martes, 12 de enero de 2010

LA ETERNA POLARIZACIÓN




LA ETERNA POLARIZACIÓN

©Giuseppe Isgró C.


Diálogo de Hidalgo y Escudero sobre el Tao
-Hidalgo, inquiere Escudero, -¿qué es una cualidad desde el punto de vista de el Tao? -¿Es, acaso, en tu opinión, la expresión virtuosa -o propiedad, de uno de los valores universales, en cualesquiera de sus dos polaridades, en determinado grado, en un ser, en cualesquiera de los tres reinos naturales, o cosa?
-Escudero, me agrada tu pregunta, por cuanto ella habrá de permitirnos profundizar sobre la dualidad que representa la eterna polarización que nos facilita transmutar nuestra conciencia desde un grado evolutivo determinado hasta otro más avanzado y en esto reside, -Escudero, el secreto de la alquimia.
-¿De la alquimia?, Hidalgo.
-Sí, Escudero, de la alquimia espiritual, pese a que los antiguos alquimistas dominaban el arte en ambos planos existenciales: el físico y el espiritual, como lo denotan, por una parte, el resultado alcanzado por Cagliostro, reflejado en un manuscrito confiable y en testimonios de la época, y por otra, las investigaciones de Fulcanelli, en el siglo XX, y la experiencia de incontables sabios alquimistas. También la ciencia ha logrado descifrar este secreto de la naturaleza, sólo que, a nivel científico, hasta ahora, transmutar un metal en oro –u otro elemento- resulta más costoso que extraerlo del subsuelo.
-Explícame, Hidalgo, cómo se realiza el proceso de la polarización que permite la transmutación de un estado evolutivo a otro más elevado o depurado.
-Escudero, el ejemplo que hemos utilizado en la primera jornada sobre el Tao, es decir, el ascenso de una montaña, nos servirá, también aquí, para ilustrar el proceso.
-Puestos en movimiento, en la senda elegida, Escudero, en la cual, el caminante, que es cada uno de nosotros, en un camino eterno y sin límites que conduce a la Causa Universal, por grados, durante el cual, vamos descubriendo los atributos divinos que existen en nuestro espíritu inmortal, a semejanza de los que detenta el Creador Universal, de quien cada ser emana, oportunamente, cada uno de estos atributos, representativos de los valores universales, en sus dos polaridades, positiva y negativa, que a su vez sustentan los principios cósmicos que rigen las leyes de la Creación, cuya respectiva polaridad negativa, en el desarrollo de un atributo divino, vinculándolo con su opuesta positiva, representa, cualitativamente hablando, a los grados diferentes de una misma cosa, y cualquier estado de conciencia que se posea, en un momento dado, sobre el nivel de una cualidad con respecto a otro más elevado, representa una polarización, -visión-, de dos niveles perceptivos de una misma realidad, o virtud.
-Al inicio del camino, Escudero, no se vislumbran todos los tramos del mismo sino que, a medida que avanzamos en el ascenso de la montaña, en cada nueva etapa, vemos más lejos que en la anterior; así ocurre en el grado de percepción de las cualidades y en el desarrollo de las mismas, -Escudero; en cada recodo en que se avanza, vemos más lejos y nos percatamos de un grado más elevado de la realidad, por lo cual, el estado actual de conciencia, respecto a la visión emergente, como meta actualizada, representa una polaridad negativa.
-Por lo cual, Escudero, cada estadio de conciencia perceptiva y grado evolutivo, de haber representado una polaridad positiva inicialmente, una vez alcanzada la realización respectiva, pasa a representar una negativa respecto a la nueva percepción de la meta de desarrollo en la fase siguiente.
-Y esta constante polarización es lo que permite la transmutación, en el eterno progreso, de un grado cualitativo a otro más elevado.
-Por eso, Escudero, Lao Tse, expresa: -“Cuando se reconoce la Belleza en el Mundo, se aprende lo que es la Fealdad”, -es decir, en el momento en que percibimos el siguiente nivel de desarrollo en cualesquiera de los infinitos atributos divinos, y lo anteponemos como objetivo o meta, el grado perceptivo en que nos encontremos pasa a representar la polaridad negativa que es preciso trasmutar en su opuesta positiva.
No te puedes imaginar, -Escudero, la emoción que me produce apreciar esta genial percepción de la eterna polarización que tuvo Lao Tse; es realmente admirable y sublime.
-Esa es la razón, Escudero, -y vale repetirlo-, por la que Lao Tse, expresa: -“Cuando se reconoce la Belleza en el Mundo, se aprende lo que es la Fealdad”.
-Escudero, si se deja de reconocer el grado siguiente de desarrollo en una cualidad cualquiera, es decir, la conciencia de la ignorancia correspondiente al nivel superior inmediato de la belleza, por ejemplo, se ignorará que el estado actual en que la persona se encuentra, representa un grado de belleza que, en relación al inmediato superior, es fealdad; lo mismo acontece con todas las cualidades y en el bien y en el mal.
-Por eso, Escudero, Lao Tse, claramente, expresó: -“Cuando se reconoce la Bondad en el Mundo, se aprende lo que es la Maldad”.
-Si la persona, Escudero, desconoce lo que es la bondad y/o el bien, en el grado inmediato superior al estado de conciencia en que se encuentra, es imposible que pueda conocer el grado de maldad relativa que, en un momento dado, le pueda circundar o en el cual, temporalmente, pudiese estar sumido; empero, en la medida en que va vislumbrando la luz al final del túnel, que representa el estadio siguiente evolutivo, la fuerza interior –en emanación constante- va manifestándose en forma de insatisfacción creadora, al no encontrar salida al exterior, y, acumulada en lo interno, se transforma en un poderoso caudal dinámico, y creador, que, oportunamente, impulsará, a la persona a la acción, -por medio de la expresión del respectivo grado de poder potencialmente infinito que el inmortal espíritu posee- por cuanto, ese nivel de insatisfacción creadora interior representa un porcentaje de necesidad que generará –expresando- el equivalente poder creativo-motivador que le conducirá a la cualidad positiva opuesta idealizada y polarizada; pero, ésta, a su vez, tan pronto sea alcanzada pasará a representar una polaridad negativa en el siguiente estadio de polarización; y ese, es, -Escudero, el proceso eterno, sin límites algunos, que se sigue en la carrera universal y en la realización de la Gran Obra, en la espiral evolutiva del universo.
-Recuerda, Escudero, lo que Lao Tse, expresa: -“De este modo: Vida y “desencarnación” son abstracciones del crecimiento”-; -que nosotros, -Escudero, solemos denominar vida eterna y continuada; es decir, el espíritu inmortal está dotado de eterna vida, empero, en la dimensión física de la realidad objetiva se expresa por ciclos que representan etapas o estadios, en su carrera eterna, sin límites, y cada uno constituye un grado evolutivo que implica crecimiento en relación al estadio anterior de perfección, por eso, -Escudero, el Maestro enfatiza: -“Vida y “desencarnación” son abstracciones del crecimiento”-; la abstracción, -Escudero, es una percepción efectuada desde un plano superior de conciencia intuitiva, -o inspirativa, según el caso-, mediante la cual, se percibe una visión de conjunto –generalizada- que permite ver la totalidad relativa –siempre- de la realidad, pero abarcando una extensión mayor que la de un solo ciclo de vida y apuntando, constantemente, a la meta universal.
-Esa realidad universal que representa el camino que conduce a la fuente, -Escudero, presenta pruebas que, casi siempre, somos nosotros mismos quienes, al inicio de un nuevo ciclo de vida, nos las anteponemos para alcanzar nuevos estadios de progreso e implican el medio idóneo para ejercitarnos en el desarrollo de nuestros atributos divinos, permitiéndoles expresar su divinidad respectiva, por cuanto, estando contenido todo en el espíritu inmortal –y eterno- debe el ser descubrirlo al afrontar las situaciones que la vida le antepone, expresando el poder potencialmente infinito de que dispone, en la medida en que experimenta necesidades y deseos.
-Por eso, Escudero, Lao Tse, -dice: -“Dificultad y facilidad son abstracciones del progreso” y -“Cerca y lejos son abstracciones de la posición”-.
Luego, el Maestro, -Escudero, señala: -“Fuerza y debilidad son abstracciones del control”-.
-¿Control sobre qué?, -Hidalgo, inquiere Escudero.
-El control sobre todas las situaciones que se van afrontando en la vida, donde, al inicio, frente a cada una de ellas, esa fase puede representar un estado de debilidad relativa, -o aparente-, por cuanto, -Escudero, como tú bien sabes, desde el momento en que afrontamos una situación determinada es porque estamos en condiciones de superarla con éxito, ya que en caso contrario jamás habríamos percibido su existencia.
-Empero, Escudero, -ese estadio inicial representa un grado de debilidad que es preciso transmutar en su opuesto positivo de fortaleza, dominando las condiciones afrontadas, con lo cual se habrá expresado el respectivo nivel de poder potencialmente infinito que se posee, pero, al mismo tiempo, -Escudero, control sobre todas las facultades físicas, mentales y espirituales que se poseen mientras se ejecuta la tarea pertinente, en cuyo logro se desarrollan tanto las facultades inherentes como las cualidades que conforman la personalidad o atributos divinos del espíritu, en el ciclo respectivo de polarización antes mencionado.
-Hidalgo, Lao Tse, también señala: -“Música y habla son abstracciones de la armonía”-. -¿Qué implica ello?
-Es buena tu pregunta, Escudero, y ella nos permitirá hacer una breve abstracción sobre la ley de afinidad que es la ordenadora del universo y todo lo que existe en él, por cuanto permite el equilibrio universal, al colocar a cada ser, o cosa, en el orden que le corresponde de acuerdo a su suma existencial, o peso específico, en armonía con el todo y esa armonía está representada en forma admirable por la música, empero, en la vida, la facultad de hablar, en forma recta, permite recibir lo análogo a lo expresado, por medio de la ley de acción-reacción, causa y efecto, y de acuerdo con ello, la persona, es ubicada o reubicada de manera acorde, y armónica, en el lugar que le corresponde, por cuanto, los propios pensamientos y las acciones que les son inherentes, crean nuestra propia realidad y las circunstancias en que nos desenvolvemos.
-En el ejercicio de la armonía universal, existen diversas leyes divinas que fungen de auxiliares de la ley de la afinidad, cuales son la ley de la justicia que, con su balanza precisa, pesa los actos y los dichos, cuyos resultados, en todas sus vertientes o variantes, por la suma existencial, -es decir, saldo de vida-, ubica o reubica a cada quien en su respectivo lugar u orden, por lo cual, -Escudero, dentro del aparente caos que, quienes observan la botella medio vacía, ven, existe un orden y una armonía perfectos, y cada ser está en el lugar que le corresponde, en equilibrio, buscando su propia polarización, transmutándose de su actual polaridad a su opuesta positiva, de mayor elevación, en un proceso evolutivo constante y eterno.
-También, Escudero, -entran en cooperación, por una parte, la ley de la igualdad, que representa uno de los dos platillos de la balanza de la justicia, la cual, permite que no existan privilegios entre los seres excepto los de las conquistas espirituales por propios méritos en los infinitos ciclos de vida, es decir, en y frente a la ley cósmica, todos se encuentran en igualdad de condiciones y oportunidades, de manera que cada quien, cosecha lo que siembra, cuyo salario cósmico le es reconocido –y pagado-, por la ley de compensación, -el otro platillo de la balanza-, que, desde la mas remota antigüedad, -en las leyes de Manú y otras doctrinas antiguas, se conoce como ley del Karma, en cuanto a la acción y vipaka, en lo relativo a la reacción o resultados.
-Hidalgo, Lao Tse, también menciona: -“Antes y después son abstracciones de la secuencia”-.
Escudero, -esa abstracción de la secuencia a que se refiere el Maestro, representa la prioridad en que es preciso centrarse en la realización de las actividades que habrán de conducirnos a nuestras respectivas metas, en cada etapa del camino; es decir, el orden prioritario en que es preciso abordar la realización de las cosas, el cual, de manera natural viene dado por las mismas necesidades que se van expresando por su jerarquía piramidal, desde las básicas, pasando por las de seguridad, las afectivas, las de estimación hasta llegar a las de autorrealización, tal como muy bien las estudió Abraham Maslow y nosotros la sintetizamos en nuestra obra En la fuente interior del poder, la cual, -Escudero, te sugiero volver a leer para refrescar lo allí expuesto, cuya comprensión permite descifrar el mecanismo en que actúa la vida para expresar el poder potencialmente infinito del ser humano y de todos los seres en los tres reinos naturales.
-Hidalgo, -¿qué quiere significar Lao Tse, cuando señala: -“El sabio controla sin autoridad y enseña sin palabras; dejando que todas las cosas asciendan y caigan”.
-Fíjate bien, Escudero, -¿qué es lo que controla, en primer lugar, el sabio?
-A sí mismo, Hidalgo y todas sus facultades físicas, mentales y espirituales.
-Eso es correcto, Escudero. Empero, al hacerlo, -¿qué es lo que ocurre?
-Al dominarse a sí mismo, conjuntamente con las propias facultades físicas, mentales y espirituales, domina, automáticamente, todas las circunstancias exteriores, por cuanto, al mandar en lo interno, lo hace, simultáneamente, en lo externo y por efecto de la resonancia magnética, influye, sin esfuerzo alguno, en la conciencia colectiva estimulándola a vibrar en un nivel superior análogo al que le es inherente.
-Es magnífica, tu apreciación, Escudero, y te felicito por ello.
-Empero, Escudero, -¿qué precisa, el sabio, para ejercer ese dominio sobre sí y sus facultades?
-Conocer a las leyes universales y así percibir la realidad que existe más allá de las apariencias, Hidalgo.
-Es acertada tu apreciación, Escudero, y ella nos facilita concluir que, cuando el Maestro expresa que el sabio controla sin autoridad, está ejerciendo –y respetando- el libre albedrío, dejando que cada quien asuma la responsabilidad de la conducción de su propia vida y afronte las pruebas respectivas según su propio criterio, con lo cual asume el costo de oportunidad que su decisión implica, ya que, -Escudero, el líder es simplemente un asesor, sugiriendo, únicamente, las alternativas entre las cuales es viable elegir el mejor curso de acción a seguir, empero, la decisión de hacerlo o no, le pertenece a la persona involucrada, quien debe asumir los efectos de la misma, positivos o no, emulando al Creador Universal que dotó al espíritu inmortal del libre albedrío. Si el Supremo Artífice lo ha hecho así, -¿por qué cada uno de nosotros no habría de seguir el ejemplo del Gran Pedagogo Universal?
-Al utilizar la autoridad, -Escudero, para inducir a alguien en la ejecución de una determinada acción, asumiría la responsabilidad moral –y de cualquier otra índole- del perjuicio que ello pudiese significar para la persona en particular y eso, -Escudero, el sabio jamás lo hace, constituyendo la evidencia de su sabiduría. De igual manera, -Escudero, en el caso de logros positivos, la persona en particular dejaría de experimentar la satisfacción de que el éxito alcanzado lo fuese por propio merito.
-Esa es la razón, Escudero, por la que el Creador Universal colocó dentro de cada ser el mecanismo de la ambición, mediante la cual logra que cada quien haga las cosas que concibe por su propia iniciativa y de esta manera, en la Gran Obra Universal no precisa obligar a nadie para efectuar labor alguna, sino que, cada quien, de acuerdo al propio estado de conciencia y aspiración personal, asume, por sí mismo, los objetivos mediante los cuales desea cooperar y el salario cósmico que aspira a recibir.
-Eso me parece extraordinario, Hidalgo.
-Lo es, Escudero. Quienes, en un momento dado, en el ejercicio de un liderazgo situacional, tienen presente este principio, aplicándolo, alcanzan en sus funciones direccionales un grado de efectividad incomparable con ningún otro modelo de liderazgo.
- Ralph Waldo Emersón, Escudero, tenía clara conciencia de esto, cuando afirmaba: -“Toma lo que quiera y paga el precio”. El sabio plantea: -¿Quiere meter la mano en el fuego?, ese es tu problema; sugiero que no lo hagas ya que te dolerá; ¿quieres hacerlo?, hazlo y convéncete por ti mismo. Tuya es la decisión.
-Por eso, Escudero, el líder deja que cada quien busque su propio lugar o posición de acuerdo a la ley de la afinidad que ordena a todos los seres –y cosas-, automáticamente, por la ley de acción-reacción y/o causa-efecto, siembra y recogida; es decir: de acuerdo con la justicia divina, en la Rueda de la vida; él no tiene necesidad de hacerlo, por cuanto la ley se ocupa por sí sola de ello; pero, por eso, como tú bien has dicho, -Escudero, el sabio, para ser tal, precisa conocer a fondo las leyes universales cuya penetración profunda le permite ver más allá de las apariencias y controla, todas las cosas, sin necesidad de utilizar la fuerza de la autoridad y como dice el Maestro: -“Nutre, pero no interfiere; da sin pedirle y está satisfecho”-.
-He aquí, Escudero, lo que dijo el maestro; recordémoslo:
-“Cuando se reconoce la Belleza en el Mundo
se aprende lo que es la Fealdad”-.
-“Cuando se reconoce la Bondad en el Mundo
se aprende lo que es la Maldad”-.
De esta manera:
-“Vida y desencarnación son abstracciones del crecimiento”-.
-“Dificultad y facilidad son abstracciones del progreso”-.
-“Cerca y lejos son abstracciones de la posición”-.
-“Fuerza y debilidad son abstracciones del control”-.
-“Música y habla son abstracciones de la armonía”-.
-“Antes y después son abstracciones de la secuencia”-.
-“El sabio controla sin autoridad
y enseña sin palabras”-.
-“Deja que todas las cosas asciendan y caigan”-.
-“Nutre, pero no interfiere”-.
-“Da sin pedirle,
y está satisfecho”-.

Adelante.

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EL ENCUENTRO EN LA VICTORIA



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UN ENCUENTRO EN LA VICTORIA

Autor: ©Giuseppe Isgró C.

Del libro: La Victoria

Capítulo I

Me encontraba un día, en una fuente de aguas tranquilas, cristalinas, cuando se me acercó un Venerable hombre, vestido a la antigua usanza, con bata blanca, larga, pelo y barba que alguna vez fueron de color pelirrojo y un báculo en la mano derecha.

Concentró sus ojos en los míos; su mirada era profunda, serena y apacible.

Con voz suave y afectiva, me dijo:

-“Hola, hijo, como estás”-.

–Bien, -le contesté-; y, ¿usted?

–Por aquí andamos; -fue su respuesta-, mientras me sonreía.

-¿Dónde estamos?, -le pregunté al Venerable hombre-.

-Este sitio es conocido como La Victoria; -me contestó-. –¿Qué haces por estos lados?

-Salí esta mañana, temprano, con el coche, a dar un paseo; luego, al llegar a esta zona, me paré a contemplar la belleza de los araguaneyes y decidí caminar un poco y la verdad que, absorto en mis reflexiones, caminé por lo menos durante dos horas, hasta llegar aquí. Desconocía este hermoso lugar. Y, usted, -¿vive por aquí cerca? -le pregunté-.

Un poco más arriba, en esa colina boscosa. Hace algunos años, -relata el Venerable hombre- decidí retirarme de la agitada vida ejecutiva en que me desenvolvía profesionalmente, como abogado, en la ciudad de Quebec, Canadá, aunque he viajado por diversos países asesorando a incontables líderes. Construí la casa, en esta zona tropical, con la idea de pasar aquí los meses de invierno. Me dedico al estudio de la vida, a la meditación y a cultivar mi jardín y de vez en cuando, a escribir mis reflexiones, las cuales, algún día, habrán de ser publicadas para esparcir un poco la luz que he podido vislumbrar en mis estudios metafísicos-espirituales.

-¿Quieres tomar un café? –Me preguntó el Venerable hombre-. Lo he traído de Caripe El Guácharo; es de los más exquisitos que he probado.

-Sí, con gusto se lo acepto; -le contesté-.

Nos fuimos caminando por un sendero rodeado de árboles cargados de mangos, aguacates, naranjas y una hilera de cayenas de diversos colores. A lo lejos, el ruido de la brisa se oía apaciblemente. Todo era quietud, armonía y paz. Pero, sobre todo, lo que más me impresionaba era la apacibilidad y el sosiego del Venerable hombre de La Victoria. Emanaba de él un flujo de fuerza que, en su presencia, me sentía con un poder y una seguridad nunca antes experimentados. Fuerzas bienhechoras se iban apoderando de mí y aquella paz y relax que buscaba en la mañana, al salir a dar un paseo, sin percatarme de ello, las estaba experimentando ya.

Después de unos quince minutos de caminar, llegamos a la casa del Venerable hombre. Su aspecto exterior humilde estaba lejos de dejar entrever lo que segundos después habría de asombrarme con lo que encontré en el interior.

Al entrar, en la casa, una joven de unos veinte años saludó al Venerable hombre.

-¡Hola, abuelo!, ¿cómo estás?

–Bien, hija, -contestó el Venerable hombre-. -Prepara un poco de café, Lucía, mientras conversamos un poco, adentro.

-Por cierto, te presento a Santiago, quien ha llegado paseando hasta La Victoria.

Después de la presentación, entramos en la biblioteca del Venerable hombre. Un salón grande, lleno de estantes de libros por todas partes, lo cual hacía inimaginable dicho cuadro desde el exterior. Algunos cuadros al óleo de morichales y de personajes históricos, presentaban un ambiente acogedor. En un rincón se encontraban diversos retratos de Tagore, Gandhi, Cicerón, Séneca, Ibn Arabi y un dibujo de Don Quijote y Sancho Panza. En un pequeño cuadro, podía leerse: -“Lo que Alá quiera. Nada se le asemeja”-.

-Le felicito por este inmenso tesoro que usted tiene aquí, -le dije al Venerable hombre-. -¿Cuáles son los temas de su interés?

A lo cual, me contestó: -Como usted puede ver, Santiago, -y me invitó a recorrer los estantes- aquí hay libros de variados temas: clásicos de todos los países y épocas, desde los Vedas, los Upanishads, el Mahabaratha, los libros de Confucio, El Tao te King, de Lao Tse, el Poema de Gilgamesh, el Código de Amurabí, autores griegos, como Homero y Hesiodo. Se encuentran las obras completas de Euclides, Platón, Aristóteles, Teofrasto, Demetrio de Falereo, de los Presocráticos, Epicteto, Plutarco, etcétera; de los latinos, autores como Séneca, Cicerón, -que son mis preferidos-, Julio César, Tito Livio, Dionisio de Halicarnaso, Marco Aurelio, así como libros de Psicología, Gerencia, Sufismo, Yoga, ensayos, filosofía, parapsicología, hermetismo, El Quijote, libros de economía, filosofía, etcétera, en fin, un poco de todo lo que es preciso conocer para poder entender el significado de la vida: de dónde venimos, por qué estamos aquí y hacía dónde vamos, sin lo cual, la vida no tendría sentido, sobre todo por el gran afán a que está sometido el ser humano en la agitada vida moderna.

Nos sentamos en sendas butacas y nos entretuvimos conversando de temas diversos. Al poco rato, entró Lucía con dos tazas de oloroso café y unos biscochos, que degustamos con agrado en una amena e interesante conversación. Al fondo, podía oírse una suave música de Beethoven.

Pasamos cerca de una hora conversando de sobre la Atlántida, Egipto, los griegos, de Homero, de los sufíes, del budismo zen, los poderes del espíritu, meditación, etcétera, después de lo cual, le hice una pregunta directa.

-Seguramente, usted ha desarrollado alguna técnica de meditación y algún método de resolución de situaciones, en la vida, que me quisiera explicar, ya que, según observo, para tener usted una serenidad tan acentuada y una fortaleza física a la edad que imagino que usted debe tener, -cerca de noventa años- es porque ha encontrado en su larga experiencia algún secreto que quizás quisiera compartir conmigo.

Santiago, -me dijo el Venerable hombre, si vuelves a visitarme otro día, quizá te cuente algo que te pueda servir. Empero, antes de que te vayas, te haré entrega de unos apuntes que hace ya muchos años, en una época en que yo andaba a la búsqueda de sosiego y tratando de encontrarle sentido a la vida, un Venerable hombre que, en una edad similar a la mía, a su vez me entregara y cuya práctica asidua me permitió domar la mente, encarrilar mi vida y poner bajo control los hilos del destino. Son veintidós manuscritos, y una meditación diaria, –continuó diciendo el Venerable hombre, que si bien son ya un poco antiguos, podrás copiarlos de nuevo y si pones en práctica las técnicas que contienen, darás a tu vida un esplendor que habrá de sorprenderte agradablemente.

-Una vez que los hayas probado con total y absoluta satisfacción de tu parte, -me dijo, ponlos en limpio, en forma de libro y publícalo para que su mensaje llegue a mayor número de personas. Hacía tiempo que esperaba a alguien a quien confiarle este legado y creo que hoy, al llegar aquí, en la forma en que lo has hecho, tus pasos han sido dirigidos por Aquel que todo lo sabe y puede, por la Ley Cósmica, y en cuyos planes universales, todos somos sus instrumentos.

Me despedí del Venerable hombre y de su adorable nieta, sintiendo dentro de mí fuerzas desconocidas hasta entonces que preanunciaban grandes cambios en mi vida.

En los días siguientes, aparté una hora diaria, antes de dormirme, y leí y releí, todos los manuscritos, de la siguiente manera: En primer lugar copié la Meditación diaria en un cuaderno, el cual leí durante veintidós noches y mañanas seguidas, tal como lo indicaban las instrucciones de la misma.

Una nota al pie de página mencionaba que si yo la transcribía en un cuaderno, el hecho de hacerlo, grabaría en mi ordenador mental las instrucciones y me sería más fácil desarrollar, en mi personalidad, las cualidades y condiciones que formaban parte de los objetivos implícitos en la misma.

De los veintidós manuscritos, cada lunes, a las once en punto de la noche, copiaba uno en el cuaderno, y durante el resto de la semana, a la misma hora, lo leía y meditaba, siguiendo las fáciles y efectivas técnicas e indicaciones al inicio del mismo.

Cuatro semanas después de leer durante veintidós días seguidos, en la noche y en la mañana, la meditación diaria, comenzaron a manifestarse en mi vida una serie de cambios positivos que me dejaban asombrado a mi mismo, pero, también, los miembros de mi familia y a mis amistades; sobre todo mi semblante comenzó a ser más apacible; volví a sonreír desde el interior; mi estado anímico era de contento; me sentía más seguro de mi mismo; comencé a confiar más en la gente, en la vida y a vislumbrar el sentido de mi misión en la vida –percibía cosas que antes me pasaban desapercibidas, a pesar de haber estado siempre allí. Sentía fluir en mí una nueva corriente vivificadora de prosperidad, de felicidad, de alegría de vivir. Mi entusiasmo y amor por la vida y por mi familia, por mi trabajo y por las personas, crecía día a día. En aproximadamente dos meses había logrado muchas de las cosas en las cuales había soñado desde hacía años. Había dado un paso sorprendente en el camino de la autorrealización.

Efectivamente, pude comprobar que me fue relativamente muy fácil desarrollar las aptitudes y actitudes a nivel físico, mental, emocional, espiritual y en diversos aspectos de mi vida, como el financiero, que comenzó a mejorar casi inmediatamente, así como, surgieron nuevas oportunidades que comencé a aprovechar, casi sin esfuerzo de mi parte.

Transcurría el año de 1967 y mi vida había encontrado un sendero que habría de conducirme a cooperar en forma más efectiva en el plan divino que el Supremo Hacedor, en algún momento, había diseñado para mí.

Tres meses después volví a aquel lugar donde había encontrado al Venerable hombre de La Victoria y allí estaba la fuente que él dijo llamarse La Victoria; empero, cuando traté de encontrar el camino para llegar a la casa donde amablemente me ofreció un delicioso café, preparado por su nieta Lucía, no logré encontrarlo, pese a haber recorrido durante un par de horas por los alrededores. Pregunté a varias personas para ver si podían indicarme como llegar a la casa del Venerable hombre y cual fue mi sorpresa, nadie lo conocía.

Empero, después de tanto buscar, volví a encontrar la casa donde vivía el Venerable hombre de La Victoria, pero se encontraba abandonada. Su aspecto indicaba que debía encontrarse en ese estado un lapso mayor del que mediaba con el encuentro de aquel ser extraordinario. Es sorprendente como los inmuebles solos acusan el paso del tiempo en mayor grado que los que son habitados. Si no fuera por los manuscritos pensaría que el encuentro no fue más que un simple sueño. -¿O se trata, acaso de un sueño combinado con un fenómeno de aporte? Personalmente, no lo creo. El encuentro fue muy vívido y real. El aromático café servido por Lucía estaba exquisito. Durante varios años volví al lugar varias veces, la casa seguía sola. La última vez que volví, no la pude ubicar y sin tener tiempo suficiente para seguir buscándola, me fui. Ahora, vivo muy lejos de aquella zona, en otro continente; han transcurrido muchos años y después de tanto tiempo es poco probable que vuelva allí; pero, los manuscritos y la meditación diaria obran en mi poder, me han transformado y han enriquecido mi vida.

Durante más de treinta y cinco años he puesto en práctica las diversas variantes de los ejercicios, afirmaciones y meditaciones que contienen los manuscritos y la meditación diaria y cada vez que los pongo en práctica, experimentos los mismos beneficios. Ahora, ellos se encuentran en el libro que usted tiene en sus manos; espero que les sean tan útiles como los han sido para mí.

Su contenido es eminentemente práctico; no hay teorías superfluas. Si lleva a cabo los ejercicios que contienen, es probable que, gradualmente, se vaya efectuando la transmutación alquímica de su ser sintonizándose con los elevados resultados existenciales, los cuales, por añadidura, al ser creados a nivel mental, se van manifestando en su propia vida, oportunamente.

Sobre todo, con estos ejercicios, me percaté, cuando el Venerable hombre me entregó los manuscritos, de que se dispone de un método para domar la mente y ejercer un pleno dominio sobre la vida en general y, por ende, sobre el destino y controlar, cuando eventualmente se presenten, todas las situaciones, manteniendo un perfecto equilibrio físico, mental, emocional, espiritual y financiero.

El Venerable hombre de La Victoria me comentaba que todo se puede lograr en la vida si se siembra la respectiva semilla por medio de correctas decisiones acordes con la propia y elevada auto-estima y dignidad personal, desarrollando el convencimiento de que sí se puede hacer, por medio de las afirmaciones, las visualizaciones y meditaciones, la experimentación de un estado emocional acorde al momento de ser logrados los respectivos resultados y la practica del desapego, es decir, dejar encargada a la mente psiconsciente del logro, y además, se espera el tiempo necesario haciendo, mientras tanto, todo lo que se requiere, según el caso o los objetivos por alcanzar.

Estas técnicas funcionan, me decía una y otra vez el Venerable hombre de La Victoria; luego, agregaba: -las he probado por más de cincuenta años y quien, a su vez me las entregó, habría hecho otro tanto, aseverando que eran efectivas, si yo seguía fielmente las instrucciones y las ponía en práctica con expectativas positivas.

Desde que en 1967, el Venerable hombre me hiciera entrega de los manuscritos, han transcurrido un poco más de de treinta y cinco años, durante los cuales yo también he puesto en práctica las diversas variantes de los ejercicios, afirmaciones y meditaciones que contienen, y cada vez que me ejercito con ellos, experimento los mismos beneficios. Ahora, ellos se encuentran en el libro que usted tiene en sus manos; espero que les sean tan útiles como los han sido para todos los que hemos aplicado las enseñanzas del Venerable hombre de La Victoria.

Él me repetía constantemente: -“¡Tú puedes si crees que puedes hacerlo! ¡Hazlo y tendrás el poder!

Recuerdo que ese día el Venerable hombre me dijo: -ejercer el poder con que la naturaleza de las cosas ha dotado a cada ser, cultivando los dones inherentes y aprendiendo todo lo que se pueda de sí y del vasto universo del que se forma parte, es una manera efectiva de ser cada día más feliz. Luego, cuando me despedí de él, expresó: -“¡Que cada día brille más y mejor tu luz interior!”.- Adelante.

Capítulo 2

Meditación diaria

Es lunes en la noche, son las once en punto.

Me dispongo a copiar textualmente, en el cuaderno que he dispuesto para ello, el manuscrito identificado con el título:

Meditación diaria

Dice así:

Afirme, en la mañana y en la noche, antes de dormir, durante veintidós días; luego, cada vez que lo desee, esta poderosa fórmula de programación mental positiva y descubra cómo, con facilidad, van ocurriendo cosas maravillosas en su vida:

MEDITACIÓN DIARIA

Afirma, en la mañana y en la noche, antes de dormir, durante veintidós días; luego, cada vez que lo desees, esta poderosa fórmula de programación mental positiva y descubre cómo, con facilidad, van ocurriendo cosas maravillosas en tu vida. Al encender la luz en la mente se ilumina la propia existencia y todo en derredor vibra al unísono y con el mismo sentimiento de felicidad y bienestar, interrelacionándose por la ley de afinidad.

1. -Entro en el nivel de mi mente psiconsciente, en el centro de control de mi piloto mental automático, donde todo va bien, siempre, contando de tres a uno: Tres, dos, uno.

Ø Ahora, estoy ya en el nivel de mi mente psiconsciente, en el centro de control de mi piloto mental automático, donde todo va bien, siempre.

Ø Voy a permanecer en el nivel de mi mente psiconsciente, en el centro de control de mi piloto mental automático, donde todo va bien, siempre, durante quince minutos y voy a programar los siguientes efectos positivos, los cuales perduran, cada vez mejor, hasta que vuelva a realizar este acceso y programación mental:

Ø Todo va bien, siempre, en todos los aspectos de mi vida, cada día mejor. (Tres veces). –Imagínalo-.

Ø Todo va bien en mi trabajo; cada día logro mejores niveles de efectividad, prosperidad, riqueza, abundancia y bienestar. (Imagínalo).

2. Formo una unidad cósmica perfecta con el Creador Universal, -ELOÍ. (Diez veces, con los ojos cerrados). Hoy se expresa en mí la Perfección universal de la Vida, del amor, de la luz, de la sabiduría, del perdón, de la percepción de la verdad, de la aceptación de la realidad, de la justicia, de la igualdad, de la compensación, de la fortaleza, de la templanza, de la belleza, del equilibrio, de la armonía, de la salud, de la prosperidad, de la riqueza, de la abundancia, del servicio y de la provisión en todos los aspectos de mi vida.

3. -Cada día, en todas formas y condiciones, mi cuerpo y mi mente funcionan mejor y mejor. La consciencia de mi conexión permanente e indisoluble con el Creador Universal, -ELOÍ-, restablece y mantiene en mí, diariamente, durante las veinticuatro horas del día, un perfecto estado de salud a nivel físico, mental, emocional y espiritual. Gracias, Creador Universal, por darme un cuerpo perfecto, saludable, lleno de energía. Aquí y ahora, me siento en perfecto equilibrio de salud, a nivel físico, mental, emocional y espiritual.

4. Afronto y resuelvo bien toda situación que me compete, siempre.

5. Todo tiene solución, en todas las situaciones de mi vida.

6. El Creador Universal, -ELOÍ-, es en mí, cada día mejor, en todos los aspectos de mi vida, fuente de amor, luz, sabiduría, éxito, riqueza, prosperidad, abundancia y armonía.

7. Permito que las leyes universales de la Vida, del amor, de la luz, de la sabiduría, del perdón, de la percepción de la verdad, de la aceptación de la realidad, de la justicia, de la igualdad, de la compensación, de la fortaleza, de la templanza, de la belleza, del equilibrio, de la armonía, de la salud, de la prosperidad, de la riqueza, de la abundancia, del servicio y de la provisión actúen bien en el plan de mi vida.

8. Tengo prosperidad y poder. Cada día enriquezco mejor mi vida a través del servicio efectivo, del amor y de la práctica de todas las virtudes.

9. Mi dignidad personal me lleva a realizar las cosas que me competen con la máxima perfección posible.

10. Cada día, en todas formas y condiciones, en todos los aspectos de mi vida, estoy mejor y mejor a nivel físico, mental, emocional, espiritual y financiero.

11. Actúo con templanza, serenidad, autodominio y perfecto equilibrio en todo. Conservo plena autonomía y control sobre todas mis facultades físicas, mentales, emocionales, intelectuales y espirituales. Hecho está. (Visualizar un escudo protector de luz que te envuelve y protege; -una pirámide-).

12. Tengo fortaleza, valor, confianza y fe suficiente para triunfar y alcanzar todas mis metas, de acuerdo con la voluntad del Creador Universal, -ELOÍ-, y en armonía con sus planes cósmicos. Soy inmune e invulnerable a las influencias y sugestiones del medio ambiente y de cualquier persona a nivel físico, mental, emocional y espiritual, en las dimensiones objetivas y subjetivas y en cualesquiera otras en que sea requerido.

13. El orden universal de la Vida, del amor, de la luz, de la sabiduría, del perdón, de la percepción de la verdad, de la aceptación de la realidad, de la justicia, de la igualdad, de la compensación, de la fortaleza, de la templanza, de la belleza, del equilibrio, de la armonía, de la salud, de la prosperidad, de la riqueza, de la abundancia, del servicio y de la provisión se establece en mi vida, en todos mis asuntos y en las personas interrelacionadas, aquí y ahora. Hecho está.

14. Asumo la responsabilidad de mis actos y cumplo bien todos mis compromisos, siempre oportunamente, de acuerdo con el orden cósmico.

15. El Creador Universal, -ELOÍ-, nos da abundancia y armonía en el eterno presente. Vivo en abundancia y en armonía perfectas, aquí, ahora y siempre.

16. El Creador Universal, -ELOÍ-, se está ocupando de todo, en todos los aspectos de mi vida, y se expresa en mí conciencia intuitiva por medio de los sentimientos en correspondencia con los valores universales.

17. Gracias, Creador Universal, -ELOÍ-, por esta vida maravillosa. Que Tu Inteligencia Infinita, Amor, Sabiduría, Justicia, Luz, y Poder Creador guíen, adecuadamente, todas mis decisiones y acciones, ahora y siempre. Gracias, Eloí, por este día maravilloso.

18. El Creador Universal, -ELOÍ-, nos proteja, aquí y en cualquier lugar, ahora y siempre. (Tres veces).

19. Siempre espero lo mejor, de acuerdo con la voluntad del Creador Universal, -ELOÍ-, y la Ley Cósmica, en armonía con todos.

20. Gracias, Creador Universal; todo va bien en todos los aspectos de mi vida, a nivel físico, mental, emocional y espiritual. Gracias, Eloí, todo va bien en mis practicas espirituales y en mi relación Contigo; Tú y yo formamos una unidad perfecta, armónica, aquí y ahora, en el eterno presente. Yo soy Tú, Tú eres yo. Te amo.

21. Voy a realizar –obtener o resolver- (mencionar), antes del: (fecha), de acuerdo al orden divino y en armonía con todos. (Si se trata de varios objetivos, anótelos y haga la afirmación y visualización con cada uno de ellos. Imagínelo concluido satisfactoriamente sin imponer canal alguno de manifestación.)

22. Tengo serenidad y calma imperturbable. Soy impasible frente a todo y a todos. No tengo temor a nada, a nadie ni de nadie en ningún nivel físico, mental, emocional, espiritual y financiero. Dentro de mí vibra la seguridad total. Tengo completa confianza en la vida y en mi propia capacidad de resolver situaciones y alcanzar los resultados satisfactorios que preciso, en cada caso, siempre.

A continuación anoté la fecha: Lunes 12 de agosto de 1967. Luego, tal como me lo indicó el Venerable hombre, anoté la fecha que correspondía veintidós días después: 03 de septiembre de 1967.

Acto seguido, me senté cómodamente, tomé tres respiraciones profundas y realicé la meditación.

Luego, cada noche, durante veintidós días, a las once en punto, me iba a mi cuarto, daba indicaciones de no ser interrumpido durante veinte minutos y realizaba la meditación del día, la cual, siempre complementaba con la lectura breve de uno de los libros de cabecera que siempre suelo tener en mi mesa de noche.

Iba notando, día a día como emergía de mi interior una nueva y desconocida fortaleza, seguridad, estado de ánimo contento, actitud más decidida, optimismo frente a la vida y a las situaciones; comencé a llevarme mejor en las relaciones con las demás personas, a ser más comedido en todo y sobre todo comenzaba a tener conciencia de cosas que antes me solían pasar desapercibidas.

Cabe destacar que, en el punto número veintiuno de la meditación, había anotado siete objetivos que desde hacía tiempo quería realizar y para mi sorpresa, treinta días después de haber terminado de efectuar la meditación del manuscrito número veintidós comencé a observar como, en forma aparentemente casual se iban manifestando la resultados de cada uno de ellos hasta que, algunos meses después, antes de la fechas previstas, los había realizado todos, menos dos, por lo cual, me senté y volví a anotar, en una hoja de mi cuaderno, otros diez objetivos, encabezados por los dos pendientes de la lista anterior, les puse la fecha tope a cada uno, antes de la cual debían ser logrados, para seguir visualizando, su logro, periódicamente.

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martes, 12 de enero de 2010

LA ETERNA POLARIZACIÓN




LA ETERNA POLARIZACIÓN

©Giuseppe Isgró C.


Diálogo de Hidalgo y Escudero sobre el Tao
-Hidalgo, inquiere Escudero, -¿qué es una cualidad desde el punto de vista de el Tao? -¿Es, acaso, en tu opinión, la expresión virtuosa -o propiedad, de uno de los valores universales, en cualesquiera de sus dos polaridades, en determinado grado, en un ser, en cualesquiera de los tres reinos naturales, o cosa?
-Escudero, me agrada tu pregunta, por cuanto ella habrá de permitirnos profundizar sobre la dualidad que representa la eterna polarización que nos facilita transmutar nuestra conciencia desde un grado evolutivo determinado hasta otro más avanzado y en esto reside, -Escudero, el secreto de la alquimia.
-¿De la alquimia?, Hidalgo.
-Sí, Escudero, de la alquimia espiritual, pese a que los antiguos alquimistas dominaban el arte en ambos planos existenciales: el físico y el espiritual, como lo denotan, por una parte, el resultado alcanzado por Cagliostro, reflejado en un manuscrito confiable y en testimonios de la época, y por otra, las investigaciones de Fulcanelli, en el siglo XX, y la experiencia de incontables sabios alquimistas. También la ciencia ha logrado descifrar este secreto de la naturaleza, sólo que, a nivel científico, hasta ahora, transmutar un metal en oro –u otro elemento- resulta más costoso que extraerlo del subsuelo.
-Explícame, Hidalgo, cómo se realiza el proceso de la polarización que permite la transmutación de un estado evolutivo a otro más elevado o depurado.
-Escudero, el ejemplo que hemos utilizado en la primera jornada sobre el Tao, es decir, el ascenso de una montaña, nos servirá, también aquí, para ilustrar el proceso.
-Puestos en movimiento, en la senda elegida, Escudero, en la cual, el caminante, que es cada uno de nosotros, en un camino eterno y sin límites que conduce a la Causa Universal, por grados, durante el cual, vamos descubriendo los atributos divinos que existen en nuestro espíritu inmortal, a semejanza de los que detenta el Creador Universal, de quien cada ser emana, oportunamente, cada uno de estos atributos, representativos de los valores universales, en sus dos polaridades, positiva y negativa, que a su vez sustentan los principios cósmicos que rigen las leyes de la Creación, cuya respectiva polaridad negativa, en el desarrollo de un atributo divino, vinculándolo con su opuesta positiva, representa, cualitativamente hablando, a los grados diferentes de una misma cosa, y cualquier estado de conciencia que se posea, en un momento dado, sobre el nivel de una cualidad con respecto a otro más elevado, representa una polarización, -visión-, de dos niveles perceptivos de una misma realidad, o virtud.
-Al inicio del camino, Escudero, no se vislumbran todos los tramos del mismo sino que, a medida que avanzamos en el ascenso de la montaña, en cada nueva etapa, vemos más lejos que en la anterior; así ocurre en el grado de percepción de las cualidades y en el desarrollo de las mismas, -Escudero; en cada recodo en que se avanza, vemos más lejos y nos percatamos de un grado más elevado de la realidad, por lo cual, el estado actual de conciencia, respecto a la visión emergente, como meta actualizada, representa una polaridad negativa.
-Por lo cual, Escudero, cada estadio de conciencia perceptiva y grado evolutivo, de haber representado una polaridad positiva inicialmente, una vez alcanzada la realización respectiva, pasa a representar una negativa respecto a la nueva percepción de la meta de desarrollo en la fase siguiente.
-Y esta constante polarización es lo que permite la transmutación, en el eterno progreso, de un grado cualitativo a otro más elevado.
-Por eso, Escudero, Lao Tse, expresa: -“Cuando se reconoce la Belleza en el Mundo, se aprende lo que es la Fealdad”, -es decir, en el momento en que percibimos el siguiente nivel de desarrollo en cualesquiera de los infinitos atributos divinos, y lo anteponemos como objetivo o meta, el grado perceptivo en que nos encontremos pasa a representar la polaridad negativa que es preciso trasmutar en su opuesta positiva.
No te puedes imaginar, -Escudero, la emoción que me produce apreciar esta genial percepción de la eterna polarización que tuvo Lao Tse; es realmente admirable y sublime.
-Esa es la razón, Escudero, -y vale repetirlo-, por la que Lao Tse, expresa: -“Cuando se reconoce la Belleza en el Mundo, se aprende lo que es la Fealdad”.
-Escudero, si se deja de reconocer el grado siguiente de desarrollo en una cualidad cualquiera, es decir, la conciencia de la ignorancia correspondiente al nivel superior inmediato de la belleza, por ejemplo, se ignorará que el estado actual en que la persona se encuentra, representa un grado de belleza que, en relación al inmediato superior, es fealdad; lo mismo acontece con todas las cualidades y en el bien y en el mal.
-Por eso, Escudero, Lao Tse, claramente, expresó: -“Cuando se reconoce la Bondad en el Mundo, se aprende lo que es la Maldad”.
-Si la persona, Escudero, desconoce lo que es la bondad y/o el bien, en el grado inmediato superior al estado de conciencia en que se encuentra, es imposible que pueda conocer el grado de maldad relativa que, en un momento dado, le pueda circundar o en el cual, temporalmente, pudiese estar sumido; empero, en la medida en que va vislumbrando la luz al final del túnel, que representa el estadio siguiente evolutivo, la fuerza interior –en emanación constante- va manifestándose en forma de insatisfacción creadora, al no encontrar salida al exterior, y, acumulada en lo interno, se transforma en un poderoso caudal dinámico, y creador, que, oportunamente, impulsará, a la persona a la acción, -por medio de la expresión del respectivo grado de poder potencialmente infinito que el inmortal espíritu posee- por cuanto, ese nivel de insatisfacción creadora interior representa un porcentaje de necesidad que generará –expresando- el equivalente poder creativo-motivador que le conducirá a la cualidad positiva opuesta idealizada y polarizada; pero, ésta, a su vez, tan pronto sea alcanzada pasará a representar una polaridad negativa en el siguiente estadio de polarización; y ese, es, -Escudero, el proceso eterno, sin límites algunos, que se sigue en la carrera universal y en la realización de la Gran Obra, en la espiral evolutiva del universo.
-Recuerda, Escudero, lo que Lao Tse, expresa: -“De este modo: Vida y “desencarnación” son abstracciones del crecimiento”-; -que nosotros, -Escudero, solemos denominar vida eterna y continuada; es decir, el espíritu inmortal está dotado de eterna vida, empero, en la dimensión física de la realidad objetiva se expresa por ciclos que representan etapas o estadios, en su carrera eterna, sin límites, y cada uno constituye un grado evolutivo que implica crecimiento en relación al estadio anterior de perfección, por eso, -Escudero, el Maestro enfatiza: -“Vida y “desencarnación” son abstracciones del crecimiento”-; la abstracción, -Escudero, es una percepción efectuada desde un plano superior de conciencia intuitiva, -o inspirativa, según el caso-, mediante la cual, se percibe una visión de conjunto –generalizada- que permite ver la totalidad relativa –siempre- de la realidad, pero abarcando una extensión mayor que la de un solo ciclo de vida y apuntando, constantemente, a la meta universal.
-Esa realidad universal que representa el camino que conduce a la fuente, -Escudero, presenta pruebas que, casi siempre, somos nosotros mismos quienes, al inicio de un nuevo ciclo de vida, nos las anteponemos para alcanzar nuevos estadios de progreso e implican el medio idóneo para ejercitarnos en el desarrollo de nuestros atributos divinos, permitiéndoles expresar su divinidad respectiva, por cuanto, estando contenido todo en el espíritu inmortal –y eterno- debe el ser descubrirlo al afrontar las situaciones que la vida le antepone, expresando el poder potencialmente infinito de que dispone, en la medida en que experimenta necesidades y deseos.
-Por eso, Escudero, Lao Tse, -dice: -“Dificultad y facilidad son abstracciones del progreso” y -“Cerca y lejos son abstracciones de la posición”-.
Luego, el Maestro, -Escudero, señala: -“Fuerza y debilidad son abstracciones del control”-.
-¿Control sobre qué?, -Hidalgo, inquiere Escudero.
-El control sobre todas las situaciones que se van afrontando en la vida, donde, al inicio, frente a cada una de ellas, esa fase puede representar un estado de debilidad relativa, -o aparente-, por cuanto, -Escudero, como tú bien sabes, desde el momento en que afrontamos una situación determinada es porque estamos en condiciones de superarla con éxito, ya que en caso contrario jamás habríamos percibido su existencia.
-Empero, Escudero, -ese estadio inicial representa un grado de debilidad que es preciso transmutar en su opuesto positivo de fortaleza, dominando las condiciones afrontadas, con lo cual se habrá expresado el respectivo nivel de poder potencialmente infinito que se posee, pero, al mismo tiempo, -Escudero, control sobre todas las facultades físicas, mentales y espirituales que se poseen mientras se ejecuta la tarea pertinente, en cuyo logro se desarrollan tanto las facultades inherentes como las cualidades que conforman la personalidad o atributos divinos del espíritu, en el ciclo respectivo de polarización antes mencionado.
-Hidalgo, Lao Tse, también señala: -“Música y habla son abstracciones de la armonía”-. -¿Qué implica ello?
-Es buena tu pregunta, Escudero, y ella nos permitirá hacer una breve abstracción sobre la ley de afinidad que es la ordenadora del universo y todo lo que existe en él, por cuanto permite el equilibrio universal, al colocar a cada ser, o cosa, en el orden que le corresponde de acuerdo a su suma existencial, o peso específico, en armonía con el todo y esa armonía está representada en forma admirable por la música, empero, en la vida, la facultad de hablar, en forma recta, permite recibir lo análogo a lo expresado, por medio de la ley de acción-reacción, causa y efecto, y de acuerdo con ello, la persona, es ubicada o reubicada de manera acorde, y armónica, en el lugar que le corresponde, por cuanto, los propios pensamientos y las acciones que les son inherentes, crean nuestra propia realidad y las circunstancias en que nos desenvolvemos.
-En el ejercicio de la armonía universal, existen diversas leyes divinas que fungen de auxiliares de la ley de la afinidad, cuales son la ley de la justicia que, con su balanza precisa, pesa los actos y los dichos, cuyos resultados, en todas sus vertientes o variantes, por la suma existencial, -es decir, saldo de vida-, ubica o reubica a cada quien en su respectivo lugar u orden, por lo cual, -Escudero, dentro del aparente caos que, quienes observan la botella medio vacía, ven, existe un orden y una armonía perfectos, y cada ser está en el lugar que le corresponde, en equilibrio, buscando su propia polarización, transmutándose de su actual polaridad a su opuesta positiva, de mayor elevación, en un proceso evolutivo constante y eterno.
-También, Escudero, -entran en cooperación, por una parte, la ley de la igualdad, que representa uno de los dos platillos de la balanza de la justicia, la cual, permite que no existan privilegios entre los seres excepto los de las conquistas espirituales por propios méritos en los infinitos ciclos de vida, es decir, en y frente a la ley cósmica, todos se encuentran en igualdad de condiciones y oportunidades, de manera que cada quien, cosecha lo que siembra, cuyo salario cósmico le es reconocido –y pagado-, por la ley de compensación, -el otro platillo de la balanza-, que, desde la mas remota antigüedad, -en las leyes de Manú y otras doctrinas antiguas, se conoce como ley del Karma, en cuanto a la acción y vipaka, en lo relativo a la reacción o resultados.
-Hidalgo, Lao Tse, también menciona: -“Antes y después son abstracciones de la secuencia”-.
Escudero, -esa abstracción de la secuencia a que se refiere el Maestro, representa la prioridad en que es preciso centrarse en la realización de las actividades que habrán de conducirnos a nuestras respectivas metas, en cada etapa del camino; es decir, el orden prioritario en que es preciso abordar la realización de las cosas, el cual, de manera natural viene dado por las mismas necesidades que se van expresando por su jerarquía piramidal, desde las básicas, pasando por las de seguridad, las afectivas, las de estimación hasta llegar a las de autorrealización, tal como muy bien las estudió Abraham Maslow y nosotros la sintetizamos en nuestra obra En la fuente interior del poder, la cual, -Escudero, te sugiero volver a leer para refrescar lo allí expuesto, cuya comprensión permite descifrar el mecanismo en que actúa la vida para expresar el poder potencialmente infinito del ser humano y de todos los seres en los tres reinos naturales.
-Hidalgo, -¿qué quiere significar Lao Tse, cuando señala: -“El sabio controla sin autoridad y enseña sin palabras; dejando que todas las cosas asciendan y caigan”.
-Fíjate bien, Escudero, -¿qué es lo que controla, en primer lugar, el sabio?
-A sí mismo, Hidalgo y todas sus facultades físicas, mentales y espirituales.
-Eso es correcto, Escudero. Empero, al hacerlo, -¿qué es lo que ocurre?
-Al dominarse a sí mismo, conjuntamente con las propias facultades físicas, mentales y espirituales, domina, automáticamente, todas las circunstancias exteriores, por cuanto, al mandar en lo interno, lo hace, simultáneamente, en lo externo y por efecto de la resonancia magnética, influye, sin esfuerzo alguno, en la conciencia colectiva estimulándola a vibrar en un nivel superior análogo al que le es inherente.
-Es magnífica, tu apreciación, Escudero, y te felicito por ello.
-Empero, Escudero, -¿qué precisa, el sabio, para ejercer ese dominio sobre sí y sus facultades?
-Conocer a las leyes universales y así percibir la realidad que existe más allá de las apariencias, Hidalgo.
-Es acertada tu apreciación, Escudero, y ella nos facilita concluir que, cuando el Maestro expresa que el sabio controla sin autoridad, está ejerciendo –y respetando- el libre albedrío, dejando que cada quien asuma la responsabilidad de la conducción de su propia vida y afronte las pruebas respectivas según su propio criterio, con lo cual asume el costo de oportunidad que su decisión implica, ya que, -Escudero, el líder es simplemente un asesor, sugiriendo, únicamente, las alternativas entre las cuales es viable elegir el mejor curso de acción a seguir, empero, la decisión de hacerlo o no, le pertenece a la persona involucrada, quien debe asumir los efectos de la misma, positivos o no, emulando al Creador Universal que dotó al espíritu inmortal del libre albedrío. Si el Supremo Artífice lo ha hecho así, -¿por qué cada uno de nosotros no habría de seguir el ejemplo del Gran Pedagogo Universal?
-Al utilizar la autoridad, -Escudero, para inducir a alguien en la ejecución de una determinada acción, asumiría la responsabilidad moral –y de cualquier otra índole- del perjuicio que ello pudiese significar para la persona en particular y eso, -Escudero, el sabio jamás lo hace, constituyendo la evidencia de su sabiduría. De igual manera, -Escudero, en el caso de logros positivos, la persona en particular dejaría de experimentar la satisfacción de que el éxito alcanzado lo fuese por propio merito.
-Esa es la razón, Escudero, por la que el Creador Universal colocó dentro de cada ser el mecanismo de la ambición, mediante la cual logra que cada quien haga las cosas que concibe por su propia iniciativa y de esta manera, en la Gran Obra Universal no precisa obligar a nadie para efectuar labor alguna, sino que, cada quien, de acuerdo al propio estado de conciencia y aspiración personal, asume, por sí mismo, los objetivos mediante los cuales desea cooperar y el salario cósmico que aspira a recibir.
-Eso me parece extraordinario, Hidalgo.
-Lo es, Escudero. Quienes, en un momento dado, en el ejercicio de un liderazgo situacional, tienen presente este principio, aplicándolo, alcanzan en sus funciones direccionales un grado de efectividad incomparable con ningún otro modelo de liderazgo.
- Ralph Waldo Emersón, Escudero, tenía clara conciencia de esto, cuando afirmaba: -“Toma lo que quiera y paga el precio”. El sabio plantea: -¿Quiere meter la mano en el fuego?, ese es tu problema; sugiero que no lo hagas ya que te dolerá; ¿quieres hacerlo?, hazlo y convéncete por ti mismo. Tuya es la decisión.
-Por eso, Escudero, el líder deja que cada quien busque su propio lugar o posición de acuerdo a la ley de la afinidad que ordena a todos los seres –y cosas-, automáticamente, por la ley de acción-reacción y/o causa-efecto, siembra y recogida; es decir: de acuerdo con la justicia divina, en la Rueda de la vida; él no tiene necesidad de hacerlo, por cuanto la ley se ocupa por sí sola de ello; pero, por eso, como tú bien has dicho, -Escudero, el sabio, para ser tal, precisa conocer a fondo las leyes universales cuya penetración profunda le permite ver más allá de las apariencias y controla, todas las cosas, sin necesidad de utilizar la fuerza de la autoridad y como dice el Maestro: -“Nutre, pero no interfiere; da sin pedirle y está satisfecho”-.
-He aquí, Escudero, lo que dijo el maestro; recordémoslo:
-“Cuando se reconoce la Belleza en el Mundo
se aprende lo que es la Fealdad”-.
-“Cuando se reconoce la Bondad en el Mundo
se aprende lo que es la Maldad”-.
De esta manera:
-“Vida y desencarnación son abstracciones del crecimiento”-.
-“Dificultad y facilidad son abstracciones del progreso”-.
-“Cerca y lejos son abstracciones de la posición”-.
-“Fuerza y debilidad son abstracciones del control”-.
-“Música y habla son abstracciones de la armonía”-.
-“Antes y después son abstracciones de la secuencia”-.
-“El sabio controla sin autoridad
y enseña sin palabras”-.
-“Deja que todas las cosas asciendan y caigan”-.
-“Nutre, pero no interfiere”-.
-“Da sin pedirle,
y está satisfecho”-.

Adelante.

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