miércoles, 31 de octubre de 2012

LUGARES FRECUENTADOS POR LOS ESPÍRITUS




EL LIBRO DE LAS FACULTADES –XIII-

Autor: Allan Kardec
Versión castellana: Giuseppe Isgró C.

Capítulo XIII

LUGARES
FRECUENTADOS POR LOS ESPÍRITUS

Las manifestaciones espontáneas que se han producido en todas las épocas, y la persistencia de algún Espíritu en dar evidencias de su presencia, en alguna localidad, son la fuente de la creencia en los lugares frecuentados por los espíritus. Las siguientes respuestas han sido dadas a las preguntas que sobre este argumento les han sido formuladas:
          I.   Los Espíritus se apegan a las personas; lo hacen, también, con las cosas?
-“Según su elevación. Algunos Espíritus pueden apegarse a los objetos terrestres; los avaros, por ejemplo, que han escondido sus tesoros y que no están muy desmaterializados, pueden, aún, vigilarlos y custodiarlos.”.
        II.   Tienen, los Espíritus desencarnados algunos lugares de predilección?
-“Esto se rige, también, por el mismo principio. Los Espíritus  que no están apegados más a la tierra van en los lugares donde encuentran amor; ellos son  atraídos por las personas más que por los objetos materiales; todavía, los hay que pueden, momentáneamente, tener preferencia por determinados lugares, pero son siempre Espíritus inferiores”.
     III.   Dado que el apego de los Espíritus a una localidad es un signo de inferioridad, es ésta, también, una prueba de que son espíritus malos?
-“No, ciertamente; un Espíritu puede estar poco adelantado sin que por esto sea malo; no sucede, también, la misma cosa entre los seres humanos?”-.
       IV.   La creencia de que los Espíritus frecuentan, de preferencia, las ruinas, tiene algún fundamento?
-“No. Los Espíritus van en esos lugares al igual que lo hacen en cualquier otro; pero la imaginación es afectada por el lúgubre aspecto de determinados lugares, y atribuye a su presencia lo que, con frecuencia no es más que un efecto naturalísimo. Cuantas veces el temor no ha hecho tomar la sombra de un árbol por un fantasma, el grito de un animal, o la ráfaga del viento por las voces de los Espíritus! Los Espíritus aman la presencia de la gente, por lo tanto, buscarán, preferiblemente, los lugares habitados más que aquellos aislados”-.

-Todavía, estando a cuanto nosotros sabemos en torno a la diferencia de carácter de los Espíritus, los debe haber misántropos, que pueden preferir la soledad.
-“Precisamente por esto no he respondido a la cuestión de una manera absoluta; he dicho que ellos pueden ir a los lugares desérticos como en todas partes, y es evidente que aquellos que se mantienen aislados, lo hacen porque esto es de su agrado; pero no es una razón para deducir que las ruinas sean necesariamente los lugares de su predilección; y de hecho los hay, ciertamente, en mayor cantidad en las ciudades y en los edificios que no en el fondo de las selvas”-.
V. Las creencias populares tienen, en general, un fondo de verdad; cuál puede ser el origen de la de los lugares frecuentados por los Espíritus?
-“El fondo de la verdad es la manifestación de los Espíritus a la cual el ser humano creyó en cada tiempo por instinto; pero como ya os dije, el aspecto de los lugares lúgubres afecta su imaginación, y os coloca, naturalmente, los seres que él considera como sobrenaturales. Esta supersticiosa creencia es nutrida por los relatos fantásticos en los cuales se desarrolló su infancia”-.
VI. Los Espíritus que se reúnen tienen, para hacer esto, días u horas de su preferencia?
-“No; los días y las horas son medidas del tiempo de uso humano y para la vida corpórea, pero de ello los Espíritus no tienen necesidad y no se ocupan”-.

VII. Cuál es el origen de la idea de que los Espíritus vengan, con preferencia, durante la noche?
-“La impresión producida sobre la imaginación por el silencio y la oscuridad. Todas estas creencias son supersticiones que el conocimiento razonado del Espiritismo debe destruir. Lo mismo se dice de los días y de las horas que se cree sean los más propicios; creed, por lo tanto, que la influencia de la medianoche no ha existido mas que en las fabulas”.
-Si es así, por qué, entonces, ciertos Espíritus anuncian su llegada y sus manifestaciones para aquella hora, o en días determinados, como el viernes, por ejemplo?
-“Se trata de Espíritus que se aprovechan de la credulidad y se divierten. Por la misma razón, hay algunos que afirman ser el diablo y se asignan nombres infernales. Mostradles que vosotros no sois sus juguetes y ellos no regresarán más”-.
VIII. Los Espíritus regresan, preferiblemente, a la última morada en que se encuentra su cuerpo físico?
-“El cuerpo era solamente un vestido; no se encuentran apegados al cuerpo  que fue objeto de sus pruebas de vida más que el tenga un prisionero por sus cadenas. El recuerdo de las personas que les son queridas es la única cosa a la cual ellos atribuyen alguna importancia”.
-Las oraciones que se suelen hacer sobre sus últimas moradas físicas les resultan más gratas que las otras y les atraen más que las realizadas en otros sitios?
-“La oración a Dios es, también, una evocación que atrae a los Espíritus, vosotros lo sabéis bien. La oración tiene tanto mayor efecto cuanto ella sea fervorosa y sincera; ahora, delante a una última morada venerada el recogimiento es más profundo, y la conservación de pías reliquias es un testimonio de afecto que se otorga al Espíritu, al cual él es sensible. Siempre es el pensamiento que actúa sobre el Espíritu, y no los objetos materiales, y estos objetos tienen mayor influencia sobre aquel que ora, atrayendo su atención, más bien que sobre el Espíritu”.

IX. De cuanto hemos dicho hasta aquí, la creencia en los lugares frecuentados por los Espíritus no parecería del todo falsa?
-“Hemos dicho que ciertos Espíritus pueden ser atraídos por cosas materiales; podrían serlo, por ejemplo, por ciertos lugares en los cuales parecen elegir domicilio, hasta que cesen las circunstancias que lo determinaban”-.
-Cuáles son las circunstancias que pueden determinarlo?
-“Su simpatía por alguna de las personas que les frecuentan, y el deseo de comunicarse con ellos. Todavía, sus intenciones podrían no ser siempre muy loables; cuando se trata de Espíritus inferiores, ellos pueden querer vengarse de algunas personas de quienes tengan motivos de quejas. La permanencia en un lugar podría ser para algunos una sanción que le haya sido aplicada mientras ellos estén influidos por determinado delito en particular”.

X. Los lugares frecuentados por los Espíritus, los son siempre por antiguos habitantes de estos mismos lugares?
-“Algunas veces, pero no siempre, por cuanto si el antiguo habitante es un Espíritu elevado, no tendrá en cuenta su habitación terrestre más de cuanto la tendría por su cuerpo. Los Espíritus que frecuentan ciertos lugares, con frecuencia no tienen otro motivo más que el capricho, a menos que no sean atraídos por la simpatía por ciertas personas”.
-Pueden establecerse con la finalidad de proteger a una persona o a su familia?
-“Ciertamente, si son buenos; pero en este caso ellos no manifiestan nunca su presencia de manera desagradable”.
XI. Existe algo de verdad en la historia de la Dama Blanca?
-“Es un relato formado por miles de hechos verdaderos”.
XII. Es, quizá, razonable temer a los lugares frecuentados por los Espíritus?
-“No, los Espíritus que frecuentan determinados lugares y crean disturbios, buscan de divertirse a costa de la credulidad y de la ingenuidad más que hacer mal alguno. Por otra parte, pensad que los Espíritus están en todas partes y que, en cualquier lugar en que os encontréis, los tenéis continuamente a vuestro lado, aún en las casas más tranquilas. Parece que algunas veces frecuentan, con preferencia, determinados lugares, por cuanto encuentran la oportunidad de manifestar su presencia”.

XIII. Existe algún medio para expulsarlos?
-“Sí, pero con frecuencia lo que se hace para obtener este objetivo los atrae más en vez de alejarlos. La mejor manera para alejar a los malos Espíritus es el de atraer a los buenos. Atraed, por lo tanto, a los buenos Espíritus haciendo el mayor bien posible, y los malos se alejarán, por cuanto el bien y el mal son, entre ellos, incompatibles. Sed buenos y tendréis, únicamente, buenos Espíritus a vuestro lado”.
-Existen, no obstante esto, personas de elevadas condiciones que son objeto de la acción de los malos Espíritus?
-“Si estas personas son realmente buenas, es, quizá, una prueba para ejercitar su paciencia e inducirlos a ser, aún, mejores; pero creed, también, que aquellos que hablan continuamente de virtud, no suelen ser quienes la poseen en mayor grado. Aquel que posee algunas cualidades reales, con frecuencia las ignora él mismo, o jamás habla de ellas”.
XIV. Qué hay que creer relativamente a la eficacia del exorcismo, para alejar a los malos Espíritus de los lugares que suelen frecuentar?
-“Habéis visto que este medio haya tenido éxito con frecuencia? No visteis, por el contrario, que casi siempre, el ruido ha aumentado después de la ceremonia del exorcismo? La razón es que ellos se divierten al ser tomados por el diablo”.
-“Los Espíritus que no vienen con malas intenciones, pueden, también, manifestar su presencia con ruidos, y también hacerse visibles; pero ellos no hacen nunca ruidos fastidiosos. En general, son Espíritus que sufren, a quienes podéis aportar sosiego, orando por ellos. Otras veces son Espíritus benévolos que quieren aportaros la prueba de estar cerca de vosotros; o bien, en fin, son Espíritus ligeros que quieren bromear. Desde el momento en que aquellos que turban la quietud produciendo ruido son casi siempre Espíritus que se divierten, lo mejor que se puede hacer es reír; ellos se cansarán si observan que no logran ni asustar ni que se pierda la paciencia”. (Ver el cap. 5, Manifestaciones físicas espontáneas). 

De las explicaciones dadas hasta ahora, resulta que hay Espíritus que se apegan a determinados lugares y se ubican allí, con preferencia, pero que, aún así no tienen la necesidad de manifestar su presencia con efectos sensibles. Un lugar cualquiera puede ser el obligado o el de predilección de un Espíritu, aún de nivel inferior, sin que por eso haya habido jamás manifestación alguna.
Los Espíritus que se apegan a las localidades o a las cosas materiales, nunca son Espíritus superiores; pero sin serlo, pueden, todavía, no ser malos, y no tener ninguna intención inadecuada; algunas veces son huéspedes más útiles que nocivos, por cuanto se interesan por las personas, y pueden protegerles.
 






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EL ENCUENTRO EN LA VICTORIA



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UN ENCUENTRO EN LA VICTORIA

Autor: ©Giuseppe Isgró C.

Del libro: La Victoria

Capítulo I

Me encontraba un día, en una fuente de aguas tranquilas, cristalinas, cuando se me acercó un Venerable hombre, vestido a la antigua usanza, con bata blanca, larga, pelo y barba que alguna vez fueron de color pelirrojo y un báculo en la mano derecha.

Concentró sus ojos en los míos; su mirada era profunda, serena y apacible.

Con voz suave y afectiva, me dijo:

-“Hola, hijo, como estás”-.

–Bien, -le contesté-; y, ¿usted?

–Por aquí andamos; -fue su respuesta-, mientras me sonreía.

-¿Dónde estamos?, -le pregunté al Venerable hombre-.

-Este sitio es conocido como La Victoria; -me contestó-. –¿Qué haces por estos lados?

-Salí esta mañana, temprano, con el coche, a dar un paseo; luego, al llegar a esta zona, me paré a contemplar la belleza de los araguaneyes y decidí caminar un poco y la verdad que, absorto en mis reflexiones, caminé por lo menos durante dos horas, hasta llegar aquí. Desconocía este hermoso lugar. Y, usted, -¿vive por aquí cerca? -le pregunté-.

Un poco más arriba, en esa colina boscosa. Hace algunos años, -relata el Venerable hombre- decidí retirarme de la agitada vida ejecutiva en que me desenvolvía profesionalmente, como abogado, en la ciudad de Quebec, Canadá, aunque he viajado por diversos países asesorando a incontables líderes. Construí la casa, en esta zona tropical, con la idea de pasar aquí los meses de invierno. Me dedico al estudio de la vida, a la meditación y a cultivar mi jardín y de vez en cuando, a escribir mis reflexiones, las cuales, algún día, habrán de ser publicadas para esparcir un poco la luz que he podido vislumbrar en mis estudios metafísicos-espirituales.

-¿Quieres tomar un café? –Me preguntó el Venerable hombre-. Lo he traído de Caripe El Guácharo; es de los más exquisitos que he probado.

-Sí, con gusto se lo acepto; -le contesté-.

Nos fuimos caminando por un sendero rodeado de árboles cargados de mangos, aguacates, naranjas y una hilera de cayenas de diversos colores. A lo lejos, el ruido de la brisa se oía apaciblemente. Todo era quietud, armonía y paz. Pero, sobre todo, lo que más me impresionaba era la apacibilidad y el sosiego del Venerable hombre de La Victoria. Emanaba de él un flujo de fuerza que, en su presencia, me sentía con un poder y una seguridad nunca antes experimentados. Fuerzas bienhechoras se iban apoderando de mí y aquella paz y relax que buscaba en la mañana, al salir a dar un paseo, sin percatarme de ello, las estaba experimentando ya.

Después de unos quince minutos de caminar, llegamos a la casa del Venerable hombre. Su aspecto exterior humilde estaba lejos de dejar entrever lo que segundos después habría de asombrarme con lo que encontré en el interior.

Al entrar, en la casa, una joven de unos veinte años saludó al Venerable hombre.

-¡Hola, abuelo!, ¿cómo estás?

–Bien, hija, -contestó el Venerable hombre-. -Prepara un poco de café, Lucía, mientras conversamos un poco, adentro.

-Por cierto, te presento a Santiago, quien ha llegado paseando hasta La Victoria.

Después de la presentación, entramos en la biblioteca del Venerable hombre. Un salón grande, lleno de estantes de libros por todas partes, lo cual hacía inimaginable dicho cuadro desde el exterior. Algunos cuadros al óleo de morichales y de personajes históricos, presentaban un ambiente acogedor. En un rincón se encontraban diversos retratos de Tagore, Gandhi, Cicerón, Séneca, Ibn Arabi y un dibujo de Don Quijote y Sancho Panza. En un pequeño cuadro, podía leerse: -“Lo que Alá quiera. Nada se le asemeja”-.

-Le felicito por este inmenso tesoro que usted tiene aquí, -le dije al Venerable hombre-. -¿Cuáles son los temas de su interés?

A lo cual, me contestó: -Como usted puede ver, Santiago, -y me invitó a recorrer los estantes- aquí hay libros de variados temas: clásicos de todos los países y épocas, desde los Vedas, los Upanishads, el Mahabaratha, los libros de Confucio, El Tao te King, de Lao Tse, el Poema de Gilgamesh, el Código de Amurabí, autores griegos, como Homero y Hesiodo. Se encuentran las obras completas de Euclides, Platón, Aristóteles, Teofrasto, Demetrio de Falereo, de los Presocráticos, Epicteto, Plutarco, etcétera; de los latinos, autores como Séneca, Cicerón, -que son mis preferidos-, Julio César, Tito Livio, Dionisio de Halicarnaso, Marco Aurelio, así como libros de Psicología, Gerencia, Sufismo, Yoga, ensayos, filosofía, parapsicología, hermetismo, El Quijote, libros de economía, filosofía, etcétera, en fin, un poco de todo lo que es preciso conocer para poder entender el significado de la vida: de dónde venimos, por qué estamos aquí y hacía dónde vamos, sin lo cual, la vida no tendría sentido, sobre todo por el gran afán a que está sometido el ser humano en la agitada vida moderna.

Nos sentamos en sendas butacas y nos entretuvimos conversando de temas diversos. Al poco rato, entró Lucía con dos tazas de oloroso café y unos biscochos, que degustamos con agrado en una amena e interesante conversación. Al fondo, podía oírse una suave música de Beethoven.

Pasamos cerca de una hora conversando de sobre la Atlántida, Egipto, los griegos, de Homero, de los sufíes, del budismo zen, los poderes del espíritu, meditación, etcétera, después de lo cual, le hice una pregunta directa.

-Seguramente, usted ha desarrollado alguna técnica de meditación y algún método de resolución de situaciones, en la vida, que me quisiera explicar, ya que, según observo, para tener usted una serenidad tan acentuada y una fortaleza física a la edad que imagino que usted debe tener, -cerca de noventa años- es porque ha encontrado en su larga experiencia algún secreto que quizás quisiera compartir conmigo.

Santiago, -me dijo el Venerable hombre, si vuelves a visitarme otro día, quizá te cuente algo que te pueda servir. Empero, antes de que te vayas, te haré entrega de unos apuntes que hace ya muchos años, en una época en que yo andaba a la búsqueda de sosiego y tratando de encontrarle sentido a la vida, un Venerable hombre que, en una edad similar a la mía, a su vez me entregara y cuya práctica asidua me permitió domar la mente, encarrilar mi vida y poner bajo control los hilos del destino. Son veintidós manuscritos, y una meditación diaria, –continuó diciendo el Venerable hombre, que si bien son ya un poco antiguos, podrás copiarlos de nuevo y si pones en práctica las técnicas que contienen, darás a tu vida un esplendor que habrá de sorprenderte agradablemente.

-Una vez que los hayas probado con total y absoluta satisfacción de tu parte, -me dijo, ponlos en limpio, en forma de libro y publícalo para que su mensaje llegue a mayor número de personas. Hacía tiempo que esperaba a alguien a quien confiarle este legado y creo que hoy, al llegar aquí, en la forma en que lo has hecho, tus pasos han sido dirigidos por Aquel que todo lo sabe y puede, por la Ley Cósmica, y en cuyos planes universales, todos somos sus instrumentos.

Me despedí del Venerable hombre y de su adorable nieta, sintiendo dentro de mí fuerzas desconocidas hasta entonces que preanunciaban grandes cambios en mi vida.

En los días siguientes, aparté una hora diaria, antes de dormirme, y leí y releí, todos los manuscritos, de la siguiente manera: En primer lugar copié la Meditación diaria en un cuaderno, el cual leí durante veintidós noches y mañanas seguidas, tal como lo indicaban las instrucciones de la misma.

Una nota al pie de página mencionaba que si yo la transcribía en un cuaderno, el hecho de hacerlo, grabaría en mi ordenador mental las instrucciones y me sería más fácil desarrollar, en mi personalidad, las cualidades y condiciones que formaban parte de los objetivos implícitos en la misma.

De los veintidós manuscritos, cada lunes, a las once en punto de la noche, copiaba uno en el cuaderno, y durante el resto de la semana, a la misma hora, lo leía y meditaba, siguiendo las fáciles y efectivas técnicas e indicaciones al inicio del mismo.

Cuatro semanas después de leer durante veintidós días seguidos, en la noche y en la mañana, la meditación diaria, comenzaron a manifestarse en mi vida una serie de cambios positivos que me dejaban asombrado a mi mismo, pero, también, los miembros de mi familia y a mis amistades; sobre todo mi semblante comenzó a ser más apacible; volví a sonreír desde el interior; mi estado anímico era de contento; me sentía más seguro de mi mismo; comencé a confiar más en la gente, en la vida y a vislumbrar el sentido de mi misión en la vida –percibía cosas que antes me pasaban desapercibidas, a pesar de haber estado siempre allí. Sentía fluir en mí una nueva corriente vivificadora de prosperidad, de felicidad, de alegría de vivir. Mi entusiasmo y amor por la vida y por mi familia, por mi trabajo y por las personas, crecía día a día. En aproximadamente dos meses había logrado muchas de las cosas en las cuales había soñado desde hacía años. Había dado un paso sorprendente en el camino de la autorrealización.

Efectivamente, pude comprobar que me fue relativamente muy fácil desarrollar las aptitudes y actitudes a nivel físico, mental, emocional, espiritual y en diversos aspectos de mi vida, como el financiero, que comenzó a mejorar casi inmediatamente, así como, surgieron nuevas oportunidades que comencé a aprovechar, casi sin esfuerzo de mi parte.

Transcurría el año de 1967 y mi vida había encontrado un sendero que habría de conducirme a cooperar en forma más efectiva en el plan divino que el Supremo Hacedor, en algún momento, había diseñado para mí.

Tres meses después volví a aquel lugar donde había encontrado al Venerable hombre de La Victoria y allí estaba la fuente que él dijo llamarse La Victoria; empero, cuando traté de encontrar el camino para llegar a la casa donde amablemente me ofreció un delicioso café, preparado por su nieta Lucía, no logré encontrarlo, pese a haber recorrido durante un par de horas por los alrededores. Pregunté a varias personas para ver si podían indicarme como llegar a la casa del Venerable hombre y cual fue mi sorpresa, nadie lo conocía.

Empero, después de tanto buscar, volví a encontrar la casa donde vivía el Venerable hombre de La Victoria, pero se encontraba abandonada. Su aspecto indicaba que debía encontrarse en ese estado un lapso mayor del que mediaba con el encuentro de aquel ser extraordinario. Es sorprendente como los inmuebles solos acusan el paso del tiempo en mayor grado que los que son habitados. Si no fuera por los manuscritos pensaría que el encuentro no fue más que un simple sueño. -¿O se trata, acaso de un sueño combinado con un fenómeno de aporte? Personalmente, no lo creo. El encuentro fue muy vívido y real. El aromático café servido por Lucía estaba exquisito. Durante varios años volví al lugar varias veces, la casa seguía sola. La última vez que volví, no la pude ubicar y sin tener tiempo suficiente para seguir buscándola, me fui. Ahora, vivo muy lejos de aquella zona, en otro continente; han transcurrido muchos años y después de tanto tiempo es poco probable que vuelva allí; pero, los manuscritos y la meditación diaria obran en mi poder, me han transformado y han enriquecido mi vida.

Durante más de treinta y cinco años he puesto en práctica las diversas variantes de los ejercicios, afirmaciones y meditaciones que contienen los manuscritos y la meditación diaria y cada vez que los pongo en práctica, experimentos los mismos beneficios. Ahora, ellos se encuentran en el libro que usted tiene en sus manos; espero que les sean tan útiles como los han sido para mí.

Su contenido es eminentemente práctico; no hay teorías superfluas. Si lleva a cabo los ejercicios que contienen, es probable que, gradualmente, se vaya efectuando la transmutación alquímica de su ser sintonizándose con los elevados resultados existenciales, los cuales, por añadidura, al ser creados a nivel mental, se van manifestando en su propia vida, oportunamente.

Sobre todo, con estos ejercicios, me percaté, cuando el Venerable hombre me entregó los manuscritos, de que se dispone de un método para domar la mente y ejercer un pleno dominio sobre la vida en general y, por ende, sobre el destino y controlar, cuando eventualmente se presenten, todas las situaciones, manteniendo un perfecto equilibrio físico, mental, emocional, espiritual y financiero.

El Venerable hombre de La Victoria me comentaba que todo se puede lograr en la vida si se siembra la respectiva semilla por medio de correctas decisiones acordes con la propia y elevada auto-estima y dignidad personal, desarrollando el convencimiento de que sí se puede hacer, por medio de las afirmaciones, las visualizaciones y meditaciones, la experimentación de un estado emocional acorde al momento de ser logrados los respectivos resultados y la practica del desapego, es decir, dejar encargada a la mente psiconsciente del logro, y además, se espera el tiempo necesario haciendo, mientras tanto, todo lo que se requiere, según el caso o los objetivos por alcanzar.

Estas técnicas funcionan, me decía una y otra vez el Venerable hombre de La Victoria; luego, agregaba: -las he probado por más de cincuenta años y quien, a su vez me las entregó, habría hecho otro tanto, aseverando que eran efectivas, si yo seguía fielmente las instrucciones y las ponía en práctica con expectativas positivas.

Desde que en 1967, el Venerable hombre me hiciera entrega de los manuscritos, han transcurrido un poco más de de treinta y cinco años, durante los cuales yo también he puesto en práctica las diversas variantes de los ejercicios, afirmaciones y meditaciones que contienen, y cada vez que me ejercito con ellos, experimento los mismos beneficios. Ahora, ellos se encuentran en el libro que usted tiene en sus manos; espero que les sean tan útiles como los han sido para todos los que hemos aplicado las enseñanzas del Venerable hombre de La Victoria.

Él me repetía constantemente: -“¡Tú puedes si crees que puedes hacerlo! ¡Hazlo y tendrás el poder!

Recuerdo que ese día el Venerable hombre me dijo: -ejercer el poder con que la naturaleza de las cosas ha dotado a cada ser, cultivando los dones inherentes y aprendiendo todo lo que se pueda de sí y del vasto universo del que se forma parte, es una manera efectiva de ser cada día más feliz. Luego, cuando me despedí de él, expresó: -“¡Que cada día brille más y mejor tu luz interior!”.- Adelante.

Capítulo 2

Meditación diaria

Es lunes en la noche, son las once en punto.

Me dispongo a copiar textualmente, en el cuaderno que he dispuesto para ello, el manuscrito identificado con el título:

Meditación diaria

Dice así:

Afirme, en la mañana y en la noche, antes de dormir, durante veintidós días; luego, cada vez que lo desee, esta poderosa fórmula de programación mental positiva y descubra cómo, con facilidad, van ocurriendo cosas maravillosas en su vida:

MEDITACIÓN DIARIA

Afirma, en la mañana y en la noche, antes de dormir, durante veintidós días; luego, cada vez que lo desees, esta poderosa fórmula de programación mental positiva y descubre cómo, con facilidad, van ocurriendo cosas maravillosas en tu vida. Al encender la luz en la mente se ilumina la propia existencia y todo en derredor vibra al unísono y con el mismo sentimiento de felicidad y bienestar, interrelacionándose por la ley de afinidad.

1. -Entro en el nivel de mi mente psiconsciente, en el centro de control de mi piloto mental automático, donde todo va bien, siempre, contando de tres a uno: Tres, dos, uno.

Ø Ahora, estoy ya en el nivel de mi mente psiconsciente, en el centro de control de mi piloto mental automático, donde todo va bien, siempre.

Ø Voy a permanecer en el nivel de mi mente psiconsciente, en el centro de control de mi piloto mental automático, donde todo va bien, siempre, durante quince minutos y voy a programar los siguientes efectos positivos, los cuales perduran, cada vez mejor, hasta que vuelva a realizar este acceso y programación mental:

Ø Todo va bien, siempre, en todos los aspectos de mi vida, cada día mejor. (Tres veces). –Imagínalo-.

Ø Todo va bien en mi trabajo; cada día logro mejores niveles de efectividad, prosperidad, riqueza, abundancia y bienestar. (Imagínalo).

2. Formo una unidad cósmica perfecta con el Creador Universal, -ELOÍ. (Diez veces, con los ojos cerrados). Hoy se expresa en mí la Perfección universal de la Vida, del amor, de la luz, de la sabiduría, del perdón, de la percepción de la verdad, de la aceptación de la realidad, de la justicia, de la igualdad, de la compensación, de la fortaleza, de la templanza, de la belleza, del equilibrio, de la armonía, de la salud, de la prosperidad, de la riqueza, de la abundancia, del servicio y de la provisión en todos los aspectos de mi vida.

3. -Cada día, en todas formas y condiciones, mi cuerpo y mi mente funcionan mejor y mejor. La consciencia de mi conexión permanente e indisoluble con el Creador Universal, -ELOÍ-, restablece y mantiene en mí, diariamente, durante las veinticuatro horas del día, un perfecto estado de salud a nivel físico, mental, emocional y espiritual. Gracias, Creador Universal, por darme un cuerpo perfecto, saludable, lleno de energía. Aquí y ahora, me siento en perfecto equilibrio de salud, a nivel físico, mental, emocional y espiritual.

4. Afronto y resuelvo bien toda situación que me compete, siempre.

5. Todo tiene solución, en todas las situaciones de mi vida.

6. El Creador Universal, -ELOÍ-, es en mí, cada día mejor, en todos los aspectos de mi vida, fuente de amor, luz, sabiduría, éxito, riqueza, prosperidad, abundancia y armonía.

7. Permito que las leyes universales de la Vida, del amor, de la luz, de la sabiduría, del perdón, de la percepción de la verdad, de la aceptación de la realidad, de la justicia, de la igualdad, de la compensación, de la fortaleza, de la templanza, de la belleza, del equilibrio, de la armonía, de la salud, de la prosperidad, de la riqueza, de la abundancia, del servicio y de la provisión actúen bien en el plan de mi vida.

8. Tengo prosperidad y poder. Cada día enriquezco mejor mi vida a través del servicio efectivo, del amor y de la práctica de todas las virtudes.

9. Mi dignidad personal me lleva a realizar las cosas que me competen con la máxima perfección posible.

10. Cada día, en todas formas y condiciones, en todos los aspectos de mi vida, estoy mejor y mejor a nivel físico, mental, emocional, espiritual y financiero.

11. Actúo con templanza, serenidad, autodominio y perfecto equilibrio en todo. Conservo plena autonomía y control sobre todas mis facultades físicas, mentales, emocionales, intelectuales y espirituales. Hecho está. (Visualizar un escudo protector de luz que te envuelve y protege; -una pirámide-).

12. Tengo fortaleza, valor, confianza y fe suficiente para triunfar y alcanzar todas mis metas, de acuerdo con la voluntad del Creador Universal, -ELOÍ-, y en armonía con sus planes cósmicos. Soy inmune e invulnerable a las influencias y sugestiones del medio ambiente y de cualquier persona a nivel físico, mental, emocional y espiritual, en las dimensiones objetivas y subjetivas y en cualesquiera otras en que sea requerido.

13. El orden universal de la Vida, del amor, de la luz, de la sabiduría, del perdón, de la percepción de la verdad, de la aceptación de la realidad, de la justicia, de la igualdad, de la compensación, de la fortaleza, de la templanza, de la belleza, del equilibrio, de la armonía, de la salud, de la prosperidad, de la riqueza, de la abundancia, del servicio y de la provisión se establece en mi vida, en todos mis asuntos y en las personas interrelacionadas, aquí y ahora. Hecho está.

14. Asumo la responsabilidad de mis actos y cumplo bien todos mis compromisos, siempre oportunamente, de acuerdo con el orden cósmico.

15. El Creador Universal, -ELOÍ-, nos da abundancia y armonía en el eterno presente. Vivo en abundancia y en armonía perfectas, aquí, ahora y siempre.

16. El Creador Universal, -ELOÍ-, se está ocupando de todo, en todos los aspectos de mi vida, y se expresa en mí conciencia intuitiva por medio de los sentimientos en correspondencia con los valores universales.

17. Gracias, Creador Universal, -ELOÍ-, por esta vida maravillosa. Que Tu Inteligencia Infinita, Amor, Sabiduría, Justicia, Luz, y Poder Creador guíen, adecuadamente, todas mis decisiones y acciones, ahora y siempre. Gracias, Eloí, por este día maravilloso.

18. El Creador Universal, -ELOÍ-, nos proteja, aquí y en cualquier lugar, ahora y siempre. (Tres veces).

19. Siempre espero lo mejor, de acuerdo con la voluntad del Creador Universal, -ELOÍ-, y la Ley Cósmica, en armonía con todos.

20. Gracias, Creador Universal; todo va bien en todos los aspectos de mi vida, a nivel físico, mental, emocional y espiritual. Gracias, Eloí, todo va bien en mis practicas espirituales y en mi relación Contigo; Tú y yo formamos una unidad perfecta, armónica, aquí y ahora, en el eterno presente. Yo soy Tú, Tú eres yo. Te amo.

21. Voy a realizar –obtener o resolver- (mencionar), antes del: (fecha), de acuerdo al orden divino y en armonía con todos. (Si se trata de varios objetivos, anótelos y haga la afirmación y visualización con cada uno de ellos. Imagínelo concluido satisfactoriamente sin imponer canal alguno de manifestación.)

22. Tengo serenidad y calma imperturbable. Soy impasible frente a todo y a todos. No tengo temor a nada, a nadie ni de nadie en ningún nivel físico, mental, emocional, espiritual y financiero. Dentro de mí vibra la seguridad total. Tengo completa confianza en la vida y en mi propia capacidad de resolver situaciones y alcanzar los resultados satisfactorios que preciso, en cada caso, siempre.

A continuación anoté la fecha: Lunes 12 de agosto de 1967. Luego, tal como me lo indicó el Venerable hombre, anoté la fecha que correspondía veintidós días después: 03 de septiembre de 1967.

Acto seguido, me senté cómodamente, tomé tres respiraciones profundas y realicé la meditación.

Luego, cada noche, durante veintidós días, a las once en punto, me iba a mi cuarto, daba indicaciones de no ser interrumpido durante veinte minutos y realizaba la meditación del día, la cual, siempre complementaba con la lectura breve de uno de los libros de cabecera que siempre suelo tener en mi mesa de noche.

Iba notando, día a día como emergía de mi interior una nueva y desconocida fortaleza, seguridad, estado de ánimo contento, actitud más decidida, optimismo frente a la vida y a las situaciones; comencé a llevarme mejor en las relaciones con las demás personas, a ser más comedido en todo y sobre todo comenzaba a tener conciencia de cosas que antes me solían pasar desapercibidas.

Cabe destacar que, en el punto número veintiuno de la meditación, había anotado siete objetivos que desde hacía tiempo quería realizar y para mi sorpresa, treinta días después de haber terminado de efectuar la meditación del manuscrito número veintidós comencé a observar como, en forma aparentemente casual se iban manifestando la resultados de cada uno de ellos hasta que, algunos meses después, antes de la fechas previstas, los había realizado todos, menos dos, por lo cual, me senté y volví a anotar, en una hoja de mi cuaderno, otros diez objetivos, encabezados por los dos pendientes de la lista anterior, les puse la fecha tope a cada uno, antes de la cual debían ser logrados, para seguir visualizando, su logro, periódicamente.

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miércoles, 31 de octubre de 2012

LUGARES FRECUENTADOS POR LOS ESPÍRITUS




EL LIBRO DE LAS FACULTADES –XIII-

Autor: Allan Kardec
Versión castellana: Giuseppe Isgró C.

Capítulo XIII

LUGARES
FRECUENTADOS POR LOS ESPÍRITUS

Las manifestaciones espontáneas que se han producido en todas las épocas, y la persistencia de algún Espíritu en dar evidencias de su presencia, en alguna localidad, son la fuente de la creencia en los lugares frecuentados por los espíritus. Las siguientes respuestas han sido dadas a las preguntas que sobre este argumento les han sido formuladas:
          I.   Los Espíritus se apegan a las personas; lo hacen, también, con las cosas?
-“Según su elevación. Algunos Espíritus pueden apegarse a los objetos terrestres; los avaros, por ejemplo, que han escondido sus tesoros y que no están muy desmaterializados, pueden, aún, vigilarlos y custodiarlos.”.
        II.   Tienen, los Espíritus desencarnados algunos lugares de predilección?
-“Esto se rige, también, por el mismo principio. Los Espíritus  que no están apegados más a la tierra van en los lugares donde encuentran amor; ellos son  atraídos por las personas más que por los objetos materiales; todavía, los hay que pueden, momentáneamente, tener preferencia por determinados lugares, pero son siempre Espíritus inferiores”.
     III.   Dado que el apego de los Espíritus a una localidad es un signo de inferioridad, es ésta, también, una prueba de que son espíritus malos?
-“No, ciertamente; un Espíritu puede estar poco adelantado sin que por esto sea malo; no sucede, también, la misma cosa entre los seres humanos?”-.
       IV.   La creencia de que los Espíritus frecuentan, de preferencia, las ruinas, tiene algún fundamento?
-“No. Los Espíritus van en esos lugares al igual que lo hacen en cualquier otro; pero la imaginación es afectada por el lúgubre aspecto de determinados lugares, y atribuye a su presencia lo que, con frecuencia no es más que un efecto naturalísimo. Cuantas veces el temor no ha hecho tomar la sombra de un árbol por un fantasma, el grito de un animal, o la ráfaga del viento por las voces de los Espíritus! Los Espíritus aman la presencia de la gente, por lo tanto, buscarán, preferiblemente, los lugares habitados más que aquellos aislados”-.

-Todavía, estando a cuanto nosotros sabemos en torno a la diferencia de carácter de los Espíritus, los debe haber misántropos, que pueden preferir la soledad.
-“Precisamente por esto no he respondido a la cuestión de una manera absoluta; he dicho que ellos pueden ir a los lugares desérticos como en todas partes, y es evidente que aquellos que se mantienen aislados, lo hacen porque esto es de su agrado; pero no es una razón para deducir que las ruinas sean necesariamente los lugares de su predilección; y de hecho los hay, ciertamente, en mayor cantidad en las ciudades y en los edificios que no en el fondo de las selvas”-.
V. Las creencias populares tienen, en general, un fondo de verdad; cuál puede ser el origen de la de los lugares frecuentados por los Espíritus?
-“El fondo de la verdad es la manifestación de los Espíritus a la cual el ser humano creyó en cada tiempo por instinto; pero como ya os dije, el aspecto de los lugares lúgubres afecta su imaginación, y os coloca, naturalmente, los seres que él considera como sobrenaturales. Esta supersticiosa creencia es nutrida por los relatos fantásticos en los cuales se desarrolló su infancia”-.
VI. Los Espíritus que se reúnen tienen, para hacer esto, días u horas de su preferencia?
-“No; los días y las horas son medidas del tiempo de uso humano y para la vida corpórea, pero de ello los Espíritus no tienen necesidad y no se ocupan”-.

VII. Cuál es el origen de la idea de que los Espíritus vengan, con preferencia, durante la noche?
-“La impresión producida sobre la imaginación por el silencio y la oscuridad. Todas estas creencias son supersticiones que el conocimiento razonado del Espiritismo debe destruir. Lo mismo se dice de los días y de las horas que se cree sean los más propicios; creed, por lo tanto, que la influencia de la medianoche no ha existido mas que en las fabulas”.
-Si es así, por qué, entonces, ciertos Espíritus anuncian su llegada y sus manifestaciones para aquella hora, o en días determinados, como el viernes, por ejemplo?
-“Se trata de Espíritus que se aprovechan de la credulidad y se divierten. Por la misma razón, hay algunos que afirman ser el diablo y se asignan nombres infernales. Mostradles que vosotros no sois sus juguetes y ellos no regresarán más”-.
VIII. Los Espíritus regresan, preferiblemente, a la última morada en que se encuentra su cuerpo físico?
-“El cuerpo era solamente un vestido; no se encuentran apegados al cuerpo  que fue objeto de sus pruebas de vida más que el tenga un prisionero por sus cadenas. El recuerdo de las personas que les son queridas es la única cosa a la cual ellos atribuyen alguna importancia”.
-Las oraciones que se suelen hacer sobre sus últimas moradas físicas les resultan más gratas que las otras y les atraen más que las realizadas en otros sitios?
-“La oración a Dios es, también, una evocación que atrae a los Espíritus, vosotros lo sabéis bien. La oración tiene tanto mayor efecto cuanto ella sea fervorosa y sincera; ahora, delante a una última morada venerada el recogimiento es más profundo, y la conservación de pías reliquias es un testimonio de afecto que se otorga al Espíritu, al cual él es sensible. Siempre es el pensamiento que actúa sobre el Espíritu, y no los objetos materiales, y estos objetos tienen mayor influencia sobre aquel que ora, atrayendo su atención, más bien que sobre el Espíritu”.

IX. De cuanto hemos dicho hasta aquí, la creencia en los lugares frecuentados por los Espíritus no parecería del todo falsa?
-“Hemos dicho que ciertos Espíritus pueden ser atraídos por cosas materiales; podrían serlo, por ejemplo, por ciertos lugares en los cuales parecen elegir domicilio, hasta que cesen las circunstancias que lo determinaban”-.
-Cuáles son las circunstancias que pueden determinarlo?
-“Su simpatía por alguna de las personas que les frecuentan, y el deseo de comunicarse con ellos. Todavía, sus intenciones podrían no ser siempre muy loables; cuando se trata de Espíritus inferiores, ellos pueden querer vengarse de algunas personas de quienes tengan motivos de quejas. La permanencia en un lugar podría ser para algunos una sanción que le haya sido aplicada mientras ellos estén influidos por determinado delito en particular”.

X. Los lugares frecuentados por los Espíritus, los son siempre por antiguos habitantes de estos mismos lugares?
-“Algunas veces, pero no siempre, por cuanto si el antiguo habitante es un Espíritu elevado, no tendrá en cuenta su habitación terrestre más de cuanto la tendría por su cuerpo. Los Espíritus que frecuentan ciertos lugares, con frecuencia no tienen otro motivo más que el capricho, a menos que no sean atraídos por la simpatía por ciertas personas”.
-Pueden establecerse con la finalidad de proteger a una persona o a su familia?
-“Ciertamente, si son buenos; pero en este caso ellos no manifiestan nunca su presencia de manera desagradable”.
XI. Existe algo de verdad en la historia de la Dama Blanca?
-“Es un relato formado por miles de hechos verdaderos”.
XII. Es, quizá, razonable temer a los lugares frecuentados por los Espíritus?
-“No, los Espíritus que frecuentan determinados lugares y crean disturbios, buscan de divertirse a costa de la credulidad y de la ingenuidad más que hacer mal alguno. Por otra parte, pensad que los Espíritus están en todas partes y que, en cualquier lugar en que os encontréis, los tenéis continuamente a vuestro lado, aún en las casas más tranquilas. Parece que algunas veces frecuentan, con preferencia, determinados lugares, por cuanto encuentran la oportunidad de manifestar su presencia”.

XIII. Existe algún medio para expulsarlos?
-“Sí, pero con frecuencia lo que se hace para obtener este objetivo los atrae más en vez de alejarlos. La mejor manera para alejar a los malos Espíritus es el de atraer a los buenos. Atraed, por lo tanto, a los buenos Espíritus haciendo el mayor bien posible, y los malos se alejarán, por cuanto el bien y el mal son, entre ellos, incompatibles. Sed buenos y tendréis, únicamente, buenos Espíritus a vuestro lado”.
-Existen, no obstante esto, personas de elevadas condiciones que son objeto de la acción de los malos Espíritus?
-“Si estas personas son realmente buenas, es, quizá, una prueba para ejercitar su paciencia e inducirlos a ser, aún, mejores; pero creed, también, que aquellos que hablan continuamente de virtud, no suelen ser quienes la poseen en mayor grado. Aquel que posee algunas cualidades reales, con frecuencia las ignora él mismo, o jamás habla de ellas”.
XIV. Qué hay que creer relativamente a la eficacia del exorcismo, para alejar a los malos Espíritus de los lugares que suelen frecuentar?
-“Habéis visto que este medio haya tenido éxito con frecuencia? No visteis, por el contrario, que casi siempre, el ruido ha aumentado después de la ceremonia del exorcismo? La razón es que ellos se divierten al ser tomados por el diablo”.
-“Los Espíritus que no vienen con malas intenciones, pueden, también, manifestar su presencia con ruidos, y también hacerse visibles; pero ellos no hacen nunca ruidos fastidiosos. En general, son Espíritus que sufren, a quienes podéis aportar sosiego, orando por ellos. Otras veces son Espíritus benévolos que quieren aportaros la prueba de estar cerca de vosotros; o bien, en fin, son Espíritus ligeros que quieren bromear. Desde el momento en que aquellos que turban la quietud produciendo ruido son casi siempre Espíritus que se divierten, lo mejor que se puede hacer es reír; ellos se cansarán si observan que no logran ni asustar ni que se pierda la paciencia”. (Ver el cap. 5, Manifestaciones físicas espontáneas). 

De las explicaciones dadas hasta ahora, resulta que hay Espíritus que se apegan a determinados lugares y se ubican allí, con preferencia, pero que, aún así no tienen la necesidad de manifestar su presencia con efectos sensibles. Un lugar cualquiera puede ser el obligado o el de predilección de un Espíritu, aún de nivel inferior, sin que por eso haya habido jamás manifestación alguna.
Los Espíritus que se apegan a las localidades o a las cosas materiales, nunca son Espíritus superiores; pero sin serlo, pueden, todavía, no ser malos, y no tener ninguna intención inadecuada; algunas veces son huéspedes más útiles que nocivos, por cuanto se interesan por las personas, y pueden protegerles.
 






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