ESPÍRITUS
Autor: Allan Kardec
Versión castellana y comentarios exegéticos:
Giuseppe Isgró
Capítulo V de: El Libro de Los Espíritus
Origen y Naturaleza de los Espíritus. Mundo normal primitivo. Forma y Ubicuidad de los Espíritus. Periespíritu. Diferentes órdenes de Espíritus. Escala Espiritual. Evolución de los Espíritus. Ángeles y Demonios.
ORIGEN Y NATURALEZA DE LOS ESPÍRITUS
1. Cómo se pueden definir los Espíritus? (*)
-“Puede decirse que los Espíritus son los seres inteligentes de la Creación. Ellos pueblan el universo mas allá del mundo material”-.
2. Los Espíritus son seres distintos de la Divinidad, o mas bien emanaciones o partes de ella, y por lo tanto llamados hijos o criaturas de Dios?
-“Son la obra de Dios así como una maquina es la obra del ser humano, que la hizo. Es evidente que la maquina es la obra del hombre, pero ya no el ser humano. Vosotros sabéis que, cuando el ser humano hace alguna cosa bella y útil, la denomina su parto, su creación. Y bien, lo mismo puede decirse de Dios. Nosotros somos criaturas o hijos de Él por ser su Obra”-.
3. Los Espíritus han tenido un principio, o son ab aeterno como Dios?
“Si los Espíritus no hubiesen tenido un principio, serían iguales a Dios, mientras que son creación suya sujetos a su voluntad. Que Dios sea ab aeterno no puede negarse; empero, cuando y como nos haya creado, no lo sabemos. Podéis decir que no hemos tenido principio, si entendéis con esto que Dios siendo ab aeterno, ha debido siempre crear sin interrupción; pero cuando y como cada uno de nosotros fue creado, os lo repito una vez más, nadie lo sabe. Y esto, como decís, es un misterio”-.
4. Por cuanto en el universo existen dos elementos generales, es decir, el inteligente y el material, podría decirse que los Espíritus estén formados de aquel, como los cuerpos inertes, de éste?
-“Evidentemente los Espíritus son la individualización del principio inteligente, como los cuerpos inertes la individualización del principio material; pero de esta formación ignoramos el tiempo y el modo”-.
COMENTARIO EXEGÉTICO GIC: Ambos elementos son la expresión de la misma esencia en sus diversas vertientes, al igual que la moneda tiene dos caras, la energía dos polaridades, y, todo, en la naturaleza, es la manifestación de la ley de la dualidad. Energía y materia son la misma cosa en estados diferentes. Si hay materia es porque un Espíritu elemental vibró en una frecuencia determinada y la condensó, por eso tenemos el elemento hierro, el oro, la plata, el oxígeno, etcétera. El uno es el actor inteligente y el otro la manifestación para fungir de vehículo en la dimensión física, como soporte de “la vida orgánica e inorgánica”, en cada planeta.
Los Espíritus elementales, los de los vegetales y los de los animales, junto con los de los humanos, conforman un todo que se expresa en tres dimensiones:
I. La Espiritual, como esencia de la Divinidad.
II. La anímica, en el Alma Universal, en donde la Divinidad se individualiza, sin separarse del Todo y sin dejar de ser el Todo, en los en los Espíritus de los cuatro reinos naturales: humano, animal, vegetal y mineral.
III. Y, la dimensión física, o plataforma estructurada por la manifestación de los Espíritus elementales de la naturaleza, que condensan la materia a partir de la energía existente ab aeterno, en todo el universo, pasando de un estado a otro, y viceversa, en ciclos alternos y continuos.
Por lo cual, podríamos decir que existen las siguientes vertientes:
A. La Divinidad.
B. Los Espíritus individualizados en el Alma Universal a partir de la Divinidad, en los cuatro reinos naturales; el Alma Universal que conforma la dimensión espiritual propiamente dicha, y en la que se individualizan y actúan los Espíritus, emancipados de la materia.
C. La Energía Universal, que llena todo el universo.
D. La dimensión física, conformada por los mundos, las diversidades de la materia, y los seres encarnados en los cuatros reinos naturales, (incluyendo el mineral), que se encuentran en ellos, cuya composición física manifiestan los Espíritus elementales de la naturaleza a partir de la energía.
Este es un tema para meditar y desarrollarlo de forma conjunta por un gran número de estudiosos; lo cual requerirá algunos milenios de análisis, antes de complementarlo, dada su profundidad, pero, vale la pena comenzar a hacerlo ya. El maestro Allan Kardec dio el primer paso anteponiendo preguntas inteligentes que denotan su profunda agudeza en la percepción de la realidad universal; emulemos su ejemplo en la búsqueda de respuestas, asumiendo el reto).
5. La creación de los Espíritus es permanente, o no tuvo lugar mas que en los orígenes de los tiempos?
-“Es permanentes: Dios no ha cesado de crear”-.
6. Los Espíritus se forman espontáneamente, o proceden los unos de los otros?
-“Dios los crea, como todas las criaturas, con su voluntad; pero, repito, su origen es un misterio”-.
COMENTARIO EXEGÉTICO GIC: Cómo emanan los seres, del Creador Universal?
En primer lugar, el Creador Universal estaría formado por dos partes esenciales:
a) El Espíritu Universal, único, ENERGÍA comparable, si pudiésemos verle con la visión espiritual, a un FUEGO CÓSMICO en constante movimiento, o, a una luz como un fuego dorado, color equivalente al de la miel de abeja pura.
b) El Alma Universal: Podríamos definirle como el vehículo o cuerpo universal, del cual emana cada Espíritu a la conciencia individual, en los cuatro reinos naturales, de la siguiente manera:
· Cada vez que el Creador Universal desea otorgar vida individual a un nuevo ser, en los cuatro reinos naturales, el Espíritu del Creador Universal se une a esa alma individual que se encuentra inserta en el Alma Universal, -equivalente a una célula creadora- adquiriendo, a partir de ese momento, vida individual, eterna e inmortal, con todos los atributos divinos del Creador Universal, por cuanto es el mismo Creador Universal encarnado en esa alma individual e individualizado, sin separarse de la Totalidad del Ser Universal, siendo UNO con Él, indisoluble, Él –mismo- diferenciado en una UNIDAD del Alma Universal. Es el equivalente a la ENCARNACIÓNDIVINA, en todo el sentido de la palabra. Y cada Espíritu constituye una encarnación de la Divinidad en un alma individual que será su vehículo eterno individualizado y diferenciado, con libre albedrío y autonomía, sujeto a los parámetros de las leyes divinas, valores universales o atributos divinos.
· Es un proceso de ENCARNACIÓN DIVINA continúo y eterno, en forma gradual, de acuerdo a las necesidades de la Creación y la expansión universal.
· Esa alma individual en la cual se ha encarnado el Espíritu Universal, individualizándose, es como una célula creadora en el cuerpo humano, comparable a un espermatozoide etérico o espiritual, después de cuya unión de Dios con esa célula, emana a la conciencia individual el NUEVO SER individualizado.
· El lugar del cual emana a la vida individualizada, esa alma individual, por la encarnación de la Divinidad como Espíritu personalizado, constituirá el espacio cósmico de cada ser en el Ser Universal, con el cual estará indefectiblemente unido con un hilo fluídico elástico, análogo al hilo de plata, fluídico y elástico, que constituye el alma,-peri-espíritu-, que une el Espíritu con el Cuerpo.
· Gran número de doctrinas y personajes lúcidos de diferentes épocas han expresado, en algún grado, y en diversas formas, esta verdad, sin entrar en detalles, lo que, en síntesis, se refleja en lo antes expuesto; empero, la reseña que antecede permite formarse una idea clara de cómo se lleva a cabo el proceso con exactitud.
· Quedaría una pregunta digna de meditación: El proceso de emanación a la conciencia individual, de acuerdo a la reseña que antecede, se realiza paralelamente y en forma diferencial, en cada uno de los seres de los cuatro reinos naturales, o en un solo ser individualizado a partir del cual va evolucionando, a nivel espiritual, -no físicamente- pasando de una especie a otra, de un reino a otro, por etapas, hasta ocupar el nivel humano?
· Nuestra percepción personal indica un solo e idéntico proceso de la encarnación de la Divinidad en un ser individual diferenciado.
· Cada reino natural posee Espíritu, alma y cuerpo, en un proceso idéntico.
· Aquí caben dos preguntas: 1) En los mundos muy avanzados, existen minerales, plantas y animales? 2) Sus Espíritus son los mismos que formaron parte de aquellos mundos primitivos e intermedios por los cuales pasaron las humanidades muy evolucionadas?
· Si estas preguntas tienen respuestas afirmativas, es decir, que: los Espíritus de los minerales, de los vegetales y de los animales que conforman los mundos muy evolucionados y que acompañan a las humanidades que los pueblan, han evolucionado paralelamente, y les han acompañados en el proceso evolutivo, hasta esta etapa superior, conservando su respectivo rango de mineral, vegetal o animal, entonces, la respuesta correcta a la pregunta formulada sobre el proceso de la encarnación de la Divinidad a nivel del alma individualizada, sería la de que, la Divinidad, siendo la misma, se encarna en cada reino natural individualizando el Espíritu respectivo y diferenciado de cada especie.
· Si el Espíritu humano debiese pasar por los procesos de transformación evolutiva, a nivel espiritual, por todas las variantes minerales, vegetales y animales, sería un proceso demasiado largo. Por lo menos, a nivel del planeta tierra, y de los mundos superiores en progreso al de nuestro planeta, el ser humano, desde su primera existencia, en la tierra, siempre ha sido humano. Esto se deduce claramente de la respuesta que obtiene, Allan Kardec, a la pregunta Nº 172 de El Libro de los Espíritus. Este tema, apasionante de por sí, amerita mayores análisis y meditaciones para dejarlo zanjado.
7. Es exacto decir que los Espíritus son inmateriales?
-“Como definir una cosa, si faltan los términos de comparación, y con un lenguaje insuficiente? Sería como si un ciego de nacimiento quisiera definir la luz. El vocablo inmaterial es inapropiado; la palabra incorpóreo sería más exacta, por cuanto debéis comprender que el Espíritu, siendo una criatura, debe por lo tanto ser alguna cosa: él es la quintaesencia de la materia, sin analogía con aquella que vosotros entendéis por materia, y de tal manera etérea que escapa a la percepción de vuestros sentidos”-.
Con frecuencia decimos que los Espíritus son inmateriales, porque su esencia difiere de todo lo que nosotros conocemos bajo el nombre de materia. Un pueblo ciego no tendría vocablos idóneos para referir la luz y sus efectos. El ciego de nacimiento cree de tener todas las sensaciones con el oído, el olfato, el gusto y el tacto y no comprende las ideas que requerirían el sentido que le falta. Ahora nosotros, con respeto a la esencia de los seres sobrehumanos, somos verdaderos ciegos, y no podemos definirla más que por medio de la comparación siempre imperfecta, o a través de un esfuerzo de nuestra imaginación.
8. Los Espíritus están sujetos a la muerte? Comprendemos que el principio del cual emanan es eterno; empero, preguntamos si su individualidad tiene un término, y si, en un tiempo más o menos largo, el elemento del cual están formados, se disuelve o regresa a la masa común, al igual que en los cuerpos materiales. Es difícil comprender como una cosa que tuvo un principio pueda tener un fin.
-“Muchas son las cosas que no comprendéis, por vuestra limitada inteligencia; pero esta no es un buena razón para negarlas. El niño no comprende todo lo que puede su padre, ni el ignorante en el mismo grado en que lo hace el docto. Nosotros os decimos que la existencia de los Espíritus no tiene fin, y por ahora no podemos decir más”-.
MUNDO NORMAL PRIMITIVO
9. Los Espíritus constituyen un mundo aparte diferente de aquel que vemos?
-“Sí, el mundo de los Espíritus o de las Inteligencias incorpóreas”-.
10. Cuál de los dos mundos, el espiritual o el corpóreo, es el principal en el orden de las cosas?
-“El mundo espiritual; porque ha preexistido, y sobrevive a todo”-.
11. Podría el mundo corpóreo cesar de existir, o no haber existido nunca, sin alterar la esencia del mundo espiritual?
-“Sí, por cuanto son independientes el uno del otro; pero no por eso sus relaciones son continúas, sin embargo, reaccionan continuamente el uno sobre el otro”-.
12. Los Espíritus ocupan en el espacio una región determinada o circunscrita?
-“Los Espíritus están por todas partes, y siendo infinitos, en número, pueblan los espacios infinitos. Los hay, continuamente, alrededor de vosotros, quienes os observan, actuando sobre vosotros sin que os percatéis de ello, por cuanto son una de las potencias de la naturaleza, los instrumentos de los cuales se sirve Dios para el cumplimiento de sus designios; pero, no todos van por todas partes, por cuanto existen regiones determinadas para los Espíritus inferiores”-.
FORMA Y UBICUIDAD DE LOS ESPÍRITUS
13. Los Espíritus tienen una forma determinada, limitada y constante?
–“A vuestros ojos no; a los nuestros sí. Esta forma es, por así decir, una flama, un rayo, una chispa etérea”-.
-Esta flama o chispa tiene algún color?
-“Para vosotros ella variaría de la sombra al brillo del rubí, según la menor o mayor pureza del Espíritu. Con frecuencia se representan los genios con una flama o una estela en la frente, alegoría que recuerda la naturaleza esencial de los Espíritus. Esta flama se suele poner en la parte superior de la cabeza, por cuanto ahí reside la sede de la inteligencia”-.
14. Los Espíritus emplean algún tiempo en desplazarse por el espacio?
–“Sí, pero es tan rápido y breve, como el pensamiento”-.
-El pensamiento no es el Espíritu mismo que se desplaza de un lugar a otro?
-“Por cuanto el pensamiento se reside en algún lugar, allí se encuentra, también, el Espíritu, dado que quien piensa es el Espíritu: el pensamiento es un atributo”-.
15. Siente, el Espíritu, cuando se desplaza de un lugar a otro, que está recorriendo un trayecto y atravesando los espacios, o se transfiere instantáneamente a voluntad?
-“Según los casos: el Espíritu, a voluntad, puede muy bien tener o no el sentimiento de la distancia que recorre, es decir, depende, por un lado, de su voluntad, y, por el otro, de su naturaleza más o menos purificada”-.
16. La materia es un obstáculo a los Espíritus?
-“No, por cuanto penetran todo: el aire, la tierra, las aguas y el mismo fuego, son para ellos igualmente accesibles”-.
17. Los Espíritus tienen el don de la ubicuidad? En otros términos: puede el mismo Espíritu dividirse y estar en varios lugares a un mismo tiempo?
–“No; pero, cada Espíritu es un centro, que irradia en diversas direcciones, por lo cual pareciera que se encuentra en varios lugares al mismo tiempo. Ved, el sol es uno, pero irradia todo alrededor y envía sus rayos muy lejos, sin dividirse en varias partes”-.
-Irradian todos los Espíritus con la misma potencia?
-“Es evidente que no, por cuanto ésta depende del grado de su respectiva pureza”-.
Cada Espíritu es una unidad indivisible; pero puede extender su pensamiento en diversas direcciones al mismo tiempo. En esto solo consiste la facultad de la ubicuidad atribuida a los Espíritus. De esta manera es un cuerpo luminoso que envía lejos sus rayos y puede ser visto desde todos los puntos del horizonte; así un ser humano. Que, sin cambiar de sitio y sin dividirse, puede transmitir órdenes, señales y movimientos en diversos lugares.
PERIESPÍRITU
18. El Espíritu propiamente dicho está despojado de toda envoltura o se encuentra envuelto en alguna sustancia?
-“Se encuentra envuelto en una sustancia vaporosa para vosotros, y para nosotros, todavía, rudimentaria, empero, aún bastante sutil, para que pueda elevarse en la atmósfera y transferirse a donde le plazca”-.
Como el germen de un fruto se encuentra circundado por el periespermo, así el Espíritu propiamente dicho se encuentra revestido por una envoltura, que por analogía puede denominarse periespíritu.
19. De dónde toma el Espiritual envoltura semi-material?
-“Del fluido universal de cada planeta. Por lo cual éste no es el mismo en todos los mundos: en el pasar de un mundo a otro, el Espíritu cambia la envoltura como vosotros cambiáis de vestido”-.
Entonces, cuándo los Espíritus, que habitan en mundos superiores, vienen entre nosotros, toman un periespíritu más material?
-“Por supuesto, por cuanto, como ya os hemos dicho, deben revestir vuestra materia”-.
20. La envoltura semi-material del Espíritu toma formas determinadas, y puede ser visible?
-“Sí, a voluntad de los Espíritus: es por esto que alguna vez os aparecen en los sueños, o en la vigilia, y toman formas, además de visibles, palpables”-.
VARIOS ORDÉNES DE ESPÍRITUS
21. Los Espíritus son todos iguales, o existe entre ellos alguna jerarquía?
-“Los hay de diferentes ordenes, de acuerdo al grado de perfección al cual han llegado”-.
22. Estos ordenes o grado de perfección entre los Espíritus son en número determinado?
-“No, por cuanto no le separa un confín preciso trazado a modo de barrera, por lo cual estas divisiones se pueden alargar o restringir a voluntad. Todavía, considerando los caracteres generales, estos ordenes se pueden reducir a tres. Aquellos del primer orden han alcanzado la perfección, y son los Espíritus puros; aquellos del segundo han llegado a la mitad de la escala, y tienen como móvil el deseo del bien; aquellos del tercero se encuentran todavía abajo: Espíritus imperfectos, tienen por carácter la ignorancia, el deseo del mal y todas las malas pasiones, que retardan el avance evolutivo”-.
23. Los Espíritus del segundo orden tienen solamente el deseo del bien, o también el poder de hacerlo?
-“Este poder lo adquieren según el grado de su perfeccionamiento, por cuanto algunos tienen la ciencia, otros la sabiduría y la bondad, empero, todos deben, todavía, pasar por otras pruebas”-.
24. Los Espíritus del tercer orden son todos esencialmente malos?
-“No; algunos no hacen ni bien ni mal, otros, en cambio, se complacen en el mal, y encuentran satisfacción cuando encuentran el modo de hacerlo. Se agregan los Espíritus ligeros, o duendes, más turbulentos que malos, quienes pecan más bien de malicia que de maldad, y se complacen en mistificar, y causar pequeñas contrariedades, de las cuales ellos se ríen”-.
ESCALA ESPIRITA
25. OBSERVACIONES PRELIMINARES: La clasificación de los Espíritus está fundada sobre el grado de su progreso, sobre los privilegios que han adquirido, y sobre las imperfecciones, de las cuales deben, todavía, liberarse. Esa, por otra parte, no es absoluta: cada categoría presenta, sí, un carácter decisivo en el conjunto, empero, de un grado a otro el tránsito es insensible, y en sus límites la gradación desaparece como en los reinos de la naturaleza, al igual que en los colores del arco iris, o bien, si se quiere, como en los diferentes períodos de la vida del ser humano. Se puede, por lo cual, formar un mayor o menor número de clases, según el modo en que se considera la cuestión. Ocurre en esto como en todos los sistemas de clasificaciones científicas, que pueden estar más o menos completos, más o menos racionales, más o menos cómodas para el intelecto; pero, sean como fueren, no cambian para nada el fondo de la ciencia. Por lo cual, los Espíritus, interrogados sobre el argumento, han podido disentir sin error en el número de las categorías. Otros han querido hacerse un arma de estas pretendidas discrepancia, sin reflexionar que ellos non dan ninguna importancia a nada de lo que sea convencional; por cuanto, para ellos el pensamiento es todo, dejando para nosotros la forma, la elección de los términos, las clasificaciones, en una palabra, los sistemas.
Se atienda, por otra parte, a recordar, siempre, que, entre los Espíritus, como entre los seres humanos, los hay en elevado número ignorantes, por cuanto los hechos demuestran que nada es más falso que el creer que todos los Espíritus, por ser tales, deben saberlo todo. Cada clasificación requiere método, análisis y perfecto conocimiento de cada cosa. Ahora bien, en la dimensión espiritual, aquellos que tienen conocimientos limitados, son, al igual que en la física, los ignorantes, inhábiles para realizar una interrelación, establecer un sistema: no conociendo ellos clasificaciones, o comprendiéndolas solo imperfectamente, reputan de primer orden a todos los Espíritus superiores a ellos, sin poder evaluar las gradaciones de sapiencia, de energía y de moralidad que le distinguen, como entre nosotros los salvajes se diferencian de los seres civilizados. Empero, también, aquellos mismos que son capaces pueden variar en los particulares según su percepción, por cuanto se trata de una división, que nos es absoluta. Linneo, Jussien y Tournefort, han desarrollado, cada uno, su propio método, y la botánica no ha cambiado por esto, por cuanto no inventaron ni las plantas ni sus caracteres, en cambio, observaron sus afinidades, y, en razón de éstas formaron los grupos o las clases. De la misma manera hemos hecho nosotros: no hemos inventado ni los Espíritus, ni sus cualidades; pero, los hemos observado y juzgado por sus palabras y actos, y después clasificados por su afinidad, según los datos que ellos mismos han proporcionado.
Los Espíritus admiten, generalmente, tres categorías principales o grandes divisiones. En la última, es decir, en el último peldaño de la escala, se encuentran los Espíritus imperfectos, caracterizados por el predominio de la materia sobre el espíritu y la propensión al mal. Aquellos de l segunda, Espíritus buenos, tienen por carácter el predominio del espíritu sobre la materia y el deseo del bien. La primera, en fin, comprende los Espíritus puros, que han alcanzado el sumo grado de perfección.
Esta división nos parece perfectamente racional y con caracteres bien delineados por un suficiente número de subdivisiones, y la hemos hecho con la ayuda de los Espíritus mismos, cuyas benévolas instrucciones jamás nos han faltado.
Con este cuadro será fácil determinar el orden y el grado de superioridad o de inferioridad de los Espíritus, con los cuales comunicarse, y en consecuencia, el grado de confianza y estima, que merecen. Es ésta, en cierto modo, la llave de la ciencia espirita, por cuanto no sabrá jamás rendirse cuenta de las anomalías, que presentan las comunicaciones con los Espíritus, quien no aprende a conocer las disparidades intelectuales y morales. Es útil, por otra parte, advertir, que no siempre los Espíritus pertenecen a la tal o cual otra clase, por cuanto su progreso va cumpliéndose grado a grado, y con frecuencia más en un sentido que en otro. Ellos, por lo tanto, pueden reunir en sí los caracteres de más categorías, lo cual se puede, fácilmente, reconocer por su lenguaje y por sus actos.
Ellos tienen la intuición de Dios, pero no lo comprenden.
No son todos esencialmente malos: en algunos existe más ligereza, incongruencia y malicia que verdadera maldad. Los unos no hacen ni bien ni mal, empero, ya con solo no practicar el bien demuestran la propia bajeza; los otros, en cambio, *disfrutan del mal, y gozan, cuando encuentran el modo de hacerlo.
TERCER ORDEN: ESPÍRITUS IMPERFECTOS
26. CARACTERES GENERALES. Los caracteres generales de estos Espíritus son: el predominio de la materia sobre el espíritu, la propensión al mal, la ignorancia, el orgullo, el egoísmo, y todas las malas pasiones, que resultan como consecuencia.
Pueden acoplar la inteligencia con la perversidad o con la malicia; pero, cualquiera que sea el desarrollo intelectual, sus ideas son poco elevadas, y más o menos inferiores sus sentimientos.
Sus cogniciones en torno a las cosas del mundo espiritual son limitadas, y lo poco que saben, se confunde con las ideas y los prejuicios de la vida corpórea. En consecuencia, no nos pueden dar más que nociones falsas e incompletas; empero, el observador atento encuentra, frecuentemente, en sus comunicaciones, aunque imperfectas, la confirmación de las verdades enseñadas por los Espíritus superiores.
Su carácter se revela en su lenguaje. Cada Espíritu en cuyas comunicaciones se filtra un mal pensamiento debe ser clasificado en el tercer orden, y, por consiguiente, cada pensamiento negativo que sugiera el mal, proviene de un Espíritu perteneciente a este orden.
Ven la felicidad de los buenos, y tal panorama es para ellos un continúo tormento, por cuanto experimentan todas las angustias que pueden nacer de la envidia y del celo.
Conservan el recuerdo y la sensación de los sufrimientos de la vida corpórea, y esta impresión resulta para ellos mucho más penosa de la realidad. Sufren, realmente, tanto por los males que han realizado ellos mismos, como por aquellos que han hecho realizar a otros, y, debido a que sufren largo tiempo, llegan a creer que han de sufrir eternamente. Dios, para castigarlos, lo desea así.
27. CLASE DÉCIMA: Espíritus impuros. Los Espíritus impuros están inclinados al mal, haciendo de ello el objeto de sus ocupaciones. Dan pérfidos consejos, esparcen la discordia y la desconfianza, y se ponen cualquier mascara para engañar mejor. Se atacan a los caracteres débiles y tales de ceder a sus sugestiones, con el fin de perderlos, contentos, si pueden, al menos, retardarle el progreso, haciéndole sucumbir en las pruebas a las cuales deber someterse.
En las manifestaciones se reconocen por el lenguaje: la trivialidad y lo rudimentario de las expresiones, en los Espíritus como en los seres humanos, son siempre indicio de inferioridad moral, si no intelectual. Sus comunicaciones permiten conocer la bajeza de las tendencias, y, si, también, desean inducir en error afectando maneras sabias, no rigen, a la larga, sin dejar caer la mascara y mostrarse cual son en realidad.
Algunos pueblos han hecho de ellos divinidades maléficas; otros los llaman con nombres de demonios, genios perversos, Espíritus del mal.
Durante su encarnación, ellos están dedicados a todos los vicios que suelen generar las pasiones viles y depravadas, como la sensualidad, la crueldad, el astucia, la hipocresía, la codicia y la sórdida avaricia. Hacen el mal por el placer de hacerlo, las más de las veces sin motivo, y, porque odian el bien, eligen casi siempre sus victimas entre las personas honestas. Son verdaderos flagelos de la humanidad, a cualquier grado social al cual pertenezcan, y la vestidura de la civilización no le salva del oprobio y de la ignominia.
28. CLASE NOVENA: Espíritus ligeros. Estos Espíritus son ignorantes, malignos, caprichosos y embusteros. Se inmiscuyen en todo, y responden a todo, sin importarle la verdad. Se complacen en contrariar, en procurar mezquinas satisfacciones, en azuzar a litigios, en inducir maliciosamente al error con engaño y actos de viveza. A esta clase pertenecen los Espíritus que el vulgo llama duendes. Se encuentran bajo la dependencia de los Espíritus superiores, de quienes se sirven con frecuencia, al igual que lo hacemos nosotros con los subalternos.
En la comunicación con los seres encarnados su lenguaje, algunas veces expresa pensamientos humoroso y chistoso, pero, casi siempre sin profundidad: toman el lado ridículo de las cosas, exponiéndolo con palabras satíricas y mordaces; con frecuencia se esconden bajo falsos nombres, empero, más por malicia que por maldad.
29. CLASE OCTAVA: Espíritus pseudo-sabios. Los Espíritus de esta categoría tienen, en verdad, conocimientos muy extensos, empero, presumen de saber más de lo que realmente saben. Dado su progreso, hablan con cierta gravedad, lo cual puede traer a cierto engaño en relación a su sapiencia, la cual a lo sumo se reduce a un conjunto de prejuicios y de ideas sistemáticas sobre la vida terrestre, y en un conjunto de alguna verdad con los errores más absurdos, entre los cuales afloran la presunción, el orgullo y la obstinación, de las cuales no se han podido despojar.
30. CLASE SÉPTIMA: Espíritus indiferentes. Estos Espíritus no son ni suficientemente buenos para hacer el bien, ni tan malos para hacer el mal: oscilan entre, en un dado momento hacia el bien y en otro, hacía la polaridad opuesta. Permanecen a nivel de la vulgar humanidad tanto por su moral como por su inteligencia, conservando el apego a las cosas de este mundo, cuyos groseros placeres vividos añoran.
31. CLASE SEXTA: Espíritus golpeadores y perturbadores. Estos Espíritus no forman, propiamente hablando, una clase en sí misma por sus cualidades personales, por cuanto de tal genero los hay en todas las clases del tercer orden. Frecuentemente manifiestan su presencia con efectos sensibles y físicos, como golpes, movimientos, desplazamientos anormales de cuerpos sólidos, y otras señales análogas. Parece que, estando apegados más que los demás a la materia, sean los agentes principales de las vicisitudes elementares del planeta, operando sobre el aire, el agua, el fuego, los cuerpos duros, y también en las vísceras de la tierra. Está claro que estos fenómenos, cuando tienen un carácter intencional e inteligente, no son debido a una causa fortuita o física. Todos los Espíritus pueden producir fenómenos similares; pero, comúnmente los realizan los de nivel inferior, quienes son más sensibles a las cosas materiales. De éstos se sirven los Espíritus elevados cuando estiman que manifestaciones de ésta índole pueden aportar alguna utilidad.
SECUNDO ORDEN: Espíritus buenos
32. CARACTERES GENERALES. Las características generales de los Espíritus buenos, son: el predominio del espíritu sobre la materia y el deseo del bien. Sus cualidades y poder para realizar el bien son una consecuencia directa de su grado de perfeccionamiento: unos poseen la ciencia, los otros la sabiduría y la bondad. Los de mayor progreso unen al saber las cualidades morales. Por cuanto aún no se encuentran totalmente libres de las afecciones materiales, conservan más o menos, según el propio grado, los efectos de la existencia corpórea, bien sea en la forma del lenguaje, como en las costumbres, observándose, aún, restos de alguna pasión. Si fuese de otra manera, serían perfectos.
Esta jerarquía de Espíritus comprende bien a Dios y el infinito, y gozan ya la beatitud de los buenos. Son felices en el bien que realizan y del mal que evitan que se realice. El amor que los une es para ellos fuente de inefable felicidad, jamás turbada ni por la envidia, ni por otros remordimientos, ni por alguna de las malas pasiones que conforman el tormento de los Espíritus imperfectos: todos, empero, deben soportar, aún, pruebas hasta que no hayan alcanzado la perfección.
En el estado de Espíritu suscitan pensamientos buenos y benévolos hacia el prójimo; no les mueve ni el orgullo, ni el rencor, ni la envidia, ni los celos, y hacen el bien por amor del bien.
A este orden pertenecen los Espíritus que, comúnmente, se les denomina genios buenos, genios protectores y Espíritus del bien. En los tiempos pasados, de superstición e ignorancia, se hicieron de ellos un gran número de deidades benéficas.
Se pueden dividir en cuatro los grupos principales:
33. CLASE QUINTA: Espíritus benévolos. Predomina en ellos la bondad, y gozan prestando servicios a los seres humanos y en protegerlos, empero, su saber es limitado: su progreso es más de orden moral que intelectual.
34. CLASE CUARTA: Espíritus doctos. Lo que distingue a estos Espíritus es la amplitud de sus conocimientos. Se ocupan de cuestiones morales, empero, centran su interés en la ciencia, para la cual están dotados en elevado grado, a la cual consideran por el único lado de la verdadera utilidad, liberados de las pasiones que caracterizan a los Espíritus de grados inferiores de perfección.
35. CLASE TERCERA: Espíritus prudentes. Elevadísimas cualidades morales forman el carácter distintivo de estos Espíritus. Sin tener conocimientos del todo ilimitados, se encuentran dotados de una capacidad intelectual que le permite formarse un sano juicio sobre los seres y las cosas.
36. CLASE SEGUNDA: Espíritus superiores. Estos Espíritus reúnen, conjuntamente, la ciencia, la sabiduría y la bondad. Su lenguaje está lleno de benevolencia, reflejando, constantemente, dignidad y elevación, alcanzando, con frecuencia, niveles de sublimidad. Su superioridad les rinde aptos más que a los demás para aportarnos, dentro de los límites asignados al humano saber, las más precisas nociones sobre las cosas del mundo incorpóreo.
Se comunican con buena disposición con aquellos que buscan desinteresadamente la verdad; tienen el espíritu suficientemente libre de los lazos terrenos para comprenderla; empero, se alejan de quienes se encuentran movidos por la sola curiosidad, o limitados, por la influencia de la materia, de practicar el bien.
Cuando, por excepción, encarnan en la tierra, es para cumplir una misión de progreso, ofreciendo, entonces, el tipo de perfección a la cual puede aspirar, en la dimensión física, la humanidad.
PRIMER ORDEN: Espíritus puros
37. CARACTERÍSTICAS GENERALES. Sobre estos Espíritus la materia no ejercita influencia alguna, y tienen una absoluta superioridad intelectual y moral respecto a los Espíritus de los demás órdenes.
38. Clase primera y única. Los Espíritus de esta clase han recorrido todos los grados de la escala espirita, y depuesto cada impureza de la materia. Por cuanto han alcanzado el vértice de la perfección, de la cual pueden ser capaces los seres humanos, no deben experimentar más prueban ni expiaciones. No estando más sujetos a la reencarnación en cuerpos caducos, viven la vida eterna en el seno de Dios. Disfrutan de una felicidad inalterable, por cuanto no están sometidos más ni a las necesidades, ni a las vicisitudes de la vida material; pero, esta felicidad no consiste en un ocio monótono desenvolviéndose en perpetua contemplación. Son los mensajeros y ministros de Dios, de quien ejecutan las órdenes para el mantenimiento de la armonía universal. Comandan a todos los demás Espíritus, les ayudan a perfeccionarse y les asignan sus tareas. Asistir a los seres humanos en sus afanes, estimularles a actuar bien y a expiar las culpas que les mantienen alejados de la suprema felicidad, es para ellos la más dulce de las ocupaciones. Algunas veces se le denomina con nombres de ángeles, arcángeles o serafines.
COMENTARIO EXEGÉTICO GIC: Cuando se menciona que habiendo alcanzado un determinado grado de progreso, los Espíritus no precisan pasar más por pruebas ni expiaciones, y que vivirán, en eterno, en el seno de Dios, hay que entender que, habiendo alcanzado el grado de Maestros de la Creación, a partir entonces van a fungir de auténticos creadores en el desarrollo de nuevos mundos, con libertad de creación, aunque siguiendo los planes trazados por el Creador Universal. Es igual que la persona que se gradúa en la universidad y que ha realizado los cursos de especializaciones y doctorado inherentes, que le facultan a crear con cierto grado de independencia bajo la égida de su visión cósmica. Sin dejar de ser un aprendiz eterno, el Espíritu pasa de la fase de estudiante a la de maestro y creador independiente, dirigiendo determinada parte de la gran obra. Pero, ya, se encuentra emancipado de esa fase evolutiva, en la cual se encontraba depurando su ser de las impurezas que le inhibían percibir la luz con plenitud y asumir la realización de una obra desde su diseño hasta su ejecución final, y así ad infinitum. Antes era un ejecutante, solamente; ahora: diseña, dirige y ejecuta, simultáneamente, y, algunas, veces, en diversos mundos, paralelamente, en forma escalonada y continúa.
Los seres humanos pueden ponerse en comunicación con ellos; empero, ciertamente, se equivocaría quien pretendiese de tenerlos constantemente a su disposición.
EVOLUCIÓN DE LOS ESPÍRITUS
39. Los Espíritus son por su naturaleza buenos o malos, o, en cambio, se van mejorando por su propia voluntad?
-“Son los mismos Espíritus que se mejoran por sí mismos, y, mejorándose, pasan de un orden al otro”-.
40. Los Espíritus fueron creados una parte buenos y otra malos?
-“Dios ha creado todos los Espíritus simples e ignorantes, es decir, sin ciencia alguna y dio a cada uno un objetivo con la finalidad de iluminarle y hacer que sí alcancen progresivamente la perfección por medio del conocimiento de la verdad, que a Él siempre más le acerca. En el logro de esta perfección reside para ellos la suprema y perfecta felicidad. Los Espíritus adquieren estos conocimientos pasando por las pruebas que Dios les impone. Los unos las aceptan de buen grado alcanzando con dedicación la meta; otros no las asumen que con desgano, por lo cual, por propia culpa, quedan más largo tiempo alejados de la perfección y de la felicidad prometida”-.
Podría decirse que los Espíritus en su origen sean como los niños, ignorantes y sin experiencia, y adquieren poco a poco los conocimientos que precisan, recorriendo las varias fases de la vida?
-“La comparación es exacta. El niño indómito queda ignorante e imperfecto, ya que, cada uno progresa más o menos moralmente e intelectualmente, según su docilidad; la diferencia consiste en que la vida del ser humano, como tal, en la dimensión física, tiene un término, mientras que, la del Espíritu, se extiende al infinito”-.
41. Existen Espíritus que deben permanecer perpetuamente en los ordenes inferiores?
-“No; todos, con el correr del tiempo, serán perfectos. Frecuentemente, su permanencia en los ordenes inferiores dura largo tiempo, pero luego se transforman, por cuanto, como hemos dicho antes, un padre justo y misericordioso no puede mantener separados de sí, en eterno, a los propios hijos. Quisierais, por lo tanto, que Dios, grande, bueno y justo como es fuese peor de lo que no sois vosotros mismos?”-
42. Está en la potestad de los Espíritus apresurar su progreso hacia la perfección?
-“Ciertamente que sí: ellos la alcanzan más o menos rápido de acuerdo con sus deseos y de su sumisión a la voluntad de Dios. El niño dócil, no se instruye, por cierto, más solícitamente que el indómito?”
43. Los Espíritus pueden degenerar?
-“No: mientras van progresando, comprenden lo que les alejaba de la perfección. Cuando el Espíritu ha cumplido una prueba, adquiere un aprendizaje y no lo olvida más. Puede quedar estacionado, empero, no retrocede jamás”-.
44. No habría podido Dios ahorrarle a los Espíritus las pruebas, a las cuales deben someterse para alcanzar al grado supremo?
-“Si los Espíritus hubiesen sido creados perfectos, no tendrían ningún derecho de gozar los beneficios de la perfección. Dónde estaría el mérito sin la lucha? Por otra parte, la desigualdad, que existe entre ellos, es necesaria a su personalidad; por otra parte, el desempeño que ejecutan en estos diferentes grados se encuentra en los designios de la Providencia para la armonía del universo.
Por cuanto en la vida social, a todos los seres humanos le es dado de alcanzar las funciones más elevadas, razonando de este modo cabría la pregunta de por qué el soberano de un país no hace un general de cada uno de sus soldados; por qué todos los empleados subalternos no vienen ascendidos en superiores; por qué todos los alumnos no son, en forma inmediata, nombrados maestros. Ahora bien, la diferencia entre la vida social y la vida espirita reside en esto: la primera es limitada, por lo cual no permite siempre de ascender todos los grados, mientras la segunda es infinita, y deja a todos la posibilidad de llegar a los supremos grados.
45. Para alcanzar la bondad los Espíritus deben pasar todos por la experiencia del mal?
-“No por la experiencia del mal, pero sí por la de la ignorancia”-.
46. Por qué algunos Espíritus han seguido la vía del bien, y otros, la del mal?
-“No tienen ellos el libre albedrío? Dios ha creado a los Espíritus no malos, sino simples e ignorantes, es decir, con iguales aptitudes para el bien y para el mal. Los malos, los son por propia voluntad.
47. Por qué, en los orígenes, cuando todavía no tienen consciencia de sí mismos, los Espíritus pueden tener libertad de elección entre el bien y el mal? Existe, en ellos, un principio, alguna tendencia, le les lleve a uno u otro?
-“El libre albedrío se desenvuelve a medida que el Espíritu adquiere consciencia de sí mismo. No existiría más libertad si la elección fuese solicitada por una causa independientemente de la voluntad del Espíritu. La causa no está en él, sino fuera de él, en las influencias a las cuales cede en virtud del libre querer. Esta es la gran alegoría de la caída del ser humano y del pecado original: los unos han cedido, los otros han resistido a la tentación”-.
De dónde les vienen al Espíritu estas influencias externas?
-“De los Espíritus imperfectos, quienes buscan de adueñarse de él y de dominarle, y se alegran todas las veces que logran hacerle sucumbir. Esto es lo que han querido representar con la figura de Satanás”-.
El Espíritu está sujeto a esta influencia solo en sus orígenes?
-“No; esta dura hasta que él no haya adquirido tal dominio de sí mismo, que disuada a los malos Espíritus en su esperanza de lograrlo”-.
48. Por qué ha permitido Dios a los Espíritus de poder seguir la vía del mal?
-“Cómo osaríais vosotros de pedir cuentas a Dios de sus actos? Creeríais vosotros de poder escrutar sus designios? Dios, sumamente sabio, deja a cada uno la libertad de elegir, para que tenga el mérito de sus obras”-.
49. Por cuánto algunos Espíritus siguen desde el principio la vía del bien absoluto, y otros la del mal absoluto, existen grados intermedios entre estos dos extremos?
-“Ciertamente; y éstos constituyen la mayor parte”-.
50. Los Espíritus que han seguido la vía del mal, podrán alcanzar el mismo grado de espiritualidad de los otros?
-“Si; pero las eternidades serán para ellos más largas”-.
Con este plural las eternidades se expresa la idea que tienen los Espíritus inferiores de la perpetuidad de los propios sufrimientos, por cuanto no le es dado a ellos de ver el término, y porque esta idea se renueva en cada prueba en la cual sucumben.
51. Los Espíritus, llegados al grado supremo después de haber pasado por el camino del mal, tienen menor mérito que los demás a los ojos de Dios?
-“Dios observa tanto a los unos como a los otros con los mismos ojos, y los ama a todos con el mismo amor. Unos se denominan malvados, solamente porque cayeron en culpa; en el origen no eran más que Espíritus simples”-.
52. Los Espíritus fueron creados todos iguales respecto a las facultades intelectuales?
-“Iguales; empero, por cuanto desconocen de donde vienen, es preciso que el libre albedrío siga su propio curso. Ellos progresan más o menos rápidamente en inteligencia como en moralidad”-.
Los Espíritus, que recorren desde el principio la vía del bien, no son ya perfectos por esto, ya que, si no tienen malas tendencias, deben, todavía, adquirir la experiencia y las cogniciones necesarias a la obtención de la perfección.
Podemos compararlos con los niños, quienes, aunque sean naturalmente buenos, tienen necesidad de desenvolverse, de instruirse, pasando por diversas transiciones desde la infancia a la edad madura.
Como hay seres humanos que son buenos, y otros que son malos desde la infancia, de esta manera existen Espíritus que son buenos o malos desde el inicio, pero, con la diferencia capital de que el niño tiene instintos ya formados, mientras el Espíritu en su origen no es ni malo ni bueno: poseyendo todas las tendencias, él, posteriormente, sigue una u otra dirección de acuerdo a su libre albedrío.
ANGELES Y DEMONIOS
53. Los seres que nosotros llamamos ángeles, arcángeles, serafines, y similares, forman una categoría especial de naturaleza diferente de los demás Espíritus?
-“No, son los Espíritus puros, es decir, aquellos que alcanzaron lo máximo de la escala, y reúnen en sí todas las perfecciones”-.
El vocablo ángel despierta, generalmente, la idea de la perfección moral; empero, frecuentemente, se aplica, también, a todos los seres extrahumanos, sean ellos buenos o malos. Por lo cual, se acostumbra decir: ángel bueno, ángel malo, ángel de la luz y ángel de las tinieblas; en cuyo caso la palabra ángel es sinónimo de Espíritu o genio. Nosotros, aquí, la tomamos en su significado bueno.
54. Los ángeles, entonces, han recorrido, ya, todos los grados?
-“Sí; los unos por cuanto han aceptado su misión sin murmurar, han llegado a la perfección más temprano; los demás, han empleado un tiempo más o menos largo”-.
55. Si la opinión, según la cual algunos seres fueron creados perfectos y superiores a todos los demás, es falaz, cómo es que ella se encuentra en la tradición de casi todos los pueblos?
-“Por cuanto vuestro mundo no es ab aeterno, mucho antes de que él existiese otros Espíritus habían ya alcanzado el grado supremo, los seres humano han llegado a creer que en él fueron creados”-.
56. Existen demonios en el significado común de esta palabra?
-“Si existiesen, serían obra de Dios, y, sería Dios justo y bueno si hubiese creado seres destinados eternamente al mal e infelices? Demonios, cuando así los queréis denominar, los hay, pero se encuentran en vuestro mundo inferior o en otros semejantes, y son los hipócritas, que hacen de un Dios justo un Dios malvado y vengativo, creyendo que las abominaciones que ellos cometen en su nombre puedan serle a Él de su agrado”-.
La palabra demonio, implica la idea de Espíritu malo solamente en su significado moderno, por cuanto el vocablo griego daimon, del cual ha derivado, significa genio, inteligencia; es así como los antiguos llamaban a los seres incorpóreos, buenos o malos que fuesen, sin hacer distinción.
Los demonios, según el significado común de la palabra, se suponen que seres esencialmente maléficos, los cuales pero, como todas las cosas, serían criaturas de Dios. Ahora, Dios, que es supremamente justo y bueno, no puede haber creado seres predestinados al mal por su misma naturaleza y condenados por toda la eternidad. Y si después se quisiese afirmar que no son obra de Dios, serían ab aeterno como Él, y de esta manera habrían no una, sino muchas potencias suprema.
La primera condición de cada doctrina es la de ser lógica: ahora, la de los demonios carece de esta condición esencial. Que en las creencias de los pueblos bárbaros figuren los demonios, se entiende, y se explica fácilmente, por cuanto, no conociendo ellos los atributos de Dios, admiten también las divinidades maléficas; empero, cualquiera que considere la bondad como un atributo por excelencia de Dios, no será nunca tan ilógico de suponer que Él haya podido crear seres consagrados al mal y predestinados a hacerlo perpetuamente; por cuanto sería querer negar su bondad. Los sostenedores de la creencia en los demonios se apoyan en las palabras de Jesús; no es cierto que nosotros pondremos en duda la autoridad de su enseñanza, que, más bien, quisiéramos verlo grabado en lo más íntimo, más que en la boca, de todos los seres humanos; empero, están ellos seguros del significado que él le daba a la palabra demonio? No sabemos, quizá, que su forma alegórica es uno de los caracteres distintivo de su lenguaje? Se deberá, por lo tanto, tomar a la letra todo cuanto se encierra en el Evangelio? Sirva, por ejemplo, solamente el pasaje siguiente: -“Enseguida, después de estos días de aflicción el sol se oscurecerá, y la luna no reflejará más luz, y las estrellas caerán del firmamento, y las potencias del cielo serán removidas. En verdad os digo: la presente generación no pasará antes de que estas cosas hayan ocurrido”-.
Referente a la creación y el movimiento de la tierra hemos visto que la forma del testo bíblico es, frecuentemente, contradictorio. No puede ocurrir lo mismo en algunas figuras empleadas por Jesús, quien debía hablar adaptándose a los tiempos y a los lugares? Jesús no pudo decir falsedades; por lo cual, si en sus palabras se encuentran cosas que parecieran ofender a la razón, esto acontece porque nosotros no las comprendemos, o las interpretamos erróneamente.
Los seres humanos han hecho en relación a los demonios lo mismo que han hecho en respecto a los ángeles: como han creído en los seres perfectos ab aeterno, han hecho lo mismo en relación a los Espíritus inferiores creyéndolos eternamente malos.
El vocablo demonios debe, por lo tanto, considerarse como sinónimos de Espíritus impuros, quienes, frecuentemente, no valen un punto más de los seres fantásticos designados con este nombre; pero, con la diferencia de que su estado es transitorio. Ellos son Espíritus imperfectos que se rebelan en contra de las pruebas a ellos antepuestas, y por esto están condenados a soportarlas más largamente: empero, a su vez, alcanzarán, también ellos, la perfección, siempre y cuando tengan la voluntad. Por lo cual, se podría aceptar el término demonio con esta restricción; pero, por cuanto ahora viene empleado con este significado exclusivo, no faltaría de ser causa continua de error, haciendo creer a la existencia de seres especiales, creados únicamente para ser malos.
En cuanto a Satanás, es evidente que él es la personificación del mal bajo la forma alegórica, por cuanto no se podría admitir un ser malvado en lucha de tú a tú con Dios, cuya sola ocupación constituyese en la oposición a sus designios. Por cuanto al ser humano le eran necesarias figuras que le estimulasen la imaginación, él se ha representado a los seres incorpóreos bajo una forma material, con atributos que permiten recordar las virtudes y los defectos. De esta manera, los antiguos, queriendo personificar el tiempo, lo representaron con la figura de un viejo con la guadaña y un reloj de arena, por cuanto, representado bajo el aspecto de un joven hubiese sido absurdo; así ocurre con las imagines alegórica de la fortuna, de la verdad, etcétera. De esta manera, los modernos han representado los ángeles y los Espíritus puros, como jovencitos radiantes con alas cándidas, símbolo de su pureza, y a Satanás con los cuernos, las garras del león y los demás atributos de la bestialidad, símbolos de sus bajas pasiones. Pero, el vulgo, que tomas las cosas a la letra, ha visto en estos emblemas personajes reales, como una vez había visto a Saturno en la alegoría del tiempo.
______________________________________
(*) Aquí el vocablo Espíritu se emplea para designar a los seres individuales extracorpóreos, y no más el elemento inteligente universal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario