miércoles, 5 de junio de 2013

EN EL NUEVO CONTRATO SOCIAL



EN EL NUEVO CONTRATO SOCIAL

©Giuseppe Isgró C.



Es importante preguntarse: con la expiación de la culpa es suficiente? Igual planteamiento es preciso hacerse en el Derecho positivo con los delitos penales, ya que, en los de orden civil, la legislación vigente, les otorga, a las personas, las acciones pertinentes para que les sea resarcido el perjuicio recibido.

En el Derecho Penal, al ser condenada, la persona, a la pena inherente, de acuerdo a la normativa vigente, por el Estado, pese a que, siempre, quien resulte afectado, tiene, paralelamente, la posibilidad de ejercer las acciones civiles pertinentes, pero, en las mayoría de los veces, y de los casos, si quien incurrió en el acto indebido se encuentra recluido mientras transcurra el lapso inherente a la pena, todo recurso para resarcirse queda infructuoso; además, hay daños irreparables, como el de la vida humana, o determinados tipos de lesiones de efectos irreversibles.

Entonces, en esos casos, con pagar la pena que le impone el Estado, mediante la legislación vigente en el ámbito del Derecho Penal, el daño que la persona en particular reciba, queda impune, pese al castigo que le es aplicado por el Derecho Positivo?

Esta es una laguna que existe, en la actualidad, en el Derecho Positivo, en el ámbito Penal, que habrá que ser corregida, en lo posible, en el futuro, sobre todo en aquellos daños susceptibles de ser resarcidos en el ámbito económico o de otra índole. Por supuesto, en esos casos, el Estado, en el Nuevo Contrato Social, tendrá a su cargo, efectuar esa compensación, pero, tomando las medidas preventivas, mediante la EDUCACIÓN y otros tipos de previsiones que corrijan, en la sociedad, desde sus orígenes, las condiciones sociales inherentes que fungen de causas para los respectivos delitos penales.

Aquí, viene ahora, la pregunta clave: En los casos en que ni la persona ni el Estado, por la índole del acto indebido, puedan resarcir el perjuicio en cuestión, y pese a que la persona pague la pena inherente impuesta por el Estado, por la que la persona estará privada de su libertad física por determinado número de años, con eso, la persona queda, ya, libre de responsabilidad y no debe nada más?

En el Derecho Positivo, en la rama penal, es así. La persona cumple su pena, recupera su libertad, y nadie le puede reclamar ni civil ni penalmente, algo más, excepto aquellos daños que por las acciones civiles inherentes no hayan, aún, prescrito; y que, de todas maneras, una persona reducida a ese estado, tampoco estará en condiciones, en las mayorías de los casos, de afrontar, honrando las obligaciones que correspondan.

Si la persona en cuestión, al igual que en la legislación humana quedara impune, pese a la pena impuesta por el Estado, habría un acto de injusticia y de falta de compensación, que dejaría un vacío. Pero, esa laguna, realmente existe en la Justicia Divina?

Por supuesto que no. Quien produjo un daño material o  moral, con consecuencias penales, cuya reparación del mismo, en la dimensión física resulte imposible de resarcir, por la legislación vigente y por la índole del daño efectuado, por la ley divina, se activa el mecanismo, donde la persona infractora, además de solicitar una nueva existencia mediante la cual adquiera el aprendizaje inherente pasando por las pruebas que le hagan experimentar lo mismo que él, o ella, hizo a otros, simultáneamente, pasará por las circunstancias de vida mediante las cuales compensará los perjuicios que en la vida anterior ocasionó.

Por ejemplo: Si privó de la vida a alguien, ahora la repone, y aquel ser, víctima de su acción indebida, nacerá como hijo o hija. Si privó de sus bienes a algunas personas, probablemente, ahora, las tenga, también, como hijos, que heredarán bienes que compensen, en forma justa, el perjuicio anterior.

Las variantes, por supuesto, son inmensas, pero, en la justicia divina, no queda ningún acto sin su correspondiente compensación, de la índole que fuere.

Por otra parte, es el mismo Espíritu, además de la acción de la ley cósmica, que, en líneas generales, solicita la oportunidad, mediante una o más existencias, según la magnitud del caso, de, al mismo tiempo de pasar por análogas experiencias, como aprendizaje, compensar el daño efectuado, en la forma que corresponda a cada caso.

martes, 4 de junio de 2013

LA VERDAD UNIVERSAL



LA VERDAD UNIVERSAL

©Giuseppe Isgró C.



Ningún camino es excluyente de los demás; todos conducen al centro, al igual que los rayos de una rueda, se encuentran conectados al centro, a la fuente, al núcleo, al UNO, y todos conforman la RUEDA UNIVERSAL, con el signo más representando la eterna polarización, recorriendo el camino en la espiral evolutiva de la Creación.
La Doctrina Universal está conformada por todas las corrientes de pensamiento, y por todo el bagaje evolutivo alcanzado por todos los seres, en el planeta tierra, y en todos los mundos del universo.
Pero, a toda la Doctrina Universal actual, hay que agregar toda la que, en la eternidad, los seres, a nivel universal, es decir, en todos los mundos actuales del universo,  y en todos aquellos que habrán de ser formados en la eternidad futura, habrán de desarrollar sin límites algunos. Por encima de la Doctrina Universal se encuentra la VERDAD UNIVERSAL, representada por la LEY CÓSMICA, y ésta, a su vez, está conformada por todas las leyes auxiliares existentes en todos los ámbitos de la vida universal, en todas las dimensiones, variantes y vertientes, en los niveles que van del cero grado al infinito, sin límites de ninguna naturaleza, en el espacio y en el tiempo: en la inmensidad y en la eternidad, en tiempo presente, siempre.
Cada una de las leyes cósmicas, se encuentra sustentada por su respectivo valor universal, que corresponde a cada uno de los atributos divinos del Creador Universal, con doble polaridad positiva-negativa.
De esta polaridad, es de donde nace la eterna polarización, es decir, el paso de un estado evolutivo a otro más avanzado, en un proceso eterno.
Tan pronto se alcanza un grado, que constituía la polaridad positiva, en relación al anterior, que era el punto de partida, se transforma en negativa en relación con la nueva meta que percibe, y que oportunamente, alcanzará.
De manera que, lo que existe a nivel universal, es la VERDAD UNIVERSAL TOTAL, la representada por la Doctrina Universal, hasta un momento dado, más la que eternamente se conquistará, sin límites algunos, como fue, ya, dicho. Por lo cual, es intrascendente la denominación que se le de a la percepción parcial de la verdad universal: es un grado de la VERDAD UNIVERSAL.
Es preciso hablar de Doctrina Universal que engloba a todo el conocimiento acumulado. Es oportuno recordar que los seres en los demás reinos naturales, además del humano, es decir: animal, vegetal y mineral, contienen un conocimiento que forma parte de la Doctrina Universal y de la Verdad Universal, que es preciso tener presente, ya que, cada uno de los Espíritus de los cuatro reinos naturales, realiza una labor en la gran obra, y todos conforman una UNIDAD, y en cada uno se encuentra un conocimiento acumulado, y otro por desarrollar, en el eterno presente.
Todos esos valores universales, que conforman los atributos divinos del Creador Universal, soportes de las leyes auxiliares y de la Ley Cósmica, se encuentran impresos en la CONCIENCIA DEL SER UNIVERSAL.
Siendo cada Espíritu, en los cuatro reinos naturales, una emanación a la CONCIENCIA INDIVIDUAL, en un momento dado, y conformado de la misma naturaleza espiritual del Creador, con sus mismos atributos divinos (valores Universales), impresos en su conciencia, y siendo la conciencia de cada ser, una réplica de la del Creador, ÉL, en esa perfecta UNIDAD de la RUEDA UNIVERSAL (el Círculo y el Signo Más), se comunica, con cada ser, por el lenguaje de los sentimientos equivalentes a los valores universales, dentro de la conciencia, donde inspira el conocimiento y la FUERZA FUNDAMENTAL.
Cada ser, sin importar su ubicación en la escala evolutiva, se encuentra conectado con la fuente, al igual que el rayo de la Rueda con el Centro, formando, cada ser, una unidad con el CREADOR, -EL CENTRO DE LA RUEDA- y con el Todo, los demás seres que la conforman, donde, cada quien, es el caminante, (el ser individual), el camino que conduce a la fuente (el rayo de la rueda, formado por cada ser en los cuatro reinos), y la FUENTE, conformada por el CENTRO, el SER UNIVERSAL. Es allí, que el ser individual percibe que él es, también, la fuente: el Creador, formando una unidad perfecta e indisoluble con Él.

lunes, 3 de junio de 2013

SUMA EXISTENCIAL


SUMA EXISTENCIAL

©Giuseppe Isgró C.


Dentro de la conciencia de cada ser existe una hoja de vida que representa el equivalente a una hoja de cálculo electrónica, en la cual cada registro suma, resta, divide y/o multiplica cantidades que, en forma automática, afectan el saldo total.
 En cada persona, ese saldo representa la SUMA EXISTENCIAL, el gran total de vida. El programa que rige el proceso, desde cada asiento hasta el resultado final, está basado en las leyes de afinidad, de justicia, de igualdad y de compensación.
Es decir, cada acto es pesado en la balanza de la justicia, cuyos platillos son la ley de igualdad y la de compensación. Todos los seres son iguales en la ley y ante ella; cada acto es pesado, y compensado, en la respectiva polaridad positiva o negativa: o suma o resta, en el saldo existencial.
El resultado, es decir, la suma existencial, otorga un poder de acción o de pasividad, y de acuerdo al respectivo saldo es ubicado, o reubicado, cada ser, en el orden que le corresponda, del cero al infinito. De manera, que, es un proceso automático e instantáneo.

EL ANHELO Y LA EXPRESIÓN DE SER, DE DIOS


EL ANHELO Y LA EXPRESIÓN DE SER, 
DE DIOS


©Giuseppe Isgró C.


Cada ser, en los cuatro reinos naturales, emana del Creador Universal, como un instrumento de su voluntad.
El uno es anhelo de ser y ley cósmica; el otro, es la expresión de ese anhelo, en el cumplimiento de esa ley cósmica, para realizar la gran obra de la Creación.
No solamente se ocupa del ser humano; lo hace con cada uno de los seres en los demás reinos naturales, incluyendo el mineral.
Quién dijo que es pequeño el ser humano? Es una emanación de la misma naturaleza espiritual del Creador, dotado de sus mismos atributos y de un poder creador, con infinita potencialidad, tanto en percepción como en acción, en el eterno ahora.
Se conoce el ser humano a sí mismo para percibir su grandeza? Si se conociese, no pensaría que es pequeño. Es tal como emanó del Creador y con una misión y un plan, que es el plan de Él. No es poca cosa ni de poco peso. Teniendo el ser humano una conciencia que es la réplica de la de Él, en ella están encerrados los atributos divinos, equivalentes a cada valor universal, y por medio de los sentimientos análogos a cada valor, Él se expresa en la conciencia de cada ser, en los cuatro reinos naturales, con el conocimiento oportuno del qué, del cómo, del quién, del cuándo, del cuánto, del dónde y del por qué, y con la energía creadora, que le impulsa o le frena, según las circunstancias.
Por medio de la ley cósmica impresa en la conciencia del ser, Él realiza la gran obra universal en perfecta coordinación con cada ser.

domingo, 2 de junio de 2013

DIOS: LA PRIMERA GRAN VERTIENTE


DIOS: 
LA PRIMERA GRAN VERTIENTE


©Giuseppee Isgró C.



Cuando leemos la relación del Viaje que efectuó Hipolite León Denizard Rivail, por Francia, en el siglo XIX, admirados observamos que él mismo, sorprendido, veía como en ciudades en donde el año anterior había cien estudiantes de la Doctrina,  en el siguiente encontraba varios miles.
Es preciso apreciar la inmensa labor divulgativa realizada por el Codificador de la Doctrina Espírita.
Hoy en día, quisiéramos que la proyección de la sabiduría de la Doctrina Universal –todas las corrientes válidas de pensamiento- alcanzara cada vez mayor número de personas para vivificar sus vidas y darle un sentido existencial acorde con sus elevados principios.
Empero, a través del tiempo, se ha creado un cierto prejuicio en torno a gran número de corrientes de pensamiento que son portadoras de profundos conocimientos que, en conjunto, harían más fructífera la vida en sociedad.
Entonces, surge una pregunta obligada: -¿De qué manera podemos llegar a mayor número de personas en la difusión de la Verdad Universal?
¿Qué temas despiertan interés en el grueso de la humanidad por cuyo intermedio podamos transmitirles, sin crear resistencia, los principios de la doctrina universal?
He aquí algunas reflexiones sobre las cuales viene meditando durante algún tiempo el autor y que, de alguna manera, ha puesto en práctica durante más de cuarenta años en que ha sido columnista en diversos diarios y en todas sus obras publicadas e inéditas.
Algunas preguntas esenciales que cabría hacerse, son: -¿Tiene la gente interés en conocer la Cábala, el Sufismo, el Taoismo, el Budismo Zen, el Espiritismo, la Teosofía, la Masonería, o cualquier otra denominación o corriente filosófica?
Sin duda alguna, existe un cierto número de personas que se avoca, cada día más, al estudio de alguna corriente de pensamiento tradicional, o novedosa, de las que conforman la Doctrina Universal. También es cierto que muchas de ellas precisan permanecer en el camino percibiendo más allá de las apariencias.
-¿Cuál es, realmente, nuestro interés al divulgar la doctrina universal?
-¿Es, acaso, difundir la denominación de una determinada corriente de pensamiento o las enseñanzas que contiene? ¿O, ambas cosas a la vez?
Aquí encontramos un aspecto de profundo interés, que quizá podría ayudarnos en nuestra labor divulgativa.
Es posible que a unas pocas personas no les interese la Cábala, el Sufismo, el Taoismo, el Budismo Zen, el Espiritismo, la Teosofía, la Masonería ni otra doctrina filosófica, pese a ser fuentes esenciales en las que centran su atención cada día mayor número de personas. Entonces, -¿en qué temas sí tendrían interés de profundizar conocimientos?
Lo que parecería ser cierto es que, todas las personas, en mayor o menor grado, tienen interés, en alguna de las once grandes vertientes debidamente reseñadas en el artículo ONCE VERTIENTES, publicado en este Blog, y que constituyó el tema de nuestra conferencia en Torremolinos, España, en marzo del 2010.

LA PRIMERA GRAN VERTIENTE, ES:

La espiritualidad directa, centrada en el Creador Universal, sin intermediarios.

1. En primer lugar, el desarrollo de una mayor conciencia del Creador Universal, con una perspectiva cósmica, mediante la cual cada ser Le perciba como fuente de vida de la cual ha emanado, en un momento dado, a la conciencia individual, sin dejar de ser Él, y sin separarse de Él.

2. Igualmente, el inmortal espíritu que anima al ser humano es una emanación del Creador, constituido de la misma naturaleza espiritual y de que forma una unidad perfecta e indisoluble con Él.

3. Un mayor conocimiento de los atributos divinos, -equivalentes a los valores universales- que son los mismos del ser humano, potencialmente hablando.

4. La práctica de una espiritualidad directa centrada en el Creador, sin intermediarios, adquiriendo conciencia de la conexión divina, y permanente, con Él, fuente del poder creador y de la sabiduría de los valores universales.

5. La meditación en Él y sus atributos divinos –valores universales-.

6. La práctica de lo que los sufíes  denominan el dzikr, el constante recuerdo de Él, en una sintonía espiritual permanente con la fuente universal. Repetir mil veces, o más, al día, el nombre del Creador Universal: Eloí, Alá, u otro.

7. La percepción de la UNICIDAD del Creador Universal.

8. Práctica de la conexión espiritual con el Creador Universal: 

Afirma, en la mañana, a mediodía y en la noche, o en cualquier momento en que precises fortalecer tu serenidad:


· Entro en conexión espiritual con el creador universal, contando de cuatro a uno: 4 – 3 - 2 - 1.

· Ahora estoy ya en conexión espiritual con el Creador Universal.

· Formo una unidad cósmica  perfecta con el Creador Universal.


Repetir, meditando en ello: Él es yo; yo soy Él; soy –y represento-, todo lo que Él es. (Cuatro veces).

Con los ojos abiertos o cerrados, al repetir la convención mental anterior, hazlo centrando la atención en la cabeza, en el punto donde nace el remolino de pelo. Al terminar, da por hecho que has efectuado la conexión.

Recuerda lo que la ley cósmica expresa al respecto: 

-Donde centras la atención se expande la conciencia y el poder creador potencialmente infinito. En el primer caso percibes la realidad. En el segundo, se activan la fuerza de empuje y la de bloqueo que permiten hacer la cosa correcta, en el lugar preciso, en el momento oportuno.


sábado, 1 de junio de 2013

REFLEJOS DEL HOMBRE


REFLEJOS DEL HOMBRE
16 de abril de 1970

©Giuseppe Isgró Cattafi


La existencia es un acontecer continuo de actos. Esos actos demuestran que la vida es una realidad. Son las obras realizadas las que demuestran que hemos vivido. Por medio de ellas nos perpetuamos a través de la eternidad. Son asimismo el reflejo de lo sublime o de lo nefasto, según nuestro estado evolutivo.
En la naturaleza todo es bello, todo es sublime y grandioso. Lo malo, lo pernicioso no es sino un tránsito, durante el cual el ser humano rehúsa ver la realidad. Cierra los oídos a la musical armonía del infinito. La fealdad no existe sino cuando el ser yace estancado.
En el Universo todo es grandeza, y el hombre la máxima expresión. Los problemas humanos no son sino una trasgresión a las leyes naturales. En la realidad no son tales, sino el medio por el cual el hombre efectúa la superación evolutiva de su ser. Son etapas en que trabaja para armonizar su condición antagónica con las leyes que les rigen. Paralelamente avanza en experiencias que le han de llevar a un más allá en conocimientos y evolución.
El hombre es un eje del eterno progreso; como tal se perpetúa en la transformación de las formas de la creación y al mismo tiempo se transforma a sí mismo, cambia de ignorante a sabio, hasta hacerse maestro de la creación. Esto lo comprendemos, claramente, en aquellas palabras que revelaran a Abraham el mandato del Creador, que dicen: -“Id hijos míos y acrecentad la Creación y cuando seáis sabios volved a mí que siempre os espero”-.
Nada resiste la fuerza creativa y la sabiduría del hombre. Pero él ha de ser un estudiante asiduo y sincero.
Ha de estar vigilante para no descuidar la marcha continua del progreso en el ritmo armonioso que dictan las leyes naturales.
El hombre, como expresión máximo de lo sublime, de lo infinito, ha de efectuar en su existencia el desarrollo del ideal Universal, para alcanzar la solidaridad de su ser con la inmensidad del Universo, y en él con sus semejantes.
Armonía y estudio, amor y trabajo, sinceridad y constancia, nos llevarán a la realización de la gran misión del hombre.



Publicado  en la Prensa, el 16 de abril de 1970.

LOS SENTIMIENTOS Y LAS NECESIDADES

LOS SENTIMIENTOS Y LAS NECESIDADES

©Giuseppe Isgró Cattafi


El ser humano está dotado, por dos elementos claves, que son: los sentimientos y las necesidades. Ambos expresan el conocimiento y la fuerza, en ambas polaridades.
El conocimiento es expresado por el lenguaje de los sentimientos análogos a los valores universales, dentro de la conciencia, como guía de los pensamientos, de las palabras y de los actos. Los valores, por ejemplos, son: el amor, la afinidad, la justicia, la igualdad, la compensación, la reciprocidad, la fortaleza, la templanza, la belleza, la tolerancia, la solidaridad, la paciencia, la confianza, entre otros. Son de doble polaridad, y se expresan como valores en sí o antivalores, es decir: sentimientos de justicia o de injusticia, de belleza o de fealdad, de fortaleza o de debilidad, de confianza o de desconfianza, etcétera. Al mismo tiempo, manifiestan conocimiento y fuerza; la fuerza es el fervor o grado de pasión, que tiene unos parámetros positivos y otros negativos, en base a los cuales se derivan sus efectos equivalentes: buenos o lo contrario. Los valores universales constituyen en el ser humano, los atributos divinos, que no son otra cosa que los sentidos cósmicos o espirituales, que le sirven para percibir la realidad integral y guiar su conducta en todos los ámbitos existenciales regidos por la ley cósmica.
Las necesidades, a su vez, constituyen el mecanismo que manifiestan, en la vida de la persona, el grado equivalente de poder creador a la necesidad experimentada, para ayudarle a satisfacerla.
Es decir, el ser humano se encuentra dotado de un poder potencialmente infinito, el cual, únicamente, puede expresar por medio de las necesidades que va experimentando en la vida, en la escala jerárquica estructurada por Abraham Maslow, es decir: necesidades básicas, de seguridad, sociales o afectivas, de estimación, propia o ajena, y de autorrealización, además de ellas, la necesidad de conexión con la Divinidad.
Cada necesidad expresa el grado equivalente del poder creador del cual está dotado para satisfacerla. Luego, el qué, el cómo, el cuándo, el dónde, el quién, el cuánto y el porqué, la persona lo percibe en una triple vertiente:
1) Por su capacidad de razonamiento, utilizando la lógica inductiva y deductiva;
2) La percepción intuitiva y la inspiración;
3) La guía de los valores universales, mediante los sentimientos equivales expresados en la conciencia humana, réplica exacta de la del Creador; y,
4) Los deseos en todas sus vertientes, que trascienden la satisfacción básica de las necesidades. La razón, la intuición, la inspiración, los valores, y sus sentimientos inherentes,  las necesidades y los deseos, cada quien a su manera, rigen sobre la voluntad, ésta sobre los pensamientos, las palabras y los actos, y los actos sobre los resultados.
La pasión, el fervor y el entusiasmo, constituyen fuerzas expresadas dentro del ser, en la conciencia; sus etapas de desarrollo pasan por los niveles de: la curiosidad, el interés, el conocimiento, la convicción, el entusiasmo y la determinación. Canalizan las propias fuerzas, más las que expresa el Creador, por el lenguaje de los sentimientos en la conciencia, y la fuerza de empuje y la de bloqueo; pero, además, expresan la inspiración de conocimientos y de fuerzas desde la dimensión espiritual, de los Espíritus.
Estos inspiran, por el pensamiento dentro del pensamiento, ideas con las cuales la persona siente afinidad, generándole un impulso en ambas vertientes, positiva-negativa, según la índole del Espíritu inspirador, más la energía inherente a tales realizaciones.
En ambos casos, cada persona posee el libre albedrío y puede decidir seguir o no la inspiración, y si se mantiene firme, prevalece la voluntad de la persona en particular, si logra superar la tentación y escucha la voz de su conciencia, quien siempre le indicará qué hacer o que dejar de hacer, cuando y porqué. Los antiguos denominaban al entusiasmo: -“Dios dentro de sí”.
En la acepción de los antiguos, Dios significaba Espíritu. En conclusión: siempre que una persona decida seguir o dejar de hacerlo, cualquier inspiración, los entes inspiradores, respetarán dicha decisión.

viernes, 31 de mayo de 2013

PASIÓN, FERVOR Y ENTUSIASMO

Miguel Ángel

PASIÓN, FERVOR Y ENTUSIASMO

©Giuseppe Isgró C.


La pasión es un grado de fervor que excede el punto del equilibrio, o un sentimiento expresado en la conciencia en polaridad negativa y que, manifestado, luego, en pensamientos, palabras y actos, crea consecuencias de las cuales se ha de responder.
Empero, el fervor positivo, que denota el entusiasmo que la persona experimenta hacia la obra que realiza, además de la convicción implícita que contiene, transforma a la persona en incansable hasta alcanzar la perfección de la misma o la culminación de su ideal.
La pasión en su polaridad positiva es el artífice de las obras maestras de que disfruta la humanidad, así como de las innovaciones e invenciones del ingenio humano.
El entusiasmo se puede desarrollar por la curiosidad, que induce a una búsqueda constante; por el interés, que centra la atención en un área particular, expandiendo la conciencia y el poder creador. 

La expansión de la conciencia y del poder creador permite un conocimiento más profundo sobre el tema del propio interés.

 Un conocimiento más profundo, que trascienda lo normal, o mínimo esencial, se transforma en convicción, y ésta se expresa por medio del entusiasmo.

 Ese conocimiento amplio que se alcanza sobre un determinado tema, o realidad, generalmente contempla una percepción objetiva y otra subjetiva. La subjetiva puede serlo por intuición o por inspiración. 

El conocimiento subjetivo obtenido por intuición, o inspiración, trasciende el obtenido a través de los cinco sentidos, y por la capacidad de razonamiento por medio de la lógica inductiva y deductiva y permite una visión más amplia, profunda y real de las cosas. 

El entusiasmo y la inspiración cumplen roles semejantes, o análogos. El entusiasmo significa, etimologicamente, "Dios dentro de sí". 

La inspiración se efectúa por la comunicación de un pensamiento por el pensamiento, o de un sentimiento dentro de la conciencia. 

El pensamiento dentro del pensamiento, aporta el conocimiento subjetivo, y puede ser inspirado por Espíritus que forman parte de la dimensión espiritual, y por encarnados, en desdoblamiento, o proyección espiritual. El sentimiento de un valor universal inherente, como el amor, la justicia, la fortaleza, la templanza, la belleza, la compasión, entre otros, es inspirado por Dios dentro de la conciencia. Se transforma en convicción; ésta en entusiasmo o pasión positiva, y el entusiasmo o la pasión positiva, en un poder creador que convierte a la persona en incansable hasta conseguir lo que para todos parecía imposible, y la perfección en todo cuanto hace. 

El conocimiento por intuición es el obtenido por la percepción del propio espíritu en proyección espiritual, o desdoblamiento, que le permite trasladarse al lugar en que se encuentra lo que precisa conocer, bien sea que se encuentre en un lugar físico, o en el propio archivo espiritual, en el alma, o en el archivo espiritual de cualquier ser, encarnado o desencarnado, en este planeta, o en cualquier planeta del universo. En esta proyección espiritual, el espíritu puede llegar hasta donde su nivel evolutivo, estado de conciencia y autoridad moral se lo permitan. Percibe el conocimiento que precisa, o lo lee en el archivo espiritual de cualquier ser, en los cuatro reinos de la naturaleza, que lo contenga, y lo transfiere a la conciencia objetiva como intuición, o percepción de ideas que la persona, generalmente, no sabe de donde las ha obtenido.

La pasión positiva, el fervor y el entusiasmo, en cualquiera de sus expresiones o vertientes, constituyen rasgos del genio eterno e inmortal que se anida en cada ser, en los cuatro reinos de la naturaleza.


jueves, 30 de mayo de 2013

MEDITACIONES ESENCIALES: 904


MEDITACIONES ESENCIALES: 904

©Giuseppe Isgró C.


El ejemplo edificante que se transmite por medio del propio mensaje, con un enfoque positivo, centrando la atención en los aspectos ejemplares de la sociedad, constituye el mejor aporte para estimular su desarrollo.
Se le atribuye a Jesús de Nazareth, el aforismo que expresa: -“En lo que ves, te convertirás”. Si la colectividad, a través de todos los medios de comunicación, incluyendo el arte, ve los ejemplos de la gente virtuosa, por el principio de: -en lo que se centra la atención se expande la  conciencia-, al orientar positivamente las mentes de las personas con mensajes constructivos, contribuimos  a edificar una mejor sociedad. Los ejemplos negativos hay que erradicarlos de la circulación, conjuntamente con las causas que los producen, y con campañas que centren la atención en la polaridad positiva opuesta.
Ese será el periodismo que imperará en breve tiempo, a nivel mundial, y será la misma sociedad que exigirá, a los medios de comunicaciones, a que sea depurado el mensaje que transmiten en los cuatro medios  inherentes, como son la prensa, la radio, la televisión y el cine; más cualquier otra expresión cultural, como los libros, las obras de artes, el teatro, vallas publicitarias, folletos publicitarios, mensajes transmitidos de boca a boca, y cualesquiera otros vehículos de expresión humana, además de los mencionados.
Es preciso ver la botella medio llena, y no medio vacía. Las cosas hermosas y no las feas, la prosperidad y no la pobreza, el amor y la armonía, y no lo contrario, ya que en lo que se ve y centra la atención, en eso, precisamente, cada quien se va convirtiendo, por la ley de atracción. Las imágenes mantenidas en la pantalla mental, tienen fuerza de atracción: atraen lo semejante, repelen lo desemejante.
 Los pensamientos y los sentimientos positivos, generan palabras y actos positivos, y auto-excluyen lo opuesto, automáticamente.

miércoles, 29 de mayo de 2013

CARIDAD, O JUSTICIA Y SOLIDARIDAD?


CARIDAD, O JUSTICIA Y SOLIDARIDAD?

©Giuseppe Isgró C.


La caridad es una evidencia de la injusticia existente en cualquier sociedad en que se practique la misma.

La caridad es un disfraz que utilizan quienes mantienen el interés de que las cosas sigan como están, dejando de aplicar las transformaciones que se correspondan con la dignidad humana, en el estricto cumplimiento de la justicia, de la igualdad, del amor, del equilibrio y de un pacto social justo entre la humanidad y el Estado.

Si existen personas que precisan este tipo de asistencia humanitaria, expresión del más puro amor y sentido de justicia, es porque existe un Estado y una sociedad, en los cuales los principios de la justicia y del amor, precisan ser cumplidos en su correcta dimensión equivalente a la dignidad humana.

Decía José Ingenieros:

 1) -“Detrás de toda caridad existe una injusticia. La persona justa quiere que desaparezcan por innecesarios el favor y la caridad. No puede escuchar a los que predican la caridad para seguir aprovechando la injusticia". 

 2) -"La solidaridad es armonía que emerge de la justicia. La solidaridad convertirá en derecho todo lo que la caridad otorga como favores, y mucho más que ella no puede otorgar".

3) -"La perfectibilidad se traduce en aumento de la justicia en las relaciones entre los hombres”-.

MEDITACIONES ESENCIALES: 887




MEDITACIONES ESENCIALES: 887

©Giuseppe Isgró C.



Al ser humano no le está permitido, tanto por la ley divina como por el Derecho Positivo, hacerse justicia por sí mismo.

Devolver bien por mal, permite la recapacitación a la otra parte, quien, oportunamente, se disculpará, compensando, el perjuicio causado. Por la ley divina y por la humana, siempre se es acreedor a la compensación inherente a cada caso.

Al perdonar a quien nos ha ocasionado un perjuicio, de la índole que sea, se deja en libertad a la justicia divina de que efectúe la respectiva compensación. Siempre existe el derecho, también, de intentar las acciones legales a que la Legislación vigente, en cada lugar, permite.

Es una decisión personal de cada quien. Si la persona, reaccionando a nivel personal en contra de la persona que le ha ocasionado un perjuicio, y lo hace de pensamiento, sentimiento, palabra y actos, podría hacerse responsable en relación a la otra parte, de un daño mayor del que ha recibido, en cuyo caso, pasaría a ser, de acreedor, deudor por la diferencia.

Siempre es mejor ser acreedor que deudor, por cuanto, se otorga o se recibe la compensación a que haya lugar, en cada caso particular.

martes, 28 de mayo de 2013

MEDITACIONES ESENCIALES: 883


MEDITACIONES ESENCIALES: 883

©Giuseppe Isgró C.



Adam Smith, el fundador de la Economía moderna, en el siglo XVIII, tuvo una genial percepción: -“Cada persona buscando su propio beneficio, para lograrlo debe aportar, primeramente, para la sociedad en que vive, un servicio o un bien, con lo cual, la naturaleza, sin obligar a nadie, logra que se hagan las cosas”.

Es decir, esa persona que, buscando acumular bienes, aun cuando lo haga con un fin egoísta, si lo hace honestamente, realizará, antes, en beneficio de la colectividad, actividades que al mismo tiempo que le facilitan la acumulación anhelada, aportarán un bien o servicio que llenará una necesidad insatisfecha.

Si ese beneficio es logrado sin ajustarse totalmente a la justicia, ésta, oportunamente, realizará la respectiva compensación.


En todo caso, siempre, la persona, recabará, de la experiencia, un aprendizaje provechoso, dándose cuenta del sentido de la medida que debe regir en todo, por cuanto, en la realidad, todo exceso en un área determinada, se realiza con un déficit en otra. Es preciso que en todo reine un justo y perfecto equilibrio.

domingo, 26 de mayo de 2013

EXISTE LA FATALIDAD?





EXISTE LA FATALIDAD?


©Giuseppe Isgró C.



Allan Kardec, en El Libro de los Espíritus, antepuso la pregunta 851, de la siguiente manera:

-“Podría decirse que existe una fatalidad en los eventos de la vida, que implique que los acontecimientos estén, ya, previamente preestablecidos?”-

La respuesta que obtiene, señala: -“La fatalidad no existe sino por la elección que el Espíritu ha hecho, encarnándose, de pasar por esta o aquella prueba, por cuanto, eligiendo, él se crea una especie de destino, que es la consecuencia misma de la condición en la cual se ha colocado. Bien entendido, pero, que aquí se habla de las pruebas físicas, dado que, en lo que se refiere a las pruebas morales y a las tentaciones, el Espíritu, quien conserva su libre albedrío, tanto para el bien como por el mal, es siempre dueño de ceder o de resistir. Un Espíritu bueno, viéndolo vacilar, puede moverse en su ayuda, pero no imponérsele dominando su voluntad; un Espíritu inferior, es decir de bajo nivel evolutivo, haciéndole ver una cosa por otra, o exagerándole un peligro, puede impresionarlo, asustándole; pero, por lo menos, la voluntad del Espíritu encarnado queda libre de toda coacción”-.

Es extraordinaria la percepción de la verdad expuesta en este parágrafo en relación a las pruebas previamente elegidas por el Espíritu antes de encarnar, que van a conformar su destino, en determinado grado, en el nuevo ciclo de vida.

Esta realidad está conformada por diversas vertientes: En primer lugar, las pruebas que elige, el mismo Espíritu, de manera que pueda desarrollar habilidades en aquellas áreas en que él comprende que precisa fortalecerse.

Selecciona, también, determinadas pruebas para experimentar situaciones análogas a las que él ha ocasionado a otros, en vidas anteriores, como un aprendizaje.

Otras, las elige para optimizar aquellas aptitudes que previamente ha fortalecido, bien sea aportando un bien a la sociedad, o un servicio, que van a fungir como vocación existencial, y que reflejarán sus puntos fuertes; mientras que las otras pruebas lo harán con sus  puntos menos fuertes.

Empero, en segundo  lugar, su suma existencial, por la ley de afinidad, previo el veredicto de la de justicia, la de igualdad y la de compensación, van ubicándolo o reubicándolo, automáticamente, en el nuevo orden que le corresponde en el concierto de todas las cosas, tanto por sus fortalezas como por sus debilidades, en el cual orden, podrá, en mejor forma, optimizar las primeras y fortalecer las segundas.

Todo ello conlleva, paralelamente, el aprendizaje que precisa en uno o en otro sentido.

En tercer lugar, tenemos lo siguiente: dado que en el planeta tierra, o en el de turno en que se viva, en un determinado momento, existe un plan de vida y de estudios, que se va realizando en forma gradual, y sistemáticamente, por los pedagogos  planetarios, necesariamente, entre las pruebas existenciales y los estudios a realizar, se encuentran aquellos que se vinculan con este programa planetario.

El orden en que su suma existencial le ha colocado, por acción efectiva de la ley de afinidad, previo auxilio de las de justicia, igualdad y compensación, le ubica en un ambiente afín de seres que se encuentran en una esfera mental evolutiva que va desde un grado mínimo hasta otro de jerarquía superior, entre cuyos niveles cada quien recibe enseñanzas del que se encuentra en el rango superior y, a su vez, enseña, a los que les siguen, inmediatamente, en un justo y perfecto sistema y orden jerárquico, en la gran cadena evolutiva universal. Los afines se juntan en todos los niveles.

También es cierto que, si bien a nivel físico, en un área específica, convivan millones de personas, a nivel espiritual, en la ecología mental –conformada por Espíritus encarnados y por los que se encuentran en la dimensión espiritual- cada quien puede formar parte de una esfera mental diferente, de acuerdo al grado evolutivo arrojado por su suma existencial.

 Pese a vivir en el mismo ambiente físico, viven en diferentes mundos mentales.

Empero, por efectos de la resonancia magnética, los de nivel superior, en la escala evolutiva, influyen, positivamente, en los que les siguen en rango, tanto por la comunicación de contenidos mentales, vía telepática, como por el ejemplo, a nivel objetivo-visual.

Este efecto de influencia espiritual, se lleva a cabo, también, por interrelación entre las dimensiones espiritual y física, vía telepática, donde los Espíritus, cada uno en su respectivo nivel, aporta la ayuda o la influencia respectiva, pero, respetando, siempre, el libre albedrío de cada quien, como un derecho intrínseco de cada ser.

EL ENCUENTRO EN LA VICTORIA



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UN ENCUENTRO EN LA VICTORIA

Autor: ©Giuseppe Isgró C.

Del libro: La Victoria

Capítulo I

Me encontraba un día, en una fuente de aguas tranquilas, cristalinas, cuando se me acercó un Venerable hombre, vestido a la antigua usanza, con bata blanca, larga, pelo y barba que alguna vez fueron de color pelirrojo y un báculo en la mano derecha.

Concentró sus ojos en los míos; su mirada era profunda, serena y apacible.

Con voz suave y afectiva, me dijo:

-“Hola, hijo, como estás”-.

–Bien, -le contesté-; y, ¿usted?

–Por aquí andamos; -fue su respuesta-, mientras me sonreía.

-¿Dónde estamos?, -le pregunté al Venerable hombre-.

-Este sitio es conocido como La Victoria; -me contestó-. –¿Qué haces por estos lados?

-Salí esta mañana, temprano, con el coche, a dar un paseo; luego, al llegar a esta zona, me paré a contemplar la belleza de los araguaneyes y decidí caminar un poco y la verdad que, absorto en mis reflexiones, caminé por lo menos durante dos horas, hasta llegar aquí. Desconocía este hermoso lugar. Y, usted, -¿vive por aquí cerca? -le pregunté-.

Un poco más arriba, en esa colina boscosa. Hace algunos años, -relata el Venerable hombre- decidí retirarme de la agitada vida ejecutiva en que me desenvolvía profesionalmente, como abogado, en la ciudad de Quebec, Canadá, aunque he viajado por diversos países asesorando a incontables líderes. Construí la casa, en esta zona tropical, con la idea de pasar aquí los meses de invierno. Me dedico al estudio de la vida, a la meditación y a cultivar mi jardín y de vez en cuando, a escribir mis reflexiones, las cuales, algún día, habrán de ser publicadas para esparcir un poco la luz que he podido vislumbrar en mis estudios metafísicos-espirituales.

-¿Quieres tomar un café? –Me preguntó el Venerable hombre-. Lo he traído de Caripe El Guácharo; es de los más exquisitos que he probado.

-Sí, con gusto se lo acepto; -le contesté-.

Nos fuimos caminando por un sendero rodeado de árboles cargados de mangos, aguacates, naranjas y una hilera de cayenas de diversos colores. A lo lejos, el ruido de la brisa se oía apaciblemente. Todo era quietud, armonía y paz. Pero, sobre todo, lo que más me impresionaba era la apacibilidad y el sosiego del Venerable hombre de La Victoria. Emanaba de él un flujo de fuerza que, en su presencia, me sentía con un poder y una seguridad nunca antes experimentados. Fuerzas bienhechoras se iban apoderando de mí y aquella paz y relax que buscaba en la mañana, al salir a dar un paseo, sin percatarme de ello, las estaba experimentando ya.

Después de unos quince minutos de caminar, llegamos a la casa del Venerable hombre. Su aspecto exterior humilde estaba lejos de dejar entrever lo que segundos después habría de asombrarme con lo que encontré en el interior.

Al entrar, en la casa, una joven de unos veinte años saludó al Venerable hombre.

-¡Hola, abuelo!, ¿cómo estás?

–Bien, hija, -contestó el Venerable hombre-. -Prepara un poco de café, Lucía, mientras conversamos un poco, adentro.

-Por cierto, te presento a Santiago, quien ha llegado paseando hasta La Victoria.

Después de la presentación, entramos en la biblioteca del Venerable hombre. Un salón grande, lleno de estantes de libros por todas partes, lo cual hacía inimaginable dicho cuadro desde el exterior. Algunos cuadros al óleo de morichales y de personajes históricos, presentaban un ambiente acogedor. En un rincón se encontraban diversos retratos de Tagore, Gandhi, Cicerón, Séneca, Ibn Arabi y un dibujo de Don Quijote y Sancho Panza. En un pequeño cuadro, podía leerse: -“Lo que Alá quiera. Nada se le asemeja”-.

-Le felicito por este inmenso tesoro que usted tiene aquí, -le dije al Venerable hombre-. -¿Cuáles son los temas de su interés?

A lo cual, me contestó: -Como usted puede ver, Santiago, -y me invitó a recorrer los estantes- aquí hay libros de variados temas: clásicos de todos los países y épocas, desde los Vedas, los Upanishads, el Mahabaratha, los libros de Confucio, El Tao te King, de Lao Tse, el Poema de Gilgamesh, el Código de Amurabí, autores griegos, como Homero y Hesiodo. Se encuentran las obras completas de Euclides, Platón, Aristóteles, Teofrasto, Demetrio de Falereo, de los Presocráticos, Epicteto, Plutarco, etcétera; de los latinos, autores como Séneca, Cicerón, -que son mis preferidos-, Julio César, Tito Livio, Dionisio de Halicarnaso, Marco Aurelio, así como libros de Psicología, Gerencia, Sufismo, Yoga, ensayos, filosofía, parapsicología, hermetismo, El Quijote, libros de economía, filosofía, etcétera, en fin, un poco de todo lo que es preciso conocer para poder entender el significado de la vida: de dónde venimos, por qué estamos aquí y hacía dónde vamos, sin lo cual, la vida no tendría sentido, sobre todo por el gran afán a que está sometido el ser humano en la agitada vida moderna.

Nos sentamos en sendas butacas y nos entretuvimos conversando de temas diversos. Al poco rato, entró Lucía con dos tazas de oloroso café y unos biscochos, que degustamos con agrado en una amena e interesante conversación. Al fondo, podía oírse una suave música de Beethoven.

Pasamos cerca de una hora conversando de sobre la Atlántida, Egipto, los griegos, de Homero, de los sufíes, del budismo zen, los poderes del espíritu, meditación, etcétera, después de lo cual, le hice una pregunta directa.

-Seguramente, usted ha desarrollado alguna técnica de meditación y algún método de resolución de situaciones, en la vida, que me quisiera explicar, ya que, según observo, para tener usted una serenidad tan acentuada y una fortaleza física a la edad que imagino que usted debe tener, -cerca de noventa años- es porque ha encontrado en su larga experiencia algún secreto que quizás quisiera compartir conmigo.

Santiago, -me dijo el Venerable hombre, si vuelves a visitarme otro día, quizá te cuente algo que te pueda servir. Empero, antes de que te vayas, te haré entrega de unos apuntes que hace ya muchos años, en una época en que yo andaba a la búsqueda de sosiego y tratando de encontrarle sentido a la vida, un Venerable hombre que, en una edad similar a la mía, a su vez me entregara y cuya práctica asidua me permitió domar la mente, encarrilar mi vida y poner bajo control los hilos del destino. Son veintidós manuscritos, y una meditación diaria, –continuó diciendo el Venerable hombre, que si bien son ya un poco antiguos, podrás copiarlos de nuevo y si pones en práctica las técnicas que contienen, darás a tu vida un esplendor que habrá de sorprenderte agradablemente.

-Una vez que los hayas probado con total y absoluta satisfacción de tu parte, -me dijo, ponlos en limpio, en forma de libro y publícalo para que su mensaje llegue a mayor número de personas. Hacía tiempo que esperaba a alguien a quien confiarle este legado y creo que hoy, al llegar aquí, en la forma en que lo has hecho, tus pasos han sido dirigidos por Aquel que todo lo sabe y puede, por la Ley Cósmica, y en cuyos planes universales, todos somos sus instrumentos.

Me despedí del Venerable hombre y de su adorable nieta, sintiendo dentro de mí fuerzas desconocidas hasta entonces que preanunciaban grandes cambios en mi vida.

En los días siguientes, aparté una hora diaria, antes de dormirme, y leí y releí, todos los manuscritos, de la siguiente manera: En primer lugar copié la Meditación diaria en un cuaderno, el cual leí durante veintidós noches y mañanas seguidas, tal como lo indicaban las instrucciones de la misma.

Una nota al pie de página mencionaba que si yo la transcribía en un cuaderno, el hecho de hacerlo, grabaría en mi ordenador mental las instrucciones y me sería más fácil desarrollar, en mi personalidad, las cualidades y condiciones que formaban parte de los objetivos implícitos en la misma.

De los veintidós manuscritos, cada lunes, a las once en punto de la noche, copiaba uno en el cuaderno, y durante el resto de la semana, a la misma hora, lo leía y meditaba, siguiendo las fáciles y efectivas técnicas e indicaciones al inicio del mismo.

Cuatro semanas después de leer durante veintidós días seguidos, en la noche y en la mañana, la meditación diaria, comenzaron a manifestarse en mi vida una serie de cambios positivos que me dejaban asombrado a mi mismo, pero, también, los miembros de mi familia y a mis amistades; sobre todo mi semblante comenzó a ser más apacible; volví a sonreír desde el interior; mi estado anímico era de contento; me sentía más seguro de mi mismo; comencé a confiar más en la gente, en la vida y a vislumbrar el sentido de mi misión en la vida –percibía cosas que antes me pasaban desapercibidas, a pesar de haber estado siempre allí. Sentía fluir en mí una nueva corriente vivificadora de prosperidad, de felicidad, de alegría de vivir. Mi entusiasmo y amor por la vida y por mi familia, por mi trabajo y por las personas, crecía día a día. En aproximadamente dos meses había logrado muchas de las cosas en las cuales había soñado desde hacía años. Había dado un paso sorprendente en el camino de la autorrealización.

Efectivamente, pude comprobar que me fue relativamente muy fácil desarrollar las aptitudes y actitudes a nivel físico, mental, emocional, espiritual y en diversos aspectos de mi vida, como el financiero, que comenzó a mejorar casi inmediatamente, así como, surgieron nuevas oportunidades que comencé a aprovechar, casi sin esfuerzo de mi parte.

Transcurría el año de 1967 y mi vida había encontrado un sendero que habría de conducirme a cooperar en forma más efectiva en el plan divino que el Supremo Hacedor, en algún momento, había diseñado para mí.

Tres meses después volví a aquel lugar donde había encontrado al Venerable hombre de La Victoria y allí estaba la fuente que él dijo llamarse La Victoria; empero, cuando traté de encontrar el camino para llegar a la casa donde amablemente me ofreció un delicioso café, preparado por su nieta Lucía, no logré encontrarlo, pese a haber recorrido durante un par de horas por los alrededores. Pregunté a varias personas para ver si podían indicarme como llegar a la casa del Venerable hombre y cual fue mi sorpresa, nadie lo conocía.

Empero, después de tanto buscar, volví a encontrar la casa donde vivía el Venerable hombre de La Victoria, pero se encontraba abandonada. Su aspecto indicaba que debía encontrarse en ese estado un lapso mayor del que mediaba con el encuentro de aquel ser extraordinario. Es sorprendente como los inmuebles solos acusan el paso del tiempo en mayor grado que los que son habitados. Si no fuera por los manuscritos pensaría que el encuentro no fue más que un simple sueño. -¿O se trata, acaso de un sueño combinado con un fenómeno de aporte? Personalmente, no lo creo. El encuentro fue muy vívido y real. El aromático café servido por Lucía estaba exquisito. Durante varios años volví al lugar varias veces, la casa seguía sola. La última vez que volví, no la pude ubicar y sin tener tiempo suficiente para seguir buscándola, me fui. Ahora, vivo muy lejos de aquella zona, en otro continente; han transcurrido muchos años y después de tanto tiempo es poco probable que vuelva allí; pero, los manuscritos y la meditación diaria obran en mi poder, me han transformado y han enriquecido mi vida.

Durante más de treinta y cinco años he puesto en práctica las diversas variantes de los ejercicios, afirmaciones y meditaciones que contienen los manuscritos y la meditación diaria y cada vez que los pongo en práctica, experimentos los mismos beneficios. Ahora, ellos se encuentran en el libro que usted tiene en sus manos; espero que les sean tan útiles como los han sido para mí.

Su contenido es eminentemente práctico; no hay teorías superfluas. Si lleva a cabo los ejercicios que contienen, es probable que, gradualmente, se vaya efectuando la transmutación alquímica de su ser sintonizándose con los elevados resultados existenciales, los cuales, por añadidura, al ser creados a nivel mental, se van manifestando en su propia vida, oportunamente.

Sobre todo, con estos ejercicios, me percaté, cuando el Venerable hombre me entregó los manuscritos, de que se dispone de un método para domar la mente y ejercer un pleno dominio sobre la vida en general y, por ende, sobre el destino y controlar, cuando eventualmente se presenten, todas las situaciones, manteniendo un perfecto equilibrio físico, mental, emocional, espiritual y financiero.

El Venerable hombre de La Victoria me comentaba que todo se puede lograr en la vida si se siembra la respectiva semilla por medio de correctas decisiones acordes con la propia y elevada auto-estima y dignidad personal, desarrollando el convencimiento de que sí se puede hacer, por medio de las afirmaciones, las visualizaciones y meditaciones, la experimentación de un estado emocional acorde al momento de ser logrados los respectivos resultados y la practica del desapego, es decir, dejar encargada a la mente psiconsciente del logro, y además, se espera el tiempo necesario haciendo, mientras tanto, todo lo que se requiere, según el caso o los objetivos por alcanzar.

Estas técnicas funcionan, me decía una y otra vez el Venerable hombre de La Victoria; luego, agregaba: -las he probado por más de cincuenta años y quien, a su vez me las entregó, habría hecho otro tanto, aseverando que eran efectivas, si yo seguía fielmente las instrucciones y las ponía en práctica con expectativas positivas.

Desde que en 1967, el Venerable hombre me hiciera entrega de los manuscritos, han transcurrido un poco más de de treinta y cinco años, durante los cuales yo también he puesto en práctica las diversas variantes de los ejercicios, afirmaciones y meditaciones que contienen, y cada vez que me ejercito con ellos, experimento los mismos beneficios. Ahora, ellos se encuentran en el libro que usted tiene en sus manos; espero que les sean tan útiles como los han sido para todos los que hemos aplicado las enseñanzas del Venerable hombre de La Victoria.

Él me repetía constantemente: -“¡Tú puedes si crees que puedes hacerlo! ¡Hazlo y tendrás el poder!

Recuerdo que ese día el Venerable hombre me dijo: -ejercer el poder con que la naturaleza de las cosas ha dotado a cada ser, cultivando los dones inherentes y aprendiendo todo lo que se pueda de sí y del vasto universo del que se forma parte, es una manera efectiva de ser cada día más feliz. Luego, cuando me despedí de él, expresó: -“¡Que cada día brille más y mejor tu luz interior!”.- Adelante.

Capítulo 2

Meditación diaria

Es lunes en la noche, son las once en punto.

Me dispongo a copiar textualmente, en el cuaderno que he dispuesto para ello, el manuscrito identificado con el título:

Meditación diaria

Dice así:

Afirme, en la mañana y en la noche, antes de dormir, durante veintidós días; luego, cada vez que lo desee, esta poderosa fórmula de programación mental positiva y descubra cómo, con facilidad, van ocurriendo cosas maravillosas en su vida:

MEDITACIÓN DIARIA

Afirma, en la mañana y en la noche, antes de dormir, durante veintidós días; luego, cada vez que lo desees, esta poderosa fórmula de programación mental positiva y descubre cómo, con facilidad, van ocurriendo cosas maravillosas en tu vida. Al encender la luz en la mente se ilumina la propia existencia y todo en derredor vibra al unísono y con el mismo sentimiento de felicidad y bienestar, interrelacionándose por la ley de afinidad.

1. -Entro en el nivel de mi mente psiconsciente, en el centro de control de mi piloto mental automático, donde todo va bien, siempre, contando de tres a uno: Tres, dos, uno.

Ø Ahora, estoy ya en el nivel de mi mente psiconsciente, en el centro de control de mi piloto mental automático, donde todo va bien, siempre.

Ø Voy a permanecer en el nivel de mi mente psiconsciente, en el centro de control de mi piloto mental automático, donde todo va bien, siempre, durante quince minutos y voy a programar los siguientes efectos positivos, los cuales perduran, cada vez mejor, hasta que vuelva a realizar este acceso y programación mental:

Ø Todo va bien, siempre, en todos los aspectos de mi vida, cada día mejor. (Tres veces). –Imagínalo-.

Ø Todo va bien en mi trabajo; cada día logro mejores niveles de efectividad, prosperidad, riqueza, abundancia y bienestar. (Imagínalo).

2. Formo una unidad cósmica perfecta con el Creador Universal, -ELOÍ. (Diez veces, con los ojos cerrados). Hoy se expresa en mí la Perfección universal de la Vida, del amor, de la luz, de la sabiduría, del perdón, de la percepción de la verdad, de la aceptación de la realidad, de la justicia, de la igualdad, de la compensación, de la fortaleza, de la templanza, de la belleza, del equilibrio, de la armonía, de la salud, de la prosperidad, de la riqueza, de la abundancia, del servicio y de la provisión en todos los aspectos de mi vida.

3. -Cada día, en todas formas y condiciones, mi cuerpo y mi mente funcionan mejor y mejor. La consciencia de mi conexión permanente e indisoluble con el Creador Universal, -ELOÍ-, restablece y mantiene en mí, diariamente, durante las veinticuatro horas del día, un perfecto estado de salud a nivel físico, mental, emocional y espiritual. Gracias, Creador Universal, por darme un cuerpo perfecto, saludable, lleno de energía. Aquí y ahora, me siento en perfecto equilibrio de salud, a nivel físico, mental, emocional y espiritual.

4. Afronto y resuelvo bien toda situación que me compete, siempre.

5. Todo tiene solución, en todas las situaciones de mi vida.

6. El Creador Universal, -ELOÍ-, es en mí, cada día mejor, en todos los aspectos de mi vida, fuente de amor, luz, sabiduría, éxito, riqueza, prosperidad, abundancia y armonía.

7. Permito que las leyes universales de la Vida, del amor, de la luz, de la sabiduría, del perdón, de la percepción de la verdad, de la aceptación de la realidad, de la justicia, de la igualdad, de la compensación, de la fortaleza, de la templanza, de la belleza, del equilibrio, de la armonía, de la salud, de la prosperidad, de la riqueza, de la abundancia, del servicio y de la provisión actúen bien en el plan de mi vida.

8. Tengo prosperidad y poder. Cada día enriquezco mejor mi vida a través del servicio efectivo, del amor y de la práctica de todas las virtudes.

9. Mi dignidad personal me lleva a realizar las cosas que me competen con la máxima perfección posible.

10. Cada día, en todas formas y condiciones, en todos los aspectos de mi vida, estoy mejor y mejor a nivel físico, mental, emocional, espiritual y financiero.

11. Actúo con templanza, serenidad, autodominio y perfecto equilibrio en todo. Conservo plena autonomía y control sobre todas mis facultades físicas, mentales, emocionales, intelectuales y espirituales. Hecho está. (Visualizar un escudo protector de luz que te envuelve y protege; -una pirámide-).

12. Tengo fortaleza, valor, confianza y fe suficiente para triunfar y alcanzar todas mis metas, de acuerdo con la voluntad del Creador Universal, -ELOÍ-, y en armonía con sus planes cósmicos. Soy inmune e invulnerable a las influencias y sugestiones del medio ambiente y de cualquier persona a nivel físico, mental, emocional y espiritual, en las dimensiones objetivas y subjetivas y en cualesquiera otras en que sea requerido.

13. El orden universal de la Vida, del amor, de la luz, de la sabiduría, del perdón, de la percepción de la verdad, de la aceptación de la realidad, de la justicia, de la igualdad, de la compensación, de la fortaleza, de la templanza, de la belleza, del equilibrio, de la armonía, de la salud, de la prosperidad, de la riqueza, de la abundancia, del servicio y de la provisión se establece en mi vida, en todos mis asuntos y en las personas interrelacionadas, aquí y ahora. Hecho está.

14. Asumo la responsabilidad de mis actos y cumplo bien todos mis compromisos, siempre oportunamente, de acuerdo con el orden cósmico.

15. El Creador Universal, -ELOÍ-, nos da abundancia y armonía en el eterno presente. Vivo en abundancia y en armonía perfectas, aquí, ahora y siempre.

16. El Creador Universal, -ELOÍ-, se está ocupando de todo, en todos los aspectos de mi vida, y se expresa en mí conciencia intuitiva por medio de los sentimientos en correspondencia con los valores universales.

17. Gracias, Creador Universal, -ELOÍ-, por esta vida maravillosa. Que Tu Inteligencia Infinita, Amor, Sabiduría, Justicia, Luz, y Poder Creador guíen, adecuadamente, todas mis decisiones y acciones, ahora y siempre. Gracias, Eloí, por este día maravilloso.

18. El Creador Universal, -ELOÍ-, nos proteja, aquí y en cualquier lugar, ahora y siempre. (Tres veces).

19. Siempre espero lo mejor, de acuerdo con la voluntad del Creador Universal, -ELOÍ-, y la Ley Cósmica, en armonía con todos.

20. Gracias, Creador Universal; todo va bien en todos los aspectos de mi vida, a nivel físico, mental, emocional y espiritual. Gracias, Eloí, todo va bien en mis practicas espirituales y en mi relación Contigo; Tú y yo formamos una unidad perfecta, armónica, aquí y ahora, en el eterno presente. Yo soy Tú, Tú eres yo. Te amo.

21. Voy a realizar –obtener o resolver- (mencionar), antes del: (fecha), de acuerdo al orden divino y en armonía con todos. (Si se trata de varios objetivos, anótelos y haga la afirmación y visualización con cada uno de ellos. Imagínelo concluido satisfactoriamente sin imponer canal alguno de manifestación.)

22. Tengo serenidad y calma imperturbable. Soy impasible frente a todo y a todos. No tengo temor a nada, a nadie ni de nadie en ningún nivel físico, mental, emocional, espiritual y financiero. Dentro de mí vibra la seguridad total. Tengo completa confianza en la vida y en mi propia capacidad de resolver situaciones y alcanzar los resultados satisfactorios que preciso, en cada caso, siempre.

A continuación anoté la fecha: Lunes 12 de agosto de 1967. Luego, tal como me lo indicó el Venerable hombre, anoté la fecha que correspondía veintidós días después: 03 de septiembre de 1967.

Acto seguido, me senté cómodamente, tomé tres respiraciones profundas y realicé la meditación.

Luego, cada noche, durante veintidós días, a las once en punto, me iba a mi cuarto, daba indicaciones de no ser interrumpido durante veinte minutos y realizaba la meditación del día, la cual, siempre complementaba con la lectura breve de uno de los libros de cabecera que siempre suelo tener en mi mesa de noche.

Iba notando, día a día como emergía de mi interior una nueva y desconocida fortaleza, seguridad, estado de ánimo contento, actitud más decidida, optimismo frente a la vida y a las situaciones; comencé a llevarme mejor en las relaciones con las demás personas, a ser más comedido en todo y sobre todo comenzaba a tener conciencia de cosas que antes me solían pasar desapercibidas.

Cabe destacar que, en el punto número veintiuno de la meditación, había anotado siete objetivos que desde hacía tiempo quería realizar y para mi sorpresa, treinta días después de haber terminado de efectuar la meditación del manuscrito número veintidós comencé a observar como, en forma aparentemente casual se iban manifestando la resultados de cada uno de ellos hasta que, algunos meses después, antes de la fechas previstas, los había realizado todos, menos dos, por lo cual, me senté y volví a anotar, en una hoja de mi cuaderno, otros diez objetivos, encabezados por los dos pendientes de la lista anterior, les puse la fecha tope a cada uno, antes de la cual debían ser logrados, para seguir visualizando, su logro, periódicamente.

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miércoles, 5 de junio de 2013

EN EL NUEVO CONTRATO SOCIAL



EN EL NUEVO CONTRATO SOCIAL

©Giuseppe Isgró C.



Es importante preguntarse: con la expiación de la culpa es suficiente? Igual planteamiento es preciso hacerse en el Derecho positivo con los delitos penales, ya que, en los de orden civil, la legislación vigente, les otorga, a las personas, las acciones pertinentes para que les sea resarcido el perjuicio recibido.

En el Derecho Penal, al ser condenada, la persona, a la pena inherente, de acuerdo a la normativa vigente, por el Estado, pese a que, siempre, quien resulte afectado, tiene, paralelamente, la posibilidad de ejercer las acciones civiles pertinentes, pero, en las mayoría de los veces, y de los casos, si quien incurrió en el acto indebido se encuentra recluido mientras transcurra el lapso inherente a la pena, todo recurso para resarcirse queda infructuoso; además, hay daños irreparables, como el de la vida humana, o determinados tipos de lesiones de efectos irreversibles.

Entonces, en esos casos, con pagar la pena que le impone el Estado, mediante la legislación vigente en el ámbito del Derecho Penal, el daño que la persona en particular reciba, queda impune, pese al castigo que le es aplicado por el Derecho Positivo?

Esta es una laguna que existe, en la actualidad, en el Derecho Positivo, en el ámbito Penal, que habrá que ser corregida, en lo posible, en el futuro, sobre todo en aquellos daños susceptibles de ser resarcidos en el ámbito económico o de otra índole. Por supuesto, en esos casos, el Estado, en el Nuevo Contrato Social, tendrá a su cargo, efectuar esa compensación, pero, tomando las medidas preventivas, mediante la EDUCACIÓN y otros tipos de previsiones que corrijan, en la sociedad, desde sus orígenes, las condiciones sociales inherentes que fungen de causas para los respectivos delitos penales.

Aquí, viene ahora, la pregunta clave: En los casos en que ni la persona ni el Estado, por la índole del acto indebido, puedan resarcir el perjuicio en cuestión, y pese a que la persona pague la pena inherente impuesta por el Estado, por la que la persona estará privada de su libertad física por determinado número de años, con eso, la persona queda, ya, libre de responsabilidad y no debe nada más?

En el Derecho Positivo, en la rama penal, es así. La persona cumple su pena, recupera su libertad, y nadie le puede reclamar ni civil ni penalmente, algo más, excepto aquellos daños que por las acciones civiles inherentes no hayan, aún, prescrito; y que, de todas maneras, una persona reducida a ese estado, tampoco estará en condiciones, en las mayorías de los casos, de afrontar, honrando las obligaciones que correspondan.

Si la persona en cuestión, al igual que en la legislación humana quedara impune, pese a la pena impuesta por el Estado, habría un acto de injusticia y de falta de compensación, que dejaría un vacío. Pero, esa laguna, realmente existe en la Justicia Divina?

Por supuesto que no. Quien produjo un daño material o  moral, con consecuencias penales, cuya reparación del mismo, en la dimensión física resulte imposible de resarcir, por la legislación vigente y por la índole del daño efectuado, por la ley divina, se activa el mecanismo, donde la persona infractora, además de solicitar una nueva existencia mediante la cual adquiera el aprendizaje inherente pasando por las pruebas que le hagan experimentar lo mismo que él, o ella, hizo a otros, simultáneamente, pasará por las circunstancias de vida mediante las cuales compensará los perjuicios que en la vida anterior ocasionó.

Por ejemplo: Si privó de la vida a alguien, ahora la repone, y aquel ser, víctima de su acción indebida, nacerá como hijo o hija. Si privó de sus bienes a algunas personas, probablemente, ahora, las tenga, también, como hijos, que heredarán bienes que compensen, en forma justa, el perjuicio anterior.

Las variantes, por supuesto, son inmensas, pero, en la justicia divina, no queda ningún acto sin su correspondiente compensación, de la índole que fuere.

Por otra parte, es el mismo Espíritu, además de la acción de la ley cósmica, que, en líneas generales, solicita la oportunidad, mediante una o más existencias, según la magnitud del caso, de, al mismo tiempo de pasar por análogas experiencias, como aprendizaje, compensar el daño efectuado, en la forma que corresponda a cada caso.

martes, 4 de junio de 2013

LA VERDAD UNIVERSAL



LA VERDAD UNIVERSAL

©Giuseppe Isgró C.



Ningún camino es excluyente de los demás; todos conducen al centro, al igual que los rayos de una rueda, se encuentran conectados al centro, a la fuente, al núcleo, al UNO, y todos conforman la RUEDA UNIVERSAL, con el signo más representando la eterna polarización, recorriendo el camino en la espiral evolutiva de la Creación.
La Doctrina Universal está conformada por todas las corrientes de pensamiento, y por todo el bagaje evolutivo alcanzado por todos los seres, en el planeta tierra, y en todos los mundos del universo.
Pero, a toda la Doctrina Universal actual, hay que agregar toda la que, en la eternidad, los seres, a nivel universal, es decir, en todos los mundos actuales del universo,  y en todos aquellos que habrán de ser formados en la eternidad futura, habrán de desarrollar sin límites algunos. Por encima de la Doctrina Universal se encuentra la VERDAD UNIVERSAL, representada por la LEY CÓSMICA, y ésta, a su vez, está conformada por todas las leyes auxiliares existentes en todos los ámbitos de la vida universal, en todas las dimensiones, variantes y vertientes, en los niveles que van del cero grado al infinito, sin límites de ninguna naturaleza, en el espacio y en el tiempo: en la inmensidad y en la eternidad, en tiempo presente, siempre.
Cada una de las leyes cósmicas, se encuentra sustentada por su respectivo valor universal, que corresponde a cada uno de los atributos divinos del Creador Universal, con doble polaridad positiva-negativa.
De esta polaridad, es de donde nace la eterna polarización, es decir, el paso de un estado evolutivo a otro más avanzado, en un proceso eterno.
Tan pronto se alcanza un grado, que constituía la polaridad positiva, en relación al anterior, que era el punto de partida, se transforma en negativa en relación con la nueva meta que percibe, y que oportunamente, alcanzará.
De manera que, lo que existe a nivel universal, es la VERDAD UNIVERSAL TOTAL, la representada por la Doctrina Universal, hasta un momento dado, más la que eternamente se conquistará, sin límites algunos, como fue, ya, dicho. Por lo cual, es intrascendente la denominación que se le de a la percepción parcial de la verdad universal: es un grado de la VERDAD UNIVERSAL.
Es preciso hablar de Doctrina Universal que engloba a todo el conocimiento acumulado. Es oportuno recordar que los seres en los demás reinos naturales, además del humano, es decir: animal, vegetal y mineral, contienen un conocimiento que forma parte de la Doctrina Universal y de la Verdad Universal, que es preciso tener presente, ya que, cada uno de los Espíritus de los cuatro reinos naturales, realiza una labor en la gran obra, y todos conforman una UNIDAD, y en cada uno se encuentra un conocimiento acumulado, y otro por desarrollar, en el eterno presente.
Todos esos valores universales, que conforman los atributos divinos del Creador Universal, soportes de las leyes auxiliares y de la Ley Cósmica, se encuentran impresos en la CONCIENCIA DEL SER UNIVERSAL.
Siendo cada Espíritu, en los cuatro reinos naturales, una emanación a la CONCIENCIA INDIVIDUAL, en un momento dado, y conformado de la misma naturaleza espiritual del Creador, con sus mismos atributos divinos (valores Universales), impresos en su conciencia, y siendo la conciencia de cada ser, una réplica de la del Creador, ÉL, en esa perfecta UNIDAD de la RUEDA UNIVERSAL (el Círculo y el Signo Más), se comunica, con cada ser, por el lenguaje de los sentimientos equivalentes a los valores universales, dentro de la conciencia, donde inspira el conocimiento y la FUERZA FUNDAMENTAL.
Cada ser, sin importar su ubicación en la escala evolutiva, se encuentra conectado con la fuente, al igual que el rayo de la Rueda con el Centro, formando, cada ser, una unidad con el CREADOR, -EL CENTRO DE LA RUEDA- y con el Todo, los demás seres que la conforman, donde, cada quien, es el caminante, (el ser individual), el camino que conduce a la fuente (el rayo de la rueda, formado por cada ser en los cuatro reinos), y la FUENTE, conformada por el CENTRO, el SER UNIVERSAL. Es allí, que el ser individual percibe que él es, también, la fuente: el Creador, formando una unidad perfecta e indisoluble con Él.

lunes, 3 de junio de 2013

SUMA EXISTENCIAL


SUMA EXISTENCIAL

©Giuseppe Isgró C.


Dentro de la conciencia de cada ser existe una hoja de vida que representa el equivalente a una hoja de cálculo electrónica, en la cual cada registro suma, resta, divide y/o multiplica cantidades que, en forma automática, afectan el saldo total.
 En cada persona, ese saldo representa la SUMA EXISTENCIAL, el gran total de vida. El programa que rige el proceso, desde cada asiento hasta el resultado final, está basado en las leyes de afinidad, de justicia, de igualdad y de compensación.
Es decir, cada acto es pesado en la balanza de la justicia, cuyos platillos son la ley de igualdad y la de compensación. Todos los seres son iguales en la ley y ante ella; cada acto es pesado, y compensado, en la respectiva polaridad positiva o negativa: o suma o resta, en el saldo existencial.
El resultado, es decir, la suma existencial, otorga un poder de acción o de pasividad, y de acuerdo al respectivo saldo es ubicado, o reubicado, cada ser, en el orden que le corresponda, del cero al infinito. De manera, que, es un proceso automático e instantáneo.

EL ANHELO Y LA EXPRESIÓN DE SER, DE DIOS


EL ANHELO Y LA EXPRESIÓN DE SER, 
DE DIOS


©Giuseppe Isgró C.


Cada ser, en los cuatro reinos naturales, emana del Creador Universal, como un instrumento de su voluntad.
El uno es anhelo de ser y ley cósmica; el otro, es la expresión de ese anhelo, en el cumplimiento de esa ley cósmica, para realizar la gran obra de la Creación.
No solamente se ocupa del ser humano; lo hace con cada uno de los seres en los demás reinos naturales, incluyendo el mineral.
Quién dijo que es pequeño el ser humano? Es una emanación de la misma naturaleza espiritual del Creador, dotado de sus mismos atributos y de un poder creador, con infinita potencialidad, tanto en percepción como en acción, en el eterno ahora.
Se conoce el ser humano a sí mismo para percibir su grandeza? Si se conociese, no pensaría que es pequeño. Es tal como emanó del Creador y con una misión y un plan, que es el plan de Él. No es poca cosa ni de poco peso. Teniendo el ser humano una conciencia que es la réplica de la de Él, en ella están encerrados los atributos divinos, equivalentes a cada valor universal, y por medio de los sentimientos análogos a cada valor, Él se expresa en la conciencia de cada ser, en los cuatro reinos naturales, con el conocimiento oportuno del qué, del cómo, del quién, del cuándo, del cuánto, del dónde y del por qué, y con la energía creadora, que le impulsa o le frena, según las circunstancias.
Por medio de la ley cósmica impresa en la conciencia del ser, Él realiza la gran obra universal en perfecta coordinación con cada ser.

domingo, 2 de junio de 2013

DIOS: LA PRIMERA GRAN VERTIENTE


DIOS: 
LA PRIMERA GRAN VERTIENTE


©Giuseppee Isgró C.



Cuando leemos la relación del Viaje que efectuó Hipolite León Denizard Rivail, por Francia, en el siglo XIX, admirados observamos que él mismo, sorprendido, veía como en ciudades en donde el año anterior había cien estudiantes de la Doctrina,  en el siguiente encontraba varios miles.
Es preciso apreciar la inmensa labor divulgativa realizada por el Codificador de la Doctrina Espírita.
Hoy en día, quisiéramos que la proyección de la sabiduría de la Doctrina Universal –todas las corrientes válidas de pensamiento- alcanzara cada vez mayor número de personas para vivificar sus vidas y darle un sentido existencial acorde con sus elevados principios.
Empero, a través del tiempo, se ha creado un cierto prejuicio en torno a gran número de corrientes de pensamiento que son portadoras de profundos conocimientos que, en conjunto, harían más fructífera la vida en sociedad.
Entonces, surge una pregunta obligada: -¿De qué manera podemos llegar a mayor número de personas en la difusión de la Verdad Universal?
¿Qué temas despiertan interés en el grueso de la humanidad por cuyo intermedio podamos transmitirles, sin crear resistencia, los principios de la doctrina universal?
He aquí algunas reflexiones sobre las cuales viene meditando durante algún tiempo el autor y que, de alguna manera, ha puesto en práctica durante más de cuarenta años en que ha sido columnista en diversos diarios y en todas sus obras publicadas e inéditas.
Algunas preguntas esenciales que cabría hacerse, son: -¿Tiene la gente interés en conocer la Cábala, el Sufismo, el Taoismo, el Budismo Zen, el Espiritismo, la Teosofía, la Masonería, o cualquier otra denominación o corriente filosófica?
Sin duda alguna, existe un cierto número de personas que se avoca, cada día más, al estudio de alguna corriente de pensamiento tradicional, o novedosa, de las que conforman la Doctrina Universal. También es cierto que muchas de ellas precisan permanecer en el camino percibiendo más allá de las apariencias.
-¿Cuál es, realmente, nuestro interés al divulgar la doctrina universal?
-¿Es, acaso, difundir la denominación de una determinada corriente de pensamiento o las enseñanzas que contiene? ¿O, ambas cosas a la vez?
Aquí encontramos un aspecto de profundo interés, que quizá podría ayudarnos en nuestra labor divulgativa.
Es posible que a unas pocas personas no les interese la Cábala, el Sufismo, el Taoismo, el Budismo Zen, el Espiritismo, la Teosofía, la Masonería ni otra doctrina filosófica, pese a ser fuentes esenciales en las que centran su atención cada día mayor número de personas. Entonces, -¿en qué temas sí tendrían interés de profundizar conocimientos?
Lo que parecería ser cierto es que, todas las personas, en mayor o menor grado, tienen interés, en alguna de las once grandes vertientes debidamente reseñadas en el artículo ONCE VERTIENTES, publicado en este Blog, y que constituyó el tema de nuestra conferencia en Torremolinos, España, en marzo del 2010.

LA PRIMERA GRAN VERTIENTE, ES:

La espiritualidad directa, centrada en el Creador Universal, sin intermediarios.

1. En primer lugar, el desarrollo de una mayor conciencia del Creador Universal, con una perspectiva cósmica, mediante la cual cada ser Le perciba como fuente de vida de la cual ha emanado, en un momento dado, a la conciencia individual, sin dejar de ser Él, y sin separarse de Él.

2. Igualmente, el inmortal espíritu que anima al ser humano es una emanación del Creador, constituido de la misma naturaleza espiritual y de que forma una unidad perfecta e indisoluble con Él.

3. Un mayor conocimiento de los atributos divinos, -equivalentes a los valores universales- que son los mismos del ser humano, potencialmente hablando.

4. La práctica de una espiritualidad directa centrada en el Creador, sin intermediarios, adquiriendo conciencia de la conexión divina, y permanente, con Él, fuente del poder creador y de la sabiduría de los valores universales.

5. La meditación en Él y sus atributos divinos –valores universales-.

6. La práctica de lo que los sufíes  denominan el dzikr, el constante recuerdo de Él, en una sintonía espiritual permanente con la fuente universal. Repetir mil veces, o más, al día, el nombre del Creador Universal: Eloí, Alá, u otro.

7. La percepción de la UNICIDAD del Creador Universal.

8. Práctica de la conexión espiritual con el Creador Universal: 

Afirma, en la mañana, a mediodía y en la noche, o en cualquier momento en que precises fortalecer tu serenidad:


· Entro en conexión espiritual con el creador universal, contando de cuatro a uno: 4 – 3 - 2 - 1.

· Ahora estoy ya en conexión espiritual con el Creador Universal.

· Formo una unidad cósmica  perfecta con el Creador Universal.


Repetir, meditando en ello: Él es yo; yo soy Él; soy –y represento-, todo lo que Él es. (Cuatro veces).

Con los ojos abiertos o cerrados, al repetir la convención mental anterior, hazlo centrando la atención en la cabeza, en el punto donde nace el remolino de pelo. Al terminar, da por hecho que has efectuado la conexión.

Recuerda lo que la ley cósmica expresa al respecto: 

-Donde centras la atención se expande la conciencia y el poder creador potencialmente infinito. En el primer caso percibes la realidad. En el segundo, se activan la fuerza de empuje y la de bloqueo que permiten hacer la cosa correcta, en el lugar preciso, en el momento oportuno.


sábado, 1 de junio de 2013

REFLEJOS DEL HOMBRE


REFLEJOS DEL HOMBRE
16 de abril de 1970

©Giuseppe Isgró Cattafi


La existencia es un acontecer continuo de actos. Esos actos demuestran que la vida es una realidad. Son las obras realizadas las que demuestran que hemos vivido. Por medio de ellas nos perpetuamos a través de la eternidad. Son asimismo el reflejo de lo sublime o de lo nefasto, según nuestro estado evolutivo.
En la naturaleza todo es bello, todo es sublime y grandioso. Lo malo, lo pernicioso no es sino un tránsito, durante el cual el ser humano rehúsa ver la realidad. Cierra los oídos a la musical armonía del infinito. La fealdad no existe sino cuando el ser yace estancado.
En el Universo todo es grandeza, y el hombre la máxima expresión. Los problemas humanos no son sino una trasgresión a las leyes naturales. En la realidad no son tales, sino el medio por el cual el hombre efectúa la superación evolutiva de su ser. Son etapas en que trabaja para armonizar su condición antagónica con las leyes que les rigen. Paralelamente avanza en experiencias que le han de llevar a un más allá en conocimientos y evolución.
El hombre es un eje del eterno progreso; como tal se perpetúa en la transformación de las formas de la creación y al mismo tiempo se transforma a sí mismo, cambia de ignorante a sabio, hasta hacerse maestro de la creación. Esto lo comprendemos, claramente, en aquellas palabras que revelaran a Abraham el mandato del Creador, que dicen: -“Id hijos míos y acrecentad la Creación y cuando seáis sabios volved a mí que siempre os espero”-.
Nada resiste la fuerza creativa y la sabiduría del hombre. Pero él ha de ser un estudiante asiduo y sincero.
Ha de estar vigilante para no descuidar la marcha continua del progreso en el ritmo armonioso que dictan las leyes naturales.
El hombre, como expresión máximo de lo sublime, de lo infinito, ha de efectuar en su existencia el desarrollo del ideal Universal, para alcanzar la solidaridad de su ser con la inmensidad del Universo, y en él con sus semejantes.
Armonía y estudio, amor y trabajo, sinceridad y constancia, nos llevarán a la realización de la gran misión del hombre.



Publicado  en la Prensa, el 16 de abril de 1970.

LOS SENTIMIENTOS Y LAS NECESIDADES

LOS SENTIMIENTOS Y LAS NECESIDADES

©Giuseppe Isgró Cattafi


El ser humano está dotado, por dos elementos claves, que son: los sentimientos y las necesidades. Ambos expresan el conocimiento y la fuerza, en ambas polaridades.
El conocimiento es expresado por el lenguaje de los sentimientos análogos a los valores universales, dentro de la conciencia, como guía de los pensamientos, de las palabras y de los actos. Los valores, por ejemplos, son: el amor, la afinidad, la justicia, la igualdad, la compensación, la reciprocidad, la fortaleza, la templanza, la belleza, la tolerancia, la solidaridad, la paciencia, la confianza, entre otros. Son de doble polaridad, y se expresan como valores en sí o antivalores, es decir: sentimientos de justicia o de injusticia, de belleza o de fealdad, de fortaleza o de debilidad, de confianza o de desconfianza, etcétera. Al mismo tiempo, manifiestan conocimiento y fuerza; la fuerza es el fervor o grado de pasión, que tiene unos parámetros positivos y otros negativos, en base a los cuales se derivan sus efectos equivalentes: buenos o lo contrario. Los valores universales constituyen en el ser humano, los atributos divinos, que no son otra cosa que los sentidos cósmicos o espirituales, que le sirven para percibir la realidad integral y guiar su conducta en todos los ámbitos existenciales regidos por la ley cósmica.
Las necesidades, a su vez, constituyen el mecanismo que manifiestan, en la vida de la persona, el grado equivalente de poder creador a la necesidad experimentada, para ayudarle a satisfacerla.
Es decir, el ser humano se encuentra dotado de un poder potencialmente infinito, el cual, únicamente, puede expresar por medio de las necesidades que va experimentando en la vida, en la escala jerárquica estructurada por Abraham Maslow, es decir: necesidades básicas, de seguridad, sociales o afectivas, de estimación, propia o ajena, y de autorrealización, además de ellas, la necesidad de conexión con la Divinidad.
Cada necesidad expresa el grado equivalente del poder creador del cual está dotado para satisfacerla. Luego, el qué, el cómo, el cuándo, el dónde, el quién, el cuánto y el porqué, la persona lo percibe en una triple vertiente:
1) Por su capacidad de razonamiento, utilizando la lógica inductiva y deductiva;
2) La percepción intuitiva y la inspiración;
3) La guía de los valores universales, mediante los sentimientos equivales expresados en la conciencia humana, réplica exacta de la del Creador; y,
4) Los deseos en todas sus vertientes, que trascienden la satisfacción básica de las necesidades. La razón, la intuición, la inspiración, los valores, y sus sentimientos inherentes,  las necesidades y los deseos, cada quien a su manera, rigen sobre la voluntad, ésta sobre los pensamientos, las palabras y los actos, y los actos sobre los resultados.
La pasión, el fervor y el entusiasmo, constituyen fuerzas expresadas dentro del ser, en la conciencia; sus etapas de desarrollo pasan por los niveles de: la curiosidad, el interés, el conocimiento, la convicción, el entusiasmo y la determinación. Canalizan las propias fuerzas, más las que expresa el Creador, por el lenguaje de los sentimientos en la conciencia, y la fuerza de empuje y la de bloqueo; pero, además, expresan la inspiración de conocimientos y de fuerzas desde la dimensión espiritual, de los Espíritus.
Estos inspiran, por el pensamiento dentro del pensamiento, ideas con las cuales la persona siente afinidad, generándole un impulso en ambas vertientes, positiva-negativa, según la índole del Espíritu inspirador, más la energía inherente a tales realizaciones.
En ambos casos, cada persona posee el libre albedrío y puede decidir seguir o no la inspiración, y si se mantiene firme, prevalece la voluntad de la persona en particular, si logra superar la tentación y escucha la voz de su conciencia, quien siempre le indicará qué hacer o que dejar de hacer, cuando y porqué. Los antiguos denominaban al entusiasmo: -“Dios dentro de sí”.
En la acepción de los antiguos, Dios significaba Espíritu. En conclusión: siempre que una persona decida seguir o dejar de hacerlo, cualquier inspiración, los entes inspiradores, respetarán dicha decisión.

viernes, 31 de mayo de 2013

PASIÓN, FERVOR Y ENTUSIASMO

Miguel Ángel

PASIÓN, FERVOR Y ENTUSIASMO

©Giuseppe Isgró C.


La pasión es un grado de fervor que excede el punto del equilibrio, o un sentimiento expresado en la conciencia en polaridad negativa y que, manifestado, luego, en pensamientos, palabras y actos, crea consecuencias de las cuales se ha de responder.
Empero, el fervor positivo, que denota el entusiasmo que la persona experimenta hacia la obra que realiza, además de la convicción implícita que contiene, transforma a la persona en incansable hasta alcanzar la perfección de la misma o la culminación de su ideal.
La pasión en su polaridad positiva es el artífice de las obras maestras de que disfruta la humanidad, así como de las innovaciones e invenciones del ingenio humano.
El entusiasmo se puede desarrollar por la curiosidad, que induce a una búsqueda constante; por el interés, que centra la atención en un área particular, expandiendo la conciencia y el poder creador. 

La expansión de la conciencia y del poder creador permite un conocimiento más profundo sobre el tema del propio interés.

 Un conocimiento más profundo, que trascienda lo normal, o mínimo esencial, se transforma en convicción, y ésta se expresa por medio del entusiasmo.

 Ese conocimiento amplio que se alcanza sobre un determinado tema, o realidad, generalmente contempla una percepción objetiva y otra subjetiva. La subjetiva puede serlo por intuición o por inspiración. 

El conocimiento subjetivo obtenido por intuición, o inspiración, trasciende el obtenido a través de los cinco sentidos, y por la capacidad de razonamiento por medio de la lógica inductiva y deductiva y permite una visión más amplia, profunda y real de las cosas. 

El entusiasmo y la inspiración cumplen roles semejantes, o análogos. El entusiasmo significa, etimologicamente, "Dios dentro de sí". 

La inspiración se efectúa por la comunicación de un pensamiento por el pensamiento, o de un sentimiento dentro de la conciencia. 

El pensamiento dentro del pensamiento, aporta el conocimiento subjetivo, y puede ser inspirado por Espíritus que forman parte de la dimensión espiritual, y por encarnados, en desdoblamiento, o proyección espiritual. El sentimiento de un valor universal inherente, como el amor, la justicia, la fortaleza, la templanza, la belleza, la compasión, entre otros, es inspirado por Dios dentro de la conciencia. Se transforma en convicción; ésta en entusiasmo o pasión positiva, y el entusiasmo o la pasión positiva, en un poder creador que convierte a la persona en incansable hasta conseguir lo que para todos parecía imposible, y la perfección en todo cuanto hace. 

El conocimiento por intuición es el obtenido por la percepción del propio espíritu en proyección espiritual, o desdoblamiento, que le permite trasladarse al lugar en que se encuentra lo que precisa conocer, bien sea que se encuentre en un lugar físico, o en el propio archivo espiritual, en el alma, o en el archivo espiritual de cualquier ser, encarnado o desencarnado, en este planeta, o en cualquier planeta del universo. En esta proyección espiritual, el espíritu puede llegar hasta donde su nivel evolutivo, estado de conciencia y autoridad moral se lo permitan. Percibe el conocimiento que precisa, o lo lee en el archivo espiritual de cualquier ser, en los cuatro reinos de la naturaleza, que lo contenga, y lo transfiere a la conciencia objetiva como intuición, o percepción de ideas que la persona, generalmente, no sabe de donde las ha obtenido.

La pasión positiva, el fervor y el entusiasmo, en cualquiera de sus expresiones o vertientes, constituyen rasgos del genio eterno e inmortal que se anida en cada ser, en los cuatro reinos de la naturaleza.


jueves, 30 de mayo de 2013

MEDITACIONES ESENCIALES: 904


MEDITACIONES ESENCIALES: 904

©Giuseppe Isgró C.


El ejemplo edificante que se transmite por medio del propio mensaje, con un enfoque positivo, centrando la atención en los aspectos ejemplares de la sociedad, constituye el mejor aporte para estimular su desarrollo.
Se le atribuye a Jesús de Nazareth, el aforismo que expresa: -“En lo que ves, te convertirás”. Si la colectividad, a través de todos los medios de comunicación, incluyendo el arte, ve los ejemplos de la gente virtuosa, por el principio de: -en lo que se centra la atención se expande la  conciencia-, al orientar positivamente las mentes de las personas con mensajes constructivos, contribuimos  a edificar una mejor sociedad. Los ejemplos negativos hay que erradicarlos de la circulación, conjuntamente con las causas que los producen, y con campañas que centren la atención en la polaridad positiva opuesta.
Ese será el periodismo que imperará en breve tiempo, a nivel mundial, y será la misma sociedad que exigirá, a los medios de comunicaciones, a que sea depurado el mensaje que transmiten en los cuatro medios  inherentes, como son la prensa, la radio, la televisión y el cine; más cualquier otra expresión cultural, como los libros, las obras de artes, el teatro, vallas publicitarias, folletos publicitarios, mensajes transmitidos de boca a boca, y cualesquiera otros vehículos de expresión humana, además de los mencionados.
Es preciso ver la botella medio llena, y no medio vacía. Las cosas hermosas y no las feas, la prosperidad y no la pobreza, el amor y la armonía, y no lo contrario, ya que en lo que se ve y centra la atención, en eso, precisamente, cada quien se va convirtiendo, por la ley de atracción. Las imágenes mantenidas en la pantalla mental, tienen fuerza de atracción: atraen lo semejante, repelen lo desemejante.
 Los pensamientos y los sentimientos positivos, generan palabras y actos positivos, y auto-excluyen lo opuesto, automáticamente.

miércoles, 29 de mayo de 2013

CARIDAD, O JUSTICIA Y SOLIDARIDAD?


CARIDAD, O JUSTICIA Y SOLIDARIDAD?

©Giuseppe Isgró C.


La caridad es una evidencia de la injusticia existente en cualquier sociedad en que se practique la misma.

La caridad es un disfraz que utilizan quienes mantienen el interés de que las cosas sigan como están, dejando de aplicar las transformaciones que se correspondan con la dignidad humana, en el estricto cumplimiento de la justicia, de la igualdad, del amor, del equilibrio y de un pacto social justo entre la humanidad y el Estado.

Si existen personas que precisan este tipo de asistencia humanitaria, expresión del más puro amor y sentido de justicia, es porque existe un Estado y una sociedad, en los cuales los principios de la justicia y del amor, precisan ser cumplidos en su correcta dimensión equivalente a la dignidad humana.

Decía José Ingenieros:

 1) -“Detrás de toda caridad existe una injusticia. La persona justa quiere que desaparezcan por innecesarios el favor y la caridad. No puede escuchar a los que predican la caridad para seguir aprovechando la injusticia". 

 2) -"La solidaridad es armonía que emerge de la justicia. La solidaridad convertirá en derecho todo lo que la caridad otorga como favores, y mucho más que ella no puede otorgar".

3) -"La perfectibilidad se traduce en aumento de la justicia en las relaciones entre los hombres”-.

MEDITACIONES ESENCIALES: 887




MEDITACIONES ESENCIALES: 887

©Giuseppe Isgró C.



Al ser humano no le está permitido, tanto por la ley divina como por el Derecho Positivo, hacerse justicia por sí mismo.

Devolver bien por mal, permite la recapacitación a la otra parte, quien, oportunamente, se disculpará, compensando, el perjuicio causado. Por la ley divina y por la humana, siempre se es acreedor a la compensación inherente a cada caso.

Al perdonar a quien nos ha ocasionado un perjuicio, de la índole que sea, se deja en libertad a la justicia divina de que efectúe la respectiva compensación. Siempre existe el derecho, también, de intentar las acciones legales a que la Legislación vigente, en cada lugar, permite.

Es una decisión personal de cada quien. Si la persona, reaccionando a nivel personal en contra de la persona que le ha ocasionado un perjuicio, y lo hace de pensamiento, sentimiento, palabra y actos, podría hacerse responsable en relación a la otra parte, de un daño mayor del que ha recibido, en cuyo caso, pasaría a ser, de acreedor, deudor por la diferencia.

Siempre es mejor ser acreedor que deudor, por cuanto, se otorga o se recibe la compensación a que haya lugar, en cada caso particular.

martes, 28 de mayo de 2013

MEDITACIONES ESENCIALES: 883


MEDITACIONES ESENCIALES: 883

©Giuseppe Isgró C.



Adam Smith, el fundador de la Economía moderna, en el siglo XVIII, tuvo una genial percepción: -“Cada persona buscando su propio beneficio, para lograrlo debe aportar, primeramente, para la sociedad en que vive, un servicio o un bien, con lo cual, la naturaleza, sin obligar a nadie, logra que se hagan las cosas”.

Es decir, esa persona que, buscando acumular bienes, aun cuando lo haga con un fin egoísta, si lo hace honestamente, realizará, antes, en beneficio de la colectividad, actividades que al mismo tiempo que le facilitan la acumulación anhelada, aportarán un bien o servicio que llenará una necesidad insatisfecha.

Si ese beneficio es logrado sin ajustarse totalmente a la justicia, ésta, oportunamente, realizará la respectiva compensación.


En todo caso, siempre, la persona, recabará, de la experiencia, un aprendizaje provechoso, dándose cuenta del sentido de la medida que debe regir en todo, por cuanto, en la realidad, todo exceso en un área determinada, se realiza con un déficit en otra. Es preciso que en todo reine un justo y perfecto equilibrio.

domingo, 26 de mayo de 2013

EXISTE LA FATALIDAD?





EXISTE LA FATALIDAD?


©Giuseppe Isgró C.



Allan Kardec, en El Libro de los Espíritus, antepuso la pregunta 851, de la siguiente manera:

-“Podría decirse que existe una fatalidad en los eventos de la vida, que implique que los acontecimientos estén, ya, previamente preestablecidos?”-

La respuesta que obtiene, señala: -“La fatalidad no existe sino por la elección que el Espíritu ha hecho, encarnándose, de pasar por esta o aquella prueba, por cuanto, eligiendo, él se crea una especie de destino, que es la consecuencia misma de la condición en la cual se ha colocado. Bien entendido, pero, que aquí se habla de las pruebas físicas, dado que, en lo que se refiere a las pruebas morales y a las tentaciones, el Espíritu, quien conserva su libre albedrío, tanto para el bien como por el mal, es siempre dueño de ceder o de resistir. Un Espíritu bueno, viéndolo vacilar, puede moverse en su ayuda, pero no imponérsele dominando su voluntad; un Espíritu inferior, es decir de bajo nivel evolutivo, haciéndole ver una cosa por otra, o exagerándole un peligro, puede impresionarlo, asustándole; pero, por lo menos, la voluntad del Espíritu encarnado queda libre de toda coacción”-.

Es extraordinaria la percepción de la verdad expuesta en este parágrafo en relación a las pruebas previamente elegidas por el Espíritu antes de encarnar, que van a conformar su destino, en determinado grado, en el nuevo ciclo de vida.

Esta realidad está conformada por diversas vertientes: En primer lugar, las pruebas que elige, el mismo Espíritu, de manera que pueda desarrollar habilidades en aquellas áreas en que él comprende que precisa fortalecerse.

Selecciona, también, determinadas pruebas para experimentar situaciones análogas a las que él ha ocasionado a otros, en vidas anteriores, como un aprendizaje.

Otras, las elige para optimizar aquellas aptitudes que previamente ha fortalecido, bien sea aportando un bien a la sociedad, o un servicio, que van a fungir como vocación existencial, y que reflejarán sus puntos fuertes; mientras que las otras pruebas lo harán con sus  puntos menos fuertes.

Empero, en segundo  lugar, su suma existencial, por la ley de afinidad, previo el veredicto de la de justicia, la de igualdad y la de compensación, van ubicándolo o reubicándolo, automáticamente, en el nuevo orden que le corresponde en el concierto de todas las cosas, tanto por sus fortalezas como por sus debilidades, en el cual orden, podrá, en mejor forma, optimizar las primeras y fortalecer las segundas.

Todo ello conlleva, paralelamente, el aprendizaje que precisa en uno o en otro sentido.

En tercer lugar, tenemos lo siguiente: dado que en el planeta tierra, o en el de turno en que se viva, en un determinado momento, existe un plan de vida y de estudios, que se va realizando en forma gradual, y sistemáticamente, por los pedagogos  planetarios, necesariamente, entre las pruebas existenciales y los estudios a realizar, se encuentran aquellos que se vinculan con este programa planetario.

El orden en que su suma existencial le ha colocado, por acción efectiva de la ley de afinidad, previo auxilio de las de justicia, igualdad y compensación, le ubica en un ambiente afín de seres que se encuentran en una esfera mental evolutiva que va desde un grado mínimo hasta otro de jerarquía superior, entre cuyos niveles cada quien recibe enseñanzas del que se encuentra en el rango superior y, a su vez, enseña, a los que les siguen, inmediatamente, en un justo y perfecto sistema y orden jerárquico, en la gran cadena evolutiva universal. Los afines se juntan en todos los niveles.

También es cierto que, si bien a nivel físico, en un área específica, convivan millones de personas, a nivel espiritual, en la ecología mental –conformada por Espíritus encarnados y por los que se encuentran en la dimensión espiritual- cada quien puede formar parte de una esfera mental diferente, de acuerdo al grado evolutivo arrojado por su suma existencial.

 Pese a vivir en el mismo ambiente físico, viven en diferentes mundos mentales.

Empero, por efectos de la resonancia magnética, los de nivel superior, en la escala evolutiva, influyen, positivamente, en los que les siguen en rango, tanto por la comunicación de contenidos mentales, vía telepática, como por el ejemplo, a nivel objetivo-visual.

Este efecto de influencia espiritual, se lleva a cabo, también, por interrelación entre las dimensiones espiritual y física, vía telepática, donde los Espíritus, cada uno en su respectivo nivel, aporta la ayuda o la influencia respectiva, pero, respetando, siempre, el libre albedrío de cada quien, como un derecho intrínseco de cada ser.