dios, y que él, Mahoma, era su profeta; que debía comunicar el mensaje recibido y expandirlo por el mundo.
Al principio, Mahoma tenía enormes dudas respecto a las comunicaciones espirituales recibidas, pero, vista la insistencia del Espíritu Gabriel, tomó en serio la misión. Recibió el respaldo de su esposa Kadija, así como de su tío Abu Talib, el de su amanuense Zaid, y el del rico mercader –su futuro suegro- Abu Bakr, quienes fueron, virtualmente, los primeros discípulos del Profeta.
Pese a tan exiguo respaldo doméstico, es indicio de que algo de especial debía tener la personalidad de Mahoma, para que su mujer, tío, amanuense, entre otros, le respaldasen en tal pretensión. Empero, con la gente de La Meca no pasó lo mismo; fue tildado de loco, despojado de sus bienes y perseguido despiadadamente. La inspiración de un Dios único afectaba el comercio de La Meca, donde se realizaban frecuentes peregrinaciones para la adoración del politeísmo imperante, en esa época.
Afortunadamente, Mahoma, con gran esfuerzo, logro salvarse y resistir tenazmente, con tremenda fe, trasladándose a la ciudad de Medina, donde recibió más benigna acogida. En esta ciudad, escribió la parte espiritual-moral del Corán, -la obra cumbre del Islamismo-. En La Meca, posteriormente, escribiría la aparte jurídica. Usó pergaminos, hojas de palmeras, paletillas de cordero, etcétera, para registrar los dictados del Espíritu Gabriel, sobre el nuevo código moral, espiritual y jurídico. Dichos escritos, en forma de poema, de elegante estilo clásico, fueron amontonándose en un cuarto, los cuales fueron aprendidos de memoria por gran número de fieles. Posteriormente se les hicieron copias y se comenzaron a divulgar.
El Corán consta de 114 suras, o capítulos; cada sura se divide, a su vez, en versículos. En su forma actual, consta de las siguientes partes: 1) Los principios fundamentales del Islam, así como las diversas vertientes que le conforman: a) Fe a Dios, en los Espíritus superiores, en el Corán, en los profetas, en la reencarnación y en el juicio final., en la tierra. b) La oración, la que se acompaña a la ablución, como preparativo y representativa de la pureza del Espíritu. La oración debe ser realizada cinco veces al día: en la mañana, antes de la salida del sol; al mediodía, en la tarde, antes de la puesta del sol y la noche cerrada, y la última, entre el ocaso y la primera guardia nocturna. Algunos realizan una sexta oración voluntaria, entre la primera guardia nocturna y el amanecer. En estos períodos, aparte de la lectura del Corán, se repiten exclamaciones de alabanza, como: Dios es grande; Dios es poderoso; sólo Dios es Dios; etcétera. La oración se realiza en la Mezquita, o en un lugar puro; los ojos deben estar orientados hacia la Qibla, o punto del cielo en dirección de La Meca. La comunicación con Dios debe ser efectuada con humildad; doblar la frente hasta el suelo, es el acto más solemne de adoración a Dios. C) Los actos de solidaridad, que son de dos clases: Las obligatorias, denominadas Zacat, -una especie de diezmo-, que deben ser efectuadas según cánones preestablecidos, en dinero, mercancías, ganado, cereales y frutas; y las voluntarias, denominadas Sadacat, las cuales son realizadas de acuerdo el criterio de cada quien. La regla es dar la décima parte de los propios ingresos para contribuir al bienestar de los que lo requieren. d) El ayuno, debe ser efectuado, cada año, durante los treinta días del mes de Ramadán, desde la salida a la puesta del sol, sin ingerir comida, bebida, absteniéndose de baños, perfumes, relaciones sexuales, y cualesquiera otras satisfacciones de los sentidos, con el objeto de disciplinar el espíritu, y purificar el cuerpo y la mente. E) La peregrinación, debe hacerse por lo menos una vez en la vida, bien sea personalmente, o por delegación; en este caso, su nombre debe ser mencionado en cada una de las oraciones que realiza su sustituto. La peregrinación es obligatoria, únicamente, para las personas pudientes, en buen estado de salud y que puedan soportar los rigores del viaje. Cada creyente inicia este viaje efectuando la siguiente afirmación: -“En nombre de Allah inicio este viaje, confiando en su protección. Creo en Él y pongo en sus manos mis acciones y mi vida”.
2. Los preceptos morales.
3. La exaltación de las maravillas de la Creación.
4. Las referencias históricas relativas a la vida de los profetas y sus mensajes.
5. La descripción de las recompensas reservadas por Allah a los que creen en Él y cumplen los preceptos del Corán.
5. Reseña de la Ley del Islam, en sus partes de vinculación espiritual, y legislativas. El Corán constituye la más importante fuente primaria del Islam. Poco a poco fue creciendo el número de discípulos y seguidores.

-II-

Viendo, Mahoma, que, por la vía pacífica le costaría divulgar su mensaje, se vio obligado a empuñar la espada, en primer lugar para defenderse, y en segundo lugar, para resguardar a los suyos. Empero, pese a la severidad de las contiendas, mientras vivió Mahoma, se observó, en el Islam, una gran generosidad con los vencidos.
En la batalla de Abu Dakr, por ejemplo, Mahoma, después del triunfo, logró alrededor de setenta prisioneros. Después de meditar, tomó la decisión de, en vez de sacrificarlos, libertarlos previo pago de rescate. Sin embargo, quienes no tenían recursos para ello, si eran letrados obtenían su liberación enseñando a diez analfabetos. Los que carecían de rescate y de cualquier otra clase de aporte, fueron libertados. Igual generosidad observaron, los musulmanes, al invadir Jerusalén, donde se respetó la vida de los judíos. Virtualmente, nadie resultó afectado.
Mahoma respetó, siempre, tanto a cristianos como a judíos y a todo aquel que, libremente, se sometían a la nueva fe del Islam. Después de la batalla de Abu Dakr, Mahoma logró el dominio de La Meca.
Corría el año de 624 de nuestra era. Mahoma escribe una Constitución, en la ciudad de Medina, de propia inspiración, constante de cincuenta y dos artículos, 27 de los cuales estaban dirigidos a los judíos, y 25 a los musulmanes. Constituye una segunda fuente primaria. Posteriormente, los casos jurídicos-morales atendidos por Mahoma fueron conformando una especie de jurisprudencia, cuya compilación efectuada por seguidores y fieles que lo escucharon directamente, recibieron la denominación de Sunnah, que constituye la fuente primaria, después del Corán, y, de la antes citada Constitución medinense, para el derecho musulmán.
La Sunnah se transmitió por medio de la Hadiz, -especie de narración , que contiene tanto el nombre de la persona que transmitió la tradición como el relato propiamente dicho.
Entre las fuentes secundarias del Derecho Musulmán, se pueden citar:
a) El Ichmá: consiste en la opinión unánime, que en forma expresa o tácita, sostienen los jurisconsultos de diferentes épocas, sobre los aspectos de la doctrina y de la jurisprudencia que no se contemplan ni en el Corán, ni en la Sunnah y la Constitución medinense.
b) El Quiyás, es una forma de deducción analógica en la interpretación del derecho musulmán.
c) La costumbre, es considerada, hoy, como fuente subsidiaria del derecho musulmán.
d) Muchas veces, es necesario recurrir al dictamen del Mufti, (jurisconsulto), para encontrar lo que la ley manda o prohíbe, sobre un caso determinado.
e) Cuando no existe previsión de la ley, ni es factible la interpretación analógica del caso, se aplica el Ichtihad, es decir, el esfuerzo necesario, -especie de meditación, para intuir la voluntad divina, y discernir lo que, de acuerdo con ella, debe ser la regla jurídica o norma a aplicar.
Todas estas aplicaciones de las fuentes jurídicas del derecho musulmán, dieron origen a dos tipos de escuelas, calificadas de: ortodoxas y heterodoxas.
Las instituciones jurídicas, tanto del derecho público como del privado, ofrecen notable interés para su estudio. La descripción de Mahoma sobre su viaje al séptimo cielo, cuya referencia se encuentra, también, en el Corán, basada en un sueño que tuvo, durante el cual viajó a Jerusalén, vislumbra tres zonas claramente identificadas, como son:
1) El Edén, o Paraíso, donde iban solamente los fieles que habían cumplido los preceptos de Allah.
2) El infierno, el cual era una zona de fuego o Ghenna, donde iban los infieles, distribuidos en una especie de edificio de siete pisos. En cada piso estaba adscrito un sector de la población mundial.
3) La tercera zona era la denominada Al Araf o La División, zona donde no existe ni la paz ni el placer, y en la cual se ubican a los fieles poco fervorosos, tibios, que no merecían estar en el paraíso; especie de purgatorio dantesco, que marcan claros antecedentes en los cuales, seguramente, se inspiró Dante Alighieri, para escribir su Divina Comedia, opinión ésta sustentada por gran número de insignes islamistas.
Esta distribución sería efectuada después del Juicio Final, recogiendo, con esto, Mahoma, un tema muy antiguo, que señala el fin de una etapa, en la tierra, denominada con este nombre, que tiene diversas interpretaciones. Entre las mismas, podría destacarse aquella que le califica como una especie de examen previo a la Nueva Era, en cuyos albores se encuentra nuestro planeta.
Mahoma es un ejemplo de liderazgo efectivo, de visión clara, de tenacidad férrea, de paciencia a prueba de todo, de gran capacidad estratégico-táctica, de seriedad, honradez y sinceridad, de fervor y entusiasmo que encendió el fuego divino en millones de seres que, a través de los siglos, mantiene vigente la guía, y un modus vivendi, que es digno de análisis.
A Mahoma se le critica que permitió la poligamia, y aún más, que él tuvo hasta veintiséis esposas, después de pasar a mejor vida Kadija. Sin embargo, es importante señalar que la poligamia ya existía en la época de Mahoma, pero él la limitó a cuatro esposas, solamente. Empero, en el Corán señala que si la conciencia de cada uno le indica que debía tener una sola, habría de seguir esta inclinación. Esto marcó una tendencia, a través de los siglos, que se ha venido acentuando, hacia la monogamia.
Mahoma instituyó que, quienes tenían hasta cuatro esposas, debían instalarlas en casas separadas, y proveer a su sostenimiento. Eliminó el matrimonio temporal, existente antes de él, con el cual un hombre podía casarse con una mujer por pocos días, meses o años, instituyendo el matrimonio perpetuo, aunque permitió el divorcio. Dignificó a la mujer al permitirle tener propiedades, y venderlas a su mejor conveniencia.
Se reservó para él tener más de cuatro, llegando hasta veintiséis, viviendo, en etapa avanzada de su vida, con nueve esposas. Pero, durante su matrimonio con Kadija mantuvo absoluta fidelidad. Parece ser cierto su acentuado gusto por las mujeres y los perfumes. Empero, había una tercera cosa por la que tenía gran predilección: -“El refrigerio producido por el Dizkr, -el constante recuerdo del nombre de Allah”-.

-III-

El 08 de junio del año 632 de nuestra era, Mahoma cambió de dimensión. Había puesto en movimiento uno de los fenómenos civilizadores de mayor magnitud y trascendencia que se hayan registrado en la historia. No sólo sigue vigente, sino que se encuentra en plena expansión mundial. Sin lugar a dudas, el islamismo constituye una de las espiritualidades directas, y centradas en el Creador Universal, de mayor elevación, e importancia, que hayan existido en el planeta, en general, y de manera particular, en el mundo occidental.
Después de Mahoma, asumió la dirección del Islamismo su suegro Abu Bakr, padre de su esposa Aysa, que se convirtió en el primer califa del imperio Musulmán, el cual, cada día iba en ascenso.
Se debe a Abu Bakr la compilación y ordenamiento de todos los escritos que, por comunicación espiritual, o inspiración, recibiera Mahoma del Espíritu Gabriel. Estos escritos se conservaban en paletillas de cordero, hojas de palmeras, y pergaminos.
Posteriormente, el califa Ulmán reunió las diversas versiones conservadas y distribuidas en diversas regiones, eligiendo las que a su juicio eran las más correctas y auténticas. De este ordenamiento, resultaron las ciento catorce suras, (capítulos); cada una dividida en versículos (aleyas); destruyendo las restantes.
En Derecho internacional, el califa se regía, a discreción, a su mejor criterio, ya que el Corán no había reglamentado al respecto. Después de Abu Bakr, le siguieron, en el mando: 1) En el año 634 de nuestra era, el califa Omar, -a quien se le atribuye la destrucción de la biblioteca de Alejandría, monumento cultural de la antigüedad, ignorándose, exactamente, la totalidad de las obras pérdidas, muchas de ellas sin reposición. Cuenta la tradición que Omar, en su visión de entonces, exclamó: -“Si lo que había allí está contenido en el Corán, no se perdió nada; si no está contenido, tampoco se perdió nada. Karma de magnitud equivalente significa para el espíritu del califa Omar tal acción, la cual deberá compensar en el proceso evolutivo. Empero, la destrucción de ese magno legado de la antigüedad, realmente, tuvo diversos causantes, en épocas varías, y probablemente habrá que revisar más detenidamente esa atribución a Omar, por cuanto uno se reusa a creer que, siendo los árabes quienes contribuyeron a salvar lo poco que nos queda de la cultura clásica, hayan podido realizar un acto de barbarie de esa magnitud. 2) En el año 644, el califa Utmán . 3) En el 656, toma el mando el califa Alí, yerno del profeta. Posteriormente, en el año 660, entra en escena el califa Ommaya, dando inicio a la dinastía Omeya, con la cual la sede del poder central pasa de La Meca a Damasco.
Grandes palacios son construidos con gusto exquisito, entre ellos mezquitas, monumentos, etcétera, dando inicio a la verdadera expansión cultural, artística, filosófica, científica, espiritual, pedagógica y jurídica del Islam. La civilización árabe alcanza un esplendor inigualable. Hasta el advenimiento de Mahoma se le podría considerar como en una fase prehistórica, cuyos rasgos culturales, artísticos, arquitectónicos y espirituales, eran de relativa importancia.
Los musulmanes reciben la influencia helénica, bizantina, orientalista, persa, egipcia, china, romana, al expandirse por Siria, Persia, la actual Turquía, Paquistán, los confines de la China, la India, Grecia, Egipto, confines del imperio Bizantino, algunas regiones del norte de Europa, como Austría, el sur de Italia, Sicilia, y la península ibérica, de manera especial Andalucía, donde, como todos saben, los árabes permanecieron casi 800 años.
Gracias a la asimilación de las obras recopiladas por los musulmanes, en Grecia, y en todas las regiones en que se difundió el islamismo, es como se conservan las valiosas obras de la antigüedad clásica que se conservan. Textos relativos al derecho romano, a la literatura y a la filosofía griega y persa, entre otros, con lo cual parecería compensarse la acción de Omar, relativa a la parte que pudo corresponderle a la eventual destrucción final de lo que quedaba de la biblioteca de Alejandría. Hay una hipótesis digna de posterior verificación que asevera que la gente de Omar retiró los textos de la biblioteca, y se los llevaron, en primeras instancias, para usarlos como comestible, pero que, gradualmente, al percatarse de su valor, salvaron el resto. Por la ley cósmica, en todos los actos, se lleva a cabo un proceso de compensación, en forma adecuada y oportuna.
Este movimiento árabe en expansión, con desarrollo constante en todos los campos y niveles, fue dando importantes aportes, como lo hemos ya mencionado, en arquitectura, arte, poesía, filosofía, música, aritmética, matemática, geometría, medicina, astronomía, literatura, ciencia, química, alquimia, astrología, etcétera.
Con la expansión árabe, se generó una constelación de importantes pensadores, poetas, filósofos y escritores, entre ellos Averroes, Al Hallak, Maslana Rumi, Al Gazzali e Ibn Arabi, entre otros.
Muchos califas musulmanes se apartaron un poco de los lineamientos fundamentados por Mahoma, algunos de los cuales, más que por un interés genuino de imponer el Islam, lo que buscaban era extender sus dominios y su poder político.
De aquí que surge un movimiento importante dentro del mundo musulmán, que es el sufismo, de gran valor filosófico, espiritual, meditativo, ascético, poético, etcétera, que ha generado, en el espacio y en el tiempo, algunas de las más hermosas páginas de sabiduría en la historia.
Mahoma fue contrario a la práctica de un ascetismo rígido, por cuanto buscaba integrar activamente a los fieles a la sociedad de la cual formaban parte.
El movimiento sufista, de influencia y ascendencia islámica, con las mencionadas raíces helénicas, neoplatónicas, hindúes, chinas, etcétera, ya mencionadas, conforma un movimiento universal esotérico, donde, paralelamente a los logros exteriores alcanzados en el mundo musulmán, aquí se buscaba el dominio interior, la intuición, la inspiración y la guía divina, por medio de la práctica ascética, la meditación en Allah y los atributos divinos, el Dzikr, o constante recuerdo del nombre de Allah, la recitación del Corán, la oración, etcétera.
El sufismo, deriva su nombre de cierta túnica de lana, denominada sufis, que utilizaban sus cultores iniciales. Es un movimiento místico-filosófico, que tiene importantes paralelismos con el taoísmo y el zen, lo cual se deriva, probablemente, de los múltiples encuentros, en los cruces de caminos, entre los distintos miembros de estos grupos de espiritualidad, a partir de la misma época de Mahoma. La meditación por el movimiento, por ejemplo, del tai chi, tiene semejanzas con la de los derviches danzantes, instaurada por Mevlana Rumi, que vivió en el siglo XII de nuestra era.
Sin duda alguna, la espiritualidad del Islamismo, y la del sufismo, centrada en forma directa en el Creador Universal, Allah, sin intermediario, es una de las más elevados existentes en el planeta tierra, en toda su historia, y seguirá siendo un modelo ideal por muchos milenios.
Por separado ampliaremos aspectos relativos tanto sobre el islamismo como sobre el sufismo.
Adelante.


lunes, 26 de diciembre de 2011

CAMINO SUFÍ: GNOSIS INTUITIVA DE DIOS Y EL AMOR















CAMINO SUFÍ -1-
Gnosis intuitiva de Dios y el amor

POR ©GIUSEPPE ISGRÓ C.

El camino del amor, contiene todos los caminos. El amor es la síntesis de los valores universales, de los principios y leyes que rigen el universo, y dentro de éste, a todos los seres de los cuatro reinos de la naturaleza.
A dónde conduce el camino del amor? A la fuente universal: a Dios, el Ser Universal.
El amor, en una de las acepciones de Platón, en el Banquete, y en una de sus múltiples vertientes, podría definirse como una necesidad. Si una persona ama a Dios, es porque necesita a Dios. Constituye la necesidad suprema, y por ende, expresa, también, el supremo poder, y la inefable sabiduría, en el grado precisado, en la conciencia del ser individual, por el lenguaje de los sentimientos, utilizando las letras del alfabeto universal: los valores, o atributos divinos.
Conforman las dos grandes vertientes: El poder creador y la sabiduría de los valores universales. La conciencia de la unión perfecta e indisoluble con el Creador Universal, los expresa a ambos, en directa proporción a los estados de conciencias alcanzados, en un momento dado, o al grado de necesidad expresada, en el mismo intervalo.
El camino del amor es personal, individualizado, donde el caminante, el camino y la fuente, constituyen un único ser: Dios, pese a sus múltiples individualizaciones. Empero, el Ser Universal, es, al mismo tiempo, el motor y el guía, de los seres individuales. Es decir, Él se acompaña a sí mismo en el eterno camino que conduce a sí mismo. Es un trabajo, y al mismo tiempo, un acto de amor.
Empero, Dios, como fuente universal contiene todas las vertientes, y variantes, desarrolladas en grados infinitos. Es voluntad y anhelo de ser. El ser individual, expresión indivisa de Dios, constituye el caminante, y el camino, que eternamente expresarán el poder potencialmente infinito, en la creación sin límites que permitirá adquirir la conciencia de la sabiduría de los valores universales, gradualmente. En esa labor, siempre encontrará un más allá, en el eterno ahora. Es el instrumento de la voluntad de Dios.
Abulabás Ben Alarif de Almería, es uno de los místicos más singulares de Andalucía. Vivió en el siglo XI. En él se inspiró Ibn Arabí, otro de los grandes exponentes del sufismo, para desarrollar su extensa obra.
En el Mahasin Al Machalis, Ben Alarif desarrolla los temas de “las moradas del camino místico”, que él sintetiza en: 1) La gnosis o intuición extática de Dios; 2) La voluntad; 3) El ascetismo o la abstinencia; 4) La confianza o el abandono en Dios; 5) La paciencia; 6) La tristeza y el temor; 7) La esperanza; 8) La gratitud; 9) El amor; y. 10) El deseo. Posteriormente, agrega otras dos: 11) La penitencia; y, 12) La familiaridad con Dios.
En el desarrollo de estas moradas, Ben Alarif retoma el hilo conductor del argumento que iniciara, tres siglos antes, el maestro sufí Dzulnún el Misrí.
Desarrollaremos cada uno de los temas relativos a estas moradas, en capítulos apartes. Empero, aquí es importante destacar lo siguiente:
1. Ben Alarif, sostiene que él escribió el Mahasin Al-Machalis, no para los que aspiran a la perfección mística, ni para los que, aún, caminan por la senda de los perfectos, sino, exclusivamente, “para los que llegaron a la meta de la unión y gozan de la intuición o gnosis”.
2. El enfoque anterior tiene diferentes connotaciones, entre las cuales podemos señalar: a) De acuerdo con Ben Alarif, existen seres que ya han alcanzado la meta de la unión y gozan de la intuición o gnosis de Dios. Esta percepción es inobjetable, y además, correcta. Ha sido corroborada por incontables maestros sufíes y por buscadores de diferentes corrientes de pensamiento, a lo largo de la historia. b) Él distingue tres estadios en el camino sufí, diferenciando entre: 1) El aspirante; 2) El que camina por la senda de los perfectos; y, 3) El que alcanzó la meta de la unión y goza de la intuición o gnosis de Dios. Estas tres vertientes ameritan que se medite en ellas y reseñar las reflexiones en otro ensayo.
3. De las doce moradas antes expuestas, Ben Alarif considera que la de la intuición o gnosis, y el amor, constituyen las únicas que sintetizan todas las demás, ya enunciadas. Empero, los valores universales, o atributos, que han dejado de reseñarse allí, también los sintetiza el amor, expresando, por intuición, o, por inspiración, la sabiduría, o gnosis, que les es inherente, de manera integral.
4. Lo expuesto en el parágrafo anterior explica porque el amor es la ley matriz del universo, la cual contiene todos los valores universales.
5. El amor, evidentemente, expresa la suma total del poder creador y la sabiduría, -o gnosis-, de la verdad de los valores universales.
6. Mientras el Ser Universal, los contiene en sí, como fuente cósmica, desarrollados en todas sus vertientes y variantes, en grados infinitos; el Ser Individual, que es una expresión de Dios, individualizada en cada uno de los seres de los cuatro reinos naturales, posee, tanto el poder creador, como la gnosis, en grado potencialmente infinito, que siempre deberá desarrollar en el eterno presente.
7. Quienes alcanzan la conciencia de la unión perfecta e indisoluble con el Ser Universal, canalizan en grado perfecto, tanto el poder creador como la sabiduría de los valores universales.
8. Ese grado perfecto de expresión viene dado por las necesidades que el Ser experimenta, en todos los ámbitos existenciales. La conciencia de la unión, trascendiendo el propio ego, permite que fluyan tanto el poder creador como el grado de gnosis suficientes, en cada etapa del eterno camino.
9. La excelencia de la conciencia perceptiva de la unión con Dios permite darse cuenta de que ya se posee, dentro de sí, todo lo que se anhela, tanto en poder como en gnosis. Empero, percibe, también, la necesidad de expresar ese poder creador y gnosis, en obras que coadyuven en la Creación Universal, de acuerdo a los planes trazados por el Gran Arquitecto, de conformidad a la cuota de cooperación asumida a nivel individual, en un momento dado.
10. La auto-expresión encierra, en si misma, su propia autorrealización y auto-gratificación. Conforma el salario cósmico, que constituye la compensación integral, al recorrer cada etapa de “las moradas” y por cada uno de los objetivos existenciales realizados, en el eterno ahora. La ley de afinidad, irá reubicando, a cada quien, a partir de la conciencia de la unión con Dios, por la ley cósmica, y de manera particular por las leyes de justicia, igualdad y compensación, en el lugar, y en la tarea, que en el tiempo perfecto, le corresponde realizar, aquí y ahora.
11. En cada fase del camino sufí, se es, al mismo tiempo: 1) Un aspirante a la espiritualidad sufí; 2) Un caminante en la vía de la perfección; y. 3) Un ser consciente, en determinado grado, de la unión con Dios, siendo una parte indivisa de Él, capaz de percibirle intuitivamente, y de recibir la gnosis por inspiración del mismo Dios, mediante el lenguaje de los sentimientos de los valores universales, siempre oportunamente, y de acuerdo a los propios estados de conciencias y necesidades. Se canaliza, simultáneamente, y en el mismo grado, la expresión del poder creador de Dios, en los cuatro reinos naturales, de potencialidad ilimitada, que le es inherente.
12. Con el poder y el conocimiento en conexión con la fuente, de acuerdo a los parámetros reseñados, y otros que cada quien percibirá intuitivamente, se dispone del bagaje necesario para realizar la cuota que nos corresponde en la Gran Obra. Es preciso asumir el reto, y persistir hasta alcanzar las metas sucesivas, una a la vez, después de haber dado el primer paso.
Adelante.