jueves, 11 de abril de 2013

SER REFLEXIVO: Pitágoras, dijo: -“Fórjate el hábito de regir tu conducta por la razón. Recuerda, en suma, que la desencarnación es un destino común. Por lo tanto, las riquezas, hoy buscas de adquirirlas; mañana, puedes perderlas”-.

SER REFLEXIVO

©Giuseppe Isgró C.


-Hidalgo, -dice Escudro-, el siguiente verso se refiere a la necesidad de ser reflexivo, antes de actuar; -qué opinas al respecto?
Pitágoras, dijo: -“Fórjate el hábito de regir tu conducta por la razón. Recuerda, en suma, que la desencarnación es un destino común. Por lo tanto, las riquezas, hoy buscas de adquirirlas; mañana, puedes perderlas”-.
-Este aforismo, Escudero, me recuerda el poema Sí, de Rudyard Klipling, el cual te sugiero leer, si acaso aún no lo hubieras hecho.
-Escudero, la razón es el fiel de la balanza de la justicia, cuyos dos platillos son la igualdad, -en y ante la ley-, es decir, actuamos en igualdad de condiciones en el entorno universal; y la compensación, la cual determina que  nuestras acciones deben compensar o recibir las respectivas compensaciones. Vale decir, el salario cósmico o anti-salario, según corresponda. No tiene sentido realizar actos exentos de razón por cuanto hay que pagar sus consecuencias, -nadie escapa de ello-. Es mejor realizar siembras cuya cosecha sea satisfactoria, que nos aporte beneficios a todas las partes involucradas. Escudero, al final de todo, lo que constituirá nuestra mayor riqueza será el bien que habremos hecho a los demás, por cuanto, su compensación nos acompañará, aún, en futuros ciclos de vida, así como la respectiva gratitud. Más importante, todavía, es la satisfacción, en nuestra conciencia, del bien efectuado, que permite experimentar un sentimiento de autorrealización y el desarrollo de la propia aptitud o capacidad de hacer o dejar de hacer.
Las ganancias forman parte inherente del propio servicio a la colectividad, el cual se realiza, muchas veces por asunción de una función social, aún cuando, muchas veces, no redunde en un beneficio económico. Empero, el salario cósmico, reportará tantas y tales compensaciones que, aun sin ser de orden financiero, uno no las cambiaría por ninguna cantidad por elevada que fuese, ya que le restaría el mérito que dicha acción conlleva; la compensación es una parte inherente a la acción y una consecuencia de la misma; haciendo la cosa debida, se obtiene la otra, por añadidura y equivalencia.
Al final, no obstante, los bienes materiales se quedan aquí; lo que cada quien se lleva es la experiencia, y el desarrollo personal que las propias misiones realizadas aportan como salario cósmico. El desapego de las ganancias y de las eventuales pérdidas, permiten darse cuenta de que el propio poder es igual en una u otra situación. Las circunstancias van y vienen, pero la propia autonomía y dominio personal se mantienen inalterables sean cuales fueren las condiciones exteriores. Esa inalterabilidad de estado anímico interior y la fortaleza espiritual, constituyen la verdadera riqueza.
-Hidalgo, me has hecho ver como, por encima de las situaciones exteriores, lo importante que es la propia actitud frente a ellas, tal como lo decía Epicteto, cuando expresó: -“Lo que importa no son las cosas en sí mismas, sino nuestra propia comprensión y actitud frente a ellas”-.
-Me alegro, Escudero, de que recordaras el aforismo del gran maestro estoico; se ve que ya has leído su Manual y las máximas que contienen, así como las Disertaciones de Arriano, obras que tanto apreciaba Marco Aurelio, el emperador filósofo.
-Hidalgo, -dice Escudero-, aquí tengo una copia del poema Sí…, de Rudyard Kipling, vamos a leerlo.
-Me parece bien, Escudero, léelo tú.
Acto seguido, Escudero realiza la lectura con voz clara, fuerte y vibrante, Escuchémosle:

Si….
Por Rudyard Kipling

  Si puedes llevar la cabeza sobre los hombros
  bien puesta,... cuando otros la pierden y de ello
  te culpan;
  Si puedes confiar en tí cuando todos de tí dudan, ...
  pero tomas en cuenta sus dudas;
  Si puedes esperar sin que te canse la espera,
  o soportar calumnias sin pagar con la misma
  moneda,
  o ser odiado sin dar cabida al odio, ...
  y no por eso parecer demasiado bueno o sabio;

  Si puedes soñar sin que tus sueños te dominen;
  Si puedes pensar sin que tus pensamientos sean
  tu meta;
  Si puedes habértelas con Triunfo y Desastre
  y tratar por igual a ambos de farsantes.
  Si puedes tolerar que los bribones 
  tergiversen la verdad que has expresado
  y la convierten en trampa para necios,
  o ver en ruinas la obra de tu vida
  y agacharte y reconstruirla con viejas
  herramientas;

  Si puedes hacer un atado con todas tus
  ganancias
  y arrojarlas al capricho del azar,
  y perderlas y volver a empezar desde el principio
  sin que salga de tus labios una queja;
  Si puedes poner al servicio de tus fines el corazón,
  el entusiasmo y la fortaleza, aún agotados,
  Y resistir aunque no te quede ya nada..,
  salvo la voluntad que te diga: ¨Adelante!¨.

  Si puedes dirigirte a las multitudes sin perder la
  virtud,
  y codearte con gobernantes sin perder la sencillez.
  Si no pueden herirte amigos ni enemigos;
  si todos cuentan contigo en demasía;
  si puedes llenar el implacable minuto,
  con sesenta segundos de esfuerzo denodado,
  tuya es la Tierra y cuanto en ella hay,
  y más aún, serás un hombre, hijo mío!

miércoles, 10 de abril de 2013

HONRADEZ, FRANQUEZA Y JUSTICIA: Pitágoras, dijo: -“Se irreprochable con todos y en todo; ejecuta, únicamente, actos dignos, tanto en compañía de otros como a solas. Como prioridad, ten pudor contigo, respetándote. Después, siempre, en palabras y en actos, ejercítate en la práctica de la justicia”.


 
Xenócrates, el único hombre que, en Grecia, 
al dar testimonio público, no se le pedía prestar juramento, tal era su veracidad 

HONRADEZ, FRANQUEZA Y JUSTICIA

©Giuseppe Isgró C.
Del libro: El Mago Blanco


-Hidalgo, -dice Escudero-, ahora me gustaría que comentaras el siguiente verso, el cual trata sobre la mejor manera de ser honrado, franco y justo:
-“Se irreprochable con todos y en todo; ejecuta, únicamente, actos dignos, tanto en compañía de otros como a solas. Como prioridad, ten pudor contigo, respetándote. Después, siempre, en palabras y en actos, ejercítate en la práctica de la justicia”.
Esto, me recuerda, Escudero, un antiguo aforismo de Demetrio Falereo, -orador y escritor griego del siglo IV a.n.e., mediante el cual, expresó: -“Dentro de la casa tened vergüenza de vuestros padres, fuera de ella, de todos cuanto os vean, y en la soledad téngala cada uno de sí mismo”.
La virtud de la justicia, Escudero, permite someter todos los actos al control de la voluntad, al rigor de lo que es digno tanto en relación con los demás como consigo mismo, aún estando a solas. Tal como muy bien lo concibieron los antiguos griegos, los propios actos respiran “némesis” o “recta indignación” cósmica, por cuanto existe todo un universo que los presencia. El Ser Universal, que expresa, en la propia conciencia, el sentimiento de lo justo, o de su valor opuesto, haciendo experimentar, a la persona, el efecto respectivo de advertencia coercitiva o de recriminación coactiva, según el caso, es decir, en el primero, en el instante de pensar en la realización del acto indebido; en el segundo, después de realizarlo.
-Alude, el verso, Escudero, a la sugerencia del auto-respeto, que implica una de las claves fundamentales para el desarrollo de una poderosa auto-estima, que significa la conciencia de la propia dignidad.
-En el momento en que la persona se respeta a sí misma, este sentimiento de auto-respeto le permite mantenerse dentro de un radio de acción que represente el equilibrio de la justicia, de lo digno, de lo correcto y lo ético.
-Quien se respeta a sí mismo, Escudero, también respetará a los demás, sean cuales fueren las circunstancias inherentes. Los actos que ofenden a los demás, implican que, antes, la persona se irrespetó a sí misma.
-Cuando el verso sugiere: -“Seguidamente ejercítate en practicar la justicia, en palabras y en obras”, es que, tantos las palabras como las obras, además de los pensamientos y los sentimientos, en discordancia con el valor de la justicia, crean karma para quien las realiza. La persona, en cuya práctica de todas las virtudes se ejercita, emitirá correctos pensamientos y sentimientos, pronunciará juiciosas palabras y ejecutará rectas acciones, las cuales, como semillas que generan frutos, le permitirá cosechar los resultados positivos y satisfactorios que anhela, en armonía con todos. Esto, al mismo tiempo, permite disfrutar de la tranquilidad de la propia conciencia, juez severo y testigo perenne de cada uno de sus actos y pensamientos. Es preciso recordar la agudeza jurídica del hermano Jesús de Nazareth –equiparable a Pitágoras-,  cuando expresó: -“Si has deseado, mentalmente, la mujer de tu prójimo, ya has incurrido en falta”-. Hasta los pensamientos y sentimientos no ejecutados crean karma y hacen experimentar vergüenza al pensador. Además, por la ley de atracción, ambos tejen las propias circunstancias existenciales.
Un aspecto adicional que es necesario recordarlo, Escudero, es: Todo el bien que se podía haber hecho y se deja de hacer, además de crear karma, hace experimentar vergüenza, oportunamente, a la persona objeto de la omisión, por acción coactiva de la ley cósmica en la conciencia.
-Gracias, Hidalgo, -dice Escudero-, el comentario precedente me ha hecho percibir cosas en las cuales no había pensado antes en ese grado de precisión con que actúa la ley cósmica.



TEMPLANZA: Disciplina y Autodominio. Dijo Pitágoras: -“Por lo tanto, tales cosas conozcas, y sepas, también, refrenar estas otras: El estómago, antes de todo; igualmente el sueño, el sexo y la ira”.



TEMPLANZA:
DISCIPLINA Y AUTODOMINIO

©Giuseppe Isgró C.
Del libro: El Mago Blanco


-Hidalgo, -dice Escudero-, ahora me gustaría que comentaras el siguiente verso de Pitágoras relativo a la cultura mental:
-“Por lo tanto, tales cosas conozcas, y sepas, también, refrenar estas otras: El estómago, antes de todo; igualmente el sueño, el sexo y la ira”.
El Maestro sugiere, en este verso, compenetrarse en el cumplimiento de estos preceptos, empero, antes de todo, recomienda dominar las necesidades del estómago, es decir, mantener la templanza en el comer y en el beber, como regla de sabiduría y de vida. Todo exceso debe ser evitado, ya que, a la larga, pasa factura y la persona habrá de pagar por ello. Comer y beber, moderadamente, aquellos alimentos y bebidas  que contribuyan a mantener un cuerpo y mente saludables, cumpliendo el precepto antiguo: -“que tu medicina sea tu alimento y tu alimento tu medicina”; en otras palabras, es preciso dominar todo lo que constituya gula.
Sugiere, el verso, Escudero, tener presente las necesidades del sueño, es decir, no acostarse muy tarde, debiéndose ir a dormir el mismo día en que la persona se levanta.
Es una buena costumbre, acostarse antes de la medianoche, ya que, es preciso evitar el trasnocho, para mantener el equilibrio.
-Igualmente, es una buena práctica, levantarse tan pronto se despierte, alrededor de las cinco de la mañana, lo cual permite conservar la lucidez mental durante el día y activa la voluntad de acción. La prueba lo confirma.
-También, es preciso controlar los arranques de los apetitos y de la ira. Los apetitos, que implican pasiones no convenientes, de la índole que fueren, que vayan más allá del propio control. Hay que ejercitarse en someterlas al propio dominio para ser señor de sí mismo y conductor avezado de todas las circunstancias, manteniendo el justo equilibrio en todo.  Esto no solo es posible, sino necesario como un acto de propia auto-disciplina, autodominio y expresión suprema de la templanza, una de las virtudes fundamentales. Se requiere someter los propios deseos a la práctica de lo que Sidharta Gautama, -un gran contemporáneo de Pitágoras-, denominaba el Noble Sendero Óctuple, es decir: 1) Rectas opiniones (pensamientos); 2) Rectos propósitos; 3) Rectas palabras; 4) Recta acción; 5) Rectos medios de sustentamiento de vida; 6) Recto esfuerzo; 7) Recta atención; y, 8) Recta concentración.
El cultivo de la calma imperturbable, de la impasibilidad frente a todo y a todos, la serenidad, la tolerancia, la paciencia, la fortaleza, la justicia, la prudencia, el perdón y la comprensión de las leyes universales, son prácticas necesarias para poder sobreponerse a la ira, la cual podría llevar a la persona a excederse en sus respectivos arranques y hacerle responsables de hechos u omisiones de los cuales, frente a la justicia humana y a la divina, oportunamente, debería responder, realizando las respectivas compensaciones.
Si bien el autodominio precisa disciplina, aporta incontables beneficios que motivan a ejercer un control absoluto de los propios pensamientos, sentimientos, palabras, deseos, actitudes y actos, con lo cual se somete el propio destino a la acción deliberada de la mente.
-Gracias, Hidalgo, por tu análisis, -concluye Escudero-.

lunes, 8 de abril de 2013

AMISTAD: -“De los demás, del más virtuoso, por mérito, hazte amigo; con serenas palabras y útiles acciones, sigue su ejemplo. Por leve falta no te irrites con el amigo, de acuerdo con tus fuerzas. Al lado del poder, convence la Necesidad”. (Pitágoras).


AMISTAD

©Giuseppe Isgró C.
Del libro: El Mago Blanco


-Hidalgo, -inquiere Escudero-, qué me puedes decir, ahora, sobre el siguiente verso de Pitágoras?
-“De los demás, del más virtuoso, por mérito, hazte amigo; con serenas palabras y útiles acciones, sigue su ejemplo. Por leve falta no te irrites con el amigo, de acuerdo con tus fuerzas. Al lado del poder, convence la Necesidad”.    
-Este verso, Escudero, sugiere hacerse amigo de los seres más virtuosos y prudentes, por cuanto, son quienes pueden fungir, en un momento dado, de maestros y guías. Se le puede emular, o seguir su ejemplo como paradigmas, en la oportunidad de discernir sobre la recta conducta, frente a las múltiples situaciones que se afrontan en la vida.
Luego, el cultivo de la gente virtuosa y prudente, es el medio idóneo que permite fomentar las buenas costumbres y la nobleza de carácter. Esto crea la cooperación sincera y generosa entre los seres, y constituye el terreno ideal para el desarrollo de las cualidades de la personalidad en un mejor nivel, cada día.
Es preciso, en las relaciones que desarrollamos en nuestro entorno total, a nivel personal y profesional, mantener un trato amable, cortés, digno y facilitar los actos útiles, tanto los propios como el de estimular los ajenos en beneficio de la colectividad.
El cultivo de la amistad debe ir más allá de lo que pueda significar una falta leve en personas que conforman el propio círculo. La tolerancia permitirá, al amigo que incurrió en falta leve, de rectificar y mantener un vínculo valioso, por cuanto, la amistad es uno de los valores más grandes que posee el ser humano. El afecto amistoso, una palabra de aprecio, de apoyo, de estímulo, de simpatía, son caudales que enriquecen a quienes los cultivan, recordando que la amistad comienza donde termina el abuso. Como decía Aristóteles, -“si hay amistad, no hace falta justicia”.
El aforismo sugiere de hacer todas estas cosas de acuerdo a las propias fuerzas y virtudes, recordando que lo posible se encuentra junto a lo necesario, deducido de la expresión: -“Al lado del poder, convence la Necesidad”.
Desde el momento en que se experimenta una necesidad, de la índole que fuere, es porque se está en condiciones de satisfacerla de manera adecuada, caso contrario, la necesidad habría dejado de expresarse. Toda necesidad genera, siempre, una fuerza equivalente y suficiente, capaz de facilitar el traslado, de la persona, desde el lugar en que la afronta, hasta aquel otro en el cual reside la satisfacción de la misma.
También, la necesidad, permite expresar el poder potencialmente infinito del cual está dotado el ser humano, en el respectivo grado de su manifestación, para resolverla.  
Frente a todas las situaciones de la vida, es preciso mantener una actitud de confianza, por cuanto, todo, siempre, se resuelve de la mejor manera posible, por ser ese el fin de la naturaleza de las cosas y la misma vida apoya, a cada quien, a tales efectos. Hay una condición sine que non: Que se siga adelante cuando las cosas se pongan menos fáciles.
Ese representa el instante en que la noche muda en día y se activan las fuerzas creadoras de la mente, resolviéndose las situaciones favorablemente.




FAMILIA: -“Rinde honor a tus padres, y a los más cercanos parientes”.


FAMILIA

©Giuseppe Isgró C.
Del libro: El Mago Blanco


-Hidalgo, -dice Escudero-, me gustaría que comentaras este importante tópico de Pitágoras: -“Rinde honor a tus padres, y a los más cercanos parientes”.
-Escudero, -dice Hidalgo-, la familia material es la contraparte de la espiritual de la que formamos parte, la cual es conformada por los seres encarnados, en un momento dado, y por los que, al mismo tiempo, se encuentran en la dimensión espiritual, esperando su turno. Ambos grupos, en cooperación recíproca, es decir, los unos apoyándose con los otros y viceversa. Puede darse el caso de que, paralelamente, los miembros de la familia espiritual que conformamos, se encuentren encarnados en otros países, en diversas familias. Empero, a largo plazo, integran un solo núcleo familiar con diversas vertientes y ramificaciones en la búsqueda de objetivos comunes.
La familia espiritual está integrada, en dados momentos,  por seres afines, amigos, entre quienes reina un amor profundo, una gran amistad y lazos sólidos de afinidad y admiración recíproca.
Empero, dentro del mismo núcleo familiar van entrando a formar parte quienes, por determinadas circunstancias, deben limar asperezas, compensándose, recíprocamente, deudas kármicas. En la familia se dan  las vidas que puedan adeudarse. En cualesquiera de los roles, que por etapas, nos toque representar, constituye un vehículo extraordinario para compartir una convivencia armónica, de solidaridad, de cooperación, de amor y de fraternidad.  Quien nos dio la vida, a nivel físico, puede haber sido alguien que, en un dado momento, nos haya privado de ella y que, por efecto de la ley de justicia universal, ahora le correspondió reponerla y los lazos de la sangre de madre a hijo o hija, permite que nazca  la afinidad entre ambos seres. Donde antes existía enemistad u odio, ahora se propicia la oportunidad de armonizarse y consolidar lazos afectivos que harán más agradable las relaciones entre las partes, en un futuro inmediato, facilitando la convivencia armónica, así como el apoyo mutuo y recíproco.
Por eso, hay que rendir el culto a la familia, a los padres que nos han dado la vida en este ciclo existencial,  cumpliendo con la ley universal y con los propios planes previamente establecidos en la dimensión espiritual, antes de encarnarse, bien sea por afinidad, por karma o por deber. Empero, propicia compartir una vida, ayudarse mutuamente, y las experiencias que se recaban, al final hacen percatarse de que eran las necesarias al propio nivel evolutivo. Vistas las cosas desde una perspectiva espiritual más elevada, nos permitirían darnos cuenta, de que, antes de reencarnar, nosotros mismos hemos elegido a esos seres que ahora constituyen nuestra familia y las respectivas pruebas por las cuales se va pasando en el curso de la existencia.
Con el tiempo, esos seres maravillosos que constituyen los miembros de nuestra propia familia, pese a las diferencias momentáneas que pudiesen haber, en un lapso determinado, una vez superada la etapa, se dan cuenta, desde la perspectiva espiritual, que valió la pena superarla. Eran pruebas previamente antepuestas como objetivos espirituales, para ese determinado ciclo de vida, y ahora, no hay que repetir la experiencia, constituyendo un tiempo ganado  y una prueba ya superada.
Un aforismo de la Doctrina Universal, enunciado por Joaquín Trincado, expresa: -“Quien odia tendrá que amar, y el que quita una vida, con sus besos la repondrá", además, por supuesto, de las compensaciones inherentes-.
-Escudero, el crisol alquímico en el cual se efectúa la purificación es la familia. Es preciso amar a los seres que la conforman, por cuanto, cada uno viene a compensar al otro, a ayudarse mutuamente; al final, todos saldrán favorecidos, aunque ahora no se vea ese fin ulterior.
Cada quien, dentro de la familia, aporta el medio para perfeccionar la afinidad y la armonía y muchas veces antepone las pruebas a los demás miembros y a sí, que les permitirán, a todos, evolucionar.
El bien que hagamos a nuestros padres, el respeto y amor que le profesemos, la ayuda que ahora les prestemos, oportunamente, nos la retribuirán nuestros propios descendientes, como manifestación de la ley de compensación.  Al margen de ello, nuestros padres, volverán, en un futuro próximo, a formar parte de nuestro núcleo familiar, por cuanto, la familia física se va rotando con la espiritual y los abuelos de ahora pueden ser los nietos –o biznietos- de mañana y viceversa. Damos y recibimos, recibimos y daremos a nuestra vez. La familia es maravillosa en cualesquiera formas en que la veamos y debemos honrarla, respetarla, amarla, ayudarla, generosamente, hoy por uno, mañana por otro. El vínculo afectivo, de amor, engrandece a los seres; les hace fuertes, sólidos, invulnerables, y mucho más felices.
Las pruebas en común unen a los miembros de la familia, les fortalecen y les permiten consolidar el sentimiento de unión indisoluble, de identificación, de pertenencia, de solidaridad y afecto recíproco.
Amemos a nuestros padres, honrémosles, brindémosles el cariño que se merecen, el apoyo necesario en todas sus vertientes; que ellos sientan que no han arado en el mar, al habernos dedicado tantos años de su vida durante la etapa de crecimiento. Con abnegación y amor, sacrificaron un largo tiempo en ayudarnos a emanciparnos, en educarnos, en  darnos lo mejor de su ser: su amor, su apoyo y sus sacrificios, privándose, muchas veces, de algo para sí, para dárnoslos a nosotros.
Nadie, como los padres mismos, puede saber los incontables sacrificios y acciones que han sostenido para levantar a la familia, educar a los hijos. Hay hijos que, una vez culminados sus estudios universitarios ven con menosprecio a sus progenitores por su poca instrucción u orígenes humildes. Afortunadamente, son una minoría que aún deben aprender a honrar a sus padres y reconocer que, dentro de esa faz de humildad, se encuentra una dignidad y grandeza que es preciso saber ver más allá de las apariencias.
El amor, el afecto, el sentimiento filial, cultivado y estimulado, permite honrar a los padres como una expresión de gratitud por todo lo que ellos han hecho por nosotros y que, continuarán haciendo, todavía, por cuanto, aún desde el mundo espiritual, cuando ya han pasado a mejor vida, brindarán apoyo a los hijos. El amor de los padres a los hijos es tan grande que solo encontrándose en ese rol se puede comprende tal experiencia. Los lazos afectivos perduraran en la dimensión espiritual; los Espíritus de los padres continuarán ayudando a sus seres queridos, apoyándole, inspirándole, protegiéndole, en fin, dando toda su cooperación, en cualesquiera formas que uno, a veces, ni siquiera se puede imaginar.
La familia es el núcleo en el cual se expresa el amor en todas sus vertientes y variantes y prepara para ese amor aún mayor que constituye la expresión sublime de la familia cósmica. En nuestro carácter de seres emanados del Ser Universal, todos somos miembros de la fraternidad del universo; esa es nuestra meta común: reconocernos hermanos y hermanas y velar por el bien de la humanidad toda, donde, por el respeto mutuo, cada quien aporte el mayor bien, en armonía con todos.
-Escudero, es importante destacar que dentro de la familia existen muchos roles que cumplir. Por ejemplo: además del rol de padres e hijos, y el de cónyuges, el de hermanos, el de abuelos y nietos, el de tíos y sobrinos, el de primos hermanos, en todos sus grados, y las vinculaciones por medio del parentesco político, que se mantiene aún después de que el vínculo se haya disuelto: como es el caso de los suegros, el de las nueras y el de los yernos, entre otros. También, Escudero, hay que recordar que un gran número de amigos forman parte de nuestra familia en igual o mayor grado que aquella que conformamos por vínculos sanguíneos. Esta puede estar integrada por la acción de la ley cósmica para que cada miembro vaya limando sus asperezas y nazca la correspondiente afinidad, así como para que se produzca la respectiva compensación de deudas kármicas. En cambio, los lazos afectivos con las personas amigas nacen de la afinidad y del recíproco aprecio y en la práctica, de hecho, los amigos constituyen la verdadera familia, haya o no vinculación de lazos consanguíneos.
-Hidalgo, -dice Escudero-, me has emocionado con tus comentarios sobre este punto tan hermoso.
-Gracias, Escudero.


domingo, 7 de abril de 2013

PROMESA


PROMESA

©Giuseppe Isgró C.
Del libro: El Mago Blanco

-Qué opinas, Hidalgo, del contenido del siguiente verso de Pitágoras?  –Inquirió Escudero.

–“Respeta tu promesa, y reverencia a los héroes ilustres, y a los genios, ejecutando las prácticas en uso”.

-Escudero, para los antiguos, el juramento tenía diversas acepciones, una, por ejemplo, como promesa de que cumpliría el compromiso de no revelar los secretos que le serían confiados, cuya violación, en esa época, se castigaba severamente; costumbre ésta que en diversas organizaciones de carácter esotérico aún sigue practicándose. Empero, es preciso tener cuidado sobre las clases de juramentos que le son exigidos, por cuanto algunos obligan hasta más allá del presente ciclo de vida, que el iniciando, muchas veces hace sin comprender sus alcances. Luego, a medida que va haciendo luz, en su Espíritu, se percata de que la propia independencia personal y autonomía no pueden ser comprometidas, salvo que, la propia vida virtuosa le conducirá, siempre, a realizar lo correcto, siguiendo el mejor curso de acción que las circunstancias del momento permitan en el acto de tomar las respectivas decisiones .

-Hoy en día, ya no suele hablarse de juramento y es visto con extrañeza hacer tal cosa, debiendo bastar, siempre, la propia palabra, absteniéndose de entrar en trato con quienes no les sea suficiente la garantía de la misma. Tampoco debe hacerse trato alguno con quienes se duda de su confiabilidad, para evitarse costosa experiencia. Y esta debe ser la regla: Jamás hacer trato donde existen dudas, entre las partes, por cuanto, la duda es, o una percepción intuitiva que permite conocer, en forma premonitoria, una realidad, o una expectativa negativa, cuya fuerza mental, al final, casi siempre hará que se verifique el contenido de la misma, por cuanto las expectativas, en cualesquiera de sus polaridades, positivas o negativas, suelen cumplirse.

-De igual manera, la reverencia a los héroes ilustres, por ejemplo: Hércules, Teseo, Ulises, Aquiles, Rómulo, Alejandro Magno y tantos otros que, en cada época, existen,  implica un respeto a quienes se han distinguido en las acciones heroicas y virtuosas en el desempeño de sus funciones y en representación de la Patria. Bien sea que aún vivan o que hayan pasado a mejor vida, implica un reconocimiento al mérito, y cuando, en actos públicos, se rememore sus hazañas, servirá para que las nuevas generaciones se inspiren en estos seres excelsos y emulen sus actos heroicos, como lo han hecho incontables generaciones de jóvenes griegos al emular las acciones virtuosas de los héroes homéricos, lo cual dio nacimiento a la edad de oro griega, cuyos efectos aún nos admiran, después de tanto tiempo.

-Cuando se refiere: –“y, también a los genios subterráneos: cumplirás así lo que las leyes mandan”, debe entenderse por genios subterráneos a Espíritus de grandes genios que ya forman parte de la dimensión espiritual, que, de alguna manera, en un momento dado, en su ciclo de vida terrestre, han servido de intermediarios entre la dimensión espiritual y la física de la vida, tales como Orfeo, Homero, Hesíodo, entre otros, todo lo cual, las antiguas legislaciones –y costumbres- así lo prescribían.



HONRAR


HONRAR

©Giuseppe Isgró C.
Del Libro: El Mago Blanco


      Decía Pitágoras: –“Antes, honra a los Dioses inmortales, a cada uno de acuerdo con su jerarquía”.

-Hidalgo, -inquiere Escudero-, honrar, a los Dioses inmortales, a cada uno según su respectiva jerarquía, qué significa?
-Qué acepción tenía para los antiguos, contemporáneos de Pitágoras, la expresión Dioses inmortales? Qué era un Dios inmortal para ellos, Escudero?
-Un Espíritu, Hidalgo.
-Es correcto, Escudero, los antiguos entendían como Dios al Espíritu. Cuando una persona pasaba a mejor vida, su Espíritu se transformaba en un Dios inmortal. Escudero, el Espíritu es inmortal y eterno, y los griegos, al igual que en la antigua China y en el Japón, en el Shintoismo, rendían culto a los antepasados, -tal como hoy, en el ámbito de la Doctrina Universal, se siguen sus enseñanzas.
-Los antiguos, como lo denota Homero, en sus dos grandes poemas épicos, la Ilíada y la Odisea, estaban conscientes de la intervención de los Dioses inmortales –Espíritus- en los hechos de los hombres.
-Como puede verse, en este primer aforismo, se hace hincapiés en que se debe honrar a los Dioses inmortales, a cada uno según su rango.
-Es decir, en la antigüedad estaban conscientes de los diversos niveles evolutivos de cada dios –Espíritu-, lo cual regulaba el grado de honra -credibilidad-, que había que rendírsele o tenerle. Les era conocido, también, su interrelación en los hechos de los hombres.
-Podríamos mencionar, que, en primer lugar, cada ser debería sintonizarse, mental y espiritualmente, con sus respectivos guías y protectores. Cómo es bien conocido, se tiene asignado un guía y un protector espiritual y a su vez, cada quien es guía y protector de alguien; por lo cual, es preciso armonizarse, haciéndose receptivo a sus efluvios protectores e inspiraciones. Luego, es necesario meditar en los dichos de los diversos maestros cuya enseñanza permite sintonizarnos con ese grado de elevación, lo cual sirve como guía e inspiración a la vez.
-Empero, es preciso, paralelamente, ir a la fuente universal, es decir, sintonizarse con el Ser Universal y meditar, cada día, en la mañana y en la noche, en Él y en su atributos divinos, -valores universales-.
-Centrando la atención en el Ser Universal y en sus atributos divinos, se expande la conciencia y comienza a fluir la sabiduría de los valores universales como practica de todas las virtudes, y el poder creador potencialmente infinito con que ha sido dotado el ser humano, aspecto éste, que analizaremos a fondo, cuando en una jornada aparte, nos ocupemos de ello.
-Escudero, -dijo Hidalgo-, te sugiero un ejercicio que te permitirá centrar la atención en el Ser Universal, así como expandir tu conciencia perceptiva en relación a Él y canalizar su flujo de poder, luz, armonía, amor y sabiduría de los atributos divinos.
-Cuál es, Hidalgo? -Responde Escudero-.
-Escudero, los maestros sufíes lo denominan: “El constante recuerdo del nombre de Dios”, el Dzikr. Repite, en la mañana, al levantarte, y en la noche, antes de dormir, -y durante el día cuando lo precises-, mil veces, el nombre de Dios: Eloí, Allah, u otro; el que tú quieras, siempre que sea uno relativo al Creador Universal, o ésta última denominación, si la prefieres.
-Lo practicaré a partir de hoy mismo, Hidalgo, pese a que, en principio, pareciera requerir de una férrea, y exigente, disciplina  espiritual, -dice Escudero-.
-Escudero, desde la primera vez en que lo hagas, querrás repetir el nombre de Dios 1.500 veces, por lo menos, cuando experimentes los efectos de su práctica.



sábado, 6 de abril de 2013

LOS VERSOS DE ORO PITÁGORICOS


LOS VERSOS DE ORO PITÁGORICOS
Versión castellana de: Giuseppe Isgró C.


PREPARACIÓN:


I.   La practica espiritual:
Antes, honra a los Dioses -Espíritus- inmortales, de acuerdo con su jerarquía.

II.   –“Respeta tu promesa, y reverencia a los héroes ilustes, y a los genios, ejecutando las prácticas en uso”.

PURIFICACIÓN:

III.   El culto a la familia:
Rinde honor a tus padres, y a los más cercanos parientes.

IV.   El culto de la amistad:
De los demás, del más virtuoso, por mérito, hazte amigo; con serenas palabras y útiles acciones, sigue su ejemplo. Por leve falta no te irrites con el amigo, de acuerdo con tus fuerzas. Al lado del poder, convence la Necesidad.   

V.   La cultura personal.
 A: La cultura mental:
Por lo tanto, tales cosas conozcas, y sepas, también, refrenar estas otras: El estomago, antes de todo; igualmente el sueño, el sexo y la ira.

VI.   Ser honrado, franco y justo:
Se irreprochable con todos y en todo; ejecuta, únicamente, actos dignos, tanto en compañía de otros como a solas. Como prioridad, ten pudor contigo, respetándote. Después, siempre, en palabras y en actos, ejercítate en la práctica de la justicia.

VII.   Ser reflexivo:
VIII.   -“Fórjate el hábito de regir tu conducta por la razón. Recuerda, en suma, que la desencarnación es un destino común. Por lo tanto, las riquezas, hoy buscas de adquirirlas; mañana, puedes perderlas”-.

IX.   Trabajar con toda confianza:
Cuantos, por acción de la ley cósmica, experimentan pruebas adversas. Las que a ti te correspondan, sopórtalas con calma, sosegadamente. Superarlas, satisfactoriamente, sí, te conviene, con toda tu potencia creadora. Piensa, que, después de todo, a la gente buena no son tantas las adversidades que les toca afrontar.

X.   Ser tolerante y paciente:
Discursos varios oirás, con frecuencia, unos con nobles contenidos, otros indignos; tú, no permitas que los unos te turben, ni de los otros te vuelvas para no oirlos. Y si una mentira es dicha, sopórtala con calma.

XI.   Crearse un juicio sano y firme:
En todo cumple cuanto ahora te digo. Ni uno, con palabras u obras, te induzca jamás a decir o a hacer cosa alguna que después no resulte lo mejor para ti. Antes de actuar, reflexiona, para no cometer errores; que actuar o hablar con discernimiento es de gente prudente.

XII.   Estar prevenido:
Pero, tú las cosas harás, que después no te perjudiquen.

XIII.   Aprende lo que es necesario:
Ni una cosa, harás, por lo tanto, en la cual, tú, experiencia no tengas. Empero, cuanto, en verdad, te sea necesario, aprende, y vida agradable tendrás.

XIV.   La cultura personal.
B: Seguir un régimen puro y fisiológico.
 Hacer ejercicio.
Es preciso ocuparse de la higiene del cuerpo; pero en las bebidas, en los alimentos y en el ejercicio, la justa medida observa. Recuerda, utiliza el sentido de la justa medida en todo; que nada te proporcione perjuicio.

XV.   Ser reservado:
Por lo tanto, habitúate a una vida sana, sin molicie; abstente en realizar todo acto que suscite envidia.

XVI.   Ser ponderado:
De esta manera, más de lo necesario no gastes, como hacen quienes ignoran lo que es la honradez; pero, no por ello dejes de ser generoso: La justa medida en todo, es en verdad, la virtud de la nobleza. No hagas, en resumen, lo que pueda dañarte, y pondera bien las cosas antes de actuar.

PERFECCIÓN:

XVII.   Los medios de perfeccionamiento.
Antes de todo, tan pronto como despiertes, aprovecha  para elevar tu Espíritu; enseguida ocúpate de cuanto en ese día quieres hacer”-.

XVIII.   Examen de sí mismo:
Antes de dormirte, cada noche, por mucho cansancio que tengas, tres veces examina cada uno de tus actos:
·       –“Dónde he estado?”
·       –“Qué he realizado?”
·       –“Cuál obligación dejé de cumplir?”
Partiendo desde el inicio, recorre, también, el después del después. Has incurrido en bajezas? Recríminate! Has realizado justas acciones? Alégrate. De las primeras, proponte enmendarte; estas últimas, tenlas como modelo a seguir, con fervor. Esto es lo que a ti te pondrá en la horma de la virtud divina.

XIX.   La meditación. La fe. La vida virtuosa. La ciencia del Universo.
Sí, sí: Por Aquel que a nuestros Espíritus ha transmitido la Tetratkis, fuente de la eterna-fluente Naturaleza. Esto es lo que hay que hacer. Estas cosas hay que empeñarse en practicar, y amar. Por ellas ingresarás en la divina senda de la perfección.

XX.   La oración:
Pero, al cumplimiento de la obra cíñete, tú, no sin antes solicitar asistencia a los Espíritus protectores que la conduzcan a la perfección.

XXI.   La iniciación:
Conocerás el orden divino que rige a los Espíritus, a los seres humanos y a todas las cosas, y percibirás la unidad que penetra la obra toda. Entonces, sabrás que la Naturaleza es una e idéntica en todas partes; a no esperar lo inesperable, y, a no dejar nada sin explicación.

XXII.   La clarividencia:
Sabrás, que los seres humanos soportan pruebas por ellos mismos generadas. Insensatos: A su lado se encuentra el bien, y no lo ven, ni lo oyen; y, también, la liberación de los males la descubren pocos. Tal es la condición que opaca el juicio a los humanos! Son desplazados de un lado para otro, como lo hacen las infantiles cuentas, después de incesantes sacudidas. La discordia es su natural y triste compañera, a la que no hay que provocar, sino cederle el paso y huir de ella.

XXIII.   La verdad oculta:
Oh, Dios! De cuántos males librarías a los humanos, si tan solo te dignases en desvelarles a que daimón obedecen! Pero, tú, ten confianza. El origen de los seres humanos es divino. La Naturaleza le va abriendo el acceso a las arcanas virtudes, que ella misma les explica.

XXIV.   La recompensa.  La sabiduría:
Si de ellos en ti hay algo, verás hasta allí, donde te exhorto, reintegrado y silente, y con el Espíritu inmune de todo mal. Pero, deja los alimentos que te prohibí, en los días en que, en hacer puro y libre el Espíritu buscas. Observa, discierne y valúa todo, y a la Inteligencia soberana erige en auriga de lo Alto. De esta manera, dejando el cuerpo, en el eter, libre, irás, como Espíritu divino e inmortal; no más vulnerable serás.


EL ENCUENTRO EN LA VICTORIA



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UN ENCUENTRO EN LA VICTORIA

Autor: ©Giuseppe Isgró C.

Del libro: La Victoria

Capítulo I

Me encontraba un día, en una fuente de aguas tranquilas, cristalinas, cuando se me acercó un Venerable hombre, vestido a la antigua usanza, con bata blanca, larga, pelo y barba que alguna vez fueron de color pelirrojo y un báculo en la mano derecha.

Concentró sus ojos en los míos; su mirada era profunda, serena y apacible.

Con voz suave y afectiva, me dijo:

-“Hola, hijo, como estás”-.

–Bien, -le contesté-; y, ¿usted?

–Por aquí andamos; -fue su respuesta-, mientras me sonreía.

-¿Dónde estamos?, -le pregunté al Venerable hombre-.

-Este sitio es conocido como La Victoria; -me contestó-. –¿Qué haces por estos lados?

-Salí esta mañana, temprano, con el coche, a dar un paseo; luego, al llegar a esta zona, me paré a contemplar la belleza de los araguaneyes y decidí caminar un poco y la verdad que, absorto en mis reflexiones, caminé por lo menos durante dos horas, hasta llegar aquí. Desconocía este hermoso lugar. Y, usted, -¿vive por aquí cerca? -le pregunté-.

Un poco más arriba, en esa colina boscosa. Hace algunos años, -relata el Venerable hombre- decidí retirarme de la agitada vida ejecutiva en que me desenvolvía profesionalmente, como abogado, en la ciudad de Quebec, Canadá, aunque he viajado por diversos países asesorando a incontables líderes. Construí la casa, en esta zona tropical, con la idea de pasar aquí los meses de invierno. Me dedico al estudio de la vida, a la meditación y a cultivar mi jardín y de vez en cuando, a escribir mis reflexiones, las cuales, algún día, habrán de ser publicadas para esparcir un poco la luz que he podido vislumbrar en mis estudios metafísicos-espirituales.

-¿Quieres tomar un café? –Me preguntó el Venerable hombre-. Lo he traído de Caripe El Guácharo; es de los más exquisitos que he probado.

-Sí, con gusto se lo acepto; -le contesté-.

Nos fuimos caminando por un sendero rodeado de árboles cargados de mangos, aguacates, naranjas y una hilera de cayenas de diversos colores. A lo lejos, el ruido de la brisa se oía apaciblemente. Todo era quietud, armonía y paz. Pero, sobre todo, lo que más me impresionaba era la apacibilidad y el sosiego del Venerable hombre de La Victoria. Emanaba de él un flujo de fuerza que, en su presencia, me sentía con un poder y una seguridad nunca antes experimentados. Fuerzas bienhechoras se iban apoderando de mí y aquella paz y relax que buscaba en la mañana, al salir a dar un paseo, sin percatarme de ello, las estaba experimentando ya.

Después de unos quince minutos de caminar, llegamos a la casa del Venerable hombre. Su aspecto exterior humilde estaba lejos de dejar entrever lo que segundos después habría de asombrarme con lo que encontré en el interior.

Al entrar, en la casa, una joven de unos veinte años saludó al Venerable hombre.

-¡Hola, abuelo!, ¿cómo estás?

–Bien, hija, -contestó el Venerable hombre-. -Prepara un poco de café, Lucía, mientras conversamos un poco, adentro.

-Por cierto, te presento a Santiago, quien ha llegado paseando hasta La Victoria.

Después de la presentación, entramos en la biblioteca del Venerable hombre. Un salón grande, lleno de estantes de libros por todas partes, lo cual hacía inimaginable dicho cuadro desde el exterior. Algunos cuadros al óleo de morichales y de personajes históricos, presentaban un ambiente acogedor. En un rincón se encontraban diversos retratos de Tagore, Gandhi, Cicerón, Séneca, Ibn Arabi y un dibujo de Don Quijote y Sancho Panza. En un pequeño cuadro, podía leerse: -“Lo que Alá quiera. Nada se le asemeja”-.

-Le felicito por este inmenso tesoro que usted tiene aquí, -le dije al Venerable hombre-. -¿Cuáles son los temas de su interés?

A lo cual, me contestó: -Como usted puede ver, Santiago, -y me invitó a recorrer los estantes- aquí hay libros de variados temas: clásicos de todos los países y épocas, desde los Vedas, los Upanishads, el Mahabaratha, los libros de Confucio, El Tao te King, de Lao Tse, el Poema de Gilgamesh, el Código de Amurabí, autores griegos, como Homero y Hesiodo. Se encuentran las obras completas de Euclides, Platón, Aristóteles, Teofrasto, Demetrio de Falereo, de los Presocráticos, Epicteto, Plutarco, etcétera; de los latinos, autores como Séneca, Cicerón, -que son mis preferidos-, Julio César, Tito Livio, Dionisio de Halicarnaso, Marco Aurelio, así como libros de Psicología, Gerencia, Sufismo, Yoga, ensayos, filosofía, parapsicología, hermetismo, El Quijote, libros de economía, filosofía, etcétera, en fin, un poco de todo lo que es preciso conocer para poder entender el significado de la vida: de dónde venimos, por qué estamos aquí y hacía dónde vamos, sin lo cual, la vida no tendría sentido, sobre todo por el gran afán a que está sometido el ser humano en la agitada vida moderna.

Nos sentamos en sendas butacas y nos entretuvimos conversando de temas diversos. Al poco rato, entró Lucía con dos tazas de oloroso café y unos biscochos, que degustamos con agrado en una amena e interesante conversación. Al fondo, podía oírse una suave música de Beethoven.

Pasamos cerca de una hora conversando de sobre la Atlántida, Egipto, los griegos, de Homero, de los sufíes, del budismo zen, los poderes del espíritu, meditación, etcétera, después de lo cual, le hice una pregunta directa.

-Seguramente, usted ha desarrollado alguna técnica de meditación y algún método de resolución de situaciones, en la vida, que me quisiera explicar, ya que, según observo, para tener usted una serenidad tan acentuada y una fortaleza física a la edad que imagino que usted debe tener, -cerca de noventa años- es porque ha encontrado en su larga experiencia algún secreto que quizás quisiera compartir conmigo.

Santiago, -me dijo el Venerable hombre, si vuelves a visitarme otro día, quizá te cuente algo que te pueda servir. Empero, antes de que te vayas, te haré entrega de unos apuntes que hace ya muchos años, en una época en que yo andaba a la búsqueda de sosiego y tratando de encontrarle sentido a la vida, un Venerable hombre que, en una edad similar a la mía, a su vez me entregara y cuya práctica asidua me permitió domar la mente, encarrilar mi vida y poner bajo control los hilos del destino. Son veintidós manuscritos, y una meditación diaria, –continuó diciendo el Venerable hombre, que si bien son ya un poco antiguos, podrás copiarlos de nuevo y si pones en práctica las técnicas que contienen, darás a tu vida un esplendor que habrá de sorprenderte agradablemente.

-Una vez que los hayas probado con total y absoluta satisfacción de tu parte, -me dijo, ponlos en limpio, en forma de libro y publícalo para que su mensaje llegue a mayor número de personas. Hacía tiempo que esperaba a alguien a quien confiarle este legado y creo que hoy, al llegar aquí, en la forma en que lo has hecho, tus pasos han sido dirigidos por Aquel que todo lo sabe y puede, por la Ley Cósmica, y en cuyos planes universales, todos somos sus instrumentos.

Me despedí del Venerable hombre y de su adorable nieta, sintiendo dentro de mí fuerzas desconocidas hasta entonces que preanunciaban grandes cambios en mi vida.

En los días siguientes, aparté una hora diaria, antes de dormirme, y leí y releí, todos los manuscritos, de la siguiente manera: En primer lugar copié la Meditación diaria en un cuaderno, el cual leí durante veintidós noches y mañanas seguidas, tal como lo indicaban las instrucciones de la misma.

Una nota al pie de página mencionaba que si yo la transcribía en un cuaderno, el hecho de hacerlo, grabaría en mi ordenador mental las instrucciones y me sería más fácil desarrollar, en mi personalidad, las cualidades y condiciones que formaban parte de los objetivos implícitos en la misma.

De los veintidós manuscritos, cada lunes, a las once en punto de la noche, copiaba uno en el cuaderno, y durante el resto de la semana, a la misma hora, lo leía y meditaba, siguiendo las fáciles y efectivas técnicas e indicaciones al inicio del mismo.

Cuatro semanas después de leer durante veintidós días seguidos, en la noche y en la mañana, la meditación diaria, comenzaron a manifestarse en mi vida una serie de cambios positivos que me dejaban asombrado a mi mismo, pero, también, los miembros de mi familia y a mis amistades; sobre todo mi semblante comenzó a ser más apacible; volví a sonreír desde el interior; mi estado anímico era de contento; me sentía más seguro de mi mismo; comencé a confiar más en la gente, en la vida y a vislumbrar el sentido de mi misión en la vida –percibía cosas que antes me pasaban desapercibidas, a pesar de haber estado siempre allí. Sentía fluir en mí una nueva corriente vivificadora de prosperidad, de felicidad, de alegría de vivir. Mi entusiasmo y amor por la vida y por mi familia, por mi trabajo y por las personas, crecía día a día. En aproximadamente dos meses había logrado muchas de las cosas en las cuales había soñado desde hacía años. Había dado un paso sorprendente en el camino de la autorrealización.

Efectivamente, pude comprobar que me fue relativamente muy fácil desarrollar las aptitudes y actitudes a nivel físico, mental, emocional, espiritual y en diversos aspectos de mi vida, como el financiero, que comenzó a mejorar casi inmediatamente, así como, surgieron nuevas oportunidades que comencé a aprovechar, casi sin esfuerzo de mi parte.

Transcurría el año de 1967 y mi vida había encontrado un sendero que habría de conducirme a cooperar en forma más efectiva en el plan divino que el Supremo Hacedor, en algún momento, había diseñado para mí.

Tres meses después volví a aquel lugar donde había encontrado al Venerable hombre de La Victoria y allí estaba la fuente que él dijo llamarse La Victoria; empero, cuando traté de encontrar el camino para llegar a la casa donde amablemente me ofreció un delicioso café, preparado por su nieta Lucía, no logré encontrarlo, pese a haber recorrido durante un par de horas por los alrededores. Pregunté a varias personas para ver si podían indicarme como llegar a la casa del Venerable hombre y cual fue mi sorpresa, nadie lo conocía.

Empero, después de tanto buscar, volví a encontrar la casa donde vivía el Venerable hombre de La Victoria, pero se encontraba abandonada. Su aspecto indicaba que debía encontrarse en ese estado un lapso mayor del que mediaba con el encuentro de aquel ser extraordinario. Es sorprendente como los inmuebles solos acusan el paso del tiempo en mayor grado que los que son habitados. Si no fuera por los manuscritos pensaría que el encuentro no fue más que un simple sueño. -¿O se trata, acaso de un sueño combinado con un fenómeno de aporte? Personalmente, no lo creo. El encuentro fue muy vívido y real. El aromático café servido por Lucía estaba exquisito. Durante varios años volví al lugar varias veces, la casa seguía sola. La última vez que volví, no la pude ubicar y sin tener tiempo suficiente para seguir buscándola, me fui. Ahora, vivo muy lejos de aquella zona, en otro continente; han transcurrido muchos años y después de tanto tiempo es poco probable que vuelva allí; pero, los manuscritos y la meditación diaria obran en mi poder, me han transformado y han enriquecido mi vida.

Durante más de treinta y cinco años he puesto en práctica las diversas variantes de los ejercicios, afirmaciones y meditaciones que contienen los manuscritos y la meditación diaria y cada vez que los pongo en práctica, experimentos los mismos beneficios. Ahora, ellos se encuentran en el libro que usted tiene en sus manos; espero que les sean tan útiles como los han sido para mí.

Su contenido es eminentemente práctico; no hay teorías superfluas. Si lleva a cabo los ejercicios que contienen, es probable que, gradualmente, se vaya efectuando la transmutación alquímica de su ser sintonizándose con los elevados resultados existenciales, los cuales, por añadidura, al ser creados a nivel mental, se van manifestando en su propia vida, oportunamente.

Sobre todo, con estos ejercicios, me percaté, cuando el Venerable hombre me entregó los manuscritos, de que se dispone de un método para domar la mente y ejercer un pleno dominio sobre la vida en general y, por ende, sobre el destino y controlar, cuando eventualmente se presenten, todas las situaciones, manteniendo un perfecto equilibrio físico, mental, emocional, espiritual y financiero.

El Venerable hombre de La Victoria me comentaba que todo se puede lograr en la vida si se siembra la respectiva semilla por medio de correctas decisiones acordes con la propia y elevada auto-estima y dignidad personal, desarrollando el convencimiento de que sí se puede hacer, por medio de las afirmaciones, las visualizaciones y meditaciones, la experimentación de un estado emocional acorde al momento de ser logrados los respectivos resultados y la practica del desapego, es decir, dejar encargada a la mente psiconsciente del logro, y además, se espera el tiempo necesario haciendo, mientras tanto, todo lo que se requiere, según el caso o los objetivos por alcanzar.

Estas técnicas funcionan, me decía una y otra vez el Venerable hombre de La Victoria; luego, agregaba: -las he probado por más de cincuenta años y quien, a su vez me las entregó, habría hecho otro tanto, aseverando que eran efectivas, si yo seguía fielmente las instrucciones y las ponía en práctica con expectativas positivas.

Desde que en 1967, el Venerable hombre me hiciera entrega de los manuscritos, han transcurrido un poco más de de treinta y cinco años, durante los cuales yo también he puesto en práctica las diversas variantes de los ejercicios, afirmaciones y meditaciones que contienen, y cada vez que me ejercito con ellos, experimento los mismos beneficios. Ahora, ellos se encuentran en el libro que usted tiene en sus manos; espero que les sean tan útiles como los han sido para todos los que hemos aplicado las enseñanzas del Venerable hombre de La Victoria.

Él me repetía constantemente: -“¡Tú puedes si crees que puedes hacerlo! ¡Hazlo y tendrás el poder!

Recuerdo que ese día el Venerable hombre me dijo: -ejercer el poder con que la naturaleza de las cosas ha dotado a cada ser, cultivando los dones inherentes y aprendiendo todo lo que se pueda de sí y del vasto universo del que se forma parte, es una manera efectiva de ser cada día más feliz. Luego, cuando me despedí de él, expresó: -“¡Que cada día brille más y mejor tu luz interior!”.- Adelante.

Capítulo 2

Meditación diaria

Es lunes en la noche, son las once en punto.

Me dispongo a copiar textualmente, en el cuaderno que he dispuesto para ello, el manuscrito identificado con el título:

Meditación diaria

Dice así:

Afirme, en la mañana y en la noche, antes de dormir, durante veintidós días; luego, cada vez que lo desee, esta poderosa fórmula de programación mental positiva y descubra cómo, con facilidad, van ocurriendo cosas maravillosas en su vida:

MEDITACIÓN DIARIA

Afirma, en la mañana y en la noche, antes de dormir, durante veintidós días; luego, cada vez que lo desees, esta poderosa fórmula de programación mental positiva y descubre cómo, con facilidad, van ocurriendo cosas maravillosas en tu vida. Al encender la luz en la mente se ilumina la propia existencia y todo en derredor vibra al unísono y con el mismo sentimiento de felicidad y bienestar, interrelacionándose por la ley de afinidad.

1. -Entro en el nivel de mi mente psiconsciente, en el centro de control de mi piloto mental automático, donde todo va bien, siempre, contando de tres a uno: Tres, dos, uno.

Ø Ahora, estoy ya en el nivel de mi mente psiconsciente, en el centro de control de mi piloto mental automático, donde todo va bien, siempre.

Ø Voy a permanecer en el nivel de mi mente psiconsciente, en el centro de control de mi piloto mental automático, donde todo va bien, siempre, durante quince minutos y voy a programar los siguientes efectos positivos, los cuales perduran, cada vez mejor, hasta que vuelva a realizar este acceso y programación mental:

Ø Todo va bien, siempre, en todos los aspectos de mi vida, cada día mejor. (Tres veces). –Imagínalo-.

Ø Todo va bien en mi trabajo; cada día logro mejores niveles de efectividad, prosperidad, riqueza, abundancia y bienestar. (Imagínalo).

2. Formo una unidad cósmica perfecta con el Creador Universal, -ELOÍ. (Diez veces, con los ojos cerrados). Hoy se expresa en mí la Perfección universal de la Vida, del amor, de la luz, de la sabiduría, del perdón, de la percepción de la verdad, de la aceptación de la realidad, de la justicia, de la igualdad, de la compensación, de la fortaleza, de la templanza, de la belleza, del equilibrio, de la armonía, de la salud, de la prosperidad, de la riqueza, de la abundancia, del servicio y de la provisión en todos los aspectos de mi vida.

3. -Cada día, en todas formas y condiciones, mi cuerpo y mi mente funcionan mejor y mejor. La consciencia de mi conexión permanente e indisoluble con el Creador Universal, -ELOÍ-, restablece y mantiene en mí, diariamente, durante las veinticuatro horas del día, un perfecto estado de salud a nivel físico, mental, emocional y espiritual. Gracias, Creador Universal, por darme un cuerpo perfecto, saludable, lleno de energía. Aquí y ahora, me siento en perfecto equilibrio de salud, a nivel físico, mental, emocional y espiritual.

4. Afronto y resuelvo bien toda situación que me compete, siempre.

5. Todo tiene solución, en todas las situaciones de mi vida.

6. El Creador Universal, -ELOÍ-, es en mí, cada día mejor, en todos los aspectos de mi vida, fuente de amor, luz, sabiduría, éxito, riqueza, prosperidad, abundancia y armonía.

7. Permito que las leyes universales de la Vida, del amor, de la luz, de la sabiduría, del perdón, de la percepción de la verdad, de la aceptación de la realidad, de la justicia, de la igualdad, de la compensación, de la fortaleza, de la templanza, de la belleza, del equilibrio, de la armonía, de la salud, de la prosperidad, de la riqueza, de la abundancia, del servicio y de la provisión actúen bien en el plan de mi vida.

8. Tengo prosperidad y poder. Cada día enriquezco mejor mi vida a través del servicio efectivo, del amor y de la práctica de todas las virtudes.

9. Mi dignidad personal me lleva a realizar las cosas que me competen con la máxima perfección posible.

10. Cada día, en todas formas y condiciones, en todos los aspectos de mi vida, estoy mejor y mejor a nivel físico, mental, emocional, espiritual y financiero.

11. Actúo con templanza, serenidad, autodominio y perfecto equilibrio en todo. Conservo plena autonomía y control sobre todas mis facultades físicas, mentales, emocionales, intelectuales y espirituales. Hecho está. (Visualizar un escudo protector de luz que te envuelve y protege; -una pirámide-).

12. Tengo fortaleza, valor, confianza y fe suficiente para triunfar y alcanzar todas mis metas, de acuerdo con la voluntad del Creador Universal, -ELOÍ-, y en armonía con sus planes cósmicos. Soy inmune e invulnerable a las influencias y sugestiones del medio ambiente y de cualquier persona a nivel físico, mental, emocional y espiritual, en las dimensiones objetivas y subjetivas y en cualesquiera otras en que sea requerido.

13. El orden universal de la Vida, del amor, de la luz, de la sabiduría, del perdón, de la percepción de la verdad, de la aceptación de la realidad, de la justicia, de la igualdad, de la compensación, de la fortaleza, de la templanza, de la belleza, del equilibrio, de la armonía, de la salud, de la prosperidad, de la riqueza, de la abundancia, del servicio y de la provisión se establece en mi vida, en todos mis asuntos y en las personas interrelacionadas, aquí y ahora. Hecho está.

14. Asumo la responsabilidad de mis actos y cumplo bien todos mis compromisos, siempre oportunamente, de acuerdo con el orden cósmico.

15. El Creador Universal, -ELOÍ-, nos da abundancia y armonía en el eterno presente. Vivo en abundancia y en armonía perfectas, aquí, ahora y siempre.

16. El Creador Universal, -ELOÍ-, se está ocupando de todo, en todos los aspectos de mi vida, y se expresa en mí conciencia intuitiva por medio de los sentimientos en correspondencia con los valores universales.

17. Gracias, Creador Universal, -ELOÍ-, por esta vida maravillosa. Que Tu Inteligencia Infinita, Amor, Sabiduría, Justicia, Luz, y Poder Creador guíen, adecuadamente, todas mis decisiones y acciones, ahora y siempre. Gracias, Eloí, por este día maravilloso.

18. El Creador Universal, -ELOÍ-, nos proteja, aquí y en cualquier lugar, ahora y siempre. (Tres veces).

19. Siempre espero lo mejor, de acuerdo con la voluntad del Creador Universal, -ELOÍ-, y la Ley Cósmica, en armonía con todos.

20. Gracias, Creador Universal; todo va bien en todos los aspectos de mi vida, a nivel físico, mental, emocional y espiritual. Gracias, Eloí, todo va bien en mis practicas espirituales y en mi relación Contigo; Tú y yo formamos una unidad perfecta, armónica, aquí y ahora, en el eterno presente. Yo soy Tú, Tú eres yo. Te amo.

21. Voy a realizar –obtener o resolver- (mencionar), antes del: (fecha), de acuerdo al orden divino y en armonía con todos. (Si se trata de varios objetivos, anótelos y haga la afirmación y visualización con cada uno de ellos. Imagínelo concluido satisfactoriamente sin imponer canal alguno de manifestación.)

22. Tengo serenidad y calma imperturbable. Soy impasible frente a todo y a todos. No tengo temor a nada, a nadie ni de nadie en ningún nivel físico, mental, emocional, espiritual y financiero. Dentro de mí vibra la seguridad total. Tengo completa confianza en la vida y en mi propia capacidad de resolver situaciones y alcanzar los resultados satisfactorios que preciso, en cada caso, siempre.

A continuación anoté la fecha: Lunes 12 de agosto de 1967. Luego, tal como me lo indicó el Venerable hombre, anoté la fecha que correspondía veintidós días después: 03 de septiembre de 1967.

Acto seguido, me senté cómodamente, tomé tres respiraciones profundas y realicé la meditación.

Luego, cada noche, durante veintidós días, a las once en punto, me iba a mi cuarto, daba indicaciones de no ser interrumpido durante veinte minutos y realizaba la meditación del día, la cual, siempre complementaba con la lectura breve de uno de los libros de cabecera que siempre suelo tener en mi mesa de noche.

Iba notando, día a día como emergía de mi interior una nueva y desconocida fortaleza, seguridad, estado de ánimo contento, actitud más decidida, optimismo frente a la vida y a las situaciones; comencé a llevarme mejor en las relaciones con las demás personas, a ser más comedido en todo y sobre todo comenzaba a tener conciencia de cosas que antes me solían pasar desapercibidas.

Cabe destacar que, en el punto número veintiuno de la meditación, había anotado siete objetivos que desde hacía tiempo quería realizar y para mi sorpresa, treinta días después de haber terminado de efectuar la meditación del manuscrito número veintidós comencé a observar como, en forma aparentemente casual se iban manifestando la resultados de cada uno de ellos hasta que, algunos meses después, antes de la fechas previstas, los había realizado todos, menos dos, por lo cual, me senté y volví a anotar, en una hoja de mi cuaderno, otros diez objetivos, encabezados por los dos pendientes de la lista anterior, les puse la fecha tope a cada uno, antes de la cual debían ser logrados, para seguir visualizando, su logro, periódicamente.

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jueves, 11 de abril de 2013

SER REFLEXIVO: Pitágoras, dijo: -“Fórjate el hábito de regir tu conducta por la razón. Recuerda, en suma, que la desencarnación es un destino común. Por lo tanto, las riquezas, hoy buscas de adquirirlas; mañana, puedes perderlas”-.

SER REFLEXIVO

©Giuseppe Isgró C.


-Hidalgo, -dice Escudro-, el siguiente verso se refiere a la necesidad de ser reflexivo, antes de actuar; -qué opinas al respecto?
Pitágoras, dijo: -“Fórjate el hábito de regir tu conducta por la razón. Recuerda, en suma, que la desencarnación es un destino común. Por lo tanto, las riquezas, hoy buscas de adquirirlas; mañana, puedes perderlas”-.
-Este aforismo, Escudero, me recuerda el poema Sí, de Rudyard Klipling, el cual te sugiero leer, si acaso aún no lo hubieras hecho.
-Escudero, la razón es el fiel de la balanza de la justicia, cuyos dos platillos son la igualdad, -en y ante la ley-, es decir, actuamos en igualdad de condiciones en el entorno universal; y la compensación, la cual determina que  nuestras acciones deben compensar o recibir las respectivas compensaciones. Vale decir, el salario cósmico o anti-salario, según corresponda. No tiene sentido realizar actos exentos de razón por cuanto hay que pagar sus consecuencias, -nadie escapa de ello-. Es mejor realizar siembras cuya cosecha sea satisfactoria, que nos aporte beneficios a todas las partes involucradas. Escudero, al final de todo, lo que constituirá nuestra mayor riqueza será el bien que habremos hecho a los demás, por cuanto, su compensación nos acompañará, aún, en futuros ciclos de vida, así como la respectiva gratitud. Más importante, todavía, es la satisfacción, en nuestra conciencia, del bien efectuado, que permite experimentar un sentimiento de autorrealización y el desarrollo de la propia aptitud o capacidad de hacer o dejar de hacer.
Las ganancias forman parte inherente del propio servicio a la colectividad, el cual se realiza, muchas veces por asunción de una función social, aún cuando, muchas veces, no redunde en un beneficio económico. Empero, el salario cósmico, reportará tantas y tales compensaciones que, aun sin ser de orden financiero, uno no las cambiaría por ninguna cantidad por elevada que fuese, ya que le restaría el mérito que dicha acción conlleva; la compensación es una parte inherente a la acción y una consecuencia de la misma; haciendo la cosa debida, se obtiene la otra, por añadidura y equivalencia.
Al final, no obstante, los bienes materiales se quedan aquí; lo que cada quien se lleva es la experiencia, y el desarrollo personal que las propias misiones realizadas aportan como salario cósmico. El desapego de las ganancias y de las eventuales pérdidas, permiten darse cuenta de que el propio poder es igual en una u otra situación. Las circunstancias van y vienen, pero la propia autonomía y dominio personal se mantienen inalterables sean cuales fueren las condiciones exteriores. Esa inalterabilidad de estado anímico interior y la fortaleza espiritual, constituyen la verdadera riqueza.
-Hidalgo, me has hecho ver como, por encima de las situaciones exteriores, lo importante que es la propia actitud frente a ellas, tal como lo decía Epicteto, cuando expresó: -“Lo que importa no son las cosas en sí mismas, sino nuestra propia comprensión y actitud frente a ellas”-.
-Me alegro, Escudero, de que recordaras el aforismo del gran maestro estoico; se ve que ya has leído su Manual y las máximas que contienen, así como las Disertaciones de Arriano, obras que tanto apreciaba Marco Aurelio, el emperador filósofo.
-Hidalgo, -dice Escudero-, aquí tengo una copia del poema Sí…, de Rudyard Kipling, vamos a leerlo.
-Me parece bien, Escudero, léelo tú.
Acto seguido, Escudero realiza la lectura con voz clara, fuerte y vibrante, Escuchémosle:

Si….
Por Rudyard Kipling

  Si puedes llevar la cabeza sobre los hombros
  bien puesta,... cuando otros la pierden y de ello
  te culpan;
  Si puedes confiar en tí cuando todos de tí dudan, ...
  pero tomas en cuenta sus dudas;
  Si puedes esperar sin que te canse la espera,
  o soportar calumnias sin pagar con la misma
  moneda,
  o ser odiado sin dar cabida al odio, ...
  y no por eso parecer demasiado bueno o sabio;

  Si puedes soñar sin que tus sueños te dominen;
  Si puedes pensar sin que tus pensamientos sean
  tu meta;
  Si puedes habértelas con Triunfo y Desastre
  y tratar por igual a ambos de farsantes.
  Si puedes tolerar que los bribones 
  tergiversen la verdad que has expresado
  y la convierten en trampa para necios,
  o ver en ruinas la obra de tu vida
  y agacharte y reconstruirla con viejas
  herramientas;

  Si puedes hacer un atado con todas tus
  ganancias
  y arrojarlas al capricho del azar,
  y perderlas y volver a empezar desde el principio
  sin que salga de tus labios una queja;
  Si puedes poner al servicio de tus fines el corazón,
  el entusiasmo y la fortaleza, aún agotados,
  Y resistir aunque no te quede ya nada..,
  salvo la voluntad que te diga: ¨Adelante!¨.

  Si puedes dirigirte a las multitudes sin perder la
  virtud,
  y codearte con gobernantes sin perder la sencillez.
  Si no pueden herirte amigos ni enemigos;
  si todos cuentan contigo en demasía;
  si puedes llenar el implacable minuto,
  con sesenta segundos de esfuerzo denodado,
  tuya es la Tierra y cuanto en ella hay,
  y más aún, serás un hombre, hijo mío!

miércoles, 10 de abril de 2013

HONRADEZ, FRANQUEZA Y JUSTICIA: Pitágoras, dijo: -“Se irreprochable con todos y en todo; ejecuta, únicamente, actos dignos, tanto en compañía de otros como a solas. Como prioridad, ten pudor contigo, respetándote. Después, siempre, en palabras y en actos, ejercítate en la práctica de la justicia”.


 
Xenócrates, el único hombre que, en Grecia, 
al dar testimonio público, no se le pedía prestar juramento, tal era su veracidad 

HONRADEZ, FRANQUEZA Y JUSTICIA

©Giuseppe Isgró C.
Del libro: El Mago Blanco


-Hidalgo, -dice Escudero-, ahora me gustaría que comentaras el siguiente verso, el cual trata sobre la mejor manera de ser honrado, franco y justo:
-“Se irreprochable con todos y en todo; ejecuta, únicamente, actos dignos, tanto en compañía de otros como a solas. Como prioridad, ten pudor contigo, respetándote. Después, siempre, en palabras y en actos, ejercítate en la práctica de la justicia”.
Esto, me recuerda, Escudero, un antiguo aforismo de Demetrio Falereo, -orador y escritor griego del siglo IV a.n.e., mediante el cual, expresó: -“Dentro de la casa tened vergüenza de vuestros padres, fuera de ella, de todos cuanto os vean, y en la soledad téngala cada uno de sí mismo”.
La virtud de la justicia, Escudero, permite someter todos los actos al control de la voluntad, al rigor de lo que es digno tanto en relación con los demás como consigo mismo, aún estando a solas. Tal como muy bien lo concibieron los antiguos griegos, los propios actos respiran “némesis” o “recta indignación” cósmica, por cuanto existe todo un universo que los presencia. El Ser Universal, que expresa, en la propia conciencia, el sentimiento de lo justo, o de su valor opuesto, haciendo experimentar, a la persona, el efecto respectivo de advertencia coercitiva o de recriminación coactiva, según el caso, es decir, en el primero, en el instante de pensar en la realización del acto indebido; en el segundo, después de realizarlo.
-Alude, el verso, Escudero, a la sugerencia del auto-respeto, que implica una de las claves fundamentales para el desarrollo de una poderosa auto-estima, que significa la conciencia de la propia dignidad.
-En el momento en que la persona se respeta a sí misma, este sentimiento de auto-respeto le permite mantenerse dentro de un radio de acción que represente el equilibrio de la justicia, de lo digno, de lo correcto y lo ético.
-Quien se respeta a sí mismo, Escudero, también respetará a los demás, sean cuales fueren las circunstancias inherentes. Los actos que ofenden a los demás, implican que, antes, la persona se irrespetó a sí misma.
-Cuando el verso sugiere: -“Seguidamente ejercítate en practicar la justicia, en palabras y en obras”, es que, tantos las palabras como las obras, además de los pensamientos y los sentimientos, en discordancia con el valor de la justicia, crean karma para quien las realiza. La persona, en cuya práctica de todas las virtudes se ejercita, emitirá correctos pensamientos y sentimientos, pronunciará juiciosas palabras y ejecutará rectas acciones, las cuales, como semillas que generan frutos, le permitirá cosechar los resultados positivos y satisfactorios que anhela, en armonía con todos. Esto, al mismo tiempo, permite disfrutar de la tranquilidad de la propia conciencia, juez severo y testigo perenne de cada uno de sus actos y pensamientos. Es preciso recordar la agudeza jurídica del hermano Jesús de Nazareth –equiparable a Pitágoras-,  cuando expresó: -“Si has deseado, mentalmente, la mujer de tu prójimo, ya has incurrido en falta”-. Hasta los pensamientos y sentimientos no ejecutados crean karma y hacen experimentar vergüenza al pensador. Además, por la ley de atracción, ambos tejen las propias circunstancias existenciales.
Un aspecto adicional que es necesario recordarlo, Escudero, es: Todo el bien que se podía haber hecho y se deja de hacer, además de crear karma, hace experimentar vergüenza, oportunamente, a la persona objeto de la omisión, por acción coactiva de la ley cósmica en la conciencia.
-Gracias, Hidalgo, -dice Escudero-, el comentario precedente me ha hecho percibir cosas en las cuales no había pensado antes en ese grado de precisión con que actúa la ley cósmica.



TEMPLANZA: Disciplina y Autodominio. Dijo Pitágoras: -“Por lo tanto, tales cosas conozcas, y sepas, también, refrenar estas otras: El estómago, antes de todo; igualmente el sueño, el sexo y la ira”.



TEMPLANZA:
DISCIPLINA Y AUTODOMINIO

©Giuseppe Isgró C.
Del libro: El Mago Blanco


-Hidalgo, -dice Escudero-, ahora me gustaría que comentaras el siguiente verso de Pitágoras relativo a la cultura mental:
-“Por lo tanto, tales cosas conozcas, y sepas, también, refrenar estas otras: El estómago, antes de todo; igualmente el sueño, el sexo y la ira”.
El Maestro sugiere, en este verso, compenetrarse en el cumplimiento de estos preceptos, empero, antes de todo, recomienda dominar las necesidades del estómago, es decir, mantener la templanza en el comer y en el beber, como regla de sabiduría y de vida. Todo exceso debe ser evitado, ya que, a la larga, pasa factura y la persona habrá de pagar por ello. Comer y beber, moderadamente, aquellos alimentos y bebidas  que contribuyan a mantener un cuerpo y mente saludables, cumpliendo el precepto antiguo: -“que tu medicina sea tu alimento y tu alimento tu medicina”; en otras palabras, es preciso dominar todo lo que constituya gula.
Sugiere, el verso, Escudero, tener presente las necesidades del sueño, es decir, no acostarse muy tarde, debiéndose ir a dormir el mismo día en que la persona se levanta.
Es una buena costumbre, acostarse antes de la medianoche, ya que, es preciso evitar el trasnocho, para mantener el equilibrio.
-Igualmente, es una buena práctica, levantarse tan pronto se despierte, alrededor de las cinco de la mañana, lo cual permite conservar la lucidez mental durante el día y activa la voluntad de acción. La prueba lo confirma.
-También, es preciso controlar los arranques de los apetitos y de la ira. Los apetitos, que implican pasiones no convenientes, de la índole que fueren, que vayan más allá del propio control. Hay que ejercitarse en someterlas al propio dominio para ser señor de sí mismo y conductor avezado de todas las circunstancias, manteniendo el justo equilibrio en todo.  Esto no solo es posible, sino necesario como un acto de propia auto-disciplina, autodominio y expresión suprema de la templanza, una de las virtudes fundamentales. Se requiere someter los propios deseos a la práctica de lo que Sidharta Gautama, -un gran contemporáneo de Pitágoras-, denominaba el Noble Sendero Óctuple, es decir: 1) Rectas opiniones (pensamientos); 2) Rectos propósitos; 3) Rectas palabras; 4) Recta acción; 5) Rectos medios de sustentamiento de vida; 6) Recto esfuerzo; 7) Recta atención; y, 8) Recta concentración.
El cultivo de la calma imperturbable, de la impasibilidad frente a todo y a todos, la serenidad, la tolerancia, la paciencia, la fortaleza, la justicia, la prudencia, el perdón y la comprensión de las leyes universales, son prácticas necesarias para poder sobreponerse a la ira, la cual podría llevar a la persona a excederse en sus respectivos arranques y hacerle responsables de hechos u omisiones de los cuales, frente a la justicia humana y a la divina, oportunamente, debería responder, realizando las respectivas compensaciones.
Si bien el autodominio precisa disciplina, aporta incontables beneficios que motivan a ejercer un control absoluto de los propios pensamientos, sentimientos, palabras, deseos, actitudes y actos, con lo cual se somete el propio destino a la acción deliberada de la mente.
-Gracias, Hidalgo, por tu análisis, -concluye Escudero-.

lunes, 8 de abril de 2013

AMISTAD: -“De los demás, del más virtuoso, por mérito, hazte amigo; con serenas palabras y útiles acciones, sigue su ejemplo. Por leve falta no te irrites con el amigo, de acuerdo con tus fuerzas. Al lado del poder, convence la Necesidad”. (Pitágoras).


AMISTAD

©Giuseppe Isgró C.
Del libro: El Mago Blanco


-Hidalgo, -inquiere Escudero-, qué me puedes decir, ahora, sobre el siguiente verso de Pitágoras?
-“De los demás, del más virtuoso, por mérito, hazte amigo; con serenas palabras y útiles acciones, sigue su ejemplo. Por leve falta no te irrites con el amigo, de acuerdo con tus fuerzas. Al lado del poder, convence la Necesidad”.    
-Este verso, Escudero, sugiere hacerse amigo de los seres más virtuosos y prudentes, por cuanto, son quienes pueden fungir, en un momento dado, de maestros y guías. Se le puede emular, o seguir su ejemplo como paradigmas, en la oportunidad de discernir sobre la recta conducta, frente a las múltiples situaciones que se afrontan en la vida.
Luego, el cultivo de la gente virtuosa y prudente, es el medio idóneo que permite fomentar las buenas costumbres y la nobleza de carácter. Esto crea la cooperación sincera y generosa entre los seres, y constituye el terreno ideal para el desarrollo de las cualidades de la personalidad en un mejor nivel, cada día.
Es preciso, en las relaciones que desarrollamos en nuestro entorno total, a nivel personal y profesional, mantener un trato amable, cortés, digno y facilitar los actos útiles, tanto los propios como el de estimular los ajenos en beneficio de la colectividad.
El cultivo de la amistad debe ir más allá de lo que pueda significar una falta leve en personas que conforman el propio círculo. La tolerancia permitirá, al amigo que incurrió en falta leve, de rectificar y mantener un vínculo valioso, por cuanto, la amistad es uno de los valores más grandes que posee el ser humano. El afecto amistoso, una palabra de aprecio, de apoyo, de estímulo, de simpatía, son caudales que enriquecen a quienes los cultivan, recordando que la amistad comienza donde termina el abuso. Como decía Aristóteles, -“si hay amistad, no hace falta justicia”.
El aforismo sugiere de hacer todas estas cosas de acuerdo a las propias fuerzas y virtudes, recordando que lo posible se encuentra junto a lo necesario, deducido de la expresión: -“Al lado del poder, convence la Necesidad”.
Desde el momento en que se experimenta una necesidad, de la índole que fuere, es porque se está en condiciones de satisfacerla de manera adecuada, caso contrario, la necesidad habría dejado de expresarse. Toda necesidad genera, siempre, una fuerza equivalente y suficiente, capaz de facilitar el traslado, de la persona, desde el lugar en que la afronta, hasta aquel otro en el cual reside la satisfacción de la misma.
También, la necesidad, permite expresar el poder potencialmente infinito del cual está dotado el ser humano, en el respectivo grado de su manifestación, para resolverla.  
Frente a todas las situaciones de la vida, es preciso mantener una actitud de confianza, por cuanto, todo, siempre, se resuelve de la mejor manera posible, por ser ese el fin de la naturaleza de las cosas y la misma vida apoya, a cada quien, a tales efectos. Hay una condición sine que non: Que se siga adelante cuando las cosas se pongan menos fáciles.
Ese representa el instante en que la noche muda en día y se activan las fuerzas creadoras de la mente, resolviéndose las situaciones favorablemente.




FAMILIA: -“Rinde honor a tus padres, y a los más cercanos parientes”.


FAMILIA

©Giuseppe Isgró C.
Del libro: El Mago Blanco


-Hidalgo, -dice Escudero-, me gustaría que comentaras este importante tópico de Pitágoras: -“Rinde honor a tus padres, y a los más cercanos parientes”.
-Escudero, -dice Hidalgo-, la familia material es la contraparte de la espiritual de la que formamos parte, la cual es conformada por los seres encarnados, en un momento dado, y por los que, al mismo tiempo, se encuentran en la dimensión espiritual, esperando su turno. Ambos grupos, en cooperación recíproca, es decir, los unos apoyándose con los otros y viceversa. Puede darse el caso de que, paralelamente, los miembros de la familia espiritual que conformamos, se encuentren encarnados en otros países, en diversas familias. Empero, a largo plazo, integran un solo núcleo familiar con diversas vertientes y ramificaciones en la búsqueda de objetivos comunes.
La familia espiritual está integrada, en dados momentos,  por seres afines, amigos, entre quienes reina un amor profundo, una gran amistad y lazos sólidos de afinidad y admiración recíproca.
Empero, dentro del mismo núcleo familiar van entrando a formar parte quienes, por determinadas circunstancias, deben limar asperezas, compensándose, recíprocamente, deudas kármicas. En la familia se dan  las vidas que puedan adeudarse. En cualesquiera de los roles, que por etapas, nos toque representar, constituye un vehículo extraordinario para compartir una convivencia armónica, de solidaridad, de cooperación, de amor y de fraternidad.  Quien nos dio la vida, a nivel físico, puede haber sido alguien que, en un dado momento, nos haya privado de ella y que, por efecto de la ley de justicia universal, ahora le correspondió reponerla y los lazos de la sangre de madre a hijo o hija, permite que nazca  la afinidad entre ambos seres. Donde antes existía enemistad u odio, ahora se propicia la oportunidad de armonizarse y consolidar lazos afectivos que harán más agradable las relaciones entre las partes, en un futuro inmediato, facilitando la convivencia armónica, así como el apoyo mutuo y recíproco.
Por eso, hay que rendir el culto a la familia, a los padres que nos han dado la vida en este ciclo existencial,  cumpliendo con la ley universal y con los propios planes previamente establecidos en la dimensión espiritual, antes de encarnarse, bien sea por afinidad, por karma o por deber. Empero, propicia compartir una vida, ayudarse mutuamente, y las experiencias que se recaban, al final hacen percatarse de que eran las necesarias al propio nivel evolutivo. Vistas las cosas desde una perspectiva espiritual más elevada, nos permitirían darnos cuenta, de que, antes de reencarnar, nosotros mismos hemos elegido a esos seres que ahora constituyen nuestra familia y las respectivas pruebas por las cuales se va pasando en el curso de la existencia.
Con el tiempo, esos seres maravillosos que constituyen los miembros de nuestra propia familia, pese a las diferencias momentáneas que pudiesen haber, en un lapso determinado, una vez superada la etapa, se dan cuenta, desde la perspectiva espiritual, que valió la pena superarla. Eran pruebas previamente antepuestas como objetivos espirituales, para ese determinado ciclo de vida, y ahora, no hay que repetir la experiencia, constituyendo un tiempo ganado  y una prueba ya superada.
Un aforismo de la Doctrina Universal, enunciado por Joaquín Trincado, expresa: -“Quien odia tendrá que amar, y el que quita una vida, con sus besos la repondrá", además, por supuesto, de las compensaciones inherentes-.
-Escudero, el crisol alquímico en el cual se efectúa la purificación es la familia. Es preciso amar a los seres que la conforman, por cuanto, cada uno viene a compensar al otro, a ayudarse mutuamente; al final, todos saldrán favorecidos, aunque ahora no se vea ese fin ulterior.
Cada quien, dentro de la familia, aporta el medio para perfeccionar la afinidad y la armonía y muchas veces antepone las pruebas a los demás miembros y a sí, que les permitirán, a todos, evolucionar.
El bien que hagamos a nuestros padres, el respeto y amor que le profesemos, la ayuda que ahora les prestemos, oportunamente, nos la retribuirán nuestros propios descendientes, como manifestación de la ley de compensación.  Al margen de ello, nuestros padres, volverán, en un futuro próximo, a formar parte de nuestro núcleo familiar, por cuanto, la familia física se va rotando con la espiritual y los abuelos de ahora pueden ser los nietos –o biznietos- de mañana y viceversa. Damos y recibimos, recibimos y daremos a nuestra vez. La familia es maravillosa en cualesquiera formas en que la veamos y debemos honrarla, respetarla, amarla, ayudarla, generosamente, hoy por uno, mañana por otro. El vínculo afectivo, de amor, engrandece a los seres; les hace fuertes, sólidos, invulnerables, y mucho más felices.
Las pruebas en común unen a los miembros de la familia, les fortalecen y les permiten consolidar el sentimiento de unión indisoluble, de identificación, de pertenencia, de solidaridad y afecto recíproco.
Amemos a nuestros padres, honrémosles, brindémosles el cariño que se merecen, el apoyo necesario en todas sus vertientes; que ellos sientan que no han arado en el mar, al habernos dedicado tantos años de su vida durante la etapa de crecimiento. Con abnegación y amor, sacrificaron un largo tiempo en ayudarnos a emanciparnos, en educarnos, en  darnos lo mejor de su ser: su amor, su apoyo y sus sacrificios, privándose, muchas veces, de algo para sí, para dárnoslos a nosotros.
Nadie, como los padres mismos, puede saber los incontables sacrificios y acciones que han sostenido para levantar a la familia, educar a los hijos. Hay hijos que, una vez culminados sus estudios universitarios ven con menosprecio a sus progenitores por su poca instrucción u orígenes humildes. Afortunadamente, son una minoría que aún deben aprender a honrar a sus padres y reconocer que, dentro de esa faz de humildad, se encuentra una dignidad y grandeza que es preciso saber ver más allá de las apariencias.
El amor, el afecto, el sentimiento filial, cultivado y estimulado, permite honrar a los padres como una expresión de gratitud por todo lo que ellos han hecho por nosotros y que, continuarán haciendo, todavía, por cuanto, aún desde el mundo espiritual, cuando ya han pasado a mejor vida, brindarán apoyo a los hijos. El amor de los padres a los hijos es tan grande que solo encontrándose en ese rol se puede comprende tal experiencia. Los lazos afectivos perduraran en la dimensión espiritual; los Espíritus de los padres continuarán ayudando a sus seres queridos, apoyándole, inspirándole, protegiéndole, en fin, dando toda su cooperación, en cualesquiera formas que uno, a veces, ni siquiera se puede imaginar.
La familia es el núcleo en el cual se expresa el amor en todas sus vertientes y variantes y prepara para ese amor aún mayor que constituye la expresión sublime de la familia cósmica. En nuestro carácter de seres emanados del Ser Universal, todos somos miembros de la fraternidad del universo; esa es nuestra meta común: reconocernos hermanos y hermanas y velar por el bien de la humanidad toda, donde, por el respeto mutuo, cada quien aporte el mayor bien, en armonía con todos.
-Escudero, es importante destacar que dentro de la familia existen muchos roles que cumplir. Por ejemplo: además del rol de padres e hijos, y el de cónyuges, el de hermanos, el de abuelos y nietos, el de tíos y sobrinos, el de primos hermanos, en todos sus grados, y las vinculaciones por medio del parentesco político, que se mantiene aún después de que el vínculo se haya disuelto: como es el caso de los suegros, el de las nueras y el de los yernos, entre otros. También, Escudero, hay que recordar que un gran número de amigos forman parte de nuestra familia en igual o mayor grado que aquella que conformamos por vínculos sanguíneos. Esta puede estar integrada por la acción de la ley cósmica para que cada miembro vaya limando sus asperezas y nazca la correspondiente afinidad, así como para que se produzca la respectiva compensación de deudas kármicas. En cambio, los lazos afectivos con las personas amigas nacen de la afinidad y del recíproco aprecio y en la práctica, de hecho, los amigos constituyen la verdadera familia, haya o no vinculación de lazos consanguíneos.
-Hidalgo, -dice Escudero-, me has emocionado con tus comentarios sobre este punto tan hermoso.
-Gracias, Escudero.


domingo, 7 de abril de 2013

PROMESA


PROMESA

©Giuseppe Isgró C.
Del libro: El Mago Blanco

-Qué opinas, Hidalgo, del contenido del siguiente verso de Pitágoras?  –Inquirió Escudero.

–“Respeta tu promesa, y reverencia a los héroes ilustres, y a los genios, ejecutando las prácticas en uso”.

-Escudero, para los antiguos, el juramento tenía diversas acepciones, una, por ejemplo, como promesa de que cumpliría el compromiso de no revelar los secretos que le serían confiados, cuya violación, en esa época, se castigaba severamente; costumbre ésta que en diversas organizaciones de carácter esotérico aún sigue practicándose. Empero, es preciso tener cuidado sobre las clases de juramentos que le son exigidos, por cuanto algunos obligan hasta más allá del presente ciclo de vida, que el iniciando, muchas veces hace sin comprender sus alcances. Luego, a medida que va haciendo luz, en su Espíritu, se percata de que la propia independencia personal y autonomía no pueden ser comprometidas, salvo que, la propia vida virtuosa le conducirá, siempre, a realizar lo correcto, siguiendo el mejor curso de acción que las circunstancias del momento permitan en el acto de tomar las respectivas decisiones .

-Hoy en día, ya no suele hablarse de juramento y es visto con extrañeza hacer tal cosa, debiendo bastar, siempre, la propia palabra, absteniéndose de entrar en trato con quienes no les sea suficiente la garantía de la misma. Tampoco debe hacerse trato alguno con quienes se duda de su confiabilidad, para evitarse costosa experiencia. Y esta debe ser la regla: Jamás hacer trato donde existen dudas, entre las partes, por cuanto, la duda es, o una percepción intuitiva que permite conocer, en forma premonitoria, una realidad, o una expectativa negativa, cuya fuerza mental, al final, casi siempre hará que se verifique el contenido de la misma, por cuanto las expectativas, en cualesquiera de sus polaridades, positivas o negativas, suelen cumplirse.

-De igual manera, la reverencia a los héroes ilustres, por ejemplo: Hércules, Teseo, Ulises, Aquiles, Rómulo, Alejandro Magno y tantos otros que, en cada época, existen,  implica un respeto a quienes se han distinguido en las acciones heroicas y virtuosas en el desempeño de sus funciones y en representación de la Patria. Bien sea que aún vivan o que hayan pasado a mejor vida, implica un reconocimiento al mérito, y cuando, en actos públicos, se rememore sus hazañas, servirá para que las nuevas generaciones se inspiren en estos seres excelsos y emulen sus actos heroicos, como lo han hecho incontables generaciones de jóvenes griegos al emular las acciones virtuosas de los héroes homéricos, lo cual dio nacimiento a la edad de oro griega, cuyos efectos aún nos admiran, después de tanto tiempo.

-Cuando se refiere: –“y, también a los genios subterráneos: cumplirás así lo que las leyes mandan”, debe entenderse por genios subterráneos a Espíritus de grandes genios que ya forman parte de la dimensión espiritual, que, de alguna manera, en un momento dado, en su ciclo de vida terrestre, han servido de intermediarios entre la dimensión espiritual y la física de la vida, tales como Orfeo, Homero, Hesíodo, entre otros, todo lo cual, las antiguas legislaciones –y costumbres- así lo prescribían.



HONRAR


HONRAR

©Giuseppe Isgró C.
Del Libro: El Mago Blanco


      Decía Pitágoras: –“Antes, honra a los Dioses inmortales, a cada uno de acuerdo con su jerarquía”.

-Hidalgo, -inquiere Escudero-, honrar, a los Dioses inmortales, a cada uno según su respectiva jerarquía, qué significa?
-Qué acepción tenía para los antiguos, contemporáneos de Pitágoras, la expresión Dioses inmortales? Qué era un Dios inmortal para ellos, Escudero?
-Un Espíritu, Hidalgo.
-Es correcto, Escudero, los antiguos entendían como Dios al Espíritu. Cuando una persona pasaba a mejor vida, su Espíritu se transformaba en un Dios inmortal. Escudero, el Espíritu es inmortal y eterno, y los griegos, al igual que en la antigua China y en el Japón, en el Shintoismo, rendían culto a los antepasados, -tal como hoy, en el ámbito de la Doctrina Universal, se siguen sus enseñanzas.
-Los antiguos, como lo denota Homero, en sus dos grandes poemas épicos, la Ilíada y la Odisea, estaban conscientes de la intervención de los Dioses inmortales –Espíritus- en los hechos de los hombres.
-Como puede verse, en este primer aforismo, se hace hincapiés en que se debe honrar a los Dioses inmortales, a cada uno según su rango.
-Es decir, en la antigüedad estaban conscientes de los diversos niveles evolutivos de cada dios –Espíritu-, lo cual regulaba el grado de honra -credibilidad-, que había que rendírsele o tenerle. Les era conocido, también, su interrelación en los hechos de los hombres.
-Podríamos mencionar, que, en primer lugar, cada ser debería sintonizarse, mental y espiritualmente, con sus respectivos guías y protectores. Cómo es bien conocido, se tiene asignado un guía y un protector espiritual y a su vez, cada quien es guía y protector de alguien; por lo cual, es preciso armonizarse, haciéndose receptivo a sus efluvios protectores e inspiraciones. Luego, es necesario meditar en los dichos de los diversos maestros cuya enseñanza permite sintonizarnos con ese grado de elevación, lo cual sirve como guía e inspiración a la vez.
-Empero, es preciso, paralelamente, ir a la fuente universal, es decir, sintonizarse con el Ser Universal y meditar, cada día, en la mañana y en la noche, en Él y en su atributos divinos, -valores universales-.
-Centrando la atención en el Ser Universal y en sus atributos divinos, se expande la conciencia y comienza a fluir la sabiduría de los valores universales como practica de todas las virtudes, y el poder creador potencialmente infinito con que ha sido dotado el ser humano, aspecto éste, que analizaremos a fondo, cuando en una jornada aparte, nos ocupemos de ello.
-Escudero, -dijo Hidalgo-, te sugiero un ejercicio que te permitirá centrar la atención en el Ser Universal, así como expandir tu conciencia perceptiva en relación a Él y canalizar su flujo de poder, luz, armonía, amor y sabiduría de los atributos divinos.
-Cuál es, Hidalgo? -Responde Escudero-.
-Escudero, los maestros sufíes lo denominan: “El constante recuerdo del nombre de Dios”, el Dzikr. Repite, en la mañana, al levantarte, y en la noche, antes de dormir, -y durante el día cuando lo precises-, mil veces, el nombre de Dios: Eloí, Allah, u otro; el que tú quieras, siempre que sea uno relativo al Creador Universal, o ésta última denominación, si la prefieres.
-Lo practicaré a partir de hoy mismo, Hidalgo, pese a que, en principio, pareciera requerir de una férrea, y exigente, disciplina  espiritual, -dice Escudero-.
-Escudero, desde la primera vez en que lo hagas, querrás repetir el nombre de Dios 1.500 veces, por lo menos, cuando experimentes los efectos de su práctica.



sábado, 6 de abril de 2013

LOS VERSOS DE ORO PITÁGORICOS


LOS VERSOS DE ORO PITÁGORICOS
Versión castellana de: Giuseppe Isgró C.


PREPARACIÓN:


I.   La practica espiritual:
Antes, honra a los Dioses -Espíritus- inmortales, de acuerdo con su jerarquía.

II.   –“Respeta tu promesa, y reverencia a los héroes ilustes, y a los genios, ejecutando las prácticas en uso”.

PURIFICACIÓN:

III.   El culto a la familia:
Rinde honor a tus padres, y a los más cercanos parientes.

IV.   El culto de la amistad:
De los demás, del más virtuoso, por mérito, hazte amigo; con serenas palabras y útiles acciones, sigue su ejemplo. Por leve falta no te irrites con el amigo, de acuerdo con tus fuerzas. Al lado del poder, convence la Necesidad.   

V.   La cultura personal.
 A: La cultura mental:
Por lo tanto, tales cosas conozcas, y sepas, también, refrenar estas otras: El estomago, antes de todo; igualmente el sueño, el sexo y la ira.

VI.   Ser honrado, franco y justo:
Se irreprochable con todos y en todo; ejecuta, únicamente, actos dignos, tanto en compañía de otros como a solas. Como prioridad, ten pudor contigo, respetándote. Después, siempre, en palabras y en actos, ejercítate en la práctica de la justicia.

VII.   Ser reflexivo:
VIII.   -“Fórjate el hábito de regir tu conducta por la razón. Recuerda, en suma, que la desencarnación es un destino común. Por lo tanto, las riquezas, hoy buscas de adquirirlas; mañana, puedes perderlas”-.

IX.   Trabajar con toda confianza:
Cuantos, por acción de la ley cósmica, experimentan pruebas adversas. Las que a ti te correspondan, sopórtalas con calma, sosegadamente. Superarlas, satisfactoriamente, sí, te conviene, con toda tu potencia creadora. Piensa, que, después de todo, a la gente buena no son tantas las adversidades que les toca afrontar.

X.   Ser tolerante y paciente:
Discursos varios oirás, con frecuencia, unos con nobles contenidos, otros indignos; tú, no permitas que los unos te turben, ni de los otros te vuelvas para no oirlos. Y si una mentira es dicha, sopórtala con calma.

XI.   Crearse un juicio sano y firme:
En todo cumple cuanto ahora te digo. Ni uno, con palabras u obras, te induzca jamás a decir o a hacer cosa alguna que después no resulte lo mejor para ti. Antes de actuar, reflexiona, para no cometer errores; que actuar o hablar con discernimiento es de gente prudente.

XII.   Estar prevenido:
Pero, tú las cosas harás, que después no te perjudiquen.

XIII.   Aprende lo que es necesario:
Ni una cosa, harás, por lo tanto, en la cual, tú, experiencia no tengas. Empero, cuanto, en verdad, te sea necesario, aprende, y vida agradable tendrás.

XIV.   La cultura personal.
B: Seguir un régimen puro y fisiológico.
 Hacer ejercicio.
Es preciso ocuparse de la higiene del cuerpo; pero en las bebidas, en los alimentos y en el ejercicio, la justa medida observa. Recuerda, utiliza el sentido de la justa medida en todo; que nada te proporcione perjuicio.

XV.   Ser reservado:
Por lo tanto, habitúate a una vida sana, sin molicie; abstente en realizar todo acto que suscite envidia.

XVI.   Ser ponderado:
De esta manera, más de lo necesario no gastes, como hacen quienes ignoran lo que es la honradez; pero, no por ello dejes de ser generoso: La justa medida en todo, es en verdad, la virtud de la nobleza. No hagas, en resumen, lo que pueda dañarte, y pondera bien las cosas antes de actuar.

PERFECCIÓN:

XVII.   Los medios de perfeccionamiento.
Antes de todo, tan pronto como despiertes, aprovecha  para elevar tu Espíritu; enseguida ocúpate de cuanto en ese día quieres hacer”-.

XVIII.   Examen de sí mismo:
Antes de dormirte, cada noche, por mucho cansancio que tengas, tres veces examina cada uno de tus actos:
·       –“Dónde he estado?”
·       –“Qué he realizado?”
·       –“Cuál obligación dejé de cumplir?”
Partiendo desde el inicio, recorre, también, el después del después. Has incurrido en bajezas? Recríminate! Has realizado justas acciones? Alégrate. De las primeras, proponte enmendarte; estas últimas, tenlas como modelo a seguir, con fervor. Esto es lo que a ti te pondrá en la horma de la virtud divina.

XIX.   La meditación. La fe. La vida virtuosa. La ciencia del Universo.
Sí, sí: Por Aquel que a nuestros Espíritus ha transmitido la Tetratkis, fuente de la eterna-fluente Naturaleza. Esto es lo que hay que hacer. Estas cosas hay que empeñarse en practicar, y amar. Por ellas ingresarás en la divina senda de la perfección.

XX.   La oración:
Pero, al cumplimiento de la obra cíñete, tú, no sin antes solicitar asistencia a los Espíritus protectores que la conduzcan a la perfección.

XXI.   La iniciación:
Conocerás el orden divino que rige a los Espíritus, a los seres humanos y a todas las cosas, y percibirás la unidad que penetra la obra toda. Entonces, sabrás que la Naturaleza es una e idéntica en todas partes; a no esperar lo inesperable, y, a no dejar nada sin explicación.

XXII.   La clarividencia:
Sabrás, que los seres humanos soportan pruebas por ellos mismos generadas. Insensatos: A su lado se encuentra el bien, y no lo ven, ni lo oyen; y, también, la liberación de los males la descubren pocos. Tal es la condición que opaca el juicio a los humanos! Son desplazados de un lado para otro, como lo hacen las infantiles cuentas, después de incesantes sacudidas. La discordia es su natural y triste compañera, a la que no hay que provocar, sino cederle el paso y huir de ella.

XXIII.   La verdad oculta:
Oh, Dios! De cuántos males librarías a los humanos, si tan solo te dignases en desvelarles a que daimón obedecen! Pero, tú, ten confianza. El origen de los seres humanos es divino. La Naturaleza le va abriendo el acceso a las arcanas virtudes, que ella misma les explica.

XXIV.   La recompensa.  La sabiduría:
Si de ellos en ti hay algo, verás hasta allí, donde te exhorto, reintegrado y silente, y con el Espíritu inmune de todo mal. Pero, deja los alimentos que te prohibí, en los días en que, en hacer puro y libre el Espíritu buscas. Observa, discierne y valúa todo, y a la Inteligencia soberana erige en auriga de lo Alto. De esta manera, dejando el cuerpo, en el eter, libre, irás, como Espíritu divino e inmortal; no más vulnerable serás.