lunes, 29 de octubre de 2012

LA MASONERÍA OPERATIVA



LA MASONERÍA OPERATIVA

Por ©Giuseppe Isgró C.

Existe un mito, según el cual, una sociedad iniciática que se respete de tal, se confunde, en su origen, con el orden mismo del Universo.
Con una visión liberal, suele afirmarse que los principios contenidos en el simbolismo masónico han existido desde que se ha implantado el orden de las leyes universales. A través de las diversas épocas se han redescubierto por percepción intuitiva o inspirativa.  
La Masonería, en el planeta, nació con el primer hombre o grupos de seres humanos que por primera vez tuvieron conciencia de uno o varios principios inherentes a los valores universales.
Los símbolos constituyen un lenguaje silencioso e inalterable en el espacio y en el tiempo, con un mensaje perenne. Las verdades que contienen fueron plasmadas gráficamente, para la transmisión y la enseñanza de las nuevas generaciones.
Tomás Carlyle, expresó: -”Los símbolos guían y conducen al ser humano, haciéndolo ora feliz, ora desventurado. Por doquiera se ve él circundado de símbolos, ya los reconozca o no como tales; el universo es un Gran Símbolo del Ser Supremo; y, qué es el mismo hombre, sino otro símbolo de Dios? No es, por ventura, todo lo que él hace otro símbolo, una revelación hacia los sentidos de la divina y mística fuerza en él existente, un expresión de libertad que él predica como Mensajero de la Naturaleza por medio de palabras y obras? No levanta él ni una choza que no sea la representación visible de cosas invisibles, que no sea, en sentido trascendental, tan simbólica como real”.
A su vez, Albert Pike, en su carta a Gould, dijo lo siguiente: -”El simbolismo de la Masonería, que juntamente con su espíritu de fraternidad constituyen su esencia, es más antiguo que el de todas las corrientes espirituales existentes. La Masonería guarda los símbolos que, más antiguos que él mismo, inculcara Zaratustra. Sublime y triste espectáculo el de nuestros antepasados que ofrecen al mundo los símbolos del Universo, antaño tan elocuentes y hogaño tan mudos y sin interpretes! Y, de esta manera, llegue a comprender -continúa diciendo Pike-, que la verdadera grandeza y majestad de la Francmasonería consiste en ser guardiana celosa de éstos y otros símbolos; y en que su simbolismo es su alma”.
A medida que mayor número de individuos fue adquiriendo conciencia de los mismos símbolos, principios y leyes universales, y a la vez los iban enseñando a otros, con inquietudes afines, se fueron formando las primeras corporaciones de constructores o artistas. En estos círculos proliferaron, en forma propicia, el estudio, el mantenimiento y las enseñanzas de los principios asimilados.
Por ser los núcleos de constructores, desde el comienzo de la humanidad, los únicos capaces de representar por medio de la pintura rupestre, de la construcción y de la escultura, los símbolos de la cultura de los diversos pueblos, estos grupos se convirtieron, gradualmente, en privilegiados por su conocimiento, y arte operativo.
Estas circunstancias del arte de la construcción, de la pintura y de la escultura, fueron convirtiendo a sus cultores en las personas más representativas de la sociedad en que convivían. 
Las grandes civilizaciones del pasado, como la Sumeria, la Egipcia, la Griega, la Romana, la India, la Etrusca, la Celta, la Azteca, la Maya, la Incaica y la Tolteca, entre otras, son mayormente conocidas, en la actualidad, por sus monumentos arquitectónicos, escultóricos y pictóricos.
Ahora bien, de ahí se evidencia la característica de que, estando encerrado en dichos restos arquitectónicos, pictóricos y escultóricos, un simbolismo profundo sobre el saber antiguo, así como de los valores universales, principios cósmicos y leyes naturales, verdaderas riquezas de un saber iniciático custodiado por los maestros constructores, y sus discípulos más cercanos. Este grupo, en toda época, ha representado a una minoría selecta y elevada, con la misión de proyectar ese tesoro de sabiduría a toda la humanidad y así poder gestar la nueva edad de oro.
El lema de la masonería universal es: El estudio de todas las ciencias, de todas las filosofías, de todas las artes y la práctica de todas las virtudes. La condición sine qua non: Ser libre y de buenas costumbres, amante de la Patria, cumplidor de las leyes del respectivo país, y amigo de los seres humanos, cuando son virtuosos. De los demás, deben ser maestros silenciosos a través del ejemplo.
Sin duda, los albañiles no estaban iniciados en el significado esotérico de los símbolos y filosofía especulativa-operativa, por ser ellos los instrumentos del trabajo más rudimentario, representando una clase menos privilegiada, más modesta. Sin  embargo, aquellos que hacían méritos suficientes, como sucede hoy en día, podían aspirar, y en efecto lo hacían, y ascendían, por etapas, a los grados de compañero y luego al de maestro constructor, donde eran iniciados en los augustos misterios, en el simbolismo y en la sabiduría de la confraternidad.
Los maestros masones operativos, eran especulativos en sus concepciones y proyectos, y operativos en sus realizaciones. Es decir, seres de pensamiento y de acción.
Después de 1717, se inicia un período de decadencia en el arte operativo, transformándose la Masonería en sociedad especulativa-filosófica.
Al haber cada vez menos iniciados en el arte operativo, se perdió gran parte del saber iniciático y esotérico, de las confraternidades del pasado, dando inicio, por lo tanto, un período de transformación para el real arte masónico.
La masonería operativa, siendo a la vez especulativa en sus concepciones y operativa en sus realizaciones, sus miembros estaban familiarizados con la filosofía y sabiduría esotérica de las corporaciones y confraternidades masónicas, mientras que, al convertirse en masonería especulativa propiamente dicha, los nuevos masones, no siendo de la profesión, dejaron de absorber íntegramente el saber esotérico especulativo interpretativo anterior y abandonaron el arte operativo por considerarlo indigno.
Los nuevos masones, continuaron, únicamente, con el estudio especulativo-filosófico, de los símbolos registrados hasta ese entonces, pero, cada vez, con una comprensión más exotérica de los mismos, perdiéndose, gradualmente, el conocimiento esotérico de los verdaderos iniciados del pasado “prehistórico” de la masonería.
Las últimas obras operativas de envergadura fueron las construcciones góticas, las cuales, al pasar de moda, hizo innecesario el trabajo operativo de los maestros constructores, por lo cual, se fue transformando en masonería especulativa-filosófica.
Aunque, es preciso decirlo, en épocas pasadas ya se aceptaban dentro de la confraternidad, a miembros que no eran de la profesión. Es de interés, también, el  estudio de los grupos de constructores ajenos a la confraternidad masónica, al convertirse ésta en especulativa.
Igualmente, los albañiles continuaron sus actividades pero ya desvinculados de un saber antiguo-simbólico-esotérico, deviniendo en constructores simples de viviendas o edificios, sin ninguna relación con el antiguo arte real, quedando en su poder el uso de los instrumentos, materiales y técnicas de construcción.
Podemos darnos cuenta de la importancia y de la profundad del conocimiento que poseían los antiguos masones operativos cuando el último gran alquimista, en el siglo XX, conocido con el pseudónimo de Fulcanelli, estudiando el simbolismo encerrado en las construcciones  góticas, descubrió el secreto de la transmutación alquímica, cuyo conocimiento plasma en sus dos obras: Los misterios de las catedrales y Las moradas filosofales. Empero, es más sorprendente aún su última obra, enviada a la imprenta, a una edad cercana a los 120 años, con el título: Gloria Finis Mundis, en que sintetiza su profunda visión de la realidad mundial.  
Pero, el saber antiguo, filosófico-esotérico, buscó nuevas vías de transmisión, en parte en la nueva masonería especulativa-filosófica, en parte en otras órdenes esotéricas afines, como Los Rosacruces, los Alquimistas, los Martinistas y los Ocultistas, entre otros.
Ciertas órdenes esotéricas, como los Rosacruces, han conservado las claves esotéricas del saber iniciático, y místico, que son de interés en el estudio profundo del simbolismo masónico.
Sin embargo, en el simbolismo masónico está revelada la clave operativa del arte real, la cual sólo a través de un estudio y meditación, el masón especulativo podrá descifrar, alcanzando la visión trascendental de los antiguos maestros, quienes plasmaron su saber en símbolos, cuyo significado permanece intacto para nosotros, al igual que para ellos. En esta percepción profunda de la verdad universal encerrada en el simbolismo masónico, juegan un rol importantísimo la intuición y la inspiración.
Empero, allí se encuentra un saber profundo que generaciones de masones han custodiado sin comprenderlo totalmente. Sólo unos pocos iniciados que alcanzan la iniciación masónica espiritual obtienen la conciencia cósmica capaz de hacerle percibir, intuitiva e inspirativamente, la Luz Masónica verdadera, la del auténtico simbolismo, con cuya clave realiza su propia auto-transmutación en la eterna polarización.
De esta manera, se va custodiando el saber masónico universal de época en época, donde, a pesar de entrar muchos en las logias, pocos son los que verdaderamente develan los augustos misterios esotéricos, cumpliéndose con ello el aserto: -”Muchos son los llamados, pero pocos los escogidos”. Solo quienes persisten tenaz y sosegadamente alcanzan a trascender el propio ego, y conectarse con la fuente universal. Allí, mediante la conexión divina, el Gran Arquitecto del Universo, mediante el lenguaje de los sentimientos, se deja oír en la conciencia, impartiendo la enseñanza que representan los estados y las estaciones, es decir, los valores universales del simbolismo masónico, y los respectivos grados de comprensión.
Todos, según sus niveles de conciencias, se benefician en su educación y autorrealización.
El estudio, esfuerzo y dedicación, constituyen las claves, tal como lo dijera Emerson: -”Toma lo que quieras y paga el precio”.
Según tú des a la Masonería, ella te dará a ti en Luces y Sabiduría.
La Masonería Universal es una de las más sublimes instituciones existentes en el planeta tierra y aún en la búsqueda suprema, la persona satisfará los anhelos de su espíritu. Así lo han hecho los hombres más representativos de la humanidad, en todos los ámbitos del saber humano, y actividades, a partir del año 1717, año en que se inicia su actual modalidad filosófica.
En síntesis, al quedar de lado el aspecto operativo de la masonería, centrando la atención en el aspecto filosófico, con este conocimiento de los valores universales y de la sabiduría contenida en el simbolismo del arte real, cada masón podrá ejercer en sí mismo el arte operativo masónico, para modelar al hombre perfecto, representado por la piedra cúbica, para ubicarse adecuadamente en el edificio de la gran obra universal, alcanzando el orden perfecto, en armonía con todos y con el Todo. Al hacerlo de esta manera, se habrá adquirido la conciencia de la perfecta unidad cósmica con el Gran Arquitecto del Universo, a cuya gloria cada masón realiza su labor. Adelante.



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EL ENCUENTRO EN LA VICTORIA



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UN ENCUENTRO EN LA VICTORIA

Autor: ©Giuseppe Isgró C.

Del libro: La Victoria

Capítulo I

Me encontraba un día, en una fuente de aguas tranquilas, cristalinas, cuando se me acercó un Venerable hombre, vestido a la antigua usanza, con bata blanca, larga, pelo y barba que alguna vez fueron de color pelirrojo y un báculo en la mano derecha.

Concentró sus ojos en los míos; su mirada era profunda, serena y apacible.

Con voz suave y afectiva, me dijo:

-“Hola, hijo, como estás”-.

–Bien, -le contesté-; y, ¿usted?

–Por aquí andamos; -fue su respuesta-, mientras me sonreía.

-¿Dónde estamos?, -le pregunté al Venerable hombre-.

-Este sitio es conocido como La Victoria; -me contestó-. –¿Qué haces por estos lados?

-Salí esta mañana, temprano, con el coche, a dar un paseo; luego, al llegar a esta zona, me paré a contemplar la belleza de los araguaneyes y decidí caminar un poco y la verdad que, absorto en mis reflexiones, caminé por lo menos durante dos horas, hasta llegar aquí. Desconocía este hermoso lugar. Y, usted, -¿vive por aquí cerca? -le pregunté-.

Un poco más arriba, en esa colina boscosa. Hace algunos años, -relata el Venerable hombre- decidí retirarme de la agitada vida ejecutiva en que me desenvolvía profesionalmente, como abogado, en la ciudad de Quebec, Canadá, aunque he viajado por diversos países asesorando a incontables líderes. Construí la casa, en esta zona tropical, con la idea de pasar aquí los meses de invierno. Me dedico al estudio de la vida, a la meditación y a cultivar mi jardín y de vez en cuando, a escribir mis reflexiones, las cuales, algún día, habrán de ser publicadas para esparcir un poco la luz que he podido vislumbrar en mis estudios metafísicos-espirituales.

-¿Quieres tomar un café? –Me preguntó el Venerable hombre-. Lo he traído de Caripe El Guácharo; es de los más exquisitos que he probado.

-Sí, con gusto se lo acepto; -le contesté-.

Nos fuimos caminando por un sendero rodeado de árboles cargados de mangos, aguacates, naranjas y una hilera de cayenas de diversos colores. A lo lejos, el ruido de la brisa se oía apaciblemente. Todo era quietud, armonía y paz. Pero, sobre todo, lo que más me impresionaba era la apacibilidad y el sosiego del Venerable hombre de La Victoria. Emanaba de él un flujo de fuerza que, en su presencia, me sentía con un poder y una seguridad nunca antes experimentados. Fuerzas bienhechoras se iban apoderando de mí y aquella paz y relax que buscaba en la mañana, al salir a dar un paseo, sin percatarme de ello, las estaba experimentando ya.

Después de unos quince minutos de caminar, llegamos a la casa del Venerable hombre. Su aspecto exterior humilde estaba lejos de dejar entrever lo que segundos después habría de asombrarme con lo que encontré en el interior.

Al entrar, en la casa, una joven de unos veinte años saludó al Venerable hombre.

-¡Hola, abuelo!, ¿cómo estás?

–Bien, hija, -contestó el Venerable hombre-. -Prepara un poco de café, Lucía, mientras conversamos un poco, adentro.

-Por cierto, te presento a Santiago, quien ha llegado paseando hasta La Victoria.

Después de la presentación, entramos en la biblioteca del Venerable hombre. Un salón grande, lleno de estantes de libros por todas partes, lo cual hacía inimaginable dicho cuadro desde el exterior. Algunos cuadros al óleo de morichales y de personajes históricos, presentaban un ambiente acogedor. En un rincón se encontraban diversos retratos de Tagore, Gandhi, Cicerón, Séneca, Ibn Arabi y un dibujo de Don Quijote y Sancho Panza. En un pequeño cuadro, podía leerse: -“Lo que Alá quiera. Nada se le asemeja”-.

-Le felicito por este inmenso tesoro que usted tiene aquí, -le dije al Venerable hombre-. -¿Cuáles son los temas de su interés?

A lo cual, me contestó: -Como usted puede ver, Santiago, -y me invitó a recorrer los estantes- aquí hay libros de variados temas: clásicos de todos los países y épocas, desde los Vedas, los Upanishads, el Mahabaratha, los libros de Confucio, El Tao te King, de Lao Tse, el Poema de Gilgamesh, el Código de Amurabí, autores griegos, como Homero y Hesiodo. Se encuentran las obras completas de Euclides, Platón, Aristóteles, Teofrasto, Demetrio de Falereo, de los Presocráticos, Epicteto, Plutarco, etcétera; de los latinos, autores como Séneca, Cicerón, -que son mis preferidos-, Julio César, Tito Livio, Dionisio de Halicarnaso, Marco Aurelio, así como libros de Psicología, Gerencia, Sufismo, Yoga, ensayos, filosofía, parapsicología, hermetismo, El Quijote, libros de economía, filosofía, etcétera, en fin, un poco de todo lo que es preciso conocer para poder entender el significado de la vida: de dónde venimos, por qué estamos aquí y hacía dónde vamos, sin lo cual, la vida no tendría sentido, sobre todo por el gran afán a que está sometido el ser humano en la agitada vida moderna.

Nos sentamos en sendas butacas y nos entretuvimos conversando de temas diversos. Al poco rato, entró Lucía con dos tazas de oloroso café y unos biscochos, que degustamos con agrado en una amena e interesante conversación. Al fondo, podía oírse una suave música de Beethoven.

Pasamos cerca de una hora conversando de sobre la Atlántida, Egipto, los griegos, de Homero, de los sufíes, del budismo zen, los poderes del espíritu, meditación, etcétera, después de lo cual, le hice una pregunta directa.

-Seguramente, usted ha desarrollado alguna técnica de meditación y algún método de resolución de situaciones, en la vida, que me quisiera explicar, ya que, según observo, para tener usted una serenidad tan acentuada y una fortaleza física a la edad que imagino que usted debe tener, -cerca de noventa años- es porque ha encontrado en su larga experiencia algún secreto que quizás quisiera compartir conmigo.

Santiago, -me dijo el Venerable hombre, si vuelves a visitarme otro día, quizá te cuente algo que te pueda servir. Empero, antes de que te vayas, te haré entrega de unos apuntes que hace ya muchos años, en una época en que yo andaba a la búsqueda de sosiego y tratando de encontrarle sentido a la vida, un Venerable hombre que, en una edad similar a la mía, a su vez me entregara y cuya práctica asidua me permitió domar la mente, encarrilar mi vida y poner bajo control los hilos del destino. Son veintidós manuscritos, y una meditación diaria, –continuó diciendo el Venerable hombre, que si bien son ya un poco antiguos, podrás copiarlos de nuevo y si pones en práctica las técnicas que contienen, darás a tu vida un esplendor que habrá de sorprenderte agradablemente.

-Una vez que los hayas probado con total y absoluta satisfacción de tu parte, -me dijo, ponlos en limpio, en forma de libro y publícalo para que su mensaje llegue a mayor número de personas. Hacía tiempo que esperaba a alguien a quien confiarle este legado y creo que hoy, al llegar aquí, en la forma en que lo has hecho, tus pasos han sido dirigidos por Aquel que todo lo sabe y puede, por la Ley Cósmica, y en cuyos planes universales, todos somos sus instrumentos.

Me despedí del Venerable hombre y de su adorable nieta, sintiendo dentro de mí fuerzas desconocidas hasta entonces que preanunciaban grandes cambios en mi vida.

En los días siguientes, aparté una hora diaria, antes de dormirme, y leí y releí, todos los manuscritos, de la siguiente manera: En primer lugar copié la Meditación diaria en un cuaderno, el cual leí durante veintidós noches y mañanas seguidas, tal como lo indicaban las instrucciones de la misma.

Una nota al pie de página mencionaba que si yo la transcribía en un cuaderno, el hecho de hacerlo, grabaría en mi ordenador mental las instrucciones y me sería más fácil desarrollar, en mi personalidad, las cualidades y condiciones que formaban parte de los objetivos implícitos en la misma.

De los veintidós manuscritos, cada lunes, a las once en punto de la noche, copiaba uno en el cuaderno, y durante el resto de la semana, a la misma hora, lo leía y meditaba, siguiendo las fáciles y efectivas técnicas e indicaciones al inicio del mismo.

Cuatro semanas después de leer durante veintidós días seguidos, en la noche y en la mañana, la meditación diaria, comenzaron a manifestarse en mi vida una serie de cambios positivos que me dejaban asombrado a mi mismo, pero, también, los miembros de mi familia y a mis amistades; sobre todo mi semblante comenzó a ser más apacible; volví a sonreír desde el interior; mi estado anímico era de contento; me sentía más seguro de mi mismo; comencé a confiar más en la gente, en la vida y a vislumbrar el sentido de mi misión en la vida –percibía cosas que antes me pasaban desapercibidas, a pesar de haber estado siempre allí. Sentía fluir en mí una nueva corriente vivificadora de prosperidad, de felicidad, de alegría de vivir. Mi entusiasmo y amor por la vida y por mi familia, por mi trabajo y por las personas, crecía día a día. En aproximadamente dos meses había logrado muchas de las cosas en las cuales había soñado desde hacía años. Había dado un paso sorprendente en el camino de la autorrealización.

Efectivamente, pude comprobar que me fue relativamente muy fácil desarrollar las aptitudes y actitudes a nivel físico, mental, emocional, espiritual y en diversos aspectos de mi vida, como el financiero, que comenzó a mejorar casi inmediatamente, así como, surgieron nuevas oportunidades que comencé a aprovechar, casi sin esfuerzo de mi parte.

Transcurría el año de 1967 y mi vida había encontrado un sendero que habría de conducirme a cooperar en forma más efectiva en el plan divino que el Supremo Hacedor, en algún momento, había diseñado para mí.

Tres meses después volví a aquel lugar donde había encontrado al Venerable hombre de La Victoria y allí estaba la fuente que él dijo llamarse La Victoria; empero, cuando traté de encontrar el camino para llegar a la casa donde amablemente me ofreció un delicioso café, preparado por su nieta Lucía, no logré encontrarlo, pese a haber recorrido durante un par de horas por los alrededores. Pregunté a varias personas para ver si podían indicarme como llegar a la casa del Venerable hombre y cual fue mi sorpresa, nadie lo conocía.

Empero, después de tanto buscar, volví a encontrar la casa donde vivía el Venerable hombre de La Victoria, pero se encontraba abandonada. Su aspecto indicaba que debía encontrarse en ese estado un lapso mayor del que mediaba con el encuentro de aquel ser extraordinario. Es sorprendente como los inmuebles solos acusan el paso del tiempo en mayor grado que los que son habitados. Si no fuera por los manuscritos pensaría que el encuentro no fue más que un simple sueño. -¿O se trata, acaso de un sueño combinado con un fenómeno de aporte? Personalmente, no lo creo. El encuentro fue muy vívido y real. El aromático café servido por Lucía estaba exquisito. Durante varios años volví al lugar varias veces, la casa seguía sola. La última vez que volví, no la pude ubicar y sin tener tiempo suficiente para seguir buscándola, me fui. Ahora, vivo muy lejos de aquella zona, en otro continente; han transcurrido muchos años y después de tanto tiempo es poco probable que vuelva allí; pero, los manuscritos y la meditación diaria obran en mi poder, me han transformado y han enriquecido mi vida.

Durante más de treinta y cinco años he puesto en práctica las diversas variantes de los ejercicios, afirmaciones y meditaciones que contienen los manuscritos y la meditación diaria y cada vez que los pongo en práctica, experimentos los mismos beneficios. Ahora, ellos se encuentran en el libro que usted tiene en sus manos; espero que les sean tan útiles como los han sido para mí.

Su contenido es eminentemente práctico; no hay teorías superfluas. Si lleva a cabo los ejercicios que contienen, es probable que, gradualmente, se vaya efectuando la transmutación alquímica de su ser sintonizándose con los elevados resultados existenciales, los cuales, por añadidura, al ser creados a nivel mental, se van manifestando en su propia vida, oportunamente.

Sobre todo, con estos ejercicios, me percaté, cuando el Venerable hombre me entregó los manuscritos, de que se dispone de un método para domar la mente y ejercer un pleno dominio sobre la vida en general y, por ende, sobre el destino y controlar, cuando eventualmente se presenten, todas las situaciones, manteniendo un perfecto equilibrio físico, mental, emocional, espiritual y financiero.

El Venerable hombre de La Victoria me comentaba que todo se puede lograr en la vida si se siembra la respectiva semilla por medio de correctas decisiones acordes con la propia y elevada auto-estima y dignidad personal, desarrollando el convencimiento de que sí se puede hacer, por medio de las afirmaciones, las visualizaciones y meditaciones, la experimentación de un estado emocional acorde al momento de ser logrados los respectivos resultados y la practica del desapego, es decir, dejar encargada a la mente psiconsciente del logro, y además, se espera el tiempo necesario haciendo, mientras tanto, todo lo que se requiere, según el caso o los objetivos por alcanzar.

Estas técnicas funcionan, me decía una y otra vez el Venerable hombre de La Victoria; luego, agregaba: -las he probado por más de cincuenta años y quien, a su vez me las entregó, habría hecho otro tanto, aseverando que eran efectivas, si yo seguía fielmente las instrucciones y las ponía en práctica con expectativas positivas.

Desde que en 1967, el Venerable hombre me hiciera entrega de los manuscritos, han transcurrido un poco más de de treinta y cinco años, durante los cuales yo también he puesto en práctica las diversas variantes de los ejercicios, afirmaciones y meditaciones que contienen, y cada vez que me ejercito con ellos, experimento los mismos beneficios. Ahora, ellos se encuentran en el libro que usted tiene en sus manos; espero que les sean tan útiles como los han sido para todos los que hemos aplicado las enseñanzas del Venerable hombre de La Victoria.

Él me repetía constantemente: -“¡Tú puedes si crees que puedes hacerlo! ¡Hazlo y tendrás el poder!

Recuerdo que ese día el Venerable hombre me dijo: -ejercer el poder con que la naturaleza de las cosas ha dotado a cada ser, cultivando los dones inherentes y aprendiendo todo lo que se pueda de sí y del vasto universo del que se forma parte, es una manera efectiva de ser cada día más feliz. Luego, cuando me despedí de él, expresó: -“¡Que cada día brille más y mejor tu luz interior!”.- Adelante.

Capítulo 2

Meditación diaria

Es lunes en la noche, son las once en punto.

Me dispongo a copiar textualmente, en el cuaderno que he dispuesto para ello, el manuscrito identificado con el título:

Meditación diaria

Dice así:

Afirme, en la mañana y en la noche, antes de dormir, durante veintidós días; luego, cada vez que lo desee, esta poderosa fórmula de programación mental positiva y descubra cómo, con facilidad, van ocurriendo cosas maravillosas en su vida:

MEDITACIÓN DIARIA

Afirma, en la mañana y en la noche, antes de dormir, durante veintidós días; luego, cada vez que lo desees, esta poderosa fórmula de programación mental positiva y descubre cómo, con facilidad, van ocurriendo cosas maravillosas en tu vida. Al encender la luz en la mente se ilumina la propia existencia y todo en derredor vibra al unísono y con el mismo sentimiento de felicidad y bienestar, interrelacionándose por la ley de afinidad.

1. -Entro en el nivel de mi mente psiconsciente, en el centro de control de mi piloto mental automático, donde todo va bien, siempre, contando de tres a uno: Tres, dos, uno.

Ø Ahora, estoy ya en el nivel de mi mente psiconsciente, en el centro de control de mi piloto mental automático, donde todo va bien, siempre.

Ø Voy a permanecer en el nivel de mi mente psiconsciente, en el centro de control de mi piloto mental automático, donde todo va bien, siempre, durante quince minutos y voy a programar los siguientes efectos positivos, los cuales perduran, cada vez mejor, hasta que vuelva a realizar este acceso y programación mental:

Ø Todo va bien, siempre, en todos los aspectos de mi vida, cada día mejor. (Tres veces). –Imagínalo-.

Ø Todo va bien en mi trabajo; cada día logro mejores niveles de efectividad, prosperidad, riqueza, abundancia y bienestar. (Imagínalo).

2. Formo una unidad cósmica perfecta con el Creador Universal, -ELOÍ. (Diez veces, con los ojos cerrados). Hoy se expresa en mí la Perfección universal de la Vida, del amor, de la luz, de la sabiduría, del perdón, de la percepción de la verdad, de la aceptación de la realidad, de la justicia, de la igualdad, de la compensación, de la fortaleza, de la templanza, de la belleza, del equilibrio, de la armonía, de la salud, de la prosperidad, de la riqueza, de la abundancia, del servicio y de la provisión en todos los aspectos de mi vida.

3. -Cada día, en todas formas y condiciones, mi cuerpo y mi mente funcionan mejor y mejor. La consciencia de mi conexión permanente e indisoluble con el Creador Universal, -ELOÍ-, restablece y mantiene en mí, diariamente, durante las veinticuatro horas del día, un perfecto estado de salud a nivel físico, mental, emocional y espiritual. Gracias, Creador Universal, por darme un cuerpo perfecto, saludable, lleno de energía. Aquí y ahora, me siento en perfecto equilibrio de salud, a nivel físico, mental, emocional y espiritual.

4. Afronto y resuelvo bien toda situación que me compete, siempre.

5. Todo tiene solución, en todas las situaciones de mi vida.

6. El Creador Universal, -ELOÍ-, es en mí, cada día mejor, en todos los aspectos de mi vida, fuente de amor, luz, sabiduría, éxito, riqueza, prosperidad, abundancia y armonía.

7. Permito que las leyes universales de la Vida, del amor, de la luz, de la sabiduría, del perdón, de la percepción de la verdad, de la aceptación de la realidad, de la justicia, de la igualdad, de la compensación, de la fortaleza, de la templanza, de la belleza, del equilibrio, de la armonía, de la salud, de la prosperidad, de la riqueza, de la abundancia, del servicio y de la provisión actúen bien en el plan de mi vida.

8. Tengo prosperidad y poder. Cada día enriquezco mejor mi vida a través del servicio efectivo, del amor y de la práctica de todas las virtudes.

9. Mi dignidad personal me lleva a realizar las cosas que me competen con la máxima perfección posible.

10. Cada día, en todas formas y condiciones, en todos los aspectos de mi vida, estoy mejor y mejor a nivel físico, mental, emocional, espiritual y financiero.

11. Actúo con templanza, serenidad, autodominio y perfecto equilibrio en todo. Conservo plena autonomía y control sobre todas mis facultades físicas, mentales, emocionales, intelectuales y espirituales. Hecho está. (Visualizar un escudo protector de luz que te envuelve y protege; -una pirámide-).

12. Tengo fortaleza, valor, confianza y fe suficiente para triunfar y alcanzar todas mis metas, de acuerdo con la voluntad del Creador Universal, -ELOÍ-, y en armonía con sus planes cósmicos. Soy inmune e invulnerable a las influencias y sugestiones del medio ambiente y de cualquier persona a nivel físico, mental, emocional y espiritual, en las dimensiones objetivas y subjetivas y en cualesquiera otras en que sea requerido.

13. El orden universal de la Vida, del amor, de la luz, de la sabiduría, del perdón, de la percepción de la verdad, de la aceptación de la realidad, de la justicia, de la igualdad, de la compensación, de la fortaleza, de la templanza, de la belleza, del equilibrio, de la armonía, de la salud, de la prosperidad, de la riqueza, de la abundancia, del servicio y de la provisión se establece en mi vida, en todos mis asuntos y en las personas interrelacionadas, aquí y ahora. Hecho está.

14. Asumo la responsabilidad de mis actos y cumplo bien todos mis compromisos, siempre oportunamente, de acuerdo con el orden cósmico.

15. El Creador Universal, -ELOÍ-, nos da abundancia y armonía en el eterno presente. Vivo en abundancia y en armonía perfectas, aquí, ahora y siempre.

16. El Creador Universal, -ELOÍ-, se está ocupando de todo, en todos los aspectos de mi vida, y se expresa en mí conciencia intuitiva por medio de los sentimientos en correspondencia con los valores universales.

17. Gracias, Creador Universal, -ELOÍ-, por esta vida maravillosa. Que Tu Inteligencia Infinita, Amor, Sabiduría, Justicia, Luz, y Poder Creador guíen, adecuadamente, todas mis decisiones y acciones, ahora y siempre. Gracias, Eloí, por este día maravilloso.

18. El Creador Universal, -ELOÍ-, nos proteja, aquí y en cualquier lugar, ahora y siempre. (Tres veces).

19. Siempre espero lo mejor, de acuerdo con la voluntad del Creador Universal, -ELOÍ-, y la Ley Cósmica, en armonía con todos.

20. Gracias, Creador Universal; todo va bien en todos los aspectos de mi vida, a nivel físico, mental, emocional y espiritual. Gracias, Eloí, todo va bien en mis practicas espirituales y en mi relación Contigo; Tú y yo formamos una unidad perfecta, armónica, aquí y ahora, en el eterno presente. Yo soy Tú, Tú eres yo. Te amo.

21. Voy a realizar –obtener o resolver- (mencionar), antes del: (fecha), de acuerdo al orden divino y en armonía con todos. (Si se trata de varios objetivos, anótelos y haga la afirmación y visualización con cada uno de ellos. Imagínelo concluido satisfactoriamente sin imponer canal alguno de manifestación.)

22. Tengo serenidad y calma imperturbable. Soy impasible frente a todo y a todos. No tengo temor a nada, a nadie ni de nadie en ningún nivel físico, mental, emocional, espiritual y financiero. Dentro de mí vibra la seguridad total. Tengo completa confianza en la vida y en mi propia capacidad de resolver situaciones y alcanzar los resultados satisfactorios que preciso, en cada caso, siempre.

A continuación anoté la fecha: Lunes 12 de agosto de 1967. Luego, tal como me lo indicó el Venerable hombre, anoté la fecha que correspondía veintidós días después: 03 de septiembre de 1967.

Acto seguido, me senté cómodamente, tomé tres respiraciones profundas y realicé la meditación.

Luego, cada noche, durante veintidós días, a las once en punto, me iba a mi cuarto, daba indicaciones de no ser interrumpido durante veinte minutos y realizaba la meditación del día, la cual, siempre complementaba con la lectura breve de uno de los libros de cabecera que siempre suelo tener en mi mesa de noche.

Iba notando, día a día como emergía de mi interior una nueva y desconocida fortaleza, seguridad, estado de ánimo contento, actitud más decidida, optimismo frente a la vida y a las situaciones; comencé a llevarme mejor en las relaciones con las demás personas, a ser más comedido en todo y sobre todo comenzaba a tener conciencia de cosas que antes me solían pasar desapercibidas.

Cabe destacar que, en el punto número veintiuno de la meditación, había anotado siete objetivos que desde hacía tiempo quería realizar y para mi sorpresa, treinta días después de haber terminado de efectuar la meditación del manuscrito número veintidós comencé a observar como, en forma aparentemente casual se iban manifestando la resultados de cada uno de ellos hasta que, algunos meses después, antes de la fechas previstas, los había realizado todos, menos dos, por lo cual, me senté y volví a anotar, en una hoja de mi cuaderno, otros diez objetivos, encabezados por los dos pendientes de la lista anterior, les puse la fecha tope a cada uno, antes de la cual debían ser logrados, para seguir visualizando, su logro, periódicamente.

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lunes, 29 de octubre de 2012

LA MASONERÍA OPERATIVA



LA MASONERÍA OPERATIVA

Por ©Giuseppe Isgró C.

Existe un mito, según el cual, una sociedad iniciática que se respete de tal, se confunde, en su origen, con el orden mismo del Universo.
Con una visión liberal, suele afirmarse que los principios contenidos en el simbolismo masónico han existido desde que se ha implantado el orden de las leyes universales. A través de las diversas épocas se han redescubierto por percepción intuitiva o inspirativa.  
La Masonería, en el planeta, nació con el primer hombre o grupos de seres humanos que por primera vez tuvieron conciencia de uno o varios principios inherentes a los valores universales.
Los símbolos constituyen un lenguaje silencioso e inalterable en el espacio y en el tiempo, con un mensaje perenne. Las verdades que contienen fueron plasmadas gráficamente, para la transmisión y la enseñanza de las nuevas generaciones.
Tomás Carlyle, expresó: -”Los símbolos guían y conducen al ser humano, haciéndolo ora feliz, ora desventurado. Por doquiera se ve él circundado de símbolos, ya los reconozca o no como tales; el universo es un Gran Símbolo del Ser Supremo; y, qué es el mismo hombre, sino otro símbolo de Dios? No es, por ventura, todo lo que él hace otro símbolo, una revelación hacia los sentidos de la divina y mística fuerza en él existente, un expresión de libertad que él predica como Mensajero de la Naturaleza por medio de palabras y obras? No levanta él ni una choza que no sea la representación visible de cosas invisibles, que no sea, en sentido trascendental, tan simbólica como real”.
A su vez, Albert Pike, en su carta a Gould, dijo lo siguiente: -”El simbolismo de la Masonería, que juntamente con su espíritu de fraternidad constituyen su esencia, es más antiguo que el de todas las corrientes espirituales existentes. La Masonería guarda los símbolos que, más antiguos que él mismo, inculcara Zaratustra. Sublime y triste espectáculo el de nuestros antepasados que ofrecen al mundo los símbolos del Universo, antaño tan elocuentes y hogaño tan mudos y sin interpretes! Y, de esta manera, llegue a comprender -continúa diciendo Pike-, que la verdadera grandeza y majestad de la Francmasonería consiste en ser guardiana celosa de éstos y otros símbolos; y en que su simbolismo es su alma”.
A medida que mayor número de individuos fue adquiriendo conciencia de los mismos símbolos, principios y leyes universales, y a la vez los iban enseñando a otros, con inquietudes afines, se fueron formando las primeras corporaciones de constructores o artistas. En estos círculos proliferaron, en forma propicia, el estudio, el mantenimiento y las enseñanzas de los principios asimilados.
Por ser los núcleos de constructores, desde el comienzo de la humanidad, los únicos capaces de representar por medio de la pintura rupestre, de la construcción y de la escultura, los símbolos de la cultura de los diversos pueblos, estos grupos se convirtieron, gradualmente, en privilegiados por su conocimiento, y arte operativo.
Estas circunstancias del arte de la construcción, de la pintura y de la escultura, fueron convirtiendo a sus cultores en las personas más representativas de la sociedad en que convivían. 
Las grandes civilizaciones del pasado, como la Sumeria, la Egipcia, la Griega, la Romana, la India, la Etrusca, la Celta, la Azteca, la Maya, la Incaica y la Tolteca, entre otras, son mayormente conocidas, en la actualidad, por sus monumentos arquitectónicos, escultóricos y pictóricos.
Ahora bien, de ahí se evidencia la característica de que, estando encerrado en dichos restos arquitectónicos, pictóricos y escultóricos, un simbolismo profundo sobre el saber antiguo, así como de los valores universales, principios cósmicos y leyes naturales, verdaderas riquezas de un saber iniciático custodiado por los maestros constructores, y sus discípulos más cercanos. Este grupo, en toda época, ha representado a una minoría selecta y elevada, con la misión de proyectar ese tesoro de sabiduría a toda la humanidad y así poder gestar la nueva edad de oro.
El lema de la masonería universal es: El estudio de todas las ciencias, de todas las filosofías, de todas las artes y la práctica de todas las virtudes. La condición sine qua non: Ser libre y de buenas costumbres, amante de la Patria, cumplidor de las leyes del respectivo país, y amigo de los seres humanos, cuando son virtuosos. De los demás, deben ser maestros silenciosos a través del ejemplo.
Sin duda, los albañiles no estaban iniciados en el significado esotérico de los símbolos y filosofía especulativa-operativa, por ser ellos los instrumentos del trabajo más rudimentario, representando una clase menos privilegiada, más modesta. Sin  embargo, aquellos que hacían méritos suficientes, como sucede hoy en día, podían aspirar, y en efecto lo hacían, y ascendían, por etapas, a los grados de compañero y luego al de maestro constructor, donde eran iniciados en los augustos misterios, en el simbolismo y en la sabiduría de la confraternidad.
Los maestros masones operativos, eran especulativos en sus concepciones y proyectos, y operativos en sus realizaciones. Es decir, seres de pensamiento y de acción.
Después de 1717, se inicia un período de decadencia en el arte operativo, transformándose la Masonería en sociedad especulativa-filosófica.
Al haber cada vez menos iniciados en el arte operativo, se perdió gran parte del saber iniciático y esotérico, de las confraternidades del pasado, dando inicio, por lo tanto, un período de transformación para el real arte masónico.
La masonería operativa, siendo a la vez especulativa en sus concepciones y operativa en sus realizaciones, sus miembros estaban familiarizados con la filosofía y sabiduría esotérica de las corporaciones y confraternidades masónicas, mientras que, al convertirse en masonería especulativa propiamente dicha, los nuevos masones, no siendo de la profesión, dejaron de absorber íntegramente el saber esotérico especulativo interpretativo anterior y abandonaron el arte operativo por considerarlo indigno.
Los nuevos masones, continuaron, únicamente, con el estudio especulativo-filosófico, de los símbolos registrados hasta ese entonces, pero, cada vez, con una comprensión más exotérica de los mismos, perdiéndose, gradualmente, el conocimiento esotérico de los verdaderos iniciados del pasado “prehistórico” de la masonería.
Las últimas obras operativas de envergadura fueron las construcciones góticas, las cuales, al pasar de moda, hizo innecesario el trabajo operativo de los maestros constructores, por lo cual, se fue transformando en masonería especulativa-filosófica.
Aunque, es preciso decirlo, en épocas pasadas ya se aceptaban dentro de la confraternidad, a miembros que no eran de la profesión. Es de interés, también, el  estudio de los grupos de constructores ajenos a la confraternidad masónica, al convertirse ésta en especulativa.
Igualmente, los albañiles continuaron sus actividades pero ya desvinculados de un saber antiguo-simbólico-esotérico, deviniendo en constructores simples de viviendas o edificios, sin ninguna relación con el antiguo arte real, quedando en su poder el uso de los instrumentos, materiales y técnicas de construcción.
Podemos darnos cuenta de la importancia y de la profundad del conocimiento que poseían los antiguos masones operativos cuando el último gran alquimista, en el siglo XX, conocido con el pseudónimo de Fulcanelli, estudiando el simbolismo encerrado en las construcciones  góticas, descubrió el secreto de la transmutación alquímica, cuyo conocimiento plasma en sus dos obras: Los misterios de las catedrales y Las moradas filosofales. Empero, es más sorprendente aún su última obra, enviada a la imprenta, a una edad cercana a los 120 años, con el título: Gloria Finis Mundis, en que sintetiza su profunda visión de la realidad mundial.  
Pero, el saber antiguo, filosófico-esotérico, buscó nuevas vías de transmisión, en parte en la nueva masonería especulativa-filosófica, en parte en otras órdenes esotéricas afines, como Los Rosacruces, los Alquimistas, los Martinistas y los Ocultistas, entre otros.
Ciertas órdenes esotéricas, como los Rosacruces, han conservado las claves esotéricas del saber iniciático, y místico, que son de interés en el estudio profundo del simbolismo masónico.
Sin embargo, en el simbolismo masónico está revelada la clave operativa del arte real, la cual sólo a través de un estudio y meditación, el masón especulativo podrá descifrar, alcanzando la visión trascendental de los antiguos maestros, quienes plasmaron su saber en símbolos, cuyo significado permanece intacto para nosotros, al igual que para ellos. En esta percepción profunda de la verdad universal encerrada en el simbolismo masónico, juegan un rol importantísimo la intuición y la inspiración.
Empero, allí se encuentra un saber profundo que generaciones de masones han custodiado sin comprenderlo totalmente. Sólo unos pocos iniciados que alcanzan la iniciación masónica espiritual obtienen la conciencia cósmica capaz de hacerle percibir, intuitiva e inspirativamente, la Luz Masónica verdadera, la del auténtico simbolismo, con cuya clave realiza su propia auto-transmutación en la eterna polarización.
De esta manera, se va custodiando el saber masónico universal de época en época, donde, a pesar de entrar muchos en las logias, pocos son los que verdaderamente develan los augustos misterios esotéricos, cumpliéndose con ello el aserto: -”Muchos son los llamados, pero pocos los escogidos”. Solo quienes persisten tenaz y sosegadamente alcanzan a trascender el propio ego, y conectarse con la fuente universal. Allí, mediante la conexión divina, el Gran Arquitecto del Universo, mediante el lenguaje de los sentimientos, se deja oír en la conciencia, impartiendo la enseñanza que representan los estados y las estaciones, es decir, los valores universales del simbolismo masónico, y los respectivos grados de comprensión.
Todos, según sus niveles de conciencias, se benefician en su educación y autorrealización.
El estudio, esfuerzo y dedicación, constituyen las claves, tal como lo dijera Emerson: -”Toma lo que quieras y paga el precio”.
Según tú des a la Masonería, ella te dará a ti en Luces y Sabiduría.
La Masonería Universal es una de las más sublimes instituciones existentes en el planeta tierra y aún en la búsqueda suprema, la persona satisfará los anhelos de su espíritu. Así lo han hecho los hombres más representativos de la humanidad, en todos los ámbitos del saber humano, y actividades, a partir del año 1717, año en que se inicia su actual modalidad filosófica.
En síntesis, al quedar de lado el aspecto operativo de la masonería, centrando la atención en el aspecto filosófico, con este conocimiento de los valores universales y de la sabiduría contenida en el simbolismo del arte real, cada masón podrá ejercer en sí mismo el arte operativo masónico, para modelar al hombre perfecto, representado por la piedra cúbica, para ubicarse adecuadamente en el edificio de la gran obra universal, alcanzando el orden perfecto, en armonía con todos y con el Todo. Al hacerlo de esta manera, se habrá adquirido la conciencia de la perfecta unidad cósmica con el Gran Arquitecto del Universo, a cuya gloria cada masón realiza su labor. Adelante.



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