lunes, 15 de noviembre de 2010

LA AGUDEZA HISTORICA DE CERVANTES




LA AGUDEZA HISTÓRICA DE CERVANTES

©GIUSEPPE ISGRÓ C.


Cervantes, tanto en el Don Quijote, como en sus demás obras, jamás dejará de asombrarnos por la agudeza de su pensamiento, la sensibilidad de su Espíritu y la profundidad de sus observaciones. Cada generación, por los tiempos de los tiempos, irá descubriendo nuevas realidades que denotan la universalidad de las enseñanzas contenidas en el acervo cervantino.

Hay varios aspectos en la historia universal que precisan ser revisados; tres de ellos son: la reconquista, en España, con la expulsión de los moros y de los judíos; los efectos de la guerra civil española, entre fraternos seres; y la magnitud del descubrimiento de América, donde se encontraron civilizaciones en ningún modo inferiores a las del mundo conocido hasta entonces, que significó el surgimiento de un mestizaje que ha trascendido todas las manifestaciones étnicas, culturales, económicas, espirituales y sociales, en general, constituyendo uno de los ejes esenciales en torno al cual girará el mundo del futuro, conjuntamente con el otro, conformado por la península ibérica: España y Portugal, como puerta de entrada a Europa. Empero, en el desarrollo de esta realidad, han participado África, Asia y el resto de Europa y del Nuevo Mundo, ya que Inglaterra ha tenido incidencia importante en Norte América, Australia y otras regiones; Francia, en algún segmento de Canadá y Estados Unidos; y de los demás países, cada uno ha dado su aporte complementario: Italia, Alemania, y en menor grado, otras naciones. Empero, en la retorta del mundo, el proceso es dinámico y hoy vemos como el movimiento migratorio sigue activo. China, pacíficamente, y comercialmente hablando, está invadiendo al mundo, y su trascendencia solamente se podrá comprender dentro de algunos siglos. La India, se está convirtiendo en la mayor potencia mundial, con un recurso humano de altísimo nivel. Latinoamérica, sin embargo, habrá de aportar el pensamiento universal más trascendente, por la fusión más amplia de grupos étnicos y de culturas. El mundo árabe no ha dicho su última palabra, todavía.

Volviendo a Cervantes y a Don Quijote, hacia el final de la magna obra, cuando Sancha Panza decide abandonar el gobierno de la ínsula Barataria, se encuentra con un grupo de personas, entre quienes reconoce a un antiguo vecino y amigo suyo, el moro Ricote, que le cuenta las peripecias que tanto él como su familia y los de su grupo étnico han tenido que vivir después de la reconquista española y de la expulsión de los árabes y judíos. Le explica como esa gente, en los nuevos lugares a donde iba, seguía añorando a España, por cuanto ellos se sentían españoles; habían nacido allí, y durante incontables generaciones, en los casi ocho siglos que duró la expansión del mundo árabe y la civilización que le caracterizó, todos sus ancestros eran españoles. Después de casi ochocientos años que se van sucediendo las generaciones una tras otra, al final, esa gente, deja de ser del grupo étnico de origen, es decir, el árabe, pasando a ser parte del lugar en que han nacido, tanto ellos como sus antepasados. Sin embargo, son expulsados como gente extraña, y extraños siguen siendo, en mayor grado, aún, en las nuevas tierras a las que van a reubicarse. Veamos lo que le dice Ricote a Sancho Panza: -“Bien sabes, ¡oh Sancho Panza, vecino y amigo mío!, cómo el pregón y bando que…mandó publicar contra los de mi nación puso terror y espanto en todos nosotros; a lo menos, en mí lo puso de suerte, que me parece que antes del tiempo que se nos concedía para que hiciésemos ausencia de España, ya tenía el rigor de la pena ejecutado en mi persona y en la de mis hijos”. Luego agrega: -“Doquiera que estamos lloramos por España; que, en fin, nacimos en ella y es nuestra patría natural; en ninguna parte hallamos el acogimiento que nuestra desventura desea; y en Berbería, y en todas las partes de África donde esperábamos ser recibidos, acogidos y regalados, allí es donde más nos ofenden y maltratan. No hemos conocido el bien hasta que le hemos perdido, y es el deseo tan grande que casi todos tenemos de volver a España, que los más de aquellos, y son muchos, que saben la lengua como yo, se vuelven a ella”…-. –“Tanto es el amor que le tienen; y agora conozco y experimento lo que suele decirse: que es dulce el amor de la patria”-.

La magnitud de este hecho histórico y las consecuencias, positivas y negativas del mismo, precisan ser estudiadas a la luz de la META-HISTORIA, con una percepción espiritual de la realidad, para percibir la trascendencia que en el concierto planetario ha tenido y sigue teniendo, única manera de interpretar tantos acontecimientos históricos, aparentemente inconexos entre ellos.

Por supuesto, la expulsión de los árabes y judíos, de España, determinó que el Renacimiento emergiera en Italia, primero y en el resto de Europa, después, en vez de la península ibérica, aunque ella jugara un rol importante en el proceso. Y el desplazamiento de los judíos a los países bajos, hizo que allí se desarrollara un comercio que, de otra manera, habría proliferado en España.

Empero, al mismo tiempo que ocurre la reconquista, se lleva a cabo el descubrimiento de América, donde España realiza una labor equivalente a la de Roma en el resto del mundo y en su época. En el espacio y en el tiempo, ocurren determinados acontecimientos que, vistos en conjunto, desde el punto de vista de la Meta-historia, arrojan inmensa luz para interpretar la historia universal. Las riquezas que aportó el Nuevo Mundo a España, y la demanda de bienes y servicios que precisó del resto de Europa, permitió la expansión del mercantilismo mundial, lo cual tuvo incontables efectos positivos en todos los ámbitos de la vida.

América, Australia y el resto del Nuevo Mundo, no han dicho aún la última palabra. En América, antes de la llegada de los descubridores, primero, conquistadores y fundadores de una nueva civilización después, preexistían profecías sobre la llegada del hombre blanco, con barba y penacho en la cabeza, que acabaría con el mundo antiguo pre-coloniano, y erigirían un nuevo grupo étnico. Bernardino de Sahagún, y posteriormente Clavijero, han descrito en profundidad estas profecías, entre ellas la que percibe la hermana de Montezuma II, la princesa Papantzin, antes ligeramente esbozada, que se verificó poco tiempo después, con la llegada de Hernán Cortes a México y los demás colonizadores, en el resto del continente.

Recordemos que ya Séneca, el ilustre cordobés, había profetizado lo siguiente: -“Años vendrán, pasados los siglos, en que el océano rompa la cadena de sus secretos y aparezca extenso territorio, y Tethys, la diosa del mar, nos muestre nuevos mundos y Thule no sea la última de las tierras”-.

La profecía de la hermana de Montezuma II, la princesa Papantzin, a la que antes se hiciera referencia, emitida a raíz de un fenómeno que constituye un notable caso de “experiencias cercanas a la desencarnación” ocurrida en el mundo pre-colonino, en el cual la princesa Papantzin, quien aparentemente había desencarnado, y en tal estado había sido conducida a su última morada, al cuarto día logró salir de la cueva en que se le colocara, removiendo la piedra de la entrada, causando, además, como es de suponer, asombro y terror en quienes le vieron de vuelta a la vida física, comunicándole a Montezuma II, lo siguiente: -“La causa por la que “he vuelto a la vida física” es para decirte que, en tu tiempo, se acabará el señorío de México, y tú eres el último señor porque vienen otras gentes, y ellas tomarán el señorío de la tierras y poblarán a México”. La princesa Papantzin, vivió veintiún años adicionales, teniendo, además, otro hijo. Existen otras profecías de análoga índole, que los acontecimientos posteriores han demostrado su veracidad, y que permiten darse cuenta de como la inmensa bibliografía de los historiadores de indias constituye una fuente digna de revisión y estudio.

La destrucción de poblaciones indígenas enteras, por parte de los españoles e ingleses, en los territorios dominados, pareciera que exterminaron para siempre a esos pueblos aborígenes del nuevo mundo. -Por supuesto, la expresión de nuevo mundo es metafórica, ya que se trata de un mundo tan antiguo como el europeo y con una cultura que en ningún modo le es inferior. Salvo que el fanatismo imperante llevó a muchos de esos “conquistadores” a destruir los vestigios de antiguas civilizaciones que hoy nos asombrarían, de haberse conservado. Sin embargo, allí permanecen los restos arqueológicos que denotan la inmensidad cultural de las civilizaciones: azteca, maya, tolteca, incaica, y de otras denominaciones, además de los vestigios de culturas más antiguas, aún, como las de Lemuria y Atlántida.- Empero, si bien físicamente se exterminó en gran parte al grupo aborigen, visto desde la perspectiva espiritual, dado que el espíritu es eterno e inmortal, y por la acción de la ley de la reencarnación, que ordena a quien quita una vida, reponerla, los indios enviados a mejor vida nacieron como hijos en las familias conquistadoras, mediante el cruce étnico, y los conquistadores despachados de igual modo a la dimensión espiritual, por la acción de los indios, tuvieron albergue en familias, también fruto de dicho cruce étnico, con el emergente mestizaje físico-espiritual resultante, de trascendentales consecuencias dignas de estudio. La naturaleza es sabia, y al conquistador español le gustaba la india, yacía con ella, y tenía hijos cuyos espíritus, según los casos, eran de la familia espiritual aborigen, y en otros, de la de los europeos, dando por fruto el mestizaje, -físico y espiritual- donde en la misma familia convivían espíritus aborígenes y europeos. Antes eran enemigos, ahora, por la ley cósmica, son miembros del mismo entorno familiar.

Lejos de desaparecer la familia espiritual pre-colonina, comenzó a camuflarse en ese nuevo mestizaje donde las familias emergentes, en el nuevo mundo, a partir de entonces, albergaban a espíritus aborígenes y los de los conquistadores, al mismo tiempo. A nivel físico se exterminaban unos con otros; desde el nivel espiritual, la ley cósmica, los integraba en un solo núcleo familiar.

La consecuencia de esto, la vamos a observar siglos después, cuando durante la guerra civil española, entre fraternos seres, unos con otros, se envían a mejor vida, en cantidades que aún la historia debe descifrar. Lo mismo que los conquistadores españoles hicieron vivir a los aborígenes americanos durante la conquista, exterminándolos, vivieron ellos, entre sí, en suelo patrio. Experimentaron análoga experiencia, por las razones que fueran. Cada quien suele beber, tarde o temprano, el mismo chocolate que sirve a otros. Es inevitable y justo, además, como acción pedagógica de la vida y expresión del profundo amor de la guía divina que nivela y armoniza a los seres por efecto de las leyes de afinidad, justicia, igualdad y compensación.

Paralelamente, el exilio de una inmensa cantidad de españoles durante la guerra civil, en el siglo XX, donde la flor y nata de España, -una constelación de intelectuales-, tuvo que emigrar de su propia patria, a enriquecer el Nuevo Mundo con sus aportes, se asemeja a la expulsión de los árabes y judíos, durante la reconquista, cuando en el mismo año del descubrimiento de América, en 1492, se expulsó de España el último bastión árabe, en Granada. Lo mismo que hicieron vivir con la reconquista, a los árabes y judíos, vivieron ellos, ahora, con el exilio, en la época franquista. Pero, -¿Quién mueve los hilos de la retorta del mundo? -¿Por qué se suceden los grupos espirituales, unos con otro, en el desarrollo de las civilizaciones? Con estos cambios, detrás de las apariencias, existen movimientos que conducen a los grupos espirituales en el lugar adecuado, en el momento oportuno, para realizar la obra de civilización que corresponde de acuerdo a la inquietud de los tiempos. Ese recurso humano de corte árabe y judío, fue a enriquecer otras regiones del mundo, floreciendo el Renacimiento italiano, primero, y el europeo, después. El contingente humano emergente, en España, con la reconquista y después de ésta, con el descubrimiento y conquista de un Nuevo Mundo, alcanza una trascendencia que supera cualquier acontecimiento ocurrido hasta entonces, equivalente a la expansión macedónica, liderada por Alejando Magno, en primer lugar, y por la de Roma, en segundo lugar. La labor de España, en América, no es inferior a ninguna de las dos, si exceptuamos la destrucción masiva de poblaciones enteras de aborígenes. (Para ser justos con España, los españoles se mezclaron con los aborígenes, y con el grupo étnico africano, en un grado inmensamente superior al de los ingleses en Norte América, -y otras regiones-, de ahí que en Ibero-América, si bien, aparentemente son más tardíos los efectos, las ventajas comparativas, a largo plazo, son de mayor alcance). Empero, el resultado final es equivalente, y visto desde una perspectiva espiritual, los artífices, también. Alejando Magno y Mahoma, personajes claves en épocas diversas, con igual magnitud de labor civilizadora, respectivamente, pese a las divergencias aparentes, son animados por el mismo ente espiritual, en una obra que va más allá de un simple ciclo de vida.

La expulsión árabe y judía, en la reconquista, y la emigración de los discípulos de la escuela platónica, en Constantinopla, por acción de Justiniano, quien ordenara el cierre de aquella magna institución, en el año 529 de nuestra era, por cuyo efecto ese recurso humano se desplaza a la región persa, en el actual Irán, va a representar un aporte enriquecedor, cuando años después, con la expansión árabe, encuentra allí un terreno fértil para el desarrollo de la filosofía, la ciencia, el arte y la espiritualidad islámica y sufí. Tanto Justiniano como el rey Fernando, son animados de un mismo espíritu en una obra equivalente, según los tiempos, de acuerdo a un plan que trasciende la percepción visible, en la dimensión objetiva.

Ese encuentro entre Sancho Panza y el moro Ricote, del que se vale Cervantes para representar los efectos que experimentan incontables seres, árabes y judíos, que se ven desplazados de su propia patria, en una nación que después de casi ocho siglos sigue considerando como a extranjeros a quienes con sus aportes enriquecieron el suelo íbero, es una lección admirable y denota la profunda agudeza histórico-espiritual del autor de Don Quijote. Hoy el mundo entero sigue admirando el legado árabe-judío de España y rindiendo honor a lo que, en suelo patrio, se sigue viendo con menosprecio, o por lo menos, valorándolo en grado inferior a lo que vale.

Cervantes mismo rinde justo homenaje a los árabes y su legado en España, en el capítulo 52 de la segunda parte del Quijote, cuando dice: -“Pensar que en esta vida las cosas della han de durar siempre en un estado es pensar en lo excusado; antes parece que ella anda todo en redondo, digo, a la redonda: la primavera sigue al verano, el verano al estío, el estío al otoño, y el otoño al invierno, y el invierno a la primavera, y así torna a andarse el tiempo con esta rueda continúa; sola la vida humana corre a su fin ligera más que el viento, sin esperar renovarse si no es en la otra, que no tiene términos que la limiten”. Luego, Cervantes agrega: -“Esto dice Cide Hamete, filósofo mahomético; porque esto de entender la ligereza e instabilidad de la vida presente, y la duración de la eterna que se espera, muchos sin lumbre de fe, sino con la luz natural, lo han entendido; pero aquí nuestro autor lo dice por la presteza con que se acabó, se consumió, se deshizo, se fue como en sombra y humo el gobierno de Sancho”. Vemos como Cervantes, a la mayor obra que los tiempos han visto, símbolo y emblema de la nación íbera, que demarca a España en dos etapas claramente definidas, la primera, antes del Quijote, y la segunda, después de él, pone por autor simbólico de su historia a Cide Hamete, el filósofo mahomético. -¿Era Cervantes español, judío o árabe? Muchos estudiosos han querido reflejar su condición de judío, de la cual gran número de españoles se sienten orgullosos, no así de la árabe, aunque ésta le haya dado más lustre. Empero, Cervantes rinde en el Quijote un constante homenaje a la cultura árabe, como justo reconocimiento a una de las civilizaciones más importantes y esplendorosas que ha dado el mundo occidental, conjuntamente con la más sublime y vigente espiritualidad: la sufí. Al margen de la eventual ascendencia judía o árabe de Cervantes, en nuestra opinión era tan español el autor del Quijote como los árabes y judíos expulsados de España después de la reconquista, y así se sentían ellos, al emigrar y llegar como inmigrantes a las nuevas y extrañas tierras que fertilizarían con su aporte étnico-civilizador. Este aspecto relativo a Ricote y su encuentro con Sancho Panza, relatándole la experiencia del exilio árabe desde España, denota la profunda agudeza histórico-espiritual de uno de los más emocionantes personajes de la historia: Miguel de Cervantes y Saavedra. Sin duda una lección para aprender de una de las mentes más preclaras que ha dado España al mundo, aún en la misma España y en Ibero-América, en general.

Igual peripecias, observadas y registradas por Cervantes, vivieron los artífices de aquel entuerto, con el exilio español, en una de las épocas históricas más extrañas, como la franquista, cuyos efectos, aún, los historiadores deben analizar con mayor profundidad. Ciertamente, la historia espera al nuevo Cervantes, que sea capaz de ver más allá de las apariencias y descifrar el hilo conductor que trasciende la dimensión objetiva y revela el plan cósmico, en el concierto de las naciones, en el planeta tierra, y en gran número de mundos, en el universo entero.


Adelante.

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EL ENCUENTRO EN LA VICTORIA



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UN ENCUENTRO EN LA VICTORIA

Autor: ©Giuseppe Isgró C.

Del libro: La Victoria

Capítulo I

Me encontraba un día, en una fuente de aguas tranquilas, cristalinas, cuando se me acercó un Venerable hombre, vestido a la antigua usanza, con bata blanca, larga, pelo y barba que alguna vez fueron de color pelirrojo y un báculo en la mano derecha.

Concentró sus ojos en los míos; su mirada era profunda, serena y apacible.

Con voz suave y afectiva, me dijo:

-“Hola, hijo, como estás”-.

–Bien, -le contesté-; y, ¿usted?

–Por aquí andamos; -fue su respuesta-, mientras me sonreía.

-¿Dónde estamos?, -le pregunté al Venerable hombre-.

-Este sitio es conocido como La Victoria; -me contestó-. –¿Qué haces por estos lados?

-Salí esta mañana, temprano, con el coche, a dar un paseo; luego, al llegar a esta zona, me paré a contemplar la belleza de los araguaneyes y decidí caminar un poco y la verdad que, absorto en mis reflexiones, caminé por lo menos durante dos horas, hasta llegar aquí. Desconocía este hermoso lugar. Y, usted, -¿vive por aquí cerca? -le pregunté-.

Un poco más arriba, en esa colina boscosa. Hace algunos años, -relata el Venerable hombre- decidí retirarme de la agitada vida ejecutiva en que me desenvolvía profesionalmente, como abogado, en la ciudad de Quebec, Canadá, aunque he viajado por diversos países asesorando a incontables líderes. Construí la casa, en esta zona tropical, con la idea de pasar aquí los meses de invierno. Me dedico al estudio de la vida, a la meditación y a cultivar mi jardín y de vez en cuando, a escribir mis reflexiones, las cuales, algún día, habrán de ser publicadas para esparcir un poco la luz que he podido vislumbrar en mis estudios metafísicos-espirituales.

-¿Quieres tomar un café? –Me preguntó el Venerable hombre-. Lo he traído de Caripe El Guácharo; es de los más exquisitos que he probado.

-Sí, con gusto se lo acepto; -le contesté-.

Nos fuimos caminando por un sendero rodeado de árboles cargados de mangos, aguacates, naranjas y una hilera de cayenas de diversos colores. A lo lejos, el ruido de la brisa se oía apaciblemente. Todo era quietud, armonía y paz. Pero, sobre todo, lo que más me impresionaba era la apacibilidad y el sosiego del Venerable hombre de La Victoria. Emanaba de él un flujo de fuerza que, en su presencia, me sentía con un poder y una seguridad nunca antes experimentados. Fuerzas bienhechoras se iban apoderando de mí y aquella paz y relax que buscaba en la mañana, al salir a dar un paseo, sin percatarme de ello, las estaba experimentando ya.

Después de unos quince minutos de caminar, llegamos a la casa del Venerable hombre. Su aspecto exterior humilde estaba lejos de dejar entrever lo que segundos después habría de asombrarme con lo que encontré en el interior.

Al entrar, en la casa, una joven de unos veinte años saludó al Venerable hombre.

-¡Hola, abuelo!, ¿cómo estás?

–Bien, hija, -contestó el Venerable hombre-. -Prepara un poco de café, Lucía, mientras conversamos un poco, adentro.

-Por cierto, te presento a Santiago, quien ha llegado paseando hasta La Victoria.

Después de la presentación, entramos en la biblioteca del Venerable hombre. Un salón grande, lleno de estantes de libros por todas partes, lo cual hacía inimaginable dicho cuadro desde el exterior. Algunos cuadros al óleo de morichales y de personajes históricos, presentaban un ambiente acogedor. En un rincón se encontraban diversos retratos de Tagore, Gandhi, Cicerón, Séneca, Ibn Arabi y un dibujo de Don Quijote y Sancho Panza. En un pequeño cuadro, podía leerse: -“Lo que Alá quiera. Nada se le asemeja”-.

-Le felicito por este inmenso tesoro que usted tiene aquí, -le dije al Venerable hombre-. -¿Cuáles son los temas de su interés?

A lo cual, me contestó: -Como usted puede ver, Santiago, -y me invitó a recorrer los estantes- aquí hay libros de variados temas: clásicos de todos los países y épocas, desde los Vedas, los Upanishads, el Mahabaratha, los libros de Confucio, El Tao te King, de Lao Tse, el Poema de Gilgamesh, el Código de Amurabí, autores griegos, como Homero y Hesiodo. Se encuentran las obras completas de Euclides, Platón, Aristóteles, Teofrasto, Demetrio de Falereo, de los Presocráticos, Epicteto, Plutarco, etcétera; de los latinos, autores como Séneca, Cicerón, -que son mis preferidos-, Julio César, Tito Livio, Dionisio de Halicarnaso, Marco Aurelio, así como libros de Psicología, Gerencia, Sufismo, Yoga, ensayos, filosofía, parapsicología, hermetismo, El Quijote, libros de economía, filosofía, etcétera, en fin, un poco de todo lo que es preciso conocer para poder entender el significado de la vida: de dónde venimos, por qué estamos aquí y hacía dónde vamos, sin lo cual, la vida no tendría sentido, sobre todo por el gran afán a que está sometido el ser humano en la agitada vida moderna.

Nos sentamos en sendas butacas y nos entretuvimos conversando de temas diversos. Al poco rato, entró Lucía con dos tazas de oloroso café y unos biscochos, que degustamos con agrado en una amena e interesante conversación. Al fondo, podía oírse una suave música de Beethoven.

Pasamos cerca de una hora conversando de sobre la Atlántida, Egipto, los griegos, de Homero, de los sufíes, del budismo zen, los poderes del espíritu, meditación, etcétera, después de lo cual, le hice una pregunta directa.

-Seguramente, usted ha desarrollado alguna técnica de meditación y algún método de resolución de situaciones, en la vida, que me quisiera explicar, ya que, según observo, para tener usted una serenidad tan acentuada y una fortaleza física a la edad que imagino que usted debe tener, -cerca de noventa años- es porque ha encontrado en su larga experiencia algún secreto que quizás quisiera compartir conmigo.

Santiago, -me dijo el Venerable hombre, si vuelves a visitarme otro día, quizá te cuente algo que te pueda servir. Empero, antes de que te vayas, te haré entrega de unos apuntes que hace ya muchos años, en una época en que yo andaba a la búsqueda de sosiego y tratando de encontrarle sentido a la vida, un Venerable hombre que, en una edad similar a la mía, a su vez me entregara y cuya práctica asidua me permitió domar la mente, encarrilar mi vida y poner bajo control los hilos del destino. Son veintidós manuscritos, y una meditación diaria, –continuó diciendo el Venerable hombre, que si bien son ya un poco antiguos, podrás copiarlos de nuevo y si pones en práctica las técnicas que contienen, darás a tu vida un esplendor que habrá de sorprenderte agradablemente.

-Una vez que los hayas probado con total y absoluta satisfacción de tu parte, -me dijo, ponlos en limpio, en forma de libro y publícalo para que su mensaje llegue a mayor número de personas. Hacía tiempo que esperaba a alguien a quien confiarle este legado y creo que hoy, al llegar aquí, en la forma en que lo has hecho, tus pasos han sido dirigidos por Aquel que todo lo sabe y puede, por la Ley Cósmica, y en cuyos planes universales, todos somos sus instrumentos.

Me despedí del Venerable hombre y de su adorable nieta, sintiendo dentro de mí fuerzas desconocidas hasta entonces que preanunciaban grandes cambios en mi vida.

En los días siguientes, aparté una hora diaria, antes de dormirme, y leí y releí, todos los manuscritos, de la siguiente manera: En primer lugar copié la Meditación diaria en un cuaderno, el cual leí durante veintidós noches y mañanas seguidas, tal como lo indicaban las instrucciones de la misma.

Una nota al pie de página mencionaba que si yo la transcribía en un cuaderno, el hecho de hacerlo, grabaría en mi ordenador mental las instrucciones y me sería más fácil desarrollar, en mi personalidad, las cualidades y condiciones que formaban parte de los objetivos implícitos en la misma.

De los veintidós manuscritos, cada lunes, a las once en punto de la noche, copiaba uno en el cuaderno, y durante el resto de la semana, a la misma hora, lo leía y meditaba, siguiendo las fáciles y efectivas técnicas e indicaciones al inicio del mismo.

Cuatro semanas después de leer durante veintidós días seguidos, en la noche y en la mañana, la meditación diaria, comenzaron a manifestarse en mi vida una serie de cambios positivos que me dejaban asombrado a mi mismo, pero, también, los miembros de mi familia y a mis amistades; sobre todo mi semblante comenzó a ser más apacible; volví a sonreír desde el interior; mi estado anímico era de contento; me sentía más seguro de mi mismo; comencé a confiar más en la gente, en la vida y a vislumbrar el sentido de mi misión en la vida –percibía cosas que antes me pasaban desapercibidas, a pesar de haber estado siempre allí. Sentía fluir en mí una nueva corriente vivificadora de prosperidad, de felicidad, de alegría de vivir. Mi entusiasmo y amor por la vida y por mi familia, por mi trabajo y por las personas, crecía día a día. En aproximadamente dos meses había logrado muchas de las cosas en las cuales había soñado desde hacía años. Había dado un paso sorprendente en el camino de la autorrealización.

Efectivamente, pude comprobar que me fue relativamente muy fácil desarrollar las aptitudes y actitudes a nivel físico, mental, emocional, espiritual y en diversos aspectos de mi vida, como el financiero, que comenzó a mejorar casi inmediatamente, así como, surgieron nuevas oportunidades que comencé a aprovechar, casi sin esfuerzo de mi parte.

Transcurría el año de 1967 y mi vida había encontrado un sendero que habría de conducirme a cooperar en forma más efectiva en el plan divino que el Supremo Hacedor, en algún momento, había diseñado para mí.

Tres meses después volví a aquel lugar donde había encontrado al Venerable hombre de La Victoria y allí estaba la fuente que él dijo llamarse La Victoria; empero, cuando traté de encontrar el camino para llegar a la casa donde amablemente me ofreció un delicioso café, preparado por su nieta Lucía, no logré encontrarlo, pese a haber recorrido durante un par de horas por los alrededores. Pregunté a varias personas para ver si podían indicarme como llegar a la casa del Venerable hombre y cual fue mi sorpresa, nadie lo conocía.

Empero, después de tanto buscar, volví a encontrar la casa donde vivía el Venerable hombre de La Victoria, pero se encontraba abandonada. Su aspecto indicaba que debía encontrarse en ese estado un lapso mayor del que mediaba con el encuentro de aquel ser extraordinario. Es sorprendente como los inmuebles solos acusan el paso del tiempo en mayor grado que los que son habitados. Si no fuera por los manuscritos pensaría que el encuentro no fue más que un simple sueño. -¿O se trata, acaso de un sueño combinado con un fenómeno de aporte? Personalmente, no lo creo. El encuentro fue muy vívido y real. El aromático café servido por Lucía estaba exquisito. Durante varios años volví al lugar varias veces, la casa seguía sola. La última vez que volví, no la pude ubicar y sin tener tiempo suficiente para seguir buscándola, me fui. Ahora, vivo muy lejos de aquella zona, en otro continente; han transcurrido muchos años y después de tanto tiempo es poco probable que vuelva allí; pero, los manuscritos y la meditación diaria obran en mi poder, me han transformado y han enriquecido mi vida.

Durante más de treinta y cinco años he puesto en práctica las diversas variantes de los ejercicios, afirmaciones y meditaciones que contienen los manuscritos y la meditación diaria y cada vez que los pongo en práctica, experimentos los mismos beneficios. Ahora, ellos se encuentran en el libro que usted tiene en sus manos; espero que les sean tan útiles como los han sido para mí.

Su contenido es eminentemente práctico; no hay teorías superfluas. Si lleva a cabo los ejercicios que contienen, es probable que, gradualmente, se vaya efectuando la transmutación alquímica de su ser sintonizándose con los elevados resultados existenciales, los cuales, por añadidura, al ser creados a nivel mental, se van manifestando en su propia vida, oportunamente.

Sobre todo, con estos ejercicios, me percaté, cuando el Venerable hombre me entregó los manuscritos, de que se dispone de un método para domar la mente y ejercer un pleno dominio sobre la vida en general y, por ende, sobre el destino y controlar, cuando eventualmente se presenten, todas las situaciones, manteniendo un perfecto equilibrio físico, mental, emocional, espiritual y financiero.

El Venerable hombre de La Victoria me comentaba que todo se puede lograr en la vida si se siembra la respectiva semilla por medio de correctas decisiones acordes con la propia y elevada auto-estima y dignidad personal, desarrollando el convencimiento de que sí se puede hacer, por medio de las afirmaciones, las visualizaciones y meditaciones, la experimentación de un estado emocional acorde al momento de ser logrados los respectivos resultados y la practica del desapego, es decir, dejar encargada a la mente psiconsciente del logro, y además, se espera el tiempo necesario haciendo, mientras tanto, todo lo que se requiere, según el caso o los objetivos por alcanzar.

Estas técnicas funcionan, me decía una y otra vez el Venerable hombre de La Victoria; luego, agregaba: -las he probado por más de cincuenta años y quien, a su vez me las entregó, habría hecho otro tanto, aseverando que eran efectivas, si yo seguía fielmente las instrucciones y las ponía en práctica con expectativas positivas.

Desde que en 1967, el Venerable hombre me hiciera entrega de los manuscritos, han transcurrido un poco más de de treinta y cinco años, durante los cuales yo también he puesto en práctica las diversas variantes de los ejercicios, afirmaciones y meditaciones que contienen, y cada vez que me ejercito con ellos, experimento los mismos beneficios. Ahora, ellos se encuentran en el libro que usted tiene en sus manos; espero que les sean tan útiles como los han sido para todos los que hemos aplicado las enseñanzas del Venerable hombre de La Victoria.

Él me repetía constantemente: -“¡Tú puedes si crees que puedes hacerlo! ¡Hazlo y tendrás el poder!

Recuerdo que ese día el Venerable hombre me dijo: -ejercer el poder con que la naturaleza de las cosas ha dotado a cada ser, cultivando los dones inherentes y aprendiendo todo lo que se pueda de sí y del vasto universo del que se forma parte, es una manera efectiva de ser cada día más feliz. Luego, cuando me despedí de él, expresó: -“¡Que cada día brille más y mejor tu luz interior!”.- Adelante.

Capítulo 2

Meditación diaria

Es lunes en la noche, son las once en punto.

Me dispongo a copiar textualmente, en el cuaderno que he dispuesto para ello, el manuscrito identificado con el título:

Meditación diaria

Dice así:

Afirme, en la mañana y en la noche, antes de dormir, durante veintidós días; luego, cada vez que lo desee, esta poderosa fórmula de programación mental positiva y descubra cómo, con facilidad, van ocurriendo cosas maravillosas en su vida:

MEDITACIÓN DIARIA

Afirma, en la mañana y en la noche, antes de dormir, durante veintidós días; luego, cada vez que lo desees, esta poderosa fórmula de programación mental positiva y descubre cómo, con facilidad, van ocurriendo cosas maravillosas en tu vida. Al encender la luz en la mente se ilumina la propia existencia y todo en derredor vibra al unísono y con el mismo sentimiento de felicidad y bienestar, interrelacionándose por la ley de afinidad.

1. -Entro en el nivel de mi mente psiconsciente, en el centro de control de mi piloto mental automático, donde todo va bien, siempre, contando de tres a uno: Tres, dos, uno.

Ø Ahora, estoy ya en el nivel de mi mente psiconsciente, en el centro de control de mi piloto mental automático, donde todo va bien, siempre.

Ø Voy a permanecer en el nivel de mi mente psiconsciente, en el centro de control de mi piloto mental automático, donde todo va bien, siempre, durante quince minutos y voy a programar los siguientes efectos positivos, los cuales perduran, cada vez mejor, hasta que vuelva a realizar este acceso y programación mental:

Ø Todo va bien, siempre, en todos los aspectos de mi vida, cada día mejor. (Tres veces). –Imagínalo-.

Ø Todo va bien en mi trabajo; cada día logro mejores niveles de efectividad, prosperidad, riqueza, abundancia y bienestar. (Imagínalo).

2. Formo una unidad cósmica perfecta con el Creador Universal, -ELOÍ. (Diez veces, con los ojos cerrados). Hoy se expresa en mí la Perfección universal de la Vida, del amor, de la luz, de la sabiduría, del perdón, de la percepción de la verdad, de la aceptación de la realidad, de la justicia, de la igualdad, de la compensación, de la fortaleza, de la templanza, de la belleza, del equilibrio, de la armonía, de la salud, de la prosperidad, de la riqueza, de la abundancia, del servicio y de la provisión en todos los aspectos de mi vida.

3. -Cada día, en todas formas y condiciones, mi cuerpo y mi mente funcionan mejor y mejor. La consciencia de mi conexión permanente e indisoluble con el Creador Universal, -ELOÍ-, restablece y mantiene en mí, diariamente, durante las veinticuatro horas del día, un perfecto estado de salud a nivel físico, mental, emocional y espiritual. Gracias, Creador Universal, por darme un cuerpo perfecto, saludable, lleno de energía. Aquí y ahora, me siento en perfecto equilibrio de salud, a nivel físico, mental, emocional y espiritual.

4. Afronto y resuelvo bien toda situación que me compete, siempre.

5. Todo tiene solución, en todas las situaciones de mi vida.

6. El Creador Universal, -ELOÍ-, es en mí, cada día mejor, en todos los aspectos de mi vida, fuente de amor, luz, sabiduría, éxito, riqueza, prosperidad, abundancia y armonía.

7. Permito que las leyes universales de la Vida, del amor, de la luz, de la sabiduría, del perdón, de la percepción de la verdad, de la aceptación de la realidad, de la justicia, de la igualdad, de la compensación, de la fortaleza, de la templanza, de la belleza, del equilibrio, de la armonía, de la salud, de la prosperidad, de la riqueza, de la abundancia, del servicio y de la provisión actúen bien en el plan de mi vida.

8. Tengo prosperidad y poder. Cada día enriquezco mejor mi vida a través del servicio efectivo, del amor y de la práctica de todas las virtudes.

9. Mi dignidad personal me lleva a realizar las cosas que me competen con la máxima perfección posible.

10. Cada día, en todas formas y condiciones, en todos los aspectos de mi vida, estoy mejor y mejor a nivel físico, mental, emocional, espiritual y financiero.

11. Actúo con templanza, serenidad, autodominio y perfecto equilibrio en todo. Conservo plena autonomía y control sobre todas mis facultades físicas, mentales, emocionales, intelectuales y espirituales. Hecho está. (Visualizar un escudo protector de luz que te envuelve y protege; -una pirámide-).

12. Tengo fortaleza, valor, confianza y fe suficiente para triunfar y alcanzar todas mis metas, de acuerdo con la voluntad del Creador Universal, -ELOÍ-, y en armonía con sus planes cósmicos. Soy inmune e invulnerable a las influencias y sugestiones del medio ambiente y de cualquier persona a nivel físico, mental, emocional y espiritual, en las dimensiones objetivas y subjetivas y en cualesquiera otras en que sea requerido.

13. El orden universal de la Vida, del amor, de la luz, de la sabiduría, del perdón, de la percepción de la verdad, de la aceptación de la realidad, de la justicia, de la igualdad, de la compensación, de la fortaleza, de la templanza, de la belleza, del equilibrio, de la armonía, de la salud, de la prosperidad, de la riqueza, de la abundancia, del servicio y de la provisión se establece en mi vida, en todos mis asuntos y en las personas interrelacionadas, aquí y ahora. Hecho está.

14. Asumo la responsabilidad de mis actos y cumplo bien todos mis compromisos, siempre oportunamente, de acuerdo con el orden cósmico.

15. El Creador Universal, -ELOÍ-, nos da abundancia y armonía en el eterno presente. Vivo en abundancia y en armonía perfectas, aquí, ahora y siempre.

16. El Creador Universal, -ELOÍ-, se está ocupando de todo, en todos los aspectos de mi vida, y se expresa en mí conciencia intuitiva por medio de los sentimientos en correspondencia con los valores universales.

17. Gracias, Creador Universal, -ELOÍ-, por esta vida maravillosa. Que Tu Inteligencia Infinita, Amor, Sabiduría, Justicia, Luz, y Poder Creador guíen, adecuadamente, todas mis decisiones y acciones, ahora y siempre. Gracias, Eloí, por este día maravilloso.

18. El Creador Universal, -ELOÍ-, nos proteja, aquí y en cualquier lugar, ahora y siempre. (Tres veces).

19. Siempre espero lo mejor, de acuerdo con la voluntad del Creador Universal, -ELOÍ-, y la Ley Cósmica, en armonía con todos.

20. Gracias, Creador Universal; todo va bien en todos los aspectos de mi vida, a nivel físico, mental, emocional y espiritual. Gracias, Eloí, todo va bien en mis practicas espirituales y en mi relación Contigo; Tú y yo formamos una unidad perfecta, armónica, aquí y ahora, en el eterno presente. Yo soy Tú, Tú eres yo. Te amo.

21. Voy a realizar –obtener o resolver- (mencionar), antes del: (fecha), de acuerdo al orden divino y en armonía con todos. (Si se trata de varios objetivos, anótelos y haga la afirmación y visualización con cada uno de ellos. Imagínelo concluido satisfactoriamente sin imponer canal alguno de manifestación.)

22. Tengo serenidad y calma imperturbable. Soy impasible frente a todo y a todos. No tengo temor a nada, a nadie ni de nadie en ningún nivel físico, mental, emocional, espiritual y financiero. Dentro de mí vibra la seguridad total. Tengo completa confianza en la vida y en mi propia capacidad de resolver situaciones y alcanzar los resultados satisfactorios que preciso, en cada caso, siempre.

A continuación anoté la fecha: Lunes 12 de agosto de 1967. Luego, tal como me lo indicó el Venerable hombre, anoté la fecha que correspondía veintidós días después: 03 de septiembre de 1967.

Acto seguido, me senté cómodamente, tomé tres respiraciones profundas y realicé la meditación.

Luego, cada noche, durante veintidós días, a las once en punto, me iba a mi cuarto, daba indicaciones de no ser interrumpido durante veinte minutos y realizaba la meditación del día, la cual, siempre complementaba con la lectura breve de uno de los libros de cabecera que siempre suelo tener en mi mesa de noche.

Iba notando, día a día como emergía de mi interior una nueva y desconocida fortaleza, seguridad, estado de ánimo contento, actitud más decidida, optimismo frente a la vida y a las situaciones; comencé a llevarme mejor en las relaciones con las demás personas, a ser más comedido en todo y sobre todo comenzaba a tener conciencia de cosas que antes me solían pasar desapercibidas.

Cabe destacar que, en el punto número veintiuno de la meditación, había anotado siete objetivos que desde hacía tiempo quería realizar y para mi sorpresa, treinta días después de haber terminado de efectuar la meditación del manuscrito número veintidós comencé a observar como, en forma aparentemente casual se iban manifestando la resultados de cada uno de ellos hasta que, algunos meses después, antes de la fechas previstas, los había realizado todos, menos dos, por lo cual, me senté y volví a anotar, en una hoja de mi cuaderno, otros diez objetivos, encabezados por los dos pendientes de la lista anterior, les puse la fecha tope a cada uno, antes de la cual debían ser logrados, para seguir visualizando, su logro, periódicamente.

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lunes, 15 de noviembre de 2010

LA AGUDEZA HISTORICA DE CERVANTES




LA AGUDEZA HISTÓRICA DE CERVANTES

©GIUSEPPE ISGRÓ C.


Cervantes, tanto en el Don Quijote, como en sus demás obras, jamás dejará de asombrarnos por la agudeza de su pensamiento, la sensibilidad de su Espíritu y la profundidad de sus observaciones. Cada generación, por los tiempos de los tiempos, irá descubriendo nuevas realidades que denotan la universalidad de las enseñanzas contenidas en el acervo cervantino.

Hay varios aspectos en la historia universal que precisan ser revisados; tres de ellos son: la reconquista, en España, con la expulsión de los moros y de los judíos; los efectos de la guerra civil española, entre fraternos seres; y la magnitud del descubrimiento de América, donde se encontraron civilizaciones en ningún modo inferiores a las del mundo conocido hasta entonces, que significó el surgimiento de un mestizaje que ha trascendido todas las manifestaciones étnicas, culturales, económicas, espirituales y sociales, en general, constituyendo uno de los ejes esenciales en torno al cual girará el mundo del futuro, conjuntamente con el otro, conformado por la península ibérica: España y Portugal, como puerta de entrada a Europa. Empero, en el desarrollo de esta realidad, han participado África, Asia y el resto de Europa y del Nuevo Mundo, ya que Inglaterra ha tenido incidencia importante en Norte América, Australia y otras regiones; Francia, en algún segmento de Canadá y Estados Unidos; y de los demás países, cada uno ha dado su aporte complementario: Italia, Alemania, y en menor grado, otras naciones. Empero, en la retorta del mundo, el proceso es dinámico y hoy vemos como el movimiento migratorio sigue activo. China, pacíficamente, y comercialmente hablando, está invadiendo al mundo, y su trascendencia solamente se podrá comprender dentro de algunos siglos. La India, se está convirtiendo en la mayor potencia mundial, con un recurso humano de altísimo nivel. Latinoamérica, sin embargo, habrá de aportar el pensamiento universal más trascendente, por la fusión más amplia de grupos étnicos y de culturas. El mundo árabe no ha dicho su última palabra, todavía.

Volviendo a Cervantes y a Don Quijote, hacia el final de la magna obra, cuando Sancha Panza decide abandonar el gobierno de la ínsula Barataria, se encuentra con un grupo de personas, entre quienes reconoce a un antiguo vecino y amigo suyo, el moro Ricote, que le cuenta las peripecias que tanto él como su familia y los de su grupo étnico han tenido que vivir después de la reconquista española y de la expulsión de los árabes y judíos. Le explica como esa gente, en los nuevos lugares a donde iba, seguía añorando a España, por cuanto ellos se sentían españoles; habían nacido allí, y durante incontables generaciones, en los casi ocho siglos que duró la expansión del mundo árabe y la civilización que le caracterizó, todos sus ancestros eran españoles. Después de casi ochocientos años que se van sucediendo las generaciones una tras otra, al final, esa gente, deja de ser del grupo étnico de origen, es decir, el árabe, pasando a ser parte del lugar en que han nacido, tanto ellos como sus antepasados. Sin embargo, son expulsados como gente extraña, y extraños siguen siendo, en mayor grado, aún, en las nuevas tierras a las que van a reubicarse. Veamos lo que le dice Ricote a Sancho Panza: -“Bien sabes, ¡oh Sancho Panza, vecino y amigo mío!, cómo el pregón y bando que…mandó publicar contra los de mi nación puso terror y espanto en todos nosotros; a lo menos, en mí lo puso de suerte, que me parece que antes del tiempo que se nos concedía para que hiciésemos ausencia de España, ya tenía el rigor de la pena ejecutado en mi persona y en la de mis hijos”. Luego agrega: -“Doquiera que estamos lloramos por España; que, en fin, nacimos en ella y es nuestra patría natural; en ninguna parte hallamos el acogimiento que nuestra desventura desea; y en Berbería, y en todas las partes de África donde esperábamos ser recibidos, acogidos y regalados, allí es donde más nos ofenden y maltratan. No hemos conocido el bien hasta que le hemos perdido, y es el deseo tan grande que casi todos tenemos de volver a España, que los más de aquellos, y son muchos, que saben la lengua como yo, se vuelven a ella”…-. –“Tanto es el amor que le tienen; y agora conozco y experimento lo que suele decirse: que es dulce el amor de la patria”-.

La magnitud de este hecho histórico y las consecuencias, positivas y negativas del mismo, precisan ser estudiadas a la luz de la META-HISTORIA, con una percepción espiritual de la realidad, para percibir la trascendencia que en el concierto planetario ha tenido y sigue teniendo, única manera de interpretar tantos acontecimientos históricos, aparentemente inconexos entre ellos.

Por supuesto, la expulsión de los árabes y judíos, de España, determinó que el Renacimiento emergiera en Italia, primero y en el resto de Europa, después, en vez de la península ibérica, aunque ella jugara un rol importante en el proceso. Y el desplazamiento de los judíos a los países bajos, hizo que allí se desarrollara un comercio que, de otra manera, habría proliferado en España.

Empero, al mismo tiempo que ocurre la reconquista, se lleva a cabo el descubrimiento de América, donde España realiza una labor equivalente a la de Roma en el resto del mundo y en su época. En el espacio y en el tiempo, ocurren determinados acontecimientos que, vistos en conjunto, desde el punto de vista de la Meta-historia, arrojan inmensa luz para interpretar la historia universal. Las riquezas que aportó el Nuevo Mundo a España, y la demanda de bienes y servicios que precisó del resto de Europa, permitió la expansión del mercantilismo mundial, lo cual tuvo incontables efectos positivos en todos los ámbitos de la vida.

América, Australia y el resto del Nuevo Mundo, no han dicho aún la última palabra. En América, antes de la llegada de los descubridores, primero, conquistadores y fundadores de una nueva civilización después, preexistían profecías sobre la llegada del hombre blanco, con barba y penacho en la cabeza, que acabaría con el mundo antiguo pre-coloniano, y erigirían un nuevo grupo étnico. Bernardino de Sahagún, y posteriormente Clavijero, han descrito en profundidad estas profecías, entre ellas la que percibe la hermana de Montezuma II, la princesa Papantzin, antes ligeramente esbozada, que se verificó poco tiempo después, con la llegada de Hernán Cortes a México y los demás colonizadores, en el resto del continente.

Recordemos que ya Séneca, el ilustre cordobés, había profetizado lo siguiente: -“Años vendrán, pasados los siglos, en que el océano rompa la cadena de sus secretos y aparezca extenso territorio, y Tethys, la diosa del mar, nos muestre nuevos mundos y Thule no sea la última de las tierras”-.

La profecía de la hermana de Montezuma II, la princesa Papantzin, a la que antes se hiciera referencia, emitida a raíz de un fenómeno que constituye un notable caso de “experiencias cercanas a la desencarnación” ocurrida en el mundo pre-colonino, en el cual la princesa Papantzin, quien aparentemente había desencarnado, y en tal estado había sido conducida a su última morada, al cuarto día logró salir de la cueva en que se le colocara, removiendo la piedra de la entrada, causando, además, como es de suponer, asombro y terror en quienes le vieron de vuelta a la vida física, comunicándole a Montezuma II, lo siguiente: -“La causa por la que “he vuelto a la vida física” es para decirte que, en tu tiempo, se acabará el señorío de México, y tú eres el último señor porque vienen otras gentes, y ellas tomarán el señorío de la tierras y poblarán a México”. La princesa Papantzin, vivió veintiún años adicionales, teniendo, además, otro hijo. Existen otras profecías de análoga índole, que los acontecimientos posteriores han demostrado su veracidad, y que permiten darse cuenta de como la inmensa bibliografía de los historiadores de indias constituye una fuente digna de revisión y estudio.

La destrucción de poblaciones indígenas enteras, por parte de los españoles e ingleses, en los territorios dominados, pareciera que exterminaron para siempre a esos pueblos aborígenes del nuevo mundo. -Por supuesto, la expresión de nuevo mundo es metafórica, ya que se trata de un mundo tan antiguo como el europeo y con una cultura que en ningún modo le es inferior. Salvo que el fanatismo imperante llevó a muchos de esos “conquistadores” a destruir los vestigios de antiguas civilizaciones que hoy nos asombrarían, de haberse conservado. Sin embargo, allí permanecen los restos arqueológicos que denotan la inmensidad cultural de las civilizaciones: azteca, maya, tolteca, incaica, y de otras denominaciones, además de los vestigios de culturas más antiguas, aún, como las de Lemuria y Atlántida.- Empero, si bien físicamente se exterminó en gran parte al grupo aborigen, visto desde la perspectiva espiritual, dado que el espíritu es eterno e inmortal, y por la acción de la ley de la reencarnación, que ordena a quien quita una vida, reponerla, los indios enviados a mejor vida nacieron como hijos en las familias conquistadoras, mediante el cruce étnico, y los conquistadores despachados de igual modo a la dimensión espiritual, por la acción de los indios, tuvieron albergue en familias, también fruto de dicho cruce étnico, con el emergente mestizaje físico-espiritual resultante, de trascendentales consecuencias dignas de estudio. La naturaleza es sabia, y al conquistador español le gustaba la india, yacía con ella, y tenía hijos cuyos espíritus, según los casos, eran de la familia espiritual aborigen, y en otros, de la de los europeos, dando por fruto el mestizaje, -físico y espiritual- donde en la misma familia convivían espíritus aborígenes y europeos. Antes eran enemigos, ahora, por la ley cósmica, son miembros del mismo entorno familiar.

Lejos de desaparecer la familia espiritual pre-colonina, comenzó a camuflarse en ese nuevo mestizaje donde las familias emergentes, en el nuevo mundo, a partir de entonces, albergaban a espíritus aborígenes y los de los conquistadores, al mismo tiempo. A nivel físico se exterminaban unos con otros; desde el nivel espiritual, la ley cósmica, los integraba en un solo núcleo familiar.

La consecuencia de esto, la vamos a observar siglos después, cuando durante la guerra civil española, entre fraternos seres, unos con otros, se envían a mejor vida, en cantidades que aún la historia debe descifrar. Lo mismo que los conquistadores españoles hicieron vivir a los aborígenes americanos durante la conquista, exterminándolos, vivieron ellos, entre sí, en suelo patrio. Experimentaron análoga experiencia, por las razones que fueran. Cada quien suele beber, tarde o temprano, el mismo chocolate que sirve a otros. Es inevitable y justo, además, como acción pedagógica de la vida y expresión del profundo amor de la guía divina que nivela y armoniza a los seres por efecto de las leyes de afinidad, justicia, igualdad y compensación.

Paralelamente, el exilio de una inmensa cantidad de españoles durante la guerra civil, en el siglo XX, donde la flor y nata de España, -una constelación de intelectuales-, tuvo que emigrar de su propia patria, a enriquecer el Nuevo Mundo con sus aportes, se asemeja a la expulsión de los árabes y judíos, durante la reconquista, cuando en el mismo año del descubrimiento de América, en 1492, se expulsó de España el último bastión árabe, en Granada. Lo mismo que hicieron vivir con la reconquista, a los árabes y judíos, vivieron ellos, ahora, con el exilio, en la época franquista. Pero, -¿Quién mueve los hilos de la retorta del mundo? -¿Por qué se suceden los grupos espirituales, unos con otro, en el desarrollo de las civilizaciones? Con estos cambios, detrás de las apariencias, existen movimientos que conducen a los grupos espirituales en el lugar adecuado, en el momento oportuno, para realizar la obra de civilización que corresponde de acuerdo a la inquietud de los tiempos. Ese recurso humano de corte árabe y judío, fue a enriquecer otras regiones del mundo, floreciendo el Renacimiento italiano, primero, y el europeo, después. El contingente humano emergente, en España, con la reconquista y después de ésta, con el descubrimiento y conquista de un Nuevo Mundo, alcanza una trascendencia que supera cualquier acontecimiento ocurrido hasta entonces, equivalente a la expansión macedónica, liderada por Alejando Magno, en primer lugar, y por la de Roma, en segundo lugar. La labor de España, en América, no es inferior a ninguna de las dos, si exceptuamos la destrucción masiva de poblaciones enteras de aborígenes. (Para ser justos con España, los españoles se mezclaron con los aborígenes, y con el grupo étnico africano, en un grado inmensamente superior al de los ingleses en Norte América, -y otras regiones-, de ahí que en Ibero-América, si bien, aparentemente son más tardíos los efectos, las ventajas comparativas, a largo plazo, son de mayor alcance). Empero, el resultado final es equivalente, y visto desde una perspectiva espiritual, los artífices, también. Alejando Magno y Mahoma, personajes claves en épocas diversas, con igual magnitud de labor civilizadora, respectivamente, pese a las divergencias aparentes, son animados por el mismo ente espiritual, en una obra que va más allá de un simple ciclo de vida.

La expulsión árabe y judía, en la reconquista, y la emigración de los discípulos de la escuela platónica, en Constantinopla, por acción de Justiniano, quien ordenara el cierre de aquella magna institución, en el año 529 de nuestra era, por cuyo efecto ese recurso humano se desplaza a la región persa, en el actual Irán, va a representar un aporte enriquecedor, cuando años después, con la expansión árabe, encuentra allí un terreno fértil para el desarrollo de la filosofía, la ciencia, el arte y la espiritualidad islámica y sufí. Tanto Justiniano como el rey Fernando, son animados de un mismo espíritu en una obra equivalente, según los tiempos, de acuerdo a un plan que trasciende la percepción visible, en la dimensión objetiva.

Ese encuentro entre Sancho Panza y el moro Ricote, del que se vale Cervantes para representar los efectos que experimentan incontables seres, árabes y judíos, que se ven desplazados de su propia patria, en una nación que después de casi ocho siglos sigue considerando como a extranjeros a quienes con sus aportes enriquecieron el suelo íbero, es una lección admirable y denota la profunda agudeza histórico-espiritual del autor de Don Quijote. Hoy el mundo entero sigue admirando el legado árabe-judío de España y rindiendo honor a lo que, en suelo patrio, se sigue viendo con menosprecio, o por lo menos, valorándolo en grado inferior a lo que vale.

Cervantes mismo rinde justo homenaje a los árabes y su legado en España, en el capítulo 52 de la segunda parte del Quijote, cuando dice: -“Pensar que en esta vida las cosas della han de durar siempre en un estado es pensar en lo excusado; antes parece que ella anda todo en redondo, digo, a la redonda: la primavera sigue al verano, el verano al estío, el estío al otoño, y el otoño al invierno, y el invierno a la primavera, y así torna a andarse el tiempo con esta rueda continúa; sola la vida humana corre a su fin ligera más que el viento, sin esperar renovarse si no es en la otra, que no tiene términos que la limiten”. Luego, Cervantes agrega: -“Esto dice Cide Hamete, filósofo mahomético; porque esto de entender la ligereza e instabilidad de la vida presente, y la duración de la eterna que se espera, muchos sin lumbre de fe, sino con la luz natural, lo han entendido; pero aquí nuestro autor lo dice por la presteza con que se acabó, se consumió, se deshizo, se fue como en sombra y humo el gobierno de Sancho”. Vemos como Cervantes, a la mayor obra que los tiempos han visto, símbolo y emblema de la nación íbera, que demarca a España en dos etapas claramente definidas, la primera, antes del Quijote, y la segunda, después de él, pone por autor simbólico de su historia a Cide Hamete, el filósofo mahomético. -¿Era Cervantes español, judío o árabe? Muchos estudiosos han querido reflejar su condición de judío, de la cual gran número de españoles se sienten orgullosos, no así de la árabe, aunque ésta le haya dado más lustre. Empero, Cervantes rinde en el Quijote un constante homenaje a la cultura árabe, como justo reconocimiento a una de las civilizaciones más importantes y esplendorosas que ha dado el mundo occidental, conjuntamente con la más sublime y vigente espiritualidad: la sufí. Al margen de la eventual ascendencia judía o árabe de Cervantes, en nuestra opinión era tan español el autor del Quijote como los árabes y judíos expulsados de España después de la reconquista, y así se sentían ellos, al emigrar y llegar como inmigrantes a las nuevas y extrañas tierras que fertilizarían con su aporte étnico-civilizador. Este aspecto relativo a Ricote y su encuentro con Sancho Panza, relatándole la experiencia del exilio árabe desde España, denota la profunda agudeza histórico-espiritual de uno de los más emocionantes personajes de la historia: Miguel de Cervantes y Saavedra. Sin duda una lección para aprender de una de las mentes más preclaras que ha dado España al mundo, aún en la misma España y en Ibero-América, en general.

Igual peripecias, observadas y registradas por Cervantes, vivieron los artífices de aquel entuerto, con el exilio español, en una de las épocas históricas más extrañas, como la franquista, cuyos efectos, aún, los historiadores deben analizar con mayor profundidad. Ciertamente, la historia espera al nuevo Cervantes, que sea capaz de ver más allá de las apariencias y descifrar el hilo conductor que trasciende la dimensión objetiva y revela el plan cósmico, en el concierto de las naciones, en el planeta tierra, y en gran número de mundos, en el universo entero.


Adelante.

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