sábado, 24 de septiembre de 2016

LA SABIDURÍA DE CLEÓBULO


LA SABIDURÍA DE CLEÓBULO
©Giuseppe Isgró C.

Hidalgo, -dice Escudero, me gustaría que comentaras, hoy, los siguientes aforismos de Cleóbulo, el Líndico:
Escudero, -responde Hidalgo., escucha con atención:
                                                  
                  I.                   Él, como guía de vida, sugirió:
a)               -“Amar más el estudio que la ignorancia”. Escudero, -dice Hidalgo-: Nadie puede alcanzar logros que vayan más allá de hasta donde llegan sus conocimientos, experiencias y aptitudes. Para desarrollar estas tres importantes vertientes, cada ser precisa dedicarse al estudio constante de la vida, del universo y de las leyes, principios y valores universales que rigen las interrelaciones inherentes. Es necesario adquirir conciencia de lo que se ignora, en forma gradual, y esto es la misma vida en encargarse de proporcionarlo, diariamente, cuando la afrontamos. Constantemente nos antepone situaciones que nos obligan a la búsqueda del conocimiento adecuado del qué, del cómo, del cuándo, del dónde, del quién, del cuánto y del por qué. Además del razonamiento, por la lógica inductiva y deductiva, se obtienen percepciones intuitivas e inspirativas, que aportan la visión precisada, generando, paralelamente, la energía creadora para resolver cualquier circunstancia de turno, ad infinitum. Para ampliar la visión, se hace necesario aprovechar la experiencia de todos aquellos que nos han precedido en el camino, y de las mentes maestras de todos los tiempos. Con el estudio constante de la vida y obras de estos personajes, y del saber acumulado, en todo tiempo pasado, que nos pertenece, expandiremos la  visión existencial, y profesional, que nos permite encontrarle el sentido a la vida, en cada fase o etapa, en el eterno camino de retorno del ser individual al Ser Universal. Cuando se desarrolla el hábito del estudio, el placer de aprender, constantemente, es tan grande, que a cada instante se desea estudiar en el libro de la vida, y en todas las ciencias, filosofías y artes, como disciplina espiritual y práctica de todas las virtudes.
b)               –“Que la lengua sea bendiciente”: Es preciso dominar, Escudero, el hábito de quejarse de todo y de todos, y someter los pensamientos, los sentimientos, las palabras y los actos al dominio del Espíritu bajo la égida de los valores universales, aceptando la realidad tal como es, viendo más allá de las apariencias y descubriendo la oportunidad oculta que nos presentan todas las situaciones de la vida diaria. Esto empieza con la depuración de los pensamientos y los sentimientos, sintonizándolos con la polaridad positiva de los valores universales, con lo cual se canaliza la energía pertinente que vivifica, en su fluir, atrayendo, como un imán, lo semejante a lo que se piensa, se siente, se imagina, se habla y se hace. Lo que se expresa verbalmente, es precedido por los pensamientos y los sentimientos y los estados de conciencias, en sus respectivas estaciones mentales. Hay que empezar por elevarlos, estableciendo la conexión con la Divinidad, que los purifica, haciendo vibrar el propio ser a frecuencias más elevadas, con lo cual se comienzan a expresar las palabras mesuradas, llenas de prudencia, sabiduría y discernimiento, haciéndose cargo del efecto probable que cada una de ellas produce en el oyente,. Las palabras, al igual que los actos, activan la ley del karma, y se es responsable de lo que se dice y de lo que se hace, si con ello se producen perjuicios a otras personas, ya que una lengua maldiciente, puede descalificar, perjudicando la reputación ajena. En cambio, con un verbo pulcro, positivo, imbuido de palabras nobles y llenas de sabiduría, se armoniza, estimula y produce un inmenso bien, cuya cosecha se revierte, en primer lugar, hacia el emisor. Y lo contrario, también es cierto. Por eso, Sidhartha Gautama, poco después de Cleóbulo, diría que, para erradicar la causa de la insatisfacción personal, era preciso pronunciar rectas y nobles palabras. Se deben pronunciar bendiciones, por los campos de fuerzas positivos que crean alrededor de quien las pronuncia, abriendo canales de conexión con seres de análoga condición espiritual, en la ecología mental. Es preciso potenciar las bendiciones, con lo cual se antepone barreras positivas a la canalización de fuerzas poco deseables, facilitando las benéficas. Centrar, sosegadamente, la mente en la Divinidad, mediante el constante recuerdo de su nombre, repitiéndolo hasta sentir la conexión y la canalización de fuerzas elevadas, que aportan el pleno dominio de los pensamientos y sentimientos, el equilibrio mental y espiritual y la armonía del ser.
c)               –“Ser familiares a las virtudes y extraños del vicio”: Todos los sabios, a lo largo de la historia, y las principales doctrinas de cada país y época, han señalado la importancia del recto camino, es decir: Vivir de acuerdo con las leyes de la naturaleza y regidos por los valores universales del amor, la prudencia, la justicia, la fortaleza, la templanza y la belleza. Solamente enmarcando los pensamientos y los sentimientos dentro de los parámetros de los valores universales, se puede vivir una vida virtuosa, practicando todas las virtudes. La vergüenza, el decoro, el pudor y el deber, como maestros de vida, inhiben a cada ser, de transcender los límites de lo justo y perfecto, tanto por la acción como por la omisión.
d)               –“Amar a la justicia”: En la conciencia de cada ser existe impreso el libro de vida, con una hoja de cálculo, donde se registran los pensamientos, los sentimientos, las palabras y los actos. Los dos primeros, activan la ley de atracción, imantando a la propia vida lo semejante a lo que se piensa y siente. Pero, las palabras y los actos, activan a la ley del karma, y se es responsable de toda palabra y acciones injustas, debiéndose compensar todo efecto nocivo inherente. Si hay que pagar las consecuencias de las acciones injustas, a qué sirve incurrir en ellas? Una cosa tan sencilla, hasta un niño la puede comprender, si se le explica. Queda tanto camino por recorrer para hacer que las personas sean justas y virtuosas. Se precisa, Escudero, educar a los niños en los valores universales, compenetrándolos de la sabiduría que les es inherente, para que les sirva de guía de vida, en los pensamientos, sentimientos, palabras y actos. La educación en los valores del amor, la prudencia, la justicia, la fortaleza, la templanza y la belleza, facilitará la práctica de todas las virtudes, con naturalidad y desapego.
e)               –“Aconsejar a la Patria, lo mejor”: Todo líder preparado con los valores universales, con una visión de estadista elevada, como la tenía, por ejemplo, el mismo Cleóbulo, y los demás sabios de Grecia, podrá percibir las metas a corto, mediano, largo y macro plazo, convenientes  a las comunidades cuyos destinos rige, por determinado lapso. Es responsable del bien y del perjuicio que con sus acciones produce. Del primero, cosechará gloria; del segundo, su propia conciencia y sus contemporáneos, se encargarán de hacerle el reproche que le hará entrar en razón, experimentando la vergüenza pertinente. Es nuestra obligación contribuir a que la propia Patria sea mejor de cómo la hemos recibido. Cuando en un nuevo ciclo de vida se vuelve a la propia Patria, o en cualquier parte del Planeta Tierra, que es el hogar común, encontraremos lo que ahora anhelamos. Por eso, si queremos un mundo mejor al que nos ha tocado vivir, es nuestro deber contribuir a su desarrollo de acuerdo a las propias posibilidades.
f)                  -“Refrenar los apetitos”: Es preciso ser dueño y señor de sí mismo, comenzando por el dominio de los pensamientos y sentimientos. Si se ejerce el pleno control de los mismos, direccionándolos a voluntad, se hará, también, con todos los actos de la propia vida. La templanza, la moderación, el autodominio, la frugalidad, la austeridad y la disciplina, permitirán mantener el pleno equilibrio en todo. Esto se refleja en la propia dignidad. El sentido de la auto-estima conlleva el respeto propio y ajeno, en la comunidad en que se vive. Por lo cual, lo primero que hay que elevar es el sentimiento de la propia dignidad, cultivando los valores esenciales, manteniéndose, siempre, dentro de los límites impuestos por la vergüenza. Esto se traduce en una mejor salud física, mental y espiritual, y en el ejercicio de una vida plena y virtuosa.
g)               –“No hacer cosa alguna por fuerza”: Toda persona con elevado sentido de la propia dignidad, no desea obtener nada que le sea entregado ejerciendo determinado grado de fuerza o persuasión, que no sea el convencimiento natural de la otra parte. Prefiere, generalmente, declinar a recibir lo que le es debido, si debe recurrir a las acciones que trasciendan los límites de su auto-estima. Este mismo sentimiento, le impide que acepte realizar actos de acciones indebidas, por la manipulación, forzadas por amenazas veladas o abiertas. Se debe declinar la realización de cualquier acto cuya aceptación no haya sido valuada por un proceso de toma efectiva  de decisiones, y sobre todo cuando el mismo esté reñido con el sentido de la justicia. Cada ser, en los cuatro reinos naturales, está dotado del libre albedrío, por lo cual, al igual que se debe respetar la libertad en la toma de decisiones de los demás, es necesario hacer respetar la propia libertad de decisiones, declinando con amabilidad, pero con firmeza, toda imposición impuesta por intereses de grupo, que no se ajuste a lo justo, con lo cual se gana el respeto de las personas con quienes se interactúa, pero, sobre todo, el propio.
h)               –“Instruir a los hijos”: La mejor herencia es la educación, cosa clara, hoy en día, en la mayoría de los padres, por eso tanto esmero de que se cursen carreras universitarias en las mejores universidades del propio país y del mundo. Pero, la mejor educación de todas, es la de los valores, que deben ser enseñados por el ejemplo, ya que nadie puede dar lo que no tiene, ni pretender que los hijos sean virtuosos si a cada paso se les dan ejemplos contrarios.  Hay que estimular a los hijos en la lectura de biografías de hombres y mujeres ejemplares, que tanto modelan la vida. Ejemplos de este tipo de obra, son las Vidas Paralelas, de Plutarco, la Odisea, de Homero y El Quijote y las Novelas Ejemplares, de Cervantes, entre incontables otros.
i) –“Deshacer las enemistades”: Una conducta virtuosa, en todo momento, se granjea la amistad de todas las personas, pese a las excepciones temporales. Depende del respeto que tengamos hacia los demás, de la cortesía y del trato justo: es decir, ejerciendo la justicia en los pensamientos, los sentimientos, las palabras y los actos; siendo leal, respetuoso y haciendo a otros lo mismo que se quisiera recibir en idénticas situaciones, siempre dentro de la más estricta justicia y parámetros de los valores inherentes. Una disculpa a tiempo, o a posteriori; una compensación adecuada al perjuicio ocasionado, y sobre todo, no inmiscuyéndose en las cosas de los demás, ni permitir que los demás lo hagan con las propias, manteniendo cierta distancia, dentro de los parámetros de la digna convivencia, ya que el exceso de familiaridad, o confianza, al final, se traduce en enemistades gratuitas. Siempre es importante limar las asperezas, o los resentimientos, si ello es posible, caso contrario, hay que despreocuparse, y dejar que el tiempo, oportunamente, aporte la armonía y el orden inherentes. Es preciso dejar de realizar tratos con personas belicosas, inseguras o con ausencia de valores, ya que, al final, se traducirán en conflictos y en enemistades inconvenientes. Hay personas, que si no la hacen al inicio, la harán antes de terminar, porque esa característica forma parte de su naturaleza temporal. Con tales personas, es menester mantenerse al margen y abstenerse de realizar tratos de todo tipo e índole, única manera de asegurarse una paz mental.
j)–“A la mujer ni halagarla ni reñirla delante de otros; porque lo primero indica demencia; y, lo segundo, furor”. Esto, Escudero, se explica por sí mismo. Si alabas tu queso, querrán probarlo, y si lo descalificas, posiblemente, incitarás, igualmente a degustarlo. La reprobación en público refleja una ira exaltada fruto de la poca ascendencia sobre la mujer, lo cual resulta inconveniente. Es mejor que sobre las cosas inherentes a la propia intimidad nadie tenga inherencia más allá de lo prudente para evitar sinsabores. Pero, en todo, debe imperar el respeto, la mesura y la expresión de la propia dignidad, confianza, seguridad personal  y el sentido de la propia importancia.
k)               –“Que no se ha de reñir al doméstico cuando está embriagado, que si lo haces, parecerá más bien que lo insultas”: No solamente, Escudero, al doméstico, sino a cualquier miembro de la familia, si tuviere ese hábito poco edificante. Cuando vuelva a su sano juicio, generalmente, la misma persona se disculpa, ya que, casi siempre conserva el recuerdo del exceso verbal o de acciones indebidas en que haya incurrido. En ese momento, según el caso, se aprovecha la oportunidad, con las maneras adecuadas, de hacerle las sugerencias pertinentes, o las amonestaciones a que hubiere lugar.
l) –“No rías del que es perseguido con burlas y contumelias, porque se te hará enemigo”: La vida es un mecanismo lleno de sabiduría, donde cada ser, en los cuatro reinos naturales, tiene un objetivo fundamental, en cada fase de su existencia: Transmutar estados de conciencia a niveles más elevados y transformar la adversidad en oportunidades de crecimiento y triunfos, en tiempo oportuno. Esto determina que la manga de la sartén suele cambiar de manos y quien, en un momento dado se encontraba en situación de desventaja, puede, ahora, reubicarse en una posición de ventaja, respecto a los que, poco antes, les adversaban, o simplemente, le hostigaban, buscando perjudicarle. Tanto si de trata de un acto de justicia como de injusticia, por parte de la persona afectada, siempre al ser humano, y a cualquier otro ser de los cuatro reinos naturales, debe tratársele con consideración. Es decir, hay que atacar al acto, con justicia, pero, tratar con respeto a la persona, para elevar su dignidad. Si se logra este, el sentimiento de la autoestima hará el resto. Esta actitud respetuosa ejerce una influencia estimulante a la enmienda por parte de la persona involucrada, ya que, al descender por el camino de la ausencia de virtudes, o antivalores, la compasión, el sentido de la justicia, el trato humano, la bondad y la consideración, como si fuese un ser humano de elevadas condiciones morales, se le estimulará a ser como se le da a entender que es: un ser que no es más que la expresión de la Divinidad, en una fase poco favorable de su eterno camino de retorno. Pero, es una fase temporal, que la misma fuerza divina que reside en ella, le moverá hacia adelante, y un día, superada dicha etapa, aflorará lo que realmente es. Es importante mirarse en ese espejo, en el cual, en los incontables millones de existencias pasadas, muchos de nosotros hemos pasado por situaciones análogas, y seguramente, se volverán a tener bajones que superar, nuevamente, a niveles más elevados de conciencia. Por lo cual, con la misma vara con que se mide, se será medidos, y se probará la sopa del propio chocolate, para aprender a qué sabe, y de esta manera, ser más prudente la siguiente vez. Luego, el aforismo advierte en la posibilidad de hacerse de enemigos gratuitos, por la descortesía tenida con alguien que, pese a su condición, no ha realizado ningún perjuicio a los espectadores. Viendo más allá de las apariencias, ese ser humano, en condiciones tan desventajosas, no es más que uno de los rostros de la Divinidad que advierte a la comunidad de las miserias existentes en la sociedad, por ausencia de actos de justicia, de solidaridad y de amor, cuando se manifiestan cuadros de esa naturaleza. Significa que los líderes de turno y los que tienen la función de gobernar, a nivel local, nacional o mundial, no están cumpliendo, debidamente, su rol de contribuir a las condiciones de vida idóneas en sus respectivas localidades. En todo, y en estos casos también, se trata del respeto humano, del amor y de la compasión, y la actitud reflejada, en estas situaciones, indican lo que cada quien es, que puede ser peor el que se burla y hostiga, que el afectado.
m)            –“En tus prosperidades no te ensoberbezcas, ni en las adversidades te abatas de ánimo”: El largo camino de la vida tiene altos y bajos, y lo que importa es el promedio, o el resultado final, por el que cada quien será valuado. Todo éxito en un momento dado no deja de ser temporal y el logro obtenido, un adelanto que deberá ser utilizado con prudencia, acto seguido, cuando se le requiera. Si la persona se envanece, dejará de ver su siguiente meta y se puede extraviar, tomando sendas diversas a las convenientes. Por lo cual, el desapego del logro, permitirá conservar la prudencia, preparándose para la siguiente fase, oportunamente, sin pérdida de tiempo, ya que la vida, tiene preparada la nueva misión que habrá de afrontar. La persona prudente, conserva un estado anímico estable tanto en la prosperidad como en la adversidad, ya que para ella, su estado mental es de prosperidad en toda situación. Unas, las ventajosas, les presentan la oportunidad de optimizar sus recursos: aptitudes, experiencias, capital integral, y cualquier otro del cual disponga. Otras, las adversas, le demuestran que su poder es el mismo en toda circunstancia, y le permiten transmutar en ventajosas toda situación poco favorable, que no es más que la máscara que, bajo la modalidad de problemas por resolver, esconden la oportunidad de aportar bienes o servicios, y forjar caudales de riqueza y crecimiento personal. En ambas situaciones, se cumplen funciones de servicio con la comunidad, con la Divinidad, y consigo mismo, como una asunción de responsabilidad cósmica, o como suele decirse, en el argot gerencial moderno, de responsabilidad social. El camino de la vida es un eterno retorno del ser individual al Ser Universal, por lo cual, pararse en un tramo del mismo para vanagloriarse de un éxito relativo, y temporal, implicaría estancarse, quedándose rezagado de otros que le adelantarán. La vida sigue adelante sin pararse.
n)               –“Aprende a sufrir y a soportar con fortaleza los reveses de la fortuna”: Las personas que han alcanzado grandes éxitos, lo han hecho después de cierto número  de acciones infructuosas, que le demostraban que no era ese el camino por el que debía andar. Una puerta cerrada indica que se está abriendo otra, en algún lugar, que es la correcta; es preciso buscarla, verla y entrar por ella, empezando esa nueva senda. El desapego de los resultados permite seguir adelante con la atención puesta el triunfo final, sin importar el número de veces que se actúa en la búsqueda del resultado. Es preciso que la persona establezca una curva de resultados, del lapso factible dentro del cual es posible, estadísticamente hablando, la obtención del logro apetecido. Después de lo cual, mientras más tiempo transcurra, más cerca se estará de los resultados. Lo importante es no abandonar a mitad de camino, ya que, cuando las situaciones se ponen menos fáciles, es cuando más cerca se encuentra, cada quien, de transmutar las situaciones de desventaja en ventajosas, mudando la noche en día y surgiendo las coincidencias que aportan lo que se anhela. Oportunamente, el poder potencialmente infinito del cual se dispone, permite superar cualquier fase existencial, en el tiempo perfecto de Dios. Toda situación que se afronta en la vida es una oportunidad de aprendizaje y crecimiento personal, además de potenciar la expresión de la fortaleza, la templanza, la prudencia, el sentido de la justicia, la belleza y el equilibrio. La serenidad, la calma imperturbable, la impasibilidad, la confianza plena y el entusiasmo, afloran en la faz el ser que está consciente de que su estado de ánimo debe permanecer inalterable en los altos y bajos de la vida, centrando su atención en la Divinidad, deleitándose en su contemplación, ya que ella es la Dadora de todo, y lo que envía, en un momento dado, por la ley cósmica, es lo que conviene, en esa fase de desarrollo espiritual y humano.
o)               –“Hay que reverenciar al Padre”: El padre, y la madre, son los seres por los cuales hemos accedido a la fase física de la existencia. Ello forma parte de un plan de vida elaborado previamente, a nivel de pre reencarnación, por factores kármicos, o de afinidad, por querer realizar objetivos comunes. Pese a que los padres cumplen un rol, siguiendo, posteriormente, los hijos, sus propios caminos, sin apego, el respeto, el amor, la consideración, el apoyo que se les de, es una retribución insignificante por todo lo que ellos realizan por cada uno de sus hijos, que no podría enumerarse, en un momento dado. Aún cuando no exista una gran afinidad, por las circunstancias kármicas de vidas anteriores, el respeto, la consideración, el afecto y el amor, deben expresarse, generosamente, ya que se siembra, ahora, lo que se cosechará en el futuro, como aprendizaje de vida. Esto siempre se ha venido repitiendo y los antiguos percibieron, en ello, una profunda sabiduría. En los casos en que los padres y los hijos sean viejos amigos, o afines de incontables número de vidas anteriores, esa reverencia y afecto recíprocos se expresan mutuamente, en forma espontánea, sin esfuerzo alguno. Es que el amor que impera entre los seres, por la afinidad, por la amistad y por el sentimiento de justicia que rige el Espíritu de conciencia elevada, aflora con naturalidad. Aún en los seres de menor progreso espiritual, la afinidad permite que emerjan sentimientos de reverencia hacia los padres, espontáneamente. Empero, en todos los casos, los afines se juntan entre sí. Es preciso, como un acto de justicia, rendir tributo afectivo a los seres que tanto han dado por nosotros, como son los propios padres.
p)               –“O, instruido en muchas cosas, o, en ninguna”: La misión cósmica de cada ser, en los cuatro reinos naturales, es la percepción total de la sabiduría de los atributos divinos y/o valores universales, bajo cuyos parámetros regir las acciones de aprendizaje, ejercicio y magisterio de la verdad universal y de la práctica de todas las virtudes, en el eterno camino de retorno del ser individual al Ser Universal. Esto significa, que, es imperativo aprender, adquiriendo la experiencia integral, en todas las vertientes y variantes, sin límites de ninguna índole, como un mandato de la Divinidad. Es una misión eterna e infinita. Por supuesto, jamás se logrará alcanzar un límite, por cuanto siempre se encontrará un más allá en progreso y elevación de estados de conciencia. La especialización necesaria, temporalmente hablando, no deja de ser limitante en el desarrollo de la propia visión. La persona exitosa integralmente, se forma, a nivel profesional, conociendo lo más posible todas las áreas inherentes a su campo de acción. Al mismo tiempo, precisa formarse una visión global de la vida, de sus valores universales, de sus leyes y principios, de las ramas de culturas inherentes a todo tiempo y país, para formarse una visión amplia,  como bagaje humano, que permita encontrarle el sentido a la vida. Es preciso vivir una vida con propósitos esenciales acordes con las leyes cósmicas impresas en la conciencia. Los líderes, para serlo, desarrollan la visión capaz de orientar a sus cooperadores. Estudian a fondo todas las áreas del saber, de todas las épocas, para percibir las lecciones del pasado, comprender el presente y proyectar el futuro. El campo es extenso: La historia, la economía, los clásicos, la gerencia, la psicología, la filosofía, la axiología, o ciencia de los valores, el markenting, las ciencias, las tecnologías inherentes a su propio campo y otros interrelacionados, las biografías de los grandes hombres y mujeres, el Derecho, y las legislaciones vigentes, en cada país. Hay que conocerlo todo, gradualmente, única manera de que la propia opinión pueda ser tomada en cuenta en situaciones trascendentales.
q)               –“Sobreponte al placer”: Tanto el placer como el dolor, son maestros de la vida, y generalmente, van juntos. El placer permite realizar actividades que lo produzcan, evitando el segundo. Pero, el exceso de placer, en determinado grado, produce su opuesto, el dolor, que a su vez, permite descubrir las causas que lo generan, y a evitarlas. Todo obedece a la ley de causa y efecto. Si hay un efecto doloroso, es porque existe una causa que lo produce. De nada sirve paliar el dolor, si la causa persiste. Quitándola, el efecto desaparece por sí solo. El placer y el dolor, el dulce y el amargo, el bien y el mal, la noche y el día, la luz y la oscuridad, el amor y el odio, el éxito y la ausencia del mismo, entre tantos otros, son instrumentos de la ley cósmica que permiten el aprendizaje y la obtención de la experiencia, el conocimiento y el desarrollo de las propias aptitudes, es decir, la capacidad perceptiva, comprensiva y realizadora de la verdad y de la virtud. La fortaleza, la templanza, la prudencia, la belleza, la justicia y la armonía, permiten mantener el perfecto equilibrio en todo, dominando la ley de polaridad, imperando el justo medio en todo, pese a los vaivenes del movimiento pendular, que es preciso trascender, sin pararse en ninguna de sus fases, fluyendo en un llenarse y vaciarse, como aprendizaje fundamental, ejerciendo la práctica de las virtudes, y el magisterio de la verdad, enseñando con el ejemplo. 
r)                –“Da gracias a la suerte”: Detrás del término suerte, se esconde un mundo de causalidades, que determinan el éxito final en toda acción humana. Es que, cada quien forma parte de un propósito común y universal, todos cooperamos. La ley de la vida es el triunfo, aunque requiera su recto esfuerzo alcanzarlo, en preparación, estudios, experimentación, para adquirir experiencia, desarrollando aptitudes, percibiendo los puntos menos fuertes para transmutarlos en fortalezas, y anteponiéndose objetivos, con cuyo logro se da un aporte al entrono en que se vive. Ese objetivo de aportar bienes y servicios, se corresponde con la ley de oferta y demanda cósmicas, en todos los ámbitos existenciales. Es decir, el entorno universal está interesado en el propio éxito de cada quien, ya que su aporte llena una necesidad, y es precisado por alguien. De manera que, cuando, finalmente, el propio servicio o bien, es requerido por alguien, adquiriéndolo, implicando un éxito, que pareciera un factor de suerte, en la misma se expresaron un conjunto de causalidades que la produjeron. Aún así, es preciso mostrar gratitud, y expresarla, ya que, en el intervalo se recibió la ayuda de un incontable número de seres que hicieron factible dicha manifestación de éxito. La gratitud es un imán que atrae a la propia existencia un mayor número de cosas análogas por las cuales se efectúa. Hay que expresar, también, las gracias anticipadas por la suerte, y/o el éxito que se espera obtener en la realización de objetivos en curso, o por situaciones en espera de solución. Detrás de todo éxito existe una mentalidad decidida a lograrlo , con una visión clara del qué, del cómo, del cuándo, del dónde, del quien, del cuánto y del por qué. La constancia, la tenacidad, la confianza y el entusiasmo hacen el resto.                                                                                   
s)                –“Considérate en paz con el amigo de tu pueblo”. (Parafraseado). También, enemigo de quienes los son de la propia Patria, tanto foráneos como internos. De de ambas clases podrían existir, en un momento dado. Esto lo plantearon tanto Cleóbulo como Solón, en su época, expresando que nadie debía permanecer con indiferencia ante la invasión de enemigos de la Patria.  También lo hizo Simón Bolívar, en la época de la contienda por la Independencia Latinoamericana, ya que mucha gente no sabía a que bando pertenecía, por ser, realmente, una guerra civil entre fraternos seres, en esencia. Bolívar se inspiró en Solón, cuya lectura de su vida realizó en temprana edad en las Vidas Paralelas de Plutarco. Esta es una obra que toda persona debería leer por la inmensa sabiduría que contiene, y por ser la que más ha contribuido a forjar líderes y estadistas, en el mundo occidental, a partir del siglo II de nuestra era. En épocas como la nuestra en que tantas personas, en un momento dado emigran, buscando ambientes mejores, muchas veces lo que buscan afuera, lo podrían encontrar en el patrio suelo. Empero, los hilos del mundo y la retorta del mismo, son dirigidos por la ley de causa y efecto, y las cosas suelen ocurrir de la única manera en que deben hacerlo. Pero, las situaciones imperantes, permiten aflorar los líderes situacionales pertinentes, en tiempo oportuno, transmutando las situaciones en ventajosas, para gloria de unos y oprobio de otros menos dignos, pero, en beneficio del equilibrio de los pueblos involucrados. Aún en esto, existe la causalidad como maestra de vida que rige todo, donde cada quien cosecha lo mismo que siembra y es medido con la misma vara con que, previamente, midiera.

No hay comentarios:

EL ENCUENTRO EN LA VICTORIA



http://enbuscadelavictoria.blogspot.com/

UN ENCUENTRO EN LA VICTORIA

Autor: ©Giuseppe Isgró C.

Del libro: La Victoria

Capítulo I

Me encontraba un día, en una fuente de aguas tranquilas, cristalinas, cuando se me acercó un Venerable hombre, vestido a la antigua usanza, con bata blanca, larga, pelo y barba que alguna vez fueron de color pelirrojo y un báculo en la mano derecha.

Concentró sus ojos en los míos; su mirada era profunda, serena y apacible.

Con voz suave y afectiva, me dijo:

-“Hola, hijo, como estás”-.

–Bien, -le contesté-; y, ¿usted?

–Por aquí andamos; -fue su respuesta-, mientras me sonreía.

-¿Dónde estamos?, -le pregunté al Venerable hombre-.

-Este sitio es conocido como La Victoria; -me contestó-. –¿Qué haces por estos lados?

-Salí esta mañana, temprano, con el coche, a dar un paseo; luego, al llegar a esta zona, me paré a contemplar la belleza de los araguaneyes y decidí caminar un poco y la verdad que, absorto en mis reflexiones, caminé por lo menos durante dos horas, hasta llegar aquí. Desconocía este hermoso lugar. Y, usted, -¿vive por aquí cerca? -le pregunté-.

Un poco más arriba, en esa colina boscosa. Hace algunos años, -relata el Venerable hombre- decidí retirarme de la agitada vida ejecutiva en que me desenvolvía profesionalmente, como abogado, en la ciudad de Quebec, Canadá, aunque he viajado por diversos países asesorando a incontables líderes. Construí la casa, en esta zona tropical, con la idea de pasar aquí los meses de invierno. Me dedico al estudio de la vida, a la meditación y a cultivar mi jardín y de vez en cuando, a escribir mis reflexiones, las cuales, algún día, habrán de ser publicadas para esparcir un poco la luz que he podido vislumbrar en mis estudios metafísicos-espirituales.

-¿Quieres tomar un café? –Me preguntó el Venerable hombre-. Lo he traído de Caripe El Guácharo; es de los más exquisitos que he probado.

-Sí, con gusto se lo acepto; -le contesté-.

Nos fuimos caminando por un sendero rodeado de árboles cargados de mangos, aguacates, naranjas y una hilera de cayenas de diversos colores. A lo lejos, el ruido de la brisa se oía apaciblemente. Todo era quietud, armonía y paz. Pero, sobre todo, lo que más me impresionaba era la apacibilidad y el sosiego del Venerable hombre de La Victoria. Emanaba de él un flujo de fuerza que, en su presencia, me sentía con un poder y una seguridad nunca antes experimentados. Fuerzas bienhechoras se iban apoderando de mí y aquella paz y relax que buscaba en la mañana, al salir a dar un paseo, sin percatarme de ello, las estaba experimentando ya.

Después de unos quince minutos de caminar, llegamos a la casa del Venerable hombre. Su aspecto exterior humilde estaba lejos de dejar entrever lo que segundos después habría de asombrarme con lo que encontré en el interior.

Al entrar, en la casa, una joven de unos veinte años saludó al Venerable hombre.

-¡Hola, abuelo!, ¿cómo estás?

–Bien, hija, -contestó el Venerable hombre-. -Prepara un poco de café, Lucía, mientras conversamos un poco, adentro.

-Por cierto, te presento a Santiago, quien ha llegado paseando hasta La Victoria.

Después de la presentación, entramos en la biblioteca del Venerable hombre. Un salón grande, lleno de estantes de libros por todas partes, lo cual hacía inimaginable dicho cuadro desde el exterior. Algunos cuadros al óleo de morichales y de personajes históricos, presentaban un ambiente acogedor. En un rincón se encontraban diversos retratos de Tagore, Gandhi, Cicerón, Séneca, Ibn Arabi y un dibujo de Don Quijote y Sancho Panza. En un pequeño cuadro, podía leerse: -“Lo que Alá quiera. Nada se le asemeja”-.

-Le felicito por este inmenso tesoro que usted tiene aquí, -le dije al Venerable hombre-. -¿Cuáles son los temas de su interés?

A lo cual, me contestó: -Como usted puede ver, Santiago, -y me invitó a recorrer los estantes- aquí hay libros de variados temas: clásicos de todos los países y épocas, desde los Vedas, los Upanishads, el Mahabaratha, los libros de Confucio, El Tao te King, de Lao Tse, el Poema de Gilgamesh, el Código de Amurabí, autores griegos, como Homero y Hesiodo. Se encuentran las obras completas de Euclides, Platón, Aristóteles, Teofrasto, Demetrio de Falereo, de los Presocráticos, Epicteto, Plutarco, etcétera; de los latinos, autores como Séneca, Cicerón, -que son mis preferidos-, Julio César, Tito Livio, Dionisio de Halicarnaso, Marco Aurelio, así como libros de Psicología, Gerencia, Sufismo, Yoga, ensayos, filosofía, parapsicología, hermetismo, El Quijote, libros de economía, filosofía, etcétera, en fin, un poco de todo lo que es preciso conocer para poder entender el significado de la vida: de dónde venimos, por qué estamos aquí y hacía dónde vamos, sin lo cual, la vida no tendría sentido, sobre todo por el gran afán a que está sometido el ser humano en la agitada vida moderna.

Nos sentamos en sendas butacas y nos entretuvimos conversando de temas diversos. Al poco rato, entró Lucía con dos tazas de oloroso café y unos biscochos, que degustamos con agrado en una amena e interesante conversación. Al fondo, podía oírse una suave música de Beethoven.

Pasamos cerca de una hora conversando de sobre la Atlántida, Egipto, los griegos, de Homero, de los sufíes, del budismo zen, los poderes del espíritu, meditación, etcétera, después de lo cual, le hice una pregunta directa.

-Seguramente, usted ha desarrollado alguna técnica de meditación y algún método de resolución de situaciones, en la vida, que me quisiera explicar, ya que, según observo, para tener usted una serenidad tan acentuada y una fortaleza física a la edad que imagino que usted debe tener, -cerca de noventa años- es porque ha encontrado en su larga experiencia algún secreto que quizás quisiera compartir conmigo.

Santiago, -me dijo el Venerable hombre, si vuelves a visitarme otro día, quizá te cuente algo que te pueda servir. Empero, antes de que te vayas, te haré entrega de unos apuntes que hace ya muchos años, en una época en que yo andaba a la búsqueda de sosiego y tratando de encontrarle sentido a la vida, un Venerable hombre que, en una edad similar a la mía, a su vez me entregara y cuya práctica asidua me permitió domar la mente, encarrilar mi vida y poner bajo control los hilos del destino. Son veintidós manuscritos, y una meditación diaria, –continuó diciendo el Venerable hombre, que si bien son ya un poco antiguos, podrás copiarlos de nuevo y si pones en práctica las técnicas que contienen, darás a tu vida un esplendor que habrá de sorprenderte agradablemente.

-Una vez que los hayas probado con total y absoluta satisfacción de tu parte, -me dijo, ponlos en limpio, en forma de libro y publícalo para que su mensaje llegue a mayor número de personas. Hacía tiempo que esperaba a alguien a quien confiarle este legado y creo que hoy, al llegar aquí, en la forma en que lo has hecho, tus pasos han sido dirigidos por Aquel que todo lo sabe y puede, por la Ley Cósmica, y en cuyos planes universales, todos somos sus instrumentos.

Me despedí del Venerable hombre y de su adorable nieta, sintiendo dentro de mí fuerzas desconocidas hasta entonces que preanunciaban grandes cambios en mi vida.

En los días siguientes, aparté una hora diaria, antes de dormirme, y leí y releí, todos los manuscritos, de la siguiente manera: En primer lugar copié la Meditación diaria en un cuaderno, el cual leí durante veintidós noches y mañanas seguidas, tal como lo indicaban las instrucciones de la misma.

Una nota al pie de página mencionaba que si yo la transcribía en un cuaderno, el hecho de hacerlo, grabaría en mi ordenador mental las instrucciones y me sería más fácil desarrollar, en mi personalidad, las cualidades y condiciones que formaban parte de los objetivos implícitos en la misma.

De los veintidós manuscritos, cada lunes, a las once en punto de la noche, copiaba uno en el cuaderno, y durante el resto de la semana, a la misma hora, lo leía y meditaba, siguiendo las fáciles y efectivas técnicas e indicaciones al inicio del mismo.

Cuatro semanas después de leer durante veintidós días seguidos, en la noche y en la mañana, la meditación diaria, comenzaron a manifestarse en mi vida una serie de cambios positivos que me dejaban asombrado a mi mismo, pero, también, los miembros de mi familia y a mis amistades; sobre todo mi semblante comenzó a ser más apacible; volví a sonreír desde el interior; mi estado anímico era de contento; me sentía más seguro de mi mismo; comencé a confiar más en la gente, en la vida y a vislumbrar el sentido de mi misión en la vida –percibía cosas que antes me pasaban desapercibidas, a pesar de haber estado siempre allí. Sentía fluir en mí una nueva corriente vivificadora de prosperidad, de felicidad, de alegría de vivir. Mi entusiasmo y amor por la vida y por mi familia, por mi trabajo y por las personas, crecía día a día. En aproximadamente dos meses había logrado muchas de las cosas en las cuales había soñado desde hacía años. Había dado un paso sorprendente en el camino de la autorrealización.

Efectivamente, pude comprobar que me fue relativamente muy fácil desarrollar las aptitudes y actitudes a nivel físico, mental, emocional, espiritual y en diversos aspectos de mi vida, como el financiero, que comenzó a mejorar casi inmediatamente, así como, surgieron nuevas oportunidades que comencé a aprovechar, casi sin esfuerzo de mi parte.

Transcurría el año de 1967 y mi vida había encontrado un sendero que habría de conducirme a cooperar en forma más efectiva en el plan divino que el Supremo Hacedor, en algún momento, había diseñado para mí.

Tres meses después volví a aquel lugar donde había encontrado al Venerable hombre de La Victoria y allí estaba la fuente que él dijo llamarse La Victoria; empero, cuando traté de encontrar el camino para llegar a la casa donde amablemente me ofreció un delicioso café, preparado por su nieta Lucía, no logré encontrarlo, pese a haber recorrido durante un par de horas por los alrededores. Pregunté a varias personas para ver si podían indicarme como llegar a la casa del Venerable hombre y cual fue mi sorpresa, nadie lo conocía.

Empero, después de tanto buscar, volví a encontrar la casa donde vivía el Venerable hombre de La Victoria, pero se encontraba abandonada. Su aspecto indicaba que debía encontrarse en ese estado un lapso mayor del que mediaba con el encuentro de aquel ser extraordinario. Es sorprendente como los inmuebles solos acusan el paso del tiempo en mayor grado que los que son habitados. Si no fuera por los manuscritos pensaría que el encuentro no fue más que un simple sueño. -¿O se trata, acaso de un sueño combinado con un fenómeno de aporte? Personalmente, no lo creo. El encuentro fue muy vívido y real. El aromático café servido por Lucía estaba exquisito. Durante varios años volví al lugar varias veces, la casa seguía sola. La última vez que volví, no la pude ubicar y sin tener tiempo suficiente para seguir buscándola, me fui. Ahora, vivo muy lejos de aquella zona, en otro continente; han transcurrido muchos años y después de tanto tiempo es poco probable que vuelva allí; pero, los manuscritos y la meditación diaria obran en mi poder, me han transformado y han enriquecido mi vida.

Durante más de treinta y cinco años he puesto en práctica las diversas variantes de los ejercicios, afirmaciones y meditaciones que contienen los manuscritos y la meditación diaria y cada vez que los pongo en práctica, experimentos los mismos beneficios. Ahora, ellos se encuentran en el libro que usted tiene en sus manos; espero que les sean tan útiles como los han sido para mí.

Su contenido es eminentemente práctico; no hay teorías superfluas. Si lleva a cabo los ejercicios que contienen, es probable que, gradualmente, se vaya efectuando la transmutación alquímica de su ser sintonizándose con los elevados resultados existenciales, los cuales, por añadidura, al ser creados a nivel mental, se van manifestando en su propia vida, oportunamente.

Sobre todo, con estos ejercicios, me percaté, cuando el Venerable hombre me entregó los manuscritos, de que se dispone de un método para domar la mente y ejercer un pleno dominio sobre la vida en general y, por ende, sobre el destino y controlar, cuando eventualmente se presenten, todas las situaciones, manteniendo un perfecto equilibrio físico, mental, emocional, espiritual y financiero.

El Venerable hombre de La Victoria me comentaba que todo se puede lograr en la vida si se siembra la respectiva semilla por medio de correctas decisiones acordes con la propia y elevada auto-estima y dignidad personal, desarrollando el convencimiento de que sí se puede hacer, por medio de las afirmaciones, las visualizaciones y meditaciones, la experimentación de un estado emocional acorde al momento de ser logrados los respectivos resultados y la practica del desapego, es decir, dejar encargada a la mente psiconsciente del logro, y además, se espera el tiempo necesario haciendo, mientras tanto, todo lo que se requiere, según el caso o los objetivos por alcanzar.

Estas técnicas funcionan, me decía una y otra vez el Venerable hombre de La Victoria; luego, agregaba: -las he probado por más de cincuenta años y quien, a su vez me las entregó, habría hecho otro tanto, aseverando que eran efectivas, si yo seguía fielmente las instrucciones y las ponía en práctica con expectativas positivas.

Desde que en 1967, el Venerable hombre me hiciera entrega de los manuscritos, han transcurrido un poco más de de treinta y cinco años, durante los cuales yo también he puesto en práctica las diversas variantes de los ejercicios, afirmaciones y meditaciones que contienen, y cada vez que me ejercito con ellos, experimento los mismos beneficios. Ahora, ellos se encuentran en el libro que usted tiene en sus manos; espero que les sean tan útiles como los han sido para todos los que hemos aplicado las enseñanzas del Venerable hombre de La Victoria.

Él me repetía constantemente: -“¡Tú puedes si crees que puedes hacerlo! ¡Hazlo y tendrás el poder!

Recuerdo que ese día el Venerable hombre me dijo: -ejercer el poder con que la naturaleza de las cosas ha dotado a cada ser, cultivando los dones inherentes y aprendiendo todo lo que se pueda de sí y del vasto universo del que se forma parte, es una manera efectiva de ser cada día más feliz. Luego, cuando me despedí de él, expresó: -“¡Que cada día brille más y mejor tu luz interior!”.- Adelante.

Capítulo 2

Meditación diaria

Es lunes en la noche, son las once en punto.

Me dispongo a copiar textualmente, en el cuaderno que he dispuesto para ello, el manuscrito identificado con el título:

Meditación diaria

Dice así:

Afirme, en la mañana y en la noche, antes de dormir, durante veintidós días; luego, cada vez que lo desee, esta poderosa fórmula de programación mental positiva y descubra cómo, con facilidad, van ocurriendo cosas maravillosas en su vida:

MEDITACIÓN DIARIA

Afirma, en la mañana y en la noche, antes de dormir, durante veintidós días; luego, cada vez que lo desees, esta poderosa fórmula de programación mental positiva y descubre cómo, con facilidad, van ocurriendo cosas maravillosas en tu vida. Al encender la luz en la mente se ilumina la propia existencia y todo en derredor vibra al unísono y con el mismo sentimiento de felicidad y bienestar, interrelacionándose por la ley de afinidad.

1. -Entro en el nivel de mi mente psiconsciente, en el centro de control de mi piloto mental automático, donde todo va bien, siempre, contando de tres a uno: Tres, dos, uno.

Ø Ahora, estoy ya en el nivel de mi mente psiconsciente, en el centro de control de mi piloto mental automático, donde todo va bien, siempre.

Ø Voy a permanecer en el nivel de mi mente psiconsciente, en el centro de control de mi piloto mental automático, donde todo va bien, siempre, durante quince minutos y voy a programar los siguientes efectos positivos, los cuales perduran, cada vez mejor, hasta que vuelva a realizar este acceso y programación mental:

Ø Todo va bien, siempre, en todos los aspectos de mi vida, cada día mejor. (Tres veces). –Imagínalo-.

Ø Todo va bien en mi trabajo; cada día logro mejores niveles de efectividad, prosperidad, riqueza, abundancia y bienestar. (Imagínalo).

2. Formo una unidad cósmica perfecta con el Creador Universal, -ELOÍ. (Diez veces, con los ojos cerrados). Hoy se expresa en mí la Perfección universal de la Vida, del amor, de la luz, de la sabiduría, del perdón, de la percepción de la verdad, de la aceptación de la realidad, de la justicia, de la igualdad, de la compensación, de la fortaleza, de la templanza, de la belleza, del equilibrio, de la armonía, de la salud, de la prosperidad, de la riqueza, de la abundancia, del servicio y de la provisión en todos los aspectos de mi vida.

3. -Cada día, en todas formas y condiciones, mi cuerpo y mi mente funcionan mejor y mejor. La consciencia de mi conexión permanente e indisoluble con el Creador Universal, -ELOÍ-, restablece y mantiene en mí, diariamente, durante las veinticuatro horas del día, un perfecto estado de salud a nivel físico, mental, emocional y espiritual. Gracias, Creador Universal, por darme un cuerpo perfecto, saludable, lleno de energía. Aquí y ahora, me siento en perfecto equilibrio de salud, a nivel físico, mental, emocional y espiritual.

4. Afronto y resuelvo bien toda situación que me compete, siempre.

5. Todo tiene solución, en todas las situaciones de mi vida.

6. El Creador Universal, -ELOÍ-, es en mí, cada día mejor, en todos los aspectos de mi vida, fuente de amor, luz, sabiduría, éxito, riqueza, prosperidad, abundancia y armonía.

7. Permito que las leyes universales de la Vida, del amor, de la luz, de la sabiduría, del perdón, de la percepción de la verdad, de la aceptación de la realidad, de la justicia, de la igualdad, de la compensación, de la fortaleza, de la templanza, de la belleza, del equilibrio, de la armonía, de la salud, de la prosperidad, de la riqueza, de la abundancia, del servicio y de la provisión actúen bien en el plan de mi vida.

8. Tengo prosperidad y poder. Cada día enriquezco mejor mi vida a través del servicio efectivo, del amor y de la práctica de todas las virtudes.

9. Mi dignidad personal me lleva a realizar las cosas que me competen con la máxima perfección posible.

10. Cada día, en todas formas y condiciones, en todos los aspectos de mi vida, estoy mejor y mejor a nivel físico, mental, emocional, espiritual y financiero.

11. Actúo con templanza, serenidad, autodominio y perfecto equilibrio en todo. Conservo plena autonomía y control sobre todas mis facultades físicas, mentales, emocionales, intelectuales y espirituales. Hecho está. (Visualizar un escudo protector de luz que te envuelve y protege; -una pirámide-).

12. Tengo fortaleza, valor, confianza y fe suficiente para triunfar y alcanzar todas mis metas, de acuerdo con la voluntad del Creador Universal, -ELOÍ-, y en armonía con sus planes cósmicos. Soy inmune e invulnerable a las influencias y sugestiones del medio ambiente y de cualquier persona a nivel físico, mental, emocional y espiritual, en las dimensiones objetivas y subjetivas y en cualesquiera otras en que sea requerido.

13. El orden universal de la Vida, del amor, de la luz, de la sabiduría, del perdón, de la percepción de la verdad, de la aceptación de la realidad, de la justicia, de la igualdad, de la compensación, de la fortaleza, de la templanza, de la belleza, del equilibrio, de la armonía, de la salud, de la prosperidad, de la riqueza, de la abundancia, del servicio y de la provisión se establece en mi vida, en todos mis asuntos y en las personas interrelacionadas, aquí y ahora. Hecho está.

14. Asumo la responsabilidad de mis actos y cumplo bien todos mis compromisos, siempre oportunamente, de acuerdo con el orden cósmico.

15. El Creador Universal, -ELOÍ-, nos da abundancia y armonía en el eterno presente. Vivo en abundancia y en armonía perfectas, aquí, ahora y siempre.

16. El Creador Universal, -ELOÍ-, se está ocupando de todo, en todos los aspectos de mi vida, y se expresa en mí conciencia intuitiva por medio de los sentimientos en correspondencia con los valores universales.

17. Gracias, Creador Universal, -ELOÍ-, por esta vida maravillosa. Que Tu Inteligencia Infinita, Amor, Sabiduría, Justicia, Luz, y Poder Creador guíen, adecuadamente, todas mis decisiones y acciones, ahora y siempre. Gracias, Eloí, por este día maravilloso.

18. El Creador Universal, -ELOÍ-, nos proteja, aquí y en cualquier lugar, ahora y siempre. (Tres veces).

19. Siempre espero lo mejor, de acuerdo con la voluntad del Creador Universal, -ELOÍ-, y la Ley Cósmica, en armonía con todos.

20. Gracias, Creador Universal; todo va bien en todos los aspectos de mi vida, a nivel físico, mental, emocional y espiritual. Gracias, Eloí, todo va bien en mis practicas espirituales y en mi relación Contigo; Tú y yo formamos una unidad perfecta, armónica, aquí y ahora, en el eterno presente. Yo soy Tú, Tú eres yo. Te amo.

21. Voy a realizar –obtener o resolver- (mencionar), antes del: (fecha), de acuerdo al orden divino y en armonía con todos. (Si se trata de varios objetivos, anótelos y haga la afirmación y visualización con cada uno de ellos. Imagínelo concluido satisfactoriamente sin imponer canal alguno de manifestación.)

22. Tengo serenidad y calma imperturbable. Soy impasible frente a todo y a todos. No tengo temor a nada, a nadie ni de nadie en ningún nivel físico, mental, emocional, espiritual y financiero. Dentro de mí vibra la seguridad total. Tengo completa confianza en la vida y en mi propia capacidad de resolver situaciones y alcanzar los resultados satisfactorios que preciso, en cada caso, siempre.

A continuación anoté la fecha: Lunes 12 de agosto de 1967. Luego, tal como me lo indicó el Venerable hombre, anoté la fecha que correspondía veintidós días después: 03 de septiembre de 1967.

Acto seguido, me senté cómodamente, tomé tres respiraciones profundas y realicé la meditación.

Luego, cada noche, durante veintidós días, a las once en punto, me iba a mi cuarto, daba indicaciones de no ser interrumpido durante veinte minutos y realizaba la meditación del día, la cual, siempre complementaba con la lectura breve de uno de los libros de cabecera que siempre suelo tener en mi mesa de noche.

Iba notando, día a día como emergía de mi interior una nueva y desconocida fortaleza, seguridad, estado de ánimo contento, actitud más decidida, optimismo frente a la vida y a las situaciones; comencé a llevarme mejor en las relaciones con las demás personas, a ser más comedido en todo y sobre todo comenzaba a tener conciencia de cosas que antes me solían pasar desapercibidas.

Cabe destacar que, en el punto número veintiuno de la meditación, había anotado siete objetivos que desde hacía tiempo quería realizar y para mi sorpresa, treinta días después de haber terminado de efectuar la meditación del manuscrito número veintidós comencé a observar como, en forma aparentemente casual se iban manifestando la resultados de cada uno de ellos hasta que, algunos meses después, antes de la fechas previstas, los había realizado todos, menos dos, por lo cual, me senté y volví a anotar, en una hoja de mi cuaderno, otros diez objetivos, encabezados por los dos pendientes de la lista anterior, les puse la fecha tope a cada uno, antes de la cual debían ser logrados, para seguir visualizando, su logro, periódicamente.

http://enbuscadelavictoria.blogspot.com/

sábado, 24 de septiembre de 2016

LA SABIDURÍA DE CLEÓBULO


LA SABIDURÍA DE CLEÓBULO
©Giuseppe Isgró C.

Hidalgo, -dice Escudero, me gustaría que comentaras, hoy, los siguientes aforismos de Cleóbulo, el Líndico:
Escudero, -responde Hidalgo., escucha con atención:
                                                  
                  I.                   Él, como guía de vida, sugirió:
a)               -“Amar más el estudio que la ignorancia”. Escudero, -dice Hidalgo-: Nadie puede alcanzar logros que vayan más allá de hasta donde llegan sus conocimientos, experiencias y aptitudes. Para desarrollar estas tres importantes vertientes, cada ser precisa dedicarse al estudio constante de la vida, del universo y de las leyes, principios y valores universales que rigen las interrelaciones inherentes. Es necesario adquirir conciencia de lo que se ignora, en forma gradual, y esto es la misma vida en encargarse de proporcionarlo, diariamente, cuando la afrontamos. Constantemente nos antepone situaciones que nos obligan a la búsqueda del conocimiento adecuado del qué, del cómo, del cuándo, del dónde, del quién, del cuánto y del por qué. Además del razonamiento, por la lógica inductiva y deductiva, se obtienen percepciones intuitivas e inspirativas, que aportan la visión precisada, generando, paralelamente, la energía creadora para resolver cualquier circunstancia de turno, ad infinitum. Para ampliar la visión, se hace necesario aprovechar la experiencia de todos aquellos que nos han precedido en el camino, y de las mentes maestras de todos los tiempos. Con el estudio constante de la vida y obras de estos personajes, y del saber acumulado, en todo tiempo pasado, que nos pertenece, expandiremos la  visión existencial, y profesional, que nos permite encontrarle el sentido a la vida, en cada fase o etapa, en el eterno camino de retorno del ser individual al Ser Universal. Cuando se desarrolla el hábito del estudio, el placer de aprender, constantemente, es tan grande, que a cada instante se desea estudiar en el libro de la vida, y en todas las ciencias, filosofías y artes, como disciplina espiritual y práctica de todas las virtudes.
b)               –“Que la lengua sea bendiciente”: Es preciso dominar, Escudero, el hábito de quejarse de todo y de todos, y someter los pensamientos, los sentimientos, las palabras y los actos al dominio del Espíritu bajo la égida de los valores universales, aceptando la realidad tal como es, viendo más allá de las apariencias y descubriendo la oportunidad oculta que nos presentan todas las situaciones de la vida diaria. Esto empieza con la depuración de los pensamientos y los sentimientos, sintonizándolos con la polaridad positiva de los valores universales, con lo cual se canaliza la energía pertinente que vivifica, en su fluir, atrayendo, como un imán, lo semejante a lo que se piensa, se siente, se imagina, se habla y se hace. Lo que se expresa verbalmente, es precedido por los pensamientos y los sentimientos y los estados de conciencias, en sus respectivas estaciones mentales. Hay que empezar por elevarlos, estableciendo la conexión con la Divinidad, que los purifica, haciendo vibrar el propio ser a frecuencias más elevadas, con lo cual se comienzan a expresar las palabras mesuradas, llenas de prudencia, sabiduría y discernimiento, haciéndose cargo del efecto probable que cada una de ellas produce en el oyente,. Las palabras, al igual que los actos, activan la ley del karma, y se es responsable de lo que se dice y de lo que se hace, si con ello se producen perjuicios a otras personas, ya que una lengua maldiciente, puede descalificar, perjudicando la reputación ajena. En cambio, con un verbo pulcro, positivo, imbuido de palabras nobles y llenas de sabiduría, se armoniza, estimula y produce un inmenso bien, cuya cosecha se revierte, en primer lugar, hacia el emisor. Y lo contrario, también es cierto. Por eso, Sidhartha Gautama, poco después de Cleóbulo, diría que, para erradicar la causa de la insatisfacción personal, era preciso pronunciar rectas y nobles palabras. Se deben pronunciar bendiciones, por los campos de fuerzas positivos que crean alrededor de quien las pronuncia, abriendo canales de conexión con seres de análoga condición espiritual, en la ecología mental. Es preciso potenciar las bendiciones, con lo cual se antepone barreras positivas a la canalización de fuerzas poco deseables, facilitando las benéficas. Centrar, sosegadamente, la mente en la Divinidad, mediante el constante recuerdo de su nombre, repitiéndolo hasta sentir la conexión y la canalización de fuerzas elevadas, que aportan el pleno dominio de los pensamientos y sentimientos, el equilibrio mental y espiritual y la armonía del ser.
c)               –“Ser familiares a las virtudes y extraños del vicio”: Todos los sabios, a lo largo de la historia, y las principales doctrinas de cada país y época, han señalado la importancia del recto camino, es decir: Vivir de acuerdo con las leyes de la naturaleza y regidos por los valores universales del amor, la prudencia, la justicia, la fortaleza, la templanza y la belleza. Solamente enmarcando los pensamientos y los sentimientos dentro de los parámetros de los valores universales, se puede vivir una vida virtuosa, practicando todas las virtudes. La vergüenza, el decoro, el pudor y el deber, como maestros de vida, inhiben a cada ser, de transcender los límites de lo justo y perfecto, tanto por la acción como por la omisión.
d)               –“Amar a la justicia”: En la conciencia de cada ser existe impreso el libro de vida, con una hoja de cálculo, donde se registran los pensamientos, los sentimientos, las palabras y los actos. Los dos primeros, activan la ley de atracción, imantando a la propia vida lo semejante a lo que se piensa y siente. Pero, las palabras y los actos, activan a la ley del karma, y se es responsable de toda palabra y acciones injustas, debiéndose compensar todo efecto nocivo inherente. Si hay que pagar las consecuencias de las acciones injustas, a qué sirve incurrir en ellas? Una cosa tan sencilla, hasta un niño la puede comprender, si se le explica. Queda tanto camino por recorrer para hacer que las personas sean justas y virtuosas. Se precisa, Escudero, educar a los niños en los valores universales, compenetrándolos de la sabiduría que les es inherente, para que les sirva de guía de vida, en los pensamientos, sentimientos, palabras y actos. La educación en los valores del amor, la prudencia, la justicia, la fortaleza, la templanza y la belleza, facilitará la práctica de todas las virtudes, con naturalidad y desapego.
e)               –“Aconsejar a la Patria, lo mejor”: Todo líder preparado con los valores universales, con una visión de estadista elevada, como la tenía, por ejemplo, el mismo Cleóbulo, y los demás sabios de Grecia, podrá percibir las metas a corto, mediano, largo y macro plazo, convenientes  a las comunidades cuyos destinos rige, por determinado lapso. Es responsable del bien y del perjuicio que con sus acciones produce. Del primero, cosechará gloria; del segundo, su propia conciencia y sus contemporáneos, se encargarán de hacerle el reproche que le hará entrar en razón, experimentando la vergüenza pertinente. Es nuestra obligación contribuir a que la propia Patria sea mejor de cómo la hemos recibido. Cuando en un nuevo ciclo de vida se vuelve a la propia Patria, o en cualquier parte del Planeta Tierra, que es el hogar común, encontraremos lo que ahora anhelamos. Por eso, si queremos un mundo mejor al que nos ha tocado vivir, es nuestro deber contribuir a su desarrollo de acuerdo a las propias posibilidades.
f)                  -“Refrenar los apetitos”: Es preciso ser dueño y señor de sí mismo, comenzando por el dominio de los pensamientos y sentimientos. Si se ejerce el pleno control de los mismos, direccionándolos a voluntad, se hará, también, con todos los actos de la propia vida. La templanza, la moderación, el autodominio, la frugalidad, la austeridad y la disciplina, permitirán mantener el pleno equilibrio en todo. Esto se refleja en la propia dignidad. El sentido de la auto-estima conlleva el respeto propio y ajeno, en la comunidad en que se vive. Por lo cual, lo primero que hay que elevar es el sentimiento de la propia dignidad, cultivando los valores esenciales, manteniéndose, siempre, dentro de los límites impuestos por la vergüenza. Esto se traduce en una mejor salud física, mental y espiritual, y en el ejercicio de una vida plena y virtuosa.
g)               –“No hacer cosa alguna por fuerza”: Toda persona con elevado sentido de la propia dignidad, no desea obtener nada que le sea entregado ejerciendo determinado grado de fuerza o persuasión, que no sea el convencimiento natural de la otra parte. Prefiere, generalmente, declinar a recibir lo que le es debido, si debe recurrir a las acciones que trasciendan los límites de su auto-estima. Este mismo sentimiento, le impide que acepte realizar actos de acciones indebidas, por la manipulación, forzadas por amenazas veladas o abiertas. Se debe declinar la realización de cualquier acto cuya aceptación no haya sido valuada por un proceso de toma efectiva  de decisiones, y sobre todo cuando el mismo esté reñido con el sentido de la justicia. Cada ser, en los cuatro reinos naturales, está dotado del libre albedrío, por lo cual, al igual que se debe respetar la libertad en la toma de decisiones de los demás, es necesario hacer respetar la propia libertad de decisiones, declinando con amabilidad, pero con firmeza, toda imposición impuesta por intereses de grupo, que no se ajuste a lo justo, con lo cual se gana el respeto de las personas con quienes se interactúa, pero, sobre todo, el propio.
h)               –“Instruir a los hijos”: La mejor herencia es la educación, cosa clara, hoy en día, en la mayoría de los padres, por eso tanto esmero de que se cursen carreras universitarias en las mejores universidades del propio país y del mundo. Pero, la mejor educación de todas, es la de los valores, que deben ser enseñados por el ejemplo, ya que nadie puede dar lo que no tiene, ni pretender que los hijos sean virtuosos si a cada paso se les dan ejemplos contrarios.  Hay que estimular a los hijos en la lectura de biografías de hombres y mujeres ejemplares, que tanto modelan la vida. Ejemplos de este tipo de obra, son las Vidas Paralelas, de Plutarco, la Odisea, de Homero y El Quijote y las Novelas Ejemplares, de Cervantes, entre incontables otros.
i) –“Deshacer las enemistades”: Una conducta virtuosa, en todo momento, se granjea la amistad de todas las personas, pese a las excepciones temporales. Depende del respeto que tengamos hacia los demás, de la cortesía y del trato justo: es decir, ejerciendo la justicia en los pensamientos, los sentimientos, las palabras y los actos; siendo leal, respetuoso y haciendo a otros lo mismo que se quisiera recibir en idénticas situaciones, siempre dentro de la más estricta justicia y parámetros de los valores inherentes. Una disculpa a tiempo, o a posteriori; una compensación adecuada al perjuicio ocasionado, y sobre todo, no inmiscuyéndose en las cosas de los demás, ni permitir que los demás lo hagan con las propias, manteniendo cierta distancia, dentro de los parámetros de la digna convivencia, ya que el exceso de familiaridad, o confianza, al final, se traduce en enemistades gratuitas. Siempre es importante limar las asperezas, o los resentimientos, si ello es posible, caso contrario, hay que despreocuparse, y dejar que el tiempo, oportunamente, aporte la armonía y el orden inherentes. Es preciso dejar de realizar tratos con personas belicosas, inseguras o con ausencia de valores, ya que, al final, se traducirán en conflictos y en enemistades inconvenientes. Hay personas, que si no la hacen al inicio, la harán antes de terminar, porque esa característica forma parte de su naturaleza temporal. Con tales personas, es menester mantenerse al margen y abstenerse de realizar tratos de todo tipo e índole, única manera de asegurarse una paz mental.
j)–“A la mujer ni halagarla ni reñirla delante de otros; porque lo primero indica demencia; y, lo segundo, furor”. Esto, Escudero, se explica por sí mismo. Si alabas tu queso, querrán probarlo, y si lo descalificas, posiblemente, incitarás, igualmente a degustarlo. La reprobación en público refleja una ira exaltada fruto de la poca ascendencia sobre la mujer, lo cual resulta inconveniente. Es mejor que sobre las cosas inherentes a la propia intimidad nadie tenga inherencia más allá de lo prudente para evitar sinsabores. Pero, en todo, debe imperar el respeto, la mesura y la expresión de la propia dignidad, confianza, seguridad personal  y el sentido de la propia importancia.
k)               –“Que no se ha de reñir al doméstico cuando está embriagado, que si lo haces, parecerá más bien que lo insultas”: No solamente, Escudero, al doméstico, sino a cualquier miembro de la familia, si tuviere ese hábito poco edificante. Cuando vuelva a su sano juicio, generalmente, la misma persona se disculpa, ya que, casi siempre conserva el recuerdo del exceso verbal o de acciones indebidas en que haya incurrido. En ese momento, según el caso, se aprovecha la oportunidad, con las maneras adecuadas, de hacerle las sugerencias pertinentes, o las amonestaciones a que hubiere lugar.
l) –“No rías del que es perseguido con burlas y contumelias, porque se te hará enemigo”: La vida es un mecanismo lleno de sabiduría, donde cada ser, en los cuatro reinos naturales, tiene un objetivo fundamental, en cada fase de su existencia: Transmutar estados de conciencia a niveles más elevados y transformar la adversidad en oportunidades de crecimiento y triunfos, en tiempo oportuno. Esto determina que la manga de la sartén suele cambiar de manos y quien, en un momento dado se encontraba en situación de desventaja, puede, ahora, reubicarse en una posición de ventaja, respecto a los que, poco antes, les adversaban, o simplemente, le hostigaban, buscando perjudicarle. Tanto si de trata de un acto de justicia como de injusticia, por parte de la persona afectada, siempre al ser humano, y a cualquier otro ser de los cuatro reinos naturales, debe tratársele con consideración. Es decir, hay que atacar al acto, con justicia, pero, tratar con respeto a la persona, para elevar su dignidad. Si se logra este, el sentimiento de la autoestima hará el resto. Esta actitud respetuosa ejerce una influencia estimulante a la enmienda por parte de la persona involucrada, ya que, al descender por el camino de la ausencia de virtudes, o antivalores, la compasión, el sentido de la justicia, el trato humano, la bondad y la consideración, como si fuese un ser humano de elevadas condiciones morales, se le estimulará a ser como se le da a entender que es: un ser que no es más que la expresión de la Divinidad, en una fase poco favorable de su eterno camino de retorno. Pero, es una fase temporal, que la misma fuerza divina que reside en ella, le moverá hacia adelante, y un día, superada dicha etapa, aflorará lo que realmente es. Es importante mirarse en ese espejo, en el cual, en los incontables millones de existencias pasadas, muchos de nosotros hemos pasado por situaciones análogas, y seguramente, se volverán a tener bajones que superar, nuevamente, a niveles más elevados de conciencia. Por lo cual, con la misma vara con que se mide, se será medidos, y se probará la sopa del propio chocolate, para aprender a qué sabe, y de esta manera, ser más prudente la siguiente vez. Luego, el aforismo advierte en la posibilidad de hacerse de enemigos gratuitos, por la descortesía tenida con alguien que, pese a su condición, no ha realizado ningún perjuicio a los espectadores. Viendo más allá de las apariencias, ese ser humano, en condiciones tan desventajosas, no es más que uno de los rostros de la Divinidad que advierte a la comunidad de las miserias existentes en la sociedad, por ausencia de actos de justicia, de solidaridad y de amor, cuando se manifiestan cuadros de esa naturaleza. Significa que los líderes de turno y los que tienen la función de gobernar, a nivel local, nacional o mundial, no están cumpliendo, debidamente, su rol de contribuir a las condiciones de vida idóneas en sus respectivas localidades. En todo, y en estos casos también, se trata del respeto humano, del amor y de la compasión, y la actitud reflejada, en estas situaciones, indican lo que cada quien es, que puede ser peor el que se burla y hostiga, que el afectado.
m)            –“En tus prosperidades no te ensoberbezcas, ni en las adversidades te abatas de ánimo”: El largo camino de la vida tiene altos y bajos, y lo que importa es el promedio, o el resultado final, por el que cada quien será valuado. Todo éxito en un momento dado no deja de ser temporal y el logro obtenido, un adelanto que deberá ser utilizado con prudencia, acto seguido, cuando se le requiera. Si la persona se envanece, dejará de ver su siguiente meta y se puede extraviar, tomando sendas diversas a las convenientes. Por lo cual, el desapego del logro, permitirá conservar la prudencia, preparándose para la siguiente fase, oportunamente, sin pérdida de tiempo, ya que la vida, tiene preparada la nueva misión que habrá de afrontar. La persona prudente, conserva un estado anímico estable tanto en la prosperidad como en la adversidad, ya que para ella, su estado mental es de prosperidad en toda situación. Unas, las ventajosas, les presentan la oportunidad de optimizar sus recursos: aptitudes, experiencias, capital integral, y cualquier otro del cual disponga. Otras, las adversas, le demuestran que su poder es el mismo en toda circunstancia, y le permiten transmutar en ventajosas toda situación poco favorable, que no es más que la máscara que, bajo la modalidad de problemas por resolver, esconden la oportunidad de aportar bienes o servicios, y forjar caudales de riqueza y crecimiento personal. En ambas situaciones, se cumplen funciones de servicio con la comunidad, con la Divinidad, y consigo mismo, como una asunción de responsabilidad cósmica, o como suele decirse, en el argot gerencial moderno, de responsabilidad social. El camino de la vida es un eterno retorno del ser individual al Ser Universal, por lo cual, pararse en un tramo del mismo para vanagloriarse de un éxito relativo, y temporal, implicaría estancarse, quedándose rezagado de otros que le adelantarán. La vida sigue adelante sin pararse.
n)               –“Aprende a sufrir y a soportar con fortaleza los reveses de la fortuna”: Las personas que han alcanzado grandes éxitos, lo han hecho después de cierto número  de acciones infructuosas, que le demostraban que no era ese el camino por el que debía andar. Una puerta cerrada indica que se está abriendo otra, en algún lugar, que es la correcta; es preciso buscarla, verla y entrar por ella, empezando esa nueva senda. El desapego de los resultados permite seguir adelante con la atención puesta el triunfo final, sin importar el número de veces que se actúa en la búsqueda del resultado. Es preciso que la persona establezca una curva de resultados, del lapso factible dentro del cual es posible, estadísticamente hablando, la obtención del logro apetecido. Después de lo cual, mientras más tiempo transcurra, más cerca se estará de los resultados. Lo importante es no abandonar a mitad de camino, ya que, cuando las situaciones se ponen menos fáciles, es cuando más cerca se encuentra, cada quien, de transmutar las situaciones de desventaja en ventajosas, mudando la noche en día y surgiendo las coincidencias que aportan lo que se anhela. Oportunamente, el poder potencialmente infinito del cual se dispone, permite superar cualquier fase existencial, en el tiempo perfecto de Dios. Toda situación que se afronta en la vida es una oportunidad de aprendizaje y crecimiento personal, además de potenciar la expresión de la fortaleza, la templanza, la prudencia, el sentido de la justicia, la belleza y el equilibrio. La serenidad, la calma imperturbable, la impasibilidad, la confianza plena y el entusiasmo, afloran en la faz el ser que está consciente de que su estado de ánimo debe permanecer inalterable en los altos y bajos de la vida, centrando su atención en la Divinidad, deleitándose en su contemplación, ya que ella es la Dadora de todo, y lo que envía, en un momento dado, por la ley cósmica, es lo que conviene, en esa fase de desarrollo espiritual y humano.
o)               –“Hay que reverenciar al Padre”: El padre, y la madre, son los seres por los cuales hemos accedido a la fase física de la existencia. Ello forma parte de un plan de vida elaborado previamente, a nivel de pre reencarnación, por factores kármicos, o de afinidad, por querer realizar objetivos comunes. Pese a que los padres cumplen un rol, siguiendo, posteriormente, los hijos, sus propios caminos, sin apego, el respeto, el amor, la consideración, el apoyo que se les de, es una retribución insignificante por todo lo que ellos realizan por cada uno de sus hijos, que no podría enumerarse, en un momento dado. Aún cuando no exista una gran afinidad, por las circunstancias kármicas de vidas anteriores, el respeto, la consideración, el afecto y el amor, deben expresarse, generosamente, ya que se siembra, ahora, lo que se cosechará en el futuro, como aprendizaje de vida. Esto siempre se ha venido repitiendo y los antiguos percibieron, en ello, una profunda sabiduría. En los casos en que los padres y los hijos sean viejos amigos, o afines de incontables número de vidas anteriores, esa reverencia y afecto recíprocos se expresan mutuamente, en forma espontánea, sin esfuerzo alguno. Es que el amor que impera entre los seres, por la afinidad, por la amistad y por el sentimiento de justicia que rige el Espíritu de conciencia elevada, aflora con naturalidad. Aún en los seres de menor progreso espiritual, la afinidad permite que emerjan sentimientos de reverencia hacia los padres, espontáneamente. Empero, en todos los casos, los afines se juntan entre sí. Es preciso, como un acto de justicia, rendir tributo afectivo a los seres que tanto han dado por nosotros, como son los propios padres.
p)               –“O, instruido en muchas cosas, o, en ninguna”: La misión cósmica de cada ser, en los cuatro reinos naturales, es la percepción total de la sabiduría de los atributos divinos y/o valores universales, bajo cuyos parámetros regir las acciones de aprendizaje, ejercicio y magisterio de la verdad universal y de la práctica de todas las virtudes, en el eterno camino de retorno del ser individual al Ser Universal. Esto significa, que, es imperativo aprender, adquiriendo la experiencia integral, en todas las vertientes y variantes, sin límites de ninguna índole, como un mandato de la Divinidad. Es una misión eterna e infinita. Por supuesto, jamás se logrará alcanzar un límite, por cuanto siempre se encontrará un más allá en progreso y elevación de estados de conciencia. La especialización necesaria, temporalmente hablando, no deja de ser limitante en el desarrollo de la propia visión. La persona exitosa integralmente, se forma, a nivel profesional, conociendo lo más posible todas las áreas inherentes a su campo de acción. Al mismo tiempo, precisa formarse una visión global de la vida, de sus valores universales, de sus leyes y principios, de las ramas de culturas inherentes a todo tiempo y país, para formarse una visión amplia,  como bagaje humano, que permita encontrarle el sentido a la vida. Es preciso vivir una vida con propósitos esenciales acordes con las leyes cósmicas impresas en la conciencia. Los líderes, para serlo, desarrollan la visión capaz de orientar a sus cooperadores. Estudian a fondo todas las áreas del saber, de todas las épocas, para percibir las lecciones del pasado, comprender el presente y proyectar el futuro. El campo es extenso: La historia, la economía, los clásicos, la gerencia, la psicología, la filosofía, la axiología, o ciencia de los valores, el markenting, las ciencias, las tecnologías inherentes a su propio campo y otros interrelacionados, las biografías de los grandes hombres y mujeres, el Derecho, y las legislaciones vigentes, en cada país. Hay que conocerlo todo, gradualmente, única manera de que la propia opinión pueda ser tomada en cuenta en situaciones trascendentales.
q)               –“Sobreponte al placer”: Tanto el placer como el dolor, son maestros de la vida, y generalmente, van juntos. El placer permite realizar actividades que lo produzcan, evitando el segundo. Pero, el exceso de placer, en determinado grado, produce su opuesto, el dolor, que a su vez, permite descubrir las causas que lo generan, y a evitarlas. Todo obedece a la ley de causa y efecto. Si hay un efecto doloroso, es porque existe una causa que lo produce. De nada sirve paliar el dolor, si la causa persiste. Quitándola, el efecto desaparece por sí solo. El placer y el dolor, el dulce y el amargo, el bien y el mal, la noche y el día, la luz y la oscuridad, el amor y el odio, el éxito y la ausencia del mismo, entre tantos otros, son instrumentos de la ley cósmica que permiten el aprendizaje y la obtención de la experiencia, el conocimiento y el desarrollo de las propias aptitudes, es decir, la capacidad perceptiva, comprensiva y realizadora de la verdad y de la virtud. La fortaleza, la templanza, la prudencia, la belleza, la justicia y la armonía, permiten mantener el perfecto equilibrio en todo, dominando la ley de polaridad, imperando el justo medio en todo, pese a los vaivenes del movimiento pendular, que es preciso trascender, sin pararse en ninguna de sus fases, fluyendo en un llenarse y vaciarse, como aprendizaje fundamental, ejerciendo la práctica de las virtudes, y el magisterio de la verdad, enseñando con el ejemplo. 
r)                –“Da gracias a la suerte”: Detrás del término suerte, se esconde un mundo de causalidades, que determinan el éxito final en toda acción humana. Es que, cada quien forma parte de un propósito común y universal, todos cooperamos. La ley de la vida es el triunfo, aunque requiera su recto esfuerzo alcanzarlo, en preparación, estudios, experimentación, para adquirir experiencia, desarrollando aptitudes, percibiendo los puntos menos fuertes para transmutarlos en fortalezas, y anteponiéndose objetivos, con cuyo logro se da un aporte al entrono en que se vive. Ese objetivo de aportar bienes y servicios, se corresponde con la ley de oferta y demanda cósmicas, en todos los ámbitos existenciales. Es decir, el entorno universal está interesado en el propio éxito de cada quien, ya que su aporte llena una necesidad, y es precisado por alguien. De manera que, cuando, finalmente, el propio servicio o bien, es requerido por alguien, adquiriéndolo, implicando un éxito, que pareciera un factor de suerte, en la misma se expresaron un conjunto de causalidades que la produjeron. Aún así, es preciso mostrar gratitud, y expresarla, ya que, en el intervalo se recibió la ayuda de un incontable número de seres que hicieron factible dicha manifestación de éxito. La gratitud es un imán que atrae a la propia existencia un mayor número de cosas análogas por las cuales se efectúa. Hay que expresar, también, las gracias anticipadas por la suerte, y/o el éxito que se espera obtener en la realización de objetivos en curso, o por situaciones en espera de solución. Detrás de todo éxito existe una mentalidad decidida a lograrlo , con una visión clara del qué, del cómo, del cuándo, del dónde, del quien, del cuánto y del por qué. La constancia, la tenacidad, la confianza y el entusiasmo hacen el resto.                                                                                   
s)                –“Considérate en paz con el amigo de tu pueblo”. (Parafraseado). También, enemigo de quienes los son de la propia Patria, tanto foráneos como internos. De de ambas clases podrían existir, en un momento dado. Esto lo plantearon tanto Cleóbulo como Solón, en su época, expresando que nadie debía permanecer con indiferencia ante la invasión de enemigos de la Patria.  También lo hizo Simón Bolívar, en la época de la contienda por la Independencia Latinoamericana, ya que mucha gente no sabía a que bando pertenecía, por ser, realmente, una guerra civil entre fraternos seres, en esencia. Bolívar se inspiró en Solón, cuya lectura de su vida realizó en temprana edad en las Vidas Paralelas de Plutarco. Esta es una obra que toda persona debería leer por la inmensa sabiduría que contiene, y por ser la que más ha contribuido a forjar líderes y estadistas, en el mundo occidental, a partir del siglo II de nuestra era. En épocas como la nuestra en que tantas personas, en un momento dado emigran, buscando ambientes mejores, muchas veces lo que buscan afuera, lo podrían encontrar en el patrio suelo. Empero, los hilos del mundo y la retorta del mismo, son dirigidos por la ley de causa y efecto, y las cosas suelen ocurrir de la única manera en que deben hacerlo. Pero, las situaciones imperantes, permiten aflorar los líderes situacionales pertinentes, en tiempo oportuno, transmutando las situaciones en ventajosas, para gloria de unos y oprobio de otros menos dignos, pero, en beneficio del equilibrio de los pueblos involucrados. Aún en esto, existe la causalidad como maestra de vida que rige todo, donde cada quien cosecha lo mismo que siembra y es medido con la misma vara con que, previamente, midiera.

No hay comentarios: