lunes, 24 de febrero de 2014

MARCO AURELIO ANTONINO Y LA SABIDURÍA ESTOICA


MARCO AURELIO ANTONINO
Y LA SABIDURÍA ESTOICA

©Giuseppe Isgró C.

El ideal de Platón, quien, en su República, deseaba un filósofo como Jefe de Estado, se hizo realidad con Marco Aurelio Antonino, el último de los cuatro emperadores que constituyeron gobernantes perfectos, que, en un lapso de ochenta años, después de que Trajano, en el 98, sucediera a Nerva, seguido, luego, por Adriano y Antonino Pío, hicieron florecer el Imperio Romano en justicia, bienestar, cultura y armonía social, siendo el gobierno del emperador filósofo, probablemente, el que más se ocupó por lograr la mayor suma de felicidad y progreso moral de los ciudadanos.
Influido por la lectura del Manual de Epicteto, -uno de los maestros de la filosofía estoica-, que le obsequiara su amigo Rústico, a la edad de doce años, cuando se forjó el propósito de seguir sus preceptos, cultivando el autodominio, a tal punto que, desde esa temprana edad, no reflejaba en su rostro ni el dolor ni la alegría, poniendo en práctica una conducta acorde con los más elevados valores éticos-morales y virtudes propias de los ideales estoicos.
Tuvo temprana vocación para el estudio y la auto-superación.
La filosofía estoica, es el único movimiento en la historia de la humanidad en el cual, un esclavo, -Epicteto-, y, un emperador, -Marco Aurelio-, mantienen el mismo rango, donde, el segundo fue influido en su formación por el primero.
La diferencia consiste en que mientras Epicteto exhortaba a ser libre e independiente y a no aceptar a nadie por arriba de él, Marco Aurelio, -como emperador no tenía a nadie por encima-, educado en la misma filosofía, siempre se condujo con la máxima cortesía, respetando el derecho de todos.
Marco Aurelio refiere, en sus Meditaciones, como Antonino Pío, con su ejemplo, forjó su carácter y personalidad con las virtudes de los sabios y le estimuló a conducirse con sencillez y firmeza; adquiriendo conciencia de: 1) Cuándo y cómo realizar los trabajos de la mejor manera y por qué. 2) Dar audiencia a todos y respetar sus derechos. 3) Perdonar a los que se propasaban con él. 4) Conducirse como un igual entre las gentes. 5) Depender sólo de sí mismo y aceptar su destino, sea el que fuere. 6) Ser precavido en los negocios públicos y estar atento y estudiar todos los detalles, por pequeños que pareciesen, sin afectación. 7) Servir a la humanidad desinteresadamente. 8) Ser sobrio, contentarse con poco, apreciar los bienes que se tienen y no desesperarse con su pérdida. 9) Ser práctico y tener buenos modales. 10) Cuidar la higiene. 11) Ser prudente y moderado. 12) No excederse en dádivas al pueblo. 13) Cumplir con el propio deber, sin cuidarse de lo que dirá la gente.
Marco Aurelio, nació en Roma, el 26 de abril del año 121 de nuestra era, en familia ilustre.
El emperador Adriano le distinguió con su amistad y le apreció por sus dotes morales, llamándolo “Verissimo”, por su sinceridad, honestidad y elevadas cualidades personales, sugiriendo a Antonino Pío, que, a su vez, nombrara su sucesor a Marco Aurelio, cosa que realizó, adoptándolo, primero, el 25 de febrero del 138, luego le nombró cónsul, casándolo con su hija Annia, y designándolo heredero al trono, cargo que asumió a los 40 años de edad, el 07 de marzo del 161.
De los 19 años que se desempeñó como emperador, 14 los pasó conduciendo luchas y guerras contra los bárbaros, germanos y marcomanos, que amenazaban las fronteras del imperio, las cuales, desde los tiempos de Augusto, habían conocido casi tres siglos de paz.
El imperio Romano, después de Marco Aurelio, marca el prólogo de la edad media.
Ahora bien, entre batallas fue escribiendo su libro “Meditaciones” o “Recuerdos”, que son una especie de soliloquios consigo mismo, redactados para su propio uso, sin intención de publicarlo, el cual fue considerado como la mejor obra didáctica de la antigüedad; constituye una guía certera en la conducción de la propia existencia.
Quizá sea de interés conocer que Marco Aurelio es la reencarnación de Alejandro Magno, -siglo IV a.n.e.- y su Espíritu, el mismo que, en el siglo IV, -d.n.e-, reencarnara en el emperador Juliano y en el VI, -d.n.e.-, en Mahoma, fundador de una de las más florecientes civilizaciones.

PRECEPTOS DE MARCO AURELIO

En el primer libro de su obra Meditaciones, Marco Aurelio, relacionó las virtudes que había cultivado y las enseñanzas recibidas de diferentes personas, amigos y maestros, así como los beneficios con que la vida lo distinguió, por todo lo cual se sentía agradecido.
La lectura y meditación de estos preceptos, -traducidos y adaptados libremente por el autor-, contribuyen a forjar una personalidad de cuyo calibre aún seguirá siendo paradigma, por largo tiempo, el emperador filósofo.
Marco Aurelio, exhortaba:
I.    –“Sé gentil y amable; mantén conversaciones de contenido positivo y edificante, y sepas adaptarte con todos, observando trato digno y respetuoso; sé tolerante con las opiniones ajenas; desarrolla habilidad en el trato para que nadie sienta que es menospreciado por ti”.
II.    –“Observa pudor y costumbres viriles”.
III.    –“Conserva la frugalidad en tu modo de vida. Haz de manera que necesites de poco. Piensa positivamente”.
IV.    –“Desarrolla la resistencia al cansancio; cultiva un carácter libre e independiente, temperado, suave, y, al mismo tiempo, digno; sé capaz de poder hacer las cosas por ti mismo; dirige tu pensamiento hacia ti, sin depender de otros. Sé impenetrable e impasible frente a todas las circunstancias”.
V.    –“Familiarízate con la filosofía y ámala. Ten buenos maestros. Escucha lecciones de sabios instructores; interésate por todos los aspectos de la cultura; lee con mucha atención”.
VI.    –“Orienta las propias tendencias con corrección y cuidado; mantén sencillez en todos los actos”.
VII.    –“Ve, en todas las cosas, sólo e incesantemente, las vías racionales; vive con igual y constante buen humor; escoge con lucidez un modelo adecuado de vida; sé, al mismo tiempo, enérgico y condescendiente, en grado justo; ten paciencia instruyendo a alguien”.
VIII.    –“Sé: amoroso; gobierna tu hogar con paterna autoridad; vive conforme a las leyes de la naturaleza; habla con tono grave, austero y cordial, sin afectación; interésate y alégrate por el bienestar de los amigos; ten claridad, rápida y segura, para encontrar, y, disponer, con método, los principios fundamentales de la vida”.
IX.    –“Sé: inmune a las pasiones y, al mismo tiempo afectuoso; agradecido con los favores de los amigos sin entrar en obligaciones; apacible en todo momento; rico de doctrina sin hacer constante muestra; habla bien de todos, sin exhibirte”.
X.    –“Atiende a las personas sin regaños cuando alguien se expresa vulgarmente; a guisa de orientación, exprésate con la palabra justa o frase correcta; usa de las sugerencias con mesura y tacto”.
XI.    –“Deja de justificarte sin necesidad expresando que no dispones de tiempo para atender a favor de otros cuanto debieras hacer”.
XII.    –“Atiende los reclamos de los amigos, aunque sean hechos sin razón; esfuérzate en reconducirlos al tono normal”.
XIII.    –“Ten afectuosidad verdadera en las relaciones con los hijos; amor al hogar, a la verdad y a la justicia”.
XIV.    –“Desea un Gobierno cuya Ley tenga vigor para todos, que respete por suprema razón la libertad y los derechos de todos”.
XV.    –“Practica la beneficencia; ten confianza en el futuro y en los afectos de los amigos; sinceridad hacia aquellos que no encuentran tu aprobación, expresándote con claridad y haciéndole saber tus propios deseos”.
XVI.    –“Desarrolla tu autodominio, accionando solo con el consentimiento de tu propia voluntad, en todo momento; conserva la confianza en toda situación; enfrenta los eventos con prontitud, sin quejarte; mantén la credibilidad de la propia palabra, y, obras, reflejando el propio pensamiento, haciendo todo con bien y trato justo para las partes involucradas; mantén el control sobre las situaciones; jamás tengas prisa; encuentra siempre una vía de salida, en todo; sé ni demasiado confiado ni desconfiado”.
XVII.    –“Medita con exactitud las decisiones; conserva la serenidad y firmeza irremovible en las decisiones tomadas. Cultiva el amor y la asiduidad al propio trabajo; prontitud en acoger el consejo de quienes puedan contribuir al bien común; distribuye a cada quien según su mérito; ten ojos expertos en distinguir los casos en que es necesaria la severidad o, bien, la indulgencia”.
XVIII.    –“Conserva una actitud de calma en todo; desarrolla la capacidad para proveer a todo aún de lejos y atender las tareas con buen humor; sírvete de las cosas que aportan comodidad a la vida, de las cuales la fortuna te ofrece cierta abundancia, usándolas adecuadamente cuando las tienes, sin lamentar su carencia cuando faltan; actúa con madurez, capaz de regirte a ti mismo y a tus seguidores; cuida tu cuerpo en la justa medida”.
XIX.    –“Subordina tu conducta frente a quien muestra capacidad, por ejemplo, tratándose de elocuencia, conocimiento de las leyes, costumbres, etcétera; une tu esfuerzo al de otros de manera que cada quien encuentre el reconocimiento del propio valor; desarrolla la capacidad para mantener la permanencia en el mismo lugar y ocupación”.
XX.    -“Está pronto para realizar tu trabajo, aún después de indisposición; observa prudencia en todo; mira solamente a lo que debe ser hecho; distribuye la vida con comodidad, completo orden, pleno vigor y armonía; comprende lo que es la vida según la naturaleza; reconoce y sigue la inspiración divina; busca preceptores adecuados para tus propios hijos”.
XXI.    -“El valor de un hombre, -decía Marco Aurelio, es el valor de las cosas en que está interesado”-. Adelante.


EL ENCUENTRO EN LA VICTORIA



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UN ENCUENTRO EN LA VICTORIA

Autor: ©Giuseppe Isgró C.

Del libro: La Victoria

Capítulo I

Me encontraba un día, en una fuente de aguas tranquilas, cristalinas, cuando se me acercó un Venerable hombre, vestido a la antigua usanza, con bata blanca, larga, pelo y barba que alguna vez fueron de color pelirrojo y un báculo en la mano derecha.

Concentró sus ojos en los míos; su mirada era profunda, serena y apacible.

Con voz suave y afectiva, me dijo:

-“Hola, hijo, como estás”-.

–Bien, -le contesté-; y, ¿usted?

–Por aquí andamos; -fue su respuesta-, mientras me sonreía.

-¿Dónde estamos?, -le pregunté al Venerable hombre-.

-Este sitio es conocido como La Victoria; -me contestó-. –¿Qué haces por estos lados?

-Salí esta mañana, temprano, con el coche, a dar un paseo; luego, al llegar a esta zona, me paré a contemplar la belleza de los araguaneyes y decidí caminar un poco y la verdad que, absorto en mis reflexiones, caminé por lo menos durante dos horas, hasta llegar aquí. Desconocía este hermoso lugar. Y, usted, -¿vive por aquí cerca? -le pregunté-.

Un poco más arriba, en esa colina boscosa. Hace algunos años, -relata el Venerable hombre- decidí retirarme de la agitada vida ejecutiva en que me desenvolvía profesionalmente, como abogado, en la ciudad de Quebec, Canadá, aunque he viajado por diversos países asesorando a incontables líderes. Construí la casa, en esta zona tropical, con la idea de pasar aquí los meses de invierno. Me dedico al estudio de la vida, a la meditación y a cultivar mi jardín y de vez en cuando, a escribir mis reflexiones, las cuales, algún día, habrán de ser publicadas para esparcir un poco la luz que he podido vislumbrar en mis estudios metafísicos-espirituales.

-¿Quieres tomar un café? –Me preguntó el Venerable hombre-. Lo he traído de Caripe El Guácharo; es de los más exquisitos que he probado.

-Sí, con gusto se lo acepto; -le contesté-.

Nos fuimos caminando por un sendero rodeado de árboles cargados de mangos, aguacates, naranjas y una hilera de cayenas de diversos colores. A lo lejos, el ruido de la brisa se oía apaciblemente. Todo era quietud, armonía y paz. Pero, sobre todo, lo que más me impresionaba era la apacibilidad y el sosiego del Venerable hombre de La Victoria. Emanaba de él un flujo de fuerza que, en su presencia, me sentía con un poder y una seguridad nunca antes experimentados. Fuerzas bienhechoras se iban apoderando de mí y aquella paz y relax que buscaba en la mañana, al salir a dar un paseo, sin percatarme de ello, las estaba experimentando ya.

Después de unos quince minutos de caminar, llegamos a la casa del Venerable hombre. Su aspecto exterior humilde estaba lejos de dejar entrever lo que segundos después habría de asombrarme con lo que encontré en el interior.

Al entrar, en la casa, una joven de unos veinte años saludó al Venerable hombre.

-¡Hola, abuelo!, ¿cómo estás?

–Bien, hija, -contestó el Venerable hombre-. -Prepara un poco de café, Lucía, mientras conversamos un poco, adentro.

-Por cierto, te presento a Santiago, quien ha llegado paseando hasta La Victoria.

Después de la presentación, entramos en la biblioteca del Venerable hombre. Un salón grande, lleno de estantes de libros por todas partes, lo cual hacía inimaginable dicho cuadro desde el exterior. Algunos cuadros al óleo de morichales y de personajes históricos, presentaban un ambiente acogedor. En un rincón se encontraban diversos retratos de Tagore, Gandhi, Cicerón, Séneca, Ibn Arabi y un dibujo de Don Quijote y Sancho Panza. En un pequeño cuadro, podía leerse: -“Lo que Alá quiera. Nada se le asemeja”-.

-Le felicito por este inmenso tesoro que usted tiene aquí, -le dije al Venerable hombre-. -¿Cuáles son los temas de su interés?

A lo cual, me contestó: -Como usted puede ver, Santiago, -y me invitó a recorrer los estantes- aquí hay libros de variados temas: clásicos de todos los países y épocas, desde los Vedas, los Upanishads, el Mahabaratha, los libros de Confucio, El Tao te King, de Lao Tse, el Poema de Gilgamesh, el Código de Amurabí, autores griegos, como Homero y Hesiodo. Se encuentran las obras completas de Euclides, Platón, Aristóteles, Teofrasto, Demetrio de Falereo, de los Presocráticos, Epicteto, Plutarco, etcétera; de los latinos, autores como Séneca, Cicerón, -que son mis preferidos-, Julio César, Tito Livio, Dionisio de Halicarnaso, Marco Aurelio, así como libros de Psicología, Gerencia, Sufismo, Yoga, ensayos, filosofía, parapsicología, hermetismo, El Quijote, libros de economía, filosofía, etcétera, en fin, un poco de todo lo que es preciso conocer para poder entender el significado de la vida: de dónde venimos, por qué estamos aquí y hacía dónde vamos, sin lo cual, la vida no tendría sentido, sobre todo por el gran afán a que está sometido el ser humano en la agitada vida moderna.

Nos sentamos en sendas butacas y nos entretuvimos conversando de temas diversos. Al poco rato, entró Lucía con dos tazas de oloroso café y unos biscochos, que degustamos con agrado en una amena e interesante conversación. Al fondo, podía oírse una suave música de Beethoven.

Pasamos cerca de una hora conversando de sobre la Atlántida, Egipto, los griegos, de Homero, de los sufíes, del budismo zen, los poderes del espíritu, meditación, etcétera, después de lo cual, le hice una pregunta directa.

-Seguramente, usted ha desarrollado alguna técnica de meditación y algún método de resolución de situaciones, en la vida, que me quisiera explicar, ya que, según observo, para tener usted una serenidad tan acentuada y una fortaleza física a la edad que imagino que usted debe tener, -cerca de noventa años- es porque ha encontrado en su larga experiencia algún secreto que quizás quisiera compartir conmigo.

Santiago, -me dijo el Venerable hombre, si vuelves a visitarme otro día, quizá te cuente algo que te pueda servir. Empero, antes de que te vayas, te haré entrega de unos apuntes que hace ya muchos años, en una época en que yo andaba a la búsqueda de sosiego y tratando de encontrarle sentido a la vida, un Venerable hombre que, en una edad similar a la mía, a su vez me entregara y cuya práctica asidua me permitió domar la mente, encarrilar mi vida y poner bajo control los hilos del destino. Son veintidós manuscritos, y una meditación diaria, –continuó diciendo el Venerable hombre, que si bien son ya un poco antiguos, podrás copiarlos de nuevo y si pones en práctica las técnicas que contienen, darás a tu vida un esplendor que habrá de sorprenderte agradablemente.

-Una vez que los hayas probado con total y absoluta satisfacción de tu parte, -me dijo, ponlos en limpio, en forma de libro y publícalo para que su mensaje llegue a mayor número de personas. Hacía tiempo que esperaba a alguien a quien confiarle este legado y creo que hoy, al llegar aquí, en la forma en que lo has hecho, tus pasos han sido dirigidos por Aquel que todo lo sabe y puede, por la Ley Cósmica, y en cuyos planes universales, todos somos sus instrumentos.

Me despedí del Venerable hombre y de su adorable nieta, sintiendo dentro de mí fuerzas desconocidas hasta entonces que preanunciaban grandes cambios en mi vida.

En los días siguientes, aparté una hora diaria, antes de dormirme, y leí y releí, todos los manuscritos, de la siguiente manera: En primer lugar copié la Meditación diaria en un cuaderno, el cual leí durante veintidós noches y mañanas seguidas, tal como lo indicaban las instrucciones de la misma.

Una nota al pie de página mencionaba que si yo la transcribía en un cuaderno, el hecho de hacerlo, grabaría en mi ordenador mental las instrucciones y me sería más fácil desarrollar, en mi personalidad, las cualidades y condiciones que formaban parte de los objetivos implícitos en la misma.

De los veintidós manuscritos, cada lunes, a las once en punto de la noche, copiaba uno en el cuaderno, y durante el resto de la semana, a la misma hora, lo leía y meditaba, siguiendo las fáciles y efectivas técnicas e indicaciones al inicio del mismo.

Cuatro semanas después de leer durante veintidós días seguidos, en la noche y en la mañana, la meditación diaria, comenzaron a manifestarse en mi vida una serie de cambios positivos que me dejaban asombrado a mi mismo, pero, también, los miembros de mi familia y a mis amistades; sobre todo mi semblante comenzó a ser más apacible; volví a sonreír desde el interior; mi estado anímico era de contento; me sentía más seguro de mi mismo; comencé a confiar más en la gente, en la vida y a vislumbrar el sentido de mi misión en la vida –percibía cosas que antes me pasaban desapercibidas, a pesar de haber estado siempre allí. Sentía fluir en mí una nueva corriente vivificadora de prosperidad, de felicidad, de alegría de vivir. Mi entusiasmo y amor por la vida y por mi familia, por mi trabajo y por las personas, crecía día a día. En aproximadamente dos meses había logrado muchas de las cosas en las cuales había soñado desde hacía años. Había dado un paso sorprendente en el camino de la autorrealización.

Efectivamente, pude comprobar que me fue relativamente muy fácil desarrollar las aptitudes y actitudes a nivel físico, mental, emocional, espiritual y en diversos aspectos de mi vida, como el financiero, que comenzó a mejorar casi inmediatamente, así como, surgieron nuevas oportunidades que comencé a aprovechar, casi sin esfuerzo de mi parte.

Transcurría el año de 1967 y mi vida había encontrado un sendero que habría de conducirme a cooperar en forma más efectiva en el plan divino que el Supremo Hacedor, en algún momento, había diseñado para mí.

Tres meses después volví a aquel lugar donde había encontrado al Venerable hombre de La Victoria y allí estaba la fuente que él dijo llamarse La Victoria; empero, cuando traté de encontrar el camino para llegar a la casa donde amablemente me ofreció un delicioso café, preparado por su nieta Lucía, no logré encontrarlo, pese a haber recorrido durante un par de horas por los alrededores. Pregunté a varias personas para ver si podían indicarme como llegar a la casa del Venerable hombre y cual fue mi sorpresa, nadie lo conocía.

Empero, después de tanto buscar, volví a encontrar la casa donde vivía el Venerable hombre de La Victoria, pero se encontraba abandonada. Su aspecto indicaba que debía encontrarse en ese estado un lapso mayor del que mediaba con el encuentro de aquel ser extraordinario. Es sorprendente como los inmuebles solos acusan el paso del tiempo en mayor grado que los que son habitados. Si no fuera por los manuscritos pensaría que el encuentro no fue más que un simple sueño. -¿O se trata, acaso de un sueño combinado con un fenómeno de aporte? Personalmente, no lo creo. El encuentro fue muy vívido y real. El aromático café servido por Lucía estaba exquisito. Durante varios años volví al lugar varias veces, la casa seguía sola. La última vez que volví, no la pude ubicar y sin tener tiempo suficiente para seguir buscándola, me fui. Ahora, vivo muy lejos de aquella zona, en otro continente; han transcurrido muchos años y después de tanto tiempo es poco probable que vuelva allí; pero, los manuscritos y la meditación diaria obran en mi poder, me han transformado y han enriquecido mi vida.

Durante más de treinta y cinco años he puesto en práctica las diversas variantes de los ejercicios, afirmaciones y meditaciones que contienen los manuscritos y la meditación diaria y cada vez que los pongo en práctica, experimentos los mismos beneficios. Ahora, ellos se encuentran en el libro que usted tiene en sus manos; espero que les sean tan útiles como los han sido para mí.

Su contenido es eminentemente práctico; no hay teorías superfluas. Si lleva a cabo los ejercicios que contienen, es probable que, gradualmente, se vaya efectuando la transmutación alquímica de su ser sintonizándose con los elevados resultados existenciales, los cuales, por añadidura, al ser creados a nivel mental, se van manifestando en su propia vida, oportunamente.

Sobre todo, con estos ejercicios, me percaté, cuando el Venerable hombre me entregó los manuscritos, de que se dispone de un método para domar la mente y ejercer un pleno dominio sobre la vida en general y, por ende, sobre el destino y controlar, cuando eventualmente se presenten, todas las situaciones, manteniendo un perfecto equilibrio físico, mental, emocional, espiritual y financiero.

El Venerable hombre de La Victoria me comentaba que todo se puede lograr en la vida si se siembra la respectiva semilla por medio de correctas decisiones acordes con la propia y elevada auto-estima y dignidad personal, desarrollando el convencimiento de que sí se puede hacer, por medio de las afirmaciones, las visualizaciones y meditaciones, la experimentación de un estado emocional acorde al momento de ser logrados los respectivos resultados y la practica del desapego, es decir, dejar encargada a la mente psiconsciente del logro, y además, se espera el tiempo necesario haciendo, mientras tanto, todo lo que se requiere, según el caso o los objetivos por alcanzar.

Estas técnicas funcionan, me decía una y otra vez el Venerable hombre de La Victoria; luego, agregaba: -las he probado por más de cincuenta años y quien, a su vez me las entregó, habría hecho otro tanto, aseverando que eran efectivas, si yo seguía fielmente las instrucciones y las ponía en práctica con expectativas positivas.

Desde que en 1967, el Venerable hombre me hiciera entrega de los manuscritos, han transcurrido un poco más de de treinta y cinco años, durante los cuales yo también he puesto en práctica las diversas variantes de los ejercicios, afirmaciones y meditaciones que contienen, y cada vez que me ejercito con ellos, experimento los mismos beneficios. Ahora, ellos se encuentran en el libro que usted tiene en sus manos; espero que les sean tan útiles como los han sido para todos los que hemos aplicado las enseñanzas del Venerable hombre de La Victoria.

Él me repetía constantemente: -“¡Tú puedes si crees que puedes hacerlo! ¡Hazlo y tendrás el poder!

Recuerdo que ese día el Venerable hombre me dijo: -ejercer el poder con que la naturaleza de las cosas ha dotado a cada ser, cultivando los dones inherentes y aprendiendo todo lo que se pueda de sí y del vasto universo del que se forma parte, es una manera efectiva de ser cada día más feliz. Luego, cuando me despedí de él, expresó: -“¡Que cada día brille más y mejor tu luz interior!”.- Adelante.

Capítulo 2

Meditación diaria

Es lunes en la noche, son las once en punto.

Me dispongo a copiar textualmente, en el cuaderno que he dispuesto para ello, el manuscrito identificado con el título:

Meditación diaria

Dice así:

Afirme, en la mañana y en la noche, antes de dormir, durante veintidós días; luego, cada vez que lo desee, esta poderosa fórmula de programación mental positiva y descubra cómo, con facilidad, van ocurriendo cosas maravillosas en su vida:

MEDITACIÓN DIARIA

Afirma, en la mañana y en la noche, antes de dormir, durante veintidós días; luego, cada vez que lo desees, esta poderosa fórmula de programación mental positiva y descubre cómo, con facilidad, van ocurriendo cosas maravillosas en tu vida. Al encender la luz en la mente se ilumina la propia existencia y todo en derredor vibra al unísono y con el mismo sentimiento de felicidad y bienestar, interrelacionándose por la ley de afinidad.

1. -Entro en el nivel de mi mente psiconsciente, en el centro de control de mi piloto mental automático, donde todo va bien, siempre, contando de tres a uno: Tres, dos, uno.

Ø Ahora, estoy ya en el nivel de mi mente psiconsciente, en el centro de control de mi piloto mental automático, donde todo va bien, siempre.

Ø Voy a permanecer en el nivel de mi mente psiconsciente, en el centro de control de mi piloto mental automático, donde todo va bien, siempre, durante quince minutos y voy a programar los siguientes efectos positivos, los cuales perduran, cada vez mejor, hasta que vuelva a realizar este acceso y programación mental:

Ø Todo va bien, siempre, en todos los aspectos de mi vida, cada día mejor. (Tres veces). –Imagínalo-.

Ø Todo va bien en mi trabajo; cada día logro mejores niveles de efectividad, prosperidad, riqueza, abundancia y bienestar. (Imagínalo).

2. Formo una unidad cósmica perfecta con el Creador Universal, -ELOÍ. (Diez veces, con los ojos cerrados). Hoy se expresa en mí la Perfección universal de la Vida, del amor, de la luz, de la sabiduría, del perdón, de la percepción de la verdad, de la aceptación de la realidad, de la justicia, de la igualdad, de la compensación, de la fortaleza, de la templanza, de la belleza, del equilibrio, de la armonía, de la salud, de la prosperidad, de la riqueza, de la abundancia, del servicio y de la provisión en todos los aspectos de mi vida.

3. -Cada día, en todas formas y condiciones, mi cuerpo y mi mente funcionan mejor y mejor. La consciencia de mi conexión permanente e indisoluble con el Creador Universal, -ELOÍ-, restablece y mantiene en mí, diariamente, durante las veinticuatro horas del día, un perfecto estado de salud a nivel físico, mental, emocional y espiritual. Gracias, Creador Universal, por darme un cuerpo perfecto, saludable, lleno de energía. Aquí y ahora, me siento en perfecto equilibrio de salud, a nivel físico, mental, emocional y espiritual.

4. Afronto y resuelvo bien toda situación que me compete, siempre.

5. Todo tiene solución, en todas las situaciones de mi vida.

6. El Creador Universal, -ELOÍ-, es en mí, cada día mejor, en todos los aspectos de mi vida, fuente de amor, luz, sabiduría, éxito, riqueza, prosperidad, abundancia y armonía.

7. Permito que las leyes universales de la Vida, del amor, de la luz, de la sabiduría, del perdón, de la percepción de la verdad, de la aceptación de la realidad, de la justicia, de la igualdad, de la compensación, de la fortaleza, de la templanza, de la belleza, del equilibrio, de la armonía, de la salud, de la prosperidad, de la riqueza, de la abundancia, del servicio y de la provisión actúen bien en el plan de mi vida.

8. Tengo prosperidad y poder. Cada día enriquezco mejor mi vida a través del servicio efectivo, del amor y de la práctica de todas las virtudes.

9. Mi dignidad personal me lleva a realizar las cosas que me competen con la máxima perfección posible.

10. Cada día, en todas formas y condiciones, en todos los aspectos de mi vida, estoy mejor y mejor a nivel físico, mental, emocional, espiritual y financiero.

11. Actúo con templanza, serenidad, autodominio y perfecto equilibrio en todo. Conservo plena autonomía y control sobre todas mis facultades físicas, mentales, emocionales, intelectuales y espirituales. Hecho está. (Visualizar un escudo protector de luz que te envuelve y protege; -una pirámide-).

12. Tengo fortaleza, valor, confianza y fe suficiente para triunfar y alcanzar todas mis metas, de acuerdo con la voluntad del Creador Universal, -ELOÍ-, y en armonía con sus planes cósmicos. Soy inmune e invulnerable a las influencias y sugestiones del medio ambiente y de cualquier persona a nivel físico, mental, emocional y espiritual, en las dimensiones objetivas y subjetivas y en cualesquiera otras en que sea requerido.

13. El orden universal de la Vida, del amor, de la luz, de la sabiduría, del perdón, de la percepción de la verdad, de la aceptación de la realidad, de la justicia, de la igualdad, de la compensación, de la fortaleza, de la templanza, de la belleza, del equilibrio, de la armonía, de la salud, de la prosperidad, de la riqueza, de la abundancia, del servicio y de la provisión se establece en mi vida, en todos mis asuntos y en las personas interrelacionadas, aquí y ahora. Hecho está.

14. Asumo la responsabilidad de mis actos y cumplo bien todos mis compromisos, siempre oportunamente, de acuerdo con el orden cósmico.

15. El Creador Universal, -ELOÍ-, nos da abundancia y armonía en el eterno presente. Vivo en abundancia y en armonía perfectas, aquí, ahora y siempre.

16. El Creador Universal, -ELOÍ-, se está ocupando de todo, en todos los aspectos de mi vida, y se expresa en mí conciencia intuitiva por medio de los sentimientos en correspondencia con los valores universales.

17. Gracias, Creador Universal, -ELOÍ-, por esta vida maravillosa. Que Tu Inteligencia Infinita, Amor, Sabiduría, Justicia, Luz, y Poder Creador guíen, adecuadamente, todas mis decisiones y acciones, ahora y siempre. Gracias, Eloí, por este día maravilloso.

18. El Creador Universal, -ELOÍ-, nos proteja, aquí y en cualquier lugar, ahora y siempre. (Tres veces).

19. Siempre espero lo mejor, de acuerdo con la voluntad del Creador Universal, -ELOÍ-, y la Ley Cósmica, en armonía con todos.

20. Gracias, Creador Universal; todo va bien en todos los aspectos de mi vida, a nivel físico, mental, emocional y espiritual. Gracias, Eloí, todo va bien en mis practicas espirituales y en mi relación Contigo; Tú y yo formamos una unidad perfecta, armónica, aquí y ahora, en el eterno presente. Yo soy Tú, Tú eres yo. Te amo.

21. Voy a realizar –obtener o resolver- (mencionar), antes del: (fecha), de acuerdo al orden divino y en armonía con todos. (Si se trata de varios objetivos, anótelos y haga la afirmación y visualización con cada uno de ellos. Imagínelo concluido satisfactoriamente sin imponer canal alguno de manifestación.)

22. Tengo serenidad y calma imperturbable. Soy impasible frente a todo y a todos. No tengo temor a nada, a nadie ni de nadie en ningún nivel físico, mental, emocional, espiritual y financiero. Dentro de mí vibra la seguridad total. Tengo completa confianza en la vida y en mi propia capacidad de resolver situaciones y alcanzar los resultados satisfactorios que preciso, en cada caso, siempre.

A continuación anoté la fecha: Lunes 12 de agosto de 1967. Luego, tal como me lo indicó el Venerable hombre, anoté la fecha que correspondía veintidós días después: 03 de septiembre de 1967.

Acto seguido, me senté cómodamente, tomé tres respiraciones profundas y realicé la meditación.

Luego, cada noche, durante veintidós días, a las once en punto, me iba a mi cuarto, daba indicaciones de no ser interrumpido durante veinte minutos y realizaba la meditación del día, la cual, siempre complementaba con la lectura breve de uno de los libros de cabecera que siempre suelo tener en mi mesa de noche.

Iba notando, día a día como emergía de mi interior una nueva y desconocida fortaleza, seguridad, estado de ánimo contento, actitud más decidida, optimismo frente a la vida y a las situaciones; comencé a llevarme mejor en las relaciones con las demás personas, a ser más comedido en todo y sobre todo comenzaba a tener conciencia de cosas que antes me solían pasar desapercibidas.

Cabe destacar que, en el punto número veintiuno de la meditación, había anotado siete objetivos que desde hacía tiempo quería realizar y para mi sorpresa, treinta días después de haber terminado de efectuar la meditación del manuscrito número veintidós comencé a observar como, en forma aparentemente casual se iban manifestando la resultados de cada uno de ellos hasta que, algunos meses después, antes de la fechas previstas, los había realizado todos, menos dos, por lo cual, me senté y volví a anotar, en una hoja de mi cuaderno, otros diez objetivos, encabezados por los dos pendientes de la lista anterior, les puse la fecha tope a cada uno, antes de la cual debían ser logrados, para seguir visualizando, su logro, periódicamente.

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lunes, 24 de febrero de 2014

MARCO AURELIO ANTONINO Y LA SABIDURÍA ESTOICA


MARCO AURELIO ANTONINO
Y LA SABIDURÍA ESTOICA

©Giuseppe Isgró C.

El ideal de Platón, quien, en su República, deseaba un filósofo como Jefe de Estado, se hizo realidad con Marco Aurelio Antonino, el último de los cuatro emperadores que constituyeron gobernantes perfectos, que, en un lapso de ochenta años, después de que Trajano, en el 98, sucediera a Nerva, seguido, luego, por Adriano y Antonino Pío, hicieron florecer el Imperio Romano en justicia, bienestar, cultura y armonía social, siendo el gobierno del emperador filósofo, probablemente, el que más se ocupó por lograr la mayor suma de felicidad y progreso moral de los ciudadanos.
Influido por la lectura del Manual de Epicteto, -uno de los maestros de la filosofía estoica-, que le obsequiara su amigo Rústico, a la edad de doce años, cuando se forjó el propósito de seguir sus preceptos, cultivando el autodominio, a tal punto que, desde esa temprana edad, no reflejaba en su rostro ni el dolor ni la alegría, poniendo en práctica una conducta acorde con los más elevados valores éticos-morales y virtudes propias de los ideales estoicos.
Tuvo temprana vocación para el estudio y la auto-superación.
La filosofía estoica, es el único movimiento en la historia de la humanidad en el cual, un esclavo, -Epicteto-, y, un emperador, -Marco Aurelio-, mantienen el mismo rango, donde, el segundo fue influido en su formación por el primero.
La diferencia consiste en que mientras Epicteto exhortaba a ser libre e independiente y a no aceptar a nadie por arriba de él, Marco Aurelio, -como emperador no tenía a nadie por encima-, educado en la misma filosofía, siempre se condujo con la máxima cortesía, respetando el derecho de todos.
Marco Aurelio refiere, en sus Meditaciones, como Antonino Pío, con su ejemplo, forjó su carácter y personalidad con las virtudes de los sabios y le estimuló a conducirse con sencillez y firmeza; adquiriendo conciencia de: 1) Cuándo y cómo realizar los trabajos de la mejor manera y por qué. 2) Dar audiencia a todos y respetar sus derechos. 3) Perdonar a los que se propasaban con él. 4) Conducirse como un igual entre las gentes. 5) Depender sólo de sí mismo y aceptar su destino, sea el que fuere. 6) Ser precavido en los negocios públicos y estar atento y estudiar todos los detalles, por pequeños que pareciesen, sin afectación. 7) Servir a la humanidad desinteresadamente. 8) Ser sobrio, contentarse con poco, apreciar los bienes que se tienen y no desesperarse con su pérdida. 9) Ser práctico y tener buenos modales. 10) Cuidar la higiene. 11) Ser prudente y moderado. 12) No excederse en dádivas al pueblo. 13) Cumplir con el propio deber, sin cuidarse de lo que dirá la gente.
Marco Aurelio, nació en Roma, el 26 de abril del año 121 de nuestra era, en familia ilustre.
El emperador Adriano le distinguió con su amistad y le apreció por sus dotes morales, llamándolo “Verissimo”, por su sinceridad, honestidad y elevadas cualidades personales, sugiriendo a Antonino Pío, que, a su vez, nombrara su sucesor a Marco Aurelio, cosa que realizó, adoptándolo, primero, el 25 de febrero del 138, luego le nombró cónsul, casándolo con su hija Annia, y designándolo heredero al trono, cargo que asumió a los 40 años de edad, el 07 de marzo del 161.
De los 19 años que se desempeñó como emperador, 14 los pasó conduciendo luchas y guerras contra los bárbaros, germanos y marcomanos, que amenazaban las fronteras del imperio, las cuales, desde los tiempos de Augusto, habían conocido casi tres siglos de paz.
El imperio Romano, después de Marco Aurelio, marca el prólogo de la edad media.
Ahora bien, entre batallas fue escribiendo su libro “Meditaciones” o “Recuerdos”, que son una especie de soliloquios consigo mismo, redactados para su propio uso, sin intención de publicarlo, el cual fue considerado como la mejor obra didáctica de la antigüedad; constituye una guía certera en la conducción de la propia existencia.
Quizá sea de interés conocer que Marco Aurelio es la reencarnación de Alejandro Magno, -siglo IV a.n.e.- y su Espíritu, el mismo que, en el siglo IV, -d.n.e-, reencarnara en el emperador Juliano y en el VI, -d.n.e.-, en Mahoma, fundador de una de las más florecientes civilizaciones.

PRECEPTOS DE MARCO AURELIO

En el primer libro de su obra Meditaciones, Marco Aurelio, relacionó las virtudes que había cultivado y las enseñanzas recibidas de diferentes personas, amigos y maestros, así como los beneficios con que la vida lo distinguió, por todo lo cual se sentía agradecido.
La lectura y meditación de estos preceptos, -traducidos y adaptados libremente por el autor-, contribuyen a forjar una personalidad de cuyo calibre aún seguirá siendo paradigma, por largo tiempo, el emperador filósofo.
Marco Aurelio, exhortaba:
I.    –“Sé gentil y amable; mantén conversaciones de contenido positivo y edificante, y sepas adaptarte con todos, observando trato digno y respetuoso; sé tolerante con las opiniones ajenas; desarrolla habilidad en el trato para que nadie sienta que es menospreciado por ti”.
II.    –“Observa pudor y costumbres viriles”.
III.    –“Conserva la frugalidad en tu modo de vida. Haz de manera que necesites de poco. Piensa positivamente”.
IV.    –“Desarrolla la resistencia al cansancio; cultiva un carácter libre e independiente, temperado, suave, y, al mismo tiempo, digno; sé capaz de poder hacer las cosas por ti mismo; dirige tu pensamiento hacia ti, sin depender de otros. Sé impenetrable e impasible frente a todas las circunstancias”.
V.    –“Familiarízate con la filosofía y ámala. Ten buenos maestros. Escucha lecciones de sabios instructores; interésate por todos los aspectos de la cultura; lee con mucha atención”.
VI.    –“Orienta las propias tendencias con corrección y cuidado; mantén sencillez en todos los actos”.
VII.    –“Ve, en todas las cosas, sólo e incesantemente, las vías racionales; vive con igual y constante buen humor; escoge con lucidez un modelo adecuado de vida; sé, al mismo tiempo, enérgico y condescendiente, en grado justo; ten paciencia instruyendo a alguien”.
VIII.    –“Sé: amoroso; gobierna tu hogar con paterna autoridad; vive conforme a las leyes de la naturaleza; habla con tono grave, austero y cordial, sin afectación; interésate y alégrate por el bienestar de los amigos; ten claridad, rápida y segura, para encontrar, y, disponer, con método, los principios fundamentales de la vida”.
IX.    –“Sé: inmune a las pasiones y, al mismo tiempo afectuoso; agradecido con los favores de los amigos sin entrar en obligaciones; apacible en todo momento; rico de doctrina sin hacer constante muestra; habla bien de todos, sin exhibirte”.
X.    –“Atiende a las personas sin regaños cuando alguien se expresa vulgarmente; a guisa de orientación, exprésate con la palabra justa o frase correcta; usa de las sugerencias con mesura y tacto”.
XI.    –“Deja de justificarte sin necesidad expresando que no dispones de tiempo para atender a favor de otros cuanto debieras hacer”.
XII.    –“Atiende los reclamos de los amigos, aunque sean hechos sin razón; esfuérzate en reconducirlos al tono normal”.
XIII.    –“Ten afectuosidad verdadera en las relaciones con los hijos; amor al hogar, a la verdad y a la justicia”.
XIV.    –“Desea un Gobierno cuya Ley tenga vigor para todos, que respete por suprema razón la libertad y los derechos de todos”.
XV.    –“Practica la beneficencia; ten confianza en el futuro y en los afectos de los amigos; sinceridad hacia aquellos que no encuentran tu aprobación, expresándote con claridad y haciéndole saber tus propios deseos”.
XVI.    –“Desarrolla tu autodominio, accionando solo con el consentimiento de tu propia voluntad, en todo momento; conserva la confianza en toda situación; enfrenta los eventos con prontitud, sin quejarte; mantén la credibilidad de la propia palabra, y, obras, reflejando el propio pensamiento, haciendo todo con bien y trato justo para las partes involucradas; mantén el control sobre las situaciones; jamás tengas prisa; encuentra siempre una vía de salida, en todo; sé ni demasiado confiado ni desconfiado”.
XVII.    –“Medita con exactitud las decisiones; conserva la serenidad y firmeza irremovible en las decisiones tomadas. Cultiva el amor y la asiduidad al propio trabajo; prontitud en acoger el consejo de quienes puedan contribuir al bien común; distribuye a cada quien según su mérito; ten ojos expertos en distinguir los casos en que es necesaria la severidad o, bien, la indulgencia”.
XVIII.    –“Conserva una actitud de calma en todo; desarrolla la capacidad para proveer a todo aún de lejos y atender las tareas con buen humor; sírvete de las cosas que aportan comodidad a la vida, de las cuales la fortuna te ofrece cierta abundancia, usándolas adecuadamente cuando las tienes, sin lamentar su carencia cuando faltan; actúa con madurez, capaz de regirte a ti mismo y a tus seguidores; cuida tu cuerpo en la justa medida”.
XIX.    –“Subordina tu conducta frente a quien muestra capacidad, por ejemplo, tratándose de elocuencia, conocimiento de las leyes, costumbres, etcétera; une tu esfuerzo al de otros de manera que cada quien encuentre el reconocimiento del propio valor; desarrolla la capacidad para mantener la permanencia en el mismo lugar y ocupación”.
XX.    -“Está pronto para realizar tu trabajo, aún después de indisposición; observa prudencia en todo; mira solamente a lo que debe ser hecho; distribuye la vida con comodidad, completo orden, pleno vigor y armonía; comprende lo que es la vida según la naturaleza; reconoce y sigue la inspiración divina; busca preceptores adecuados para tus propios hijos”.
XXI.    -“El valor de un hombre, -decía Marco Aurelio, es el valor de las cosas en que está interesado”-. Adelante.