jueves, 5 de julio de 2012

LA INICIACIÓN PERFECTA




LA INICIACIÓN PERFECTA

©Giuseppe Isgró C.


La iniciación masónica al grado de compañero, fue conocida, entre los antiguos, como la Iniciación Perfecta.

Ella marca, para el compañero, una nueva etapa en su carrera masónica, cuyas influencias habrán de enriquecerle integralmente.

Después de un período de estudios, y de pruebas, por los cuales ha pasado desde que fue iniciado a la luz masónica, cuya duración es de doce semanas, o más, un aprendiz ha solicitado a nuestra Augusta Cámara de Compañeros, su aumento de salario, para el cual se considera digno, y evidenciando, al mismo tiempo, un sincero deseo de continuar progresando en nuestra Magna Institución Masónica.

La Cámara de Compañeros, después de analizar su tesis de grado respectiva, presentada por el aspirante a Compañero y sometiéndose él mismo al examen correspondiente, así como, después de efectuar un análisis de la vida masónica y profana del aprendiz, se observa si el mazo y el cincel tuvieron tiempo de dar a la piedra bruta de su personalidad la forma equivalente a la ideal para la construcción del Gran Edificio Cósmico.

El grado de compañero representa la segunda edad del ser, en cuyas enseñanzas está compendiada la síntesis de:

1) Sus deberes para con Dios, representada por la fe perceptiva de la realidad.
2) Para consigo: simbolizada por la esperanza o expectación positiva, reflejada por la confianza en sus propias fuerzas y en las leyes de la vida.

3) Para con sus semejantes: expresada por el amor, verdadera síntesis de los valores universales y soporte de todas las virtudes.

En la antigüedad, en la época de la construcción del Templo de Salomón, era habitual, en las confraternidades de los constructores, según la leyenda, de que los nuevos compañeros cambiaran sus instrumentos, y de trabajo, pasando algunos a ser cortadores de piedras, mientras que otros eran asignados a la tarea de ajustar, exactamente, las que habían sido, ya, desbastadas por los aprendices.

El ilustre masón francés, J. M. Ragon, al referirse al grado de compañero, expresa que éste tiene por objeto “el estudio de las ciencias naturales y la investigación del origen y la causa de todas las cosas”, en perfecta concordancia con nuestra definición moderna de que la Masonería es el estudio de todas las ciencias, de todas las filosofías, de todas las artes y la practica de todas las virtudes. En el estudio de sus enseñanzas se descifran, e interpretan, los símbolos; proporciona el conocimiento de sí mismo; ilustra la manera de cómo se puede ser más útil, así como la forma en que la Francmasonería puede prestar a la humanidad grandes servicios, estimulando y formando cada uno de sus miembros para que su contribución sea acrecentada a través del trabajo, de la ciencia y de una vida virtuosa, con lo cual el compañero masón puede alcanzar la excelencia existencial, haciendo más y mejores cosas con menor cantidad de recursos, esfuerzos y tiempo.

Estas características hacen que el compañero masón sea un filósofo práctico, por lo cual, en el estudio del simbolismo y de la enseñanzas del grado, se percata de que está entrando en comunicación con una sabiduría antigua, y atemporal, que le permite fijar los objetivos de su existencia y construir la obra de su vida de acuerdo con los planes trazados por el Supremo Artífice, y por la razón, iluminado, paralelamente, por la intuición y por la inspiración, con lo cual puede culminar exitosamente el edificio moral de sus conocimientos.

Durante la iniciación, cuando el aspirante a compañero realizó su primer viaje simbólico, llevaba dos instrumentos: el martillo y el cincel, con lo cual realizó su trabajo de aprendiz. Por medio de ellos el cantero desbasta la piedra bruta. Ambos instrumentos tienen relación con la voluntad firme y decidida y la determinación inteligente, facultades éstas que le permiten pulir las asperezas e imperfecciones de la piedra bruta de la personalidad, elaborando la obra de arte: la piedra labrada, con lo cual se transforma en un auténtico francmasón, con libertad de ejercer su arte en forma independiente sin límites de espacio ni de tiempo. Durante el trayecto simbólico, diversas imágenes recuerdan al postulante a compañero, los cinco sentidos con que ha sido dotado por la naturaleza; ver, oír, oler, gustar y tocar, por medio de los cuales debe, con conocimiento de causa, tomar contacto, conscientemente, con el mundo exterior.

En el segundo viaje simbólico, el recipiendario lleva con sí dos instrumentos destinados a servirle de guía en la realización de un trabajo de carácter intelectual: la regla y el compás. Ambos le sirven para verificar el trabajo efectuado con los dos instrumentos anteriores, es decir: el mazo y el cincel. Paralelamente, el compañero adquiere los rudimentos esenciales de la geometría, que otorga a sus cultores la clave del arte de la construcción, -física, moral y espiritualmente-, facilitándole la interpretación de los planes del Gran Arquitecto del Universo.

Al inicio del tercer viaje simbólico, el recipiendario recibe una regla y un alza prima o palanca. Su significado es conocido, es decir: el compañero debe servirse de la regla como instrumento de dirección para hacer una obra definida y efectivamente constructora. La palanca simboliza la inteligencia humana, en forma integral, siendo su punto de apoyo el cuerpo físico. De forma análoga, la inteligencia se afinca sobre la voluntad, que representa el potencial espiritual del ser. En esta fase evolutiva, el compañero se familiariza con las siguientes artes liberales: la gramática, la retórica, la lógica, la aritmética, la geometría, la astronomía y la música.

La clave esencial de la cual adquiere consciencia el compañero que desea ascender a los niveles de la percepción de la realidad, es la de que debe confiar en sus propias fuerzas y no esperarlo todo de la iluminación divina. Es decir, debe combinar la lógica inductiva y deductiva con la intuición y la inspiración, en una percepción y acción conjuntas.

En el cuarto viaje simbólico, el aspirante a compañero aprende el uso de la escuadra. Esto le permite someter sus acciones a la razón y a la ley moral, simbolizada por la medida, desarrollando, precisamente, “el sentido de la medida”, que le sirve de guía en todos sus actos, reflejando la justicia y la equidad en armonía con todos y con el Todo. Adquiere conciencia sobre la importancia de “considerar el fin de todas las cosas”.

La escuadra permite establecer las figuras geométricas en perfecta armonía y total rectitud. Es el modelo mediante el cual debe desenvolverse la vida del compañero.
El quinto viaje es el último que simbólicamente realiza el recipiendario ante de su recepción en el grado de compañero. Ahora se encuentra con las manos libres; no lleva ninguna herramienta. Posee el conocimiento suficiente. Todo lo lleva consigo, al igual que Pitaco, uno de los siete sabios. Al final del recorrido alcanza un estado de iluminación, en cuya percepción intuitiva e inspirativa será capaz de recibir directamente, y por sí mismo, la luz, experimentando, al mismo tiempo, el influjo creador que le permitirá la concepción y la realización de su cuota de asunción en la realización de la gran Obra. Después de haberse encontrado en un estado de completa obscuridad, al igual que todo el recinto en el que está ubicado, en el momento oportuno un foco de luz aparece en el este, en el oriente, en la fuente existencial. Al igual que las estrellas iluminan mejor en la noche obscura, así la luz, en conexión divina, emana del centro universal para iluminar el horizonte humano, al compañero que alcanza a ver la estrella flamígera cuyas cinco puntas representan al hombre, emanación de la Divinidad. Al centro de la estrella emerge la letra “G”, entre cuyos múltiples significados se encuentra, precisamente, la representación del nombre de Dios en varios idiomas.

La estrella flamígera es el símbolo del genio que se eleva a las grandes realizaciones creadoras. Es la imagen de la fuente universal que ilumina el espíritu de cualquier ser que asume el ideal de dedicar su existencia a la conducción gloriosa de sí mismo y a la educación de la humanidad en los valores universales, soporte de la practica de todas las virtudes.

La estrella flamígera representa al ser evolucionado que ha desarrollado sus facultades espirituales, alcanzando la conciencia perceptiva en conexión con la conciencia cósmica. Ha descubierto que es poseedor de un poder creador potencialmente infinito que se expresa, oportunamente, y en grado equivalente, cada vez que experimente determinados niveles de necesidades. Allí reside la esencia de su poder potencialmente infinito: en la conciencia de lo que ignora, en las necesidades que afronta, resueltamente, y en los objetivos que asume a nivel personal y en la realización de la gran obra.

En síntesis, la estrella flamígera es el centro universal de donde emerge la auténtica luz y el poder creador universal.

El compañero alcanza la excelencia del grado en que tiene el privilegio de ascender haciendo gala de una esmerada dedicación, de una asidua y efectiva actividad creadora, así como del ejercicio de la prudencia, de la templanza, de la fortaleza, de la belleza, como expresión estética en todas sus obras, en los niveles físicos, morales y espirituales, de la justicia y de la armonía en todos sus actos y tratos sinalagmáticos.

Recibido en una Logia Perfecta, por el Venerable Maestro, los dos Vigilantes, los tres Maestros y un Compañero, pasa de la columna “B” a la “J”, subiendo a la quinta grada, en su ascenso evolutivo del Taller Cósmico.

Dotado de un signo, de un tocamiento, de una palabra sagrada de compañero y de una de pase, empero, su transmutación interior proyectar la luz que le distingue en cualquier entorno en donde vaya o actúe, y sin siquiera hablar ni hacer gesto alguno, es reconocido instantáneamente por sus iguales. Quienes, en el mundo profano tratan con él saben que es un ser de conducta virtuosa y digna. Le reconocen como Masón, una de las máximas distinciones a la que puede aspirar un ser humano, si realmente está dispuesto para la realización del ideal supremo de la perfección existencial concebido y ejecutado por los Hijos de la Luz.

El carácter pectoral del signo implica la custodia prudente de los tesoros morales y espirituales que le han sido confiados.

La palabra sagrada denota esa fuerza que sólo la conexión con el Creador Universal permite canalizar, por cuanto en Él se encuentra la fuente del poder creador y de Él emana la potencia divina que vivifica toda realización humana. En la columna del sur, -lugar de reunión de los compañeros-, se encuentra el calificativo respectivo que permite el acceso a la fuente interior del conocimiento.

En cuanto a la palabra que facilita el pase a la fuente, numerosas como las espigas del trigo han de ser las obras del compañero, para acceder a la fuente trascendental de la sabiduría y del poder creador, en la cadena de la fraternidad universal.

El punto gutural y pectoral, recuerdan al compañero sus obligaciones. El manual: mediante el respectivo toque preciso, permite percibir al compañero cuando se encuentra frente a su homólogo.

El pedestal: imparte la enseñanza de que todo masón, bajo la égida de la escuadra, recorre el camino de la vida ciñéndose a la equidad y a la justicia, en todos sus actos existenciales.

Como se ha dicho ya, la ubicación de los compañeros es en la columna del sur. Allí se encuentra el respectivo maestro que transmite la enseñanza necesaria y oportunamente. Este es el lugar, también, en el que reciben su respectivo salario cósmico.

La edad alcanzada por el compañero, representa la quintaesencia existencial, además de otros aspectos claramente identificables, como son los cinco sentidos y su respectivo uso. Se observa perfecta armonía en el toque, en la batería, en la marcha, en la edad, en la palabra sagrada, en la estructura geométrica de la estrella flamígera, en los viajes simbólicos y en las gradas del Taller.

Este simbolismo quintaesenciado en sus tres niveles de expresiones, representa:
1) En el plano físico: El nacimiento, la infancia, la edad adulta, la fuerza y la salud.

2) En el nivel intelectual: La gramática, la retórica, la lógica, la aritmética y la geometría.

3) En el sentido moral: La inteligencia, la rectitud, el amor, la prudencia y la filantropía.

El compañero realiza su trabajo iniciático desde el mediodía hasta medianoche, simbolismo que él conoce muy bien sabiendo que a la hora precisa de actuar hay que hacerlo puntualmente; y que, cuando llega el momento en que la tarea debe ser terminada, es preciso concluirla, pasando a la siguiente fase de reposo creativo-restaurador; de la actividad interior perceptiva de los elevados objetivos existenciales en correspondencia con los de la Gran Obra, a la realización externa, donde lo interno se hace patente como un claro reflejo de que lo que está adentro es idéntico a lo que se expresa afuera y de que lo que se encuentra arriba es análogo a lo que se manifiesta abajo, en perfecta armonía con todos y con el Todo.

El compañero se percata de que es preciso llegar a la mitad de la vida para ser útil a sus semejantes, tal como lo dijo Dante Alighieri, en su Divina Comedia, cuando expresa: -“En el medio del camino de la Vida”, etcétera, a partir de cuyo momento ha de trabajar la otra mitad en beneficio de la humanidad hasta la etapa culminante, en un determinado ciclo existencial.

La solapa del mandil del compañero, con la punta hacia abajo, denota que la inteligencia rige sobre la materia y que el espíritu expresa el perfecto autodominio sobre sus pasiones, exteriorizando los rasgos del iniciado, representados en la perfecta serenidad, en la calma imperturbable que le es inherente, en la impasibilidad frete a todo y a todos, y en la clara lucidez de su juicio a la hora de elegir la acción correcta, en el momento oportuno, para realizar la labor adecuada, de acuerdo a las inquietudes de los tiempos, en perfecta sintonía con los planes trazados por el Gran Arquitecto del Universo.

El estudio constante, permite, al compañero:

1) Percibir la propia misión en la vida, cumpliendo, simultáneamente, sus deberes y ejerciendo sus derechos, prudentemente.

2) Utilizar todos los recursos con que le dotó la naturaleza, es decir: el poder potencialmente infinito de su eterno e inmortal espíritu y las facultades espirituales que expresan dicho poder y la sabiduría de los valores universales.
3) Alcanzar el perfecto autodominio y el dominio de todas las circunstancias existenciales y del medio ambiente, paralelamente. Que cada acto refleje la inteligencia del Espíritu en perfecta correspondencia con los valores universales, haciendo el uso debido del desapego. Esto permite al compañero transformarse en la piedra cúbica viviente que le dará cabida en el grado del Magisterio, etapa siguiente, a cuya exaltación todo compañero digno de tal calificativo se encuentra destinado, en la realización de la Gran Obra.

4) Un compañero hábil, inteligente, estudioso y dinámico, será sin duda un excelente maestro, por lo cual, ahora, en este mismo instante, es preciso forjarse el propósito y la meta de llegar a serlo y poner manos a la Obra, en ello. Recordemos que el sublime mandato del Gran Arquitecto del Universo al Ser –en los tres reinos naturales- es el de alcanzar la maestría cósmica. En la realización de este propósito cósmico, empero, es preciso recordar que debería mantenerse la actitud de los Eternos Aprendices, única manera de acceder a los niveles superiores de la espiral evolutiva de la sabiduría de los valores universales.

Que el Gran Arquitecto del Universo ilumine y proteja a los nuevos compañeros, otorgándole la sabiduría de los valores universales, la salud física, mental y espiritual y la riqueza integral.

Hacemos votos para que la Augusta Institución Masónica Universal continúe siendo una escuela de virtudes y de liderazgo efectivo, capaz de conducir a la humanidad por los caminos de la paz, de la armonía, del amor, de la fraternidad, de la ciencia, de la prudencia, de la justicia y del entendimiento, bajo la égida del Gran Arquitecto del Universo. Así sea.

Adelante.

Puerto La Cruz, Venezuela, 30/04/1982.
Revisado: Lechería: 26 de junio de 2010.


DIOS, EL SER UNIVERSAL
POR ALLAN KARDEC
Versión castellana y comentarios exegéticos
de Giuseppe Isgró C.
La obra cumbre del pensamiento universal!

Dios y el Infinito. Pruebas de la Existencia de Dios. Atributos de la Divinidad. Panteísmo.

DIOS Y EL INFINITO

1. Quién es Dios?
-“Dios es la suprema inteligencia, la causa primera de todas las cosas”-.
COMENTARIO EXEGÉTICO GIC: En la primera edición de El Libro de los Espíritus la pregunta se formula tal como la hemos traducido desde la edición italiana, es decir: Quién es Dios?, en vez de: Qué es Dios, como se modificó en la segunda edición francesa y en todas las versiones a partir de entonces. Cuál de las dos formas es más acertada? Estimamos que ambos enfoques de preguntas son correctos, empero, la respuesta: -“Dios es la suprema inteligencia, la causa primera de todas las cosas”-, correspondería mejor a lo que es Dios. Ahora bien: “la suprema inteligencia” es un atributo que alguien posee; quién es ese alguien? Ese alguien es Dios. Entonces la respuesta a la pregunta: Quién es Dios?, debería ser: Dios, es el Ser Universal que posee la suprema inteligencia, y constituye, al mismo tiempo, la causa primera de todas las cosas-.
Como suprema inteligencia ha contemplado todas las variantes habidas y por haber en el eterno presente, sin límites de ninguna naturaleza.
Como causa primera de todas las cosas, constituye la fuente de donde emanan a la Conciencia, en un momento dado, todos los Espíritus de todos los seres en los cuatro reinos de la naturaleza, con individualidad claramente demarcada y con unos atributos que se corresponden, en forma análoga, a los atributos divinos poseídos por el mismo Ser Universal. En este caso tendríamos Seres individuales y un Ser Universal, formando una Unidad perfecta e indisoluble. Fueron creados esos seres individuales o siempre han estado en la fuente, y en un dado momento han emergido a la conciencia? Esto derivado de que la vida no se crea ni se destruye, simplemente existe. Emana a la Conciencia, en cada uno de los cuatro reinos naturales con una misión específica y en calidad de ejecutores de la Voluntad del Ser Universal. El Ser Universal es el anhelo de ser, mientras que los seres individuales, -en los cuatro reinos- constituyen los ejecutores de dicha voluntad en todos los planos existenciales, en el eterno ahora.
La Conciencia de un Espíritu como ser individual, en los cuatro reinos naturales, nos aportaría la explicación de la creación de las formas materiales de la vida en todos los planos de expresión, así como de la creación de los mundos, su desarrollo y extinción, en incontables ciclos, los cuales, gradualmente, iremos analizando, buscando la percepción intuitiva más que la percepción objetiva o razonamiento intelectual, lógicamente limitado. Es preciso centrar la atención en este enfoque para ir expandiendo la conciencia al respecto y la gradual percepción o darse cuenta de la realidad, siempre en expansión ilimitada.
La Unicidad del Ser Universal; hay un solo Dios. Pese a su emanación a la conciencia individual desde el Ser Universal, los seres individuales siguen conformando la Unidad con Él. La citada emanación a la conciencia individual les faculta con el libre albedrío, y les dota, simultáneamente, con los mismos atributos del Ser Universal, los cuales se corresponden con los valores universales. Además, cada ser individual, en los cuatro reinos naturales, está dotado de una conciencia que constituye una réplica exacta de la del Creador, por medio de la cual los seres individuales y el Ser Universal se comunican entre sí.
Cuáles son esos atributos divinos que los seres poseen en forma análoga a los del Ser Universal, en los cuatro reinos de la naturaleza, es decir: el humano, el animal, el vegetal y el mineral? Este es un objetivo de investigación.
Cuáles son los nombres divinos del Ser Universal, que analizándolos, o meditando sobre ellos, constantemente, permitan percibirle y conocerle? Se sugiere investigar los nombres que se le asignan a Dios en el Sufismo y en cualesquiera otras fuentes que se desee.
Evidentemente, conociendo los atributos divinos en su totalidad o en parte, gradualmente, cada quien puede adquirir conciencia de ÉL, de acuerdo al propio nivel evolutivo.
2. Qué debe entenderse por infinito?
-“Lo que no tiene ni principio, ni fin; lo ignoto. Todo lo que es desconocido es infinito”-.
COMENTARIO EXEGÉTICO GIC: En el sufismo, se le asignan las siguientes dos características a Dios, -el Ser Universal: La primera, denominada "Qidám", es decir: -“Él es lo anterior a lo anterior. Él no se hizo. Él siempre fue“-. La segunda, con el término "Baqá'", que significa: -“Él es el después del después, Eterno; Él siempre será“-.
Dios, -el Ser Universal-, constituye uno de los mejores ejemplos de la características del término “infinito”, por su carácter atemporal y eterno, como lo expresa el “Quidam”: -”Él no se hizo”; simplemente era, es y será en el eterno presente.
La primera vertiente del término “infinito” se relaciona con el tiempo: por su condición de eterno presente el tiempo es eterno, por lo cual, constituye el segundo mejor ejemplo de “infinito”.
En la segunda, Dios es, también, infinito en la perfección y en el potencial de sus atributos. En el potencial, por cuanto, si bien Su perfección lo es en grado infinito, en lo relativo a Su capacidad creadora, desde el momento en que siguen emanando de Él nuevos seres a la conciencia individual, en los cuatro reinos naturales, la misma se encuentra, aún, en grado de potencialidad, infinita, sí, pero potencial, es decir, seguirá en Su rol Creador eternamente. Esta característica de potencialidad de su capacidad creadora dejaría de ser potencial si ya todos los seres que existirán, en el eterno presente, existieran ya, es decir, que no van a emanar más nuevos seres a la conciencia individual, a partir del Creador Universal. En este caso, todos los seres, en los cuatro reinos naturales, existirían desde siempre, junto al Creador Universal. Pero, su capacidad creadora de nuevas expresiones de vida tiene un potencial infinito aún en el caso de que, el Espíritu individualizado en el Alma Universal, y dentro de una unidad de ella, sea, como de hecho es, el Espíritu Universal del Creador. Con este enfoque, realmente, no habría creación de nuevos seres, ya que quien se encarna en “la unidad” del Alma Universal, en una expresión individualizada, -SER INDIVIDUAL- es el mismo Creador Universal, -sin dejar de ser Él, ni separarse de Él-, a partir de cuyo estado inicial empieza un proceso evolutivo potencialmente infinito y eterno. Pero, en cualesquiera de las formas que se quiera ver, siempre constituye un carácter potencial, en grado infinito, de su capacidad creadora. (Ver comentario exegético de la pregunta Nº 81).
Un tercer enfoque del término “infinito” se relaciona con el espacio. El espacio cósmico es infinito, caso contrario, -qué habría más allá del límite? Si hubiese un límite dejaría de ser infinito.
Dentro de la respuesta dada por los Espíritus al maestro Allan Kardec, se expresa: -“lo ignoto. Todo lo que es desconocido es infinito”-.
Esta parte de la respuesta, realmente, tiene dos vertientes: la primera, de carácter infinito; la segunda, expresa un límite o condición finita. Es decir, en realidad lo ignoto, lo que se ignora, es infinitamente ilimitado; no tiene fin, eternamente encontraremos un más allá. Empero, en lo referente a: -“Todo lo que es desconocido es infinito”-, puede señalarse que en la suma de todo, en el Todo o en un área determinada, no en su número, sino en su potencial o posibilidades, lo desconocido es infinito, pero, en términos relativos, no todo lo desconocido es infinito. Por ejemplo: si a todas las galaxias existentes, aunque su número sea desconocido para nosotros, les agregáramos una más, dejarían de ser infinitas y así ocurrirá con todas las cosas en cuanto se refiera a su cantidad, cualidades y características. Pero, en cuanto al potencial y variantes de sus manifestaciones y aplicaciones, en todos los ámbitos, conservará su carácter infinito e ilimitado. Sin embargo, encontrándose el Universo en constante expansión, lo que aún siendo limitado, en un momento dado, se encuentra en constante crecimiento, lo cual ratifica que todo potencial es de carácter infinito.
3. Podría decirse que Dios sea lo Infinito?
-“Sería una definición incompleta por la limitación del lenguaje humano, insuficiente para expresar las cosas que son superiores a vuestra inteligencia”-.
Dios es infinito en sus perfecciones; empero, lo infinito es una abstracción. Decir, por lo tanto, que Dios sea lo infinito, sería tomar el atributo por el sujeto, y definir una cosa ignota por medio de otra igualmente desconocida.
PRUEBAS DE LA EXISTENCIA DE DIOS
4. En qué puede sustentarse la prueba de la existencia de Dios?
-“En un axioma que aplicáis a vuestras ciencias: No existe efecto sin causa. Buscad la causa de todo lo que no sea obra del ser humano y vuestra razón os responderá”-.
Para creer en Dios, es suficiente observar las obras de la Creación. El universo existe; por lo cual tiene una causa. Dudar de la existencia de Dios, sería como negar que cada efecto tenga una causa, y afirmar que la nada haya podido producir alguna cosa.
5. Cuál consecuencia se puede obtener del sentimiento intuitivo que todos los seres humanos tienen de la existencia de Dios?
-“La de que Dios existe. Cómo explicar en ellos este sentimiento si se apoyase en la nada? Y, también ésta es una consecuencia del principio de la causalidad”-.
6. El sentimiento íntimo que tenemos en nosotros mismos de la existencia de Dios, no podría ser una consecuencia de la educación, y el producto de ideas adquiridas?
-“Si esto fuese así, cómo tuvieron este sentimiento, también, las personas de las humanidades de épocas primitivas?
Si el sentimiento de la existencia de un Ser Supremo fuese el producto de la instrucción, no sería universal, y no se encontraría, como las nociones de las ciencias, mas que en los individuos y en los pueblos cultos.
7. Se podría encontrar la causa primera de la formación de las cosas en las propiedades íntimas de la materia?
-“Entonces, cuál sería la causa de estas propiedades? Volvemos siempre a la necesidad de una causa primera”-.
Atribuir la primera formación de las cosas a las propiedades íntimas de la materia, sería igual que tomar el efecto por la causa, por cuanto estas mismas propiedades constituyen un efecto que debe tener una causa.
8. Qué se debe pensar de la opinión que atribuye la primera formación de lo creado a una combinación fortuita de la materia, es decir, de la casualidad?
-“Otra absurdidad! Cuál ser humano de buen sentido puede considerar la casualidad como un ser inteligente? Y, después, qué es la casualidad? Nada”-.
La armonía, que regula las fuerzas del universo, demuestra combinaciones y principios determinados, y por lo tanto una potencia inteligente. Atribuir la primera formación a la casualidad, sería un absurdo, por cuanto en ella está ausente la visión y no puede producir los efectos inteligentes. Una casualidad inteligente dejaría de ser una casualidad.
9. Cómo se puede reconocer en la causa primera una inteligencia suprema, es decir, superior a todas las inteligencias?
-“Vosotros tenéis un proverbio que dice: La obra elogia el maestro. Ahora bien, examinad la obra y buscad el artífice; el orgullo, solamente, hace nacer la incredulidad. El ser humano orgulloso no acepta nada por encima de él, y se proclama un espíritu fuerte. Inconsciente ser que la ley de Dios neutraliza”.
El poder de una inteligencia se manifiesta por medio de sus obras. Ahora, por cuanto ningún ser humano puede crear lo que produce la naturaleza, se deriva que la causa primera debe ser una inteligencia superior a la de la humanidad.
Por grandes que sean los prodigios realizados por la inteligencia humana, la misma tiene una causa, y cuanto más lo que ella cumple es grande, tanto más debe serlo la causa primera. Ahora bien, esta inteligencia superior a cualquier otra es la causa primera de todas las cosas, sea cual fuere el nombre del cual el ser humano se sirve para designarla.
ATRIBUTOS DE LA DIVINIDAD
10. Puede el ser humano comprender la naturaleza íntima de Dios?
-“No: necesitaría un sentido que le falta”-.
COMENTARIO EXEGÉTICO GIC: Podríamos complementar la respuesta anterior de la siguiente manera, tomando en cuenta el contexto de las respuestas a las preguntas que siguen: -“No; necesitaría un sentido que le falta, aún, por desarrollar”.
El ser humano, y cada uno de los restantes seres en los cuatro reinos naturales, han emanado a la conciencia individual, a partir del Ser Universal, perfectos, dotados, potencialmente, de todos los atributos divinos, análogos a los de Él. La única diferencia reside en que los del Ser Universal se encuentran desarrollados en todas sus vertientes y variantes, en grado infinito, y los de los seres individuales, se encuentran dotados de potencialidad que desarrollarán en el eterno presente, sin límites de ninguna naturaleza, en la medida en que se vayan ampliando las percepciones de sus estados de conciencia. Es decir, los grados evolutivos de la conciencia se expresarán mediante una ampliación constante de sus aptitudes perceptivas y de comprensión, y en sus capacidades de hacer o dejar de hacer, expresando el poder creador potencialmente infinito, de acuerdo con los grados de necesidades que se vayan experimentando, en el aquí y ahora. Es preciso tener presente, al igual que se explica en el comentario de la respuesta a la pregunta Nº 81, que el Ser Universal emana a la conciencia individual, en el Alma Universal, en cada uno de los seres de los cuatros reinos naturales, sin dejar de ser Él mismo, y sin separarse de Él mismo, por lo cual, cada ser individualizado es el mismo Creador que inicia su respectivo rol dotado con los mismos atributos, y con libre albedrío, desde cero grado de progreso, pero con el mismo potencial infinito, tanto en conciencia perceptiva como en poder creador, que expresará en la medida que las necesidades existenciales lo vayan requiriendo, en su ascenso evolutivo gradual, y como expresión de la voluntad de la Divinidad, de la cual es instrumento. Es decir, en la medida que cada uno de los seres se vaya conociendo a sí mismo, en ese mismo grado reconocerá, en sí mismo, a Dios, el Ser Universal, percibiendo que todo es UNO. La clave reside en CONOCERSE A SÍ MISMOS, y percibir, en la propia conciencia, el lenguaje de los sentimientos con que, constantemente, se comunica el Ser Universal, con cada quien, en los cuatro reinos naturales. Allí, en la CONCIENCIA, se expresa el conocimiento de la VERDAD UNIVERSAL, relativa a los valores universales, o atributos divinos, y el PODER CREADOR, en la medida, y grados, en que los va precisando. Podemos concluir, contundentemente, que cada uno de los seres en los cuatro reinos naturales, YA CONOCE AL SER UNIVERSAL, lo que ocurre que no lo recuerda, aún, en la conciencia individual. Empero, cuando oportunamente le vuelva a percibir, en su esencia, se percatará de que ya le conocía. Esta es la razón por la cual los sufíes practican el constante recuerdo del nombre de Dios, recordando al Recordado, se Le llega a recordar, en un momento dado. Es preciso recordar que donde se centra la atención se expando la conciencia. Si centramos la propia conciencia en Dios, el Ser Universal, comenzamos a percibirle, gradualmente, en mayor grado, cada vez más, y a adquirir la conciencia de los atributos divinos, o valores universales, como aptitud perceptiva, y capacidad creadora-realizadora, en armonía con los planes trazados en la LEY CÓSMICA.
11. Será otorgado al ser humano comprender el misterio de la Divinidad?
-“Cuando su espíritu, liberado de la opaca luz de la materia, por su perfección se haya acercado a Dios, lo comprenderá, cuanto la criatura puede comprender el Creador”-.
Las facultades del ser humano, en sus grados inferiores de desarrollo, no le permiten de comprender la naturaleza íntima de Dios. En la infancia de la humanidad, el ser humano lo confunde, con frecuencia, con la criatura, de quien le atribuye las imperfecciones; empero, en cuanto se desarrolla en él el sentido moral, su pensamiento penetra mejor en el fondo de las cosas, formándose una idea mas justa y conforme a la razón, aunque siempre perfectible.
COMENTARIO EXEGÉTICO GIC: La Doctrina Universal denota que, a través de los tiempos han existidos seres que han tenido una percepción en grado muy elevado de la Divinidad, que se corresponde ampliamente con la realidad susceptible de ser captada en los actuales estados de conciencia. Nosotros ignoramos el grado de percepción que cada uno de los seres de los otros tres reinos naturales posee de Dios. El ser humano, muy engreído de sí mismo, estima que los seres de cada uno de esos reinos, carecen de espíritus, y capacidad de pensar, empero, la realidad es que ellos sí poseen el mismo Espíritu del Ser Universal, dotado con análogos atributos divinos, potencialmente infinitos, con una conciencia que constituye una réplica idéntica a la de Él. Dado lo anterior, estando los seres de cada uno de esos reinos naturales libres del condicionamiento limitante de los seres humanos, su capacidad perceptiva trasciende la de los humanos, como lo demuestran incontables pruebas, percibiendo y, probablemente, comprendiendo la naturaleza de la Divinidad en mayor grado que los seres humanos.
La percepción de que todo es UNO, y de que cada uno de los seres, en los cuatro reinos naturales, es una emanación del Ser Universal, formando una unidad indisoluble con Él, es universal, y ha sido percibida en todas las épocas y culturas, desde la más remota antigüedad. Las diversas doctrinas orientales, el Hinduismo, el Taoísmo, el Sufismo, el Yoga, y el Kriya Yoga, la Masonería Universal y el Espiritismo, entre otras corrientes de pensamientos. Los pensadores más relevantes como Hermes Trismegisto, Tales de Mileto, Pitágoras, Moisés Maimónides, Al Gazzali, Ibn Arabi, Rumi, Kabir, Ramakrisna, Gandhi, Tagore, Paúl Brunton y Joaquín Trincado, entre otros incontables más, han tenido percepciones sobre la Divinidad de gran interés, con una constante coincidencia. Esa es la razón por la cual se hace preciso conocer todas las corrientes de pensamiento que conforman la Doctrina Universal: todas constituyen una herencia espiritual de la humanidad, por encima de las cuales debe predominar, únicamente, la verdad universal.
12. Si no nos es dado de comprender la naturaleza íntima de Dios, podemos, nosotros, concebir algunas de sus perfecciones?
-“Algunas sí. El ser humano las entrevé con el pensamiento tanto mejor cuanto mas se eleva por encima de la materia”-.
COMENTARIO EXEGÉTICO GIC: Trascendiendo la conciencia objetiva y la lógica del razonamiento inductivo y deductivo, así como el propio ego, interiorizándose, el ser humano puede percibir, en la propia conciencia, por el lenguaje de los sentimiento, los valores universales que conforman los atributos divinos, de acuerdo al grado de necesidades que experimenta, y en el foco de atención en que centra su conciencia perceptiva. En estado de interiorización, en meditación, el ser humano puede, intuitivamente, o mediante la inspiración, percibir los atributos de la Divinidad y comprenderlos en determinado grado, como una guía de vida. El sentimiento de los valores universales, expresados por el Ser Universal en la conciencia de cada ser, en los cuatro reinos naturales, es posibles percibirlo, aún, en la conciencia objetiva, en la vida diaria. En la medida en que se aprende a escuchar el mensaje que conllevan, centrando la atención en las percepciones intuitivas e inspirativas, la aptitud perceptiva se va afinando, siendo más nítida su guía y lúcido el conocimiento que aporta.
13. Cuando decimos que Dios es eterno, infinito, inmutable, inmaterial, único, omnipotente, supremamente justo y bueno, no tenemos, nosotros, la idea exacta de sus atributos?
-“Según vuestro modo de ver, sí, porque con esta palabra creéis de abarcar todo. Sabed, pero, que existen cosas superiores a la inteligencia del ser humano más inteligente, para expresar las cuales, vuestro lenguaje, limitado a las ideas y sensaciones humanas, no posee vocablos. La razón, en cambio, os dice que Dios debe tener todas las perfecciones en grado supremo, por cuanto, si dejase de tener una sola, o si una sola no lo fuese en grado infinito, Él no sería superior a todo, y por consiguiente no sería Dios. Para estar por encima de todo, Dios no debe estar sujeto a ningún cambio, y no debe tener alguna de las imperfecciones que pueden ser concebidas por la mente humana”-.
Dios es eterno: si Él hubiese tenido principio, habría salido de la nada, o debería su creación a un ser anterior. En tal guisa remontamos de grado en grado al infinito, y a la eternidad.
Él es inmutable: si estuviese sujeto a cambios, las leyes que rigen el universo no tendrían estabilidad.
Él es inmaterial: es decir: su naturaleza difiere de todo aquello que llamamos materia; diversamente no sería inmutable, por cuanto estaría sujeto a las transformaciones de la materia.
Él es único: si hubiesen más Dioses, en el ordenamiento del universo no habría ni unidad de concepto, ni unidad de potencia.
Él es omnipotente: por cuanto es único; si no tuviese la suma potencia, habría alguien más poderoso, o por lo menos de igual poder que Él; por lo cual no habría hecho todas las cosas, y aquellas que no hubiese hecho Él serían obras de otro Dios.
Él es supremamente justo y bueno: de hecho, la providencial sabiduría de las leyes divinas se revela, de esta manera, en las cosas más pequeñas así como en las más grandes, y tal sabiduría rinde imposible el dudar de su justicia y de su bondad.

PANTEISMO

14. Dios es un ser distinto, o es, según la opinión de algunos, el conjunto de todas las fuerzas y de todas las inteligencias reunidas del universo?
-“Si así fuese, no existiría Dios, por cuanto Él sería el efecto y no la causa. Él no puede ser al mismo tiempo una cosa y la otra. De la existencia de Dios no podéis dudar; y esto es lo esencial. Hacedme caso y no vayáis más allá. No os perdáis en un laberinto, del cual no podríais encontrar la salida, lo cual no os haría mejores, quizá os rendiría un poco más orgullosos, por cuanto creeríais de saber, mientras que, en realidad, no sabríais nada. Poned aparte todos vuestros sistemas. Tenéis muchas cosas que os tocan más de cerca, comenzando por vosotros mismos; estudiad vuestras imperfecciones con el fin de liberaros, y esto resultará más proficuo que el querer penetrar lo impenetrable.
COMENTARIO EXEGÉTICO GIC: Si bien es cierto que el ser humano, en un momento dado, tiene cosas prioritarias a las cuales precisa centrar su atención, estado dotado de un potencial sin límites por el Creador Universal, y conformando una unidad perfecta e indisoluble con Él, no puede aceptar limitación alguna por parte de nadie en su ascenso evolutivo ni en sus ansias de conocimiento. El ser humano, simplemente anhela saber y frente a los enigmas universales, persistirá desentrañando hasta sus mínimos detalles, aunque eso le lleve la eternidad y siempre encuentre un más allá que descubrir o desentrañar. De manera que, ninguna persona debe aceptar que nadie le imponga límites de ninguna naturaleza, por cuanto, si tiene un objetivo claro de conocimiento, y con paciencia se avoca al estudio, en el tiempo suficiente y con persistencia llegará a conocer la verdad universal, gradualmente. Por supuesto, cada etapa de la vida humana, en el devenir histórico, tiene sus respectivos objetivos de estudios que se corresponden con determinado estado de conciencia, pero es la misma naturaleza intuitiva del ser que le hace presentir que hay algo más de lo que ahora percibe, y esa percepción es la que le pone en movimiento hacia su búsqueda, hasta encontrarle, en una eterna polarización.

15. Qué debemos pensar de la opinión según la cual todos los cuerpos de la naturaleza, todos los seres, todos los globos del universo serían parte de la Divinidad, e constituirían, en su conjunto, la Divinidad misma? En otros términos: Qué debemos pensar de la doctrina panteísta?
-“Que el ser humano, no pudiendo ser un Dios, quiere ser, por lo menos, una parte”-.
COMENTARIO EXEGÉTICO GIC: Todos los mundos y seres que en un momento dado existen en manifestación activa, en el universo, en los cuatro reinos naturales, forman parte de la Divinidad, sin embargo, no constituyen toda la Divinidad, por cuanto el Creador Universal, sigue infundiendo vida a nuevos seres individuales, mediante la encarnación de la Divinidad en el Alma individualizada, en los cuatro reinos naturales, y la Creación se encuentra en expansión constante. En síntesis, todo forma parte de la Divinidad, por ser una expresión de Ella; pero, no toda la Divinidad manifestada, en los cuatros reinos naturales y en todos los mundos del universo, en un momento dado, es toda la Divinidad. Vendría a ser lo mismo que el Tao, de acuerdo con un aforismo de Lao Tse: -“El Tao que puede nombrarse no es el Tao. La sustancia del Mundo es solo un nombre para el Tao y Tao es todo lo que existe y puede existir”.

16. Aquellos que profesan esta doctrina, pretenden encontrar en ella la demostración de algunos de los atributos de la Divinidad y razonan de esta manera: Los mundos son infinitos, por lo tanto es infinito, también, Dios. El vacío o la nada no existe en algún lugar, por lo cual Dios está en todas partes. Estando en todas partes, ya que todo es parte integral de Él, Dios da a todos los fenómenos de la naturaleza el carácter de la inteligencia. Qué objeción se puede oponer a esta opinión?
-“La razón. Reflexionad bien y no os será difícil descubrir la absurdidad”-.
Esta doctrina hace de Dios un ser material, que, si bien dotado de inteligencia suprema, sería en grande lo que nosotros somos en pequeño. Ahora, si así fuese, por cuanto la materia se transforma perennemente, Dios no tendría estabilidad alguna, estaría sujeto a todas las mutaciones y a todas las necesidades del ser humano y le haría falta uno de los atributos divinos más esenciales, cual es el de la inmutabilidad.
Las propiedades de la materia son incompatibles con el concepto de Dios, y no hacen más que profesarlo. Todas las sutilezas del sofisma no alcanzarán jamás a resolver el problema de su íntima naturaleza. Por otra parte, si no sabemos lo que es Dios, conocemos bien, en cambio, lo que Él no puede ser. Ahora, este sistema está en abierta contradicción con los atributos divinos más esenciales, y confunde el Creador con la criatura, como si se dijese, que una maquina ingeniosa es una parte integral del mecánico que la ha concebido.
La inteligencia de Dios, se revela en sus obras, al igual que la de un pintor en su cuadro; empero, las obras de Dios no son Dios como el cuadro no es el pintor que lo ha realizado.


miércoles, 4 de julio de 2012

EL LIBRO DE LAS FACULTADES IX


EL LIBRO DE LAS FACULTADES –IX-
Un hermoso libro para toda la humanidad,
de lectura imprescindible para optimizar el potencial humano.
Autor: Allan Kardec
Versión castellana y comentarios exegéticos:
Giuseppe Isgró C.

Capítulo IX

MANIFESTACIONES FÍSICAS ESPONTÁNEAS

Ruidos, alborotos y perturbaciones.
Objetos lanzados. Fenómeno de aporte.

1. Los fenómenos que ahora hemos mencionado, son provocados, pero ocurre que alguna vez se manifiestan espontáneamente, sin participación de la voluntad; más bien, en ocasiones se convierten en fastidiosos e inoportunos. Lo que excluye, por otra parte, la suposición de que puedan ser un efecto de la imaginación excitada por las ideas espiritas, es que se producen, con frecuencia, alrededor de individuos que ignoran estas cosas y en los momentos en que menos lo esperan.
Estos fenómenos, que podrían definirse “Espiritismo práctico natural”, son importantísimos, por cuanto no pueden ser sospechados de connivencia; es por esto que nosotros invitamos a quienes se ocupan de fenómenos espíritas a recoger todos los hechos de este género que viniesen a su conocimiento, pero sobre todo a constatar con cuidado su realidad, mediante un esmerado estudio de las circunstancias, para asegurarse de que no se es objeto de una alucinación o de una mistificación.
2. De todas las manifestaciones espíritas, las más simples y frecuentes son los ruidos y los golpes; es aquí, sobre todo, que es preciso temer a la ilusión, por cuanto una cantidad de causas naturales los pueden producir; el viento que sopla o que agita un objeto, un cuerpo que nosotros mismos hacemos mover sin percatarnos, un efecto acústico, un animal escondido, un insecto, etcétera, como también bromas de mal gusto de personas. Los ruidos espíritas tienen, por otra parte, un carácter particular, mientras demuestran una intensidad y un timbre variadísimo, que los rinden fácilmente reconocibles y no permiten de confundirlos con crujido de la madera, el chisporroteo del fuego, o con el tic-tac monótono de un péndulo; son golpes secos, ahora sordos, débiles o ligeros, ahora claros, distintos; algunas veces estrepitosos, que cambian de sitio y se repiten sin una regularidad mecánica. De todos los medios de control, el más eficaz, aquel que no puede dejar duda alguna sobre su origen, es la obediencia a la voluntad. Si los golpes se hacen oír en el lugar designado, si responden al pensamiento por su número e intensidad, no se puede dejar de reconocer en ellos una causa inteligente. La falta de obediencia, pero, no es siempre una prueba contraria.
3. Admitamos ahora que, con una constatación minuciosa, se adquiere la certeza que los ruidos y otros efectos son manifestaciones reales; sería razonable asustarse? No seguramente; por cuanto en ningún caso podría haber el mínimo peligro. Solamente quienes estiman que sea el diablo pueden estar asustados, al igual que los niños, a los cuales se les asusta con el cuento del lobo, o con el de la bruja. Estas manifestaciones adquieren en ciertas circunstancias, es preciso admitirlo, una proporción y una persistencia desagradable, de lo que se deriva el deseo de desembarazarse de ellas. A tal propósito, es necesaria una explicación.
4. Nosotros hemos dicho que las manifestaciones físicas tienen la finalidad de atraer nuestra atención sobre algo, y de convencernos de una potencia superior al ser humano. Hemos dicho, también, que los espíritus elevados no se ocupan de este género de manifestaciones; ellos, para producirlas, se sirven de espíritus inferiores, como nosotros nos servimos de servidores para los trabajos pesados. Tan pronto el objetivo es alcanzado, cesa la manifestación material no siendo ella más necesaria. Un ejemplo o dos harán comprender mejor este aspecto.
5. Hace ya muchos años, al inicio de mis estudios de Espiritismo, estando una noche ocupado en un trabajo relativo a esta materia, se hicieron sentir ciertos golpes alrededor mío durante cuatro horas consecutivas. Era la primera vez que me ocurría una cosa similar: constaté  que ellos no provenían de una causa circunstancial, pero, al momento no pude saber nada más. En aquella época, yo tenía ocasión de ver frecuentemente a un excelente sensitivo escribiente. Al día siguiente, por lo tanto, interrogué al espíritu que se comunicaba por ese medio sobre la causa de los golpes, y se me respondió: Es tu espíritu familiar que quería hablarte. Y qué es lo que quería decirme? Respuesta: Puedes preguntárselo tú mismo, porque él está allí
Habiendo, después, interrogado a este espíritu, él se dio a conocer bajo un nombre alegórico, (supe, luego, de otros espíritus que él pertenece a un orden elevadísimo, y que representó un rol importante sobre la tierra); me indicó algunos errores en mi trabajo, indicándome las líneas en las cuales ellos se encontraban, me dio útiles y sabios consejos y agregó que él siempre estaría conmigo, y que habría venido a mi requerimiento todas las veces hubiese querido interrogarlo. De ahí en adelante, este espíritu no me ha dejado nunca. Me dio miles de pruebas de su superioridad, y su intervención benévola y eficaz se manifestó, para mí, aún en los negocios de la vida material, así como, también, en las cosas relativas a la metafísica.
Pero, enseguida, después de la realización de nuestro coloquio, los golpes cesaron.
Qué es lo qué quería? Entrar en comunicación regular conmigo; por lo cual debía advertirme. Habiéndome dado la advertencia y las explicaciones, y establecidas las relaciones regulares, los golpes eran inútiles; he aquí la razón por la cual cesaron completamente.
Un hecho similar ocurrió a un amigo nuestro. Desde hacía algún tiempo su habitación presentaba ruidos diversos, que se convirtieron en desagradables. Habiéndoseme presentado la ocasión de interrogar al espíritu de su padre por medio de un sensitivo escribiente, supe qué es lo que se deseaba de él, hizo lo que le fue recomendado, y desde ese momento no sintió nada más. Se debe observar que los individuos que mantienen con los espíritus un medio regular y fácil de comunicación, tienen mucho más raramente manifestaciones de este género, y esto se comprende.
6. Las manifestaciones espontáneas no se limitan siempre a ruidos y a golpes; ellos degeneran, alguna vez, en perturbaciones y después en una verdadera barahúnda: muebles y objetos diversos son derrumbados, proyectiles de todo tipo son lanzados al exterior, puertas y ventanas son abiertas y cerradas por manos invisibles, vidrios rotos, acontecimientos tales que no pueden, ciertamente, ser considerados como una ilusión.
El trastorno es, con frecuencia, real, pero en alguna ocasión no tiene más que la apariencia de la realidad. Se oye barahúnda en la habitación adyacente, un ruido de vajilla que cae y se hace pedazos, leños que ruedan sobre el pavimento; se acude rápidamente para ver lo que ocurre y se observa que todo está en orden; después, apenas salidos, el tumulto se reinicia.
7. Las manifestaciones de este género no son ni raras ni nuevas; pocas son las crónicas locales que no contengan alguna historia relativa a esto. El temor, sin duda, ha exagerado los hechos, los cuales, pasando de boca en boca, debieron tomar proporciones exageradas, y, la superstición agregándole su fermento, las casas en que ocurrieron hechos similares se les creyó frecuentadas por el diablo. Nacieron, de esta manera, todos los relatos maravillosos o terribles de fantasmas. Ni los malvados desaprovecharon tan magnífica ocasión para obtener provecho de la credulidad, y esto, usualmente, por utilidad personal. Se comprende, del resto, la impresión que hechos de este género, aún reducidos a la realidad, pueden hacer sobre los caracteres menos fuertes y predispuestos por la educación a las ideas supersticiosas. El medio más seguro para prevenir inconvenientes que pudiesen derivarse de ello, dado que no podrían impedirse, es el de que se conozca la verdad.
Las cosas más simples se transforman en atemorizantes, cuando la causa es desconocida. Cuando nos familiaricemos con los Espíritus, y cuando aquellos a los cuales se les manifiestan no crearán más de tener una legión de demonios a sus talones, no tendremos más temor.   
En la Revista Espírita se puede leer el relato de muchos hechos auténticos de este género.
8. Los hechos de esta naturaleza revisten, con frecuencia, el carácter de una verdadera persecución. Nosotros conocemos seis hermanas que habitaban juntas y que durante muchos años encontraban en la mañana sus vestidos dispersos y escondidos, inclusive, arriba del techo, rotos y cortados en pedazos, por cuanto fueran las precauciones tomadas cerrándolos bajo llave. Ha sucedido muchas veces que individuos acostados y perfectamente despiertos, viesen sacudir sus cortinas, quitar violentamente sus cobijas y almohadas, y se sintiesen elevados sobre sus colchones, y aún botados fuera de la cama. Estos hechos son más frecuentes de lo que se cree; pero casi siempre quienes son víctimas no osan hablar de ello por temor al ridículo. Vino a nuestro conocimiento que se creyó “curar” a ciertos individuos de estas creídas alucinaciones, sometiéndole a curaciones destinadas a “locos”. Lo que, realmente, les convirtió en tales. La medicina no puede comprender estas cosas, porque ella no admite, en sus causas, sino el elemento material, de lo que resultan errores funestos. La historia, algún día relatará ciertas curaciones del siglo XIX, al igual que hoy se hace con ciertos procesos de la edad media.
Admitamos perfectamente que ciertos hechos sean la obra de la malicia o de la mala intención; pero si después de las más rigurosas constataciones resulta verdad de que no son obra de los seres humanos, es preciso convenir, o bien de que son obra del diablo, según algunos, y de los Espíritus según nosotros; pero de cuáles Espíritus?
9. Los Espíritus superiores, al igual que las personas serias y responsables, entre nosotros, no se divierten haciendo alboroto. Hemos evocado, con frecuencia, a los espíritus perturbadores para preguntarles el motivo que les induce a perturbar el descanso de esta manera. La mayor parte tiene la sola finalidad de divertirse, y estos espíritus son más ligeros que malos; ellos se ríen de los sustos que provocan y de los inútiles esfuerzos que se hacen para descubrir la causa de los hechos. Con frecuencia se empecinan en contra de un individuo, divirtiéndose en atormentarle y que persiguen de casa en casa; otras veces se atacan a una localidad sin otro motivo que el de su capricho.
Alguna vez son inducidos, también, por el deseo de venganza, como tendremos ocasión de ver más adelante. En ciertos casos, su intención es más loable: ellos quieren llamar la atención y entrar en relación, bien sea para dar una útil advertencia a la persona a la cual se dirigen, o para pedir algo por sí mismos. Hemos vistos, con frecuencia, que algunos solicitan oraciones, otros, que se cumpla en su nombre algún voto que ellos no habían podido cumplir; otros, en fin, en la búsqueda de su propio descanso, quieren reparar una mala acción cometida por ellos en la dimensión física. En general, es un error de asustarse; su presencia puede ser inoportuna, pero no es peligrosa. Se concibe, del resto, el deseo que se tiene de desembarazarse de los mismos, y se hace generalmente, para esto, todo lo contrario de lo que sería necesario para obtener este fin. Si son espíritus que se divierten, más se toma la cosa en serio, más ellos persisten, como chavales maliciosos que se divierten atormentando tanto más a quien se inquieta y en asustar a los medrosos. Si en cambio nos riésemos de tales bromas, terminarían por cansarse y por quedarse tranquilos.
Nosotros conocemos a una persona que, en vez de irritarse, los desafiaba a hacer la tal o la cual otra cosa, al punto que, después de algún día, ellos no regresaron más. Pero, como hemos dicho, existen aquellos cuyo motivo es menos ligero. Esta es la razón por la que es muy importante conocer qué es lo que quieren. Si solicitan algo, se puede estar seguros que cesarán sus visitas, tan pronto como su deseo quede satisfecho. El mejor medio de saber como regularse es aquel de evocar al espíritu por medio de un buen sensitivo escribiente: de sus respuestas se verá enseguida lo que se ha de hacer, y se actuará en consecuencia; si se trata de un espíritu infeliz, la solidaridad quiere que él sea tratado con las atenciones que merece; si él es un burlón de mal género, se puede actuar hacia él sin ninguna contemplación; si él es malévolo es preciso pedir a Dios de rendirle mejor. En cada caso, la oración, -o el pedido-, no puede dejar de tener un buen resultado. Pero la solemnidad de las fórmulas del exorcismo los hace reír, ya que no le hacen ningún caso. Pudiendo entrar en comunicación con ellos, conviene desconfiar de las calificaciones burlescas o atemorizantes, que se dan alguna vez para divertirse de nuestra credulidad.
Regresaremos con mayores explicaciones sobre este tema y sobre las causas que rinden, con frecuencia, ineficaces las oraciones, en el capítulo de los Lugares frecuentados y de las Obsesiones.
10.         Estos fenómenos, aunque producidos por espíritus inferiores, son, con frecuencia, provocados por Espíritus de un orden más elevado, con el fin de convencer de la existencia de los seres incorpóreos y de una potencia superior al ser humano. La fama ruidosa que es la consecuencia, el espanto que el mismo produce, llaman sin falta la atención y terminan por abrir los ojos a los más incrédulos. Estos encuentran más simple considerar los fenómenos como fruto de la imaginación, explicación comodísima que dispensa de dar otras. Todavía, cuando son desmoronados algunos objetos o éstos son arrojados a la cabeza, seria preciso una imaginación muy complaciente para figurarse que cosas similares suceden, cuando no fuese verdad. Se observa un efecto cualquiera, y este efecto tiene necesariamente una causa; si una observación fría y calmada nos demuestra que el efecto es independiente de toda voluntad humana y de toda causa material; si además, nos da signos evidente de inteligencia y de buena voluntad, cosa ésta que es el signo más característico, se es, también, obligados de atribuirlo a una inteligencia oculta!
Cuáles son estos seres misteriosos? Esto es lo que los estudios Espíritas nos explican de manera inobjetable, por los medios que nos pueden comunicar con ellos. Estos estudios nos enseñan, por otra parte, a distinguir lo que hay de real, de falso o de exagerado, en los fenómenos de los cuales no podemos rendirnos cuenta.
Cuando se produce un efecto insólito, como ruidos, movimientos y, también, apariciones, se debe pensar, ante de todo, que tales fenómenos tengan una causa material, porque esta suposición es la más probable; entonces, es preciso buscar esta causa  con el mayor empeño y no admitir la intervención de los Espíritus antes de haber examinado cada cosa. Aquel que, por ejemplo, sin que se le acerque nadie, recibiese una abofeteada, o bien unos golpes de bastón en las espaldas, como ya ha sucedido, no podría dudar de la presencia de un ser invisible.
Conviene tenerse en guardia no sólo en contra de los relatos que, más o menos, pueden pecar de exageración, sino también en contra de las propias impresiones, y no atribuir un origen oculto a todo lo que no se comprende. Una infinidad de causas simplísimas y naturalísimas puede producir a primera vista efectos extraños, y sería una verdadera superstición la de descubrir en todas partes espíritus ocupados en voltear muebles, romper la vajilla, suscitando, en fin, los miles y un inconvenientes de la casa, que sería más razonable atribuir a la poca atención.
11.         La explicación dada del movimiento de los cuerpos inertes se aplica, naturalmente, a todos los efectos espontáneos que hemos notado. Los ruidos, por cuanto más fuertes que los golpes dados en la mesa, tienen la misma causa; los objetos lanzados, o movidos, los son en razón de la misma fuerza que eleva un objeto cualquiera. Más bien, una circunstancia viene en apoyo de esta teoría. Se podría preguntar: dónde se encuentra el sensitivo en esta circunstancia? Los Espíritus nos dijeron en casos similares siempre hay alguien cuyo poder se ejercita sin él saberlo. Las manifestaciones espontáneas se producen raramente en los sitios aislados: es casi siempre en las casas habitadas que ellas tienen lugar, y a causa de la presencia de ciertos individuos que ejercitan una involuntaria influencia.          
Estas personas son verdaderos sensitivos, sin saberlo, y por esta razón, nosotros les denominamos sensitivos naturales; entre éstos y los demás existe la misma relación que pasa entre los sonámbulos naturales y los magnéticos, y son en igual grado dignos de observación.
12.         La intervención voluntaria o involuntaria de una persona dotada de una disposición especial para la producción de estos fenómenos, parece siempre necesario en la mayor parte de los casos, aunque hayan algunos que, al parecer, el Espíritu actúa por sí solo; pero entonces podría también darse que él percibiese el fluido animalizado en otro lugar, y no en una persona presente.
Esto explica porque los Espíritus, que sin parar nos rodean no producen en todo momento las perturbaciones. Ocurre, antes de todo, que el Espíritu lo quiera, que él tenga un objetivo, un motivo, sin el cual no hace nada. Ocurre, después, que él encuentre, precisamente en el lugar en donde quisiera actuar, una persona apta a secundarlo, coincidencia que se encuentra muy raramente. Si esta última persona circunstancialmente llegase, él se aprovecharía enseguida. Al margen de que se presenten las coincidencias favorables, él podría ser inhibido por una voluntad superior que no le permitiese de actuar a su capricho. Podría serle permitido de hacerlo únicamente dentro de ciertos límites, y en el caso en el cual estas manifestaciones fuesen juzgadas útiles, sea como medio de convicción, o como prueba para la persona que es el objeto.
13.         Citaremos, solamente, a este propósito, el diálogo provocado en la ocasión de los hechos sucedidos en junio de 1860 en la calle de los Noyers a París. Se encontrarán los detalles en la Revue Spirite, número de agosto de 1960.
       I. (A Luis) Quisierais tener la bondad de decirnos si los hechos que se dice acaecieron en la vía Noyers son reales? En cuanto a su posibilidad, no albergamos duda alguna.
-“Sí, estos hechos son verdaderos; solamente la imaginación de las personas los engrandecerá, bien sea por temor, o por ironía; pero, lo repito, son verdaderos. Estas manifestaciones son provocadas por un Espíritu que se divierte un poco a costa de los habitantes del lugar”-.
     II. Hay, en la casa, alguna persona que es la causa de estas manifestaciones?
-“Ellas están, siempre, vinculadas a la persona a la cual el Espíritu se ataca. Este Espíritu perturbador es antagónico al habitante del lugar en que él se encuentra, y quiere hacerles algunas bromas, buscando, al mismo tiempo, que se vaya del lugar”-.
  III. Nosotros preguntamos si entre los habitantes de la casa hay alguien que sea la causa de estos fenómenos por influencia espiritual espontánea e involuntaria.
-“Ciertamente; sin esto el hecho no podría suceder. Un Espíritu habita el lugar de su predilección; queda en la inacción hasta que alguien de una naturaleza que le resulte conveniente se presenta en tal lugar; cuando esta persona llega, entonces él se divierte lo más que puede”-.
    IV. La presencia de esta persona en los lugares mencionados es, quizá, indispensable?
-“Este es el caso más ordinario, y es, precisamente, aquel del hecho que citáis; esta es la razón por la que se mencionó que sin esto el hecho no habría podido suceder; pero, no he entendido generalizar, por cuanto existen casos en los cuales la presencia en el lugar no es en absoluto necesaria”-.
       V. Siendo, siempre, estos Espíritus de un orden inferior la aptitud para servirle de auxiliar constituye, quizá, una presunción desfavorable para la persona que está dotada? Indica esto, quizá, una simpatía para los seres de esta naturaleza?
-“Precisamente no; ya que esta aptitud es inherente a una disposición física; todavía, este indica, con mucha frecuencia, una tendencia material que sería preferible no tener, por cuanto más se es moralmente elevados, en igual grado se atraen buenos espíritus, que, en consecuencia, alejan a los imperfectos”-.
    VI. De dónde toma el Espíritu los proyectiles de los cuales se sirve?
-“Estos diversos objetos son tomados, habitualmente, del mismo lugar o en la vecindad; la fuerza de lanzarlos en el espacio proviene del Espíritu, y estos caen en el lugar fijado por el mismo espíritu”-.
 VII. Por cuanto las manifestaciones espontáneas son, con frecuencia, permitidas, e inclusive provocadas con la finalidad de convencer, nos parece que, si ciertos incrédulos fuesen personalmente el objeto, serían forzados a rendirse a la evidencia. Se lamentan, a veces, de no ser testigos de hechos concluyentes; no dependería, quizá, de los Espíritus suministrarles alguna prueba sensible?
-“Los ateos, los materialistas no son ellos continuamente testigos de la potencia de Dios y del pensamiento? Esto no le impide a ellos de negar a Dios y al Espíritu. Los hechos extraordinarios de Jesús, han, quizá, convencido a todos sus contemporáneos? Los Fariseos le decían: -“Maestro, hacednos ver algún prodigio”, no se parecen a ellos quienes piden, hoy, que les hagáis ver algunas manifestaciones? Si no están convencidos de las maravillas de la creación, no podrían serlo en mayor grado si los Espíritus se les aparecieran en la manera menos equívoca, ya que su orgullo les rinde semejantes a caballos rebeldes. Las ocasiones de ver no les faltarían si buscasen con buena fe. Esta es la razón por la que Dios no juzga necesario de hacer para ellos más de lo que hace para quienes buscan sinceramente de instruirse, por cuanto Él no recompensa más que a los seres humanos de buena voluntad- Su incredulidad no impedirá a la voluntad de Dios de cumplirse; vosotros veis bien que no han impedido a la Doctrina de expandirse. Cesad, por lo tanto, de inquietaros de su oposición que está a la Doctrina al igual que la sombra al cuadro., y le da un mayor relieve. Cuál mérito tendrían ellos de ser convencidos con la fuerza? Dios les deja toda responsabilidad por su testarudez: y esta responsabilidad será más terrible de lo que pensáis. Jesús dijo: -“Felices aquellos que creen sin haber visto, por cuanto no dudan de la potencia de Dios”-.
VIII. Creéis vosotros que sea útil evocar a este Espíritu para pedirle alguna explicación?
-“Evocadlo, si queréis; pero es un Espíritu inferior, que os dará solamente respuestas insignificantes”-.
14.         Conversación con el Espíritu perturbador de la vía de los Noyers.
       I. Evocación.
-“Qué razón os mueve en llamarme? Queréis vosotros, por lo tanto, que os apedree? Se vería, entonces, un bonito “sálvese quien pueda”, a pesar de vuestro aspecto serio”-.
     II. Aún cuando tú nos tiraras piedras, nosotros no nos asustaremos; más bien nosotros te preguntamos positivamente si tú puedes tirarnos alguna.
-“Aquí quizá no podría; vosotros tenéis un guardián que vigila muy bien sobre vosotros”-.
  III. En la vía de los Noyers se encontraba, quizá, alguno que te ayudaba para rendirte más fácil los incorrectos lanzamientos que hacías a los habitantes de la casa?
-“Ciertamente encontré un buen instrumento, y ningún Espíritu docto, sabio y escrupuloso que me haya impedido de actuar; por cuanto soy alegre, y me gusta, alguna vez, divertirme”-.
    IV. Cuál fue la persona que te sirvió de instrumento?
-“Una sirvienta”-.
       V. Te servía de auxiliar sin saberlo?
-“Sí; pobre muchacha! Estaba más asustada que todos”-.
    VI. Actuabas, tú, con un fin hostil?
-“Yo no tenía ningún objetivo hostil; pero los seres humanos que se adueñan de todo buscarán de transformar las cosas en su beneficio”-.
 VII. Qué quieres decir con esto?
-“Buscaba divertirme; pero vosotros estudiaréis el caso y tendréis un hecho adicional para demostrar que nosotros existimos”-.
VIII. Tú dices que no tenías un fin hostil, y no obstante esto has roto todos los vidrios del apartamento (piso); has producido, de esta manera, un daño real.
-“Son pequeñeces”-.
    IX. Dónde te has procurado los objetos que lanzaste?
-“Son bastante comunes; los he encontrado en el corredor y en los jardines cercanos”-.
      X. Allí los has encontrados todos, o alguno lo has fabricado? (Ver cap. 12).
-“No he creado ni compuesto nada”-.
    XI. Si no los hubieses encontrado, los habría podido fabricar?
-“Habría sido más difícil; pero, rigurosamente hablando, se mezclan las materias y esto hace un todo cualquiera”-.
 XII. Nárranos, ahora, como los has lanzado?
-“Oh! Esto es más difícil explicarlo. Me serví de la naturaleza eléctrica de esta muchacha uniéndola a mi mano material; hemos, así, podido transportar estas diversas materias”-.
XIII. Tú querrás, seguramente, pienso, darnos alguna información sobre tu persona. Antes de todo, dinos enseguida: hace mucho tiempo que has desencarnado?
-“Bastante. Unos cincuenta años”-.
XIV. Quién eras tú cuando vivías, en esta dimensión física?
-“No era alguien relevante; trabajaba como recogedor de trapos, en esta zona; y algunas veces me decían tonterías, porque me gustaba mucho un licor rojo del buen Noè; esta es la razón por la que quisiera desalojarlos a todos”-.
   XV. Fuiste tú mismo, y de tu plena voluntad, que has respondido a nuestras preguntas?
-“Tenía un instructor”-.
XVI. Quien es este instructor?
-“Vuestro buen rey: Luis”-.
Observación: Esta última pregunta fue motivada por la naturaleza de algunas respuestas, que nos parecieron superar el nivel de este Espíritu, tanto por el fondo de las ideas, como por la forma del lenguaje. Nada hay, por lo tanto, de sorprendente que él haya sido ayudado por un Espíritu iluminado, que quería aprovechar de esta ocasión para darnos una instrucción.
Este es un hecho ordinario, pero un particular importante en esta circunstancia es que la influencia del otro Espíritu se hizo sentir sobre la escritura misma. La de las respuestas en que él intervino es más regular  y más fluida; la del recogedor de trapos es angulosa, gruesa, irregular, a menudo poco legible y de un carácter del todo diferente.
XVII.   Qué es lo que tú haces ahora? Te ocupas de tu porvenir?
-“No todavía. Estoy en estado libre. Se piensa tan poco a mí en la tierra, que nadie ruega por mí; y así, no siendo ayudado por alguien, yo no trabajo”-.
Observación: Se verá más tarde, cuanto se pueda contribuir al progreso y a la elevación de los Espíritus inferiores por medio del pedido y de los consejos.
XVIII.   Cuál fue tu nombre, cuanto vivía en la dimensión física?
-“Juanito”-.
XIX. Ahora bien, Juanito, nosotros pediremos por ti. Nuestro evocación ha sido de tu agrado, o te ha contrariado?
–“Más bien placer, ya que vosotros sois buenas personas, alegres compañeros, aunque un poco austeros. Pero no importa, vosotros me habéis oído, y yo estoy contento”-. (Juanito).
FENÓMENOS DE LOS APORTES

15.   Este fenómeno no difiere de los otros de los cuales hemos hablado, sino por la intención benévola del espíritu, que es el autor, por la naturaleza de los objetos, casi siempre graciosos, y por la manera dulce y delicada con la cual son traídos. Consiste en el aporte espontáneo de objetos, que no existen en el lugar donde uno se encuentra; con frecuencia se trata de flores, dulces, joyas, etcétera.
16.         Es preciso decir, antes de todo que este fenómeno es uno de los que mayormente se prestan a la imitación, y ocurre, por lo tanto, estar muy en guardia en contra del engaño. Se conoce hasta donde puede alcanzar el arte de la prestidigitación en lo que se refiere la las experiencias de este género; pero, también sin tener que vérsela con alguien de la profesión, se podría fácilmente ser engañados por una acción hábil e interesada. La mejor de todas las garantías reside, antes de todo, en el carácter, en la notoria honorabilidad, en el desinterés absoluto de la persona que obtiene tales efectos; en segundo lugar, en el examen atento de todas las circunstancias en los cuales los hechos se producen; en fin, en el iluminado conocimiento del Espiritismo, quien podría descubrir lo que sea factible de serlo.
17.         La teoría del fenómeno de los aportes, y de las manifestaciones físicas en general, se encuentra sintetizada de una manera clarificante en la siguiente disertación, dada por un Espíritu, de quien todas las comunicaciones tienen un carácter incontestable de profundidad y de lógica. Se encontrarán muchas otras posteriormente a esta obra. Él se ha hecho conocer bajo el nombre de Erasto, discípulo de Pablo de Tarso, y como Espíritu protector del sensitivo que le sirve de intérprete.
-“Para obtener fenómenos de este orden, es necesario tener consigo ciertos sensitivos, es decir dotados al más alto grado de las facultades espirituales de expansión y de penetrabilidad; por cuanto el sistema nervioso de estos sensitivos, fácilmente excitable, le permite, por medio de ciertas vibraciones, de proyectar, a su alrededor, y con profusión, su fluido animalizado.
-“Las naturalezas impresionables, las personas cuyos nervios vibran al máximo sentimiento y a la más pequeña sensación; aquellos que la influencia moral o física, interna o externa, rinde sensibles, son sujetos muy aptos para convertirse en excelentes sensitivos a efectos físicos, de tangibilidad y de aportes. En efectos, su sistema nervioso, casi enteramente desprovisto de la envoltura refractaria, que aísla este sistema cerca de la mayor parte de los otros encarnados, los rinde idóneos al desarrollo de estos diversos fenómenos. En consecuencia, con un sujeto de esta naturaleza, de quien las otras facultades no sean en absoluto hostiles a la facultad espiritual, se obtendrán más fácilmente los fenómenos de tangibilidad, los golpes dados en las paredes y en los muebles, los movimientos inteligentes, y también la suspensión en el espacio de la materia inerte más pesante. A fortiori se obtendrán estos resultados si, en vez de un sensitivo, se poseen varios igualmente bien dotados.
-“Pero de la producción de estos fenómenos a la obtención de los de aportes, existe una enorme distancia; en este caso, de hecho, no solamente el trabajo del Espíritu es más complejo, más difícil, sino que aún más, el Espíritu no puede actuar más que por un solo instrumento sensible, es decir, que muchos sensitivos no pueden en forma conjunta concurrir a la producción de dicho fenómeno. Se da también el caso, que la presencia de personas antipáticas al Espíritu actuante se convierte en un obstáculo radical para su manifestación. A estos motivos, los cuales, como se ve, no carecen de importancia, agregad que los aportes requieren siempre una concentración más grande, y al mismo tiempo una difusión mayor de ciertos fluidos, y que no pueden ser obtenidos más que con los sensitivos mejores dotados; Aquellos, en una palabra, cuyo mecanismo electro sensitivo está mejor condicionado.
-“En general, los hechos de aportes son y quedarán excesivamente raros. No tengo necesidad de demostraros porque ellos son y serán menos frecuentes de los demás hechos de tangibilidad. Lo deduciréis vosotros mismos de lo expuesto. Por otra parte, estos fenómenos son de una tal naturaleza, que no solamente no todos los sensitivos son aptos, sino que no todos los mismos espíritus pueden producir”-.
-“Ocurre, de hecho, que entre el Espíritu y el sensitivo influenciado existe una cierta afinidad, una cierta analogía; en una palabra, una cierta semejanza, que permita a la parte expansible del fluido "periespíritico" (1) del encarnado de mezclarse, de unirse, de combinarse con el del Espíritu que desea realizar el aporte. Esta fusión debe ser tal que la fuerza resultante se convierta en: una; del mismo modo que una corriente eléctrica que actúa sobre el carbón produce un fuego y una luz única.
-“Por qué esta unión, y por qué esta fusión, diréis vosotros? La razón es que, para la producción de estos fenómenos, conviene que las propiedades esenciales del Espíritu motor hayan aumentado algo con las del sensitivo; en efectos, el fluido vital, indispensable a la producción de todos los fenómenos medianímicos es el dote exclusivo del encarnado, y en consecuencia el Espíritu operador está obligado a saturarse del mismo, absorbiendo una gran cantidad.
-“Solamente ahora, con la ayuda de ciertas propiedades que se encuentran en vuestro ambiente, desconocidas por vosotros, él puede aislar, rendir invisibles, y mover ciertos objetos materiales, e inclusive a los encarnados mismos.
-“No me es permitido, de momento, revelaros estas leyes particulares que rigen los gas y los fluidos que os circundan; pero antes de que haya transcurrido una cierta cantidad de años, antes de que se haya cumplido una existencia humana, la explicación de estas leyes y de estos fenómenos os será revelada, y vosotros veréis surgir y producirse una nueva variedad de sensitivos que caerán en un estado cataléptico particular tan pronto sean sensibilizados.
-“Vosotros veis cuantas dificultades caracterizan la producción de los aportes; potéis, po lo tanto, concluir de manera lógica que los fenómenos de esta naturaleza son muy raros, como ya os dije, y con tanta mayor razón los Espíritus se os prestan muy poco, por cuanto precisa de parte de ellos un trabajo casi material, lo que para ellos significa un esfuerzo poco agradable. Por otra parte, sucede, todavía, con mucha frecuencia, que, pese su energía y su voluntad, el estado del sensitivo mismo le opone una barrera insuperable.
-“Es por lo tanto evidente que los hechos tangibles de los golpes, de los movimientos  y de las suspensión, son fenómenos sencillos, los cuales sí operan con la concentración y la dilatación de ciertos fluidos, y que pueden ser provocados y obtenidos  por la voluntad y por el trabajo de los sensitivos adaptados a los mismos, cuanto estos son secundados por Espíritus amigos y benévolos. Los hechos de aporte, en cambio, son múltiples, complejos, exigen un concurso de circunstancias especiales, y no pueden ser cumplidos que por un solo Espíritu y por un solo sensitivo, y precisan, necesariamente, además de las necesidades de la tangibilidad, una combinación toda particular para ailar y rendir invisible el objeto que forman el sujeto del aporte.
-“Vosotros todos, estudiantes espíritas, comprendéis mis explicaciones, y os rendís exactamente cuenta de esta concentración de fluidos especiales, por la locomoción y la tangibilidad de la materia inerte; vosotros nos prestáis fe al igual que lo hacéis con los fenómenos de electricidad y de magnetismo, con los cuales los hechos medianímicos están plenos de analogías, y son, por así decirlo, la consagración y el desarrollo.
-“En cuanto a los incrédulos y a los científicos, peores que los incrédulos, no tengo tiempo para convencerles, no me ocupo de ellos; serán convencido, oportunamente, por la fuerza de la evidencia, por cuanto se precisará bien que ellos se inclinen delante del testimonio unánime de los hechos espirituales, como fueron obligados a hacerlo delante de tantos hechos que habían de buenas a primeras rechazado.
-“Resumiendo: si los hechos de tangibilidad son frecuentes, los de aporte son rarísimos, por cuanto las condiciones en los cuales desenvolverse son dificilísimas. En consecuencia, ningún sensitivo puede decir: a tal hora, a tal momento, obtendré un aporte, por cuanto muchas veces el mismo Espíritu se encuentra imposibilitado en su obra. Debo agregar que estos fenómenos son doblemente difíciles en público, por cuanto se encuentran elementos refractarios, que inhiben los esfuerzos del Espíritu, y en mayor grado la acción del sensitivo. Retened, por el contrario, como cierto que estos fenómenos se producen casi siempre, en particular espontáneamente, y más frecuentemente sin conocimiento de los sensitivos y sin premeditación; y en fin muy raramente cuando éstos se encuentran prevenidos. Vosotros debéis, por lo tanto, concluir, que existe un motivo de sospecha legítima cada vez que un sensitivo se alaba de obtenerlos a voluntad; en otros términos, es decir, de ordenar a los Espíritus como si fuesen sus servidores, lo que es simplemente absurdo. Retened todavía como regla general, que los fenómenos espirituales no son para nada realizados para que sirvan de espectáculo o para divertir a los curiosos. Si algunos Espíritus se prestan a este género de cosas, esto no puede ser más que para fenómenos simples y no para aquellos que exigen condiciones excepcionales, como son los aportes y otros similares.
Recordad, estudiantes de la Doctrina, que, así como es absurdo rechazar sistemáticamente todos los fenómenos de la dimensión espiritual, no es un acto de sabiduría, por otra parte, aceptarlos todos con los ojos cerrados”.
-“Cuando un fenómeno de tangibilidad, de aparición, de visibilidad o de aporte se manifiesta espontáneamente e instantáneamente, aceptadlo; pero no aceptad nada ciegamente; y que cada hecho pase por un análisis minucioso, profundo y severo; por lo tanto, creedlo, el Espiritismo, tan rico en fenómenos sublimes y grandiosos, nada puede ganar de estas pequeñas manifestaciones que pueden ser imitadas por hábiles prestidigitadores.
-“Yo se bien lo que queréis decirme: es decir, que estos fenómenos son útiles para convencer a los incrédulos; pero sabed que si no hubieseis tenido otros medios de convicción, no tendréis hoy la centésima parte de los estudiantes que tenéis. Hablad a la conciencia, por cuanto es de este lado que haréis mayores conversiones serias. Si creéis útil, para ciertas personas, actuar con hechos materiales, presentadlos, por lo menos, en circunstancias tales que no puedan dar lugar a alguna falsa interpretación; y sobre todo no salgáis de las condiciones normales de estos hechos; por cuanto los hechos presentados en inadecuadas condiciones, proporcionan argumentos a los incrédulos, en vez de convencerle”-. Erasto.
18.         Este fenómeno ofrece una particularidad muy singular y es que ciertos sensitivos no los obtienen sino en el estado de sonambulismo; y esto se explica fácilmente. Hay, en el sonámbulo, un desarrollo natural, una suerte de aislamiento del Espíritu y del periespíritu, que debe facilitar la combinación de los fluidos necesarios. Tal es el caso de los aportes de los cuales fuimos testigos. Las siguientes preguntas fueron dirigidas al Espíritu que los había producido, pero sus respuestas resienten de su insuficiencia: nosotros las hemos antepuesto al Espíritu Erasto, mucho más iluminado desde el punto de vista teórico, que las ha completado con observaciones  muy juiciosas. El uno es el artesano, el otro el sabio, y la comparación misma de estas dos inteligencias es un estudio instructivo, ya que se prueba con eso que no es suficiente ser un Espíritu para comprender todo.
         I.Queréis, os lo ruego, decirnos por qué los aportes que vos nos hacéis, se producen solamente en el sueño magnético del sensitivo?
-“Esto es atinente a la naturaleza del sensitivo; los hechos que produzco cuando el mío está dormido, podría, igualmente, producirlos en el estado de vigilia con otro sensitivo”-.
      II.Por qué hacéis esperar tan largamente el aporte de los objetos, y por qué excitáis el deseo del sensitivo, dinamizando su voluntad de obtener el objeto prometido?
-“Este tiempo me es necesario para preparar los fluidos que sirven al aporte; en cuanto a la excitación, la provoco, normalmente, con el solo fin de divertir a las personas presentes y a la sonámbula”-.
Observaciones de Erasto: -El Espíritu que respondió no sabe más que lo que ha expuesto; él no se rinde cuenta del motivo de esta ansiedad que le inquieta sin comprender el efecto; cree divertir, mientras que, en realidad, él provoca una  mayor emisión de fluido; esta es la consecuencia de la dificultad que presenta el fenómeno, dificultad siempre más grande cuando no es espontáneo, sobre todo con ciertos sensitivos.
    III.La producción del fenómeno depende de la naturaleza especial del sensitivo, y, podría producirse con otros sensitivos con mayor facilidad y prontitud?
-“La producción depende de la naturaleza del sensitivo, y no puede producirse más que con naturalezas correspondientes. Respecto a la prontitud, la costumbre que adoptamos, que se corresponde, frecuentemente, con el mismo sensitivo, nos es de gran ayuda”-.
      IV.La influencia de las personas presentes tiene alguna importancia?
-“Cuando existe algún grado de incredulidad, de oposición, esto puede darnos molestarnos mucho; nos agrada más realizar nuestras pruebas con personas con mentalidad abierta y versadas en el Espiritismo. Pero, con esto no quiero decir que la mala voluntad sea capaz de bloquear los resultados completamente”.,
        V.Dónde habéis ido a tomar las flores y los dulces que nos habéis traído?
-“Las flores las tomo en los jardines que me gustan”-.
      VI.Y los dulces? El comerciante debió haberse dado cuenta de que le faltaban.
-“Yo los tomo donde me place; el comerciante no se da cuenta en absoluto, por cuanto he colocado otros en su lugar”-.
   VII.Pero los anillos tienen un valor; dónde los habéis tomado? No ha, después, provocado algún daño a la persona de la cual los habéis tomado en préstamo?
-“Los he tomado en lugares desconocidos a todos, de modo que nadie pudiese ser afectado”-.
Observación de Erasto. .Estimo que el hecho sea explicado de manera insuficiente en razón de la capacidad del Espíritu que respondió. Sí, pudo haber habido, en realidad, un daño real, pero el Espíritu no quiso evidenciar que era capaz de cometer un fraude. Un objeto no puede ser sustituido, sino de otro idéntico, de la misma forma e idéntico valor; en consecuencia, si un espírut tuviese la facultad de sustituir un objeto símil al que toma, no habría razón alguna para tomarlo, y podría dar aquel que toma en sustitución del primero.
VIII.Es posible traer flores de otro planeta?
-“No, a mi no me es posible”-.
(A Erasto). Otros Espíritus tendrían este poder?
-“No, esto no es posible, por causa de las diferencia de ambientes”.,
COMENTARIO EXEGÉTICO GIC: Aunque se trate de algo diferente, creemos oportuno dejar constancia, aquí, de lo siguiente: Dado que todo ser de cada reino natural tiene Espíritu, alma y cuerpo, en las especies vegetales, en un momento dado, podrían venir grupos de Espíritus del reino vegetal para traer un progreso que haya sido logrado en un mundo más avanzado. Igualmente, Espíritus del reino vegetal de mundos menos evolucionados, que la tierra, podrían venir aquí para aprender los progresos que les son inherentes al planeta. Esto abre perspectivas novedosas dignas de ser tomadas en cuenta en futuros estudios. Equivaldría a las migraciones espirituales del reino humano. Lo mismo podría ocurrir en el reino animal y mineral. Recordemos: La ley es una para los cuatro reinos naturales. Empero, “el fenómeno de aporte” de un mundo a otro, desde el punto de vista de la factibilidad no parecería estar fuera del alcance de la realidad, por cuanto lo único que varía es la distancia; por lo cual, es un tema que queda abierto para su ulterior estudio.
Son muy conocidos dos aportes de Elizabeth D´Esperance. El primero, realizado con la cooperación de su Espíritu guía, de nombre Yolanda, que se materializaba. Este aporte se produjo el 04 de agosto de 1880, cuyo resultado fue un gran planta, originaria de la India, que recibe el nombre de Ixora Crocata, que tenía una flor grande. Esta planta se mantuvo durante tres meses, antes de secarse. Con fecha 28 de junio de 1890, produjo otro aporte, una planta alta casi dos meses, que recibe el nombre de Giglio, de color dorado, que permaneció una semana en el salón de las reuniones, después de lo cual, según el Espíritu guía, Yolanda, dijo que debía ser restituida al lugar del cual se aportó.
     IX.Podríais aportar flores desde otro hemisferio; de los Trópicos, por ejemplo?
-“Desde el momento que es sobre la tierra, puedo hacerlo”-.
        X.Podríais regresar los objetos que habéis traído y luego volverlos a traer?
-“De la misma manera en que los he traído, podría, también, regresarlos, si quisiese hacerlo”-.
     XI.La producción del fenómeno de aporte, os produce alguna dificultad, o bien, resulta embarazoso?
-“No produce ninguna dificultad, cuando lo realizamos con permiso; podría haberla en elevado grado, si quisiéramos producir los efectos sin ser autorizados”-.
Observación de Erasto: -No quiere convenir en su esfuerzo, aunque el mismo sea real, ya que es forzado a realizar una labor, por así decirlo, material.
   XII.Cuáles son las dificultades que encontráis?
-“Ninguna otra, además de las malas disposiciones fluídicas, las cuales pueden sernos contrarias”-.
XIII.Cómo traéis el objeto; lo tomáis con las manos?
-“No, lo envolvemos en nosotros mismos”-.
Observaciones de Erasto: Él no explica claramente lo que realiza, ya que no envuelve el objeto en su propia personalidad; pero, como su fluido personal es dilatable, penetrable y expansible, él combina una parte de este fluido con una parte del fluido animal del sensitivo, por lo cual esconde y transporta en esta combinación el objeto de aportar. No es, por lo tanto, correcto decir que él envuelve el objeto en sí.
  XIV.Aportaríais con la misma facilidad un objeto de un peso considerable, de 50 kilos, por ejemplo?
-“El peso no es nada para nosotros; nosotros aportamos flores. Porque esto puede ser de mayor agrado que un peso voluminoso”-.
Observaciones de Erasto: Es justo; él puede transportar 100 o 200 kilos de objetos, desde el momento que la gravedad que existe para vosotros e nula para él; pero aquí, todavía, no se da cuenta, exactamente, de lo que sucede. La masa de los fluidos combinados es proporcional a la masa de los objetos; en una palabra, la fuerza debe ser en razón de la resistencia; se deduce que si el Espíritu no transporta más que una flor, o un objeto ligero, esto sucede con frecuencia porque no encuentra en el sensitivo, o en sí mismo, los elementos necesarios  para un esfuerzo más considerable.       
     XV.Hay, alguna vez, desapariciones de objetos cuya causa queda ignorada, y que sería obra de los Espíritus?
-“Esto sucede muy frecuentemente, mucho más de lo que vosotros pensáis, y se podría remediar rogando al Espíritu de traer el objeto desaparecido”-.
Observaciones de Erasto: -Esto es verdad; pero muchas veces lo que fue quitado fue muy bien realizado, por cuanto esos objetos que no se encuentran cerca de sí, son llevados muy lejos. Todavía, dado que la substracción de los objetos precisa más o menos las mismas condiciones fluídicas que las de los aportes, no puede tener lugar sino con la ayuda de sensitivos dotados de facultades especiales. Es más justo, por lo tanto, creer que cuando algo desaparece, sea debido, más bien, a vuestra inadvertencia que no por obra de los Espíritus.
  XVI.Hay, quizá, efectos que son retenidos fenómenos naturales, y que, en cambio, son debido a la acción de ciertos Espíritus?
-“Vuestras jornadas están llenas de este género de hechos, que vosotros no comprendéis, por cuanto no le prestáis atención, pero que un poco de reflexión os lo haría percibir claramente”-.
Observación de Erasto: -No atribuyáis a los Espíritus lo que es obra de la humanidad; pero creer a su influencia oculta y constante, que hace nacer a nuestro alrededor miles de circunstancias, miles de incidentes necesarios a vuestros actos y de vuestra existencia.
XVII.Entre los objetos aportados , no los hay, quizá, de aquellos que pueden ser fabricados por los Espíritus?
–“Por mí no, por cuanto no tengo el permiso para ello; lo podría hacer, únicamente, un Espíritu elevado”-.
XVIII.Cómo habéis introducido estos objetos, el otro día, mientras la habitación se encontraba cerrada?
-“Los hice entrar conmigo, envueltos, por así decir, en mi substancia; decir más no es algo explicable”-.
  XIX.Cómo habéis hecho para rendir visibles estos objetos que eran invisibles un instante antes?
-“Quité la materia que los envolvía”-.
Observación de Erasto: -No es materia propiamente dicha la que los envuelve, sino un fluido, mezclado por mitad en el peri-espíritu del sensitivo, y por la otra mitad en el del peri-espíritu del Espíritu que actúa.
    XX.(A Erasto). Puede un objeto ser introducido en un lugar perfectamente cerrado, en una palabra, el Espíritu puede espiritualizar un objeto material, de modo que pueda penetrar la materia?
-“Esta cuestión es compleja. En cuanto se refiere a los objetos aportados, el Espíritu puede rendirlos invisibles, pero no penetrables; él no puede romper la agregación de la materia, esto que formaría la destrucción del objeto. Él puede aportar cuando quiere este objeto convertido en invisible, y no dejarlo libre sino en el momento conveniente para hacerlo aparecer. Muy diverso es el procedimiento para los objetos que nosotros componemos. Desde el momento que nosotros no introducimos más que los elementos de la materia, y que estos elementos son esencialmente penetrables (en el mismo modo que penetramos nosotros mismos, y atravesamos los cuerpos más densos con la misma facilidad, con la cual los rayos solares atraviesan los vidrios de la ventana), podemos decir, perfectamente, que nosotros hemos introducido el objeto en un lugar, por cuanto cerrado él se encuentre. Pero esto sucede. Sólo, en este último caso”-.

(1) Se observa que cuando se trata de expresar una idea nueva, para la cual falta en la lengua el vocablo, los Espíritus saben crear perfectamente neologismos. Las palabras "electro-medianímico, periespíritico", no son nuestras. Quienes nos critican por la creación de los vocablos "espiritistas", "espiritismo" y "periespíritu" que no tenían sus análogas, podrán hacer el mismo proceso a los Espíritus.

EL ENCUENTRO EN LA VICTORIA



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UN ENCUENTRO EN LA VICTORIA

Autor: ©Giuseppe Isgró C.

Del libro: La Victoria

Capítulo I

Me encontraba un día, en una fuente de aguas tranquilas, cristalinas, cuando se me acercó un Venerable hombre, vestido a la antigua usanza, con bata blanca, larga, pelo y barba que alguna vez fueron de color pelirrojo y un báculo en la mano derecha.

Concentró sus ojos en los míos; su mirada era profunda, serena y apacible.

Con voz suave y afectiva, me dijo:

-“Hola, hijo, como estás”-.

–Bien, -le contesté-; y, ¿usted?

–Por aquí andamos; -fue su respuesta-, mientras me sonreía.

-¿Dónde estamos?, -le pregunté al Venerable hombre-.

-Este sitio es conocido como La Victoria; -me contestó-. –¿Qué haces por estos lados?

-Salí esta mañana, temprano, con el coche, a dar un paseo; luego, al llegar a esta zona, me paré a contemplar la belleza de los araguaneyes y decidí caminar un poco y la verdad que, absorto en mis reflexiones, caminé por lo menos durante dos horas, hasta llegar aquí. Desconocía este hermoso lugar. Y, usted, -¿vive por aquí cerca? -le pregunté-.

Un poco más arriba, en esa colina boscosa. Hace algunos años, -relata el Venerable hombre- decidí retirarme de la agitada vida ejecutiva en que me desenvolvía profesionalmente, como abogado, en la ciudad de Quebec, Canadá, aunque he viajado por diversos países asesorando a incontables líderes. Construí la casa, en esta zona tropical, con la idea de pasar aquí los meses de invierno. Me dedico al estudio de la vida, a la meditación y a cultivar mi jardín y de vez en cuando, a escribir mis reflexiones, las cuales, algún día, habrán de ser publicadas para esparcir un poco la luz que he podido vislumbrar en mis estudios metafísicos-espirituales.

-¿Quieres tomar un café? –Me preguntó el Venerable hombre-. Lo he traído de Caripe El Guácharo; es de los más exquisitos que he probado.

-Sí, con gusto se lo acepto; -le contesté-.

Nos fuimos caminando por un sendero rodeado de árboles cargados de mangos, aguacates, naranjas y una hilera de cayenas de diversos colores. A lo lejos, el ruido de la brisa se oía apaciblemente. Todo era quietud, armonía y paz. Pero, sobre todo, lo que más me impresionaba era la apacibilidad y el sosiego del Venerable hombre de La Victoria. Emanaba de él un flujo de fuerza que, en su presencia, me sentía con un poder y una seguridad nunca antes experimentados. Fuerzas bienhechoras se iban apoderando de mí y aquella paz y relax que buscaba en la mañana, al salir a dar un paseo, sin percatarme de ello, las estaba experimentando ya.

Después de unos quince minutos de caminar, llegamos a la casa del Venerable hombre. Su aspecto exterior humilde estaba lejos de dejar entrever lo que segundos después habría de asombrarme con lo que encontré en el interior.

Al entrar, en la casa, una joven de unos veinte años saludó al Venerable hombre.

-¡Hola, abuelo!, ¿cómo estás?

–Bien, hija, -contestó el Venerable hombre-. -Prepara un poco de café, Lucía, mientras conversamos un poco, adentro.

-Por cierto, te presento a Santiago, quien ha llegado paseando hasta La Victoria.

Después de la presentación, entramos en la biblioteca del Venerable hombre. Un salón grande, lleno de estantes de libros por todas partes, lo cual hacía inimaginable dicho cuadro desde el exterior. Algunos cuadros al óleo de morichales y de personajes históricos, presentaban un ambiente acogedor. En un rincón se encontraban diversos retratos de Tagore, Gandhi, Cicerón, Séneca, Ibn Arabi y un dibujo de Don Quijote y Sancho Panza. En un pequeño cuadro, podía leerse: -“Lo que Alá quiera. Nada se le asemeja”-.

-Le felicito por este inmenso tesoro que usted tiene aquí, -le dije al Venerable hombre-. -¿Cuáles son los temas de su interés?

A lo cual, me contestó: -Como usted puede ver, Santiago, -y me invitó a recorrer los estantes- aquí hay libros de variados temas: clásicos de todos los países y épocas, desde los Vedas, los Upanishads, el Mahabaratha, los libros de Confucio, El Tao te King, de Lao Tse, el Poema de Gilgamesh, el Código de Amurabí, autores griegos, como Homero y Hesiodo. Se encuentran las obras completas de Euclides, Platón, Aristóteles, Teofrasto, Demetrio de Falereo, de los Presocráticos, Epicteto, Plutarco, etcétera; de los latinos, autores como Séneca, Cicerón, -que son mis preferidos-, Julio César, Tito Livio, Dionisio de Halicarnaso, Marco Aurelio, así como libros de Psicología, Gerencia, Sufismo, Yoga, ensayos, filosofía, parapsicología, hermetismo, El Quijote, libros de economía, filosofía, etcétera, en fin, un poco de todo lo que es preciso conocer para poder entender el significado de la vida: de dónde venimos, por qué estamos aquí y hacía dónde vamos, sin lo cual, la vida no tendría sentido, sobre todo por el gran afán a que está sometido el ser humano en la agitada vida moderna.

Nos sentamos en sendas butacas y nos entretuvimos conversando de temas diversos. Al poco rato, entró Lucía con dos tazas de oloroso café y unos biscochos, que degustamos con agrado en una amena e interesante conversación. Al fondo, podía oírse una suave música de Beethoven.

Pasamos cerca de una hora conversando de sobre la Atlántida, Egipto, los griegos, de Homero, de los sufíes, del budismo zen, los poderes del espíritu, meditación, etcétera, después de lo cual, le hice una pregunta directa.

-Seguramente, usted ha desarrollado alguna técnica de meditación y algún método de resolución de situaciones, en la vida, que me quisiera explicar, ya que, según observo, para tener usted una serenidad tan acentuada y una fortaleza física a la edad que imagino que usted debe tener, -cerca de noventa años- es porque ha encontrado en su larga experiencia algún secreto que quizás quisiera compartir conmigo.

Santiago, -me dijo el Venerable hombre, si vuelves a visitarme otro día, quizá te cuente algo que te pueda servir. Empero, antes de que te vayas, te haré entrega de unos apuntes que hace ya muchos años, en una época en que yo andaba a la búsqueda de sosiego y tratando de encontrarle sentido a la vida, un Venerable hombre que, en una edad similar a la mía, a su vez me entregara y cuya práctica asidua me permitió domar la mente, encarrilar mi vida y poner bajo control los hilos del destino. Son veintidós manuscritos, y una meditación diaria, –continuó diciendo el Venerable hombre, que si bien son ya un poco antiguos, podrás copiarlos de nuevo y si pones en práctica las técnicas que contienen, darás a tu vida un esplendor que habrá de sorprenderte agradablemente.

-Una vez que los hayas probado con total y absoluta satisfacción de tu parte, -me dijo, ponlos en limpio, en forma de libro y publícalo para que su mensaje llegue a mayor número de personas. Hacía tiempo que esperaba a alguien a quien confiarle este legado y creo que hoy, al llegar aquí, en la forma en que lo has hecho, tus pasos han sido dirigidos por Aquel que todo lo sabe y puede, por la Ley Cósmica, y en cuyos planes universales, todos somos sus instrumentos.

Me despedí del Venerable hombre y de su adorable nieta, sintiendo dentro de mí fuerzas desconocidas hasta entonces que preanunciaban grandes cambios en mi vida.

En los días siguientes, aparté una hora diaria, antes de dormirme, y leí y releí, todos los manuscritos, de la siguiente manera: En primer lugar copié la Meditación diaria en un cuaderno, el cual leí durante veintidós noches y mañanas seguidas, tal como lo indicaban las instrucciones de la misma.

Una nota al pie de página mencionaba que si yo la transcribía en un cuaderno, el hecho de hacerlo, grabaría en mi ordenador mental las instrucciones y me sería más fácil desarrollar, en mi personalidad, las cualidades y condiciones que formaban parte de los objetivos implícitos en la misma.

De los veintidós manuscritos, cada lunes, a las once en punto de la noche, copiaba uno en el cuaderno, y durante el resto de la semana, a la misma hora, lo leía y meditaba, siguiendo las fáciles y efectivas técnicas e indicaciones al inicio del mismo.

Cuatro semanas después de leer durante veintidós días seguidos, en la noche y en la mañana, la meditación diaria, comenzaron a manifestarse en mi vida una serie de cambios positivos que me dejaban asombrado a mi mismo, pero, también, los miembros de mi familia y a mis amistades; sobre todo mi semblante comenzó a ser más apacible; volví a sonreír desde el interior; mi estado anímico era de contento; me sentía más seguro de mi mismo; comencé a confiar más en la gente, en la vida y a vislumbrar el sentido de mi misión en la vida –percibía cosas que antes me pasaban desapercibidas, a pesar de haber estado siempre allí. Sentía fluir en mí una nueva corriente vivificadora de prosperidad, de felicidad, de alegría de vivir. Mi entusiasmo y amor por la vida y por mi familia, por mi trabajo y por las personas, crecía día a día. En aproximadamente dos meses había logrado muchas de las cosas en las cuales había soñado desde hacía años. Había dado un paso sorprendente en el camino de la autorrealización.

Efectivamente, pude comprobar que me fue relativamente muy fácil desarrollar las aptitudes y actitudes a nivel físico, mental, emocional, espiritual y en diversos aspectos de mi vida, como el financiero, que comenzó a mejorar casi inmediatamente, así como, surgieron nuevas oportunidades que comencé a aprovechar, casi sin esfuerzo de mi parte.

Transcurría el año de 1967 y mi vida había encontrado un sendero que habría de conducirme a cooperar en forma más efectiva en el plan divino que el Supremo Hacedor, en algún momento, había diseñado para mí.

Tres meses después volví a aquel lugar donde había encontrado al Venerable hombre de La Victoria y allí estaba la fuente que él dijo llamarse La Victoria; empero, cuando traté de encontrar el camino para llegar a la casa donde amablemente me ofreció un delicioso café, preparado por su nieta Lucía, no logré encontrarlo, pese a haber recorrido durante un par de horas por los alrededores. Pregunté a varias personas para ver si podían indicarme como llegar a la casa del Venerable hombre y cual fue mi sorpresa, nadie lo conocía.

Empero, después de tanto buscar, volví a encontrar la casa donde vivía el Venerable hombre de La Victoria, pero se encontraba abandonada. Su aspecto indicaba que debía encontrarse en ese estado un lapso mayor del que mediaba con el encuentro de aquel ser extraordinario. Es sorprendente como los inmuebles solos acusan el paso del tiempo en mayor grado que los que son habitados. Si no fuera por los manuscritos pensaría que el encuentro no fue más que un simple sueño. -¿O se trata, acaso de un sueño combinado con un fenómeno de aporte? Personalmente, no lo creo. El encuentro fue muy vívido y real. El aromático café servido por Lucía estaba exquisito. Durante varios años volví al lugar varias veces, la casa seguía sola. La última vez que volví, no la pude ubicar y sin tener tiempo suficiente para seguir buscándola, me fui. Ahora, vivo muy lejos de aquella zona, en otro continente; han transcurrido muchos años y después de tanto tiempo es poco probable que vuelva allí; pero, los manuscritos y la meditación diaria obran en mi poder, me han transformado y han enriquecido mi vida.

Durante más de treinta y cinco años he puesto en práctica las diversas variantes de los ejercicios, afirmaciones y meditaciones que contienen los manuscritos y la meditación diaria y cada vez que los pongo en práctica, experimentos los mismos beneficios. Ahora, ellos se encuentran en el libro que usted tiene en sus manos; espero que les sean tan útiles como los han sido para mí.

Su contenido es eminentemente práctico; no hay teorías superfluas. Si lleva a cabo los ejercicios que contienen, es probable que, gradualmente, se vaya efectuando la transmutación alquímica de su ser sintonizándose con los elevados resultados existenciales, los cuales, por añadidura, al ser creados a nivel mental, se van manifestando en su propia vida, oportunamente.

Sobre todo, con estos ejercicios, me percaté, cuando el Venerable hombre me entregó los manuscritos, de que se dispone de un método para domar la mente y ejercer un pleno dominio sobre la vida en general y, por ende, sobre el destino y controlar, cuando eventualmente se presenten, todas las situaciones, manteniendo un perfecto equilibrio físico, mental, emocional, espiritual y financiero.

El Venerable hombre de La Victoria me comentaba que todo se puede lograr en la vida si se siembra la respectiva semilla por medio de correctas decisiones acordes con la propia y elevada auto-estima y dignidad personal, desarrollando el convencimiento de que sí se puede hacer, por medio de las afirmaciones, las visualizaciones y meditaciones, la experimentación de un estado emocional acorde al momento de ser logrados los respectivos resultados y la practica del desapego, es decir, dejar encargada a la mente psiconsciente del logro, y además, se espera el tiempo necesario haciendo, mientras tanto, todo lo que se requiere, según el caso o los objetivos por alcanzar.

Estas técnicas funcionan, me decía una y otra vez el Venerable hombre de La Victoria; luego, agregaba: -las he probado por más de cincuenta años y quien, a su vez me las entregó, habría hecho otro tanto, aseverando que eran efectivas, si yo seguía fielmente las instrucciones y las ponía en práctica con expectativas positivas.

Desde que en 1967, el Venerable hombre me hiciera entrega de los manuscritos, han transcurrido un poco más de de treinta y cinco años, durante los cuales yo también he puesto en práctica las diversas variantes de los ejercicios, afirmaciones y meditaciones que contienen, y cada vez que me ejercito con ellos, experimento los mismos beneficios. Ahora, ellos se encuentran en el libro que usted tiene en sus manos; espero que les sean tan útiles como los han sido para todos los que hemos aplicado las enseñanzas del Venerable hombre de La Victoria.

Él me repetía constantemente: -“¡Tú puedes si crees que puedes hacerlo! ¡Hazlo y tendrás el poder!

Recuerdo que ese día el Venerable hombre me dijo: -ejercer el poder con que la naturaleza de las cosas ha dotado a cada ser, cultivando los dones inherentes y aprendiendo todo lo que se pueda de sí y del vasto universo del que se forma parte, es una manera efectiva de ser cada día más feliz. Luego, cuando me despedí de él, expresó: -“¡Que cada día brille más y mejor tu luz interior!”.- Adelante.

Capítulo 2

Meditación diaria

Es lunes en la noche, son las once en punto.

Me dispongo a copiar textualmente, en el cuaderno que he dispuesto para ello, el manuscrito identificado con el título:

Meditación diaria

Dice así:

Afirme, en la mañana y en la noche, antes de dormir, durante veintidós días; luego, cada vez que lo desee, esta poderosa fórmula de programación mental positiva y descubra cómo, con facilidad, van ocurriendo cosas maravillosas en su vida:

MEDITACIÓN DIARIA

Afirma, en la mañana y en la noche, antes de dormir, durante veintidós días; luego, cada vez que lo desees, esta poderosa fórmula de programación mental positiva y descubre cómo, con facilidad, van ocurriendo cosas maravillosas en tu vida. Al encender la luz en la mente se ilumina la propia existencia y todo en derredor vibra al unísono y con el mismo sentimiento de felicidad y bienestar, interrelacionándose por la ley de afinidad.

1. -Entro en el nivel de mi mente psiconsciente, en el centro de control de mi piloto mental automático, donde todo va bien, siempre, contando de tres a uno: Tres, dos, uno.

Ø Ahora, estoy ya en el nivel de mi mente psiconsciente, en el centro de control de mi piloto mental automático, donde todo va bien, siempre.

Ø Voy a permanecer en el nivel de mi mente psiconsciente, en el centro de control de mi piloto mental automático, donde todo va bien, siempre, durante quince minutos y voy a programar los siguientes efectos positivos, los cuales perduran, cada vez mejor, hasta que vuelva a realizar este acceso y programación mental:

Ø Todo va bien, siempre, en todos los aspectos de mi vida, cada día mejor. (Tres veces). –Imagínalo-.

Ø Todo va bien en mi trabajo; cada día logro mejores niveles de efectividad, prosperidad, riqueza, abundancia y bienestar. (Imagínalo).

2. Formo una unidad cósmica perfecta con el Creador Universal, -ELOÍ. (Diez veces, con los ojos cerrados). Hoy se expresa en mí la Perfección universal de la Vida, del amor, de la luz, de la sabiduría, del perdón, de la percepción de la verdad, de la aceptación de la realidad, de la justicia, de la igualdad, de la compensación, de la fortaleza, de la templanza, de la belleza, del equilibrio, de la armonía, de la salud, de la prosperidad, de la riqueza, de la abundancia, del servicio y de la provisión en todos los aspectos de mi vida.

3. -Cada día, en todas formas y condiciones, mi cuerpo y mi mente funcionan mejor y mejor. La consciencia de mi conexión permanente e indisoluble con el Creador Universal, -ELOÍ-, restablece y mantiene en mí, diariamente, durante las veinticuatro horas del día, un perfecto estado de salud a nivel físico, mental, emocional y espiritual. Gracias, Creador Universal, por darme un cuerpo perfecto, saludable, lleno de energía. Aquí y ahora, me siento en perfecto equilibrio de salud, a nivel físico, mental, emocional y espiritual.

4. Afronto y resuelvo bien toda situación que me compete, siempre.

5. Todo tiene solución, en todas las situaciones de mi vida.

6. El Creador Universal, -ELOÍ-, es en mí, cada día mejor, en todos los aspectos de mi vida, fuente de amor, luz, sabiduría, éxito, riqueza, prosperidad, abundancia y armonía.

7. Permito que las leyes universales de la Vida, del amor, de la luz, de la sabiduría, del perdón, de la percepción de la verdad, de la aceptación de la realidad, de la justicia, de la igualdad, de la compensación, de la fortaleza, de la templanza, de la belleza, del equilibrio, de la armonía, de la salud, de la prosperidad, de la riqueza, de la abundancia, del servicio y de la provisión actúen bien en el plan de mi vida.

8. Tengo prosperidad y poder. Cada día enriquezco mejor mi vida a través del servicio efectivo, del amor y de la práctica de todas las virtudes.

9. Mi dignidad personal me lleva a realizar las cosas que me competen con la máxima perfección posible.

10. Cada día, en todas formas y condiciones, en todos los aspectos de mi vida, estoy mejor y mejor a nivel físico, mental, emocional, espiritual y financiero.

11. Actúo con templanza, serenidad, autodominio y perfecto equilibrio en todo. Conservo plena autonomía y control sobre todas mis facultades físicas, mentales, emocionales, intelectuales y espirituales. Hecho está. (Visualizar un escudo protector de luz que te envuelve y protege; -una pirámide-).

12. Tengo fortaleza, valor, confianza y fe suficiente para triunfar y alcanzar todas mis metas, de acuerdo con la voluntad del Creador Universal, -ELOÍ-, y en armonía con sus planes cósmicos. Soy inmune e invulnerable a las influencias y sugestiones del medio ambiente y de cualquier persona a nivel físico, mental, emocional y espiritual, en las dimensiones objetivas y subjetivas y en cualesquiera otras en que sea requerido.

13. El orden universal de la Vida, del amor, de la luz, de la sabiduría, del perdón, de la percepción de la verdad, de la aceptación de la realidad, de la justicia, de la igualdad, de la compensación, de la fortaleza, de la templanza, de la belleza, del equilibrio, de la armonía, de la salud, de la prosperidad, de la riqueza, de la abundancia, del servicio y de la provisión se establece en mi vida, en todos mis asuntos y en las personas interrelacionadas, aquí y ahora. Hecho está.

14. Asumo la responsabilidad de mis actos y cumplo bien todos mis compromisos, siempre oportunamente, de acuerdo con el orden cósmico.

15. El Creador Universal, -ELOÍ-, nos da abundancia y armonía en el eterno presente. Vivo en abundancia y en armonía perfectas, aquí, ahora y siempre.

16. El Creador Universal, -ELOÍ-, se está ocupando de todo, en todos los aspectos de mi vida, y se expresa en mí conciencia intuitiva por medio de los sentimientos en correspondencia con los valores universales.

17. Gracias, Creador Universal, -ELOÍ-, por esta vida maravillosa. Que Tu Inteligencia Infinita, Amor, Sabiduría, Justicia, Luz, y Poder Creador guíen, adecuadamente, todas mis decisiones y acciones, ahora y siempre. Gracias, Eloí, por este día maravilloso.

18. El Creador Universal, -ELOÍ-, nos proteja, aquí y en cualquier lugar, ahora y siempre. (Tres veces).

19. Siempre espero lo mejor, de acuerdo con la voluntad del Creador Universal, -ELOÍ-, y la Ley Cósmica, en armonía con todos.

20. Gracias, Creador Universal; todo va bien en todos los aspectos de mi vida, a nivel físico, mental, emocional y espiritual. Gracias, Eloí, todo va bien en mis practicas espirituales y en mi relación Contigo; Tú y yo formamos una unidad perfecta, armónica, aquí y ahora, en el eterno presente. Yo soy Tú, Tú eres yo. Te amo.

21. Voy a realizar –obtener o resolver- (mencionar), antes del: (fecha), de acuerdo al orden divino y en armonía con todos. (Si se trata de varios objetivos, anótelos y haga la afirmación y visualización con cada uno de ellos. Imagínelo concluido satisfactoriamente sin imponer canal alguno de manifestación.)

22. Tengo serenidad y calma imperturbable. Soy impasible frente a todo y a todos. No tengo temor a nada, a nadie ni de nadie en ningún nivel físico, mental, emocional, espiritual y financiero. Dentro de mí vibra la seguridad total. Tengo completa confianza en la vida y en mi propia capacidad de resolver situaciones y alcanzar los resultados satisfactorios que preciso, en cada caso, siempre.

A continuación anoté la fecha: Lunes 12 de agosto de 1967. Luego, tal como me lo indicó el Venerable hombre, anoté la fecha que correspondía veintidós días después: 03 de septiembre de 1967.

Acto seguido, me senté cómodamente, tomé tres respiraciones profundas y realicé la meditación.

Luego, cada noche, durante veintidós días, a las once en punto, me iba a mi cuarto, daba indicaciones de no ser interrumpido durante veinte minutos y realizaba la meditación del día, la cual, siempre complementaba con la lectura breve de uno de los libros de cabecera que siempre suelo tener en mi mesa de noche.

Iba notando, día a día como emergía de mi interior una nueva y desconocida fortaleza, seguridad, estado de ánimo contento, actitud más decidida, optimismo frente a la vida y a las situaciones; comencé a llevarme mejor en las relaciones con las demás personas, a ser más comedido en todo y sobre todo comenzaba a tener conciencia de cosas que antes me solían pasar desapercibidas.

Cabe destacar que, en el punto número veintiuno de la meditación, había anotado siete objetivos que desde hacía tiempo quería realizar y para mi sorpresa, treinta días después de haber terminado de efectuar la meditación del manuscrito número veintidós comencé a observar como, en forma aparentemente casual se iban manifestando la resultados de cada uno de ellos hasta que, algunos meses después, antes de la fechas previstas, los había realizado todos, menos dos, por lo cual, me senté y volví a anotar, en una hoja de mi cuaderno, otros diez objetivos, encabezados por los dos pendientes de la lista anterior, les puse la fecha tope a cada uno, antes de la cual debían ser logrados, para seguir visualizando, su logro, periódicamente.

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jueves, 5 de julio de 2012

LA INICIACIÓN PERFECTA




LA INICIACIÓN PERFECTA

©Giuseppe Isgró C.


La iniciación masónica al grado de compañero, fue conocida, entre los antiguos, como la Iniciación Perfecta.

Ella marca, para el compañero, una nueva etapa en su carrera masónica, cuyas influencias habrán de enriquecerle integralmente.

Después de un período de estudios, y de pruebas, por los cuales ha pasado desde que fue iniciado a la luz masónica, cuya duración es de doce semanas, o más, un aprendiz ha solicitado a nuestra Augusta Cámara de Compañeros, su aumento de salario, para el cual se considera digno, y evidenciando, al mismo tiempo, un sincero deseo de continuar progresando en nuestra Magna Institución Masónica.

La Cámara de Compañeros, después de analizar su tesis de grado respectiva, presentada por el aspirante a Compañero y sometiéndose él mismo al examen correspondiente, así como, después de efectuar un análisis de la vida masónica y profana del aprendiz, se observa si el mazo y el cincel tuvieron tiempo de dar a la piedra bruta de su personalidad la forma equivalente a la ideal para la construcción del Gran Edificio Cósmico.

El grado de compañero representa la segunda edad del ser, en cuyas enseñanzas está compendiada la síntesis de:

1) Sus deberes para con Dios, representada por la fe perceptiva de la realidad.
2) Para consigo: simbolizada por la esperanza o expectación positiva, reflejada por la confianza en sus propias fuerzas y en las leyes de la vida.

3) Para con sus semejantes: expresada por el amor, verdadera síntesis de los valores universales y soporte de todas las virtudes.

En la antigüedad, en la época de la construcción del Templo de Salomón, era habitual, en las confraternidades de los constructores, según la leyenda, de que los nuevos compañeros cambiaran sus instrumentos, y de trabajo, pasando algunos a ser cortadores de piedras, mientras que otros eran asignados a la tarea de ajustar, exactamente, las que habían sido, ya, desbastadas por los aprendices.

El ilustre masón francés, J. M. Ragon, al referirse al grado de compañero, expresa que éste tiene por objeto “el estudio de las ciencias naturales y la investigación del origen y la causa de todas las cosas”, en perfecta concordancia con nuestra definición moderna de que la Masonería es el estudio de todas las ciencias, de todas las filosofías, de todas las artes y la practica de todas las virtudes. En el estudio de sus enseñanzas se descifran, e interpretan, los símbolos; proporciona el conocimiento de sí mismo; ilustra la manera de cómo se puede ser más útil, así como la forma en que la Francmasonería puede prestar a la humanidad grandes servicios, estimulando y formando cada uno de sus miembros para que su contribución sea acrecentada a través del trabajo, de la ciencia y de una vida virtuosa, con lo cual el compañero masón puede alcanzar la excelencia existencial, haciendo más y mejores cosas con menor cantidad de recursos, esfuerzos y tiempo.

Estas características hacen que el compañero masón sea un filósofo práctico, por lo cual, en el estudio del simbolismo y de la enseñanzas del grado, se percata de que está entrando en comunicación con una sabiduría antigua, y atemporal, que le permite fijar los objetivos de su existencia y construir la obra de su vida de acuerdo con los planes trazados por el Supremo Artífice, y por la razón, iluminado, paralelamente, por la intuición y por la inspiración, con lo cual puede culminar exitosamente el edificio moral de sus conocimientos.

Durante la iniciación, cuando el aspirante a compañero realizó su primer viaje simbólico, llevaba dos instrumentos: el martillo y el cincel, con lo cual realizó su trabajo de aprendiz. Por medio de ellos el cantero desbasta la piedra bruta. Ambos instrumentos tienen relación con la voluntad firme y decidida y la determinación inteligente, facultades éstas que le permiten pulir las asperezas e imperfecciones de la piedra bruta de la personalidad, elaborando la obra de arte: la piedra labrada, con lo cual se transforma en un auténtico francmasón, con libertad de ejercer su arte en forma independiente sin límites de espacio ni de tiempo. Durante el trayecto simbólico, diversas imágenes recuerdan al postulante a compañero, los cinco sentidos con que ha sido dotado por la naturaleza; ver, oír, oler, gustar y tocar, por medio de los cuales debe, con conocimiento de causa, tomar contacto, conscientemente, con el mundo exterior.

En el segundo viaje simbólico, el recipiendario lleva con sí dos instrumentos destinados a servirle de guía en la realización de un trabajo de carácter intelectual: la regla y el compás. Ambos le sirven para verificar el trabajo efectuado con los dos instrumentos anteriores, es decir: el mazo y el cincel. Paralelamente, el compañero adquiere los rudimentos esenciales de la geometría, que otorga a sus cultores la clave del arte de la construcción, -física, moral y espiritualmente-, facilitándole la interpretación de los planes del Gran Arquitecto del Universo.

Al inicio del tercer viaje simbólico, el recipiendario recibe una regla y un alza prima o palanca. Su significado es conocido, es decir: el compañero debe servirse de la regla como instrumento de dirección para hacer una obra definida y efectivamente constructora. La palanca simboliza la inteligencia humana, en forma integral, siendo su punto de apoyo el cuerpo físico. De forma análoga, la inteligencia se afinca sobre la voluntad, que representa el potencial espiritual del ser. En esta fase evolutiva, el compañero se familiariza con las siguientes artes liberales: la gramática, la retórica, la lógica, la aritmética, la geometría, la astronomía y la música.

La clave esencial de la cual adquiere consciencia el compañero que desea ascender a los niveles de la percepción de la realidad, es la de que debe confiar en sus propias fuerzas y no esperarlo todo de la iluminación divina. Es decir, debe combinar la lógica inductiva y deductiva con la intuición y la inspiración, en una percepción y acción conjuntas.

En el cuarto viaje simbólico, el aspirante a compañero aprende el uso de la escuadra. Esto le permite someter sus acciones a la razón y a la ley moral, simbolizada por la medida, desarrollando, precisamente, “el sentido de la medida”, que le sirve de guía en todos sus actos, reflejando la justicia y la equidad en armonía con todos y con el Todo. Adquiere conciencia sobre la importancia de “considerar el fin de todas las cosas”.

La escuadra permite establecer las figuras geométricas en perfecta armonía y total rectitud. Es el modelo mediante el cual debe desenvolverse la vida del compañero.
El quinto viaje es el último que simbólicamente realiza el recipiendario ante de su recepción en el grado de compañero. Ahora se encuentra con las manos libres; no lleva ninguna herramienta. Posee el conocimiento suficiente. Todo lo lleva consigo, al igual que Pitaco, uno de los siete sabios. Al final del recorrido alcanza un estado de iluminación, en cuya percepción intuitiva e inspirativa será capaz de recibir directamente, y por sí mismo, la luz, experimentando, al mismo tiempo, el influjo creador que le permitirá la concepción y la realización de su cuota de asunción en la realización de la gran Obra. Después de haberse encontrado en un estado de completa obscuridad, al igual que todo el recinto en el que está ubicado, en el momento oportuno un foco de luz aparece en el este, en el oriente, en la fuente existencial. Al igual que las estrellas iluminan mejor en la noche obscura, así la luz, en conexión divina, emana del centro universal para iluminar el horizonte humano, al compañero que alcanza a ver la estrella flamígera cuyas cinco puntas representan al hombre, emanación de la Divinidad. Al centro de la estrella emerge la letra “G”, entre cuyos múltiples significados se encuentra, precisamente, la representación del nombre de Dios en varios idiomas.

La estrella flamígera es el símbolo del genio que se eleva a las grandes realizaciones creadoras. Es la imagen de la fuente universal que ilumina el espíritu de cualquier ser que asume el ideal de dedicar su existencia a la conducción gloriosa de sí mismo y a la educación de la humanidad en los valores universales, soporte de la practica de todas las virtudes.

La estrella flamígera representa al ser evolucionado que ha desarrollado sus facultades espirituales, alcanzando la conciencia perceptiva en conexión con la conciencia cósmica. Ha descubierto que es poseedor de un poder creador potencialmente infinito que se expresa, oportunamente, y en grado equivalente, cada vez que experimente determinados niveles de necesidades. Allí reside la esencia de su poder potencialmente infinito: en la conciencia de lo que ignora, en las necesidades que afronta, resueltamente, y en los objetivos que asume a nivel personal y en la realización de la gran obra.

En síntesis, la estrella flamígera es el centro universal de donde emerge la auténtica luz y el poder creador universal.

El compañero alcanza la excelencia del grado en que tiene el privilegio de ascender haciendo gala de una esmerada dedicación, de una asidua y efectiva actividad creadora, así como del ejercicio de la prudencia, de la templanza, de la fortaleza, de la belleza, como expresión estética en todas sus obras, en los niveles físicos, morales y espirituales, de la justicia y de la armonía en todos sus actos y tratos sinalagmáticos.

Recibido en una Logia Perfecta, por el Venerable Maestro, los dos Vigilantes, los tres Maestros y un Compañero, pasa de la columna “B” a la “J”, subiendo a la quinta grada, en su ascenso evolutivo del Taller Cósmico.

Dotado de un signo, de un tocamiento, de una palabra sagrada de compañero y de una de pase, empero, su transmutación interior proyectar la luz que le distingue en cualquier entorno en donde vaya o actúe, y sin siquiera hablar ni hacer gesto alguno, es reconocido instantáneamente por sus iguales. Quienes, en el mundo profano tratan con él saben que es un ser de conducta virtuosa y digna. Le reconocen como Masón, una de las máximas distinciones a la que puede aspirar un ser humano, si realmente está dispuesto para la realización del ideal supremo de la perfección existencial concebido y ejecutado por los Hijos de la Luz.

El carácter pectoral del signo implica la custodia prudente de los tesoros morales y espirituales que le han sido confiados.

La palabra sagrada denota esa fuerza que sólo la conexión con el Creador Universal permite canalizar, por cuanto en Él se encuentra la fuente del poder creador y de Él emana la potencia divina que vivifica toda realización humana. En la columna del sur, -lugar de reunión de los compañeros-, se encuentra el calificativo respectivo que permite el acceso a la fuente interior del conocimiento.

En cuanto a la palabra que facilita el pase a la fuente, numerosas como las espigas del trigo han de ser las obras del compañero, para acceder a la fuente trascendental de la sabiduría y del poder creador, en la cadena de la fraternidad universal.

El punto gutural y pectoral, recuerdan al compañero sus obligaciones. El manual: mediante el respectivo toque preciso, permite percibir al compañero cuando se encuentra frente a su homólogo.

El pedestal: imparte la enseñanza de que todo masón, bajo la égida de la escuadra, recorre el camino de la vida ciñéndose a la equidad y a la justicia, en todos sus actos existenciales.

Como se ha dicho ya, la ubicación de los compañeros es en la columna del sur. Allí se encuentra el respectivo maestro que transmite la enseñanza necesaria y oportunamente. Este es el lugar, también, en el que reciben su respectivo salario cósmico.

La edad alcanzada por el compañero, representa la quintaesencia existencial, además de otros aspectos claramente identificables, como son los cinco sentidos y su respectivo uso. Se observa perfecta armonía en el toque, en la batería, en la marcha, en la edad, en la palabra sagrada, en la estructura geométrica de la estrella flamígera, en los viajes simbólicos y en las gradas del Taller.

Este simbolismo quintaesenciado en sus tres niveles de expresiones, representa:
1) En el plano físico: El nacimiento, la infancia, la edad adulta, la fuerza y la salud.

2) En el nivel intelectual: La gramática, la retórica, la lógica, la aritmética y la geometría.

3) En el sentido moral: La inteligencia, la rectitud, el amor, la prudencia y la filantropía.

El compañero realiza su trabajo iniciático desde el mediodía hasta medianoche, simbolismo que él conoce muy bien sabiendo que a la hora precisa de actuar hay que hacerlo puntualmente; y que, cuando llega el momento en que la tarea debe ser terminada, es preciso concluirla, pasando a la siguiente fase de reposo creativo-restaurador; de la actividad interior perceptiva de los elevados objetivos existenciales en correspondencia con los de la Gran Obra, a la realización externa, donde lo interno se hace patente como un claro reflejo de que lo que está adentro es idéntico a lo que se expresa afuera y de que lo que se encuentra arriba es análogo a lo que se manifiesta abajo, en perfecta armonía con todos y con el Todo.

El compañero se percata de que es preciso llegar a la mitad de la vida para ser útil a sus semejantes, tal como lo dijo Dante Alighieri, en su Divina Comedia, cuando expresa: -“En el medio del camino de la Vida”, etcétera, a partir de cuyo momento ha de trabajar la otra mitad en beneficio de la humanidad hasta la etapa culminante, en un determinado ciclo existencial.

La solapa del mandil del compañero, con la punta hacia abajo, denota que la inteligencia rige sobre la materia y que el espíritu expresa el perfecto autodominio sobre sus pasiones, exteriorizando los rasgos del iniciado, representados en la perfecta serenidad, en la calma imperturbable que le es inherente, en la impasibilidad frete a todo y a todos, y en la clara lucidez de su juicio a la hora de elegir la acción correcta, en el momento oportuno, para realizar la labor adecuada, de acuerdo a las inquietudes de los tiempos, en perfecta sintonía con los planes trazados por el Gran Arquitecto del Universo.

El estudio constante, permite, al compañero:

1) Percibir la propia misión en la vida, cumpliendo, simultáneamente, sus deberes y ejerciendo sus derechos, prudentemente.

2) Utilizar todos los recursos con que le dotó la naturaleza, es decir: el poder potencialmente infinito de su eterno e inmortal espíritu y las facultades espirituales que expresan dicho poder y la sabiduría de los valores universales.
3) Alcanzar el perfecto autodominio y el dominio de todas las circunstancias existenciales y del medio ambiente, paralelamente. Que cada acto refleje la inteligencia del Espíritu en perfecta correspondencia con los valores universales, haciendo el uso debido del desapego. Esto permite al compañero transformarse en la piedra cúbica viviente que le dará cabida en el grado del Magisterio, etapa siguiente, a cuya exaltación todo compañero digno de tal calificativo se encuentra destinado, en la realización de la Gran Obra.

4) Un compañero hábil, inteligente, estudioso y dinámico, será sin duda un excelente maestro, por lo cual, ahora, en este mismo instante, es preciso forjarse el propósito y la meta de llegar a serlo y poner manos a la Obra, en ello. Recordemos que el sublime mandato del Gran Arquitecto del Universo al Ser –en los tres reinos naturales- es el de alcanzar la maestría cósmica. En la realización de este propósito cósmico, empero, es preciso recordar que debería mantenerse la actitud de los Eternos Aprendices, única manera de acceder a los niveles superiores de la espiral evolutiva de la sabiduría de los valores universales.

Que el Gran Arquitecto del Universo ilumine y proteja a los nuevos compañeros, otorgándole la sabiduría de los valores universales, la salud física, mental y espiritual y la riqueza integral.

Hacemos votos para que la Augusta Institución Masónica Universal continúe siendo una escuela de virtudes y de liderazgo efectivo, capaz de conducir a la humanidad por los caminos de la paz, de la armonía, del amor, de la fraternidad, de la ciencia, de la prudencia, de la justicia y del entendimiento, bajo la égida del Gran Arquitecto del Universo. Así sea.

Adelante.

Puerto La Cruz, Venezuela, 30/04/1982.
Revisado: Lechería: 26 de junio de 2010.


DIOS, EL SER UNIVERSAL
POR ALLAN KARDEC
Versión castellana y comentarios exegéticos
de Giuseppe Isgró C.
La obra cumbre del pensamiento universal!

Dios y el Infinito. Pruebas de la Existencia de Dios. Atributos de la Divinidad. Panteísmo.

DIOS Y EL INFINITO

1. Quién es Dios?
-“Dios es la suprema inteligencia, la causa primera de todas las cosas”-.
COMENTARIO EXEGÉTICO GIC: En la primera edición de El Libro de los Espíritus la pregunta se formula tal como la hemos traducido desde la edición italiana, es decir: Quién es Dios?, en vez de: Qué es Dios, como se modificó en la segunda edición francesa y en todas las versiones a partir de entonces. Cuál de las dos formas es más acertada? Estimamos que ambos enfoques de preguntas son correctos, empero, la respuesta: -“Dios es la suprema inteligencia, la causa primera de todas las cosas”-, correspondería mejor a lo que es Dios. Ahora bien: “la suprema inteligencia” es un atributo que alguien posee; quién es ese alguien? Ese alguien es Dios. Entonces la respuesta a la pregunta: Quién es Dios?, debería ser: Dios, es el Ser Universal que posee la suprema inteligencia, y constituye, al mismo tiempo, la causa primera de todas las cosas-.
Como suprema inteligencia ha contemplado todas las variantes habidas y por haber en el eterno presente, sin límites de ninguna naturaleza.
Como causa primera de todas las cosas, constituye la fuente de donde emanan a la Conciencia, en un momento dado, todos los Espíritus de todos los seres en los cuatro reinos de la naturaleza, con individualidad claramente demarcada y con unos atributos que se corresponden, en forma análoga, a los atributos divinos poseídos por el mismo Ser Universal. En este caso tendríamos Seres individuales y un Ser Universal, formando una Unidad perfecta e indisoluble. Fueron creados esos seres individuales o siempre han estado en la fuente, y en un dado momento han emergido a la conciencia? Esto derivado de que la vida no se crea ni se destruye, simplemente existe. Emana a la Conciencia, en cada uno de los cuatro reinos naturales con una misión específica y en calidad de ejecutores de la Voluntad del Ser Universal. El Ser Universal es el anhelo de ser, mientras que los seres individuales, -en los cuatro reinos- constituyen los ejecutores de dicha voluntad en todos los planos existenciales, en el eterno ahora.
La Conciencia de un Espíritu como ser individual, en los cuatro reinos naturales, nos aportaría la explicación de la creación de las formas materiales de la vida en todos los planos de expresión, así como de la creación de los mundos, su desarrollo y extinción, en incontables ciclos, los cuales, gradualmente, iremos analizando, buscando la percepción intuitiva más que la percepción objetiva o razonamiento intelectual, lógicamente limitado. Es preciso centrar la atención en este enfoque para ir expandiendo la conciencia al respecto y la gradual percepción o darse cuenta de la realidad, siempre en expansión ilimitada.
La Unicidad del Ser Universal; hay un solo Dios. Pese a su emanación a la conciencia individual desde el Ser Universal, los seres individuales siguen conformando la Unidad con Él. La citada emanación a la conciencia individual les faculta con el libre albedrío, y les dota, simultáneamente, con los mismos atributos del Ser Universal, los cuales se corresponden con los valores universales. Además, cada ser individual, en los cuatro reinos naturales, está dotado de una conciencia que constituye una réplica exacta de la del Creador, por medio de la cual los seres individuales y el Ser Universal se comunican entre sí.
Cuáles son esos atributos divinos que los seres poseen en forma análoga a los del Ser Universal, en los cuatro reinos de la naturaleza, es decir: el humano, el animal, el vegetal y el mineral? Este es un objetivo de investigación.
Cuáles son los nombres divinos del Ser Universal, que analizándolos, o meditando sobre ellos, constantemente, permitan percibirle y conocerle? Se sugiere investigar los nombres que se le asignan a Dios en el Sufismo y en cualesquiera otras fuentes que se desee.
Evidentemente, conociendo los atributos divinos en su totalidad o en parte, gradualmente, cada quien puede adquirir conciencia de ÉL, de acuerdo al propio nivel evolutivo.
2. Qué debe entenderse por infinito?
-“Lo que no tiene ni principio, ni fin; lo ignoto. Todo lo que es desconocido es infinito”-.
COMENTARIO EXEGÉTICO GIC: En el sufismo, se le asignan las siguientes dos características a Dios, -el Ser Universal: La primera, denominada "Qidám", es decir: -“Él es lo anterior a lo anterior. Él no se hizo. Él siempre fue“-. La segunda, con el término "Baqá'", que significa: -“Él es el después del después, Eterno; Él siempre será“-.
Dios, -el Ser Universal-, constituye uno de los mejores ejemplos de la características del término “infinito”, por su carácter atemporal y eterno, como lo expresa el “Quidam”: -”Él no se hizo”; simplemente era, es y será en el eterno presente.
La primera vertiente del término “infinito” se relaciona con el tiempo: por su condición de eterno presente el tiempo es eterno, por lo cual, constituye el segundo mejor ejemplo de “infinito”.
En la segunda, Dios es, también, infinito en la perfección y en el potencial de sus atributos. En el potencial, por cuanto, si bien Su perfección lo es en grado infinito, en lo relativo a Su capacidad creadora, desde el momento en que siguen emanando de Él nuevos seres a la conciencia individual, en los cuatro reinos naturales, la misma se encuentra, aún, en grado de potencialidad, infinita, sí, pero potencial, es decir, seguirá en Su rol Creador eternamente. Esta característica de potencialidad de su capacidad creadora dejaría de ser potencial si ya todos los seres que existirán, en el eterno presente, existieran ya, es decir, que no van a emanar más nuevos seres a la conciencia individual, a partir del Creador Universal. En este caso, todos los seres, en los cuatro reinos naturales, existirían desde siempre, junto al Creador Universal. Pero, su capacidad creadora de nuevas expresiones de vida tiene un potencial infinito aún en el caso de que, el Espíritu individualizado en el Alma Universal, y dentro de una unidad de ella, sea, como de hecho es, el Espíritu Universal del Creador. Con este enfoque, realmente, no habría creación de nuevos seres, ya que quien se encarna en “la unidad” del Alma Universal, en una expresión individualizada, -SER INDIVIDUAL- es el mismo Creador Universal, -sin dejar de ser Él, ni separarse de Él-, a partir de cuyo estado inicial empieza un proceso evolutivo potencialmente infinito y eterno. Pero, en cualesquiera de las formas que se quiera ver, siempre constituye un carácter potencial, en grado infinito, de su capacidad creadora. (Ver comentario exegético de la pregunta Nº 81).
Un tercer enfoque del término “infinito” se relaciona con el espacio. El espacio cósmico es infinito, caso contrario, -qué habría más allá del límite? Si hubiese un límite dejaría de ser infinito.
Dentro de la respuesta dada por los Espíritus al maestro Allan Kardec, se expresa: -“lo ignoto. Todo lo que es desconocido es infinito”-.
Esta parte de la respuesta, realmente, tiene dos vertientes: la primera, de carácter infinito; la segunda, expresa un límite o condición finita. Es decir, en realidad lo ignoto, lo que se ignora, es infinitamente ilimitado; no tiene fin, eternamente encontraremos un más allá. Empero, en lo referente a: -“Todo lo que es desconocido es infinito”-, puede señalarse que en la suma de todo, en el Todo o en un área determinada, no en su número, sino en su potencial o posibilidades, lo desconocido es infinito, pero, en términos relativos, no todo lo desconocido es infinito. Por ejemplo: si a todas las galaxias existentes, aunque su número sea desconocido para nosotros, les agregáramos una más, dejarían de ser infinitas y así ocurrirá con todas las cosas en cuanto se refiera a su cantidad, cualidades y características. Pero, en cuanto al potencial y variantes de sus manifestaciones y aplicaciones, en todos los ámbitos, conservará su carácter infinito e ilimitado. Sin embargo, encontrándose el Universo en constante expansión, lo que aún siendo limitado, en un momento dado, se encuentra en constante crecimiento, lo cual ratifica que todo potencial es de carácter infinito.
3. Podría decirse que Dios sea lo Infinito?
-“Sería una definición incompleta por la limitación del lenguaje humano, insuficiente para expresar las cosas que son superiores a vuestra inteligencia”-.
Dios es infinito en sus perfecciones; empero, lo infinito es una abstracción. Decir, por lo tanto, que Dios sea lo infinito, sería tomar el atributo por el sujeto, y definir una cosa ignota por medio de otra igualmente desconocida.
PRUEBAS DE LA EXISTENCIA DE DIOS
4. En qué puede sustentarse la prueba de la existencia de Dios?
-“En un axioma que aplicáis a vuestras ciencias: No existe efecto sin causa. Buscad la causa de todo lo que no sea obra del ser humano y vuestra razón os responderá”-.
Para creer en Dios, es suficiente observar las obras de la Creación. El universo existe; por lo cual tiene una causa. Dudar de la existencia de Dios, sería como negar que cada efecto tenga una causa, y afirmar que la nada haya podido producir alguna cosa.
5. Cuál consecuencia se puede obtener del sentimiento intuitivo que todos los seres humanos tienen de la existencia de Dios?
-“La de que Dios existe. Cómo explicar en ellos este sentimiento si se apoyase en la nada? Y, también ésta es una consecuencia del principio de la causalidad”-.
6. El sentimiento íntimo que tenemos en nosotros mismos de la existencia de Dios, no podría ser una consecuencia de la educación, y el producto de ideas adquiridas?
-“Si esto fuese así, cómo tuvieron este sentimiento, también, las personas de las humanidades de épocas primitivas?
Si el sentimiento de la existencia de un Ser Supremo fuese el producto de la instrucción, no sería universal, y no se encontraría, como las nociones de las ciencias, mas que en los individuos y en los pueblos cultos.
7. Se podría encontrar la causa primera de la formación de las cosas en las propiedades íntimas de la materia?
-“Entonces, cuál sería la causa de estas propiedades? Volvemos siempre a la necesidad de una causa primera”-.
Atribuir la primera formación de las cosas a las propiedades íntimas de la materia, sería igual que tomar el efecto por la causa, por cuanto estas mismas propiedades constituyen un efecto que debe tener una causa.
8. Qué se debe pensar de la opinión que atribuye la primera formación de lo creado a una combinación fortuita de la materia, es decir, de la casualidad?
-“Otra absurdidad! Cuál ser humano de buen sentido puede considerar la casualidad como un ser inteligente? Y, después, qué es la casualidad? Nada”-.
La armonía, que regula las fuerzas del universo, demuestra combinaciones y principios determinados, y por lo tanto una potencia inteligente. Atribuir la primera formación a la casualidad, sería un absurdo, por cuanto en ella está ausente la visión y no puede producir los efectos inteligentes. Una casualidad inteligente dejaría de ser una casualidad.
9. Cómo se puede reconocer en la causa primera una inteligencia suprema, es decir, superior a todas las inteligencias?
-“Vosotros tenéis un proverbio que dice: La obra elogia el maestro. Ahora bien, examinad la obra y buscad el artífice; el orgullo, solamente, hace nacer la incredulidad. El ser humano orgulloso no acepta nada por encima de él, y se proclama un espíritu fuerte. Inconsciente ser que la ley de Dios neutraliza”.
El poder de una inteligencia se manifiesta por medio de sus obras. Ahora, por cuanto ningún ser humano puede crear lo que produce la naturaleza, se deriva que la causa primera debe ser una inteligencia superior a la de la humanidad.
Por grandes que sean los prodigios realizados por la inteligencia humana, la misma tiene una causa, y cuanto más lo que ella cumple es grande, tanto más debe serlo la causa primera. Ahora bien, esta inteligencia superior a cualquier otra es la causa primera de todas las cosas, sea cual fuere el nombre del cual el ser humano se sirve para designarla.
ATRIBUTOS DE LA DIVINIDAD
10. Puede el ser humano comprender la naturaleza íntima de Dios?
-“No: necesitaría un sentido que le falta”-.
COMENTARIO EXEGÉTICO GIC: Podríamos complementar la respuesta anterior de la siguiente manera, tomando en cuenta el contexto de las respuestas a las preguntas que siguen: -“No; necesitaría un sentido que le falta, aún, por desarrollar”.
El ser humano, y cada uno de los restantes seres en los cuatro reinos naturales, han emanado a la conciencia individual, a partir del Ser Universal, perfectos, dotados, potencialmente, de todos los atributos divinos, análogos a los de Él. La única diferencia reside en que los del Ser Universal se encuentran desarrollados en todas sus vertientes y variantes, en grado infinito, y los de los seres individuales, se encuentran dotados de potencialidad que desarrollarán en el eterno presente, sin límites de ninguna naturaleza, en la medida en que se vayan ampliando las percepciones de sus estados de conciencia. Es decir, los grados evolutivos de la conciencia se expresarán mediante una ampliación constante de sus aptitudes perceptivas y de comprensión, y en sus capacidades de hacer o dejar de hacer, expresando el poder creador potencialmente infinito, de acuerdo con los grados de necesidades que se vayan experimentando, en el aquí y ahora. Es preciso tener presente, al igual que se explica en el comentario de la respuesta a la pregunta Nº 81, que el Ser Universal emana a la conciencia individual, en el Alma Universal, en cada uno de los seres de los cuatros reinos naturales, sin dejar de ser Él mismo, y sin separarse de Él mismo, por lo cual, cada ser individualizado es el mismo Creador que inicia su respectivo rol dotado con los mismos atributos, y con libre albedrío, desde cero grado de progreso, pero con el mismo potencial infinito, tanto en conciencia perceptiva como en poder creador, que expresará en la medida que las necesidades existenciales lo vayan requiriendo, en su ascenso evolutivo gradual, y como expresión de la voluntad de la Divinidad, de la cual es instrumento. Es decir, en la medida que cada uno de los seres se vaya conociendo a sí mismo, en ese mismo grado reconocerá, en sí mismo, a Dios, el Ser Universal, percibiendo que todo es UNO. La clave reside en CONOCERSE A SÍ MISMOS, y percibir, en la propia conciencia, el lenguaje de los sentimientos con que, constantemente, se comunica el Ser Universal, con cada quien, en los cuatro reinos naturales. Allí, en la CONCIENCIA, se expresa el conocimiento de la VERDAD UNIVERSAL, relativa a los valores universales, o atributos divinos, y el PODER CREADOR, en la medida, y grados, en que los va precisando. Podemos concluir, contundentemente, que cada uno de los seres en los cuatro reinos naturales, YA CONOCE AL SER UNIVERSAL, lo que ocurre que no lo recuerda, aún, en la conciencia individual. Empero, cuando oportunamente le vuelva a percibir, en su esencia, se percatará de que ya le conocía. Esta es la razón por la cual los sufíes practican el constante recuerdo del nombre de Dios, recordando al Recordado, se Le llega a recordar, en un momento dado. Es preciso recordar que donde se centra la atención se expando la conciencia. Si centramos la propia conciencia en Dios, el Ser Universal, comenzamos a percibirle, gradualmente, en mayor grado, cada vez más, y a adquirir la conciencia de los atributos divinos, o valores universales, como aptitud perceptiva, y capacidad creadora-realizadora, en armonía con los planes trazados en la LEY CÓSMICA.
11. Será otorgado al ser humano comprender el misterio de la Divinidad?
-“Cuando su espíritu, liberado de la opaca luz de la materia, por su perfección se haya acercado a Dios, lo comprenderá, cuanto la criatura puede comprender el Creador”-.
Las facultades del ser humano, en sus grados inferiores de desarrollo, no le permiten de comprender la naturaleza íntima de Dios. En la infancia de la humanidad, el ser humano lo confunde, con frecuencia, con la criatura, de quien le atribuye las imperfecciones; empero, en cuanto se desarrolla en él el sentido moral, su pensamiento penetra mejor en el fondo de las cosas, formándose una idea mas justa y conforme a la razón, aunque siempre perfectible.
COMENTARIO EXEGÉTICO GIC: La Doctrina Universal denota que, a través de los tiempos han existidos seres que han tenido una percepción en grado muy elevado de la Divinidad, que se corresponde ampliamente con la realidad susceptible de ser captada en los actuales estados de conciencia. Nosotros ignoramos el grado de percepción que cada uno de los seres de los otros tres reinos naturales posee de Dios. El ser humano, muy engreído de sí mismo, estima que los seres de cada uno de esos reinos, carecen de espíritus, y capacidad de pensar, empero, la realidad es que ellos sí poseen el mismo Espíritu del Ser Universal, dotado con análogos atributos divinos, potencialmente infinitos, con una conciencia que constituye una réplica idéntica a la de Él. Dado lo anterior, estando los seres de cada uno de esos reinos naturales libres del condicionamiento limitante de los seres humanos, su capacidad perceptiva trasciende la de los humanos, como lo demuestran incontables pruebas, percibiendo y, probablemente, comprendiendo la naturaleza de la Divinidad en mayor grado que los seres humanos.
La percepción de que todo es UNO, y de que cada uno de los seres, en los cuatro reinos naturales, es una emanación del Ser Universal, formando una unidad indisoluble con Él, es universal, y ha sido percibida en todas las épocas y culturas, desde la más remota antigüedad. Las diversas doctrinas orientales, el Hinduismo, el Taoísmo, el Sufismo, el Yoga, y el Kriya Yoga, la Masonería Universal y el Espiritismo, entre otras corrientes de pensamientos. Los pensadores más relevantes como Hermes Trismegisto, Tales de Mileto, Pitágoras, Moisés Maimónides, Al Gazzali, Ibn Arabi, Rumi, Kabir, Ramakrisna, Gandhi, Tagore, Paúl Brunton y Joaquín Trincado, entre otros incontables más, han tenido percepciones sobre la Divinidad de gran interés, con una constante coincidencia. Esa es la razón por la cual se hace preciso conocer todas las corrientes de pensamiento que conforman la Doctrina Universal: todas constituyen una herencia espiritual de la humanidad, por encima de las cuales debe predominar, únicamente, la verdad universal.
12. Si no nos es dado de comprender la naturaleza íntima de Dios, podemos, nosotros, concebir algunas de sus perfecciones?
-“Algunas sí. El ser humano las entrevé con el pensamiento tanto mejor cuanto mas se eleva por encima de la materia”-.
COMENTARIO EXEGÉTICO GIC: Trascendiendo la conciencia objetiva y la lógica del razonamiento inductivo y deductivo, así como el propio ego, interiorizándose, el ser humano puede percibir, en la propia conciencia, por el lenguaje de los sentimiento, los valores universales que conforman los atributos divinos, de acuerdo al grado de necesidades que experimenta, y en el foco de atención en que centra su conciencia perceptiva. En estado de interiorización, en meditación, el ser humano puede, intuitivamente, o mediante la inspiración, percibir los atributos de la Divinidad y comprenderlos en determinado grado, como una guía de vida. El sentimiento de los valores universales, expresados por el Ser Universal en la conciencia de cada ser, en los cuatro reinos naturales, es posibles percibirlo, aún, en la conciencia objetiva, en la vida diaria. En la medida en que se aprende a escuchar el mensaje que conllevan, centrando la atención en las percepciones intuitivas e inspirativas, la aptitud perceptiva se va afinando, siendo más nítida su guía y lúcido el conocimiento que aporta.
13. Cuando decimos que Dios es eterno, infinito, inmutable, inmaterial, único, omnipotente, supremamente justo y bueno, no tenemos, nosotros, la idea exacta de sus atributos?
-“Según vuestro modo de ver, sí, porque con esta palabra creéis de abarcar todo. Sabed, pero, que existen cosas superiores a la inteligencia del ser humano más inteligente, para expresar las cuales, vuestro lenguaje, limitado a las ideas y sensaciones humanas, no posee vocablos. La razón, en cambio, os dice que Dios debe tener todas las perfecciones en grado supremo, por cuanto, si dejase de tener una sola, o si una sola no lo fuese en grado infinito, Él no sería superior a todo, y por consiguiente no sería Dios. Para estar por encima de todo, Dios no debe estar sujeto a ningún cambio, y no debe tener alguna de las imperfecciones que pueden ser concebidas por la mente humana”-.
Dios es eterno: si Él hubiese tenido principio, habría salido de la nada, o debería su creación a un ser anterior. En tal guisa remontamos de grado en grado al infinito, y a la eternidad.
Él es inmutable: si estuviese sujeto a cambios, las leyes que rigen el universo no tendrían estabilidad.
Él es inmaterial: es decir: su naturaleza difiere de todo aquello que llamamos materia; diversamente no sería inmutable, por cuanto estaría sujeto a las transformaciones de la materia.
Él es único: si hubiesen más Dioses, en el ordenamiento del universo no habría ni unidad de concepto, ni unidad de potencia.
Él es omnipotente: por cuanto es único; si no tuviese la suma potencia, habría alguien más poderoso, o por lo menos de igual poder que Él; por lo cual no habría hecho todas las cosas, y aquellas que no hubiese hecho Él serían obras de otro Dios.
Él es supremamente justo y bueno: de hecho, la providencial sabiduría de las leyes divinas se revela, de esta manera, en las cosas más pequeñas así como en las más grandes, y tal sabiduría rinde imposible el dudar de su justicia y de su bondad.

PANTEISMO

14. Dios es un ser distinto, o es, según la opinión de algunos, el conjunto de todas las fuerzas y de todas las inteligencias reunidas del universo?
-“Si así fuese, no existiría Dios, por cuanto Él sería el efecto y no la causa. Él no puede ser al mismo tiempo una cosa y la otra. De la existencia de Dios no podéis dudar; y esto es lo esencial. Hacedme caso y no vayáis más allá. No os perdáis en un laberinto, del cual no podríais encontrar la salida, lo cual no os haría mejores, quizá os rendiría un poco más orgullosos, por cuanto creeríais de saber, mientras que, en realidad, no sabríais nada. Poned aparte todos vuestros sistemas. Tenéis muchas cosas que os tocan más de cerca, comenzando por vosotros mismos; estudiad vuestras imperfecciones con el fin de liberaros, y esto resultará más proficuo que el querer penetrar lo impenetrable.
COMENTARIO EXEGÉTICO GIC: Si bien es cierto que el ser humano, en un momento dado, tiene cosas prioritarias a las cuales precisa centrar su atención, estado dotado de un potencial sin límites por el Creador Universal, y conformando una unidad perfecta e indisoluble con Él, no puede aceptar limitación alguna por parte de nadie en su ascenso evolutivo ni en sus ansias de conocimiento. El ser humano, simplemente anhela saber y frente a los enigmas universales, persistirá desentrañando hasta sus mínimos detalles, aunque eso le lleve la eternidad y siempre encuentre un más allá que descubrir o desentrañar. De manera que, ninguna persona debe aceptar que nadie le imponga límites de ninguna naturaleza, por cuanto, si tiene un objetivo claro de conocimiento, y con paciencia se avoca al estudio, en el tiempo suficiente y con persistencia llegará a conocer la verdad universal, gradualmente. Por supuesto, cada etapa de la vida humana, en el devenir histórico, tiene sus respectivos objetivos de estudios que se corresponden con determinado estado de conciencia, pero es la misma naturaleza intuitiva del ser que le hace presentir que hay algo más de lo que ahora percibe, y esa percepción es la que le pone en movimiento hacia su búsqueda, hasta encontrarle, en una eterna polarización.

15. Qué debemos pensar de la opinión según la cual todos los cuerpos de la naturaleza, todos los seres, todos los globos del universo serían parte de la Divinidad, e constituirían, en su conjunto, la Divinidad misma? En otros términos: Qué debemos pensar de la doctrina panteísta?
-“Que el ser humano, no pudiendo ser un Dios, quiere ser, por lo menos, una parte”-.
COMENTARIO EXEGÉTICO GIC: Todos los mundos y seres que en un momento dado existen en manifestación activa, en el universo, en los cuatro reinos naturales, forman parte de la Divinidad, sin embargo, no constituyen toda la Divinidad, por cuanto el Creador Universal, sigue infundiendo vida a nuevos seres individuales, mediante la encarnación de la Divinidad en el Alma individualizada, en los cuatro reinos naturales, y la Creación se encuentra en expansión constante. En síntesis, todo forma parte de la Divinidad, por ser una expresión de Ella; pero, no toda la Divinidad manifestada, en los cuatros reinos naturales y en todos los mundos del universo, en un momento dado, es toda la Divinidad. Vendría a ser lo mismo que el Tao, de acuerdo con un aforismo de Lao Tse: -“El Tao que puede nombrarse no es el Tao. La sustancia del Mundo es solo un nombre para el Tao y Tao es todo lo que existe y puede existir”.

16. Aquellos que profesan esta doctrina, pretenden encontrar en ella la demostración de algunos de los atributos de la Divinidad y razonan de esta manera: Los mundos son infinitos, por lo tanto es infinito, también, Dios. El vacío o la nada no existe en algún lugar, por lo cual Dios está en todas partes. Estando en todas partes, ya que todo es parte integral de Él, Dios da a todos los fenómenos de la naturaleza el carácter de la inteligencia. Qué objeción se puede oponer a esta opinión?
-“La razón. Reflexionad bien y no os será difícil descubrir la absurdidad”-.
Esta doctrina hace de Dios un ser material, que, si bien dotado de inteligencia suprema, sería en grande lo que nosotros somos en pequeño. Ahora, si así fuese, por cuanto la materia se transforma perennemente, Dios no tendría estabilidad alguna, estaría sujeto a todas las mutaciones y a todas las necesidades del ser humano y le haría falta uno de los atributos divinos más esenciales, cual es el de la inmutabilidad.
Las propiedades de la materia son incompatibles con el concepto de Dios, y no hacen más que profesarlo. Todas las sutilezas del sofisma no alcanzarán jamás a resolver el problema de su íntima naturaleza. Por otra parte, si no sabemos lo que es Dios, conocemos bien, en cambio, lo que Él no puede ser. Ahora, este sistema está en abierta contradicción con los atributos divinos más esenciales, y confunde el Creador con la criatura, como si se dijese, que una maquina ingeniosa es una parte integral del mecánico que la ha concebido.
La inteligencia de Dios, se revela en sus obras, al igual que la de un pintor en su cuadro; empero, las obras de Dios no son Dios como el cuadro no es el pintor que lo ha realizado.


miércoles, 4 de julio de 2012

EL LIBRO DE LAS FACULTADES IX


EL LIBRO DE LAS FACULTADES –IX-
Un hermoso libro para toda la humanidad,
de lectura imprescindible para optimizar el potencial humano.
Autor: Allan Kardec
Versión castellana y comentarios exegéticos:
Giuseppe Isgró C.

Capítulo IX

MANIFESTACIONES FÍSICAS ESPONTÁNEAS

Ruidos, alborotos y perturbaciones.
Objetos lanzados. Fenómeno de aporte.

1. Los fenómenos que ahora hemos mencionado, son provocados, pero ocurre que alguna vez se manifiestan espontáneamente, sin participación de la voluntad; más bien, en ocasiones se convierten en fastidiosos e inoportunos. Lo que excluye, por otra parte, la suposición de que puedan ser un efecto de la imaginación excitada por las ideas espiritas, es que se producen, con frecuencia, alrededor de individuos que ignoran estas cosas y en los momentos en que menos lo esperan.
Estos fenómenos, que podrían definirse “Espiritismo práctico natural”, son importantísimos, por cuanto no pueden ser sospechados de connivencia; es por esto que nosotros invitamos a quienes se ocupan de fenómenos espíritas a recoger todos los hechos de este género que viniesen a su conocimiento, pero sobre todo a constatar con cuidado su realidad, mediante un esmerado estudio de las circunstancias, para asegurarse de que no se es objeto de una alucinación o de una mistificación.
2. De todas las manifestaciones espíritas, las más simples y frecuentes son los ruidos y los golpes; es aquí, sobre todo, que es preciso temer a la ilusión, por cuanto una cantidad de causas naturales los pueden producir; el viento que sopla o que agita un objeto, un cuerpo que nosotros mismos hacemos mover sin percatarnos, un efecto acústico, un animal escondido, un insecto, etcétera, como también bromas de mal gusto de personas. Los ruidos espíritas tienen, por otra parte, un carácter particular, mientras demuestran una intensidad y un timbre variadísimo, que los rinden fácilmente reconocibles y no permiten de confundirlos con crujido de la madera, el chisporroteo del fuego, o con el tic-tac monótono de un péndulo; son golpes secos, ahora sordos, débiles o ligeros, ahora claros, distintos; algunas veces estrepitosos, que cambian de sitio y se repiten sin una regularidad mecánica. De todos los medios de control, el más eficaz, aquel que no puede dejar duda alguna sobre su origen, es la obediencia a la voluntad. Si los golpes se hacen oír en el lugar designado, si responden al pensamiento por su número e intensidad, no se puede dejar de reconocer en ellos una causa inteligente. La falta de obediencia, pero, no es siempre una prueba contraria.
3. Admitamos ahora que, con una constatación minuciosa, se adquiere la certeza que los ruidos y otros efectos son manifestaciones reales; sería razonable asustarse? No seguramente; por cuanto en ningún caso podría haber el mínimo peligro. Solamente quienes estiman que sea el diablo pueden estar asustados, al igual que los niños, a los cuales se les asusta con el cuento del lobo, o con el de la bruja. Estas manifestaciones adquieren en ciertas circunstancias, es preciso admitirlo, una proporción y una persistencia desagradable, de lo que se deriva el deseo de desembarazarse de ellas. A tal propósito, es necesaria una explicación.
4. Nosotros hemos dicho que las manifestaciones físicas tienen la finalidad de atraer nuestra atención sobre algo, y de convencernos de una potencia superior al ser humano. Hemos dicho, también, que los espíritus elevados no se ocupan de este género de manifestaciones; ellos, para producirlas, se sirven de espíritus inferiores, como nosotros nos servimos de servidores para los trabajos pesados. Tan pronto el objetivo es alcanzado, cesa la manifestación material no siendo ella más necesaria. Un ejemplo o dos harán comprender mejor este aspecto.
5. Hace ya muchos años, al inicio de mis estudios de Espiritismo, estando una noche ocupado en un trabajo relativo a esta materia, se hicieron sentir ciertos golpes alrededor mío durante cuatro horas consecutivas. Era la primera vez que me ocurría una cosa similar: constaté  que ellos no provenían de una causa circunstancial, pero, al momento no pude saber nada más. En aquella época, yo tenía ocasión de ver frecuentemente a un excelente sensitivo escribiente. Al día siguiente, por lo tanto, interrogué al espíritu que se comunicaba por ese medio sobre la causa de los golpes, y se me respondió: Es tu espíritu familiar que quería hablarte. Y qué es lo que quería decirme? Respuesta: Puedes preguntárselo tú mismo, porque él está allí
Habiendo, después, interrogado a este espíritu, él se dio a conocer bajo un nombre alegórico, (supe, luego, de otros espíritus que él pertenece a un orden elevadísimo, y que representó un rol importante sobre la tierra); me indicó algunos errores en mi trabajo, indicándome las líneas en las cuales ellos se encontraban, me dio útiles y sabios consejos y agregó que él siempre estaría conmigo, y que habría venido a mi requerimiento todas las veces hubiese querido interrogarlo. De ahí en adelante, este espíritu no me ha dejado nunca. Me dio miles de pruebas de su superioridad, y su intervención benévola y eficaz se manifestó, para mí, aún en los negocios de la vida material, así como, también, en las cosas relativas a la metafísica.
Pero, enseguida, después de la realización de nuestro coloquio, los golpes cesaron.
Qué es lo qué quería? Entrar en comunicación regular conmigo; por lo cual debía advertirme. Habiéndome dado la advertencia y las explicaciones, y establecidas las relaciones regulares, los golpes eran inútiles; he aquí la razón por la cual cesaron completamente.
Un hecho similar ocurrió a un amigo nuestro. Desde hacía algún tiempo su habitación presentaba ruidos diversos, que se convirtieron en desagradables. Habiéndoseme presentado la ocasión de interrogar al espíritu de su padre por medio de un sensitivo escribiente, supe qué es lo que se deseaba de él, hizo lo que le fue recomendado, y desde ese momento no sintió nada más. Se debe observar que los individuos que mantienen con los espíritus un medio regular y fácil de comunicación, tienen mucho más raramente manifestaciones de este género, y esto se comprende.
6. Las manifestaciones espontáneas no se limitan siempre a ruidos y a golpes; ellos degeneran, alguna vez, en perturbaciones y después en una verdadera barahúnda: muebles y objetos diversos son derrumbados, proyectiles de todo tipo son lanzados al exterior, puertas y ventanas son abiertas y cerradas por manos invisibles, vidrios rotos, acontecimientos tales que no pueden, ciertamente, ser considerados como una ilusión.
El trastorno es, con frecuencia, real, pero en alguna ocasión no tiene más que la apariencia de la realidad. Se oye barahúnda en la habitación adyacente, un ruido de vajilla que cae y se hace pedazos, leños que ruedan sobre el pavimento; se acude rápidamente para ver lo que ocurre y se observa que todo está en orden; después, apenas salidos, el tumulto se reinicia.
7. Las manifestaciones de este género no son ni raras ni nuevas; pocas son las crónicas locales que no contengan alguna historia relativa a esto. El temor, sin duda, ha exagerado los hechos, los cuales, pasando de boca en boca, debieron tomar proporciones exageradas, y, la superstición agregándole su fermento, las casas en que ocurrieron hechos similares se les creyó frecuentadas por el diablo. Nacieron, de esta manera, todos los relatos maravillosos o terribles de fantasmas. Ni los malvados desaprovecharon tan magnífica ocasión para obtener provecho de la credulidad, y esto, usualmente, por utilidad personal. Se comprende, del resto, la impresión que hechos de este género, aún reducidos a la realidad, pueden hacer sobre los caracteres menos fuertes y predispuestos por la educación a las ideas supersticiosas. El medio más seguro para prevenir inconvenientes que pudiesen derivarse de ello, dado que no podrían impedirse, es el de que se conozca la verdad.
Las cosas más simples se transforman en atemorizantes, cuando la causa es desconocida. Cuando nos familiaricemos con los Espíritus, y cuando aquellos a los cuales se les manifiestan no crearán más de tener una legión de demonios a sus talones, no tendremos más temor.   
En la Revista Espírita se puede leer el relato de muchos hechos auténticos de este género.
8. Los hechos de esta naturaleza revisten, con frecuencia, el carácter de una verdadera persecución. Nosotros conocemos seis hermanas que habitaban juntas y que durante muchos años encontraban en la mañana sus vestidos dispersos y escondidos, inclusive, arriba del techo, rotos y cortados en pedazos, por cuanto fueran las precauciones tomadas cerrándolos bajo llave. Ha sucedido muchas veces que individuos acostados y perfectamente despiertos, viesen sacudir sus cortinas, quitar violentamente sus cobijas y almohadas, y se sintiesen elevados sobre sus colchones, y aún botados fuera de la cama. Estos hechos son más frecuentes de lo que se cree; pero casi siempre quienes son víctimas no osan hablar de ello por temor al ridículo. Vino a nuestro conocimiento que se creyó “curar” a ciertos individuos de estas creídas alucinaciones, sometiéndole a curaciones destinadas a “locos”. Lo que, realmente, les convirtió en tales. La medicina no puede comprender estas cosas, porque ella no admite, en sus causas, sino el elemento material, de lo que resultan errores funestos. La historia, algún día relatará ciertas curaciones del siglo XIX, al igual que hoy se hace con ciertos procesos de la edad media.
Admitamos perfectamente que ciertos hechos sean la obra de la malicia o de la mala intención; pero si después de las más rigurosas constataciones resulta verdad de que no son obra de los seres humanos, es preciso convenir, o bien de que son obra del diablo, según algunos, y de los Espíritus según nosotros; pero de cuáles Espíritus?
9. Los Espíritus superiores, al igual que las personas serias y responsables, entre nosotros, no se divierten haciendo alboroto. Hemos evocado, con frecuencia, a los espíritus perturbadores para preguntarles el motivo que les induce a perturbar el descanso de esta manera. La mayor parte tiene la sola finalidad de divertirse, y estos espíritus son más ligeros que malos; ellos se ríen de los sustos que provocan y de los inútiles esfuerzos que se hacen para descubrir la causa de los hechos. Con frecuencia se empecinan en contra de un individuo, divirtiéndose en atormentarle y que persiguen de casa en casa; otras veces se atacan a una localidad sin otro motivo que el de su capricho.
Alguna vez son inducidos, también, por el deseo de venganza, como tendremos ocasión de ver más adelante. En ciertos casos, su intención es más loable: ellos quieren llamar la atención y entrar en relación, bien sea para dar una útil advertencia a la persona a la cual se dirigen, o para pedir algo por sí mismos. Hemos vistos, con frecuencia, que algunos solicitan oraciones, otros, que se cumpla en su nombre algún voto que ellos no habían podido cumplir; otros, en fin, en la búsqueda de su propio descanso, quieren reparar una mala acción cometida por ellos en la dimensión física. En general, es un error de asustarse; su presencia puede ser inoportuna, pero no es peligrosa. Se concibe, del resto, el deseo que se tiene de desembarazarse de los mismos, y se hace generalmente, para esto, todo lo contrario de lo que sería necesario para obtener este fin. Si son espíritus que se divierten, más se toma la cosa en serio, más ellos persisten, como chavales maliciosos que se divierten atormentando tanto más a quien se inquieta y en asustar a los medrosos. Si en cambio nos riésemos de tales bromas, terminarían por cansarse y por quedarse tranquilos.
Nosotros conocemos a una persona que, en vez de irritarse, los desafiaba a hacer la tal o la cual otra cosa, al punto que, después de algún día, ellos no regresaron más. Pero, como hemos dicho, existen aquellos cuyo motivo es menos ligero. Esta es la razón por la que es muy importante conocer qué es lo que quieren. Si solicitan algo, se puede estar seguros que cesarán sus visitas, tan pronto como su deseo quede satisfecho. El mejor medio de saber como regularse es aquel de evocar al espíritu por medio de un buen sensitivo escribiente: de sus respuestas se verá enseguida lo que se ha de hacer, y se actuará en consecuencia; si se trata de un espíritu infeliz, la solidaridad quiere que él sea tratado con las atenciones que merece; si él es un burlón de mal género, se puede actuar hacia él sin ninguna contemplación; si él es malévolo es preciso pedir a Dios de rendirle mejor. En cada caso, la oración, -o el pedido-, no puede dejar de tener un buen resultado. Pero la solemnidad de las fórmulas del exorcismo los hace reír, ya que no le hacen ningún caso. Pudiendo entrar en comunicación con ellos, conviene desconfiar de las calificaciones burlescas o atemorizantes, que se dan alguna vez para divertirse de nuestra credulidad.
Regresaremos con mayores explicaciones sobre este tema y sobre las causas que rinden, con frecuencia, ineficaces las oraciones, en el capítulo de los Lugares frecuentados y de las Obsesiones.
10.         Estos fenómenos, aunque producidos por espíritus inferiores, son, con frecuencia, provocados por Espíritus de un orden más elevado, con el fin de convencer de la existencia de los seres incorpóreos y de una potencia superior al ser humano. La fama ruidosa que es la consecuencia, el espanto que el mismo produce, llaman sin falta la atención y terminan por abrir los ojos a los más incrédulos. Estos encuentran más simple considerar los fenómenos como fruto de la imaginación, explicación comodísima que dispensa de dar otras. Todavía, cuando son desmoronados algunos objetos o éstos son arrojados a la cabeza, seria preciso una imaginación muy complaciente para figurarse que cosas similares suceden, cuando no fuese verdad. Se observa un efecto cualquiera, y este efecto tiene necesariamente una causa; si una observación fría y calmada nos demuestra que el efecto es independiente de toda voluntad humana y de toda causa material; si además, nos da signos evidente de inteligencia y de buena voluntad, cosa ésta que es el signo más característico, se es, también, obligados de atribuirlo a una inteligencia oculta!
Cuáles son estos seres misteriosos? Esto es lo que los estudios Espíritas nos explican de manera inobjetable, por los medios que nos pueden comunicar con ellos. Estos estudios nos enseñan, por otra parte, a distinguir lo que hay de real, de falso o de exagerado, en los fenómenos de los cuales no podemos rendirnos cuenta.
Cuando se produce un efecto insólito, como ruidos, movimientos y, también, apariciones, se debe pensar, ante de todo, que tales fenómenos tengan una causa material, porque esta suposición es la más probable; entonces, es preciso buscar esta causa  con el mayor empeño y no admitir la intervención de los Espíritus antes de haber examinado cada cosa. Aquel que, por ejemplo, sin que se le acerque nadie, recibiese una abofeteada, o bien unos golpes de bastón en las espaldas, como ya ha sucedido, no podría dudar de la presencia de un ser invisible.
Conviene tenerse en guardia no sólo en contra de los relatos que, más o menos, pueden pecar de exageración, sino también en contra de las propias impresiones, y no atribuir un origen oculto a todo lo que no se comprende. Una infinidad de causas simplísimas y naturalísimas puede producir a primera vista efectos extraños, y sería una verdadera superstición la de descubrir en todas partes espíritus ocupados en voltear muebles, romper la vajilla, suscitando, en fin, los miles y un inconvenientes de la casa, que sería más razonable atribuir a la poca atención.
11.         La explicación dada del movimiento de los cuerpos inertes se aplica, naturalmente, a todos los efectos espontáneos que hemos notado. Los ruidos, por cuanto más fuertes que los golpes dados en la mesa, tienen la misma causa; los objetos lanzados, o movidos, los son en razón de la misma fuerza que eleva un objeto cualquiera. Más bien, una circunstancia viene en apoyo de esta teoría. Se podría preguntar: dónde se encuentra el sensitivo en esta circunstancia? Los Espíritus nos dijeron en casos similares siempre hay alguien cuyo poder se ejercita sin él saberlo. Las manifestaciones espontáneas se producen raramente en los sitios aislados: es casi siempre en las casas habitadas que ellas tienen lugar, y a causa de la presencia de ciertos individuos que ejercitan una involuntaria influencia.          
Estas personas son verdaderos sensitivos, sin saberlo, y por esta razón, nosotros les denominamos sensitivos naturales; entre éstos y los demás existe la misma relación que pasa entre los sonámbulos naturales y los magnéticos, y son en igual grado dignos de observación.
12.         La intervención voluntaria o involuntaria de una persona dotada de una disposición especial para la producción de estos fenómenos, parece siempre necesario en la mayor parte de los casos, aunque hayan algunos que, al parecer, el Espíritu actúa por sí solo; pero entonces podría también darse que él percibiese el fluido animalizado en otro lugar, y no en una persona presente.
Esto explica porque los Espíritus, que sin parar nos rodean no producen en todo momento las perturbaciones. Ocurre, antes de todo, que el Espíritu lo quiera, que él tenga un objetivo, un motivo, sin el cual no hace nada. Ocurre, después, que él encuentre, precisamente en el lugar en donde quisiera actuar, una persona apta a secundarlo, coincidencia que se encuentra muy raramente. Si esta última persona circunstancialmente llegase, él se aprovecharía enseguida. Al margen de que se presenten las coincidencias favorables, él podría ser inhibido por una voluntad superior que no le permitiese de actuar a su capricho. Podría serle permitido de hacerlo únicamente dentro de ciertos límites, y en el caso en el cual estas manifestaciones fuesen juzgadas útiles, sea como medio de convicción, o como prueba para la persona que es el objeto.
13.         Citaremos, solamente, a este propósito, el diálogo provocado en la ocasión de los hechos sucedidos en junio de 1860 en la calle de los Noyers a París. Se encontrarán los detalles en la Revue Spirite, número de agosto de 1960.
       I. (A Luis) Quisierais tener la bondad de decirnos si los hechos que se dice acaecieron en la vía Noyers son reales? En cuanto a su posibilidad, no albergamos duda alguna.
-“Sí, estos hechos son verdaderos; solamente la imaginación de las personas los engrandecerá, bien sea por temor, o por ironía; pero, lo repito, son verdaderos. Estas manifestaciones son provocadas por un Espíritu que se divierte un poco a costa de los habitantes del lugar”-.
     II. Hay, en la casa, alguna persona que es la causa de estas manifestaciones?
-“Ellas están, siempre, vinculadas a la persona a la cual el Espíritu se ataca. Este Espíritu perturbador es antagónico al habitante del lugar en que él se encuentra, y quiere hacerles algunas bromas, buscando, al mismo tiempo, que se vaya del lugar”-.
  III. Nosotros preguntamos si entre los habitantes de la casa hay alguien que sea la causa de estos fenómenos por influencia espiritual espontánea e involuntaria.
-“Ciertamente; sin esto el hecho no podría suceder. Un Espíritu habita el lugar de su predilección; queda en la inacción hasta que alguien de una naturaleza que le resulte conveniente se presenta en tal lugar; cuando esta persona llega, entonces él se divierte lo más que puede”-.
    IV. La presencia de esta persona en los lugares mencionados es, quizá, indispensable?
-“Este es el caso más ordinario, y es, precisamente, aquel del hecho que citáis; esta es la razón por la que se mencionó que sin esto el hecho no habría podido suceder; pero, no he entendido generalizar, por cuanto existen casos en los cuales la presencia en el lugar no es en absoluto necesaria”-.
       V. Siendo, siempre, estos Espíritus de un orden inferior la aptitud para servirle de auxiliar constituye, quizá, una presunción desfavorable para la persona que está dotada? Indica esto, quizá, una simpatía para los seres de esta naturaleza?
-“Precisamente no; ya que esta aptitud es inherente a una disposición física; todavía, este indica, con mucha frecuencia, una tendencia material que sería preferible no tener, por cuanto más se es moralmente elevados, en igual grado se atraen buenos espíritus, que, en consecuencia, alejan a los imperfectos”-.
    VI. De dónde toma el Espíritu los proyectiles de los cuales se sirve?
-“Estos diversos objetos son tomados, habitualmente, del mismo lugar o en la vecindad; la fuerza de lanzarlos en el espacio proviene del Espíritu, y estos caen en el lugar fijado por el mismo espíritu”-.
 VII. Por cuanto las manifestaciones espontáneas son, con frecuencia, permitidas, e inclusive provocadas con la finalidad de convencer, nos parece que, si ciertos incrédulos fuesen personalmente el objeto, serían forzados a rendirse a la evidencia. Se lamentan, a veces, de no ser testigos de hechos concluyentes; no dependería, quizá, de los Espíritus suministrarles alguna prueba sensible?
-“Los ateos, los materialistas no son ellos continuamente testigos de la potencia de Dios y del pensamiento? Esto no le impide a ellos de negar a Dios y al Espíritu. Los hechos extraordinarios de Jesús, han, quizá, convencido a todos sus contemporáneos? Los Fariseos le decían: -“Maestro, hacednos ver algún prodigio”, no se parecen a ellos quienes piden, hoy, que les hagáis ver algunas manifestaciones? Si no están convencidos de las maravillas de la creación, no podrían serlo en mayor grado si los Espíritus se les aparecieran en la manera menos equívoca, ya que su orgullo les rinde semejantes a caballos rebeldes. Las ocasiones de ver no les faltarían si buscasen con buena fe. Esta es la razón por la que Dios no juzga necesario de hacer para ellos más de lo que hace para quienes buscan sinceramente de instruirse, por cuanto Él no recompensa más que a los seres humanos de buena voluntad- Su incredulidad no impedirá a la voluntad de Dios de cumplirse; vosotros veis bien que no han impedido a la Doctrina de expandirse. Cesad, por lo tanto, de inquietaros de su oposición que está a la Doctrina al igual que la sombra al cuadro., y le da un mayor relieve. Cuál mérito tendrían ellos de ser convencidos con la fuerza? Dios les deja toda responsabilidad por su testarudez: y esta responsabilidad será más terrible de lo que pensáis. Jesús dijo: -“Felices aquellos que creen sin haber visto, por cuanto no dudan de la potencia de Dios”-.
VIII. Creéis vosotros que sea útil evocar a este Espíritu para pedirle alguna explicación?
-“Evocadlo, si queréis; pero es un Espíritu inferior, que os dará solamente respuestas insignificantes”-.
14.         Conversación con el Espíritu perturbador de la vía de los Noyers.
       I. Evocación.
-“Qué razón os mueve en llamarme? Queréis vosotros, por lo tanto, que os apedree? Se vería, entonces, un bonito “sálvese quien pueda”, a pesar de vuestro aspecto serio”-.
     II. Aún cuando tú nos tiraras piedras, nosotros no nos asustaremos; más bien nosotros te preguntamos positivamente si tú puedes tirarnos alguna.
-“Aquí quizá no podría; vosotros tenéis un guardián que vigila muy bien sobre vosotros”-.
  III. En la vía de los Noyers se encontraba, quizá, alguno que te ayudaba para rendirte más fácil los incorrectos lanzamientos que hacías a los habitantes de la casa?
-“Ciertamente encontré un buen instrumento, y ningún Espíritu docto, sabio y escrupuloso que me haya impedido de actuar; por cuanto soy alegre, y me gusta, alguna vez, divertirme”-.
    IV. Cuál fue la persona que te sirvió de instrumento?
-“Una sirvienta”-.
       V. Te servía de auxiliar sin saberlo?
-“Sí; pobre muchacha! Estaba más asustada que todos”-.
    VI. Actuabas, tú, con un fin hostil?
-“Yo no tenía ningún objetivo hostil; pero los seres humanos que se adueñan de todo buscarán de transformar las cosas en su beneficio”-.
 VII. Qué quieres decir con esto?
-“Buscaba divertirme; pero vosotros estudiaréis el caso y tendréis un hecho adicional para demostrar que nosotros existimos”-.
VIII. Tú dices que no tenías un fin hostil, y no obstante esto has roto todos los vidrios del apartamento (piso); has producido, de esta manera, un daño real.
-“Son pequeñeces”-.
    IX. Dónde te has procurado los objetos que lanzaste?
-“Son bastante comunes; los he encontrado en el corredor y en los jardines cercanos”-.
      X. Allí los has encontrados todos, o alguno lo has fabricado? (Ver cap. 12).
-“No he creado ni compuesto nada”-.
    XI. Si no los hubieses encontrado, los habría podido fabricar?
-“Habría sido más difícil; pero, rigurosamente hablando, se mezclan las materias y esto hace un todo cualquiera”-.
 XII. Nárranos, ahora, como los has lanzado?
-“Oh! Esto es más difícil explicarlo. Me serví de la naturaleza eléctrica de esta muchacha uniéndola a mi mano material; hemos, así, podido transportar estas diversas materias”-.
XIII. Tú querrás, seguramente, pienso, darnos alguna información sobre tu persona. Antes de todo, dinos enseguida: hace mucho tiempo que has desencarnado?
-“Bastante. Unos cincuenta años”-.
XIV. Quién eras tú cuando vivías, en esta dimensión física?
-“No era alguien relevante; trabajaba como recogedor de trapos, en esta zona; y algunas veces me decían tonterías, porque me gustaba mucho un licor rojo del buen Noè; esta es la razón por la que quisiera desalojarlos a todos”-.
   XV. Fuiste tú mismo, y de tu plena voluntad, que has respondido a nuestras preguntas?
-“Tenía un instructor”-.
XVI. Quien es este instructor?
-“Vuestro buen rey: Luis”-.
Observación: Esta última pregunta fue motivada por la naturaleza de algunas respuestas, que nos parecieron superar el nivel de este Espíritu, tanto por el fondo de las ideas, como por la forma del lenguaje. Nada hay, por lo tanto, de sorprendente que él haya sido ayudado por un Espíritu iluminado, que quería aprovechar de esta ocasión para darnos una instrucción.
Este es un hecho ordinario, pero un particular importante en esta circunstancia es que la influencia del otro Espíritu se hizo sentir sobre la escritura misma. La de las respuestas en que él intervino es más regular  y más fluida; la del recogedor de trapos es angulosa, gruesa, irregular, a menudo poco legible y de un carácter del todo diferente.
XVII.   Qué es lo que tú haces ahora? Te ocupas de tu porvenir?
-“No todavía. Estoy en estado libre. Se piensa tan poco a mí en la tierra, que nadie ruega por mí; y así, no siendo ayudado por alguien, yo no trabajo”-.
Observación: Se verá más tarde, cuanto se pueda contribuir al progreso y a la elevación de los Espíritus inferiores por medio del pedido y de los consejos.
XVIII.   Cuál fue tu nombre, cuanto vivía en la dimensión física?
-“Juanito”-.
XIX. Ahora bien, Juanito, nosotros pediremos por ti. Nuestro evocación ha sido de tu agrado, o te ha contrariado?
–“Más bien placer, ya que vosotros sois buenas personas, alegres compañeros, aunque un poco austeros. Pero no importa, vosotros me habéis oído, y yo estoy contento”-. (Juanito).
FENÓMENOS DE LOS APORTES

15.   Este fenómeno no difiere de los otros de los cuales hemos hablado, sino por la intención benévola del espíritu, que es el autor, por la naturaleza de los objetos, casi siempre graciosos, y por la manera dulce y delicada con la cual son traídos. Consiste en el aporte espontáneo de objetos, que no existen en el lugar donde uno se encuentra; con frecuencia se trata de flores, dulces, joyas, etcétera.
16.         Es preciso decir, antes de todo que este fenómeno es uno de los que mayormente se prestan a la imitación, y ocurre, por lo tanto, estar muy en guardia en contra del engaño. Se conoce hasta donde puede alcanzar el arte de la prestidigitación en lo que se refiere la las experiencias de este género; pero, también sin tener que vérsela con alguien de la profesión, se podría fácilmente ser engañados por una acción hábil e interesada. La mejor de todas las garantías reside, antes de todo, en el carácter, en la notoria honorabilidad, en el desinterés absoluto de la persona que obtiene tales efectos; en segundo lugar, en el examen atento de todas las circunstancias en los cuales los hechos se producen; en fin, en el iluminado conocimiento del Espiritismo, quien podría descubrir lo que sea factible de serlo.
17.         La teoría del fenómeno de los aportes, y de las manifestaciones físicas en general, se encuentra sintetizada de una manera clarificante en la siguiente disertación, dada por un Espíritu, de quien todas las comunicaciones tienen un carácter incontestable de profundidad y de lógica. Se encontrarán muchas otras posteriormente a esta obra. Él se ha hecho conocer bajo el nombre de Erasto, discípulo de Pablo de Tarso, y como Espíritu protector del sensitivo que le sirve de intérprete.
-“Para obtener fenómenos de este orden, es necesario tener consigo ciertos sensitivos, es decir dotados al más alto grado de las facultades espirituales de expansión y de penetrabilidad; por cuanto el sistema nervioso de estos sensitivos, fácilmente excitable, le permite, por medio de ciertas vibraciones, de proyectar, a su alrededor, y con profusión, su fluido animalizado.
-“Las naturalezas impresionables, las personas cuyos nervios vibran al máximo sentimiento y a la más pequeña sensación; aquellos que la influencia moral o física, interna o externa, rinde sensibles, son sujetos muy aptos para convertirse en excelentes sensitivos a efectos físicos, de tangibilidad y de aportes. En efectos, su sistema nervioso, casi enteramente desprovisto de la envoltura refractaria, que aísla este sistema cerca de la mayor parte de los otros encarnados, los rinde idóneos al desarrollo de estos diversos fenómenos. En consecuencia, con un sujeto de esta naturaleza, de quien las otras facultades no sean en absoluto hostiles a la facultad espiritual, se obtendrán más fácilmente los fenómenos de tangibilidad, los golpes dados en las paredes y en los muebles, los movimientos inteligentes, y también la suspensión en el espacio de la materia inerte más pesante. A fortiori se obtendrán estos resultados si, en vez de un sensitivo, se poseen varios igualmente bien dotados.
-“Pero de la producción de estos fenómenos a la obtención de los de aportes, existe una enorme distancia; en este caso, de hecho, no solamente el trabajo del Espíritu es más complejo, más difícil, sino que aún más, el Espíritu no puede actuar más que por un solo instrumento sensible, es decir, que muchos sensitivos no pueden en forma conjunta concurrir a la producción de dicho fenómeno. Se da también el caso, que la presencia de personas antipáticas al Espíritu actuante se convierte en un obstáculo radical para su manifestación. A estos motivos, los cuales, como se ve, no carecen de importancia, agregad que los aportes requieren siempre una concentración más grande, y al mismo tiempo una difusión mayor de ciertos fluidos, y que no pueden ser obtenidos más que con los sensitivos mejores dotados; Aquellos, en una palabra, cuyo mecanismo electro sensitivo está mejor condicionado.
-“En general, los hechos de aportes son y quedarán excesivamente raros. No tengo necesidad de demostraros porque ellos son y serán menos frecuentes de los demás hechos de tangibilidad. Lo deduciréis vosotros mismos de lo expuesto. Por otra parte, estos fenómenos son de una tal naturaleza, que no solamente no todos los sensitivos son aptos, sino que no todos los mismos espíritus pueden producir”-.
-“Ocurre, de hecho, que entre el Espíritu y el sensitivo influenciado existe una cierta afinidad, una cierta analogía; en una palabra, una cierta semejanza, que permita a la parte expansible del fluido "periespíritico" (1) del encarnado de mezclarse, de unirse, de combinarse con el del Espíritu que desea realizar el aporte. Esta fusión debe ser tal que la fuerza resultante se convierta en: una; del mismo modo que una corriente eléctrica que actúa sobre el carbón produce un fuego y una luz única.
-“Por qué esta unión, y por qué esta fusión, diréis vosotros? La razón es que, para la producción de estos fenómenos, conviene que las propiedades esenciales del Espíritu motor hayan aumentado algo con las del sensitivo; en efectos, el fluido vital, indispensable a la producción de todos los fenómenos medianímicos es el dote exclusivo del encarnado, y en consecuencia el Espíritu operador está obligado a saturarse del mismo, absorbiendo una gran cantidad.
-“Solamente ahora, con la ayuda de ciertas propiedades que se encuentran en vuestro ambiente, desconocidas por vosotros, él puede aislar, rendir invisibles, y mover ciertos objetos materiales, e inclusive a los encarnados mismos.
-“No me es permitido, de momento, revelaros estas leyes particulares que rigen los gas y los fluidos que os circundan; pero antes de que haya transcurrido una cierta cantidad de años, antes de que se haya cumplido una existencia humana, la explicación de estas leyes y de estos fenómenos os será revelada, y vosotros veréis surgir y producirse una nueva variedad de sensitivos que caerán en un estado cataléptico particular tan pronto sean sensibilizados.
-“Vosotros veis cuantas dificultades caracterizan la producción de los aportes; potéis, po lo tanto, concluir de manera lógica que los fenómenos de esta naturaleza son muy raros, como ya os dije, y con tanta mayor razón los Espíritus se os prestan muy poco, por cuanto precisa de parte de ellos un trabajo casi material, lo que para ellos significa un esfuerzo poco agradable. Por otra parte, sucede, todavía, con mucha frecuencia, que, pese su energía y su voluntad, el estado del sensitivo mismo le opone una barrera insuperable.
-“Es por lo tanto evidente que los hechos tangibles de los golpes, de los movimientos  y de las suspensión, son fenómenos sencillos, los cuales sí operan con la concentración y la dilatación de ciertos fluidos, y que pueden ser provocados y obtenidos  por la voluntad y por el trabajo de los sensitivos adaptados a los mismos, cuanto estos son secundados por Espíritus amigos y benévolos. Los hechos de aporte, en cambio, son múltiples, complejos, exigen un concurso de circunstancias especiales, y no pueden ser cumplidos que por un solo Espíritu y por un solo sensitivo, y precisan, necesariamente, además de las necesidades de la tangibilidad, una combinación toda particular para ailar y rendir invisible el objeto que forman el sujeto del aporte.
-“Vosotros todos, estudiantes espíritas, comprendéis mis explicaciones, y os rendís exactamente cuenta de esta concentración de fluidos especiales, por la locomoción y la tangibilidad de la materia inerte; vosotros nos prestáis fe al igual que lo hacéis con los fenómenos de electricidad y de magnetismo, con los cuales los hechos medianímicos están plenos de analogías, y son, por así decirlo, la consagración y el desarrollo.
-“En cuanto a los incrédulos y a los científicos, peores que los incrédulos, no tengo tiempo para convencerles, no me ocupo de ellos; serán convencido, oportunamente, por la fuerza de la evidencia, por cuanto se precisará bien que ellos se inclinen delante del testimonio unánime de los hechos espirituales, como fueron obligados a hacerlo delante de tantos hechos que habían de buenas a primeras rechazado.
-“Resumiendo: si los hechos de tangibilidad son frecuentes, los de aporte son rarísimos, por cuanto las condiciones en los cuales desenvolverse son dificilísimas. En consecuencia, ningún sensitivo puede decir: a tal hora, a tal momento, obtendré un aporte, por cuanto muchas veces el mismo Espíritu se encuentra imposibilitado en su obra. Debo agregar que estos fenómenos son doblemente difíciles en público, por cuanto se encuentran elementos refractarios, que inhiben los esfuerzos del Espíritu, y en mayor grado la acción del sensitivo. Retened, por el contrario, como cierto que estos fenómenos se producen casi siempre, en particular espontáneamente, y más frecuentemente sin conocimiento de los sensitivos y sin premeditación; y en fin muy raramente cuando éstos se encuentran prevenidos. Vosotros debéis, por lo tanto, concluir, que existe un motivo de sospecha legítima cada vez que un sensitivo se alaba de obtenerlos a voluntad; en otros términos, es decir, de ordenar a los Espíritus como si fuesen sus servidores, lo que es simplemente absurdo. Retened todavía como regla general, que los fenómenos espirituales no son para nada realizados para que sirvan de espectáculo o para divertir a los curiosos. Si algunos Espíritus se prestan a este género de cosas, esto no puede ser más que para fenómenos simples y no para aquellos que exigen condiciones excepcionales, como son los aportes y otros similares.
Recordad, estudiantes de la Doctrina, que, así como es absurdo rechazar sistemáticamente todos los fenómenos de la dimensión espiritual, no es un acto de sabiduría, por otra parte, aceptarlos todos con los ojos cerrados”.
-“Cuando un fenómeno de tangibilidad, de aparición, de visibilidad o de aporte se manifiesta espontáneamente e instantáneamente, aceptadlo; pero no aceptad nada ciegamente; y que cada hecho pase por un análisis minucioso, profundo y severo; por lo tanto, creedlo, el Espiritismo, tan rico en fenómenos sublimes y grandiosos, nada puede ganar de estas pequeñas manifestaciones que pueden ser imitadas por hábiles prestidigitadores.
-“Yo se bien lo que queréis decirme: es decir, que estos fenómenos son útiles para convencer a los incrédulos; pero sabed que si no hubieseis tenido otros medios de convicción, no tendréis hoy la centésima parte de los estudiantes que tenéis. Hablad a la conciencia, por cuanto es de este lado que haréis mayores conversiones serias. Si creéis útil, para ciertas personas, actuar con hechos materiales, presentadlos, por lo menos, en circunstancias tales que no puedan dar lugar a alguna falsa interpretación; y sobre todo no salgáis de las condiciones normales de estos hechos; por cuanto los hechos presentados en inadecuadas condiciones, proporcionan argumentos a los incrédulos, en vez de convencerle”-. Erasto.
18.         Este fenómeno ofrece una particularidad muy singular y es que ciertos sensitivos no los obtienen sino en el estado de sonambulismo; y esto se explica fácilmente. Hay, en el sonámbulo, un desarrollo natural, una suerte de aislamiento del Espíritu y del periespíritu, que debe facilitar la combinación de los fluidos necesarios. Tal es el caso de los aportes de los cuales fuimos testigos. Las siguientes preguntas fueron dirigidas al Espíritu que los había producido, pero sus respuestas resienten de su insuficiencia: nosotros las hemos antepuesto al Espíritu Erasto, mucho más iluminado desde el punto de vista teórico, que las ha completado con observaciones  muy juiciosas. El uno es el artesano, el otro el sabio, y la comparación misma de estas dos inteligencias es un estudio instructivo, ya que se prueba con eso que no es suficiente ser un Espíritu para comprender todo.
         I.Queréis, os lo ruego, decirnos por qué los aportes que vos nos hacéis, se producen solamente en el sueño magnético del sensitivo?
-“Esto es atinente a la naturaleza del sensitivo; los hechos que produzco cuando el mío está dormido, podría, igualmente, producirlos en el estado de vigilia con otro sensitivo”-.
      II.Por qué hacéis esperar tan largamente el aporte de los objetos, y por qué excitáis el deseo del sensitivo, dinamizando su voluntad de obtener el objeto prometido?
-“Este tiempo me es necesario para preparar los fluidos que sirven al aporte; en cuanto a la excitación, la provoco, normalmente, con el solo fin de divertir a las personas presentes y a la sonámbula”-.
Observaciones de Erasto: -El Espíritu que respondió no sabe más que lo que ha expuesto; él no se rinde cuenta del motivo de esta ansiedad que le inquieta sin comprender el efecto; cree divertir, mientras que, en realidad, él provoca una  mayor emisión de fluido; esta es la consecuencia de la dificultad que presenta el fenómeno, dificultad siempre más grande cuando no es espontáneo, sobre todo con ciertos sensitivos.
    III.La producción del fenómeno depende de la naturaleza especial del sensitivo, y, podría producirse con otros sensitivos con mayor facilidad y prontitud?
-“La producción depende de la naturaleza del sensitivo, y no puede producirse más que con naturalezas correspondientes. Respecto a la prontitud, la costumbre que adoptamos, que se corresponde, frecuentemente, con el mismo sensitivo, nos es de gran ayuda”-.
      IV.La influencia de las personas presentes tiene alguna importancia?
-“Cuando existe algún grado de incredulidad, de oposición, esto puede darnos molestarnos mucho; nos agrada más realizar nuestras pruebas con personas con mentalidad abierta y versadas en el Espiritismo. Pero, con esto no quiero decir que la mala voluntad sea capaz de bloquear los resultados completamente”.,
        V.Dónde habéis ido a tomar las flores y los dulces que nos habéis traído?
-“Las flores las tomo en los jardines que me gustan”-.
      VI.Y los dulces? El comerciante debió haberse dado cuenta de que le faltaban.
-“Yo los tomo donde me place; el comerciante no se da cuenta en absoluto, por cuanto he colocado otros en su lugar”-.
   VII.Pero los anillos tienen un valor; dónde los habéis tomado? No ha, después, provocado algún daño a la persona de la cual los habéis tomado en préstamo?
-“Los he tomado en lugares desconocidos a todos, de modo que nadie pudiese ser afectado”-.
Observación de Erasto. .Estimo que el hecho sea explicado de manera insuficiente en razón de la capacidad del Espíritu que respondió. Sí, pudo haber habido, en realidad, un daño real, pero el Espíritu no quiso evidenciar que era capaz de cometer un fraude. Un objeto no puede ser sustituido, sino de otro idéntico, de la misma forma e idéntico valor; en consecuencia, si un espírut tuviese la facultad de sustituir un objeto símil al que toma, no habría razón alguna para tomarlo, y podría dar aquel que toma en sustitución del primero.
VIII.Es posible traer flores de otro planeta?
-“No, a mi no me es posible”-.
(A Erasto). Otros Espíritus tendrían este poder?
-“No, esto no es posible, por causa de las diferencia de ambientes”.,
COMENTARIO EXEGÉTICO GIC: Aunque se trate de algo diferente, creemos oportuno dejar constancia, aquí, de lo siguiente: Dado que todo ser de cada reino natural tiene Espíritu, alma y cuerpo, en las especies vegetales, en un momento dado, podrían venir grupos de Espíritus del reino vegetal para traer un progreso que haya sido logrado en un mundo más avanzado. Igualmente, Espíritus del reino vegetal de mundos menos evolucionados, que la tierra, podrían venir aquí para aprender los progresos que les son inherentes al planeta. Esto abre perspectivas novedosas dignas de ser tomadas en cuenta en futuros estudios. Equivaldría a las migraciones espirituales del reino humano. Lo mismo podría ocurrir en el reino animal y mineral. Recordemos: La ley es una para los cuatro reinos naturales. Empero, “el fenómeno de aporte” de un mundo a otro, desde el punto de vista de la factibilidad no parecería estar fuera del alcance de la realidad, por cuanto lo único que varía es la distancia; por lo cual, es un tema que queda abierto para su ulterior estudio.
Son muy conocidos dos aportes de Elizabeth D´Esperance. El primero, realizado con la cooperación de su Espíritu guía, de nombre Yolanda, que se materializaba. Este aporte se produjo el 04 de agosto de 1880, cuyo resultado fue un gran planta, originaria de la India, que recibe el nombre de Ixora Crocata, que tenía una flor grande. Esta planta se mantuvo durante tres meses, antes de secarse. Con fecha 28 de junio de 1890, produjo otro aporte, una planta alta casi dos meses, que recibe el nombre de Giglio, de color dorado, que permaneció una semana en el salón de las reuniones, después de lo cual, según el Espíritu guía, Yolanda, dijo que debía ser restituida al lugar del cual se aportó.
     IX.Podríais aportar flores desde otro hemisferio; de los Trópicos, por ejemplo?
-“Desde el momento que es sobre la tierra, puedo hacerlo”-.
        X.Podríais regresar los objetos que habéis traído y luego volverlos a traer?
-“De la misma manera en que los he traído, podría, también, regresarlos, si quisiese hacerlo”-.
     XI.La producción del fenómeno de aporte, os produce alguna dificultad, o bien, resulta embarazoso?
-“No produce ninguna dificultad, cuando lo realizamos con permiso; podría haberla en elevado grado, si quisiéramos producir los efectos sin ser autorizados”-.
Observación de Erasto: -No quiere convenir en su esfuerzo, aunque el mismo sea real, ya que es forzado a realizar una labor, por así decirlo, material.
   XII.Cuáles son las dificultades que encontráis?
-“Ninguna otra, además de las malas disposiciones fluídicas, las cuales pueden sernos contrarias”-.
XIII.Cómo traéis el objeto; lo tomáis con las manos?
-“No, lo envolvemos en nosotros mismos”-.
Observaciones de Erasto: Él no explica claramente lo que realiza, ya que no envuelve el objeto en su propia personalidad; pero, como su fluido personal es dilatable, penetrable y expansible, él combina una parte de este fluido con una parte del fluido animal del sensitivo, por lo cual esconde y transporta en esta combinación el objeto de aportar. No es, por lo tanto, correcto decir que él envuelve el objeto en sí.
  XIV.Aportaríais con la misma facilidad un objeto de un peso considerable, de 50 kilos, por ejemplo?
-“El peso no es nada para nosotros; nosotros aportamos flores. Porque esto puede ser de mayor agrado que un peso voluminoso”-.
Observaciones de Erasto: Es justo; él puede transportar 100 o 200 kilos de objetos, desde el momento que la gravedad que existe para vosotros e nula para él; pero aquí, todavía, no se da cuenta, exactamente, de lo que sucede. La masa de los fluidos combinados es proporcional a la masa de los objetos; en una palabra, la fuerza debe ser en razón de la resistencia; se deduce que si el Espíritu no transporta más que una flor, o un objeto ligero, esto sucede con frecuencia porque no encuentra en el sensitivo, o en sí mismo, los elementos necesarios  para un esfuerzo más considerable.       
     XV.Hay, alguna vez, desapariciones de objetos cuya causa queda ignorada, y que sería obra de los Espíritus?
-“Esto sucede muy frecuentemente, mucho más de lo que vosotros pensáis, y se podría remediar rogando al Espíritu de traer el objeto desaparecido”-.
Observaciones de Erasto: -Esto es verdad; pero muchas veces lo que fue quitado fue muy bien realizado, por cuanto esos objetos que no se encuentran cerca de sí, son llevados muy lejos. Todavía, dado que la substracción de los objetos precisa más o menos las mismas condiciones fluídicas que las de los aportes, no puede tener lugar sino con la ayuda de sensitivos dotados de facultades especiales. Es más justo, por lo tanto, creer que cuando algo desaparece, sea debido, más bien, a vuestra inadvertencia que no por obra de los Espíritus.
  XVI.Hay, quizá, efectos que son retenidos fenómenos naturales, y que, en cambio, son debido a la acción de ciertos Espíritus?
-“Vuestras jornadas están llenas de este género de hechos, que vosotros no comprendéis, por cuanto no le prestáis atención, pero que un poco de reflexión os lo haría percibir claramente”-.
Observación de Erasto: -No atribuyáis a los Espíritus lo que es obra de la humanidad; pero creer a su influencia oculta y constante, que hace nacer a nuestro alrededor miles de circunstancias, miles de incidentes necesarios a vuestros actos y de vuestra existencia.
XVII.Entre los objetos aportados , no los hay, quizá, de aquellos que pueden ser fabricados por los Espíritus?
–“Por mí no, por cuanto no tengo el permiso para ello; lo podría hacer, únicamente, un Espíritu elevado”-.
XVIII.Cómo habéis introducido estos objetos, el otro día, mientras la habitación se encontraba cerrada?
-“Los hice entrar conmigo, envueltos, por así decir, en mi substancia; decir más no es algo explicable”-.
  XIX.Cómo habéis hecho para rendir visibles estos objetos que eran invisibles un instante antes?
-“Quité la materia que los envolvía”-.
Observación de Erasto: -No es materia propiamente dicha la que los envuelve, sino un fluido, mezclado por mitad en el peri-espíritu del sensitivo, y por la otra mitad en el del peri-espíritu del Espíritu que actúa.
    XX.(A Erasto). Puede un objeto ser introducido en un lugar perfectamente cerrado, en una palabra, el Espíritu puede espiritualizar un objeto material, de modo que pueda penetrar la materia?
-“Esta cuestión es compleja. En cuanto se refiere a los objetos aportados, el Espíritu puede rendirlos invisibles, pero no penetrables; él no puede romper la agregación de la materia, esto que formaría la destrucción del objeto. Él puede aportar cuando quiere este objeto convertido en invisible, y no dejarlo libre sino en el momento conveniente para hacerlo aparecer. Muy diverso es el procedimiento para los objetos que nosotros componemos. Desde el momento que nosotros no introducimos más que los elementos de la materia, y que estos elementos son esencialmente penetrables (en el mismo modo que penetramos nosotros mismos, y atravesamos los cuerpos más densos con la misma facilidad, con la cual los rayos solares atraviesan los vidrios de la ventana), podemos decir, perfectamente, que nosotros hemos introducido el objeto en un lugar, por cuanto cerrado él se encuentre. Pero esto sucede. Sólo, en este último caso”-.

(1) Se observa que cuando se trata de expresar una idea nueva, para la cual falta en la lengua el vocablo, los Espíritus saben crear perfectamente neologismos. Las palabras "electro-medianímico, periespíritico", no son nuestras. Quienes nos critican por la creación de los vocablos "espiritistas", "espiritismo" y "periespíritu" que no tenían sus análogas, podrán hacer el mismo proceso a los Espíritus.